sábado, 28 de diciembre de 2013

Siete retos para los jóvenes de América Latina




El tema que me han pedido desarrollar me parece muy procedente, porque junto al conocimiento y la confraternidad entre los participantes, las acciones de solidaridad y demás actividades, estos Festivales son también espacios donde se examinan y debaten cuestiones fundamentales para los jóvenes que trabajan por la creación de un mundo de justicia y libertad para todos.
Quisiera exponer siete desafíos que a mi juicio deben enfrentar los jóvenes de América Latina y el Caribe. Sin dudas hay más retos, y la formulación general no puede tener en cuenta los ámbitos específicos que condicionan la identificación de las realidades, los modos de comprender y sentir, las contradicciones y los conflictos que se enfrentan, los objetivos e instrumentos que se privilegian. Además, seré sintético, como corresponde al tiempo disponible.
Primer reto. Los jóvenes tienen características generales en cuanto tales que no debemos olvidar nunca; ellas siempre son importantes, y pueden llegar a ser decisivas. Pero no existen los jóvenes en general. El primer reto parte de la realidad de que una gran parte de los jóvenes de nuestro continente se enfrentan todos los días al desafío de sobrevivir y encontrar un lugar en el mundo. Padecen hambre o carecen de alimentación suficiente, de servicios de educación y de salud, de empleo, y viven en familias precarias. Saben del trabajo infantil, de la delincuencia de los pobres, la prostitución y el consumo de drogas baratas. Esos jóvenes no están aquí, no conocen lo que hacemos ni nuestros escritos –muchos no podrían leerlos–, ni es probable que les interesen. No suelen votar, porque no sienten suya la política que existe en sus países. Por consiguiente, muchos pueden ser acarreados precisamente por los culpables de la vida que llevan, si les resuelven algunas de sus necesidades perentorias.
El primer reto ante nosotros es romper esa terrible división, que es una de las fuerzas mayores de los enemigos de la Humanidad. Debemos ir a ellos, conocerlos realmente en vez de creer que los representamos, acompañarlos en sus vidas y sus afanes, con el fin de ayudarlos a ser rebeldes y pelear por ideales, ganarnos el derecho a conducirlos en el prolongado y difícil proceso de cambiar sus vidas y las sociedades de explotación, desigualdades, exclusión y opresiones.
Segundo reto. Lograr combinar las tareas y las satisfacciones personales –el amor, el trabajo, el estudio, las inclinaciones particulares– con intereses cívicos, con la necesidad de conocer el mundo en que vivimos y sus problemas. Darles lugar en nosotros a ideales que hacen crecer las dimensiones humanas y brindan una riqueza personal que trasciende, y lograr gobernar la esfera de los egoísmos. Ir más allá de las reacciones esporádicas ante incidentes y los entusiasmos efímeros.
Tercer reto. Tomar conciencia de las claves fundamentales del sistema capitalista y la manera de vivir que genera, difunde y mantiene. Conocer sus hechos, sus instrumentos, su criminalidad despiadada, su conversión de los individuos en agresores entre sí y en indiferentes ante las desgracias ajenas. Conocer las funciones sociales de dominación que cumplen los atractivos que en realidad posee el capitalismo, y que ese sistema constituye un complejo orgánico, lo cual permitirá situarse mejor ante sus manifestaciones. Salir del control que ejerce su sistema de información, formación de opinión pública, entretenimiento y gustos. Pensar las contradicciones y los conflictos, y buscar sus causas. Pero no basta con conocer: en realidad los sentimientos que concentran energías y fomentan motivaciones, y que desatan actitudes y actuaciones, son tan importantes como las ideas y los conocimientos.
Cuarto reto. Vivir la conciencia que se está adquiriendo como un conjunto de ideales, convicciones e ideas que llevan a la actuación. Reunir las capacidades personales, la necesidad de participar en causas justas, los deseos de goces y satisfacciones, los impulsos de rebeldía, los conocimientos que se adquieren, para integrar con el conjunto a una joven o un joven consciente y rebelde.
Quinto reto. Darles permanencia a esas transformaciones conquistadas y convertirlas en guía de los juicios y motor de la actividad, tanto de la vida cotidiana como de las jornadas trascendentes. Es decir, aprender a luchar y a ser militante revolucionario.
Sexto reto. Poner una gran parte de sus esfuerzos, capacidades y sentimientos dentro del cauce de un colectivo, lo que implica ceder una parte del albedrío y de la libertad del individuo, al mismo tiempo que puede crear un instrumento organizativo que multiplique las fuerzas y las cualidades de cada uno y las posibilidades de victoria. Las organizaciones revolucionarias no son una panacea: sus realidades y su historia lo muestran claramente. Por eso, precisamente, no temer a entrar en ellas constituye un reto para los jóvenes revolucionarios, y aún mayor es el reto de no estar dentro de ellas para perder cualidades y asumir rituales vacíos, sino para contribuir a transformarlas en nuevas organizaciones capaces de ser realmente revolucionarias. El desafío está en comprender que la organización y la política son indispensables, y a partir de esa comprensión y la actuación consecuente inventar nuevas formas revolucionarias eficaces de hacer política.
Séptimo reto. Practicar la solidaridad como ley primera de los intercambios humanos y las relaciones sociales. Al actuar y pensar en política, el contenido concreto del medio en que cada uno viva y se mueva serán determinantes, y por consiguiente debe ser priorizado. Pero no podemos olvidar en ningún momento las cuestiones más generales, sus características y sus implicaciones, y los condicionamientos que pone a nuestra acción: tener en cuenta el movimiento en su conjunto. El capitalismo ha logrado universalizarse y universalizar su cultura, y esgrime con gran fuerza esos logros contra la humanidad y el planeta. Pero nos ha enseñado, primero, que podíamos tener dimensiones universales para enfrentarlo, y después, que solo universalizando nuestros combates contra él y por la creación de sociedades libres y justas seremos capaces de hacer permanentes nuestros logros y llegar, entre todos, a vencerlo.
Ser internacionalista es triunfar sobre un desafío vital. El colonialismo ha sido el modo criminal y devastador de mundializarnos del capitalismo, la liberación nacional antimperialista es la ley de la creación de nuevos seres humanos y de sociedades libres. La unión del patriotismo y el internacionalismo es el camino seguro para que ese proceso de creaciones no pueda ser detenido ni derrotado. Es forjar la dimensión que nos une a través y por encima de todas las diferencias y todas las fronteras.
Termino invocando a un individuo cuyo nombre y rostro son como un esperanto para nuestras lenguas y un denominador común para nuestros ideales, porque logró triunfar sobre todos los retos, ascender al escalón más alto de la especie humana y dejarnos a todos un legado invaluable de ejemplos, acciones y pensamiento. Ernesto –que poseía una belleza física y una inteligencia ostensibles– quiso ser profesional, como le era posible a un joven de su medio social, pero al mismo tiempo darse a los más desvalidos y curar leprosos en Perú o en África. Leyó novelas desde niño y filosofía y tratados políticos desde adolescente, albergó el deseo de conocer París, pero caminó a lo largo de su continente para conocer a los pueblos oprimidos y acendró una vocación de entregarse a ellos. Encontró una noche su destino con Fidel y la guerra cubana y supo tomar la decisión más importante antes de que amaneciera. Dio un prodigioso salto hacia delante mediante la práctica revolucionaria consciente y organizada, avance tan grande que hasta le cambiaron su nombre. El Che fue uno de los más grandes y amados dirigentes de la Revolución cubana, pero supo dejar sus cargos y volver al combate internacionalista, hasta dar su vida como comandante cubano y latinoamericano.
Recordemos su grandeza de revolucionario y su tranquilo optimismo cuando, a la hora de otra decisión trascendental de su vida, le escribió a Fidel, nos escribió a todos: hasta la victoria siempre.

Fernando Martínez Heredia
Intervención en la presentación de la Red de Redes En Defensa de la Humanidad, durante el 18º Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, Quito, Ecuador, 12 de diciembre de 2013.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

El Che Guevara y el Movimiento 26 de Julio en la Argentina




Ernesto Guevara,Fidel Castro y el dirigente socialista Alfredo Palacios

Mientras Ernesto “Che Guevara” luchaba en Sierra Maestra, en la Argentina un grupo de exiliados cubanos, conjuntamente con el padre del Che, organizaban el Comité del Movimiento 26 de Julio.

Los padres de Ernesto vivieron como mucha angustia los dos años que duro la lucha revolucionaria en Sierra Maestra. Pocas fueron las noticias que tenían de su hijo. La mayoría de la veces las informaciones oficiales que difundía la dictadura de Batista, señalaban la derrota de los integrantes del Movimiento 26 de julio. Las pocas cartas que posteriormente fueron llegando fueron enviadas a la casa de Carmen Arias, la gallega amiga de la familia que había ayudado a criar a Ernesto y le había puesto de sobrenombre “Tete”. Alfredo Gabela ahijado del Che nos cuenta esta etapa: “Las cartas que enviaba Ernesto estaban firmadas como “Tete” y eran dirigidas a la dirección de mi casa a nombre de mi padre Alfredo Gabela. Cuando llegaban, fuera la hora que fuera, mi padre se acercaba a la casa de los Guevara para acercarle la carta. Mis padres sabían de la importancia que tenía en esta familia, tener noticias de su hijo en Sierra Maestra”.
Don Ernesto Guevara padre del Che nos cuenta en una entrevista realizada en La Habana: “Estuvimos dos años sin tener noticias, salvo los relatos del periodista argentino Jorge Ricardo Masetti, quien estuvo en Sierra Maestra en abril y mayo de 1958 y trajo una charla grabada con el Che y con Fidel. Masetti publicó un libro sobre Cuba: Los que luchan y los que lloran. Sin embargo, los diarios comunicaban con insistencia que las tropas de Batista habían derrotado a los rebeldes, y cada noticia de ésas nos causaba alarma por la suerte del hijo. El 31 de diciembre de 1958, en vísperas de la caída del régimen de Batista, se reunió toda nuestra familia para festejar el Año Nuevo. No estábamos de muy buen humor, porque la radio daba las noticias más contradictorias sobre los acontecimientos cubanos, y del Che sólo sabíamos que lo habían herido en los combates por la ciudad de Santa Clara. En Buenos Aires funcionaba el Comité de Solidaridad con el pueblo cubano, que inclusive tenía comunicación directa por radio con el Estado Mayor de Fidel. Pero ese conducto no era muy seguro, y con frecuencia fallaba. No sabíamos qué ocurría en realidad en Cuba. Aquella noche de Año Nuevo, cuando ya estábamos todos reunidos y no esperábamos a nadie más, cerca de las once de la noche llamaron a la puerta. Abrimos, y en el umbral encontramos un sobre. Hasta la fecha no sé quién lo dejó. En el sobre había esta notita:
“Queridos viejos: Me siento perfectamente. He gastado dos, me quedan cinco. Continúo trabajando. Les escribo poco y así será en lo sucesivo. Sin embargo, confíen en que Dios es Argentino. Les abraza fuertemente a todos, Teté”. Siempre decía que tenía siete vidas, como los gatos. Las palabras “he gastado dos, me quedan cinco” significaban que había sido herido dos veces y le quedaban todavía cinco vidas de reserva. Nos quedamos pasmados y muy contentos del mensaje tan inesperado. No fue la única sorpresa en esa noche memorable. Habrían pasado unos diez minutos, y nos dejaron otro sobre, con una tarjeta que tenía dibujada una rosa roja y decía: “Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo. El estado de Teté es excelente”. Al día siguiente, el 1° de enero de 1959, vinieron a vernos Masetti y Alberto Granado, y nos comunicaron que Batista había huido de Cuba. Una semana más tarde, el 7 de enero, ya liberada La Habana por el Ejército Rebelde, Camilo Cienfuegos quiso darle una agradable sorpresa al Che y envió por nosotros un avión de La Habana. Tanta agitación me hizo guardar cama, y Celia partió sola a La Habana. Al abrazar a su hijo en el aeropuerto no pudo contener las lágrimas. Era la primera vez que eso le ocurría. Yo llegue un mes más tarde.” Aquel 1 de enero Don Ernesto se convirtió en la figura central de la solidaridad con la revolución triunfante. Ese día distintos actos lo tenían como orador central: la concentración en el diario Crítica, la manifestación hasta la embajada cubana. Luego dio un discurso desde el balcón de la misma. El padre del Che era entrevistado por numerosos periodistas argentinos y corresponsales internacionales, algunos incluso al servicio de la CIA. Entre las preguntas más comunes que le hacían, era sobre la ideología comunista de su hijo. Con el fin de que sus declaraciones no fueran utilizadas por la derecha, de forma contundente negaba la ideología comunista de su hijo.

