viernes, 13 de febrero de 2009

La revolución como única perdurable resistencia



“El deber de todo revolucionario es hacer la revolución”

Fidel Castro

Ponencia presentada en la UAM de México Octubre 2005

Resumen

En el contexto dominador del imperialismo, frente a la abrupta caída de los llamados estados socialistas y su referencia política, pudiera parecer obsoleto el concepto de la revolución. En este trabajo nos queremos acercar nuevamente a la vigencia y sobre todo a la utilidad de este concepto. Sin ánimo de retomar tan sólo viejas experiencias, deseamos exponer que la revolución en sus diferentes variantes sigue siendo la única resistencia al estado del capitalismo actual. Incluso si éste es considerado como un Imperio cuya única salida económica es la guerra y sus métodos de dominación sean más sofisticadas a través de la supremacía de los medios de comunicación entre otros. Aun así la revolución internacional, entendida ésta por supuesto como una matriz de factores, siegue siendo la única resistencia viable. Y el socialismo la única alternativa del mundo.

Esta ponencia se estructurará de la siguiente forma:

Por qué la revolución socialista como mejor resistencia

Revolución cubana y revolución bolivariana. Vínculos indisolubles con la revolución mundial

Necesidad imperante de una organización comunista internacional cuyo epicentro pueda estar en América Latina

