viernes, 9 de julio de 2021

Confirmado: Macri colaboró con el golpe fascista en Bolivia


El FIT-U lo había denunciado desde el primer momento. 

 Los insólitos documentos expuestos por el canciller de Bolivia que dan cuenta del envío de armamento del entonces presidente Macri al gobierno surgido del golpe de Estado de noviembre de 2019, suman una nueva revelación a lo que fue notorio desde un primer momento: que el mismo había sido urdido por el imperialismo yanqui y sus peones en la región, especialmente el brasileño Bolsonaro y el macrismo.
 Lo que el funcionario boliviano difundió es una nota firmada por el comandante general de la Fuerza Aérea del país del Altiplano, Jorge Gonzalo Terceros Lara, fechada tres días después del derrocamiento de Evo Morales, en que agradece al entonces embajador argentino en La Paz, Normando Álvarez García, “la colaboración prestada a esta institución armada en el marco del apoyo internacional entre nuestros países debido a la situación conflictiva que vive Bolivia”, y detalla un listado del “material bélico” provisto. 
 Se trata especialmente de elementos para la represión a manifestaciones populares: 40.000 cartuchos de balas de goma, docenas de gases lacrimógenos y un centenar de granadas de gas. Esta rápida asistencia al nuevo régimen golpista, encabezado por Jeanine Áñez, apuntaba evidentemente a proporcionar herramientas para consolidar el golpe, entonces arrinconado por una aguerrida movilización popular que tuvo epicentro en El Alto. Era material dirigido a doblegar a las masas trabajadoras que (incluso desoyendo a la dirección del MAS) se lanzó a las calles y desafió la represión. La cuestión debe ser investigada hasta su últimas consecuencias. 
 La revelación, amén de la su justificada reacción política que despierta en nuestro país, se agrega en realidad a una lista de evidencias que muestran los sostenes del fascismo golpista boliviano -y sus crímenes contra el pueblo. Empezando por la resolución de la OEA que impugnó las elecciones presidenciales y fue saludada por todos los gobiernos del Grupo Lima, siguiendo por la salutación pública vía Twitter del entonces mandatario norteamericano Donald Trump que reivindicó el derrocamiento de Evo como el puntapié para ir contra Maduro en Venezuela, hasta las evidencias de los intercambios previos del elenco golpista con las cancillerías yanqui, brasileña, argentina y hasta de la Unión Europea. 
 Esto fue denunciado en tiempo real por el Partido Obrero. Desde la banca del Frente de Izquierda en la Legislatura porteña, Gabriel Solano intervino en una sesión en que se trató un pronunciamiento sobre la cuestión señalando que los macristas se rehusaban a repudiar el golpe “porque lo apoyan y conspiraron con ellos, como quedó demostrado en la utilización del consulado argentino en Santa Cruz como base de operaciones del fascista (Luis Fernando) Camacho”. Más aún, explicó que “la razón de este apoyo es que quieren aplicar los mismos planes de ajuste que buscan imponer por la fuerza Trump, Bolsonaro y Piñera: la reforma laboral y la reforma previsional como acaba de suceder en Brasil”. 
 También Romina Del Plá denunció, en el Congreso, la complicidad política y material del entonces gobierno macrista con el golpe, y alegó que cualquier repudio debía ir de la mano con el llamado a la movilización en todo el continentes hasta derrotarlo, y en apoyo a la rebelión chilena que estaba en curso. Ligaba de esa manera la lucha contra los masacradores del pueblo boliviano a la lucha contra todos los gobiernos ajustadores y proimperialistas que eran su sostén. 
 El tema no deja de tener actualidad a pesar de los cambios de gobierno, atendiendo que el secretario de Estado de Joe Biden presionó por la liberación de Áñez y los detenidos por participar del golpe de Estado. No debe sorprender, toda vez que el sucesor de Trump se fijó como meta estratégica la recomposición del predominio del imperialismo yanqui sobre su “patio trasero”. Como sea, lo cierto es que las masas boliviana jugaron el rol protagónico en la derrota de los golpistas, y América Latina es hoy el escenario de grandes levantamientos populares contra los planes fondomonetaristas y los regímenes de saqueo y empobrecimiento de la región. 
 A las conspiraciones del imperialismo y las burguesías latinoamericanas contra las masas obreras y campesinas, opongamos la lucha por gobiernos de trabajadores y por la unidad socialista de América Latina.

 Iván Hirsch

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