sábado, 8 de febrero de 2025

La guerra de Trump contra la OMS: una contrarrevolución internacional del capital financiero contra la salud pública


La salida de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud ejecutada por el gobierno de Trump dejará al organismo rector de la salud global sin financiamiento. Los EEUU eran el principal país proveedor de fondos para la OMS, representando alrededor del 18% de su presupuesto. Esto afectará la continuidad de programas de vigilancia epidemiológica y asistencia sanitaria frente a enfermedades como la tuberculosis, el VIH y el sarampión, en particular en los países llamados de “bajos ingresos”, así como la capacidad de respuesta frente a nuevos brotes y pandemias, potencialmente más letales aún que el Covid como ocurre en estos momentos con el virus de la gripe aviar (H5N1). 
 Pero la guerra de Trump contra la salud púbica se dirige, especialmente, hacia el interior de los Estados Unidos y sus trabajadores. La semana pasada, los funcionarios del pomposo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), que preside Elon Musk, aterrizaron en la Agencia Federal de Salud (CMS) que desarrolla, entre otros, los programas Medicare y Medicaid, que proporcionan seguro médico a más de 150 millones de personas, un cuarto de la población norteamericana. Medicare financia la cobertura de salud en el caso de mayores de 65 años y personas con discapacidad, mientras que Medicaid se destina a la población más precarizada y con escasos recursos. 
 La CMS requirió en 2024 1,5 billones de dólares, alrededor del 22% del presupuesto del Estado. Trump calificó como “fraudulento” este gasto y se propuso avanzar con fuertes recortes. Según la revista científica The Lancet, este ajuste “pondrá en peligro el funcionamiento de Medicaid” y paralizará “las actividades del Instituto Nacional de Salud (NIH) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)” (8/2). Además, Trump y Musk quieren deshacerse de la Ley de Atención Médica Accesible (ACA, también conocida como Obamacare), que colocaba límites y regulaciones sobre el costo de los medicamentos y las coberturas privadas de salud. El objetivo es colocar, sin más mediaciones, al conjunto del sistema de salud en manos del capital financiero.
 En el país donde crece el apoyo a Luigi Mangione, acusado de asesinar al CEO de la United Health Care, la principal aseguradora de medicina privada que se negó a cubrir el tratamiento el dolor crónico que sufría en su espalda, las medidas de Trump y Musk amenazan con provocar una verdadera conmoción social. La designación de un abogado anti-vacunas, Robert Kennedy, al frente de la cartera sanitaria representa un retorno a la política del “sálvese quien pueda” (o quien quede) de la “inmunidad de rebaño”, que llevó al récord de 1,2 millones de muertes por Covid en EEUU, justo cuando este país atraviesa un nuevo rebrote del virus bajo la variante XEC. En la época de ascenso histórico del capitalismo, la salud pública emergió como disciplina científica ante la necesidad de poner un límite al aumento indiscriminado de la mortalidad que el proceso industrial estaba provocando en las filas de la naciente clase obrera. 
En la época de su decadencia, tras dos guerras mundiales, el holocausto y las masacres atómicas, la creación de la OMS, la ONU y las políticas del llamado “Estado de bienestar” pretendieron blindar al capitalismo decrépito frente a la amenaza de la revolución social que había prevalecido en Rusia y se extendería a China y el continente americano. Hoy, el “ajuste internacional” contra la salud pública que encabeza Trump forma parte de una salida contrarrevolucionaria a la quiebra de todos los equilibrios y acuerdos preexistentes. 
 La lucha en defensa de la salud, por su nacionalización bajo el control y la gestión de sus trabajadores, representa para la clase obrera mundial un desafío impostergable, frente a un régimen social que en su agonía pone en cuestión la propia supervivencia de la humanidad y del medio histórico-natural en el que se desenvuelve. La clase obrera argentina y los trabajadores de la salud no debemos perder de vista este panorama estratégico, al momento de enfrentar al imitador criollo de Trump y a su séquito de comisionistas y vaciadores que se proponen destruir conquistas históricas arrancadas con años de lucha y organización popular independiente. 

 Julián Asiner
 08/02/2025

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