NICOLAS GUILLEN EN BUENOS AIRES

El 25 de julio de 1958 llegaba a Buenos Aires en avión desde Paris, Nicolás Guillen. Habían pasado once años después de su anterior visita a este país. En aquella oportunidad había publicado en 1947, su libro de poesía el “Son Entero”.
En el aeropuerto lo estaban esperando sus viejos camaradas argentinos. Desde Ezeiza lo trasladaron hasta el porteño barrio del Once, donde se hospedo en el Hotel Atlantic, en la calle Castelli Nº 45. Guillen mientras esperaba el triunfo de los revolucionarios martianos, para poder regresar a su país, realiza un sinfín de actividades culturales y políticas. Con la editorial Losada acuerda la edición de su libro inédito “La Paloma del vuelo popular”. En agosto recita sus poemas en Radio el Mundo, en un programa que dirigía el poeta gallego Xavier Bóveda. Su estancia en este país genera -igual que la vez anterior- una gran repercusión popular. El poeta de la negritud es tratado como un verdadero ídolo popular. Realiza numerosos recitales: en el Teatro IFT; Teatro La Mascara; Instituto de relaciones culturales Argentina – URSS. Recorre varias provincias argentinas dando a conocer su poesía. El 29 de septiembre en el Teatro Astral se realiza en su honor un homenaje. En aquella oportunidad Guillen recita sus poemas revolucionarios de apoyo a la guerrilla.
Los últimos días de diciembre, Guillen vive expectante de todo lo que sucede en Cuba. Los teletipos informaban de los triunfos de la guerrilla comandada por Fidel Castro y Ernesto Guevara. El propio Guillen nos cuenta ese momento: “El día de año nuevo me despertó, en mi habitación del hotel en Buenos Aires, una llamada telefónica. Era el escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias, también exiliado en la capital argentina, quien me sorprendió con estas palabras:
-Desde hoy no puedes seguir llamándote Nicolás Guillen Batista, sino Nicolás Guillen Castro – Así fue como con esta ingeniosa manera le llego la noticia de la caída del régimen de Batista en Cuba y del triunfo de la revolución. La argentina estallo de júbilo y Guillen se convirtió en el centro de todas las miradas y felicitaciones. En esas horas de grandes emociones y múltiples llamadas al hotel, uno de sus amigos argentinos le pide una nota urgente. Nos cuenta Guillen: “llamó por teléfono a mi hotel en Buenos Aires el compañero Leónidas Barletta, Director del semanario “Propósitos”, de amplia circulación y lectura. -Guillén, te propongo lo siguiente: esta tarde cerramos el periódico un poco después de las seis y hemos acordado, si es posible, que nos entregues una crónica o un poema en homenaje al Che Guevara que tiene en estos momentos tanto prestigio en tu país. ¿Qué te parece un artículo o un soneto? Lo que sea tendrás que entregarlo apenas después del mediodía.
Yo pegué un salto, excusándome en ambos casos por falta de tiempo. Un soneto no se hace como así, tal vez la crónica. En eso quedamos y cuando colgué... me puse a escribir un soneto. Llamé a Barleta y le entregué los versos. Al día siguiente el propio Barletta me llamó de nuevo, feliz como un niño y me dijo que la Agencia Norteamericana Asociated Press (AP) había otorgado una importancia política grande al poema distribuyéndolo por cable desde Buenos Aires hasta México, es decir, en toda la red noticiosa de esa Agencia. Con ello querían demostrar, según supe, la influencia comunista en Cuba, pues era un cubano de esa militancia quien había hecho un encendido elogio del gran guerrillero argentino, amigo íntimo además del líder triunfante de la Revolución, Fidel Castro.” Después de 6 años de forzoso exilio Nicolás Guillen logra llegar a La habana el 23 de enero. El primer recital que da en la Cuba liberada es en la fortaleza de La Cabaña invitado expresamente por el Comandante Ernesto Che Guevara. “Una mañana, - nos cuenta Guillen- pues, me vi metido en un avión de no recuerdo qué compañía, al cual hubiéramos podido llamar en Cuba lechero, por las distintas paradas que hizo durante el viaje. La principal, sin embargo, fue Chile – con todo dos ó tres días a lo sumo – que me permitió visitar a Tomás Lago (hoy ya fallecido) y a su bellísima esposa, a Laurita Reyes, hermana del poeta Pablo Neruda, que había sido tan cariñosa conmigo durante toda mi primera misión en aquel país, ahora bajo la bota de Pinochet. Pasamos también por Brasil, pero en una estancia más breve que las anteriores, y de allí el gran salto a Cuba. Confieso que no sin vanidad esperaba yo un decoroso recibimiento, pero esa esperanza se frustró porque solo había en el aeropuerto dos personas esperándome. No en balde eran las cuatro de la mañana. ¿A quién se le ocurre recibir amigos tan temprano? Así que cuando llegué a La Habana, y me repuse de tan largo viaje y demorada estancia, comenzó una especie de simpático asedio para incorporarme a distintas organizaciones políticas y artísticas.”

EL ENCUENTRO CON EL CHE

Un mediodía de febrero, -Continua Guillen- al llegar a mi casa encontré recado del Capitán del Ejército Rebelde Antonio Núñez Jiménez, en el cual me comunicaba que el Che Guevara quería hablar conmigo. Hubo una serie de desencuentros, pero, al fin nos vimos en el café que estaba a un costado del Palacio Presidencial. Che Guevara tomó la palabra y me dijo que él quería hablar conmigo para dos cosas: Una, comunicarme que Fidel pensaba y él estaba de acuerdo, en ver el modo de poner en pie alguna organización cultural que sirviera a los intereses de la Revolución; y la otra, que él, es decir el Che, había pensado en mí para ofrecer un
recital de mis poemas en La Cabaña. Yo acepté, por supuesto, y el acto se dio presidido por el Che, quien abrió con palabras muy generosas acerca de mi poesía. Por cierto, que unos días antes del recital, éste fue anunciado en unas hojillas sueltas cuyo título ambiguo no carecía de humor: “Guillén en La Cabaña”. El 20 de febrero, en La Cabaña, Guillén ofreció su recital poético; antes dio lectura a las siguientes palabras. Agradezco profundamente las palabras que acabo de oír, tan generosas. Yo veo al Comandante Guevara esta noche, recuerdo su heroico papel en la guerra de Cuba y pienso en lo que ello significa. Simboliza la unidad en los pueblos de América -Nuestra América, la de Martí y Sarmiento, la de Hostos y Juárez- en la realización de un destino común: su independencia y su libertad. No es la primera vez que un hombre nacido a orillas del Río de La Plata, un argentino, viene a Cuba a sufrir por la libertad de nuestra Patria. A comienzos del siglo pasado, en 1816, llegó a La Habana, José Antonio Miralla, poeta y médico nacido en Tucumán.
Aquí trabajó y conspiró contra la tiranía española. Aquí vivió siete años y fue esa misma tiranía colonial la que, conociendo sus ideas y propósitos, lo obligó a partir hacia los Estados Unidos, primero, y hacia Colombia después. Lo que no le fue dado a Miralla, que murió joven en México sin ver a Cuba libre, le ha sido dado a nuestro Guevara, luchador por nuestra libertad, la libertad de la tiranía de Batista, luchador por nuestra Independencia, la que aún nos falta, por cuya pérdida temió Martí para cuando nos viéramos libres del yugo de España. Pienso también en Máximo Gómez, el Generalísimo, el gran viejo, que no nació en Cuba, pero que ocupó el más alto grado en el Mando de los ejércitos libertadores; pienso en Narciso López, venezolano, creador de nuestra bandera. Todos son América, nuestra gran Patria. Hace apenas un mes, yo vivía en Buenos Aires y guardo la nostalgia de aquella dulce y enérgica tierra, donde se me amó como un hijo de ella. Fue en Buenos Aires donde yo escribí un poema dedicado al Comandante Guevara. Ese poema quise yo que fuera una pequeña demostración de gratitud, un breve tributo de cubano, rendido a este argentino heroico, lleno de fe en el pueblo, en todos los pueblos que hubiera podido ser un capitán de la vanguardia de Maceo en Peralejo, o uno de aquellos hombres de acero con que el General San Martín cruzó los Andes. Si ustedes me lo permiten, yo comenzaré mi recital de esta noche leyendo mi soneto.

CHE GUEVARA

Como si San Martín la mano pura
a Martí familiar tendido hubiera,
como si el Plata vegetal viniera
con el Cauto a juntar agua y ternura.

Así Guevara, el gaucho de voz pura,
brindó a Fidel su sangre guerrillera
y su ancha mano fue más compañera
cuando fue nuestra noche más oscura.

Huyó la muerte. De su sombra impura,
del puñal, del veneno, de la fiera,
solo el recuerdo bárbaro perdura.

Hecha de dos un alma brilla entera
como si San Martín la mano pura
a Martí familiar tendido hubiera.

El biógrafo de Nicolás Guillen, Ángel Augier señala: “a partir de este soneto, prosiguió Guillén su recital. Un soneto perfecto, que une a su maestría artística el espíritu latinoamericano de la tradición revolucionaria cubana, no solo en esas manos de San Martín y Martí que se entrecruzan y en el “agua y ternura” que se intercambian los ríos emblemáticos de ambos países.” No pudo ser más oportuna – agrega Augier- la evocación de Miralla, quién, con el ecuatoriano Vicente Rocafuerte y el colombiano José Fernández Madrid, contribuyó a infundir en José María Heredia - durante la agitada etapa constitucional habanera de 1823- la asunción ideológica de la epopeya bolivariana. Después, ambos, Miralla y Heredia, estuvieron implicados en el vasto proyecto colombo-mexicano de 1825 de liberar la Isla del dominio español. Las fiebres que extinguieron la vida de Miralla a su paso por Puebla – días antes de que llegara Heredia a esa ciudad, en su viaje a la capital mexicana-, dieron muerte al proyecto. Al evocar Guillén al prócer argentino-cubano del siglo XIX, subrayaba una continuidad histórica insoslayable de la epopeya que en 1959 entraba en una nueva fase, cimentada en sólidas raíces.

