domingo, 22 de diciembre de 2024

La crisis y la desindustrialización de Europa


Grandes fábricas cierran plantas en Alemania, obreros de Volkswagen comienzan huelgas 

 Una ola de recortes de empleos industriales está sucediendo en importantes empresas de Alemania. Dos principales razones se encuentran entre sus causas. La primera: el incremento de los precios de la energía desde la interrupción del suministro desde Rusia del gasoducto Nordstream1. La segunda: la competencia que enfrenta la industria automotriz por la importación desde China, que está teniendo un impacto en las ventas de las principales fábricas alemanas, de Francia, España, etc. 
 A esto se suma el estancamiento de la economía de toda Europa, con una caída de la demanda. Luego del repunte del producto bruto al finalizar la pandemia, cayó en 2022 (-2,53) y 2023 (-3,03). Alemania ha sido uno de los miembros de la Unión Europea más afectado, por contar con fabricas de uso de energía intensiva (acerías, automotrices, químicas) y por el ingreso de automotores desde China. 

 Cierre de plantas industriales 

 Los empleados de Volkswagen, el mayor fabricante de automóviles de Europa, se han enfrentado a los planes de la empresa de recortar salarios, despedir trabajadores y cerrar varias plantas por primera vez en Alemania, una novedad en sus 87 años de historia. 
 Otras grandes empresas también han anunciado pérdidas de empleos planificadas, entre ellas 11.000 en la siderúrgica Thyssenkrupp, 3.800 en Bosch, el mayor fabricante de autopartes del mundo, 2.800 en su rival Schaeffler, y 2.900 en Ford. BASF, la mayor empresa química de Alemania, cerrará 11 plantas y despedirá 300 empleados.

 La industria automotriz, entre las más afectadas 

 No es el único fabricante de automóviles europeo que está considerando una reducción de la producción y cierre de plantas. Stellantis, propietaria de Opel, Fiat y Peugeot en Europa, está bajo intensa presión de los políticos y sindicatos italianos para mantener en funcionamiento su fábrica más antigua de Fiat en Turín a pesar de la caída de las ventas. 
 Las líneas de montaje en Francia ya se están trasladando a lugares con costes más bajos, como Marruecos y Turquía. A principios de este mes, varios cientos de trabajadores franceses, incluidos los de proveedores como Bosch, protestaron frente al Salón del Automóvil de París (Financial Times, 29/10).
 La industria automovilística europea, que emplea a casi 14 millones de personas y representa el 7% del Producto Bruto de la Unión Europea (UE), se enfrenta a una tormenta perfecta. La demanda de automóviles está cayendo en el país y en el extranjero, mientras que los fabricantes de automóviles están atravesando una arriesgada y costosa transición de varios años desde los motores de combustión a la propulsión eléctrica. 

 Comenzaron las huelgas en Volkswagen 

 Volkswagen ha exigido un recorte salarial del 10%, una congelación salarial de dos años en 2025 y 2026 y anular varios bonos que reducirán aún más el salario. El argumento es que necesita recortar costes y aumentar las ganancias para defender su cuota de mercado.
 El Grupo Volkswagen es uno de los mayores empleadores del mundo. Durante 2023 contaba con 675.805 trabajadores, incluidas las empresas chinas. De ese total 290 mil están empleados en las diversas plantas de Alemania. 
 Los trabajadores iniciaron huelgas con la participación de casi 100.000 trabajadores de 10 plantas. El lunes 9 de diciembre, por segunda vez este mes, nueve plantas del gigante automovilístico Volkswagen han cerrado por huelgas y movilizaciones de sus trabajadores. A inicios de diciembre finalizó un acuerdo del sindicato (IG Metall) y la empresa de no realizar huelgas, lo que permitió a los trabajadores comenzar concentraciones y huelgas parciales en todas las plantas alemanas de VW AG.

 ¿Los aranceles de Trump podrían empujar a la UE a una recesión?

 Al impacto de la suba de la energía y la competencia de los automóviles procedentes de China, se suman las amenazas de Donald Trump de aumentar los aranceles estadounidenses al 60% sobre las importaciones procedentes de China y al 10% o 20% sobre las importaciones procedentes de otros socios comerciales, incluida la UE. 
 Un arancel general del 10% o 20% a las importaciones provenientes de Europa haría más costoso para las empresas estadounidenses importar bienes de la UE, lo que significa que las exportaciones de la UE a través del Atlántico podrían caer hasta un tercio en algunos sectores, según las estimaciones económicas más radicales (Euronews, 25/10). Hay coincidencias entre los economistas que esos aranceles asestarían un golpe devastador a la economía europea.
 El año pasado, sectores como maquinaria, vehículos y productos químicos, que juntos representaron el 68% de las exportaciones de la UE a Estados Unidos, serían los más afectados.
 Según las estimaciones de Goldman Sachs, un arancel generalizado del 10% reduciría el PBI de la eurozona entre un 1% y 1,5% en los próximos años. Un escenario de este tipo llevaría a la economía, que ya está bajo presión, al borde de una recesión. 
 Los aranceles pueden reducir el crecimiento de Alemania en el 1,6% del PBI, mientras que el impacto en otras economías importantes como España sería considerablemente menor, del 0,5%. 

