viernes, 21 de febrero de 2025

Argentina: Un gobierno de estafadores, coimeros y enemigo de los trabajadores: juicio político ya, fuera Milei


La derrota del gobierno es una necesidad para los trabajadores. 

Estafas, coimas, tráfico de influencias, entrevistas arregladas, negocios particulares y, seguramente, mucho más. El “principio de revelación” que tanto invoca Javier Milei se hizo efectivo por su tuit del viernes pasado impulsando a $Libra, que destapó un entramado corrupto de larga data que tiene como protagonistas al propio presidente, a su entorno más íntimo, es decir, su hermana y el asesor todoterreno Santiago Caputo, pero que también involucra a “intelectuales” como Agustín Laje, a periodistas, etc.
 Como una mancha de aceite, la crisis en torno a la estafa de $Libra –una “memecoin” armada en el submundo de las criptos- se sigue extendiendo y el alcance aún no está del todo claro. Milei fue pescado in fraganti en una estafa. A partir de allí se destapó un armado sobre la base de utilizar la popularidad y luego el cargo de Milei para impulsar negocios relacionados con las criptos; con su hermana y funcionaria Karina Milei como “cajera”. Una suerte de pyme familiar. 
 Todo esto es más que suficiente para someter a Milei a un juicio político. Él mismo reconoció su participación y su “error”, que atribuyó a su “tecno optimismo”, trató de considerarlo un tema particular cuando lo propagandizó como un beneficio para la economía Argentina sin que nunca pudiera explicar en qué consistía.

 Crisis política 

Los encuestadores están tratando de medir los alcances en el humor del electorado de cuán afectado queda Milei con esta crisis. Depende quién haga las encuestas y qué periodista las lea tendremos diversas interpretaciones. 
 Lo cierto es lo siguiente. La autoridad de Milei y su perfil de anticasta han quedado indiscutiblemente dañados. Los alcances de este daño superan a la Argentina, la estafa ha sido un golpe a la especulación con criptomonedas por la evidencia de los riesgos que existen, el propio Milei la equiparó con el casino y la ruleta rusa (sic) en su fallida entrevista con Viale. Cientos de denuncias se acumulan en los tribunales argentinos, pero sobre todo en los norteamericanos, que Cúneo Libarona –el ministro y abogado que elaborará según Milei la estrategia de su defensa- no controla, como sí lo hace con la Oficina Anticorrupción. 
 No está claro cuánto afecta todo esto la capacidad de Milei de seguir disciplinando a la oposición y hacer frente incluso a reclamos de sectores de la propia clase capitalista. Lo que sí aparece claro es que la burguesía está dispuesta a sostenerlo. Por eso los dardos van contra el “entorno”. Y aquí ha saltado la podredumbre dentro del propio oficialismo. Francos salió contra Santiago Caputo; la periodista Cristina Pérez, esposa del ministro de Defensa Petri, metió -con insinuaciones- a la hermana tarotista en la trama corrupta; varios candidatos libertarios ventilaron los aportes obligatorios con los que compraron su lugar en las listas y señalan directamente a Karina Milei. 
 Una mención aparte merece la pelea entre los periodistas que defienden y operan para el gobierno, que aprovecharon el “traspié” de Viale para sacar a relucir un entramado de sobornos y coimas. Son los mismos que se han puesto a la cabeza de infamias contra el Polo Obrero y contra Chiquito Belliboni en particular para que haya una condena, con operetas de los servicios, insultos y pruebas truchas, mientras ocultan todas las pruebas de la defensa del Polo. 
 El “triángulo de hierro” está en la mira. Ahí apuntan Macri y la oposición patronal. Por eso la “interrupción” de Santiago Caputo en la entrevista es demonizada al punto de que sea agitada como causal para que abandone el entorno. El “asesor” maneja nada menos que los servicios de inteligencia oficiales. La batalla puede ser sangrienta. Son todas evidencias de una fuerte descomposición política. 