Apuntes finales

Referencias


1 Por qué la revolución socialista como mejor resistencia

Carlos Marx realizó un descubrimiento científico, no trató de escribir una novela de amor, ni inventó ningún platillo volador. Un descubrimiento del mismo orden e importancia que el de Darwin, o Newton. El tránsito de una sociedad de exploradores a una sociedad sin clases es una posibilidad teórica y una necesidad histórica Olvide usted a Carlos Marx en nombre de que el socialismo no ha podido triunfar todavía, cúlpenlo de las aberrantes prácticas del socialismo real, o acúselo de no haber contemplado en sus tesis el neolibelismo. Vuelva a retomar viejas tesis liberales para explicar las contradicciones entre trabajo y capital Y tal cual la manzana de Newton, la historia del mundo caerá sin piedad sobre su cabeza.
El capitalismo ha tomado nuevas formas, y alucinantes mecanismos de fuerza. Escuchamos hablar del neoliberalismo o del capitalismo neoliberal, pero lo que todavía no hemos podido escuchar es de que el sustantivo de la frase; CAPITALISMO cambie de nombre. El capitalismo de forma imperial o neoliberal sigue siendo en última instancia un sistema que se divide entre explotadores y explotados.
El símil que les propongo es el siguiente: Tratemos de poner un satélite en órbita. Claro que sin la informática, la electrónica, las comunicaciones y el avance en ciencias de los materiales no lo lograremos. Pero por favor no se olvide de la gravedad, y saque bien las cuentas de Newton primero que nada, pues de olvidar la gravedad terrestre Microsoft no evitará el fracaso.
Muy bien, Marx no previó INTERNET, ni los celulares, tampoco el infeliz predijo a Stalin. Pero las cuentas debemos sacarlas según su descubrimiento primero que todo y después ¡eso si! Tan importante como lo anterior poner toda las nuevas tecnologías de las ciencias sociales en función de nuestro empeño.
Porque nuestro empeño deberá ser el socialismo. De verdad, con los retoques de peluquería para que esté de moda con los nuevos tiempos. Pero nuestra meta será pasar del reino de la necesidad al reino de la libertad.
No comparto con muchos compañeros que nos demos tiempo para entender bien este nuevo IMPERIO; porque ¿cuál fue la llave mágica (como dice Rosa Luxemburgo) que tuvo Marx para acceder a entender el modo de producción capitalista? Si Marx pudo descifrar los jeroglíficos e la sociedad capitalista fue precisamente y únicamente porque se enfrentó a ellos desde un punto e vista socialista. Es decir desde una perspectiva histórica”.1
Nos toca hacer lo mismo: descifrar esta nueva manera de presentarse el capitalismo desde el estribo del caballo y con la flecha del tiempo hacia adelante, no basta la observación pasiva y analítica, protegida por el socorrido paraguas de la academia.
Claro que tenemos, si es que nos apetece, escoger la otra dulce opción de Federico Engels, que es la barbarie. Barbarie que estamos viendo: La crisis ética del imperialismo no tiene precedentes: el fundamentalismo religioso; que mientras acusan a Darwin de perverso, religiosos renombrados invitan a asesinar a presidentes elegidos bajo formas de la misma democracia burguesa como el caso de Paterson; torturadores profesionales como Posada Carriles siendo protegidos por el Tratado sobre la Tortura, guerras, cárceles podridas por abusos sexuales, Katrina, donde se demostró que nuestras miserias también son padecidas en las entrañas del monstruo y sobre todo el irrespeto casi irreversible hacia la naturaleza.
Recomiendo prisa, más que relajamiento. La Tierra no aguantará más, no esperará por nuestras cuentas. Y no sólo somos responsables de nuestra especie, seremos capaces de destruir los gérmenes mismos de la vida No es una broma, ni una poesía de los ecologistas, es otra verdad irrefutable.
Y ahora ¿Por qué la revolución como única resistencia?
Tengo la deformación profesional de pensar en los conceptos tal cual en ciencias naturales. Las definiciones cobran cuerpo y forma cuando están en juego asuntos de importancia mayor como el que nos reúne en este coloquio.
Resistencia en términos muy generales puede definirse como la capacidad de contención, como un obstáculo que se opone a un fenómeno dado. Si hablamos por ejemplo de resistencia eléctrica, podemos analizar que es la que se opone al paso de la corriente. O en un flujo de agua, la resistencia la constituye de alguna manera las características del conductor. A saber: largo o corto, ancho o estrecho, oponiéndose a la circulación del agua. Es siempre una atenuante del fenómeno y nunca su anulación.
Entonces, ¿la resistencia al imperialismo significa que debemos convivir con él, tan sólo resistiéndonos?
El agua seguirá siendo dañina y destruirá todos los modos alternativos de contenerla. ¿Quiénes son los equivalentes al agua? El imperialismo sin dudas, que no es más que una manera superlativa del modo de producción capitalista.
El diseño de nuestras resistencias pasa por no olvidarnos que la meta final, el objetivo central deberá ser cerrar el grifo de agua o desconectar el generador de voltaje. Pues si no lo pensamos así y creemos que diseñando resistencias más efectivas solamente, no resolveremos el problema del mundo. El agua y la electricidad destruirán con el tiempo nuestros conductores, y tan sólo tendremos oportunidad de seguir llorando. La revolución es precisamente el acto histórico de cerrar el grifo de agua. Las resistencias son las más efectivas tácticas de lucha. La estrategia es tomar el Olimpo, cerrar el grifo y volver a bajar de él. Tomar el poder por los revolucionarios es la manera más efectiva de destruirlo a largo plazo
Mi propuesta es entonces no hacer contradictorias las palabras resistencia y revolución, ni excluidos y proletariado, ni de movimiento y partido político revolucionario. Se contienen unas a otras. Tan sólo la putrefacta práctica socialista nos sigue confundiendo, y con cierta razón huimos de esos términos como el diablo a la cruz. Es hora de acabar de entender que si bien el neoliberalismo nos impone retos nuevos y difíciles, la desaparición del campo socialista y la globalización nos permite fabricar opciones con la libertad y convergencia de todos los factores revolucionarios. Como dijo Fito Páez “No todo está perdido”.
Está demás decir la incapacidad de las organizaciones internacionales para ofrecer una alternativa mínima de combate: Hugo Chávez, el cual busca sin dudas estas resistencias al orden establecido, lanzó un grito de angustia en Naciones Unidas “Díganme una cosa, señor Presidente, si nosotros vamos a aceptar esto, es que estamos perdidos, ¡apaguemos la luz y cerremos las puertas y cerremos las ventanas! Sería lo último: que aceptemos la dictadura aquí en este salón”2.
Pero las Naciones Unidas no tienen sentido desde su propia fundación. En un e artículo del periodista cubano Jorge Gómez Barata, se plantea: “Los Tres Grandes, Roosevelt, Churchill y Stalin, a pesar de sus grandes diferencias ideológicas y políticas, coincidieron en que si bien ninguna de las potencias renunciaba a alcanzar sus objetivos, intentarían lograrlos sin acudir a guerras, al menos con las dimensiones de aquella matanza”3
No es cierto: Stalin no tenía grandes diferencias políticas con sus colegas, tan sólo había que repartirse el mundo de manera efectiva, cosa que supieron hacer y bajo el estercolero de la “coexistencia pacífica” pudieron, más bien creyeron que estábamos en paz con Dios. La o­nU actual es hija natural de aquella. Tan sólo hoy tenemos muchos más problemas acumulados y muchas más confusiones ideológicas.
Tengo la secreta sospecha que algo de aquel mal hacer del socialismo real está pesando sobre el actual sistema neoliberal. La URSS aceptó gustosa el derecho al veto, el cual disfruta (a saber porqué) Rusia, y estuvo de acuerdo con la partición de Palestina en 1948.
Si existe un país buscando sinceras alternativas al “agua” que se filtra, ese es la República Bolivariana de Venezuela. Sin embargo Hugo Chávez no puede contar con la actual Organización de Naciones Unidas y así se dará cuenta que no puede contar con las organizaciones burguesas sean populistas o no. De ahí que poco a poco Chávez y la Venezuela realmente bolivariana se van radicalizando por días al punto de que su Presidente nos convida a pensar en el socialismo del siglo XXI. No tardará Chávez en ver con quienes puede de verdad integrarse. Un solo huevo podrido nos echará a perder nuestra tortilla.
Nuestro tubo ideal está lleno de salideros por todas partes. Las resistencias formidables están conteniéndolo, pero el grifo de agua sigue abierto y la única salida que nos va quedando concretamente es detener el surtidor de agua. Eso se llama revolución; sin miedo a decirlo, la revolución donde todos, absolutamente todos los revolucionarios...y rebeldes (ahora que me disgregan esas dos palabras) estamos convocados.
Dijo Rosa Luxemburgo: “Ni las reformas sociales, ni la democracia debilitan dicho muro (entre el socialismo y el capitalismo), sino que lo hacen más recio y más alto. Sólo el martillazo de la revolución, es decir la conquista del poder político por el proletariado, podrá derribarlo”1
Tampoco la palabra terrorismo debe asustarnos al tener en cuenta la palabra insurrección. Parecería que hoy por hoy los insurrectos son tan sólo “terroristas que pretender eliminar a los hermosos soldados de Occidente”. Dicho sea de paso que los iraquíes, (no me importa que les llamen terroristas, suicidas, etc.) están ofreciendo también al lado de la revolución bolivariana, la revolución cubana y todos los brotes de rebeldía de nuestros días, un verdadero aporte a nuestro inventario de resistencias.
Resistencias y revolución es algo sobre tácticas y estrategias, de lo cual hablaron los mejores revolucionarios.
Andamos cerca del 8 de octubre, y recordar al Che es muy oportuno como pensador profundo de la teoría revolucionaria, aunque muchos lo asocien tan sólo como mártir religioso del foquismo, o tan sólo como un romántico Quijote. Dijo el Che en Tácticas y Estrategias de la Revolución Latinoamericana:
“El poder es el objetivo estratégico sine qua non de las fuerzas revolucionarias y todo debe estar supeditado a esa gran consigna”