EL 26 EN LA ARGENTINA

En 1957 se instalaron en la argentina varios exiliados cubanos. Algunos de ellos eran intelectuales vinculados al Partido Ortodoxo. Mientras que el grupo más comprometido con la guerrilla, funda el Comité del Movimiento 26 de julio. Los comités del 26 se habían formado en otros lugares del continente, especialmente en los EEUU. En Buenos Aires la delegación del 26 J. funcionaba en el despacho de Ernesto Guevara Linch padre del Che. Cuando se trataba de reuniones más grandes se realizaban en el local del Centro Orensano. Aquel local también era refugio de los nacionalistas gallegos, que por aquellos años seguían luchando contra la dictadura franquista. Según nos relata el escritor gallego Xosé Neira Vilas que fuera colaborador de este Comité: “Los integrantes del Movimiento 26 de Julio tenían una estrecha relación con los nacionalistas gallegos de Buenos Aires. Las dos organizaciones tenían como enemigos en común a dos dictaduras: La de Franco y la de Batista. Derrotar a uno era como golpear contra el otro”. La escritora cubana Anisia Miranda integrante de Comité 26 de julio recordaba las actividades que realizaban por aquellos años: “A parte de vender los bonos del 26 de J., desarrollábamos distintas tareas de agitación política. El objetivo era que nuestras acciones tuvieran repercusión en los medios de comunicación. Una tarde Santiago Riera me encomienda que hiciera una bandera muy grande para colgar en un edificio emblemático. Así fue que en varios días de paciente trabajo coci una bandera de casi 30 metro de largo. Cuando la misma estaba terminada se decidió que la bandera fuera colgada del Edificio Kavanagh en la zona de Retiro. Por aquellos años era el rascacielos más alto y emblemático de la argentina con 120 metros de altura. Recuerdo que el propio Riera se había trasladado al edificio y previo soborno al portero se traslado hasta el último piso y colgó la bandera. Era común en estas acciones poner algunas cajas que podían disimular ser unas bombas. El objetivo era que tuvieran que actuar los bomberos y retardar la retirada de la bandera. La acción fue un gran éxito. Al otro día los diarios porteños hablaban de acción propagandística.”Recuerdo también que esta misma acción se realizo en otras ciudades del mundo. Especialmente en Paris en la Torre Eiffel” El Comité del 26 J. tenía como animador principal al exiliado cubano cubano Santiago Riera. De profesión ayudante de farmacia, Riera había participado de la conducción del Movimiento 26 de Julio en la Ciudad de Santa Clara. Detenido y torturado logra por intermedio de su hermana mayor, que era monja, exiliarse en el Uruguay y desde allí se traslada a la Argentina. En Cuba había dejado a su mujer y a su hijo pequeño, Santiago. Al poco tiempo de establecerse en Buenos Aires comienza una relación sentimental con la maestra entrerriana, Carolina Aguilar. También participaban del Comité entre otros Benjamín De Yurre encargado de las finanzas, el Dr. Jorge Valdés Miranda encargado de la propaganda, el arquitecto cubano Rafael Granados, Disys Guira, Jorge Beruff Jiménez, un exiliado cubano de sobrenombre Napoleón, Anisia Miranda (cubana de origen gallega), contando con el apoyo de Neira Vilas y Carolina Aguilar compañera de Riera. La labor de este Comité contaba con el apoyo del padre del “Che” Ernesto Guevara Linch, del periodista argentino que había entrevistado al Che en Sierra Maestra Jorge Masetti, Abel Alexis Latendorf y Juan Carlos Coral del Partido Socialista Argentino, inclusive del destacado dirigente socialista Alfredo Palacios. De las actividades de solidaridad también participaba activamente el tío de Fidel, Gonzalo Castro, emigrante gallego que estaba radicado en la argentina.
Quien fuera Diputado Nacional por el Partido Socialista Argentino y secretario de Palacios, Juan Carlos Coral recuerda aquello años de solidaridad con los martianos alzados en armas: “A fines de los años 50 llego a Buenos Aires como exiliada la cubana Disys Guira. La misma había participado de las luchas clandestinas contra Batista. Su compañero Joe Westbrook había sido asesinado el sábado 20 de abril de 1957, en los históricos sucesos de la masacre de la calle Humboldt 7”. Habían transcurrido solamente 39 días del asalto al Palacio Presidencial, el 13 de marzo de 1957, donde un grupo de valerosos combatientes clandestinos trató de ajusticiar al tirano Fulgencio Batista en su propia madriguera. La acción no tuvo el éxito esperado y algunos murieron en combate, otros fueron heridos y el resto se escondió en lugares de aparente seguridad, hasta que pudieran reiniciarse las actividades para derrocar al régimen imperante. Entre los sobrevivientes estaban los jóvenes José Machado Rodríguez, Juan Pedro Carbó Serviá, Fructuoso Rodríguez Pérez y Joe Westbrook Rosales, todos integrantes del Directorio Revolucionario, quienes se ocultaban en el edificio marcado con el número 7 en la calle Humbodlt de la capital cubana. La cobarde delación de un antiguo participante en la lucha, llevo hasta el lugar a los esbirros de la tiranía de Batista, deseoso de venganza, y ahí cayeron abatidos los valerosos luchadores. La estudiante de filosofía Disys Guira ese día, una hora antes de la masacre, había salido del apartamento donde se encontraban con el fin de ir a ver muebles para comprar. En 20 días tenía previsto casarse con Joe Westbrook Rosales. Al regresar a la casa de Humboldt, Disys presencia desde el Malecón la presencia de la policía y la de centenares de curiosos, que presencian los cuerpos asesinados de sus compañeros del Directorio Revolucionario. Sin dudarlo se traslada hasta la casa de otros enlaces de la organización para comunicarle lo sucedido. Los compañeros del Directorio que aún quedan con vida le recomiendan que salga del país y que en el exterior denuncie las atrocidades cometidas Batista. Pocos meses después de estos sucesos se conforma una comitiva del Directorio para denunciar la represión. El avión que los traslada empieza la gira por Buenos Aires, para luego trasladarse a Uruguay y Chile. Al regresar a la argentina se contacta Abel Alexis Latendorf quien por aquellos años era dirigente de las juventudes socialistas y que desde las páginas de La Vanguardia alentaba la solidaridad con el Movimiento 26 de Julio. “Al radicarse en nuestro país -continua Juan Carlos Coral- comienza una relación sentimental con nuestro compañero del Partido Socialista Argentino Abel Alexis Latendorf. Esta dupla sentimental se convirtió en un torrente solidario con la revolución cubana, convirtiéndose en el motor organizativo del Movimiento 26 de julio en la Argentina”. La condición de hijo de gallego de Fidel, suscito una ola de simpatía y solidaridad por parte de la colectividad gallega. La Federación de Sociedades Gallegas en su órgano de prensa “Galicia” señala entusiastamente su apoyo a la revolución cubana. Su director Arturo Cuadrado señalaba en un editorial: “Y ahora Cuba. Fidel Castro es hijo de gallegos. Es muy reciente la historia para contarla. Lo mejor es vivirla…” El comité desarrollaba distintas actividades de solidaridad con la guerrilla cubana. Una de las más importantes era la recaudación de fondos económicos para la compra de armas. Con el fin de lograr el apoyo financiero de la población argentina se editaron unos bonos especiales, que pronto tuvieron un importante éxito. Según algunas fuentes, con esos fondos se lograron comprar algunas armas de contrabando al propio ejército argentino y luego enviadas a Sierra Maestra.
En enero de 1958 llega a la argentina Carlos Rafael Rodríguez uno de los líderes máximos del Partido Socialista Popular (comunista). El periodista Isidoro Gilbert nos cuenta sobre la visita del dirigente comunista cubano:
“Carlos Rafael vino a ver al Partido Comunista argentino y contar de primera mano la situación cubana. Uno de los mensajes que le dejo al PC local era que ellos habían decidido apoyar a Fidel y sumarse a la guerrilla. Recuerdo que en el tiempo que estuvo en Buenos Aires lo vi varias veces. Por cuestiones de seguridad, ya que su visita era clandestina estuvo parando en casa de Carlos Sloninski. Cuando dejo la argentina se traslado a otros países latinoamericanas con el mismo fin. Luego regresa a Cuba y se integra la lucha guerrillera.”

LLEGA LA NOTICIA DE LA HUIDA DE BATISTA

El 31 de diciembre por la tarde el embajador cubano en la argentina convoca a los integrantes del Movimiento 26 de julio y les hace entrega oficial de la Embajada. Del acto participaron miembros del 26 de J. como así también políticos argentinos simpatizantes de la guerrilla, entre los que se encontraba el padre de Che. Después de la intervención de varios oradores entre ellos don Ernesto Guevara Linch y Santiago Riera, se realiza simbólicamente la asunción del nuevo embajador. El Comité del 26 de Julio nombra como representante diplomático interino al doctor Jorge Beruff. Los activistas del 26 de Julio tenían programado trasladarse en tren hasta Venezuela, para luego pasar hasta Cuba. La fecha era el 1 de enero y harían un largo recorrido atravesando varios países con el fin de economizar el coste del traslado. Neira Vilas nos recuerda estos momentos: “Antes de que se marcharan los integrantes del 26 J. para Cuba, el 31 de diciembre nos reunimos en la casa de Carolina Aguilar en Avellaneda, para pasar el fin de año y despedir a Santiago Riera, que al otro día con otros compañeros se marchaban en tren. Esa noche brindamos muchas veces por la caída de Batista.” Así como Guillen se entera telefónicamente de la caída del dictador por su amigo el escritor Miguel Ángel Asturias, el escritor gallego Xosé Neira Vilas es avisado de la misma forma por el propio Guillen: “Durante esa misma madrugada – nos cuenta Neira- recién llegados de la fiesta de despedida de Santiago Riera y del resto de exiliados cubanos que al otro día partían para Cuba, se comunica Nicolás Guillen por teléfono para comunicarme que había huido Batista. Sin perder un solo minuto me comunique con Santiago Riera para darle la tan esperada noticia. Al mismo tiempo para que suspendieran el viaje. Así fue como quedamos citados para ese mismo día en la puerta del diario Critica en la avenida de Mayo para seguir las noticias de los teletipos, que ponían en una pantalla del escaparate de la fachada.” Nicolás Guillen relata: "Yo estaba en Buenos Aires el día que huyó Batista con su séquito. El pueblo en masa se lanzó a la calle tan pronto la noticia circuló en la urbe en las primeras horas de la mañana. A las tres de la tarde, no se podía dar un paseo en las grandes arterias de la ciudad. Millares de personas congestionaban el tránsito, en todos los labios sólo había un nombre: Fidel Castro. Y es que el pueblo argentino había seguido con ansiedad la lucha cubana y había aprendido a odiar a Batista. De manera que la caída del tirano fue celebrada allá (en Argentina) como un acontecimiento nacional". Al otro día, el 1 de enero los miembros del Comité enterados de la huida de Batista convocan a concentrase en la puerta de edificio del diario “Critica”. El diario La Nación, el viernes 2 de enero de 1959. Así relata aquella jornada de júbilo popular:
“En la Avenida de Mayo al 1300, frente al vespertino “Crítica”, se reunió denso gentío que, con declamaciones de adhesión a Fidel Casto y al “Che” Guevara, al movimiento libertador cubano, y simplemente a la libertad, ocuparon la calzada y obligaron a la desviación del tránsito automotor por las calles adyacentes. Desde el balcón del primero piso del vespertino, ornado con banderas argentinas y una enseña cubana, hablaron el doctor Valdés Miranda y Lisi Guera, del movimiento 26 de Julio; el nuevo embajador cubano en nuestro país, Sr. Jorge Beruff Jiménez; el Señor Benjamín De Yure, también del movimiento; el padre del combatiente Ernesto Guevara Lynch; el director de “Crítica”, doctor Santiago Nudelman, y el diputado nacional por la Unión Cívica Radical del Pueblo, Manuel Belnicoff. Ante los repetidos vivas a Cuba y las expresiones de repudio a las dictaduras, a Batista, a Franco, a Trujillo y a Perón, el doctor Nudelman se refirió a este “día glorioso de Cuba”, y pidió el homenaje de un minuto de silencio por “la juventud de América que ha ofrecido su sangre generosamente para que podamos seguir viviendo en libertad”. Exhortó luego: “En la medida en que se oscurece el cielo de la patria americana, seamos forjadores de la libertad”. ¡Viva Cuba Libre! –Terminó- ¡Viva América Libre! ¡Viva la libertad y viva la democracia! El Sr. Belnicoff se refirió luego a la dictadura de Franco y a la que padecimos en nuestro país hasta 1955, y tras hablar de la personalidad de Fidel Castro, dijo que “cuando algún día en las generaciones futuras se pretenda dar la exacta definición del miedo, se dirá: el miedo es un dictador; porque los dictadores, cuando la fuerza los respalda, son valientes y castigan a los pueblos; pero cuando los pueblos se rebelan, los dictadores sólo conocen una actitud: huir. ¡América para la libertad –exclamó-, pare el cielo; los dictadores para la tierra, para la muerte!”. Transmitió la adhesión hacia el pueblo cubano de su partido y finalizó con un “brindis cívico por la civilidad de América, por la caída de Trujillo, de Stroessner, de Somoza, de Franco, y porque retornen a nuestro país todas las libertades, sin presos políticos ni gremiales”. Ese mismo dos de enero la prensa comunista señalaba su apoyo a la revolución. El diario “La Hora” en la primera plana titula: “La lucha popular voltea al agente yanqui Batista”. Con palabras semejantes se refiere el órgano del PC, Nuestra Palabra. Uno días después del triunfo revolucionario el mítico dirigente socialista Alfredo Palacios le envía un mensaje al Comandante Fidel Castro:

“A Fidel Castro. – Buenos Aires, 5 de enero de 1959.

Envió a usted mi mensaje por intermedio del joven y talentoso amigo Dr. Abel Alexis Latendorf.
Entra usted en la historia de América con sus pasos resonantes, como libertador del noble y generoso pueblo de Cubano.
Los argentinos hemos seguido con ansiedad y admiración la hazaña de un hombre de 30 años, que después de duro batallar baja de la montaña, amiga de los hombres libres, y derriba al tirano.. Todas las naciones del continente aplauden al héroe de leyenda, que ahora deberá ayudar a los hermanos que se debaten trágicamente contra tiranuelos despreciables.
Llega usted al poder con todos los prestigios del heroísmo y de la fama. Es usted glorioso. Desprecie la adulación de los cortesanos y póngase del lado de los trabajadores victimas de la injusticia social. Es este mi mensaje, el mensaje de un hombre que lucha por la libertad.”

