jueves, 20 de marzo de 2025

Argentina: Abajo el programa fondomonetarista del mago de la estafa


Rechacemos en las calle este nuevo pacto colonial. 
 Abajo el acuerdo con el Fondo. 

Caputo promete que el nuevo préstamo multimillonario del FMI no va a afectar a la gente. Siendo el mismo que, en palabras de Milei, se fumó el mega crédito anterior, y que el propio mercado se está preparando para una devaluación, parece que hay motivos para desconfiar de los $Libra-boys. 
 Esta vez es diferente a las anteriores, dice el ministro, porque no hay déficit fiscal y en eso ellos son más fondomonetaristas que el Fondo. La "macro" está ordenada y solo hacen falta unos cuantos miles de millones de dólares como "respaldo" a los "cada vez menos" pesos. 
 Claro que si todo estuviera joya no habría que respaldar nada ni ir a pedirle plata al FMI. Lo que pasa es que los Estados van al Fondo no cuando tienen déficit si no cuando no pueden pagar la deuda, y como nadie quiere prestarle a un deudor en problemas está el Fondo como "prestamista de última instancia", que pone algunas condiciones a la política económica además de cobrar intereses. Los países que tienen déficit y refinancian sus deudas no tienen necesidad de ponerse bajo la supervisión de un directorio de gobiernos ajenos. 
 Como Milei y Caputo no están pudiendo juntar los dólares para garantizar el pago de los vencimientos de deuda fueron a rogar otro préstamo. ¿Cuál es la condición obvia que le van a pedir? Que dejen de fumarse los dólares, que en lugar de acumular en las reservas los gastan en mantener pisado al dólar. Al menos, poner un límite a eso fijando una "banda de flotación". 
 Como todo el asunto es juntar las divisas para cumplir con el pago de la deuda la motosierra va a seguir, es falso que "el ajuste ya se hizo". Van a venir nuevos tarifazos, más recorte a los jubilados, a la salud y la educación, despidos. Solo en febrero, el FMI se cobró en intereses el equivalente a 2,2 millones de jubilaciones mínimas. 
 El ministro dice que no, pero que tanto esos como los otros "detalles del acuerdo" (el monto del préstamo, los años que dura el programa) "son parte de la confidencialidad". El Congreso solo tiene que aprobar el endeudamiento y la gente tiene que quedarse tranquila. A diferencia del pasado, estos dólares son para "capitalizar" los pesos. 
 ¿Por qué hace falta respaldar los pesos si ya no hay emisión, como afirma Caputo? Bueno, porque los bancos tienen algunos billones de pesos invertidos en letras del Tesoro, que tienen un seguro que obliga al Banco Central a comprarlas cuando estos quieran venderlas para correr al dólar. Estamos hablando de mucha plata, porque los intereses se van capitalizando y hacen crecer esa deuda. ¿Por qué los bancos querrían desarmar sus colocaciones en la deuda en pesos? Porque el negocio consiste en que la tasa de interés le gana por mucho a la tasa de devaluación. Y si se avizora un salto del tipo de cambio, son los bancos los primeros en saltar del barco. Se estima que en un día desarmaron colocaciones por 400.000 pesos, avizorando el fin del carry trade. Por eso Caputo se irritó cuando el Bank of America pronosticó un dólar arriba de $1.400 y están quemando reservas para contener las cotizaciones financieras. 
 El viernes pasado remataron unos 475 millones de dólares, y el ritmo de intervención se mantiene. Solo en esa semana, los que blanquearon dólares el año pasado retiraron 425 millones de sus cuentas de los bancos. No parece haber muchas posibilidades para que el FMI preste tanta guita sin pedir que cierren las canillas. Ahí se suma el tema del "dólar blend" que favorece a los sojeros, y que el año pasado inyectó 15.000 millones de dólares a los circuitos financieros para mantener las cotizaciones paralelas.
 A estas sospechas de devaluación se suman otros problemas. Es que si el gobierno relaja un poco el cepo cambiario, al que está tan aferrado como Cristina en su momento, va a tener una larga fila por ventanilla reclamando dólares. En primer lugar multinacionales que buscan girar dividendos "acumulados" estos años, y que las cifras más conservadoras estiman en 6.000 millones de dólares. En realidad -así como fugaron igual sus ganancias con maniobras como los autopréstamos o la subfacturación de exportaciones- van a inflar las ganancias contables para sacar todo lo que puedan antes que salte el tipo de cambio. 
 En conclusión, los trabajadores tenemos que rechazar este nuevo acuerdo con el FMI. En los últimos 7 años en que sufrimos la inflación, las devaluaciones, los robos jubilatorios, el ajuste y la desocupación creciente, el Fondo se cobró 12.600 millones de dólares en intereses, pero le seguimos debiendo más de 40.000 millones de dólares. 
 La oposición patronal prepara su colaboración con esta entrega, porque insiste en recalcar que esta hipoteca la va a pagar el pueblo argentino. Pero que se paga, se paga. Por eso hasta la CGT fue a dar garantías. Después de todo, fueron Cristina y Kicillof los autores del cepo cambiario que prioriza el acopio de dólares con el único fin de sostener el pago de la deuda. Eso, después de haber inaugurado hasta las Letras Intransferibles para usar las reservas en pagarle al FMI. Y claro, todo eso no puede tener otro resultado que la fuga de divisas del país y la permanente devaluación del peso. 
 Los trabajadores sufrimos las consecuencias tanto del sostenimiento de esta timba financiera como de la salida devaluatoria. La única opción es enfrentar a estos estafadores y repudiar esa deuda externa usuaria y fraudulenta.

 Iván Hirsch

No hay comentarios: