viernes, 31 de diciembre de 2021

Cuba y un barrio llamado Fusterlandia


 

 Un recorrido por el barrio de Jaimanitas en La Habana, transformado por el artista José Fuster.

La imperdonable soledad de Julian Assange


Julian Assange está enterrado por la “Justicia” inglesa en una cárcel de máxima seguridad. Lo de enterrado no es una tramposa apelación a una palabra que nos estremece sino un sobria descripción de la celda en la cual -de a poco, hora tras hora- el fundador de WikiLeaks va cumpliendo la sentencia de muerte que la tienen reservada. ¿La razón? Haber filtrado a la prensa cientos de miles de documentos probatorios de la infinidad de asesinatos, torturas, bombardeos y atrocidades que Washington perpetró en Irak, Afganistán y en otros países, cosa que ocultaba con sumo cuidado. Ese fue el crimen de Assange: informar, decir la verdad. Y tal cosa constituye una afrenta imperdonable para el imperio que persiguió al periodista por años.
 La valentía del presidente Rafael Correa (ya manifestada cuando expulsó a las tropas de Estados Unidos de la base de Manta) lo puso a salvo de esa amenaza concediéndole no sólo asilo en la embajada del Ecuador en Londres sino la ciudadanía ecuatoriana. La nauseabunda discapacidad moral de su corrupto sucesor, Lenín Moreno, privó a Assange de ambas cosas y lo entregó inerme a las autoridades británicas; es decir, a manos de uno de los más despreciables lugartenientes de la Casa Blanca. Y ahí sigue, esperando lo que parece un final ineludible: su extradición a Estados Unidos. Allí el periodista será exhibido como un trofeo, torturado psicológica y físicamente hasta lo indecible y luego, con maldita astucia, condenado a una dura sentencia, aunque menor a los 175 años pedidos por el fiscal y enviado a una cárcel, en donde poco después morirá descosido a puñaladas en una bien orquestada “riña de reclusos.” En un infinito alarde de hipocresía Washington se apresurará a declarar su pesar por tan lamentable desenlace y el presidente enviará condolencias a sus deudos. Moraleja que el imperio desea grabar a fuego sobre una piedra: ”quien revele nuestros secretos lo pagará con su vida.” 
 Hablábamos de la soledad de Assange en estos días finales del aciago 2021 y la calificábamos de imperdonable. ¿Por qué? Porque el calvario que ha martirizado al australiano no ha provocado, salvo en Londres, masivas manifestaciones de solidaridad y apoyo a su causa. Sorprende y preocupa que ésta no haya sido asumida como propia por la izquierda y los movimientos populares que sí libraron grandes batallas a finales del siglo pasado y comienzos de éste en contra del Acuerdo Multilateral de Inversiones –abortado, ni bien sus leoninas cláusulas secretas fueron reveladas por hackers canadienses- o contra el neoliberalismo, el ALCA, y los tratados de libre comercio hoy no se movilizan para exigir la inmediata liberación de Assange. Creo que esta desgraciada situación obedece a varios factores: primero, el debilitamiento y/o desorganización de las fuerzas sociales que libraron aquellas grandes batallas, producto del permanente ataque sufrido a manos de los gobiernos neoliberales; segundo, por la suicida exclusividad que en la construcción de la agenda de los movimientos contestatarios tienen los temas económicos, siendo que éstos no pueden ser el único asunto que convoque a su militancia. La lucha anticapitalista y antiimperialista tiene varias facetas, y la batalla por la información y la publicidad de los actos del gobierno es una de ellas. Y en ella Assange es nuestro héroe, que resiste en soledad. A lo anterior hay que agregar un tercer factor: el nefasto papel de la “prensa libre”, es decir, la antidemocrática concentración de poderes mediáticos que jamás asumió no digamos la defensa de un periodista de verdad como Assange sino que se esmeró en ocultar la información sobre el caso. La “canalla mediática”, que nada tiene que ver con el noble oficio del periodismo, se alineó voluntariamente para ocultar los crímenes denunciados por Assange y justificar su encarcelamiento. Es decir, se hizo cómplice de sus verdugos.
 Ojalá que la izquierda y los movimientos populares reaccionen a tiempo y abandonen su abulia en este tema. Mucho puede aún hacerse para salvar la vida de Assange: desde un tuitazo mundial apoyando su causa hasta fomentar una masiva cibermilitancia en las redes sociales y organizar multitudinarias manifestaciones callejeras en las principales ciudades del mundo reclamando su libertad y presionando a los gobiernos para que se solidaricen con el periodista amordazado.. Todavía se está a tiempo. Las grandes organizaciones populares no pueden ni deben ser cómplices de su martirio. ¡No le suelten la mano a Assange, no lo dejen solo!

 Atilio A. Boron 
31 de diciembre de 2021 - 01:17

jueves, 30 de diciembre de 2021

¿Cuál era el país mejor preparado ante una pandemia?



En 2019, el “Índice de Seguridad de Salud Global”, elaborado por equipos expertos vinculados al Centro Johns Hopkins para la Seguridad de Salud y a The Economist, colocaba a EEUU como el país mejor preparado del mundo para enfrentar una pandemia. Hasta que llegó esa pandemia.

El miedo a los de abajo


La LUC y la militarización de las sociedades: Los países y los estados más armados no son los estados más seguros; los mayores índices de criminalidad coinciden con mayores índices de desigualdad. 
 Un día de 1987, mis abuelos fueron a la capital de Uruguay para hacerse análisis médicos y, por razones económicas, me dejaron solo en su granja, donde yo solía pasar las vacaciones. El Tata me dejó su escopeta y me dijo que no la tocase si no tenía necesidad. Sin electricidad, las noches en la granja eran interesantes pero muy oscuras y, a veces, algunos cazadores cruzaban su propiedad sin permiso.
 “Dejalos pasar”, me dijo. “Si alguien se acerca a la casa para robar, agarrá la escopeta. Si no tenés más remedio que disparar, apuntale a los pies. Mi granja no vale la vida de nadie ni la carga de conciencia que te quedaría para el resto de la vida si matas a alguien”. 
 Ahora, cada vez que escuchamos los discursos reclamando más seguridad, cada vez que vemos las acciones de “defensa” de los imperios o leemos las nuevas leyes de los países civilizados, podemos pensar lo contrario: la propiedad privada es más sagrada que la vida ajena.
 De las invasiones imperiales en nombre de la “defensa propia” he escrito algo. Ahora quisiera echar una mirada a ese pequeño país, Uruguay, relativamente pacífico y civilizado. 
 El nuevo gobierno conservador se reservó un paquete de reformas al Código penal para después de las elecciones presidenciales de 2019 (por lo cual llamarlo “Ley de Urgente Consideración” fue otra ironía rioplatense) y logró aprobarlo unos meses después. Actualmente, 135 artículos de este paquetazo están bajo amenaza de ser derogados por un referéndum popular. Algo semejante al referendum de 1992 que detuvo la ola neoliberal, cuando el padre del actual presidnete era presidnete. 
 El lenguaje técnico de los nuevos artículos de la LUC no difiere de sus versiones de 2008, pero en cada detalle exuda su ideología, propia de las clases altas en el poder: los problemas de “la gente bien” se resuelven con mano dura, con más represión, con la criminalización más temprana de adolescentes (pobres) y limitando el ejercicio de la democracia en la base de la sociedad. Más allá de la narrativa moderada de cada nuevo artículo, claramente podemos ver una criminalización de un lado de la sociedad para proteger los intereses y los privilegios del otro lado. En la mayoría de los casos son intereses y privilegios fantasmas, es decir, adoptados como promesa de ese ascenso social que nunca llega, excepto en la fantasía de los individuos aferrados a pequeños “éxitos”.
 El objetivo de la LUC son, socialmente hablando, los pobres. Ahora, quienes promueven su derogación en el referéndum publican videos sobre la violencia policial como factor reivindicado por la nueva ley, sin darse cuenta que en todo el mundo las clases medias le temen más a los de abajo que a los de arriba. Según esta psicología, los pobres nos roban con los impuestos y nos roban la billetera en el autobús. Los ricos no. Los ricos saben robar sin que te sientas ni inseguro ni estafado. De hecho, les agradecemos por no estar peor, como los pobres. Es la tradicional moral del esclavo: cualquier mínimo privilegio se lo acreditamos a los que mandan; cualquier pérdida es culpa de los insaciables y perezosos esclavos que siempre quieren más. 
 Uno de esos factores de la nueva Ley es la legalización implícita del “arresto ciudadano”, lo cual se puede rastrear en los linchamientos y las leyes Jim Crow en Estados Unidos para controlar a los negros convertidos en ciudadanos luego de la Guerra Civil. En Uruguay, el racismo ideológico ha sido mínimo (nunca hubo un equivalente al KKK o al partido Nazi), pero nuestro orgullo antirracista debería ser revisado seriamente cuando se trata de racismo cultural y estructural. Esa actitud que nos lleva a sentir “orgullo legítimo” por ser rubios y europeos y, en el mejor de los casos, un “orgullo reivindicativo” por ser pocos indios y negros tan buenitos. Otra consecuencia del colonialismo internacional (imperialismo) y del clasismo nacional (patriotismo). 
 También la tendencia a la proto militarización de la policía en la LUC es otra importación inadvertida. Es la carta de los conservadores en Occidente para reprimir manifestaciones y rebeliones, producto de las políticas neoliberales y capitalistas bajo la vieja excusa de combatir la delincuencia y el desorden producidos por el mismo sistema ideológico que los crea. Chile, Colombia y EEUU tienen más experiencia. 
 El Artículo 45, por ejemplo, mencionando la “Oportunidad para el uso de la fuerza” la justifica “cuando el personal [policial?] advierta la inminencia de un daño [y] deba disolver reuniones o manifestaciones que perturben gravemente el orden público, o que no sean pacíficas”. El artículo 30 de 2008 establecía que “En toda circunstancia, el personal policial debe actuar de forma tal que, racionalmente, evite generar un daño mayor al que pretende impedir [y] está exento de responsabilidad cuando actúa en legítima defensa propia o de terceros”. Por lo cual la sutil y secreta reforma de la LUC consiste en establecer (Artículo 31 bis) la “Presunción de legitimidad de la actuación policial: Salvo prueba en contrario, se presume que la actuación del personal policial en ejercicio de sus funciones, es acorde a las disposiciones constitucionales, legales y reglamentarias vigentes”. 
 El nuevo artículo 43 establece, bajo el mismo espíritu del control y la represión como prerrogativas del derecho ajeno, que “toda persona tiene el deber de identificarse cuando la Policía lo requiera. […] Cuando una persona se niegue a identificarse […] podrá ser conducida a la correspondiente dependencia policial”. Otra vez, la discreción del caso recae en cada policía, quien podrá detener a cualquier ciudadano sin documentos, no basado en un delito cometido sino en una sospecha. 
 Para no hacerlo infinito, un último ejemplo referido a la educación y al miedo a la democracia directa. El Artículo 76 de 2008 establecía que “En todo centro educativo público de Educación Inicial, Primaria, Media Básica y Media Superior y Educación Técnico-Profesional, funcionará un Consejo de Participación integrado por: estudiantes o participantes, educadores o docentes, madres, padres o responsables y representantes de la comunidad. Los respectivos Consejos de Educación reglamentarán su forma de elección y funcionamiento”. Para corregir este descontrol de decisiones en las bases de la sociedad, la LUC corrige la última línea: “Las respectivas Direcciones Generales propondrán al Consejo Directivo Central la reglamentación de su forma de elección y funcionamiento”.
 Ni la LUC ni las políticas de los gobiernos de derecha priorizan las causas de la violencia sobre la represión de sus consecuencias. Lo cual no sólo sería de justicia social sino también de interés general. Un botón de muestra que observo en Estados Unidos y es extensible a sociedades (económicamente) más pobres: El cerebro de un individuo no madura ni se estabiliza por lo menos hasta los 25 años. Quienes son ricos o clase media acomodada pueden y saben cómo tratar a sus hijos más problemáticos, muchas veces jóvenes violentos o deprimidos, con los mejores psicólogos y psiquiatras y con la mejor comprensión de un problema que no se resuelve a fuerza de palos. Los hijos de los pobres (negros, en Estados Unidos) terminan en la cárcel y allí hacen posgrados de delincuencia.
 Sólo esta observación debería ilustrar lo que quiere decir “injusticia social”. Pues no. Para nuestros hijos, profesionales. Para los hijos de los de abajo, policía y mano dura, lo que de paso confirma todos los estereotipos de la cadena cultural. 
 Los países y los estados más armados no son los estados más seguros; los mayores índices de criminalidad coinciden con mayores índices de desigualdad. Pero no nos engañemos: debido a la pandemia, la criminalidad ha descendido en muchos países. Lo mismo las protestas sociales, que reventarán cuando la pandemia y la autorrepresión pasen. 
 Al día de hoy, las encuestas informan que el referéndum contra la LUC perderá por amplio margen. Al día de hoy, hay esperanzas de que el pueblo uruguayo reaccione. Como siempre, en el último minuto.

 Jorge Majfud | 30/12/2021

Coronavirus en Argentina: la inmunidad de rebaño

 


El país se encuentra en un brote de contagios que acelera rápidamente, en 14 días se triplicaron los casos. En Córdoba el contagio es 5 veces más rápido que las “olas” anteriores. Entre el 20 y 26 de Diciembre el alza de contagios fue de un 217%. Afrontamos aproximadamente 34.000 nuevos contagiados.
 En este contexto, Carla Vizzoti, Ministra de Salud, decidió declarar a los contactos estrechos como “nuevos positivos”, para evitar el testeo. Lo que sucede es que las UFU están comenzando a colapsar, por la gran demanda por parte de la población para testearse y el poco personal de salud que hay contratado en los hospitales. Los testeos a su vez escasean, por lo que este anuncio significa sustituir el diagnóstico médico por una reclusión que nadie controla, o sea, una lavada de manos. Lo mismo hacen, por ejemplo, Estados Unidos e Italia, el primero mandando a casa al contagiado por cinco días, el segundo por tres días. Alberto Fernández sugirió también el “autotest”, en una farmacia cercana. Trata de evitar el aumento del presupuesto de Salud y cumplir con el FMI.
 Holanda y China aplicaron cuarentenas que lograron disminuir el porcentaje de infectados. China con una política “Covid cero” ha implementado en el día de hoy otro nuevo confinamiento en la ciudad de Xian con 13 millones de habitantes y 143 contagios. Con esta política, China es el primer país en lograr una ‘recuperación económica’ que al mundo capitalista de la ‘nueva normalidad’ le resulta esquiva. El gobierno chino tiene los ojos puestos también en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín para 2022 y la nueva temporada del año nuevo lunar, dos eventos que atraen al turismo y por lo tanto las ganancias. China logró eliminar casi por completo el virus (en el día de hoy los confirmados positivos fueron 371, sin muertes, en el país más poblado del mundo). Es también el país con mayor desarrollo de pruebas masivas para la detección de posibles infecciones del virus. 
 EE UU y Argentina defienden a muerte la ‘nueva normalidad’, o sea, la convivencia con el Covid. Siguen la lógica de la inmunidad de rebaño. Han acortado el periodo de aislamiento para contactos estrechos, y para infectados sin síntomas es de 5 días. Sin aplicar ninguna medida preventiva. Así, han llegado al medio millón de contagios. Al mismo tiempo, tiene el récord de trabajadores que renuncian a su trabajo debido a las condiciones insostenibles de la presencialidad. Además registra un gran proceso de huelgas.
 En Argentina, tampoco se han implementado medidas preventivas en plena celebración de las fiestas, y cuando hay una suba en el turismo estacional.
 El gobierno de Buenos Aires dictaminó que “(los) profesionales médicos y no-médicos son personas habilitadas para la realización de testeos COVID-19”, una manera de no aumentar el personal de salud requerido en los hospitales. Sin embargo, los médicos en las UFU ya han comenzado a manifestarse: en Navidad algunas UFU pararon sus servicios, a su vez enfermeros se concentraron en la Casa de Gobierno el pasado 28 de Diciembre, para reclamar aumentos salariales, la reapertura de paritarias y el cobro del bono de fin de año.
 Los trabajadores de la salud reaccionan ante la política del capital, que busca el beneficio económico antes que la salud de la población, recargando al personal sanitario sin haber modificado sus condiciones laborales ni salariales. Esta situación va a extenderse a las fábricas, empresas y a los propios hospitales, generando comités de trabajadores, primero para el armado de protocolos de cuidado, que han sido suprimidos cuando se declaró ‘la pos-pandemia’, enseguida con el reclamo del cese de la ‘presencialidad’ en los lugares de trabajo. La nueva variante, Ómicron, se ha ensañado con los mismos, lo que desautoriza los ‘discursos’ de Fernán Quirós y Larreta. 

 Florencia Suárez 
 29/12/2021

martes, 28 de diciembre de 2021

No mientan más: las tres primeras vacunas anticovid de América Latina son cubanas


“No miren arriba”, el fin del mundo en manos del capitalismo


Algunos apuntes sobre “Don´t Look Up” el nuevo éxito de Netflix.

 “No miren arriba” (“Don´t Look Up”) el reciente estreno de Netflix cuenta la historia de dos astrónomos. Uno es Randall Mindy, profesor en la Universidad de Michigan (Leonardo Di Caprio), la otra una estudiante que está realizando un doctorado en astronomía, Kate Dibiasky (Jennifer Lawrence), quien descubre que un meteorito va a estrellarse y destruirá el mundo tal cual existe. Desesperados informan a sus superiores del fatídico descubrimiento, sabiendo que corren contrarreloj para encontrar cómo evitarlo y en cuestión de horas se encuentran volando a Washington para encontrarse con la presidenta de Estados Unidos. Mientras en la Casa Blanca, Janie Orlean (Meryl Streep) está preocupada atendiendo algunos escándalos que la salpican a ella y a su partido a meses de las elecciones legislativas. Su personaje y su entorno recordarán muchas veces al ex mandatario republicano Donald Trump. 

 “Nos mean y la prensa dice que llueve” 

“Exactamente dentro de seis meses y catorce días, un cometa de entre seis y nueve kilómetros de ancho –mucho mayor al que acabó con los dinosaurios– caerá sobre el Océano Pacífico, a cien kilómetros de Chile, y generará un cataclismo de proporciones bíblicas que extinguirá a la humanidad en un abrir y cerrar de ojos”. Está es la noticia que entregarán los científicos al alto mando estadounidense y sorprendidos por ser burlados e ignorados acudirán a los grandes medios en busca de que el mundo tomé conciencia. Pero no importa la veracidad de los hechos que presentan, cuando en las redes son un meme conspiranoico. 
 “Adam McKay -director y guionista- pensó una película sobre la crisis climática, pero creó una sensación de urgencia haciéndola sobre un cometa que golpeará la Tierra y cómo la ciencia se politiza frente a eso” comentó Di Caprio durante la conferencia de prensa de lanzamiento del film. “El personaje de Kate es increíblemente franco, como a su modo lo es Greta Thunberg. Mi personaje, en cambio, trata de jugar dentro del sistema”, agregó. 
 El actor viene desarrollando una militancia ambiental hace unos años con varias producciones sobre la temática en su haber. “Durante décadas busqué una película que tratara sobre el cambio climático, pero es un problema que todos sienten que está en última instancia. La pregunta es qué diferencia podemos hacer nosotros, qué podemos aportar a esta causa”, señala al ser consultado. 

 “El mundo se está desmoronando y a nadie parece importarle” 

Está sátira sobre el capitalismo tiene representado por supuesto a un gran empresario, Peter Isherwell (Mark Rylance), una suerte de Elon Musk, un multimillonario fundador y CEO de la compañía tecnológica Bash y el mayor aportista en la campaña de la Presidenta Orlean. 
 ¿Cómo abordaría una potencial destrucción del planeta un sistema que solo piensa en la mayor productividad y el mayor lucro en mano de unos pocos? Esta comedia plantea que el destino de la humanidad no tiene futuro si quienes pueden hacer algo para salvar el mundo de la catástrofe no trabajan por el bien de las grandes mayorías. 
 Al ser una sátira se encuentra en un equilibrio un poco confuso entre la denuncia y la banalización. Ciencia versus teoría conspiranoica o ciencia ficción. “No miren arriba” se burla de la sociedad capitalista actual mientras intenta enviar un mensaje aleccionador, después de todo, como señala la periodista estrella del canal al que fueron Randall y Kate, «eso es lo que hacemos, alivianar las malas noticias». 
 La película da en el clavo en contar que la humanidad se conduce hacía la destrucción del ambiente y por lo tanto del mundo que habitamos mientras políticos, empresarios y medios nos dicen que “no miremos arriba”. 

 Hay que mirar arriba, antes que sea irremediablemente tarde 

Impulsada por Bash hay una campaña mediática y política en torno al meteorito y las posibles ventajas que acarrearía que incluyen muchos relatos, donde cualquier semejanza con la realidad no son pura coincidencia. Una de ellas es la falsa idea de la generación de empleo y de los potenciales desarrollos que generaría su explotación como recursos naturales, algo como lo que se oye decir en las tierras donde se pretende avanzar con el agronegocio y la megaminería. Parodiando al terraplanismo, la película juega con la idea del descredito a la ciencia y lo extrema en este planteo de evitar levantar la mirada para no ver al meteorito. 
 El film deja ver una incipiente organización que gana lugar en las redes sociales y que encabezan Kate y Randall pero que no logra generar levantamientos que tuerzan el brazo a los líderes mundiales. La humanidad según esta historia, parece destinada a ver pasar el fin del mundo o a lo sumo saquear algunos supermercados. Incluso el guion plantea una falsa expectativa en los gobiernos capitalistas que no lograron entrar al negocio del meteorito (China y Rusia) y que recién cuando se quedan afuera deciden emprender sin éxito un intento de bloqueo a la llegada del meteorito. 
 Pero más allá de la pantalla, en el mundo real, las grandes puebladas como el Chubutazo que logró frenar hace semanas una ley que abría paso a la megaminería en la provincia patagónica, son señales de alerta y una alternativa que muestra que herramientas tenemos a mano para frenar las catástrofes a las que nos empuja el capitalismo. Más cuando el arco gubernamental está saliendo a defender al negociado y cuando los medios burgueses solo se hicieron eco sobre que ‘algo andaba mal’, cuando las oficinas gubernamentales comenzaron a arder y lo hicieron apelando al típico discurso de los “disturbios”. El negocio de la megaminería y la votación exprés quedaron opacados, tras la noticia del fuego en Rawson. 
 La enorme victoria popular no dejó sepultado el operativo minero por parte del gobierno. La propia vocera presidencial, Gabriela Cerrutti es la que viene poniendo la cara en las conferencias de prensa de los últimos días afirmando que “hubo muchas cosas que se dijeron en Chubut que no son ciertas. No es cierto por ejemplo que estuviera comprometido el tema del agua por la explotación de esta mina”. El Chubutazo es una alerta en el mundo real que grita que es hora de levantar la cabeza (y levantarnos), aunque los Arcioni o los Fernández digan a través de Cerrutti “no miren arriba”. 
 Terminando con el film, con muchos condimentos hollywoodenses y el enorme elenco que la componen, hacen de esta película un buen plan para pasar las casi 2 horas y media que dura, palpitando si el mundo está o no por explotar. 

 Beita De

lunes, 27 de diciembre de 2021

Burning: los incendios en Australia y las políticas extractivistas

El “verano negro” del 2019 es un llamado de atención. 

 Los incendios de Australia desde junio 2019 hasta mayo del 2020, pusieron de relevancia que Australia es la síntesis del dilema mundial respecto de los incendios forestales, el cambio climático y cómo influyen negativamente las políticas gubernamentales en función del capitalismo extractivista. Es lo que pone de relieve el documental “Burning”, producido por la plataforma Amazon Prime Video.
 Australia es el país modelo respecto las consecuencias de las producción capitalista tienen un fuerte impacto sobre un territorio. La extracción industrial del carbón, como recurso predominante en su economía, y los incendios generaron un aumento considerable en los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera, incrementando el “efecto invernadero”. El tipo de clima en el país varía según las regiones: desértico, seco, tropical, parte de pradera; incluyendo entre sus variedades de flora bosques fósiles nativos, como eucaliptus y acacias, y fauna única en el mundo, como los canguros. Es decir, un territorio que condensa todos los condicionantes para que, ante un peligro tan grande como lo son los incendios forestales, sin políticas ambientales estrictas, arda y se descontrolen las quemas en cuestión de días, con pérdidas irrecuperables.
 “Burning” fue dirigido por Eva Orner, productora y directora de cine premiada por la Academia Australiana y un Emmy. A través de testimonios de sobrevivientes, personas involucradas en la resistencia de los incendios, investigadores e imágenes sensoriales desoladoras –como lo es el llanto de un koala-, el documental logra sintetizar el conjunto de catalizadores que llevaron a los incendios de 2019 como uno de los más graves en la historia de Australia y sus consecuencias. 
 El rojo del incendio, el sonido espeluznante del viento, la oscuridad total: figuras tan surrealistas como apocalípticas. El fuego se muestra como un animal depredador natural; las llamas de entre 15 y 20 metros, el microclima que se genera a partir de la cantidad de focos de incendios cercanos lleva a las tormentas eléctricas. Es decir, el efecto climático es trágico. Se quemaron más de 23 millones de hectáreas, más de 50 personas perdieron la vida, y cerca de mil millones de animales fallecieron. Pero no sólo hubo consecuencias inmediatas: el documental también refleja los problemas respiratorios, los casos de muerte fetal y el impacto emocional en los supervivientes. 
 La política extractivista en Australia, bajo la influencia de capitales multinacionales como Shell o Chevron, se ve hasta en las convenciones climáticas mundiales en las que el Estado opera para estas corporaciones. El activismo de la juventud que interpeló al primer ministro Scott Morrison –quien en medio del conflicto ambiental se tomó vacaciones- fue atacado en los medios de comunicación como adolescentes que tenían lavado el cerebro o sufrían “ansiedad climática”. Lo cierto es que fueron más de 300.000 adolescentes organizados en las calles durante enero de 2020, movilizados por todo el país y hasta interviniendo directamente en asambleas organizadas por ellos mismos, son un ejemplo para la juventud del resto del mundo. 
 “Burning” puede ser extrapolado a cualquier territorio que sufre incendios y pérdidas irrecuperables en los territorios. Especialmente por cómo operan las políticas económicas en favor del gran capital, cuyos intereses se contraponen la atención de las advertencias de científicos y expertos en el cambio climático. La desidia del Estado ocurre en nuestro país en Córdoba o la Comarca Andina en la Patagonia, implica que las emergencias climáticas solo sean declaraciones impostadas, sin adjudicación o efectivización de los presupuestos necesarios. 

 Julieta Rusconi

domingo, 26 de diciembre de 2021

Perú: el Congreso es un nido golpista y reaccionario


La Unicameral aprobó moción de censura contra el ministro educativo Gallardo.

 Los trabajadores deben salir a la lucha independiente por sus reivindicaciones. 

 El martes 21 de diciembre el parlamento peruano votó la vacancia-destitución del ministro de Educación, Carlos Gallardo. Se le acusa de haber hecho trascender las soluciones a un examen de capacidad que deben rendir los docentes para ser nominados el próximo ciclo lectivo. No hay sin embargo pruebas de esta acusación. Por eso el ministro no quiso renunciar, como se le pedía. Deberá ser el presidente Pedro Castillo el que lo destituya. 
 Una de las causas más directas por las cuales se resolvió la destitución de Gallardo es porque este no se abocó con energía a poner en marcha la “reforma universitaria” que recientemente votó la Unicameral. Con ese rimbombante título estamos en realidad frente a una contrarreforma, porque lo que esta plantea es dar una nueva oportunidad a los dueños de las universidades privadas que han sido cerradas por su bajísima calidad educativa y altos aranceles. Constituía una estafa en toda la línea a la juventud estudiantil y a sus familias que deben empeñarse para costear sus estudios. 
 Se trata de un fuerte y reaccionario lobby empresario. Los mercaderes de la educación son uno de los grupos fundamentales que dieron el golpe que derribó al presidente Vizcarra y nombró sucesor a Merino (depuesto a la semana por la movilización popular) con este reclamo como una de sus banderas. Ahora ha logrado que el parlamento, dominado por la derecha, ofrezca una nueva oportunidad para la reapertura de estas universidades truchas.
 ¡Este es el doceavo ministro destituido en los primeros cinco meses del gobierno de Pedro Castillo! La mayoría derechista del parlamento viene acusando y destituyendo a cualquier funcionario que tenga roces con algún sector empresario o no siga las directivas de las cámaras patronales. Hace 15 días hizo votar la “vacancia” del propio presidente Castillo, por ahora rechazada. Y en los próximos días vienen nuevas acusaciones.
 Para el 29 de diciembre el presidente Castillo está citado por una fiscal que lo acusa de afinidad ideológica con la desaparecida guerrilla de Sendero Luminoso, de presionar y tratar de influenciar resoluciones y de corrupción. Se trata de un trabajo de demolición para obligar a un total alineamiento del presidente con los factores de poder. El ministro de Defensa se ha visto obligado a renunciar porque trató de “influir” en los ascensos militares. Las reaccionarias y represivas Fuerzas Armadas han ganado una total autonomía respecto al poder político gubernamental. 
 El presidente Castillo, se ha olvidado por completo, preocupado por sobrevivir, de su principal promesa electoral: la convocatoria a una Asamblea Constituyente. 
 Ni la derecha, ni las FFFA, ni las cámaras patronales quieren, en el actual marco de inestabilidad política, convocar a una Constituyente por temor de que se dispare un debate nacional sin destino cierto. No debe olvidarse que Pedro Castillo ganó sorpresivamente las elecciones hace seis meses, sin aparato político alguno, canalizando un hastío general de masas explotadas. 
 La presidencia de Castillo es de una pusilanimidad pocas veces vista. Su preocupación principal es cómo detener y desmovilizar las medidas de lucha que van tomando los trabajadores. Es lo que le reclaman las clases dominantes: “desactiven los conflictos”. La jefa de gabinete Mirtha Vásquez está empeñada ahora en levantar los cortes de ruta de pobladores y campesinos que tienen bloqueados el ingreso y egreso de las compañías mineras. Estas no han cumplido con los contratos que indicaban las obras que tenían que ejecutar para no perjudicar la salud y la economía regional (caminos, etc.). 
 Vázquez se jacta de que ha logrado que ocho de trece comunidades indígenas que vienen cortando la ruta hace tres meses, levanten el bloqueo a la mina de Las Bambas, del grupo MMG Limited, estableciendo una tregua hasta el 30 de diciembre. En esa fecha, la jefa de gabinete se comprometió a asistir a la localidad para conformar una mesa de diálogo que tendría “máxima prioridad”. Todo parece un nuevo verso de la ministra, en inteligencia con la patronal, que hace años viene estirando una respuesta elementalmente satisfactoria a los reclamos comunitarios. La jefa de gabinete está empeñada ahora en lograr que las otras cinco comunidades se plieguen a la tregua y levanten los bloqueos.
 Perú Libre, el partido por el cual fue candidato Pedro Castillo, ha sido echado del gabinete. Pero igual sigue “luchando” para que el presidente reincorpore a alguno de los suyos al staff ministerial. Hace una semana se colocó un pedido de vacancia contra la presidenta de la Unicameral con serias acusaciones de complotar por la caída del gobierno. Pero fue rechazada con el voto inclusive de la bancada de Perú Libre. Los diarios publicaron la foto del exjefe de gabinete, Bellido -“vacado” hace unos meses por la presión de la derecha-, en un abrazo político con la presidenta derechista de la Unicameral que empujó su “vacancia”. ¿Síndrome político de Estocolmo? 
 La mayoría derechista del Congreso se blinda contra cualquier tipo de injerencia democrática. Habiendo declarado que está en contra de convocar a una Asamblea Constituyente acaba de aprobar una ley por la cual se inhibe el derecho a presentar un pronunciamiento (con más de dos millones de firmas) reclamando un referéndum para convocar a la Constituyente. Algo a todas luces incluso anticonstitucional. La Justicia analizará si esa ley vale o no. Mientras. el camino utópico de juntar dos millones de firmas corroboradas queda interdicto (sectores derechistas están impulsando otro petitorio para que no se convoque a ningún referéndum, ni Constituyente).
 La central obrera CGTP dirigida por una burocracia sindical stalinista, se ha colocado por completo en el más absoluto seguidismo del gobierno de Pedro Castillo. 
 La presidenta del parlamento, María del Carmen Alva, ha presentado un nuevo paquete de leyes de reforma laboral antiobrera. No solo mantiene en pie todos los avances reaccionarios de gobiernos anteriores, sino que agrega nuevos ataques (hacer más “flexibles” los contratos de trabajo a efectos de que el empleador pueda ponerles fin en el momento que le sea más conveniente, que el Estado asuma los denominados “costos no salariales” de los trabajadores que contrate el empresario, entre otros). 
 El gobierno ha respondido que piensa revitalizar un viejo Consejo Nacional del Trabajo (un “pacto social”) tripartito con representantes de patrones y obreros. La CGTP ha contestado que estaría de acuerdo, si de verdad actuara y produjera modificaciones favorables a los trabajadores. Es pedirle peras al olmo. Las reivindicaciones de los trabajadores serán obtenidas por la organización y lucha independiente de los propios trabajadores. Pero las burocracias sindicales están enfeudadas al Estado burgués. No ven forma de actuar que no esté relacionada con gobiernos pretendidamente “amigos” de los trabajadores. El Estado busca la regimentación de las organizaciones obreras. Pedro Castillo acaba de inaugurar una Escuela de Formación Sindical: quiere un movimiento sindical regimentado a su imagen y semejanza. 
 Es necesario romper toda subordinación política al gobierno patronal que cede sistemáticamente ante los factores de poder. Y se está cavando su propia fosa: será echado cuando ya no le sirva a las clases dominantes para mantener subordinadas a las masas. Es necesario un congreso de trabajadores, con delegados elegidos en fábricas y campos, con representantes de los estudiantes, de los sin techo, para votar un pliego nacional de reivindicaciones y salir a luchar en forma continua y consecuente por ellas con crecientes medidas de acción directa.

 Rafael Santos

La rebelión en Colombia // Entrevista a sus protagonistas


sábado, 25 de diciembre de 2021

El Mayor - Silvio Rodríguez


 
  
Clip realizado a partir de escenas de la película cubana El Mayor (2020), dirigida por Rigoberto López.

Silvio Rodríguez: Mi primera tarea / Documental / 2020


 

 En el año 1961, mas de 100,000 jóvenes protagonizaron la Campaña Nacional de Alfabetización, en la cual lograron, en menos de un año, declarar a Cuba territorio libre de analfabetismo. Entre los miles de adolescentes que participaron en esta epopeya, estuvo Silvio Rodríguez Domínguez, con tan solo 14 años. Aquí nos regala su testimonio, contado en primera persona, sobre la experiencia que definió su vida cuando enseñó a leer y escribir a una familia en una comunidad campesina.

Cuba y las armas selectivas


miércoles, 22 de diciembre de 2021

El socialismo y el hombre en Cuba | Frei Betto en Escuela de Cuadros


¿Un Ejército de la Unión Europea?


El jefe diplomático de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, presentó en noviembre pasado, ante el Consejo de Asuntos Exteriores y de Defensa, la denominada “Brújula Estratégica”, un proyecto cuyo fin es avanzar hacia la creación de un Ejército europeo. El documento busca fijar una estrategia y diseñar una orientación política «acorde» al presente cuadro internacional, a saber, signado por fuertes choques comerciales y por una agudización de los enfrentamientos militares. Se trata de un tópico de larga data, que ha suscitado importantes debates al interior de la UE, y cuya puesta en marcha pretende ser una superación de las maniobras conjuntas que actualmente llevan adelante los ejércitos nacionales. Detrás de este curso, asoma el intento de reforzar el imperialismo europeo, y por lo tanto de la tentativa de profundizar la opresión de la clase obrera del viejo continente y del mundo. 
 El debate sobre un ejército europeo cobró fuerza en noviembre de 2019, después de las declaraciones del presidente francés Emmanuel Macron, quien destacó que la Otan, la alianza militar que integra a Estados Unidos y varios Estados del viejo continente, se encuentra en estado de “muerte cerebral”. Cabe señalar que la posterior retirada unilateral de los norteamericanos en Afganistán, sin ninguna coordinación con sus socios europeos, irritó a Bruselas.
 El documento, de aprobarse en marzo de 2022, tendrá su traducción material en la creación de una fuerza de defensa con “capacidad de actuar cuando sea necesario”. Comenzaría sus operaciones en 2022, con el desarrollo de maniobras en el campo cibernético, en aras de reforzar las herramientas para actuar ante las llamadas “guerras híbridas” (uso de la fuerza con métodos “no violentos”, como la desinformación y los ataques informáticos, etcétera), para transformarse ulteriormente, a partir de 2025, en un Ejército de 5.000 uniformados. La organización y el mando de las tropas quedarían bajo la égida del Estado Mayor de la UE, que hasta ahora ha asumido el control de “misiones no bélicas” (sic), “centradas en la formación en terceros países, como Malí, Somalia o República Centroafricana” (El País, 15/11). La financiación de las tropas, asimismo, estaría a cargo del presupuesto comunitario de la UE. 
 La necesidad de una cooperación militar aparece, según sus impulsores, debido a la “creciente hostilidad de los países que se desmarcan del multilateralismo (guerra comercial y choques entre los Estados) y por el repliegue de Estados Unidos como guardián de los intereses de Occidente”. El borrador apunta contra Rusia, Bielorrusia y alude al conflicto en Ucrania. Desde el punto de vista de los intereses de las burguesías europeas, además, este reforzamiento del militarismo apuntaría a conquistar nuevas esferas de influencia en el mercado mundial, como en la región del Indo-Pacífico, una porción del globo atravesada por todo tipo de choques entre las distintas potencias. 
 Ahora bien, ¿tiene viabilidad el planteo de un ejército europeo? En el marco de las fuertes tendencias a la disgregación de la Unión Europea, es más que dudoso. 
 De hecho, el proyecto, que recogió el apoyo inicial de países como Francia, Alemania y España, ha encontrado una oposición en otros como Países Bajos, Suecia y Dinamarca, y como era de esperarse en aquellos euroescépticos, como Hungría y Polonia, cuyo gobierno está alineado a Estados Unidos. París misma, que en un principio defendía una autonomía militar, se ha terminado mostrando como una de las capitales más proclives a no apartarse de la Otan, a la cual considera un paraguas militar y nuclear imprescindible. La Unión Europea viene asumiendo una mayor independencia en sus movimientos frente a Washington (de hecho, no sigue incondicionalmente la política de sanciones contra China), pero no es suficientemente fuerte para crear una alternativa propia a la alianza atlántica. 
 Incluso se han manifestado discrepancias entre Berlín y París, que se encuentran a la cabeza de los dos mayores proyectos industriales del sector armamentístico, con la construcción de un sistema de combate aéreo. El proyecto de marras ha peligrado en varias ocasiones como consecuencia de las rispideces entre ambos países. Por otra parte, Italia y Polonia temen quedar relegadas y sometidas a un dominio de la industria franco-alemana. En definitiva, se pondera un ejército europeo pero terminan aflorando las rivalidades nacionales. Ni siquiera hay una homogeneidad entre sus integrantes respecto a China y Rusia, ya que se cruzan todo tipo de intereses económicos. 
 La idea de implementar la Brújula Estratégica está condicionada por este conjunto de contradicciones, cuyo telón de fondo es la crisis capitalista mundial y sus expresiones en el viejo continente. El hecho de que las burguesías europeas no hayan podido avanzar en esta línea en momentos donde la UE era más pujante cuestiona la viabilidad actual de esta empresa, que requiere de grandes recursos financieros en un marco donde los Estados se hallan en bancarrota y reina la austeridad. Además, un eventual funcionamiento de la Brújula deberá pasar por el toma y daca del Consejo Europeo, cuyas resoluciones militares requieren el voto unánime de sus miembros. 
 En oposición al militarismo imperialista, se vuelve imperioso que la clase obrera continental luche por la unidad socialista de toda Europa.

 Nazareno Kotzev

El Mozote (El Salvador): a 40 años de la mayor masacre campesina en América Latina


Hace 40 años, el ejército salvadoreño -formado en la escuela (yanqui) de las Américas, en Panamá- cometía la Masacre de El Mozote: "el capítulo más terrible de la larga guerra civil salvadoreña. Entre el 10 y el 12 de diciembre de 1981, soldados del Batallón Atlácatl del Ejército llegaron hasta esa aldea, localizada en la región oriental de este país centroamericano, y perpetraron la peor matanza registrada: al menos 986 personas (552 niños y 434 adultos, entre ellos 12 mujeres embarazadas; todos campesinos). El País (15/12), de Madrid, recuerda que "Durante décadas las víctimas han exigido justicia y los sucesivos gobiernos salvadoreños -tanto de la derechista Arena como la exguerrilla del FMLN- han tenido tímidas reacciones para condenar la sangría, investigarla y enjuiciar a los culpables" (ídem). 
 La complicidad de todo el arco político salvadoreño con la masacre no puede sorprender. El país más poblado de Centroamérica -atravesó una guerra civil con "al menos 75.000 víctimas" (ídem)- es un caso casi único de ´cierre de las heridas´ entre ex contendientes. Los acuerdos de Esquípulas I (1986) y II (1987) que cerraron las guerras civiles de Nicaragua, Guatemala y El Salvador, fueron patrocinados por el grupo de Contadora, un conjunto de países centroamericanos (México, Costa Rica, etc.) bajo la batuta del imperialismo mundial. 
 La masacre que afectó a los pueblos de El Mozote, La Joya y Los Toriles, al norte del departamento de Morazán, llegó al The Washington Post pocos días después. La crónica escalofriante de "una de las primeras reporteras (Gillermoprieto, de ese medio) en llegar hasta la región” fue desmentida inmediatamente por "el Gobierno de EE.UU.: (éste) negó la veracidad de la historia y dijo que había un ´plan´ para desacreditar a las fuerzas armadas salvadoreñas" (ídem). En 1993 un equipo de Antropología Forense de Argentina "corroboró las denuncias de la masacre". Pero "una ley de amnistía aprobada en ese año puso una losa sobre el caso... las víctimas no cejaron en sus esfuerzos por hallar justicia. Se organizaron, buscaron apoyo de instituciones de derechos humanos y el caso llegó hasta la Corte Interamericana, que el 25 de octubre de 2012 reconoció la responsabilidad del Estado sobre las violaciones a derechos humanos perpetradas por el ejército salvadoreño en El Mozote. A pesar de ello, ninguno de los responsables han sido juzgados por los crímenes cometidos. Las víctimas vieron una luz de esperanza en julio de 2016, cuando la Corte salvadoreña declaró inconstitucional la ley de amnistía. Entonces el magistrado Jorge Guzmán reabrió el caso y se convirtió en el juez a cargo". 
 Llegó luego "el tsunami Bukele" quien, tras asumir la presidencia... retiró de un cuartel militar el nombre del teniente Domingo Monterrosa, a quien la Comisión de la Verdad de Naciones Unidas (creada para investigar la violencia durante la guerra civil) había señalado como responsable de la matanza. La alegría, sin embargo, duró poco ... luego que la Asamblea Legislativa, controlada por el oficialismo, aprobara un decreto que obliga a renunciar a los jueces mayores de 60 años o con 30 años de servicio, el juez del caso, Jorge Guzmán, se vio apartado del cargo. En octubre del año pasado, Bukele impidió que se desbloquearan los archivos militares relacionados con la matanza. Tanto el Ejecutivo como el Ejército desobedecieron una orden judicial emitida por el juez Guzmán para la inspección de los archivos como parte del proceso judicial que pretende esclarecer lo sucedido en esa comunidad salvadoreña" (ídem). 
 Entre los jefes de los masacradores de 1981 figuran algunos de los más importantes jefes militares del país hasta hace poco: "dos que formaron parte del Estado Mayor Conjunto del Ejército ... otros fueron jefes de unidades militares importantes, como la Fuerza Área y de Artillería y oficiales que dirigieron el operativo" (ídem). 