DESPUES DE LA REVOLUCIÓN LA SOLIDARIDAD

Con el triunfo de la revolución en varios países latinoamericanos se organizan comités de solidaridad. Entre los primeros están los de Venezuela y la Argentina. En Buenos Aires fue creada la Comisión de Solidaridad con la Revolución Cubana presidida por Heber Bressano y teniendo como secretario de Prensa a Abel Alexis Latendorf. La entidad creada, edita el 22 de abril de 1960 su periódico “Cuba revolucionaria” que según el primer editorial nace para: “Poner en manos del pueblo argentino la verdad de la Revolución cubana y poner en manos del pueblo cubano el verdadero sentir de los argentinos es el objeto de esta hoja periodística.” Por iniciativa del Comité Venezolano de Defensa de la Revolución Cubana se convoca en La Habana el Primer Encuentro Latinoamericano de Solidaridad con Cuba. Con el fin de divulgar esta iniciativa viaja una delegación del Movimiento 26 de Julio a la Argentina y a otros países de sur América. La misma estaba presidida por el doctor Carlos Olivares Secretario de Relaciones Exteriores del M. 26 de Julio y la integraban: Miguel Reyes, secretario General de la Federación Tabacalera de Cuba, Luis Martínez y Erasmo Terrero, dirigentes estudiantiles. El Presidente Osvaldo Dorticós por intermedio de la delegación invito a concurrir a este Encuentro a los doctores Risieri Frondizi, Alfredo Palacios y Lucas Ayarragaray. También estaba en la lista de invitados Abel Latendorf que ya había partido para Cuba. En un artículo escrito por el ex dirigente de Partido Comunista Revolucionario (PCR) Chiche Perelman, que en aquellos años militaba en la FJC, nos cuenta algunos aspectos de la solidaridad con este país: “La Revolución Cubana conmocionó particularmente a la juventud. Yo militaba en la FJC, peleábamos por la revolución y el comunismo; y Cuba nos mostraba que era no sólo necesario, sino posible. Por mis tareas fui parte del Comité de Homenaje que se constituyó el 26 de Julio de 1960, aniversario del Asalto al Moncada, colocando una ofrenda floral en el monumento a San Martín. Ahí lanzamos la propuesta de la inscripción de voluntarios para defender a Cuba, primera iniciativa de solidaridad. Se anotaron más de 1.000, y realizamos diversas acciones, como por ejemplo tirar al río a un gusano que vino a denostar a la Revolución Cubana. Una delegación del Movimiento 26 de Julio nos invitó y participamos del 1º Congreso de Solidaridad, que se realizó en Cuba el 30 de abril de 1960. Tuvimos la dicha de participar del multitudinario acto del 1º de Mayo; y en esa oportunidad tuve el privilegio de conversar con el Che, que era presidente del Banco Nacional. Escuchaba con respeto, exponiendo sus opiniones con calidez y absoluta firmeza. Me dejó una gran enseñanza, dijo: "cuando se pierde el parque -refiriéndose a las armas- se recupera del enemigo"; y llevándose el dedo índice a la sien agregó: "lo que no se recupera es si se pierde el parque de aquí" (la ideología). Del 27 al 29 de noviembre de 1960 participamos en Santiago de Chile, con una delegación muy numerosa, de la reunión preparatoria del 1º Congreso Latinoamericano de Juventudes. Al regreso constituimos la Comisión que trabajó por el mismo, que se realizó en la Habana el 1º de enero de 1961 y copresidió el camarada Otto Vargas. Fue otra actividad muy importante de solidaridad. Con otra delegación estuvimos después de la derrota yanqui en Bahía de los Cochinos, el 17 de abril de 1961. Y participamos del multitudinario acto del 1º de Mayo. Desarrollamos campañas de solidaridad material cuando el huracán Flora azotó la isla, que debemos repetir hoy frente a huracanes Ike y Gustav. El trabajo de solidaridad tuvo un muerto: Raúl Alterman, presidente del Ateneo Moisés Levenson, compañero de lucha, asesinado en su domicilio por bandas fascistas. Estuvimos detenidos junto a Alexis Lattendof y otros compañeros del Movimiento de Solidaridad, como María Mastroberti, dirigente de la FJC, Ernesto Giudici y Fernando Nadra.”.
Seguramente estos sean algunos de los aspectos más desconocidos de la vida de Ernesto Guevara en relación con la argentina.

Lois Pérez Leira

BIBLIOGRAFIA:

Augier Ángel Nicolás Guillen, estudio Biográfico- critico. Ediciones Unión. La habana 2005

Aldo Isidrón del Valle, entrevista radial Nicolás Guillen

Guevara Linch, Ernesto: Mi hijo el Che. Editorial Arte y Literatura. Ciudad de La Habana 1988.

La Nación, diario. 2 de enero de 1959.

Testimonios:

Carlos “Calica” Ferrer

Juan Carlos Coral

Xosé Neira Vilas.

Anisia Miranda

Claudia Lantenfof

Alfredo Gabela

Isidoro Gilbert

sábado, 21 de diciembre de 2013

La niña de Guatemala




“Quiero, a la sombra de un ala,/ contar este cuento en flor:/ la niña de Guatemala,/ la que se murió de amor...” El patriota, luchador, político, pensador y enorme poeta cubano que fue José Martí tuvo todo tipo de incidentes y de accidentes espirituales en su pletórica y agitada existencia de sólo 42 años. Estimado ya por sus contemporáneos, el Maestro, el Vidente, el Profeta, el Apóstol, fue un grande y misterioso desconocido, como lo son todos los hombres de genio, y quedan de su existencia enigmas desentrañables y hechos cotidianos que las multitudes a las que dedicó su persona no pudieron ni pueden percibir. Una de las antólogas de testimonios sobre él, Carmen Suárez León, escribe: “Sólo por sus amigos o hasta conocidos circunstanciales podemos saber de sus gustos gastronómicos, su don conversador, su fino trato, el impacto de su voz, la calidad de su mirada o la movilidad de sus manos”. Claro, también, que sus muchos biógrafos, en el afán por enaltecer la figura y ponerla fuera de cualquier territorio humano (hasta cierto punto, legítimo en su caso), esquivan la presente historia o, cuando no pueden hacerlo, la difuminan, pudorosamente.
En marzo de 1877, Martí llega a Guatemala y poco después es nombrado catedrático de literaturas (española, francesa, inglesa, alemana e italiana) y de Historia de la Filosofía en la Escuela Normal Central. Quien la dirigía, José María Izaguirre, un cubano que debió exiliarse por haber seguido a Carlos Manuel de Céspedes, líder independentista y primer presidente de la República de Cuba en Armas, había sido protegido por el presidente guatemalteco Justo Rufino Barrios, liberal y reformador, y encomendado en la dirección de la escuela y en la educación de jóvenes. La escuela había alcanzado nombradía internacional, por lo que su fama llegó a toda América latina y por ende a México, donde comenzaba la larga dictadura de Porfirio Díaz. De allí, como cuenta Izaguirre, llegó una vez “un joven procedente de esa república solicitando plaza de profesor. Su porte era decente, su exterior simpático y su manera de expresarse fácil y agradable. Me cayó bien. Le pregunté quién era y cuáles eran sus aptitudes para el magisterio, a lo cual me respondió:
–Soy cubano, vengo de México y me llamo José Martí. Mis aptitudes para el magisterio...
–¡José Martí! –le interrumpí yo–. Ese nombre no me es desconocido: lo he visto como el del autor de un folleto en que se habla de los martirios que el gobierno español hace sufrir a los pobres cubanos que manda a los presidios de Africa. Acaso...
–Sí, señor, yo soy el autor de ese folleto y el mártir a quien el mismo se refiere.
–Pues bien, señor Martí, su doble merecimiento de cubano y mártir le hacen acreedor a toda mi simpatía: cuenta usted con la colocación que solicita”.
Acto seguido, Martí le dijo que quería ser franco y que, de aceptar la generosa oferta, debía consignar que estaba comprometido para casarse a los pocos meses en México con una joven cubana; que para ello necesitaría más adelante alrededor de un mes y que estaría de vuelta para continuar con la enseñanza. Izaguirre se lo concedió, y efectivamente Martí asumió el cargo, a los pocos meses se marchó por algunas semanas y volvió con su reciente esposa.
“Ella dio al desmemoriado/ una almohadilla de olor./ El volvió, volvió casado/ ella se murió de amor...” Pero en el interín había establecido una relación, no se sabe de qué grado aunque por las consecuencias se supone, con “la niña de Guatemala”, María, una adolescente de buena familia, perteneciente al grupo de hijas del matrimonio García Granados, en la casa que él frecuentaba con asiduidad desde su llegada al país centroamericano, y a quien además daba clases en la Academia de Niñas de Centroamérica. El mismo Izaguirre nos informa: “Entre las hijas del general Miguel García Granados (ex presidente y líder de la revolución liberal) había una llamada María, que se distinguía de sus hermanas como la rosa se distingue de las otras flores. Era alta, esbelta y airosa: su cabello negro como el ébano, abundante, crespo y suave como la seda; su rostro, sin ser soberanamente bello, era dulce y simpático; sus ojos profundamente negros y melancólicos, velados por pestañas largas y crespas, revelaban una exquisita sensibilidad. Su voz era apacible y armoniosa, y sus maneras tan afables, que no era posible tratarla sin amarla. Tocaba el piano admirablemente, y cuando su mano resbalaba con cierto abandono por el teclado sabía sacar de él notas que parecían salir de su alma y que pasaban a impresionar el alma de sus oyentes. (...) desde que Martí frecuentaba la casa, se notó en ella cierta tristeza que nadie se explicaba, así como el silencio en que se encerraba delante de él. Era evidente que algo pasaba en su interior; pero ese algo nadie se lo explicaba y quizás ella misma ignoraba la causa de lo que le pasaba”.
Hasta aquí, la “versión Izaguirre”, algo tradicional y recargada, no sólo por la prosa de la época sino también por los excesos del Romanticismo. Pero hay otras: un estudioso y casi biógrafo de Martí que se llamó Manuel Isidro Méndez, español que se avecindó en La Habana y quedó deslumbrado por la personalidad intelectual y humana de Martí, precisa que el poeta escribe esos versos en el momento en que rompe con Carmen Zayas Bazán y ella lo deja e, inclusive, va al consulado español en Nueva York a “pedir protección” de su esposo –“un desafecto de España”– para poder regresar a Cuba. Y aporta (he aquí la gran contribución) algún documento de los días de aquel retorno, como esta carta de “la niña”: “Hace seis días que llegaste a Guatemala, y no has venido a verme. ¿Por qué eludes tu visita? Yo no tengo resentimiento contigo, porque tú siempre me hablaste con sinceridad respecto a tu situación moral de compromiso de matrimonio con la señorita Zayas Bazán. Te suplico que vengas pronto, Tu niña.”
“Se entró de tarde en el río/ la sacó muerta el doctor./ Dicen que murió de frío/ yo sé que murió de amor.” Ella, sostienen, de 17 años, se ahoga voluntariamente en el río. Sin embargo, el poema no ha sido tomado por los críticos en un sentido único, y no unánimemente consideran que, de parte de Martí, sea humilde y doloroso. Gabriela Mistral hasta le enrostra el hecho de estar “jactándose” de que una muchacha haya muerto de amor por él. Pero la gran poeta chilena no tiene en cuenta que el poema IX de los Versos sencillos, conocido como “La niña de Guatemala”, sólo se publica (y, presumiblemente, se escribe) en 1891, es decir catorce años después. Cuando ya su matrimonio con Carmen Zayas Bazán estaba destruyéndose, y es probable que aquel amor de juventud, frustrado por la palabra empeñada, haya vuelto a su memoria con matices de arrepentida idealización: “Era su frente ¡la frente/ que más he amado en mi vida!”. Así nació una de las tantas piezas maestras que dejó Martí a la lengua y a la poesía latinoamericana (y a la canción, puesto que fue extensamente musicalizada): “Callado, al oscurecer,/me llamó el enterrador;/ nunca más he vuelto a ver/ a la que murió de amor”.

Mario Goloboff

Mandela ha muerto ¿Por qué ocultar la verdad sobre el Apartheid?




Quizás el imperio creyó que nuestro pueblo no haría honor a su palabra cuando, en días inciertos del pasado siglo, afirmamos que si incluso la URSS desaparecía Cuba seguiría luchando.
La Segunda Guerra Mundial estalló cuando, el 1ro. de septiembre de 1939, el nazi-fascismo invadió Polonia y cayó como un rayo sobre el pueblo heroico de la URSS, que aportó 27 millones de vidas para preservar a la humanidad de aquella brutal matanza que puso fin a la vida de más de 50 millones de personas.
La guerra es, por otro lado, la única actividad a lo largo de la historia que el género humano nunca ha sido capaz de evitar; lo que llevó a Einstein a responder que no sabía cómo sería la Tercera Guerra Mundial, pero la Cuarta sería con palos y piedras.
Sumados los medios disponibles por las dos más poderosas potencias, Estados Unidos y Rusia, disponen de más de 20 000 —veinte mil— ojivas nucleares. La humanidad debiera conocer bien que, tres días después de la asunción de John F. Kennedy a la presidencia de su país, el 20 de enero de 1961, un bombardero B-52 de Estados Unidos, en vuelo de rutina, que transportaba dos bombas atómicas con una capacidad destructiva 260 veces superior a la utilizada en Hiroshima, sufrió un accidente que precipitó el aparato hacia tierra. En tales casos, equipos automáticos sofisticados aplican medidas que impiden el estallido de las bombas. La primera cayó a tierra sin riesgo alguno; la segunda, de los 4 mecanismos, tres fallaron, y el cuarto, en estado crítico, apenas funcionó; la bomba por puro azar no estalló.
Ningún acontecimiento presente o pasado que yo recuerde o haya oído mencionar, como la muerte de Mandela, impactó tanto a la opinión pública mundial; y no por sus riquezas, sino por la calidad humana y la nobleza de sus sentimientos e ideas.
A lo largo de la historia, hasta hace apenas un siglo y medio y antes de que las máquinas y robots, a un costo mínimo de energías, se ocuparan de nuestras modestas tareas, no existían ninguno de los fenómenos que hoy conmueven a la humanidad y rigen inexorablemente a cada una de las personas: hombres o mujeres, niños y ancianos, jóvenes y adultos, agricultores y obreros fabriles, manuales o intelectuales. La tendencia dominante es la de instalarse en las ciudades, donde la creación de empleos, transporte y condiciones elementales de vida, demandan enormes inversiones en detrimento de la producción alimentaria y otras formas de vida más razonables.
Tres potencias han hecho descender artefactos en la Luna de nuestro planeta. El mismo día en que Nelson Mandela, envuelto en la bandera de su patria, fue inhumado en el patio de la humilde casa donde nació hace 95 años, un módulo sofisticado de la República Popular China descendía en un espacio iluminado de nuestra Luna. La coincidencia de ambos hechos fue absolutamente casual.
Millones de científicos investigan materias y radiaciones en la Tierra y el espacio; por ellos se conoce que Titán, una de las lunas de Saturno, acumuló 40 —cuarenta— veces más petróleo que el existente en nuestro planeta cuando comenzó la explotación de este hace apenas 125 años, y al ritmo actual de consumo durará apenas un siglo más.
Los fraternales sentimientos de hermandad profunda entre el pueblo cubano y la patria de Nelson Mandela nacieron de un hecho que ni siquiera ha sido mencionado, y de lo cual no habíamos dicho una palabra a lo largo de muchos años; Mandela, porque era un apóstol de la paz y no deseaba lastimar a nadie. Cuba, porque jamás realizó acción alguna en busca de gloria o prestigio.
Cuando la Revolución triunfó en Cuba fuimos solidarios con las colonias portuguesas en África, desde los primeros años; los Movimientos de Liberación en ese continente ponían en jaque al colonialismo y el imperialismo, luego de la Segunda Guerra Mundial y la liberación de la República Popular China —el país más poblado del mundo—, tras el triunfo glorioso de la Revolución Socialista Rusa.
Las revoluciones sociales conmovían los cimientos del viejo orden. Los pobladores del planeta, en 1960, alcanzaban ya los 3 mil millones de habitantes. Parejamente creció el poder de las grandes empresas transnacionales, casi todas en manos de Estados Unidos, cuya moneda, apoyada en el monopolio del oro y la industria intacta por la lejanía de los frentes de batalla, se hizo dueña de la economía mundial. Richard Nixon derogó unilateralmente el respaldo de su moneda en oro, y las empresas de su país se apoderaron de los principales recursos y materias primas del planeta, que adquirieron con papeles.
Hasta aquí no hay nada que no se conozca.
Pero, ¿por qué se pretende ocultar que el régimen del Apartheid, que tanto hizo sufrir al África e indignó a la inmensa mayoría de las naciones del mundo, era fruto de la Europa colonial y fue convertido en potencia nuclear por Estados Unidos e Israel, lo cual Cuba, un país que apoyaba las colonias portuguesas en África que luchaban por su independencia, condenó abiertamente?
Nuestro pueblo, que había sido cedido por España a Estados Unidos tras la heroica lucha durante más de 30 años, nunca se resignó al régimen esclavista que le impusieron durante casi 500 años.
De Namibia, ocupada por Sudáfrica, partieron en 1975 las tropas racistas apoyadas por tanques ligeros con cañones de 90 milímetros que penetraron más de mil kilómetros hasta las proximidades de Luanda, donde un Batallón de Tropas Especiales cubanas —enviadas por aire— y varias tripulaciones también cubanas de tanques soviéticos que estaban allí sin personal, las pudo contener. Eso ocurrió en noviembre de 1975, 13 años antes de la Batalla de Cuito Cuanavale.
Ya dije que nada hacíamos en busca de prestigio o beneficio alguno. Pero constituye un hecho muy real que Mandela fue un hombre íntegro, revolucionario profundo y radicalmente socialista, que con gran estoicismo soportó 27 años de encarcelamiento solitario. Yo no dejaba de admirar su honradez, su modestia y su enorme mérito.
Cuba cumplía sus deberes internacionalistas rigurosamente. Defendía puntos claves y entrenaba cada año a miles de combatientes angolanos en el manejo de las armas. La URSS suministraba el armamento. Sin embargo, en aquella época la idea del asesor principal por parte de los suministradores del equipo militar no la compartíamos. Miles de angolanos jóvenes y saludables ingresaban constantemente en las unidades de su incipiente ejército. El asesor principal no era, sin embargo, un Zhúkov, Rokossovski, Malinovsky u otros muchos que llenaron de gloria la estrategia militar soviética. Su idea obsesiva era enviar brigadas angolanas con las mejores armas al territorio donde supuestamente residía el gobierno tribal de Savimbi, un mercenario al servicio de Estados Unidos y Sudáfrica, que era como enviar las fuerzas que combatían en Stalingrado a la frontera de la España falangista que había enviado más de cien mil soldados a luchar contra la URSS. Ese año se estaba produciendo una operación de ese tipo.
El enemigo avanzaba tras las fuerzas de varias brigadas angolanas, golpeadas en las proximidades del objetivo adonde eran enviadas, a 1 500 kilómetros aproximadamente de Luanda. De allí venían perseguidas por las fuerzas sudafricanas en dirección a Cuito Cuanavale, antigua base militar de la OTAN, a unos 100 kilómetros de la primera Brigada de Tanques cubana.
En ese instante crítico el Presidente de Angola solicitó el apoyo de las tropas cubanas. El Jefe de nuestras fuerzas en el Sur, General Leopoldo Cintra Frías, nos comunicó la solicitud, algo que solía ser habitual. Nuestra respuesta firme fue que prestaríamos ese apoyo si todas las fuerzas y equipos angolanos de ese frente se subordinaban al mando cubano en el Sur de Angola. Todo el mundo comprendía que nuestra solicitud era un requisito para convertir la antigua base en el campo ideal para golpear a las fuerzas racistas de Sudáfrica.
En menos de 24 horas llegó de Angola la respuesta positiva.
Se decidió el envío inmediato de una Brigada de Tanques cubana hacia ese punto. Varias más estaban en la misma línea hacia el Oeste. El obstáculo principal era el fango y la humedad de la tierra en época de lluvia, que había que revisar metro a metro contra minas antipersonales. A Cuito, fue enviado igualmente el personal para operar los tanques sin tripulación y los cañones que carecían de ellas.
La base estaba separada del territorio que se ubica al Este por el caudaloso y rápido río Cuito, sobre el que se sostenía un sólido puente. El ejército racista lo atacaba desesperadamente; un avión teleguiado repleto de explosivos lograron impactarlo sobre el puente e inutilizarlo. A los tanques angolanos en retirada que podían moverse se les cruzó por un punto más al Norte. Los que no estaban en condiciones adecuadas fueron enterrados, con sus armas apuntando hacia el Este; una densa faja de minas antipersonales y antitanques convirtieron la línea en una mortal trampa al otro lado del río. Cuando las fuerzas racistas reiniciaron el avance y chocaron contra aquella muralla, todas las piezas de artillería y los tanques de las brigadas revolucionarias disparaban desde sus puntos de ubicación en la zona de Cuito.
Un papel especial se reservó para los cazas Mig-23 que, a velocidad cercana a mil kilómetros por hora y a 100 —cien— metros de altura, eran capaces de distinguir si el personal artillero era negro o blanco, y disparaban incesantemente contra ellos.
Cuando el enemigo desgastado e inmovilizado inició la retirada, las fuerzas revolucionarias se prepararon para los combates finales.
Numerosas brigadas angolanas y cubanas se movieron a ritmo rápido y a distancia adecuada hacia el Oeste, donde estaban las únicas vías amplias por donde siempre los sudafricanos iniciaban sus acciones contra Angola. El aeropuerto sin embargo estaba aproximadamente a 300 —trescientos— kilómetros de la frontera con Namibia, ocupada totalmente por el ejército del Apartheid.
Mientras las tropas se reorganizaban y reequipaban se decidió con toda urgencia construir una pista de aterrizaje para los Mig-23. Nuestros pilotos estaban utilizando los equipos aéreos entregados por la URSS a Angola, cuyos pilotos no habían dispuesto del tiempo necesario para su adecuada instrucción. Varios equipos aéreos estaban descontados por bajas que a veces eran ocasionadas por nuestros propios artilleros u operadores de medios antiaéreos. Los sudafricanos ocupaban todavía una parte de la carretera principal que conduce desde el borde de la meseta angolana a Namibia. En los puentes sobre el caudaloso río Cunene, entre el Sur de Angola y el Norte de Namibia, comenzaron en ese lapso con el jueguito de sus disparos con cañones de 140 milímetros que le daba a sus proyectiles un alcance cercano a los 40 kilómetros. El problema principal radicaba en el hecho de que los racistas sudafricanos poseían, según nuestros cálculos, entre 10 y 12 armas nucleares. Habían realizado pruebas incluso en los mares o en las áreas congeladas del Sur. El presidente Ronald Reagan lo había autorizado, y entre los equipos entregados por Israel estaba el dispositivo necesario para hacer estallar la carga nuclear. Nuestra respuesta fue organizar el personal en grupos de combate de no más de 1 000 —mil— hombres, que debían marchar de noche en una amplia extensión de terreno y dotados de carros de combate antiaéreos.
Las armas nucleares de Sudáfrica, según informes fidedignos, no podían ser cargadas por aviones Mirage, necesitaban bombarderos pesados tipo Canberra. Pero en cualquier caso la defensa antiaérea de nuestras fuerzas disponía de numerosos tipos de cohetes que podían golpear y destruir objetivos aéreos hasta decenas de kilómetros de nuestras tropas. Adicionalmente, una presa de 80 millones de metros cúbicos de agua situada en territorio angolano había sido ocupada y minada por combatientes cubanos y angolanos. El estallido de aquella presa hubiese sido equivalente a varias armas nucleares.
No obstante, una hidroeléctrica que usaba las fuertes corrientes del río Cunene, antes de llegar a la frontera con Namibia, estaba siendo utilizada por un destacamento del ejército sudafricano.
Cuando en el nuevo teatro de operaciones los racistas comenzaron a disparar los cañones de 140 milímetros, los Mig-23 golpearon fuertemente aquel destacamento de soldados blancos, y los sobrevivientes abandonaron el lugar dejando incluso algunos carteles críticos contra su propio mando. Tal era la situación cuando las fuerzas cubanas y angolanas avanzaban hacia las líneas enemigas.
Supe que Katiuska Blanco, autora de varios relatos históricos, junto a otros periodistas y reporteros gráficos, estaban allí. La situación era tensa pero nadie perdió la calma.
Fue entonces que llegaron noticias de que el enemigo estaba dispuesto a negociar. Se había logrado poner fin a la aventura imperialista y racista; en un continente que en 30 años tendrá una población superior a la de China e India juntas.
El papel de la delegación de Cuba, con motivo del fallecimiento de nuestro hermano y amigo Nelson Mandela, será inolvidable.
Felicito al compañero Raúl por su brillante desempeño y, en especial, por la firmeza y dignidad cuando con gesto amable pero firme saludó al jefe del gobierno de Estados Unidos y le dijo en inglés: “Señor presidente, yo soy Castro”.
Cuando mi propia salud puso límite a mi capacidad física, no vacilé un minuto en expresar mi criterio sobre quien a mi juicio podía asumir la responsabilidad. Una vida es un minuto en la historia de los pueblos, y pienso que quien asuma hoy tal responsabilidad requiere la experiencia y autoridad necesaria para optar ante un número creciente, casi infinito, de variantes.
El imperialismo siempre reservará varias cartas para doblegar a nuestra isla aunque tenga que despoblarla, privándola de hombres y mujeres jóvenes, ofreciéndole migajas de los bienes y recursos naturales que saquea al mundo.
Que hablen ahora los voceros del imperio sobre cómo y por qué surgió el Apartheid.

Fidel Castro Ruz
Diciembre 18 de 2013
8 y 35 p.m.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Datos prueban que sistema sanitario de Cuba es superior al de EEUU: ¿por qué lo ocultan?




