jueves, 25 de marzo de 2010

Celia María Hart Santamaría: "La marea Socialista".



Regreso de Cuba con renovada ilusión. En estos días pasados vi un país y un pueblo que mantienen viva la llama de aquella revolución triunfante en 1959. Cuba hoy por hoy es el único país socialista del mundo. Con errores y con muchos aciertos, mantienen las conquistas básicas de la revolución. A pesar de ello es necesario que realicen rectificaciones que potencien el modelo socialista. Los cambios que necesita Cuba no están ni en Miami ni en el modelo chino. Los cambios los tiene que encontrar en la profundización del proceso revolucionario. El gobierno tiene que generar una "nueva revolución, dentro de la revolución", que entusiasme y movilice a su pueblo detrás de la conducción de Raúl Castro, en una nueva etapa de construcción socialista.
El hermano menor de Fidel, tiene entre otros desafíos, encabezar la lucha contra la burocracia, uno de los peores males del socialismo, heredado del modelo estalinista. También tendrá la misión de luchar contra la corrupción, una enfermedad social extendida, debido a las necesidades económicas de la población, provocadas fundamentalmente por el bloqueo norteamericano. En estanueva etapa de Cuba, tendrá que potenciar el estimulo social, la productividad en el trabajo y el salario digno. No es bueno que existan dos economías: la del dólar y la del peso. La que llega en remesas de dinero del exterior o el turismo y la economía de la sobrevivencia. Estas dos economías paralelas generan injusticias y desigualdades. En definitiva potencian frustraciones sociales. No es posible que el portero de un hotel, gane varias veces más que un medico. Estas contradicciones si no son subsanadas, corren el riesgo de volverse contra la propia revolución, minando la moral socialista.
Después de esta modesta reflexión, que no se entienda como intromisión, en los problemas de Cuba, aunque considero que esta revolución no es solo de los cubanos, sino de todos. Quiero contarles, que fui a La Habana para presentar mi ultimo libro "Cuba, os galegos e o Che". Tuve el honor y la suerte de tener como "guía" a la destacada escritora Celia María Hart Santamaría, hija de dos emblemáticas figuras de la revolución: Armando Hart y Haydeé Santamaría (hija de Benigno Santamaría nacido enPrexigueiro-Ribadavia). Con Celia recorrimos una parte de la historia de la revolución cubana. Fueron días intensos y emotivos. Ella me enseño a mirar con otros ojos la revolución. Recorrimos el pensamiento de José Martí y de Julio Antonio Mella. Le conté mi amor por Tina Modotti, ella me dijo que sentía lo mismo por Mella. Trasnochamos el malecón, hablamos de Trotski y de Guevara. Siempre estaba el recuerdo de Abel Santamaría y el de su madre "Yeye", tanto en la Sierra Maestra, como cuando dirigía la Casa de las Américas. Me hablo con devoción del Fidel. Se definió ante todo como Fidelista. Me contó en confianza, su último cabreo con Chávez, por las recomendaciones a las FARC, tema que ella le regaño públicamente. A pesar de esta "metida de pata" confía en la revolución bolivariana, como lo hizo desde el primer día. Y espera que Chávez sepa rectificar.
Mi destacada "guía" después del Comandante Fidel Castro, es la escritora cubana en Internet, más leída en el mundo. Sus artículos de opinión son colgados por centenares de pagina web alternativas. Su estilo directo y comprometido con la revolución mundial la ha convertido en una referente de consulta. En tan solo unos años, esta física de profesión, se proyecto como una pensadora crítica anticapitalista, comprometida con los nuevos tiempos que corren.
En mi último día de permanencia en La Habana fuimos con Celia hasta el monumento donde están las cenizas de Julio Antonio Mella, frente a las históricas escalinatas de la Universidad. Tenia ganas de estar allí. Sentía emoción. Mella fue uno de los primeros marxistas de America, junto aJosé Carlos Mariátegui.
Celia María como a mi me gusta decirle y le decía su madre, no paraba de contarme historias de la revolución y yo de preguntarle. Quería saber todo, en poco tiempo. Tenia avidez de conocer las historias nunca contadas y ella me seguía contando…Sus reflexiones eran siempre en defensa de la revolución cubana. Eran sinceras, criticas, revolucionarias, esperanzadoras.
Celia junto a Mariela Castro (hija de Raúl)directora del Centro de Educación Sexual, son a mí entender, el aire fresco que esta necesitando esta revolución. Dos hijas del socialismo, que están trascendiendo dentro y fuera de Cuba, por su pensamiento innovador y revolucionario.
Con Celia, pude ver Cuba desde "otra mirada", no la del "turista de izquierda" que todo le gusta sin reflexionar. O la delturista que solo tiene el objetivo de la "descarga sexual" a bajo coste. Pude ver la Cuba real, donde sigue latiendo el pensamiento patriótico de Martí, hecho realidad en Fidel y en la revolución triunfante.
En este corto viaje, ningún tema quedo sin discutir entre los dos. Fuimos cómplices de la nada. Nos declaramos eternos conspiradores. Solo nos falto que hiciéramos la revolución mundial, pero decidimos postergarla para el próximo viaje. Celia sueña con una "marea socialista" que llegue a todas las playas del mundo. Y a mi me gusta este sueño.

Lois Pérez Leira 30-6-2008

domingo, 14 de marzo de 2010

El Pensamiento del Che en la revolución socialista del siglo XXI



Una de las luchas más duras en cualquier proceso revolucionario es la de crear mujeres y hombres con una conciencia revolucionaria comprometida. Se habla de crear cuadros y de encontrar líderes populares. Nada de esto será cierto mientras no se conviertan nuestras patrias en un semillero de mujeres y hombres nuevos, como lo exigía el Che.
Nadie hizo de su vida un testimonio irrebatible de compromiso como lo hizo Ernesto Guevara, si la mejor manera de enseñar es el ejemplo, la vida del Che es un texto nítido de la enseñanza indispensable. Toda revolución lleva en su ceno peligros que se arrastran del pasado, los dirigentes son frágiles ante las tentaciones, la corrupción, terrible plaga del sistema anterior, contamina a aquellos en quienes nuestro líderes depositan importantes responsabilidades. ¿Es tan fácil superar este drama? Cambiar a los que están por nuevos cuadros termina siendo solo un reemplazo por nuevos corruptos con mayores apetencias de corrupción y nepotismo. Vemos de inmediato como incluyen en la nómina a su “equipo” y desgraciadamente este “equipo” comienza a apoderarse del poder del que dispongan para su propio lucro. Utilizan y engañan al pueblo, utilizan y engañan a sus superiores. Esta terrible situación se debe abordar para proteger la marcha hacia una verdadera victoria. No es nada nuevo, esto sucede en todo proceso de cambio y sucede porque la mentalidad capitalista persiste en los deseos egoístas de quien llega a lograr puestos de mando. ¿Quién podrá darme una explicación lógica acerca de la procedencia de lo que hoy es la clase adinerada de Rusia? ¿De donde salió esa casta de capitalistas? ¿De donde sus capitales? ¿Los años de la Revolución rusa nunca lograron desarmar esta clase social? Creo que amerita que profundicemos al respecto.
Decía el Che, que mientras exista el capitalismo, en algún rincón de nuestro mundo, estaría en riesgo cualquier revolución. Tan profundas son las raíces del egoísmo, del personalismo, de la avaricia personal que se detona de manera tan espontánea hasta en seres que consideramos inquebrantables.
“El CHE caracterizó su conducta como dirigente por el permanente contacto con los obreros, campesinos y estudiantes. Frecuentemente visitaba los centros de producción, compartía con los trabajadores su labor y escuchaba sus opiniones, lo que realizaba de manera natural y sencilla. Fue un abanderado de la crítica y la autocrítica” (Sosa Sosa, B.E.: "El Pensamiento Económico de Ernesto Che Guevara")
Quiero insistir en la importancia que debe darse, en el proceso de transformación, a la educación de las nuevas generaciones, solo de ellos podremos esperar a las mujeres y hombres nuevos, jóvenes, que asuman de forma colectiva y conciente, la conducción y la defensa del proceso revolucionario. Lento proceso, es cierto, pero indispensable, mientras no se profundice la generación de este cambio, viviremos en la zozobra de este mar de críticos de oficio, que tan solo se dedican a disparar con perversas intenciones, todo tipo de opiniones para descalificar y degradar el proceso revolucionario, aun teniendo razón en algunos de sus planteamientos, los hacen llenos de rencor, de resentimientos y de conflictos de poder, toda una casta de “supuestos” revolucionarios que en su mayoría, podría asegurarlo, terminarían haciendo lo mismo o peor, si asumieran los cargos de quienes critican. Fue enfático el Che: “En la tierra hace falta personas que trabajen más y critiquen menos, que construyan más y destruyan menos, que prometan menos y resuelvan más, que esperen recibir menos y dar más, que digan mejor ahora que mañana.” Palabras certeras y exactas, claras y sencillas, que muchos leen, que muchos repiten y que, lamentablemente, casi todos olvidan rápidamente.
Releer sus escritos para asumir la verdadera importancia que significó su concepción sobre la necesidad de la mujer y el hombre nuevo, crear condiciones favorables para potenciar una generación que irrumpa con la mística de asumir este rompimiento de visión, este compromiso profundo en los valores que determinan el ser, es un paso obligado, urgente e indispensable en nuestro proceso revolucionario, es el ser de la revolución, sin la mujer y el hombre nuevo en marcha, sin la participación codo a codo, sudor junto a sudor, en el trabajo de nuestra clase trabajadora, en la renuncia a los privilegios y en la lucha contra la clase dirigente aburguesada, sin esto, señores, no lograremos verdaderas victorias, solo una dirigencia nacida de la clase trabajadora y comprometida con ella, solo una masa de mujeres y hombres vigilantes ante el más mínimo síntoma de corrupción o burocracia, será la garantía de que estamos en revolución.
Es la lucha a la que debemos dedicarnos, no desde el discurso o la crítica a distancia, de escritorio, sino desde el campo, desde la fábrica, desde la calle y al lado del pueblo. Trabajando más y criticando menos, construyendo más y destruyendo menos, no pidiendo nada sino dándolo todo, este es el camino.

Raul Bracho