 Sobre llovido, mojado: las negociaciones con el FMI 

No podemos perder de vista que la crisis capitalista argentina se inscribe en la crisis mundial. Las cripto son una expresión extrema de capital ficticio ampliado que no sólo no va las pymes argentinas como prometió Milei sino que a escala mundial están divorciadas de inversión productiva alguna. Apuntemos que si el simil meme coin de Milei perdió 95% de valorización el de Trump perdió 80% y el de Melania 70%. Si es timba, es timba y el facholibertario empujó a miles al abismo. 
 En medio del criptoescándalo, de una aguda recesión, de una caída del consumo, de reclamos para proceder a una devaluación, Milei viaja a Estados Unidos. Además de participar de una cumbre conservadora que dirige Trump, tendrá junto al ministro de Economía reuniones con el FMI en vistas a cerrar un acuerdo que viene trabado sobre todo por la exigencia del Fondo de avanzar con la liberación del mercado cambiario y producir una devaluación. 
 El gobierno, que no está dispuesto a ello porque sería un pasaporte a una derrota electoral -como mínimo-, enfrenta serios problemas con su política que han hecho subir el riesgo país entre otras cosas, cuando todavía el $Libra-gate y las demandas en la justicia norteamericana no produjeron grandes cimbronazos, señal de que aún hay una apuesta a sostener al amigo argentino de Trump.
 El principal problema es que las reservas siguen negativas y las herramientas para recomponerlas no avanzan –como la rebaja temporal de las retenciones- y mientras tanto el gobierno gasta dólares -según la consultora 1816, en enero fueron U$S 772 millones- para evitar una ampliación de la brecha cambiaria y sostener el carry trade que a su vez viene mostrando signos de estancamiento. La licitación en enero del Tesoro solo renovó el 75% de los vencimientos de deuda, y en la de febrero el rollover fue del 78%. Para sostener esta timba el gobierno habría metido la mano en el Fondo de Garantía de Sustentabilidad, o sea con la plata de los jubilados compró acciones y bonos, etc. La emisión monetaria va terminar siendo la salida para hacer frente a los vencimientos de la timba, ya debieron hacer nuevas transferencias para evitar que se agote el stock de liquidez que tiene depositado el Tesoro en el Banco Central. 
 Milei y Caputo aspiran a que el FMI les tire 15.000 millones de dólares –según dijo el presidente en la entrevista trucha de TN- , pero parece difícil que el Fondo arriesgue recursos de “libre disponibilidad” que el gobierno pueda usar para sostener el dólar deprimido y favorecer una bicicleta que ayuda a la fuga de capitales. 
 Los compromisos que adopte la dupla serán una hipoteca para el pueblo argentino con un nuevo golpe al salario, con un avance en las condiciones de trabajo, con un recorte de los fondos para salud y educación y, como adelantó el echado titular de la Anses, una reforma jubilatoria draconiana. 

 Juicio político, fuera Milei 

La conclusión de este escándalo es que Milei está a la cabeza de un gobierno de un grupo de estafadores, coimeros y timberos. Las pruebas de esto están a la vista, abundan, en una semana afloraron por decenas. Corresponde sin ninguna duda proceder al juicio político y destituir a Milei, y la movilización popular debe imponer este objetivo. 
 Nuestra diputada Vanina Biasi, junto a Mónica Schlotthauer, ha hecho una presentación de pedido de juicio político en la Cámara de Diputados para organizar e impulsar la movilización popular. El pedido de interpelación es un escalón menor que igualmente no tiene destino si el objetivo no es un juicio político destituyente. El planteo de una comisión investigadora -una propuesta de los radicales y un sector del PRO- es una dilación injustificada, las evidencias alcanzan para llevar a Milei a juicio y destituirlo, es claro el intento de salvarlo. El pedido de juicio político del kirchnerismo no busca impulsar la movilización, tiene un carácter “propagandístico”, avisando que no se juntan los dos tercios en la cámara para llevarlo adelante. 
 Finalmente, el kirchnerismo, es responsable en Diputados de que el DNU 70/23 –base de la política de Milei- siga vigente, y le dio un gran triunfo legislativo una semana después de las masivas movilizaciones del 1F contra las declaraciones protofascistas en Davos. Ahora se apresta a darle un triunfo en el Senado con la suspensión de las Paso, por lo menos. Ni que decir del papel de la burocracia sindical peronista, que además de pactar paritarias a la baja y estar en negociaciones para avanzar con la reforma laboral precarizadora no abrió la boca en la semana que lleva el escándalo de las criptos.
 El criptoescándalo refuerza la idea de que la derrota del gobierno es una necesidad para los trabajadores, porque las consecuencias de su política se miden en el deterioro creciente de sus condiciones de vida, en el derrumbe de los salarios, en el ataque a los jubilados, en la pérdida de importantes conquistas, en el avasallamiento de derechos conseguidos con lucha, a las libertades públicas. Es un gobierno de agresión al pueblo trabajador, a la juventud, a las mujeres, a las diversidades, a los migrantes, a los discapacitados. Nuestro reclamo de juicio político se inscribe en la campaña que desde el Partido Obrero venimos sosteniendo: ¡Fuera Milei!, una consigna para la acción, que el 1F repercutió fuerte. Un planteo para organizar los lugares de trabajo, de estudio, las barriadas y preparar la huelga general que derrote al gobierno.
 El 8 de marzo seguramente será una oportunidad para poner en la calle un masivo repudio al gobierno y la defensa de todos los reclamos populares.

 Eduardo Salas

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