Es difícil encontrar una investigación periodística que compare de manera rigurosa los sistemas de salud públicos y privados en el mundo. Las empresas mediáticas respaldan ideología e intereses del sector empresarial privado (2). Además, las aseguradoras y clínicas privadas, un sector en expansión por las políticas de privatización de servicios de salud, son un potencial cliente de espacios publicitarios al que los medios no deben incomodar (3).
Para acceder a un trabajo de este tipo debemos acudir a los medios alternativos o a trabajos de bloggers independientes. Es el caso del físico y bloguero Alberto Sicilia, que ha analizado los datos oficiales de salud de varios países ricos, todos pertenecientes a la OCDE, a partir de las estadísticas de la propia OCDE (4).
Nos indica que el país industrializado con la menor protección sanitaria pública garantizada es EEUU, con un 27,4 % de la población, en contraste con otros países industrializados, donde roza el 100 %.
El conjunto de indicadores de salud de la población de dichos países parece arrojar una conclusión evidente: la mayor cobertura pública en servicios sanitarios garantiza una mejor salud de la población. Y desmiente la tesis de que la gestión privada es más eficiente que la pública en esta materia.
Por ejemplo, la mortalidad infantil en EEUU es de 6,7 por cada mil nacidos vivos, frente al 4,8 de Reino Unido o al 2,5 de Suecia. Y las estadísticas de la OCDE no lo dicen, pero sí las de UNICEF (5): EEUU tiene peor indicador de mortalidad infantil que un país del Tercer Mundo cercano a sus costas y al que bloquea desde hace casi 60 años: Cuba, que este año ha rebajado su índice a 4,2 (6).
Otro dato curioso aportado por la OCDE es el relativo a la enfermedad de la diabetes. EEUU presenta el mayor índice de personas que sufren la amputación de sus pies por agravamiento de dicha enfermedad: 36 por cada cien mil, frente al promedio de 12 en los países de la OCDE. Y es curioso que Cuba tenga un índice de 4,9, siete veces menor al de EEUU. La explicación: la aplicación en el sistema público de la Isla del medicamento cubano Heberprot-P, que evita dichas amputaciones, muchas de las cuales –recordemos- derivan en fallecimientos (7). Y más curioso aún es que este medicamento cubano comienza a comercializarse ya en otros países (8), pero no en EEUU, porque las leyes del bloqueo a la Isla lo prohíben (9).
Más datos relevantes: consecuencia directa del coste económico de las consultas médicas, EEUU es uno de los países con menor ratio de visitas por paciente al año: 4, menos de la mitad que Cuba, con 9,2 visitas por habitante y año (10).
La estadística de la OCDE nos dice, además, que en el país más rico y poderoso del planeta, más de un tercio de las personas enfermas no pueden seguir su tratamiento por problemas económicos. Algo absolutamente impensable incluso en las zonas rurales más montañosas y apartadas de Cuba, en las que la atención médica personalizada, el seguimiento domiciliario y los medicamentos están garantizados y son gratuitos o altísimamente subvencionados (11).
Existen otros interesantes datos de salud al margen de la estadística de la OCDE. Por ejemplo, según la Organización Panamericana de la Salud, Cuba tiene mayor densidad de recursos humanos en el área de salud que EEUU: 134,6 por cada diez mil habitantes, frente a los 125,1 de EEUU (12).
En cualquier caso, si es cierta la tesis de que la gestión privada es más eficiente que la pública, aunque los resultados sean inferiores, el gasto sanitario en un país como EEUU debería ser muy inferior. Las estadísticas, sin embargo, demuestran lo contrario: la población estadounidense es la que más dinero gasta en sanidad, con 8.000 dólares al año por persona, el doble que el de la mayor parte de los países industrializados. Pero ¿y si lo comparamos con el gasto sanitario en Cuba? En la Isla el gasto per cápita anual es de 435,91 pesos cubanos (13). Si empleamos el cambio de 25 pesos por dólar, empleado por los medios –siempre fuera de contexto- para asegurar que el salario cubano no supera los 20 dólares (14), llegaríamos a la conclusión de que Cuba gasta 17 dólares al año por persona en sanidad. Es decir, que invirtiendo 470 veces menos que EEUU, logra mejores indicadores de salud.
Todos estos datos parecen demostrar varias cosas. Una, que la supuesta ineficiencia del sistema socialista cubano no es demostrable en lo que respecta a los servicios sanitarios; dos, que los sistemas de salud pública en el mundo son superiores en resultados y eficiencia a los privados; y tres, que los medios prefieren mirar para otro lado ante un hecho de evidente relevancia informativa: que un país pobre y bloqueado como Cuba es superior en casi todos los renglones sanitarios a la mayor potencia económica del mundo.

José Manzaneda

(1)http://lapupilainsomne.wordpress.com/2013/11/26/una-gran-mentira-y-algo-mas/ (2)http://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2013/11/30/sanidad-privada-amenazas-oportunidades/635852.html (3)http://www.adeituv.es/noticias-master-marketing-sanidad-privada/ (4)http://www.principiamarsupia.com/2013/11/21/la-gran-mentira-de-la-sanidad-privada-en-8-graficos/ (5)http://lta.reuters.com/article/domesticNews/idLTASIE7020LL20110103 (6)http://www.europapress.es/latam/cuba/noticia-cuba-cuba-alcanza-minimo-historico-mortalidad-infantil-20131204153535.html (7) http://heberprot-p.cigb.edu.cu/index.php/es/ (8) http://spanish.china.org.cn/international/txt/2013-03/31/content_28406775.htm (9)http://www.cubainformacion.tv/index.php/objetivo-falsimedia/52610-congresista-de-eeuu-acusado-de-traidora-por-proponer-compra-de-medicamento-cubano-que-evita-amputaciones (10) http://files.sld.cu/dne/files/2013/04/anuario_2012.pdf (11)http://nepabuleici.wordpress.com/2012/06/27/salud-publica-cubana-para-campesinos-de-montana-y-zonas-rurales/ (12)http://www.cubainformacion.tv/index.php/destacadoscol/53476-no-es-noticia-organizacion-panamericana-de-la-salud-certifica-que-cuba-tiene-mas-personal-sanitario-que-eeuu-y-canada (13) http://lapupilainsomne.wordpress.com/2013/11/26/una-gran-mentira-y-algo-mas/ (14) http://www.elmundo.es/america/2013/10/22/cuba/1382446530.html

Fuente: http://www.cubadebate.cu/especiales/2013/12/13/datos-prueban-que-sistema-sanitario-de-cuba-es-superior-al-de-eeuu-por-que-lo-ocultan-video/

El saludo entre Barack Obama y Raúl Castro: Las preguntas que faltan




Prácticamente todos los medios de comunicación del mundo se han hecho eco del saludo entre el presidente estadounidense, Barack Obama, y el líder cubano Raúl Castro en el funeral de Nelson Mandela. Algunos se han remitido al saludo casual entre Fidel y Bill Clinton durante la Cumbre del Milenio del año 200o en la ONU, pero esta vez no ha habido casualidad y sin embargo los medios no han hecho las preguntas pertinentes y mucho menos han buscado las respuestas correctas.
¿Por qué el presidente de Cuba ocupó un lugar tan prominente en la ceremonia, ya que entre las más de cien importantes personalidades extranjeras presentes sólo hablaron seis: potencias o grandes economías como Estados Unidos, China, la India y Brasil y el vecino más ligado históricamente a Sudáfrica, Namibia?
¿Por qué estaba Raúl Castro ubicado exactamente frente al lugar por el que entró el presidente Obama, de modo que era inevitable un encuentro entre ambos?
¿Por qué el presidente de Estados Unidos, que en otros escenarios se ha negado a aceptar la presencia del líder cubano, no pudo hacerlo esta vez, ni tampoco logró evitar la preminencia otorgada al presidente de Cuba?
Una cuarta pregunta que sí ha intentado responder alguna prensa: ¿Qué consecuencias, si las tiene, traerá lo ocurrido en las relaciones entre ambos países?
Para comenzar a responder hay que remitirse al apoyo prolongado y decisivo de Cuba a la lucha contra el Apartheid y por la liberación de los pueblos africanos del colonialismo. El propio Nelson Mandela resumió así los orígenes de la relación de Cuba con el Congreso Nacional Africano (ANC):
“¿Dónde hay un país que haya solicitado la ayuda de Cuba y que le haya sido negada? ¿Cuántos países amenazados por el imperialismo o que luchan por su liberación nacional han podido contar con el apoyo de Cuba? Debo decir que cuando quisimos alzarnos en armas nos acercamos a numerosos gobiernos occidentales en busca de ayuda y solo obtuvimos audiencia con ministros de muy bajo rango. Cuando visitamos Cuba fuimos recibidos por los más altos funcionarios, quienes de inmediato nos ofrecieron todo lo que queríamos y necesitábamos. Esa fue nuestra primera experiencia con el internacionalismo de Cuba”.
El líder al que se honró en el estadio de Soweto estableció claramente la relación entre la victoria de las tropas cubanas en la batalla de Cuito Cuanavale y el fin del Apartheid en Sudáfrica:
“¡La decisiva derrota de las fuerzas agresoras del apartheid destruyó el mito de la invencibilidad del opresor blanco! ¡La derrota del ejército del apartheid sirvió de inspiración al pueblo combatiente de Sudáfrica! ¡Sin la derrota infligida en Cuito Cuanavale nuestras organizaciones no habrían sido legalizadas! ¡La derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale hizo posible que hoy yo pueda estar aquí con ustedes! ¡Cuito Cuanavale marca un hito en la historia de la lucha por la liberación del África austral! ¡Cuito Cuanavale marca el viraje en la lucha para librar al continente y a nuestro país del azote del apartheid! La decisiva derrota infligida en Cuito Cuanavale alteró la correlación de fuerzas en la región y redujo considerablemente la capacidad del régimen de Pretoria de desestabilizar a sus vecinos. Este hecho, conjuntamente con la lucha de nuestro pueblo dentro del país, fue crucial para hacer entender a Pretoria que tenía que sentarse a la mesa de negociaciones”.
Por esa razón, el presidente de Cuba fue el orador que cerró el homenaje internacional a Nelson Mandela. Raúl Castro fue presentado por la coordinadora nacional del ANC, Bapela Mbete, que como reseña el diario Granma: “al invitar al Presidente cubano a hacer uso de la palabra, recordó, visiblemente emocionada, que representaba al país que había contribuido a liberar a Sudáfrica; al país vencedor en la batalla de Cuito Cuanavale, que tanto impacto tuvo para la lucha contra el apartheid”. Las palabras de Mbete, como las referencias de Mandela a Cuba, que permitirían entender el por qué del papel de Raúl Castro en la ceremonia, han sido absolutamente silenciadas por los grandes medios de comunicación pero Obama tuvo que escucharlas, al igual que las pronunciadas en el mismo sentido por el vicepresidente del ANC, Ciryl Ramaphosa, al concluir el discurso de Raúl .
Tomando en cuenta esa historia y la gratitud de Mandela hacia Cuba, expresada particularmente en su amistad con Fidel, los organizadores del acto decidieron otorgar al presidente cubano un espacio de honor. E hicieron más, colocaron a Raúl Castro en un lugar en que al presidente de Estados Unidos le era inevitable encontrarlo de frente al entrar al escenario. Como es obvio, el gobierno estadounidense conoció con anterioridad el protocolo del homenaje y no tuvo más remedio que aceptarlo.
Sudáfrica no es Colombia, el país en que se organizó la más reciente Cumbre de las Américas, al que EE.UU. impuso la exclusión de Cuba de ese cónclave, ni tampoco es Panamá, la sede del próximo evento de ese tipo en 2015. La nación refundada por Mandela pertenece al mundo nuevo que obligó a Barack Obama a replantearse su decisión de invadir Siria y el presidente norteamericano no está en condiciones de imponerle protocolos, negarle invitados o cancelarle oradores, un escenario al que deberá adaparse EE.UU. de manera creciente en buena parte del planeta. Su cambio del guerrerismo bushista hacia el soft power obamista es un intento de responder a esa necesidad, aunque Obama preserve su papel de tribunal y verdugo en las ejecuciones que ordena a través de los drones.
Respondiendo a esa realidad, en el funeral de Mandela, Obama acató lo que los sudafricanos organizaron, no tenía otro camino para aprovechar ese escenario y lanzar su discurso demagógico. Tampoco podía negarse a saludar al líder cubano en un contexto como ese, sería una torpeza colosal que mancharía el homenaje en contradicción con el legado de Nelson Mandela que el presidente norteamericano trata de mostrar como propio. De algún modo, el Secretario de Estado John Kerry, lo reconoció ante la congresista cubanoamericana Ileana Ross Lehtinen que lo increpó durante una audiencia legislativa en el Capitolio de Washington: “Hoy era un día para homenajear a Nelson Mandela. El presidente estuvo en un funeral internacional y no eligió quién asistía”.
El gobierno de Estados Unidos está cada vez más cuestionado por su cerco contra Cuba, lo sucedido en Soweto es una gota en un vaso cada vez más lleno y empuja en la dirección del cambio. El ex canciller británico David Owen, interrogado al respecto por la BBC, expresó: “Esto abre el camino para que mejoren las relaciones entre ambos, algo que se necesita desde hace mucho tiempo”.
Y sí, si el gobierno de Barack Obama quisiera aparentar un mínimo de coherencia con el legado de Nelson Mandela, aprovecharía la positiva acogida mundial de este encuentro para avanzar en la relación con Cuba. Lo ocurrido este diez de diciembre se inscribe en el reclamo universal para que Estados Unidos cambie su política hacia la Isla. El propio Obama y su Secretario de Estado reconocieron semanas atrás el carácter obsoleto de la misma, incluso para cumplir los objetivos de “cambio de régimen” que Washington preconiza desde hace más de cinco décadas hacia la Isla y que este gobierno continúa enarbolando. La repercusión de este saludo guarda estrecha relación con eso y si no fuera así, una representante de los interesados en mantener el status quo con Cuba, como Ros-Lehtinen, no hubiera reaccionado del modo en que lo hizo.
La mayoría de los oradores extranjeros en el funeral de Nelson Mandela representaban grandes potencias, Cuba es la potencia moral que Estados Unidos no ha logrado doblegar. Su política exterior de principios es una de las causas por la que Washington se ha empeñado en derrocar la Revolución de Fidel y Raúl Castro, y es también la que ha hecho posible un escenario en que el jefe del imperio se incline -a los ojos del mundo- ante el presidente de una Isla con once millones de habitantes cuya economía bloquea y cuyo gobierno intenta derrocar. Demasiado subversivo para que el periodismo de superficie que se practica en los grandes medios, ese que no se hace preguntas, intente buscar respuestas.