La toma del poder es un objetivo fundamental de las fuerzas revolucionarias. Conquistar el porvenir es el elemento estratégico de la revolución, congelar el presente es la contrapartida estratégica que mueve las fuerzas de la reacción en el mundo actual” 4
Por supuesto esto lo dijo en los 60, mas me tomo la libertad de exponerlo como si fuera para el día de hoy.
La insurrección es inherente a un proceso revolucionario, es un elemento que siempre habrá que considerar. No hay que temerle por el mero hecho de que el terrorismo paralice nuestras neuronas.
Dijo León Trotsky: “Consecuentemente en el primer plano de la obra que vamos a iniciar, estará la insurrección armada como la etapa más alta de la revolución”5
Y dijo el Che: “¿Es posible o no en las condiciones actuales de nuestro continente lograrlo (el poder socialista, se entiende) por la vía pacífica?
Nosotros contestamos rotundamente: En la mayoría de los casos no es posible. Lo más que se lograría sería la captura formal de la superestructura burguesa del poder, y el tránsito al socialismo de aquel gobierno que, en las condiciones de la legalidad burguesa establecida llega al poder formal, deberá hacerse también en medio de una lucha violentísima contra todos los que traten, de una manera u otra, de liquidar su avance hacia nuevas estructuras sociales”.4
Sé por supuesto que en nuestro arsenal de pensadores no todos tenían la misma visión que Trotsky y el Che. Lo expongo, por supuesto porque coincide con el de la autora de esta ponencia. La insurrección armada en dependencia de las circunstancias es una alternativa que no merece ser excluida ni por la supremacía militar , ni por la patética jerga actual del enemigo.
Entonces, ¿Por qué no pensar que la revolución es la estrategia y que las múltiples formas formidables de resistencias que tenemos se convierten en tácticas?
La resaca de la práctica aberrante del socialismo real no nos permite todavía perderle el pánico a las palabras. La revolución debe concebirse desde sus propios inicios en mundial. La globalización actual sostiene todavía más esta tesis. Al imperialismo se le puede “pillar” desde muchas trincheras distintas. Desde París, Caracas, Bagdad, Chiapas o Bolivia. Ninguno de los eventos que se están sucediendo uno tras otro en el mundo está alejado de ser principios tácticos para la revolución.
Dice la II Declaración de La Habana:
¿Qué es la historia de Cuba sino la historia de América latina? ¿Y qué es la Historia de América Latina sino la historia de Asia, África, y Oceanía? ¿Y qué es la historia de todos los pueblos sino la historia de explotación más despiadada y cruel del Imperialismo entero? 6
Acaba de terminar en La Habana el evento en conmemoración a las proféticas palabras de Fidel Castro en relación a la deuda externa de los países del tercer mundo En uno de los discursos, Atilio A Borrón señalaba los puntos en la que fallamos en el pago de la deuda. La falta de unidad, la compra de los gobiernos por Estados Unidos, etc. Y yo me pregunto:¿ qué es lo que se esperaba? ¿Que los gobiernos por muy atorados que estuviesen pactaran juntos contra el Imperialismo y el FMI? Al cabo de veinte años son más pobres nuestros pueblos y han entregado más dinero. El capitalismo se entiende entre sí. Siempre lo ha hecho. Es más ya vemos hoy los súper populistas gobiernos del Sur en qué andan. Es tonto seguir jugando con los pueblos y seguir soñando que el régimen capitalista puede ser llevadero. Con los gobiernos burgueses ni resolvimos , ni resolveremos el pleito endémico de la deuda externa
Dijo Eric Toussaint : “Sin embargo, en el plano político, si lo deseasen, los gobiernos de los principales PED (países en desarrollo), 50 años después de Bandoeng, podrían constituir un poderoso movimiento capaz de imponer reformas democráticas fundamentales en todo el sistema multilateral. Podrían adoptar una política moderada -rembolsar las deudas de manera anticipada con un descuento importante- o una política radical -repudiar la deuda y aplicar un conjunto de políticas que rompan con el neoliberalismo. El contexto internacional les es favorable ya que la principal potencia mundial está empantanada en la guerra de Irak, en la ocupación de Afganistán; se confronta además con muy fuertes resistencias en América Latina que están desembocando en duros fracasos (Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia...) o en un impasse. .
Estoy persuadido que eso no ocurrirá: ni el escenario moderado, ni el radical se materializarán a corto plazo. La enorme mayoría de los dirigentes actuales de los PED están totalmente atrapados por el modelo neoliberal. En la mayoría de los casos están completamente comprometidos con los intereses de las clases dominantes locales que no tienen ninguna posibilidad de alejamiento real (sin hablar de ruptura) de las políticas de las grandes potencias industriales. Los capitalistas del Sur adoptan un comportamiento de rentistas y cuando no es el caso, buscan ganar partes de mercado”7
Pensar que el socialismo es viable, no sólo nos unirá en la lucha a corto plazo, para cerrar el grifo de agua, sino que nos ayudará paralelamente a diseñar las mejores estrategias coyunturales.