 Norberto Malaj 
 20/12/2021

Asamblea Nacional del Poder Popular que sesionó en el Palacio de Convenciones de La Habana


lunes, 20 de diciembre de 2021

Chile: ganó Boric y con el pinochetista Kast la derecha sufre una nueva derrota


Lxs trabajadorxs debemos organizarnos de forma independiente para imponer nuestros reclamos. 

 Con la participación de 8.357.469 de electorxs, que representan el 55.6% del padrón habilitado, resulta como presidente electo el candidato de Apruebo Dignidad Gabriel Boric con el 55,9% contra el 44,1% obtenido por el candidato del Frente Social Cristiano, José Antonio Kast. Con estos números se registra la mayor participación electoral desde la instauración del voto voluntario. 
 Boric se convierte en el presidente más votado de la historia reciente, imponiéndose en 10 de las 16 regiones, con un total de casi 12 puntos de diferencia respecto de su contendiente ultraderechista. La mayor participación en esta segunda vuelta favoreció al candidato centroizquierdista, ello pese a los enormes obstáculos que debieron sortear miles de chilenas y chilenos debido al colapso producido en el sistema público de transporte que suscitó denuncias de amplios sectores desde las primeras horas de la jornada. La responsabilidad en la falta de transporte para concurrir a los locales de votación es del gobierno y el objetivo fue dificultar la movilización electoral de los barrios populares. La respuesta fue un rápido proceso de autoorganización para superar este sabotaje. 

 ¿Qué podemos esperar del gobierno de Boric?

 El candidato de Apruebo Dignidad llega a la presidencia con un programa de gobierno cuya centralidad está dada por la garantía a los intereses de la burguesía. En esta clave hay que analizar el proceso de derechización de sus planteos que se verificó en esta segunda etapa de la carrera presidencial, sobre todo en materia de “seguridad” (represiva), tal y como lo reclamaban empresarios e industriales. El alineamiento de los partidos de la ex Concertación con la coalición triunfante, también viene a reforzar las garantías hacia este sector. De todas formas, las garantías de gobernabilidad que se busca con esta política capituladora queda en entredicho si miramos el cuadro general: Boric deberá gobernar con un Congreso donde la derecha conserva el peso suficiente para obstruir toda iniciativa que signifique una orientación que afecte los pilares del sistema capitalista, todos intactos y que Apruebo Dignidad no pretende afectar. Siempre se podrá echar mano a esa justificación frente a los reclamos por la política de no sacar los pies del plato. Por lo pronto, en sus primeras declaraciones públicas luego del triunfo, señaló que va a gobernar “para todos los chilenos” y pidió a lxs miles que se acercaron a escuchar su discurso que “vuelvan a sus casas con tranquilidad”.
 El escenario que se abre es de gran tensión política y social. La ilusión de amplios sectores de las masas es que el gobierno de Boric resuelva las reivindicaciones negadas por el régimen de los 30 años. Pero los grandes problemas (gratuidad de la educación, nacionalización del sistema previsional, etc.) no serán atendidos. E incluso las promesas de mejoras parciales a las condiciones de vida miserables de las mayorías trabajadoras solo se impondrán con la movilización. El margen del nuevo gobierno es estrecho, ante todo, por la política deliberada de desmovilización que ha caracterizado al Frente Amplio-Partido Comunista principalmente desde la rebelión popular iniciada en octubre del 2019. Para la clase trabajadora en su conjunto se inicia una etapa que debe estar signada por los esfuerzos por poner en pie las instancias de organización independiente para conquistar todos los derechos que, por requerir la afectación de los intereses de los poderes concentrados, no vendrán de la mano de la centroizquierda cómplice del orden de los 30 años.
 Por la libertad de lxs presxs políticxs, por justicia y reparación a las víctimas de la represión estatal, por los derechos de los pueblos originarios. Por todas nuestras demandas, por el camino que abrió la rebelión de 2019. Por un gobierno de las y los trabajadores. 

 Olivia Campos

sábado, 18 de diciembre de 2021

Rocío Monasterio: de Batista… a Franco


Cuba: Discurso del Primer Secretario del PCC en la Clausura del III Pleno de la organización


Depresión y soledad, la pandemia de la pandemia


Imagen: ‘Q Train’ – Nigel Van Wieck

En estos tiempos de la covid-19, donde la incertidumbre parece ser la única certeza y el futuro había pasado a llamarse “nueva normalidad” sin que quede muy claro qué significará eso, apareció una nueva variante del coronavirus, bautizada como Omicron y detectada en Sudáfrica , que prendió todas las luces de alarma en el mundo, estremeció los mercados bursátiles y derrumbó los precios de las materias primas industriales. 
 Las cuarentenas y el distanciamiento social se presentaron desde hace más de año y medio como la mejor arma para enfrentar el virus. Y así, la depresión y la soledad, ya en niveles muy preocupantes, se han disparado con la misma rapidez que el virus. 
 Durante la primera ola de la pandemia sucedió la activación del “todos juntos” para salir de la peste; después, cuando parecía que se había superado llegó la segunda ola y el impacto psicológico fue importante, por la sensación de que todo lo que se había hecho no había servido de nada. Sin duda, el efecto acumulativo tras más de año y medio, es un peligro, ya que se han disparado mucho los trastornos en personas que no los sufrían y se han agravado los trastornos obsesivos.
 Y en esta evolución, el factor económico es “clave”, porque aumentó el desempleo, cayó la seguridad social, el cierre de negocios dejó sin ingreso a familias enteras, crecen las colas de hambre y las ollas populares solidarias. Los sicólogos dicen que son repercusiones que se están empezando a ver ahora, que no aparecen de forma inmediata. 
 La pandemia no terminó y ya entramos en la cuarta variante. Somos conscientes de que continuará hasta que todos los países accedan a la vacunación masiva, la que impiden las grandes empresas farmacéuticas transnacionales que sólo piensan en la lógica capitalista del lucro. Ahora emergió una nueva cepa que pone en riesgo el avance logrado hasta ahora en el mundo. 
 También nos avisa del riesgo de jugar con el miedo con cada variante. La consecuencia es que puede pasar como ocurre en el cuento de Pedro y el lobo y que, de tanto que se diga que una variante es más peligrosa, cuando realmente llegue ya nadie se lo crea. 
 La nueva variante es efecto del acopio de vacunas de los países ricos y amenaza a Occidente a las puertas del fin de año. Aún se conocen muy pocos datos y habrá que esperar varias semanas para analizarlos y tener conclusiones. Pero de lo que se preocupan los medios hegemónicos es sólo de las caídas bursátiles y de los precios del petróleo. ¿La vida no vale nada, querido Pablo Milanés? 
 Si bien la variante Delta monopoliza el paisaje internacional de infecciones, una nueva variante, denominada Omicron (B.1.1529), enciende las alarmas de la comunidad científica. Reportada por primera vez el 11 de noviembre en Botsuana, ya fue identificada en Sudáfrica y en países de otros continentes como Hong Kong, Israel y Bélgica. Tiene más de 30 mutaciones en su proteína Spike (S) y se propaga con velocidad en África. Según la OMS, es una variante de preocupación

 Macondo II

 Miles de personas alrededor del mundo han descubierto durante la crisis del coronavirus que la peste del olvido que castigó a Macondo, el pueblo ficcional de Gabriel García Márquez, es también el relato presente de sus vidas. 
 Álvaro Santana señalaba en The New York Times que en estos tiempos, cuando parece que vivimos en un Macondo global, muchos acuden a Cien años de soledad como si fuese un libro de profecías para comprender el mundo en el que vivimos y sobre todo en el que viviremos tras la pandemia. Rodrigo García, hijo del escritor, contó en una carta a su padre que no pasa un solo día sin cruzarse con una referencia a la peste del insomnio o alguna de sus variantes. 
 El confinamiento físico es también para millones una cuarentena emocional. Un doble encierro que a muchos nos ha arrojado a esa soledad que aquejaba a los habitantes de Macondo. Pero ni en los momentos más fatales de la peste, los habitantes de Macondo se quedaron solos. Se reunían. Se contaban historias. Se hacían compañía. Ayudaban a su comunidad. Pero en la peste de Macondo no murió nadie. 
 Tan antiguas como las pestes son sus efectos sociales. El temor, el miedo que roza y se disfraza de pánico, la desinformación sobre lo que pasa en realidad –tarea de las trasnacionales del terror mediático-, la discriminación hacia los enfermos y quienes los cuidan, la incompetencia de las autoridades para contener la enfermedad, las diversas teorías de la conspiración sobre el origen y la naturaleza de la pandemia… 
 Pero lo único cierto es que la incertidumbre colectiva crece con el paso de los días, junto al brusco aumento de la pobreza y el hambre aquí y acullá también. 
 Los expertos advirtieron ya en 2020 sobre el carácter acumulativo de los efectos psicológicos de la pandemia. También sobre la forma en que la salud mental y el estado anímico influyen sobre el sistema inmunológico y sus respuestas. No hay dudas acerca de la relación entre aislamiento social y empobrecimiento de la salud mental
 La revista Time se preguntaba si la covid-19 estaba empeorando aún más la epidemia de soledad que ya afectaba a Estados Unidos. Antes de la pandemia, un 60% de los estadounidenses decía experimentar algún grado de soledad: sus consecuencias sobre la salud se han asimilado al efecto de fumar 15 cigarrillos por día.
 En pandemia, un trabajo de Social Pro determinó que un tercio de los estadounidenses, en todos los grupos etarios, se sentía más solo que antes de la llegada del coronavirus. Entre los más afectados figuraba el segmento de 24 a 39 años: el 34% decía padecer esta sensación siempre o frecuentemente, mientras que un 47% lo hacía algunas veces. 