Iroel Sánchez

jueves, 12 de diciembre de 2013

La industria farmacéutica cubana al servicio de la salud




Cuba posee en su desarrollo biotecnológico de medicamentos el segundo producto de exportación detrás del níquel. Los 141 productos que exporta en este rubro suponen un ingreso de 400 millones de dólares anuales que son destinados a garantizar la gratuidad de la salud en la isla.

Desde comienzos de la década de 1980 la industria biotecnológica cubana apuntada al desarrollo de medicamentos ha ido creciendo sin prisa pero sin pausa. Actualmente ocupa el segundo lugar en las exportaciones de Cuba detrás del níquel.
Pero no sólo hay que destacar el desarrollo de medicamentos en términos cuantitativos si no también cualitativos. Las vacunas y otros productos farmacéuticos producidos en la isla apuntan principalmente a combatir enfermedades que afectan a los países subdesarrollados. Un espacio vacante ya que a las grandes empresas farmacéuticas no les resulta rentable producir para personas que no pueden pagar.
Finalmente, y a diferencia de los grandes laboratorios multinacionales, las ganancias generadas por esta producción son utilizadas, en Cuba, para garantizar la gratuidad de la salud en general y de todos los medicamentos que se producen en el país.

Algunos logros recientes

Este es un repaso de algunos de los 141 productos que Cuba desarrolla y que suponen un ingreso anual de 400 millones de dólares para el país. Además del dinero, la industria biotecnológica es una herramienta eficaz para romper el bloqueo estadounidense ya que la elaboración de medicamentos únicos lleva a diversos países a buscar la forma para adquirir la producción cubana.

Cólera

Cada año se enferman de cólera en el mundo entre tres y cinco millones de personas, principalmente en países subdesarrollados. Sobre ese número mueren, en el mismo periodo de tiempo, entre 100 mil y 120 mil, según datos de la Organización Panamericana de la Salud. En este marco es que Cuba viene desarrollando hace una década dos nuevos tipos de vacunas contra esta enfermedad.
Hace algunos meses, el Instituto Finlay de La Habana informó que están trabajando para obtener una vacuna atenuada y otra inactivada para combatir el cólera. La vacuna atenuada implica un compuesto conformado por el organismo vivo de la enfermedad pero al que se le extraen los factores de virulencia. Se aplica de forma oral, simulando la infección natural y en comparación con las que existen en el mundo, tiene la ventaja de que se administra en una sola dosis eliminando el virus en menos de 72 horas.
La otra vacuna que desarrolla el instituto cubano es la que se denomina “inactivada”. La diferencia con la atenuada es que está compuesta por microrganismos muertos y que su producción resulta mucho más barata. El desarrollo de este otro tipo de vacuna no sólo tiene que ver con una cuestión de costos sino con la posibilidad de llegar a más pacientes. Las vacunas atenuadas pueden afectar a los pacientes con su sistema inmunológico disminuido, como los que padecen Sida. De esta forma se garantiza una alternativa para estas personas.

Meningitis

También el Instituto Finlay logró desarrollar la VA-MENGOC-BC, única vacuna disponible en el mundo contra la enfermedad causada por el meningococo B (meningitis B) a partir de un brote que se dio en la isla a principios de la década de 1980. Luego de pasar todas las pruebas pertinentes, desde 1991 está incluida en el plan nacional de vacunación.
Por otra parte, a mediados de 2006, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó un SOS internacional pidiendo la producción masiva y a bajo costo de la vacuna polisacárida contra la meningitis A y C, con destino a 23 países del llamado “cinturón de la meningitis” de África, que se extiende desde Senegal hasta Etiopía, y donde viven 430 millones de personas.
Sólo una empresa transnacional (la “Sanofi Pasteur”) fabricaba estas vacunas pero, debido a su baja rentabilidad, había reducido drásticamente sus volúmenes de producción, algo que ponía a África al borde de la emergencia sanitaria.
Ninguna multinacional respondió al llamado de la OMS, pero sí lo hicieron dos laboratorios públicos: El Instituto Finlay de Cuba y el Instituto Bio-Manguinhos de Brasil se asociaron para la creación de la vacuna vax-MEN-AC, específica para los tipos de meningitis que afectan a la región africana. El precio final de cada dosis se redujo de los 20 dólares de la vacuna comercializada por la citada multinacional a menos de 95 centavos. Esta alianza entre Brasil y Cuba ha permitido fabricar desde entonces 19 millones de vacunas para África.

Cáncer de pulmón

Durante el mes de enero de 2013 se dio a conocer en Cuba la segunda vacuna terapéutica contra el cáncer de pulmón, la Racotumomab. Durante 2012 se había patentado la primera vacuna de este estilo en el mundo, la CIMAVax-EGF, que permite reducir o al menos estabilizar la enfermedad en los pacientes en los que se aplica. Además los resultados han demostrado que su aplicación logra extender la esperanza y calidad de vida de las personas que padecen la enfermedad.
El Centro de Inmunología Molecular (CIM) de La Habana es el responsable de esta vacuna con la cual llegó a registrar, en más de 20 países, cuatro productos para tratar el cáncer. Esos medicamentos se dividen en los llamados de soporte, que buscan disminuir los efectos nocivos de la radio y quimioterapia, y los específicos, dirigidos a blancos tumorales.
Los específicos son el CIMAher, conocido también como Nimotuzumab, que es un anticuerpo monoclonal humanizado para el tratamiento del cáncer de cabeza y cuello, y el mencionado CIMAVax, vacuna terapéutica que se aplica a pacientes adultos con tumores de pulmón. Los de soporte son el Epocim, la eritropoyetina humana recombinante, que se emplea en el tratamiento de anemia, insuficiencia renal crónica, sida y pacientes oncológicos bajo quimioterapia, y el LeukoCIM, el factor estimulante de colonia granulocíticas, que se aplica a las personas sometidas a quimioterapia citotóxica de enfermedades malignas.

Pie diabético

El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) es el responsable del desarrollo del Heberprot-P, único medicamento capaz de curar la úlcera del pie diabético. El Heberprot-P evita amputaciones al estimular el crecimiento de los tejidos y revertir lesiones agudas en los pies de diabéticos.
El fármaco basa su terapia en el uso de una aguja en el plano profundo de las lesiones y permite el desarrollo de células hasta lograr el cierre de la lesión en un alto porcentaje. Se ha demostrado que al menos la mitad de los diabéticos con piernas amputadas fallecen por distintas causas, dándole así una importancia vital a este medicamento. En EE.UU., donde su venta es imposible por las restricciones del bloqueo, este mal conlleva anualmente operaciones de amputación a más de 80 mil personas.

Hepatitis B

Otro medicamento producido por el CIGB es el Nasvac, nombre comercial de una vacuna terapéutica para curar a pacientes crónicos de hepatitis B, enfermedad causada por el virus de la familia hepadnavirade, la cual puede provocar severos daños en el hígado e incluso la muerte de la persona.
Los ensayos clínicos de ese fármaco en Bangladesh demostraron el control o la reducción de la carga viral en un 70% de los pacientes. Según la OMS esta enfermedad causa la muerte de 600 mil personas al año en el mundo.

Marcha

martes, 10 de diciembre de 2013

25 verdades para Yoani Sánchez sobre el papel de la mujer en Cuba




Según Yoani Sánchez, la mujer cubana constituye "el último eslabón de una cadena de improductividades e ineficiencias"

Durante una videoconferencia que organizó el Departamento de Estado de Estados Unidos el 29 de octubre de 2013, la famosa disidente cubana lamentó el papel “marginal” de la mujer en Cuba. He aquí algunas verdades al respecto que contradicen su punto de vista.

1. Desde el triunfo de la Revolución en 1959, el Estado cubano ha hecho de la emancipación de la mujer una de sus prioridades, con la creación en agosto de 1960 de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), que fundó Vilma Espín, que cuenta hoy con más de 4 millones de miembros.

2. Antes de 1959, las mujeres sólo representaban el 12% de la población activa y recibían una remuneración sensiblemente inferior a la de los hombres por un empleo equivalente.

3. Hoy, por un mismo trabajo, la legislación cubana impone que el salario de la mujer sea exactamente igual al del hombre.

4. Cuba es el primer país del mundo en firmar la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, y el segundo en ratificarla.

5. De los 31 miembros del Consejo de Estado cubano, 13 son mujeres, o sea el 41,9%.

6. Hay 8 mujeres ministras sobre 34, o sea el 23,5%.

7. En el Parlamento cubano, de los 612 diputados, 299 son mujeres, o sea el 48,66%.

8. Cuba ocupa el tercer puesto mundial en el porcentaje de mujeres diputadas. Estados Unidos ocupa el puesto 80.

9. María Mari Machado, mujer, ocupa la vicepresidencia del Parlamento cubano.

10. De los 1.268 elegidos en las Asambleas provinciales, el 48,36% son mujeres.

11. Las mujeres cubanas presiden 10 de las 15 Asambleas provinciales del país, o sea el 66,6%, y ocupan la vicepresidencia en 7 de ellas, o sea el 46,6%.

12. No existe ninguna ley en Cuba que obligue a la paridad en los cargos políticos.

13. De los 115 miembros del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, 49 son mujeres, o sea el 42,6%.

14. La secretaria del Partido Comunista de Cuba para la provincia de La Habana, la más importante del país, es una mujer negra menor de 50 años llamada Lázara Mercedes López Acea. También es vicepresidenta del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros.

15. De los 16 dirigentes sindicales provinciales de la Confederación de Trabajadores Cubanos (CTC), 9 son mujeres, o sea el 56,25%.

16. Cerca del 60% de los estudiantes cubanos son mujeres.

17. Desde 1980, las mujeres activas disponen como promedio de un nivel de formación superior al de los hombres activos.

18. En Cuba, las mujeres representan el 66,4% de los técnicos y profesionales del país de nivel medio y superior (profesores, médicos, ingenieros, investigadores, etc.).

19. La tasa de fecundidad (número de hijos por mujer) es de 1.69, o sea la más baja de América Latina.

20. Las madres cubanas tienen la posibilidad de ocuparse a tiemplo completo de sus hijos recién nacidos y percibir al mismo tiempo su salario íntegro un mes y medio antes del parto y tres meses después del nacimiento del hijo. La baja puede extenderse un año con una remuneración igual al 60% del salario. Al cabo de un año se reintegran automáticamente a su trabajo.

21. Cuba (desde 1965) es el único país de América Latina, con Guyana (desde 1995) y Uruguay (desde 2012) [parcialmente], en legalizar el aborto.

22. La tasa de mortalidad infantil es de un 4,6 por mil, o sea la más baja del continente americano –incluyendo Canadá y Estados Unidos– y del Tercer Mundo.

23. La esperanza de vida de las mujeres es de 80 años, dos años superior a la de los hombres.

24. La mujer puede jubilarse a los 60 años o tras trabajar durante 30 años, mientras que el hombre sólo puede jubilarse a los 65 años.

25. La mujer cubana desempeña así un papel preponderante en la sociedad y participa plenamente en el desarrollo del país.

Salim Lamrani

domingo, 8 de diciembre de 2013

Nelson Mandela. Ejemplo de un hombre absolutamente íntegro.




Este 5 de diciembre de 2013 ha muerto Nelson Mandela, símbolo mundial de la lucha contra el racismo y entrañable amigo de Cuba y Fidel. En julio de 1991 Mandela visitó Cuba, estas fueron las palabras que pronunció Fidel en respuesta al discurso del líder sudafricano en que reconoció el insoslayable papel de Cuba en la lucha contra el apartheid.