2 Revolución cubana y revolución bolivariana. Vínculos indisolubles con la revolución mundial

Cuba fue junto a Puerto Rico la última colonia de España. Además fue donde el Imperialismo presentó cartas credenciales. Lo dijo Lenin así: Durante los últimos quince o veinte años después de la guerra hispano-americana (1898) las publicaciones de economía, así como las de política del Viejo y el Nuevo Mundo, utilizan cada vez más el concepto de “imperialismo”8 Así que la palabra que nos anda convocando en esta reunión parece haber sido usada de alguna manera debido a la guerra imperialista que se desplegó en mi pequeña isla. Para terminar, en Cuba triunfó la primera revolución socialista de Occidente... En Cuba por poco se acaba el mundo en Octubre de 1962 y después de la caída del Socialismo europeo la revolución cubana constituyó la única resistencia consistente al Imperialismo. Un buen observatorio de la historia del mundo es Cuba, sin lugar a dudas.
Y eso tiene una explicación: Los cimientos de la Revolución Cubana fueron desde sus propios inicios unos cimientos de revolución permanente, aunque por ahí me digan terrorista, o trotskista y miles de cosas más.
José Martí y el Partido Revolucionario Cubano, del cual muchos de sus fundadores entraron sin escala al Partido Obrero Socialista en 1905, fue el inicio de la revolución auténticamente socialista. Carlos Baliño solidario con la II Internacional, Julio Antonio Mella de un pensamiento tan radical e internacional que lo coloca entre los vanguardias marxistas al lado de José Carlos Mariategui, son apenas un par de ejemplos.. Julio Antonio Mella líder de la juventud cubana y líder dentro de la izquierda del Partido Comunista Mexicano se convierte en el enlace entre la obra radical de José Martí y el bolchevismo más auténtico. Pablo de la Torriente Brau y el ala izquierda estudiantil, Guiteras y la Joven Cuba, la Juventud del Partido Ortodoxo , en cuyo programa fundacional aparece como meta el socialismo auténtico sin el estalinismo, Fidel Castro, quien va al Moncada con un programa veladamente socialista y en la Historia me Absolverá realiza un perfil clasista de la sociedad , convocando a la lucha al proletariado y a los campesinos pobres.Y para concluir con la aportación última y superior del Che Guevara, le otorgan a la Revolución Cubana (RC) un linaje de auténtica revolución permanente. Por un lado de un radicalismo socialista incomparable, por el otro un carácter internacionalista sin precedentes. Por otra parte en general desde Mella hasta el Che Guevara la propuesta del socialismo fue siempre auténtico, internacionalista y anti burocrático. No en balde los estalinistas de sus respectivas épocas los acusaron a ambos de oposicionistas de izquierda. Pero eso lo he reseñado en un par de trabajos, aunque no me cansaré de decirlo, lo que tengamos de supervivientes se lo debemos a esta tradición, lo de fracaso a la contaminación estalinista que contagiamos después de la partida del Che y de la zafra de los diez millones donde perdimos más, mucho más que un par de millones de toneladas de azúcar.
El papel de la RC en el ámbito latinoamericano y mundial fue decisivo. No hay movimiento de liberación social que de una u otra forma no acuda a los recursos de la RC, a pesar por supuesto del virus estalinista que unos momentos más que en otros hubo de infestarnos.
La revolución bolivariana, por su parte representa la frescura de una revolución radical, que tendrá que convertirse en poco tiempo en socialista sino quiere quedar para una caricatura, parafraseando al Che. Veremos hasta que punto podremos ir avanzando allá sin enfrentamientos violentos. Pero es sin dudas hoy otro de las resistencias más tenaces contra el imperialismo. El vínculo de ambas muestra por supuesto la posibilidad real de una colaboración entre pueblos revolucionarios. No nos cansemos con datos de los impresionantes logros sociales y beneficios económicos de esta relación. Es una relación auténtica y fuerte con líderes probados y de arraigo en sus países y en las masas revolucionarias del mundo. Es un verdadero aliviadero para ambas revoluciones, como es de esperar.
Mas no basta, ni con mucho. La misión de estas revoluciones frente a la explosión revolucionaria o rebelde, como ahora quieren llamarle, que se vive en América Latina en particular y vivirá sin dudas el mundo, debe ser a mi juicio de apoyo irrestricto a cualquier brote revolucionario o de liberación social. No lo digo yo. Lo dijo el Che en el no demasiado difundido Discurso de Argel: en relación a los antiguos países socialistas: “El desarrollo de los países que empiezan el camino de su liberación debe costar a los países socialistas. Lo decimos así, sin el menor ánimo de chantaje o de espectacularidad, ni para la búsqueda fácil de una aproximación mayor al conjunto de los pueblos afroasiáticos, es una convicción profunda.
