miércoles, 3 de mayo de 2017

La Gaceta de Cuba en sus 55 años: una provocación para pensar

La Gaceta de Cuba está celebrando su cumpleaños 55 y el mejor homenaje lo recibió en la abarrotada sala Rubén Martínez Villena de la UNEAC, la tarde del miércoles 26 de abril, durante la presentación de su segundo número de 2017, que contó con la presencia del Presidente Miguel Barnet, otros dirigentes de la organización y un numeroso público joven y consagrado de la cultura nacional.
El director de la revista, Norberto Codina, destacó que el eje central de este número es presentar las diferentes lecturas que se le han dado o se le pueden dar a la revista, por lo que su dossier contiene el testimonio de 30 escritores cubanos de diferentes generaciones, tanto dentro como fuera del país, que hacen un recorrido por las diferentes etapas —sin dejar nada aparte— que han marcado la historia de la revista desde que fuera fundada por Nicolás Guillén y Lisandro Otero el 15 de abril de 1962.
Nombres como Fernando Martínez Heredia, Juan Antonio García Borrero, Julio César Guanche, Aida Bahr, Maggie Mateo, Zaida Capote, Yunier Riquenes, Graziella Pogolotti y muchos más podrán encontrarse en este colectivo de autores que, a partir de sus argumentos, demuestran la madurez intelectual que ha ganado La Gaceta de Cuba en su publicación ininterrumpida a través de más de medio siglo.
A tono con este propósito de realizar el homenaje desde una perspectiva externa, se seleccionó para presentar la revista al joven profesor de estudios cubanos de la Universidad de las Artes (ISA) Yosvani Montano, lector que con sus 26 años pertenece a las más recientes generaciones y cuenta con un aval profesional que le permitió ofrecer una visión crítica particular. Al confesar que La Gaceta… fue la culpable de sus primeras inquietudes intelectuales, se apartó de la tradicional forma de presentar la revista y se adentró en los desafíos y urgencias que tiene el periodismo cubano, sobre todo el relacionado con la cultura, para estar a tono con los problemas de la nación.
Destacó la importancia que adquiere la prensa cultural en el mundo de hoy, de la cual La Gaceta… no ha estado ajena, para enfrentar la competencia entre analizar o aburrir, entre entretener o educar, en el centro de las batallas más complejas para el presente y el futuro. Ello adquiere significado especial cuando se trata de enfrentar las “ …realidades concurrentes en la occidentalización de nuestro pensar, la imitación y el desdén a lo autóctono, el deseo de renunciar al tronco para insertarnos al mundo, la disipación de la muralla cultural que defiende la América que es nuestra de la que no lo es, el contrapunteo entre la nación que queremos, podemos y debemos seguir construyendo y las que se empeñan en promover los que intentan perennemente secuestrar nuestra utopía”.
En ese sentido, la lectura adquiere una importancia medular para mostrar un camino que permita descifrar y descomponer símbolos, provocar reflexiones certeras en época de desaciertos globales. “Una lectura interesante logra animar contra el inmovilismo”, resaltó, y ello puede ser el punto de partida, el reclamo, la convocatoria, el argumento y el empuje.
Para Yosvani, la forma de organizar el homenaje 55 de la revista ha sido una demostración del compromiso de La Gaceta… para ser “molde, arcilla y artesana de conciencias”, que va más allá de crear una plataforma de monólogos y sea una experiencia de diálogo sobre los retos y las circunstancias; que acreciente “los deseos de pensar formando, que profundiza en los desvelos y garantiza el combustible individual para que sigamos caminando”.
En el futuro necesita mantener el “signo de pluralidad revolucionaria” que le ha acompañado y se precisa, resaltó, que regrese a nuestras aulas, buscando mecanismos perdurables que garanticen su presencia en las universidades para que la intelectualidad cubana tenga una presencia sistemática entre las nuevas generaciones. Para ello, es imprescindible continuar el diálogo de iguales, sin verdades absolutas, donde converjan fuerzas, metas, deseos y preocupaciones comunes, “desterrando los ecos y los monólogos”.
Ese es el compromiso intelectual que ha caracterizado a La Gaceta... en su historia de más de medio siglo y que la ha convertido en una plataforma de conversación múltiple, en el centro de la tempestad que no deja sitio para los ociosos y mantiene un diálogo en los códigos contemporáneos, por lo que prefiere definirla “como una provocación para pensar”, concluyó.
Como colofón al homenaje se entregaron los premios de poesía de la revista, correspondientes a la XXII convocatoria del concurso en 2017. El presidente del jurado, Enrique Sainz, dio lectura al acta y reconoció que, entre los 67 cuadernos recibidos, se destacó la calidad y relevancia en buena cantidad de ellos, lo que demuestra que la poesía cubana ostenta muy buena salud.
La decisión del jurado fue entregar el Premio de Poesía La Gaceta de Cuba 2017 al cuaderno “Manigua”, de Eduard Encina Ramírez, por “su singular fuerza interior y la limpieza de su estilo”; mientras que el Premio de Poesía Ilse Erythropel fue entregado a “La suciedad del espectáculo”, de José Luis Serrano, por “ …la estatura alcanzada en la integración de cada poema, de magnífica factura y adentrado en preocupaciones de evidente complejidad”. El Premio Beca de Creación Prometeo le fue entregado a “Celda”, de Alaín Santana López, por “ …la riqueza de sus inquietudes y propuestas y la sostenida calidad de sus versos”.
Además, a partir de “la individualidad poética que revelan, la convincente expresión lírica de sus textos y la autenticidad en el manejo del léxico y de la sintaxis”, decidieron otorgar mención a los cuadernos “Los límites temporales”, de Yansy Sánchez Fernández; “Qué es la distancia”, de Laura Domingo Agüero y “Sonata a Filí-Melé”, de Raydel Araoz.

Camilo García López-Trigo
UNEAC

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