sábado, 12 de octubre de 2019

También Camilo y Che hicieron el histórico cruce ‘de Júcaro a Morón’




Las rutas y el empuje de las columnas de Che y Camilo se llamaron de conjunto Invasión, en honor a las acciones comandadas por el Generalísimo Máximo Gómez y el Lugarteniente General Antonio Maceo en la Guerra del 95.
Después de una amplia y cuidadosa labor política desarrollada por el Che y Camilo, se sentaron las bases para la creación del Frente de Las Villas

Dos días de diferencia marcaron la llegada, a principios de octubre de 1958, de las columnas guerrilleras Números dos, Antonio Maceo; y ocho, Ciro Redondo, lideradas por los Comandantes del Ejército Rebelde Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara, respectivamente, a la provincia central de Las Villas, en su indetenible misión de expandir la guerra revolucionaria de Oriente a Occidente.
Un suceso repleto de patriótico simbolismo había ocurrido en jornadas precedentes, concretamente el 30 de septiembre. Se trataba del paso de ambos destacamentos de combate por el territorio donde radicó la célebre trocha militar colonial de Júcaro a Morón.
Con ese nombre era conocido en la historia cubana el poderoso sistema militar de fortificaciones y unidades de soldados, construido por los españoles de 1871 a 1897 con el fin de impedir de manera objetiva la propagación de las luchas de los libertadores. Pero fracasaron.
Fue un emporio formidable, de 68 kms de extensión. Solo sobreviven hoy algunos vestigios, pertenecientes con justicia a la historia de la nación. Ciego de Avila y Morón son ciudades actuales que estuvieron vinculadas a su acción perimetral, así como el legendario Baraguá, donde Antonio Maceo hizo la histórica Protesta contraria al fin de la primera campaña.
Fidel Castro, desde la Sierra Maestra, había pensado en el enorme valor moral, además de táctico, de la ofensiva rebelde. El propio Che Guevara se lo refirió entonces a Camilo en nota enviada desde mayo: “Te aviso que tenemos, con el mandamás, un proyecto bonito mediante el cual plantarás la maceica bandera en Pinar y yo laburaré [sic] de Máximo [Gómez], como corresponde”.
Las rutas y el empuje de las columnas se llamaron de conjunto Invasión, en honor a las acciones comandadas por el Generalísimo Máximo Gómez y el Lugarteniente General Antonio Maceo en la Guerra del 95.
Y realmente, como lo hicieron los jefes mambises en otras condiciones, cruzaron la franja donde estuvo la Trocha de Júcaro a Morón, en la extensa llanura camagüeyana, una demarcación que hay que mirar de sur a norte, desde el poblado de Júcaro al septentrional Morón, colindante hoy con la actual provincia de Sancti Spíritus, antes perteneciente a la citada Las Villas.
Al llegar a ese punto y arribar a los dominios villaclareños, Camilo, Che y sus hombres habían pasado empero por su propia Trocha, riesgosa y llena de peligros, para lo cual vencieron terribles obstáculos como el hambre lacerante y la desorientación.
Eso lo sufrieron durante su tránsito completo por el Camagüey, cuyo territorio se volvió extremadamente inhóspito para ellos, por los caminos que se vieron obligados a tomar.
Por esos extensos llanos hicieron durante un mes un recorrido calificado de infernal por algunos combatientes, casi hundidos en pantanos y marismas, lugares desolados e inhabitados, hambreados hasta casi el dolor, perseguidos por soldados y la aviación de la tiranía y la falta de prácticos e información de dónde estaban.
Se movían en la noche y descansaban de día, con el cuidado de no acercarse a los poblados, a fin de no propiciar combates directos con el ejército. Salieron lo mejor posible de los encuentros sostenidos, con muy pocas bajas. El imperativo nacido sobre la marcha era llegar a Las Villas para poder obtener mejores resultados. El curso ulterior de la guerra les dio la razón.
Aunque iban por separado y con pocos días de camino de diferencia ambas columnas fueron emboscadas por el enemigo en la zona nombrada La Federal, poco después de llegar a suelo camagüeyano.
El Che continuó por Laguna Baja, luego a Faldiguera del Diablo, Sumacará, San Miguel del Junco, Jiquí Castrado, —nuevamente se produce un encuentro con el ejército de la tiranía de Fulgencio Batista en el lugar conocido como Cuatro Compañeros—, para proseguir marcha hasta el marabuzal de San Antonio y luego a la finca La República.
De modo que, una vez atravesado el tramo donde estuviera la afamada trocha colonial, los rebeldes igualmente habían vencido con gloria, la misión dada por el Jefe de la Revolución en la última campaña revolucionaria, vinculada en su esencia con todo el accionar revolucionario de los cubanos.
Ya en Las Villas, otras condiciones de lucha y combate los esperaban y ambos pudieron reorganizar, aumentar y hacer más efectivas sus fuerzas. Camilo se consagró definitivamente como Señor de la Vanguardia y pasó a la historia también como el Héroe de Yaguajay. El Che dirigió la famosa batalla de Santa Clara, tan decisiva en el curso final de la guerra y la obtención de la victoria.

Martha Gómez Ferrals/ Especial de ACN

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