No puede existir socialismo; si en las conciencias no se opera un cambio que provoque una nueva actitud fraternal frente a la humanidad, tanto de índole individual, en la sociedad que se construye o está construido el socialismo, como de índole mundial en relación a todos los pueblos que sufren la opresión imperialista (…) Los países socialistas tienen el deber moral de liquidar su complicidad táctica con los países explotadores de Occidente “9
Es obvio que se dijo hace cerca de 40 años, pero aun así el éxito de las ideas del socialismo pasa por la coherencia revolucionaria. Y en este caso estamos en primer término los revolucionarios cubanos, que ya ostentamos el poder.
Con más datos que me proporcionen y con más banderitas rojas que me esgriman no considero que en la República Popular China se viva una revolución socialista, o que hayan intentado construir el socialismo. Allí en el mejor de los casos se construirá una potencia capitalista muy poderosa...no cuento a China entre mis aliadas para la revolución.
Pero nuestras revoluciones cubana y venezolana para su propia permanencia deben apoyar los movimientos emergentes que estén dispuestos hacia el camino de terminar la explotación imperialista y viceversa por supuesto: Los movimientos revolucionarios emergentes deberán ver en estas dos revoluciones, a pesar de sus defectos, referentes de la victoria a alcanzar. “El internacionalismo proletario es un deber, pero también es una necesidad revolucionaria”10 dijo el Che. Y este internacionalismo es, pero no se reduce, a la ayuda material y humana. Estamos hablando de otra cosa: De un apoyo moral y comprometido a todo movimiento revolucionario emergente. Tal cual lo dijo el Che hace cuatro décadas.
Es ésta la única forma que tenemos para sostener, nuestros movimientos en el mundo y por añadidura las revoluciones que han logrado triunfar.
3 Necesidad imperante de una organización comunista internacional cuyo epicentro pueda estar en América Latina
Partido, Movimiento, Frente, Alianza, Coalición, como gusten, pero un programa socialista o con el eufemístico no capitalista.
No hay divorcio teórico entre movimientos sociales radicales, los partidos revolucionarios y las revoluciones triunfantes. Todo lo contrario. Se complementan y fundamentan mutuamente. Porque es precisamente, según mi criterio lo que nos anda faltando, esta comunión y esa simbiosis.
Actualmente hay toda una polémica entre cuál es instrumento que organizará la resistencia al imperialismo. En mi trabajo “¿Fue el movimiento 26 de Julio un partido de vanguardia?” explico la experiencia cubana al respecto y de qué forma lo que empieza siendo un movimiento popular una vez que se dispone a hacer la revolución se convierte automáticamente en un partido auténticamente político, sin que sus participantes en su conjunto hayan leído una palabra de Lenin o Gramsci. El asunto radica que no hay muchas formas posibles de arrebatarle el poder a las clases dominantes. Porque repito una vez más que de eso debe tratarse y no de una convivencia resistiva con el imperialismo. Después de tomado el poder...otro es el asunto. De qué manera o con cuál estrategia diseñamos sociedades socialistas cada vez más democráticas y donde el sentido sea debilitar al estado y no fortalecerlo. Tomar el poder por el proletariado es la forma más eficiente de destruirlo. Bien valdría otro Coloquio para analizar cómo sostenemos un poder en una matiz global imperialista. Mas ese no es ahora nuestro asunto.
Para tomar el poder debemos organizarnos. Es ingenuo pensar que con manifestaciones y denuncias nos van a ceder el poder.
La revolución cubana triunfó en siete años a uno de los ejércitos más poderosos del mundo ¡Y no me digan ahora que fue por la presencia de la URSS! La URSS se enteró de última sobre los locos rebeldes.
La historia de la revolución cubana deberá a estas alturas ser estudiada con mucho rigor. Ya es un clásico. Quizás el clásico más cercano que tenemos. La pericia de Fidel Castro estuvo en diseñar su “partido” que fue el movimiento 26 de Julio.
La conjunción entre la lucha guerrillera, el llano, las huelgas y la propaganda adecuada le confiere una singularidad a esta dirección política. Ni fue lucha en las montañas, ni fue lucha urbana. Se coordinó todo como un solo movimiento. De tal suerte que la Sierra soportaba al llano y el llano a la Sierra. Por supuesto que había contradicciones entre ambas formas de luchar, pero por suerte para mi revolución la dirección del movimiento supo llevarlas al unísono. La propaganda rebelde fue decisiva, sobre todo para llamar a la huelga general. Radio Rebelde se escuchaba en todo el país. Al entrar en la Habana el ejército rebelde ya todo el pueblo los esperaba.
Hoy debatimos de forma bizantina si el foco guerrillero vs. movilizaciones vs. Sabotajes vs. Huelgas. ¡Todos! Todos los métodos son importantes, tan sólo el objetivo debe estar claro. Hacer la revolución y tomar el poder.