Si se quiere tener un ejemplo de un hombre absolutamente íntegro, ese hombre, ese ejemplo es Mandela (APLAUSOS). Si se quiere tener un ejemplo de un hombre inconmoviblemente firme, valiente, heroico, sereno, inteligente, capaz, ese ejemplo y ese hombre es Mandela (APLAUSOS). Y no lo pienso después de haberlo conocido, después de haber tenido el privilegio de conversar con él, después de haber tenido el gran honor de recibirlo en nuestro país, lo pienso desde hace muchos años, y lo identifico como uno de los más extraordinarios símbolos de esta era.
Pienso esto de él y de su pueblo, porque si vamos a hablar de las más justas de las causas, es la causa que ellos han representado. Si hay algo repugnante y odioso en este mundo, donde hay unas cuantas cosas repugnantes y odiosas, eso tan repugnante y odioso es el apartheid. ¿Invento de quién, de los comunistas, de los socialistas, del socialismo? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”) ¡No! Invento que expresa la esencia del capitalismo, invento del colonialismo, invento del neocolonialismo, invento del fascismo.
¿Y en qué se diferencia el apartheid de aquella práctica aplicada durante siglos de arrancar decenas de millones de africanos del seno de su tierra y traerlos a este hemisferio para esclavizarlos, para explotarles hasta la última gota de sudor y de sangre? Quién puede saberlo mejor que Matanzas si aquí en esta parte del occidente del país había tal vez más de 100 000 esclavos. Llegaron a ascender en la primera mitad del pasado siglo a 300 000 en toda Cuba, y una de las provincias donde más esclavos había era esta, escenario también de grandes sublevaciones. Por eso nada tan justo ni tan legítimo como ese monumento que se acaba de erigir en esta provincia al esclavo rebelde (APLAUSOS).
El apartheid es el capitalismo y el imperialismo en su forma fascista, y entraña la idea de razas superiores y razas inferiores.
Pero el pueblo negro de Sudáfrica no solo ha tenido que enfrentarse al apartheid, ha tenido que enfrentarse a la más brutal desigualdad y represión política, y ha tenido que enfrentarse a la más cruel explotación económica. Se ha tenido que enfrentar a estas tres grandes tragedias, por eso pienso que en nuestra era no podía haber causa más justa que la causa que han dirigido el ANC, el compañero Mandela y otros muchos capaces y brillantes cuadros de esa organización, varios de los cuales hemos tenido el privilegio de conocer en nuestro país.
Hoy los occidentales tratan de congraciarse con Africa, tratan de congraciarse con los que odian el apartheid, pero la gran realidad es que el apartheid fue una creación de Occidente, del Occidente capitalista e imperialista.
La gran verdad es que occidente apoyó el apartheid, le suministró tecnología, incontables miles de millones en inversiones, incontables cantidades de armamentos y, además, apoyo político. No, el imperialismo no rompió con el apartheid, el imperialismo no bloqueó al apartheid, el imperialismo mantuvo y mantiene excelentes relaciones con el apartheid. Había que bloquear a Cuba donde hace mucho rato las reminiscencias del apartheid, es decir, la discriminación racial, desaparecieron; había que bloquear a Cuba como castigo por su Revolución, como castigo por su justicia social, pero jamás al apartheid. Tomaron contra este algunas tibias medidas económicas que no tenían la menor trascendencia, y son los que ahora —según me contaba el propio Mandela— se preguntan y le preguntan por qué su amistad con Cuba, por qué sus relaciones con Cuba y, como él dijo aquí, por qué sus relaciones con el Partido Comunista Sudafricano, como si todavía el fantasma del comunismo estuviera recorriendo el mundo (APLAUSOS). Por qué sus relaciones con este pequeño país que tan leal fue siempre a la causa del pueblo sudafricano en su lucha contra el apartheid. Eso demuestra la lógica de los reaccionarios y de los imperialistas.
Estaría mal por parte nuestra resaltar la modesta contribución de Cuba a la causa de los pueblos, pero escuchando el discurso de Mandela pienso, compañeras y compañeros, que es el más grande y el más profundo tributo que se les ha rendido jamás a nuestros combatientes internacionalistas (APLAUSOS). Pienso que sus palabras han de quedar, como escritas en letras de oro, en homenaje de nuestros combatientes. El fue generoso, muy generoso, él recordó la epopeya de nuestro pueblo en Africa, allí donde se manifestó todo el espíritu de esta Revolución, todo su heroísmo y toda su firmeza.
¡Quince años estuvimos en Angola! Cientos y cientos de miles de cubanos pasaron por allí y otros muchos miles pasaron por otros países, era la época en que el imperialismo daba cualquier cosa con tal de que Cuba se retirara de Angola y cesara en su solidaridad con los pueblos de Africa; pero nuestra firmeza fue mayor que todas las presiones y fue mayor que cualquier beneficio que nuestro país pudiera sacar si hubiese cedido a las exigencias imperialistas, si es que realmente puede haber alguna vez beneficio en el abandono de los principios y en la traición.
Estamos orgullosos de nuestra conducta, y de Angola regresaron victoriosas nuestras tropas, pero, ¿quién lo ha dicho como lo dijo él? .¿Quién lo ha expresado con esa honestidad, con esa elocuencia? Lo que nosotros no hemos dicho, porque nos lo impide la elemental modestia, lo ha expresado él aquí con infinita generosidad, recordando que nuestros combatientes hicieron posible mantener la integridad y alcanzar la paz en la hermana República de Angola; que nuestros combatientes contribuyeron a la existencia de una Namibia independiente; él añade que nuestros combatientes contribuyeron a la lucha del pueblo de Sudáfrica y del ANC; él ha dicho que la batalla de Cuito Cuanavale cambió la correlación de fuerzas y abrió posibilidades nuevas.
No éramos ajenos a la importancia del esfuerzo que allí realizábamos desde 1975 hasta la última hazaña, que fue aceptar el desafío de Cuito Cuanavale, a más distancia que la que hay entre La Habana y Moscú, adonde puede llegarse en 13 horas de vuelo, sin incluir las escalas. Para llegar a Luanda desde La Habana hacen falta de 14 a 15 horas de vuelo, y Cuito Cuanavale estaba allá en un rincón de Angola, en dirección sureste, a más de 1 000 kilómetros de Luanda, allí nuestro país tuvo que aceptar el reto.
Como les contaba el compañero Mandela, en esa acción la Revolución se jugó todo, se jugó su propia existencia, se arriesgó a una batalla en gran escala contra una de las potencias más fuertes de las ubicadas en la zona del Tercer Mundo, contra una de las potencias más ricas, con un importante desarrollo industrial y tecnológico, armada hasta los dientes, a esa distancia de nuestro pequeño país y con nuestros recursos, con nuestras armas. Incluso corrimos el riesgo de debilitar nuestras defensas, y debilitamos nuestras defensas, utilizamos nuestros barcos, única y exclusivamente nuestros barcos y nuestros medios para cambiar esa correlación de fuerzas que hiciera posible el éxito de los combates; porque a tanta distancia no sé si se libró alguna vez alguna guerra entre un país tan pequeño y una potencia como la que poseían los racistas sudafricanos.
Todo nos lo jugamos en aquella acción, y no fue la única vez; creo que nos jugamos mucho, mucho, mucho también, cuando en 1975 enviamos nuestras tropas a raíz de la invasión sudafricana a Angola. Allí estuvimos 15 años, repito, tal vez no habría hecho falta tanto tiempo, de acuerdo con nuestro pensamiento, porque de acuerdo con nuestro pensamiento aquel problema lo que había era que resolverlo y, sencillamente, prohibirle a Sudáfrica las invasiones a Angola. Esa era nuestra concepción estratégica: si queremos que haya paz en Angola, si queremos que haya seguridad en Angola, hay que prohibirles a los sudafricanos que hagan invasiones a Angola. Y si queremos impedirles a los sudafricanos, prohibirles que hagan invasiones, hay que reunir las fuerzas y los medios necesarios para impedírselo. Nosotros no teníamos todos los medios, pero esa era nuestra concepción.
La situación verdaderamente crítica se creó en Cuito Cuanavale, donde no había cubanos, porque la unidad cubana más próxima estaba a 200 kilómetros al oeste, lo cual nos llevó a la decisión de emplear los hombres y los medios que hicieran falta —por nuestra cuenta y nuestro riesgo—, enviar lo que hiciera falta, aunque fuese necesario sacarlo de aquí.
Cuito Cuanavale es el lugar que se hizo histórico, pero las operaciones se extendieron a lo largo de toda una línea de cientos de kilómetros y se derivó de ellas un movimiento hacia el suroeste de Angola de gran importancia estratégica. Todo eso se simboliza con el nombre de Cuito Cuanavale, que fue donde empezó la crisis; pero alrededor de 40 000 soldados cubanos y angolanos con más de 500 tanques, cientos de cañones y alrededor de 1 000 armas antiaéreas —en su inmensa mayoría armas antiaéreas nuestras que sacamos de aquí— avanzaron en dirección a Namibia, apoyados por nuestra aviación y un aeropuerto de avanzada construido en cuestión de semanas.
No voy a hablar aquí de pormenores y detalles de los combates, estrategias y tácticas, eso lo dejaremos a la historia; pero íbamos decididos a resolver el problema por nuestra cuenta y riesgo, unidos a los angolanos, íbamos decididos a poner fin de una vez y por todas a las invasiones a Angola. Los hechos resultaron tal como los preveíamos —y nosotros no queremos ofender a nadie, no queremos humillar a nadie—, porque cuando se creó esa correlación de fuerzas, esa nueva correlación de fuerzas —y en nuestras manos había una invencible tropa, una invencible e incontenible tropa— se crearon las condiciones para las negociaciones en las cuales participamos durante meses.
Allí hubieran podido tener lugar grandes batallas, pero era mejor, ante la nueva situación, resolver en la mesa de negociaciones el problema del respeto a la integridad de Angola y la independencia de Namibia. Nosotros sabíamos, ¡cómo íbamos a ignorarlo!, que aquellos acontecimientos habrían de influir profundamente en la propia vida de Africa del Sur, y era una de las razones, una de las motivaciones, uno de los grandes estímulos que nos impulsaban; porque sabíamos que al resolver el problema allí en Angola, las fuerzas que luchaban contra el apartheid recibirían también los beneficios de nuestras luchas.
¿Lo hemos dicho así alguna vez? No, nunca, y tal vez no lo habríamos dicho nunca, porque pensamos que, en primer término, los éxitos que ha obtenido el ANC se deben, por encima de cualquier solidaridad internacional, por encima del enorme apoyo externo, de opinión pública en algunos casos, de acciones armadas en el caso nuestro, lo determinante, lo decisivo fue el heroísmo, el espíritu de sacrificio y de lucha del pueblo sudafricano dirigido por el ANC (APLAUSOS).
Este hombre, en estos tiempos de cobardía y de tantas cosas, ha venido a decirnos esto que nos ha dicho en la tarde de hoy. Es algo que no podrá olvidarse jamás y que nos da la dimensión humana, moral y revolucionaria de Nelson Mandela (APLAUSOS).
No he apreciado solo las palabras que se relacionan con nosotros y el hermoso homenaje rendido a nuestros combatientes internacionalistas, demostrándonos que la sangre derramada, los sacrificios, el esfuerzo y el sudor de tantos y tantos cubanos no fueron en vano. He apreciado mucho sus palabras sabias, inteligentes, precisas, reveladoras de una táctica y una estrategia verdaderamente revolucionarias.
Ha explicado aquí con una claridad impresionante lo que se proponen y lo que quieren, cómo desean alcanzarlo y cómo están seguros de lograrlo. Así tenemos aquí a este hombre que pasó decenas de años en la cárcel meditando, reflexionando, estudiando y luchando, convertido en un extraordinario líder político, en un extraordinario luchador, en un invencible luchador.
Estamos seguros de que ya nada ni nadie puede evitar el éxito de esa lucha noble y humana, de esa lucha tan justa que él la sintetiza en una sociedad con igualdad, una sociedad democrática, una sociedad no racista.
Y créanme, compañeras y compañeros, que el ANC se enfrenta a una tarea verdaderamente compleja y difícil, pues a pesar de contar con la inmensa mayoría del pueblo sudafricano no son pocos los ardides, ni son pocos los trucos, ni pocas las maniobras que los reaccionarios han utilizado para obstaculizar el acceso del pueblo de Sudáfrica a sus metas; pero pienso que si hay algo superior a esas dificultades, es el talento del compañero Nelson Mandela y de los dirigentes del ANC (APLAUSOS).
Nos sentimos estimulados en este 26 de Julio, y nos sentimos extraordinariamente honrados por la presencia y las palabras de tan ilustre dirigente político y revolucionario, ¡nunca lo olvidaremos! (APLAUSOS.)