 La crisis política en Alemania y Francia

 Este fenómeno ha llevado al colapso del gobierno alemán y la necesidad de convocatoria de nuevas elecciones el 23 de febrero del año próximo. En el corto plazo, es probable que este colapso afecte la confianza y frene las inversiones y el consumo. 
 Un banco europeo (ING) pronostica que “Alemania sufrirá una recesión técnica durante el invierno… las perspectivas de crecimiento de Alemania dependerán en gran medida de la capacidad del nuevo gobierno para fortalecer la economía nacional en medio de una posible guerra comercial y de políticas industriales aún más estrictas en Estados Unidos”.
 En Francia, el fracaso del gobierno de Emmanuel Macron en la aprobación del presupuesto nacional hizo caer a su primer ministro. Esta es la segunda gran crisis política que Francia ha afrontado en los últimos seis meses. En junio, el presidente francés convocó a elecciones anticipadas, que terminaron en la conformación de un parlamento en el que ningún partido obtuvo mayoría absoluta, y llevó al nombramiento de Michel Barnier. Ahora el Parlamento francés aprobó una medida de censura con 331 votos, lo que llevó a que aquél renuncie. Es la primera moción de censura exitosa en Francia en más de 60 años y convirtió al gobierno de tres meses de Barnier en el de más corta duración en la historia de la Quinta República francesa.
 Las nuevas elecciones en Alemania tendrán un impacto decisivo en la Unión Europea (UE), ya que el resultado electoral tiene un impacto muy fuerte en la política nacional de los Estados miembro y también en la futura composición del Parlamento Europeo. También tiene un efecto en las políticas de cierre de fronteras a la inmigración y las alianzas. La crisis capitalista en curso incentiva las rivalidades al interior del bloque y las tendencias a la disgregación de la UE. 

 Los gastos para guerra aumentan las dificultades presupuestarias 

 Desde el inicio de la guerra en Ucrania los miembros de la Otan asistieron a Kiev con armamento. El reabastecimiento permanente del mismo impulsa la necesidad de aumentar los presupuestos destinados al armamentismo.
 La victoria de Trump ha reactivado el debate sobre los gastos de defensa de los miembros europeos de la Otan. En recientes declaraciones, el magnate afirmó que los miembros de la Otan en Europa “se aprovechan de Estados Unidos”. “En primer lugar, se aprovechan de nosotros en el comercio, es decir, las naciones europeas: no se llevan nuestros coches, no se llevan nuestros productos alimenticios, no se llevan nada. Es una vergüenza”, dijo Trump. “Y, además, los defendemos, así que es un doble golpe”. (Newsweek, 8/12).
 La presión de Trump sobre los países europeos impulsa una reorganización de los presupuestos nacionales para destinar mayor gasto a defensa, sumando carga a los déficits presupuestarios y la necesidad de mayor endeudamiento. Una agencia de calificación (Moodys) ha degradado la deuda de Francia, ante la previsión de que no va a reducir el déficit. “Actualmente, la probabilidad de que el próximo gobierno reduzca de manera sostenible el tamaño de los déficits fiscales más allá del próximo año es muy baja. Como resultado, prevemos que las finanzas públicas de Francia serán sustancialmente más débiles durante los próximos tres años en comparación con nuestro escenario base de octubre de 2024”, señaló la agencia. 
 La caída de la actividad económica en Alemania ha reducido los ingresos fiscales y se debate la necesidad de aumento de la deuda, para ello se necesita un debate parlamentario para modificar leyes que impiden un mayor endeudamiento. 

 Europa va hacia una economía de guerra 

 El nuevo secretario general de la Otan, Mark Rutte, fue claro acerca de la necesidad de un aumento en los presupuestos militares luego de los informes de que la Otan establecerá un nuevo objetivo de gasto del 3 por ciento del PBI para 2030. La promesa actual de la alianza —cumplida por todos los miembros excepto ocho— es gastar al menos el 2 por ciento del PBI en defensa.
 “Es hora de adoptar una mentalidad de guerra”, afirmó Rutte. “Y de potenciar nuestra producción y gasto en defensa”. Y, para eso, propone militarizar la economía. “Rutte está a favor de alentar a los bancos y los fondos de pensiones a invertir en empresas de defensa y también de reescribir las reglas sobre los acuerdos militares para que los contratos sean más fáciles de completar” (Politico, 12/12).
 En el estancamiento y la declinación económica, Europa impulsa mayor gasto en armamento como salida a su retroceso económico, sumándose al belicismo que impulsa Estados Unidos. 
 Los trabajadores tienen una sola alternativa, la de impulsar la lucha por impedir los cierres y levantar sus reivindicaciones. El imperialismo europeo de las Volkswagen, Stellantis y otras no ofrecen ninguna salida para los trabajadores. 
 Arriba la lucha de los trabajadores de Volkswagen, la salida para los trabajadores es confiar en sus fuerzas para imponer las reivindicaciones obreras. Es el primer paso para frenar el desarrollo belicista de Europa.

 Sergio Rivero
 15 de diciembre

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