También he escuchado la controversia estéril entre rebeldes y revolucionarios. Lógica aristotélica no más: Si alguien se rebela que sea para hacer la revolución y no para jugar a ser Robin Hood, y por el lado opuesto, si alguien aspira a hacer la revolución , no debe estar esperando a un eclipse total de Sol, sin voluntarismos , pero de rebelarse contra el orden impuesto. Dijo León Trotsky: “Como marxistas debemos conocer y comprender que no es suficiente querer una insurrección para llevarla a cabo. Pero cuando se present n las condiciones objetivas se impone realizarla, hacerla posible, pues no se realiza sola”5
Entonces los movimientos sociales que de verdad luchen por verdaderas demandas y los partidos políticos que logren liberarse de los fantasmas del sectarismo y el reformismo electoralista (las dos recurrentes pesadillas de nuestros partidos) colapsarán sin esfuerzo, tal cual las gotas de aceite en una cacerola cuando el agua está a punto de hervir.
Otro aspecto que debemos considerar, precisamente por la globalización de nuestros días es comenzar con un proceso de internacionalización de nuestras organizaciones revolucionarias. Esto permitiría dos cosas:
En primer lugar sería un antídoto contra el sectarismo en el cual la práctica socialista del siglo XX nos obligó a permanecer como consecuencia de las confusiones ideológicas. En segundo lugar mantendría siempre activas nuestras organizaciones, pues de una región a otra del Continente se van sucediendo determinados episodios protagónicos. Hoy es Bolivia, luego Brasil, luego México, Cuba, Venezuela, etc. Estaríamos siempre en pie de lucha. La Internacional que fundó Carlos Marx no fue por gusto. Fue porque Europa toda estaba en ebullición y cualquier salidero era oportuno para entrar en acción. En estos instantes América Latina es la Europa del siglo XIX y debe ser una nuestra posición frente a las bases militares en el Paraguay como las oportunidades de México con los nuevos espacios políticos alternativos a las elecciones que vemos con gran placer que empiezan abrirse.
Los gobiernos populistas de nuestra región han mostrado demasiado pronto su ineptitud, con las excepciones de Cuba y Venezuela, las cuales dicho sea de paso deberán alinearse también con estos movimientos y nunca con los gobiernos, ni siquiera en aras de la integración política de la región. No encuentro la viabilidad de una integración de la revolución bolivariana con el gobierno colombiano de Uribe y así sucesivamente. Lo dije arriba, el ALBA ha funcionado de manera real tan sólo entre dos revoluciones y no entre dos gobiernos. Los estados de Brasil, Argentina, Uruguay, Panamá etc., se encuentran absolutamente a la derecha de las aspiraciones de sus respectivos pueblos. Es una realidad que los revolucionarios...y los rebeldes deberemos saber capitalizar.
Dijo el Che Guevara en Pasajes de la Guerra Revolucionaria: “los gobiernos democráticos de amplia base popular ascienden laboriosamente, y muchas veces antes de asumir el poder, ya están estigmatizados por la serie de concesiones previas que han debido hacer para mantenerse “11 Ya sé que los reformistas actuales que se dicen revolucionarios me dirán que eso lo dijo el Che hace cuatro décadas. Pero ya me he desempolvado de ellos y de los sectarios de antaño que andan hoy disueltos en partidos electorales y reformistas. El Che es un revolucionario de nuestros días, como todo verdadero revolucionario.
Por último unas palabras sobre otra disyuntiva que se nos anda presentando en relación al sujeto de la Historia en la actualidad, La estéril dicotomía entre “excluidos” y “proletarios” favorece tan sólo al enemigo. Que el proletariado actual pueda tener más facilidad de vida que los llamados excluidos sociales no implica que aquellos no sean explotados por el capital. Todavía no sé cuando se ecisionaron estos vocablos. Más de una vez he dicho que el enemigo está unido e internacionalizado y cuenta con sólidos partidos como son las organizaciones internacionales (ONU, FMI, OMC) y no se cansan de fundar partidos como las ALCA etc., todos mundiales. Ellos carecen de confusiones en reconocerse. El imperialismo norteamericano reconoce como “compañeros de lucha” a los gobiernos nacionales y los apoya de manera irrestricta. El caso de las Malvinas es un ejemplo clásico de este “compañerismo”. Nosotros, más pobres, menos organizados y más confusos no nos reconocemos entre nosotros.
Los excluidos de este mundo forman parte del partido proletario, no comprendo todavía las maniobras teóricas con las que quieren dividir a los piqueteros argentinos de los obreros franceses, que nos acaban de regalar una hermosa huelga, de los Sin Tierra de Brasil, o de Hugo Chávez, si es que el compañero decide de una vez y por todas afiliarse a este “partido”. Tan sólo como contrapeso debemos tener planes de lucha como ellos... Nosotros, esos que a decir de Carlos Marx no tenemos más que perder que nuestras cadenas , o como decía Benedetti en su poema “Ellos y Nosotros” los que no necesitamos de sábanas blancas para hacer el amor.