 Ministerio de la Soledad 

 El aislamiento y su agudización por el Covid-19 tienen en alerta a varios países, entre ellos Reino Unido y Japón que han puesto en marcha dos dependencias gubernamentales para atender lo que pronostican será la próxima pandemia a enfrentar en el mundo: la soledad. Es que en pleno confinamiento para evitar contagios de Covid-19, aumentó la tasa de suicidios, principalmente en mujeres solas. 
 Para los adultos mayores, ser considerados como grupo de riesgo durante la pandemia tuvo un gran impacto: debieron adaptar sus rutinas, limitar sus contactos, dejar trabajos y ocupaciones y, en muchos casos, someterse al aislamiento. 
 El Ministerio de la Soledad no es un invento japonés: el Reino Unido ya creó esta cartera en el 2018, bajo el gobierno de Theresa May. Fue una forma de reconocer que el aislamiento social de las personas se estaba convirtiendo en un grave problema de salud pública.
 Fue en febrero de 2021 que Japón creó su primer Ministerio para la Soledad, con la encomienda de atender de manera urgente una situación que, de acuerdo con sus datos, provocó que 21 mil personas se quitaran la vida en 2020. Japón es punta de lanza de diversos procesos sociales, como la desazón provocada por el capitalismo (acentuada por la pandemia que se vive) y que la obra del pintor Tetsuya Ishida describió en toda su crudeza. 
 Ishida nació en junio de 1973 y murió a los 32 años, en 2005, en un accidente de tren que posiblemente fue un suicidio. Durante una década, el joven artista pintó lo que consideraba escenas de la vida cotidiana: un Japón atrapado en la desolación de la vida moderna y las exigencias del capitalismo salvaje. 
 Estos tiempos de pandemia nos invitan a superar el humanismo construido sobre la deshumanización de la mayoría y la explotación de la naturaleza. El mundo será diferente, tras la pandemia. ¿Comenzará otra colonización cultural? Los estados, tras el parate, carecerán de recursos y deberán decidir entre pagar deudas o alimentar a sus ciudadanos. El presente –y sobre todo el futuro próximo- será de desempleo masivo y hambre, de depresión y soledad. 
 Hoy la desesperanza, el temor, la soledad, se han mudado también a los murales de América Lapobre, donde se describe en colores el sentir de nuestros pueblos.

 Aram Aharonian | 02/12/2021

 Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Creador y fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

La pandemia es funcional a la ofensiva del capital


La pandemia por el COVID19 está siendo funcional a la ofensiva del capital contra el trabajo, la naturaleza y la sociedad. En efecto, la reestructuración regresiva del orden capitalista, política esencial de la salida de la crisis de los 60/70, nominada como “neoliberalismo”, se profundiza en esta coyuntura de convergencia de crisis sanitaria y económica. 
 La intervención neoliberal se concentró por años en las reaccionarias reformas de la relación entre el capital y el trabajo, desarmando la lógica protectoria construida por décadas de lucha de clases liderada por el movimiento obrero. En primer lugar, se desestructuró el “poder” de trabajadoras y trabajadores en el territorio de la producción, con efecto inmediato en la baja de la sindicalización y el avance en la precariedad laboral, afectando la capacidad de resistencia del movimiento obrero y debilitando la respuesta estratégica de las clases subalternas. Se trata de un fenómeno estructural que se mostró fatal durante la pandemia, con los cierres deliberados de la economía durante el 2020 recesivo, y más ahora, con la recuperación del 2021 que privilegia la ganancia por encima del empleo y los ingresos salariales y populares (jubilaciones y beneficios sociales). 
 Este fenómeno explica la suba de precios de una inflación que amenaza la “estabilización de la economía mundial”. Al respecto, señala el FMI: 
 «El resurgimiento de la pandemia y la última variante, ómicron, han agudizado considerablemente la incertidumbre en torno a las perspectivas económicas mundiales».[1]
 Ratifiquemos que la inflación explica la disputa por la apropiación del ingreso socialmente generado: entre los propietarios de medios de producción, el capital, y el conjunto de la sociedad que vive de la venta de la fuerza de trabajo, sea de manera regular o irregular. Señala la nota difundida por el FMI que: 
 “Correspondería que la Reserva Federal acelerara la reducción paulatina de las compras de activos y adelantara la trayectoria ascendente de las tasas de interés.” 
 Es una sugerencia a la potencia hegemónica del orden capitalista para que restrinja la política de emisión monetaria, cuya consecuencia directa agrava la situación de los países dependientes y fuertemente endeudados con tasas variables aplicadas a su endeudamiento. Convengamos también que la inflación afecta la capacidad de consumo de la sociedad que vive de ingresos fijos, que es la mayoría de la sociedad. Si se observa con detenimiento, los precios suben principalmente en ámbitos estratégicos para la reproducción de la vida: alimentos y energía. Sobre el tema, la nota difundida señala: 
 “El encarecimiento de la energía y de los alimentos ha impulsado la inflación en muchos países. Estos factores mundiales pueden seguir engrosando la inflación en 2022, especialmente los altos precios de los alimentos básicos. Esto tiene consecuencias especialmente negativas para los hogares de los países de bajo ingreso, donde alrededor del 40% del gasto de consumo se destina a la alimentación.” 
 Queda claro que la inflación no afecta a todos por igual, sean países o personas y constituye un mecanismo de la lucha de clases en la distribución regresiva del ingreso y en la consolidación del par que explica la concentración de la riqueza en pocas manos y la extensión de la pobreza, convalidando una profundización de la desigualdad social como tendencia agravada del capitalismo. 
 La pandemia actuó como acelerador de la dinámica de reestructuración reaccionaria del capitalismo. Se consolidó la ofensiva en contra del trabajo, ahora extendido en las formas del “trabajo remoto” o “a distancia”, potenciando la discriminación de género y condenando a la juventud a un primer empleo precario que se perpetúa. A la precariedad laboral se suma una fortísima intervención estatal para sostener la tasa de ganancia y de la actividad empresarial, vía subsidios múltiples que soporta el conjunto social por medio del presupuesto público. 
 Esas políticas fueron asumidas globalmente, como tendencia universal manipulada para el logro del consenso socio político mayoritario. La estrategia del capital se abrió paso en todo el mundo, aún con importantes resistencias, que no alcanzaron a instalar una perspectiva de freno a la ofensiva del capital. Es más, en ese marco, emergieron propuestas de gobierno claramente a la derecha del arco político, demandando la reflexión crítica en la perspectiva de una estrategia alternativa de poder popular para un rumbo favorable a cambios sociales, económicos y culturales con perspectivas de confrontación y superación del orden capitalista. 
 América Latina y el Caribe fue territorio de esperanza en ese sentido, por la recuperación del proceso de cambio en Bolivia, con gigantesco protagonismo social; la ratificación del rumbo socialista en Cuba y el rechazo a las sanciones unilaterales en contra de Venezuela o Nicaragua. Los triunfos electorales en Perú o en Honduras; como las inmensas movilizaciones en Haití, Colombia y Chile, que incluyó la instalación de la constituyente y la disputa electoral de una coalición crítica al régimen pinochetista. La posibilidad de recuperar protagonismo de la integración alternativa, caso CELAC, estimulado desde México, Argentina y los países del ALBA-TCP, supone disputas con la estrategia de la política exterior estadounidense y de las élites de los países en la región. 
 El problema sigue estando en la construcción de la iniciativa política popular, alternativa al orden vigente, en tiempos de continuidad de una crisis integral, civilizatoria, donde la ofensiva capitalista define un rumbo desigual para la humanidad, además de afectar el metabolismo natural desde el modelo productivo de explotación y saqueo. Por eso preocupa el futuro cercano, que puede registrarse en los pronósticos del FMI:
 “…el producto agregado de las economías avanzadas retornaría a su trayectoria tendencial previa a la pandemia en 2022, y que para 2024 la superaría en 0,9%. En cambio, se prevé que el producto de las economías de mercados emergentes y en desarrollo, excluida China, permanezca 5,5% por debajo del pronóstico pre pandémico en 2024.”[2] 
 Son pronósticos en el mediano y largo plazo, de menor capacidad de satisfacción para los pueblos del mundo, incluso en el capitalismo desarrollado, lo que impone una reflexión crítica para un accionar que reinstale una perspectiva esperanzadora de lucha por la liberación y otro orden social sin explotación o saqueo. 
 No es fatal que la suma de pandemia y neoliberalismo defina el rumbo de la sociedad. 
 La masividad del descontento y las protestas constituyen la base material de una subjetividad social en condiciones de asumir una propuesta programática de transformaciones socio económicas y la región latinoamericana y caribeña ofrece experiencias que animan la potencia del cambio social. 

Julio C. Gambina | 18/12/202

 Notas: [1] FMI. Tobias Adrian y Gita Gopinath. Hacer frente a las presiones inflacionarias en medio de una pandemia persistente, en: https://blog-dialogoafondo.imf.org/?p=16691
 [2] FMI. Ruchir Agarwal y Gita Gopinath La economía de la pandemia, en: https://www.imf.org/external/Pubs/FT/fandd/spa/2021/12/pdf/agarwal_gopinath.pdf 

 Julio C. Gambina es presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP

jueves, 16 de diciembre de 2021

"La lucha contra el bloqueo no es solo para Cuba, para toda la humanidad cuya libertad coarta EEUU"


Chile: contra la ultraderecha pinochetista sin depositar expectativas en Boric


A días de que se defina quién será el presidente. 

 El domingo 19 de diciembre tendrá lugar la segunda vuelta presidencial en la que se definirá quién va a gobernar el país en los próximos años: el centroizquierdista Gabriel Boric (FA/PC) o el ultraderechista José Antonio Kast (PR). Las estimaciones dan ventaja a Boric y la gran incógnita es si se logrará revertir el alto porcentaje de abstención que han marcado a elecciones pasadas. 
 Los días siguientes a la primera vuelta, donde Kast se alza con el primer lugar, se caracterizaron por los realineamientos de las coaliciones que quedaron fuera de juego. Este proceso resultó más dificultoso para el candidato de la ultraderecha, pues si bien llega a esta instancia con el apoyo en los hechos de importantes sectores de la derecha oficialista, las divisiones de ésta presentaron problemas para que se dé un encolumnamiento uniforme y rápido detrás el pinochetista Kast. En el caso del candidato de Apruebo Dignidad, el apoyo de los partidos de la ex Concertación operó con mayor naturalidad, lo que en sí mismo da la pauta de la orientación de un eventual gobierno de Boric. 
 Otra de las características de las estrategias asumidas por las coaliciones contrincantes es el corrimiento hacia el centro de sus discursos y planteos programáticos. También en este plano el candidato centroizquierdista Boric jugó con ventaja, ya que su programa de gobierno siempre estuvo centrado en resguardar los intereses del gran empresariado (en el último debate dejó abierta la posibilidad de continuidad de las AFP directamente), más allá del uso de las reivindicaciones de género y la promesa de ciertas mejoras en materia social. Así las cosas, a nadie sorprende y, por lo tanto, resulta más creíble su corrimiento hacia la derecha, que el intento de Kast de ocultar su oscurantismo, misoginia y racismo.

 La derechización de Boric 

La negativa a indultar a “quienes quemaron iglesias y pymes”, en referencia a lxs presxs por luchar, valiéndose de los argumentos de la derecha para criminalizar la protesta social; el guiño a carabineros, pasando del concepto de “refundación” a “reformar”, cuando masivamente el pueblo chileno reclamó la disolución de este aparato criminal, autor de asesinatos, mutilaciones, violaciones y desfalcos de su presupuesto; giro en la política migratoria, que de prometer refugios y viviendas a migrantes pasó a hablar de “fronteras ordenadas”; más dotaciones de carabineros en barrios populares, son solo algunos ejemplos de su abierta y deliberada política de derechización para congraciarse con los sectores que reclaman la profundización de las políticas represivas. 
 El alineamiento de los partidos de la ex Concertación se tradujo en el apoyo abierto del ex presidente Lagos primero y la ex presidenta Bachelet más recientemente, la incorporación al comando de técnicos de la DC y el PS, así como de puntos programáticos de estos sectores. Es decir que, estos partidos de los 30 años, rechazados por el pueblo chileno en las calles y en las urnas, han sido rescatados por Apruebo Dignidad. Tampoco ello es novedoso, ya en la Convención Constituyente se verificó esta política de rescate de la ex Concertación de la marginalidad en que los colocó el voto popular. No debe extrañar que la centroizquierda concertacionista sea parte del gobierno de Boric en caso de imponerse el próximo domingo. 

 La política de la izquierda revolucionaria en este escenario 

Frente al triunfo parcial que obtuvo la ultraderecha pinochetista en primera vuelta, empezaron a pronunciarse los sectores más combativos en relación al voto, llamando a votar a Boric para detener a Kast. Se evidenció, entonces, la tendencia a valerse del voto a Boric y si bien no es uniforme, en muchos casos desde la desconfianza a la coalición del candidato y a su programa político. Con el correr de los días se fueron sumando más organizaciones territoriales, ambientales, sindicales y luchadorxs populares, como Fabiola Campillai y Gustavo Gatica, ambos víctimas de la represión estatal, convocando a impedir el avance del candidato fascistoide por el peligro concreto que representa un gobierno de la extrema derecha conservadora.
 En este proceso hace pie el llamado a votar contra Kast por parte de la izquierda revolucionaria, con una perspectiva que trasciende el plano electoral y pretende preparar las condiciones para las luchas que se plantean en la próxima etapa. Lamentablemente, el Frente por la Unidad de la Clase Trabajadora -que presentó de independencia obrera en la primera vuelta- no ha fijado una posición unitaria en este sentido, lo cual consideramos un error, pues nos priva de la posibilidad de intervenir en este proceso como un frente único, cediendo el terreno a las fuerzas democratizantes que no representan una salida de independencia política para la clase trabajadora. Es evidente que una derrota de Kast el próximo domingo mejora las condiciones para organizar la lucha por las grandes demandas del pueblo chileno movilizado, todas pendientes aún y que un eventual gobierno neoconcertacionista del FA/PC no tiene en sus planes darles respuesta. 

 Olivia Campos

martes, 14 de diciembre de 2021

Biden y una cumbre internacional de la hipocresía


La cumbre internacional por la democracia convocada por el presidente norteamericano Joe Biden, que se realizó en forma virtual el 9 y 10 de diciembre, bien pudo llamarse la cumbre de la hipocresía.
 Mientras excluyó una serie de países con el pretexto de no tener suficientes credenciales en la materia (China, Rusia, Cuba, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Honduras, Bolivia, Venezuela), Biden invitó a las Filipinas de Rodrigo Duterte, donde la oposición sufre una persecución implacable y reinan las ejecuciones extrajudiciales como parte de la “guerra antidrogas”; a la Colombia de Iván Duque, donde son asesinados cotidianamente los activistas sociales y decenas de manifestantes fueron abatidos por luchar contra una reforma tributaria; o al Brasil de Jair Bolsonaro, de quien no hace falta hacer mayores comentarios. El caso más notable de esta arbitrariedad de criterio es el de Venezuela: se convocó al autoproclamado presidente Juan Guaidó, quien intentó usurpar el poder de la nación caribeña por medio de un golpe de Estado.
 La “defensa de la democracia” es un disfraz que Washington usa para hacer valer sus intereses económicos y políticos en el exterior. Llegado el caso, el imperialismo no tiene reparos en apoyar -abierta o sigilosamente- golpes de Estado, incluso contra gobiernos que reúnen los requisitos de la “democracia representativa”, como ocurrió en los últimos años en Honduras y Bolivia.
 Al mismo tiempo que habla de “libertad” y derechos humanos, Estados Unidos sostiene alianzas con los más grandes violadores de ellos a nivel internacional, como Israel y Arabia Saudita. 
 ¿Qué es lo que buscó entonces Biden con su cumbre? El presidente estadounidense trata de alinear al resto del mundo en su cruzada contra Rusia y China, lo que forma parte de un intento por recuperar la influencia perdida en el plano exterior en los últimos años. Uno de los datos de la cumbre, justamente, fue la exclusión de Beijing y la incorporación de Taiwán, sobre la que el gigante asiático reclama su soberanía. Con la cumbre, el demócrata busca retomar una agenda que sufrió un golpe brutal con la huida de Afganistán.
 El gobierno argentino se prestó a esta puesta en escena. Lo hizo como parte de su intento de ganar el aval norteamericano al acuerdo con el FMI. Que Alberto Fernández hiciera críticas en su discurso a la exclusión y al golpe de Estado en Bolivia no compensa este acto de subordinación. La búsqueda de un pacto con el Fondo condiciona el alineamiento internacional del gobierno y lo conduce a una subordinación al imperialismo. Algunas de estas exigencias quedaron al descubierto durante la visita del asesor de la Casa Blanca, Jake Sullivan. 
 La convocatoria de Biden también tuvo una intención doméstica, que se pudo comprobar en las veladas referencias contra Trump, quien impulsó el golpe de Estado tras perder las elecciones. Sobre el estado de la democracia en Estados Unidos, se podría hablar largo y tendido. A la luz de fallos de la Corte que restringen la Ley del Derecho al Voto de 1965, numerosos Estados vienen imponiendo normas que dificultan el sufragio a las minorías y a los nativos.
 Mientras transcurrían las deliberaciones de la cumbre, la justicia británica aceptaba un recurso norteamericano para avanzar en la extradición de Julian Assange, el fundador de Wikileaks. El titular del sitio que expuso los cables secretos que prueban el crimen contra civiles en Irak y Afganistán se enfrenta a una pena potencial de 175 años de cárcel en suelo estadounidense, en tanto que los responsables de los crímenes de guerra que reveló están impunes. 
 Así funciona la principal democracia del mundo. 

 Gustavo Montenegro

Amazon // Tornado, muertes y superexplotación obrera


lunes, 13 de diciembre de 2021

El sistema financiero global flota en un mar de emisión monetaria de los bancos centrales


La aparición de Bitcoin es inseparable de la crisis del 2008 cuando el sistema financiero dominado por el dólar estuvo cerca del abismo. Surgió como una moneda alternativa, pero lo más llamativo ha sido el crecimiento de sus precios. 
 Bitcoin ahora es solo el 40% de la capitalización de las criptomonedas que ya alcanzó 2,5 billones de dólares. Además de Ethereum, Ada, etc. hay más de 8.000 que negocian diariamente más de 180 mil millones de dólares; es un negocio financiero en crecimiento, donde empresas crean nuevas criptomonedas y lanzan su cotización, que no requiere autorización de los reguladores financieros.
 Además las autoridades financieras en Estados Unidos están autorizando los negocios con Bitcoin en los mercados regulados. Se autorizó el primer fondo de derivados de Bitcoin (Bito) que ya comenzó a cotizar en Wall Street y hay en espera varias solicitudes de nuevos fondos. También ya cotiza una plataforma de negocios de criptomonedas, CoinDesk. Y Bitcoin y Ethereum cotizan desde hace meses en los mercados de derivados de Chicago. En una reciente resolución el Banco de Basilea acaba de aceptar que los bancos tengan criptomonedas en sus carteras, con cobertura de 100%. 
 La “institucionalización” de Bitcoin y las criptomonedas de los reguladores norteamericanos contrasta con las prohibiciones del gobierno chino a la minería y el comercio de Bitcoin. Es indudable que el interés en hacer “negocios” y cobrar comisiones del comercio de criptomonedas de los bancos e intermediarios ejerce una gran presión en los reguladores de Estados Unidos. 

 El sistema monetario está suspendido en el aire

 Desde la crisis de 2008 los bancos centrales no cesaron la emisión monetaria para sostener el sistema bancario y a los grandes capitalistas. 
 Al inicio de la pandemia se produjo un abrupto derrumbe de Wall Street que se esparció a todos los mercados, de deuda, materias primas, etc. Las bolsas tuvieron caídas del 50% en pocos días. La bolsa argentina, que viene en descenso desde 2018, también sufrió el derrumbe. Las materias primas no estuvieron exentas y el petróleo, gas, etc. también cayeron. Para hacer frente al derrumbe los bancos centrales liderados por la Reserva Federal de Estados Unidos implementaron reducir las tasas de interés y líneas de créditos “ilimitadas” en los mercados internacionales, dólares en canilla libre para impedir la continuidad del derrumbe. 
 La calma solo fue lograda con una nueva vuelta de tuerca ahora de manera crónica, como un enfermo terminal conectado con un respirador que dé dólares permanentemente. 
 La crisis financiera del 2008, la mayor desde 1929, conmovió los cimientos del sistema capitalista. El “eficiente” mercado de Wall Street demostró ser un castillo de naipes. Los precios de las viviendas cayeron y el colapso de Wall Street se propagó a todo el mundo. El día antes de la quiebra de Lehman Brothers su calificación de solvencia era AAA la más alta, las calificadoras resultaron ser una estafa al servicio de los bancos. 
 Préstamos y compras de los activos desvalorizados en poder de los bancos fue implementado con emisión monetaria. La FED asistió al sistema bancario global, al que se destinaron billones de dólares. El auxilio al sistema bancario contrastó con el abandono de los millones de desalojados que no pudieron refinanciar sus hipotecas y no recibieron ayudas, la “asistencia” fue para los bancos exclusivamente. Mientras que más de 9 millones perdieron su trabajo y 10 millones su casa. En cuatro años 46,5 millones de norteamericanos vivían en la pobreza. La emisión monetaria de la FED estuvo al servicio del sistema bancario, no de la “sociedad”. 
 Ese mismo plan fue profundizado y mantenido hasta hoy con la pandemia. Fue el campo fértil para la suba de las criptomonedas. En marzo de 2020 el Bitcoin cotizaba a 6.000 dólares, en estos días supera los 60.000. Ethereum, cotizaba en 140 dólares y en estos días supera los 4.450, se multiplicó por 30 veces en menos de dos años. 
 Las acciones de tecnología que cotizan en Wall Street, en promedio han duplicado su precio. Con las excepciones de las que lideran el pelotón, por caso Tesla de 100 dólares ahora está superando los 1.100. 
 Las instituciones financieras estuvieron al servicio de mantener el sistema de dominación del capital financiero, impedir una quiebra bancaria, mantener el capitalismo en pie y generar una suba de activos que crea un espejismo de bienestar a una minoría de la población, a costa de millones de desalojos y desocupados sumergidos en la pobreza. La crisis del 2008 y la de 2020 con la pandemia acrecientan la desigualdad social, las subas de la bolsa y las criptomonedas solo favorecen a una porción minoritaria de la población. 

