La fiesta, sin embargo, ha sufrido un shock ayer, cuando una empresa modesta de China, DeepSeek, se metió en los primeros puestos de descarga de chatbot en las diversas aplicaciones existentes. DeepSeek ha desarrollado un Modelo de Lenguaje Expandido que aprende y mejora su comprensión sin supervisión humana, a un costo sideralmente inferior a las empresas norteamericanas, especialmente Nvidia. El costo de entrenamiento del modelo más amplio de DeepSeek -el R1 Especial- ha sido evaluado en menos de seis millones de dólares, en cuanto que el presupuesto de las competidoras norteamericanas contabiliza un costo de 100 a 1.000 millones de dólares. El modelo de la “start-up” china es “open source”, o sea de acceso abierto. DeepSeek, obviamente, utiliza semiconductores (chips) de calidad inferior a las de sus rivales, pero es esto precisamente lo que derriba el valor de mercado de su competencia. El contraste provocó un derrumbe de precios de Nvidia y otras empresas similares del 17%: en una jornada; Nvidia perdió 600 mil millones de dólares en valor accionario. Los directivos de la compañía desafiaron el resultado negativo con el compromiso de que incrementarían el presupuesto de inversión y desarrollo. El panel tecnológico (Nasdaq) cayo un 4 por ciento.
La prensa internacional no demoró en sacar las conclusiones políticas del derrumbe de Wall Street. La más corriente es señalar el fracaso del bloqueo a la exportación de semiconductores de Estados Unidos a China para frenar su desarrollo tecnológico. Aunque el camino a recorrer es todavía largo, dada la desigualdad del desarrollo tecnológico entre ambos países, las sanciones económicas han reforzado los esfuerzos de China por obtener chips de calidad mayor por medios propios. El derrumbe de la Bolsa muestra, asimismo, otra cara del fracaso, porque cuestiona, de aquí en más, el financiamiento a las “Siete Magníficas”, por parte de Wall Street –como ya viene ocurriendo con el financiamiento a las nuevas inversiones petroleras que promueve Trump. El desarrollo de DeepSeek partió de un propósito, digamos banal, como automatizar las inversiones de un fondo de coberturas (hedge fund) que gerencia uno de los cofundadores de DeepSeek. El chatbot del grupo chino ofrece el arsenal informativo para operar ventajosamente en la Bolsa, cuyo derrumbe es, precisamente, lo que ha tenido lugar en Nueva York. Una contradicción que demuestra la universalidad de la dialéctica
El bot de DeepSeek rechaza “responder cuestiones políticas sensibles”, informa The South China Morning Post, en tanto que las versiones norteamericanas ofrecen la interpretación interesada de los círculos imperialistas acerca del carácter de los gobiernos y Estados rivales. La IA -o sea la concentración y sistematización de la información- se convierte así en un gigantesco medio de desinformación. Ha sido convertida también, como ocurre de parte del gobierno sionista, en un arma de precisión para la comisión de crímenes de guerra, en Gaza, contra la población palestina.
La irrupción de DeepSeek ha puesto un signo de interrogación acerca de la eficacia de los aranceles aduaneros que Donald Trump ha anunciado contra China. Las aplicaciones digitales han invadido para siempre el comercio y las finanzas, de modo que cualquier tentativa de interdicción contra ellas sólo sería viable en un cuadro de guerra mundial, y esto relativamente. Los viejos métodos de la guerra comercial se han convertido en anacronismos. Es lo que acaba de pagar Wall Street con un derrumbe de su valorización, que, probablemente, apenas ha comenzado. Si un presupuesto de gastos privados inferior a diez millones de dólares puede golpear tan duramente a un coloso como Nvidia, no se puede esperar mucho de los resultados del planteo de Trump de financiar a las empresas de Inteligencia Artificial por 500 mil millones de dólares, salvo para abultar las ganancias de una minoría capitalista.
En las primeras horas de la rueda de ayer, antes del anuncio de la performance de DeepSeek en las apps, la Bolsa neoyorquina había caído ya un 4 por ciento; quizás una manifestación del comienzo de la pinchadura de su burbuja especulativa. El Banco de Japón ha vuelto a subir la tasa de interés, en otro golpe a la especulación mundial financiada con dinero barato de Japón. El impacto se ha sentido con claridad en la Bolsa de Londres y en los títulos de la deuda de Gran Bretaña. DeepSeek puede haber sido el detonante accidental de una nueva crisis financiera internacional, que está ampliamente justificada.
Jorge Altamira
28/01/2025
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