4 Notas finales

La revolución socialista no es sólo una necesidad histórica ni una forma bonita de hablar. Es todo lo contrario, una posibilidad real frente a esta nueva manera en que se nos presenta el Imperialismo. La globalización neoliberal tiene su contraparte dialéctica y es la revolución globalizada. El desarrollo en las comunicaciones, INTERNET, etc. se pueden convertir en una ventaja también para “nosotros”. No es mentira que el capitalismo cava sus propios sepultureros... El sepulturero de hoy no es para nada aquel proletariado exclusivo de los obreros de la Europa, se ha ampliado, pero sin perder su esencia. Los llamados excluidos, estarán excluidos en nuestras hermosas tierras para cualquier cosa, excepto para la revolución.
Termino entonces con las palabras de la II Declaración de La Habana que repitió el Che
En la XIX Asamblea de las Naciones Unidas en 1964 en una irrepetible lección de diplomacia revolucionaria que andamos necesitando en estos tiempos. Estas proféticas palabras fueron dichas para este instante:
“Con lo grande que fue la epopeya de la independencia de América Latina, con lo heroica que fue aquella lucha, a la generación de latinoamericanos de hoy le ha tocado una epopeya mayor y más decisiva todavía para la humanidad. Porque aquella lucha fue para librarse del poder colonial español, de una España decadente, invadida por los ejércitos de Napoleón. Hoy le toca la lucha de liberación frente a la metrópoli imperial más poderosa del mundo, frente a la fuerza más importante del sistema imperialista mundial y para prestarle a la humanidad un servicio todavía más grande del que le prestaron nuestros antepasados.
Pero esta lucha, más que aquélla, la harán las masas, la harán los pueblos; los pueblos van a jugar un papel mucho más importante que entonces; los hombres, los dirigentes importan e importarán en esta lucha menos de lo que importaron en aquélla.
Esta epopeya que tenemos delante la van a escribir las masas hambrientas de indios, de campesinos sin tierra, de obreros explotados, la van a escribir las masas progresistas; los intelectuales honestos y brillantes que tanto abundan en nuestras sufridas tierras de América Latina; lucha de masas y de ideas; epopeya que llevarán adelante nuestros pueblos maltratados y despreciados por el imperialismo, nuestros pueblos desconocidos hasta hoy, que ya empiezan a quitarle el sueño. Nos considerabna rebaño impotente y sumiso; y ya se empieza a asustar de ese rebaño; rebaño gigante de doscientos millones de latinoamericanos en los que advierte ya a sus sepultureros el capital monopolista yanqui.
Con esta humanidad trabajadora, con estos explotados infrahumanos, paupérrimos, manejados por los métodos de foete y mayoral no se ha contado o se ha contado poco. Desde los albores de la independencia sus destinos han sido los mismos: indios, gauchos, mestizos, zambos, cuarterones, blancos sin bienes ni rentas, toda esa masa humana que se formó en las filas de la «patria» que nunca disfrutó, que cayó por millones, que fue despedazada, que ganó la independencia de sus metrópolis para la burguesía, esa que fue desterrada de los repartos, siguió ocupando el último escalón de los beneficios sociales, siguió muriendo de hambre, de enfermedades curables, de desatención, porque para ella nunca alcanzaron los bienes salvadores: el simple pan, la cama de un hospital, la medicina que salva, la mano que ayuda.
Pero la hora de su reivindicación, la hora que ella misma se ha elegido, la viene señalando, con precisión, ahora, también de un extremo a otro del continente. Ahora, esta masa anónima, esta América de color, sombría, taciturna, que canta en todo el Continente con una misma tristeza y desengaño, ahora esta masa es la que empieza a entrar definitivamente en su propia historia, la empieza a escribir con su sangre, la empieza a sufrir y a morir. Porque ahora, por los campos y las montañas de América, por las faldas de sus sierras, por sus llanuras y sus selvas, entre la soledad o en el tráfico de las ciudades o en las costas de los grandes océanos y ríos, se empieza a estremecer este mundo lleno de razones, con los puños calientes de deseos de morir por lo suyo, de conquistar sus derechos casi quinientos años burlados por unos y por otros. Ahora sí, la historia tendrá que contar con los pobres de América, con los explotados y vilipendiados de América Latina, que han decidido empezar a escribir ellos mismos, para siempre, su historia. Ya se les ve por los caminos un día y otro, a pie, en marchas sin término de cientos de kilómetros, para llegar hasta los « tierras de Latinoamérica, esa ola ya no parará más. Esa ola irá creciendo cada día que pase. Porque esa ola la forman los más mayoritarios en todos los aspectos, los que acumulan con su trabajo las riquezas, crean los valores, hacen andar las ruedas de la historia y que ahora despiertan del largo sueño embrutecedor a que los sometieron...
Porque esta gran humanidad ha dicho: « ¡Basta!» y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes, ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente. Ahora, en todo caso, los que mueran, morirán como los de Cuba, los de Playa Girón, morirán por su única, verdadera, irrenunciable independencia”6
Si vamos a morir que sea por el Socialismo

¡Revolución o Muerte!

5 Referencias

Rosa Luxemburgo. “Reforma o Revolución” .1902 Editorial Federico Engels 2002. p.68

Hugo Chávez. Discurso ante la 60º Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) Nueva York, jueves, 15 de septiembre de 2005

Jorge Gómez Barata.” De la memoria histórica” (Amanecer con Cuba). 1 de Octubre 2005

Ernesto Che Guevara. “Tácticas y estrategia de la revolución latinoamericana”. Octubre – Noviembre 1962( publicada en Verde Olivo el 6 de Octubre de 1968)

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Celia Hart

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