 Desde la pandemia la creación monetaria supera el crecimiento de la economía, en todo el mundo 

El crecimiento de la economía por habitante desde el 2008 en todo el mundo ha sido de 10% y en ese periodo las bolsas han crecido 4 veces (400%), facilitados por los planes de emisión monetaria. La desconexión entre la economía real y los productos financieros se profundiza generando una suba artificial de los activos financieros. 
 Los bancos centrales, liderados por la FED, emiten monedas que compran la deuda que emite el propio Estado, financiando de esta forma el déficit fiscal. La gran liquidez global reduce las tasas de interés y ahora la mayor parte de la deuda pública tiene rentabilidad negativa ante el aumento de la inflación. 
 Las empresas compran sus acciones y aumentan la capitalización de las empresas, la suba de las bolsas está divorciada de las ganancias empresarias que están estancadas. 
 El aumento de la inflación en los países centrales (Estados Unidos, Europa, etc.) está mostrando los efectos de una creación constante de moneda circulante sin un correlato similar en la producción global. 
 El sistema monetario de los países imperialistas da impulso al sistema financiero que ha creado un capital ficticio que ha roto lazos con la actividad económica y la producción de valor.
 Las inversiones en bonos de deuda pública, ahora con el aumento de la inflación, tienen rendimiento negativo. De allí la búsqueda de formas de inversión que mantengan nominalmente los dineros invertidos. 
 Eso es lo que explica la suba del oro y las criptomonedas. Wall Street tiene un mercado en continuo crecimiento en la búsqueda de rentabilidad al dinero ocioso. Incluso los bancos centrales cuyo principal objetivo sería la preservación del valor de sus monedas, tienen inversiones en acciones, por caso el Banco Nacional Suizo (central) que tiene acciones por más de 160 mil millones de dólares en acciones de Wall Street, entre ellas Apple.
 Los llamados fondos soberanos (SWF) de naciones con grandes reservas (Kuwait, Noruega, Arabia Saudita, China, Emiratos Árabes, Singapur, Qatar, etc.) tienen gran parte en inversiones de riesgo como acciones. Los bancos centrales generan liquidez que crea inflación y desvaloriza la fuerza de trabajo.
 Dentro de este sistema las criptomonedas están siendo impulsadas por una corriente de liquidez, bajas tasas y apalancamiento que creo valoraciones que no tienen ninguna correspondencia con su utilidad ni rentabilidad. 
 El sistema financiero para mantener la rentabilidad de los bancos va socavando los fundamentos de la estabilidad que dicen defender. La demostración han sido las crisis del 2008 y más reciente marzo de 2020. 
 Las criptomonedas son un reflejo del descontrol que los bancos centrales tienen del sistema financiero, con sectores al margen de las regulaciones que deberían controlar y que están creando activos financieros fuera del circuito económico de creación de valor y fuera del sistema financiero de las respectivas monedas nacionales.
 La burguesía requiere del Estado que impulse el uso compulsivo de las monedas nacionales, que son la fuente para emitir y financiar el déficit; facilitar el endeudamiento y generar inflación para licuar los salarios. Las criptomonedas demuestran la incapacidad de los Estados de regular y tener el control el sistema financiero, son una demostración de la descomposición del sistema financiero.

Sergio Rivero
Prensa Obrera, 3/11/21  

Prensa libre, libre comercio: ejemplos edificantes de EEUU para Cuba


La ofensiva de la OTAN en Ucrania, una guerra europea


La determinación estratégica de Estados Unidos de incorporar a Ucrania a la OTAN ha desatado una nueva crisis político-militar con Rusia. Las potencias ‘occidentales’ y la prensa internacional presentan los acontecimientos en forma invertida, atribuyendo las advertencias lanzadas contra Rusia como el resultado de una intención, por parte de ésta, de invadir y ocupar Ucrania. Aunque Rusia haya anexado la península de Crimea para proteger su única base militar sobre el Mar Negro y apoye a los sectores que mantienen el control del este de Ucrania, en la región del Donbass, el régimen de Putin carece de las condiciones internas e internacionales para acometer semejante propósito. En el caso de la OTAN, por el contrario, luego de prometer que no extendería su dominio a Ucrania, cuando en 1991 Ucrania accedió a la independencia, y luego hizo lo mismo al firmarse, en 1994, el tratado de desnuclearización del país, en el pacto de Bruselas. Biden dejó en claro, en una reciente reunión con Putin, que Estados Unidos no acepta ninguna clase de “líneas rojas” con referencia a la adhesión de Ucrania a la OTAN. Los medios internacionales informan de manera regular la violación del espacio aéreo de Rusia por aviones de países de la OTAN, y han convertido a las naciones del Báltico en una plataforma militar contra Rusia. Del mismo modo, los medios han oficiado como voceros a la OTAN, al advertir que Rusia ha perdido la “profundidad estratégica”, o sea su vasto territorio, que la protegió contra Napoleón y contra Hitler, como consecuencia de la capacidad de ataque de los misiles de corto y medio alcance que apuntan contra ella. Estados Unidos y la OTAN han boicoteado los acuerdos de Minsk, firmados en 2016, que establecían negociaciones para la reunificación de Ucrania, porque el lado oriental reclamaba convertir al país en una federación, o sea con autonomía para sus regiones. El objetivo fundamental del “euromaidan”, el golpe de estado que desalojó a la oligarquía pro-rusa del gobierno, en 2014, fue incorporar a Ucrania a la Unión Europea y a la OTAN, algo que ya había aceptado, en principio, el gobierno pro-ruso’’ derrocado. La proyección estratégica de la OTAN hacia los confines de Rusia arranca con la balcanización de Yugoslavia (valga la redundancia) y el bombardeo sistemático a la república serbia. La restauración ‘pacífica’ del dominio capitalista en Europa oriental, a través de un acuerdo con la burocracia moscovita, va cobrando la forma menos pacífica de nuevas guerras internacionales de dominación política.
 La crisis en desarrollo comporta, sin embargo, un conjunto de elementos que se encuentran más allá de la disputa por Ucrania. En efecto, una pieza decisiva de la situación presente ha sido la construcción de dos gasoductos que atraviesan el Báltico, para abastecer a Alemania y a una parte de Europa, a cargo del monopolio ruso Gazprom. Más que un acuerdo económico es un acuerdo geopolítico, en primer lugar porque crea un vínculo económico estratégico entre ambos países. La nueva ruta degrada la vía histórica de abastecimiento de gas ruso a Europa a través, precisamente, de Ucrania, lo que pone un fin a las posibilidades de extorsión recíproca, de parte de Ucrania a Rusia y viceversa, pero que deja a Ucrania sin el recurso financiero del peaje por el gas y su propio abastecimiento. La ruta de Báltico resuelve un problema estructural de Europa, pero en especial de Alemania, en la provisión de energía, al margen de que ha creado fuertes rivalidades con compañías europeas de transporte de gas. Pero ese acuerdo tiene un alcance de otras dimensiones cuando se tiene en cuenta que implica una apertura privilegiada del mercado ruso a la producción y a las inversiones de Alemania. Gerard Schroeder, ex canciller de Alemania, se ha convertido en director de la misma Gazprom. El acuerdo ofrece la posibilidad de aumentar el peso del capital germano en Europa del este, en primer lugar, la República Checa y varias naciones desprendidas de Yugoslavia. El saldo comercial que favorece a Rusia financia las inversiones de su socio alemán. 
 El acuerdo ruso-alemán no es perjudicial solamente para Ucrania sino también para Estados Unidos, que ha presionado para que la UE se convirtiera en mercado para el gas licuado producido a partir del ‘shale gas’ estadounidense. Estados Unidos ha respondido con sanciones a las constructoras rusas y alemanas del gasoducto número dos, que luego levantó contra las primeras pero no las segundas. Este segundo gasoducto no ha recibido autorización para operar, aunque se encuentra terminado; enfrenta, además, otras cuestiones legales en Alemania y la UE. Estados Unidos exige que Rusia se comprometa a no interrumpir la provisión de gas por medio de Ucrania. Putin ha respondido con una disminución de la oferta de gas al mercado internacional, con la intención de provocar un aumento sustancial del precio, al que se atribuye gran parte de la ola de inflación que se registra en los principales mercados. 
 La cuestión de Ucrania encubre una disputa internacional de gran alcance potencial, que ha ocupado un espacio importante en la agenda de Trump y ahora de Biden, que se refiere al propósito de Alemania y Francia de convertir a la UE en tercera fuerza en la pulseada, con referencia a Estados Unidos y a China; que incluye una apertura rusa al capital europeo. En el marco de un acuerdo estratégico general reclaman el ingreso de Ucrania a la UE – un objetivo de largo plazo pero en desarrollo, cuando culmine el tremendo ajuste fondomonetarista que se desarrolla en Ucrania. El afán de Rusia de lograr una mayor integración al mercado mundial confronta con la ambición de la UE de convertirla en un satélite económico y financiero, que choca a su vez con los intereses de Estados Unidos de recuperar una hegemonía en decadencia, en oposición a unos y a otros. De modo que la nueva escalada militar de la OTAN contra Rusia, por la incorporación de Ucrania a la alianza militar del imperialismo, se extiende al conjunto de Europa, como parte de un nuevo reparto del mercado mundial por las fuerzas en presencia.

 Jorge Altamira
12/12/2021