miércoles, 20 de enero de 2010

Premio Casa: un galardón único en América Latina



Desde que en 1960 se citó por primera vez al Premio Literario Casa de las Américas, es cada vez mayor la participación de intelectuales de la región, lo que evidencia el prestigio alcanzado en estos cincuenta años por ese galardón y la institución que lo convoca.
Estimular y difundir las letras del continente es el objetivo primario de este Premio, que en su edición 51 cuenta con la presentación de más de 400 obras de 22 países.
Prestigiosos representantes de las letras hispanoamericanas han alcanzado la preciada distinción. La lista es amplia y en ella destacan el ensayista y dramaturgo guatemalteco Manuel Galich, el ecuatoriano Jorge Enrique Adoum, el cubano Lisandro Otero, el argentino Jorge Onetti y el salvadoreño Roque Dalton, entre otros.
También reconocidos escritores como el uruguayo Mario Benedetti, el argentino Julio Cortazar y el guatemalteco Miguel Angel Asturias, Premio Nóbel de Literatura en 1967, han formado parte de los jurados del evento, que en sus inicios se denominó Concurso Literario Hispanoamericano y cuyas primeras bases fueron redactadas por el novelista Alejo Carpentier quien plasmó en ellas la profunda vocación latinoamericanista que debía caracterizar a la institución patrocinadora.
Si en su surgimiento el Premio se limitaba a potenciar la participación de obras literarias en español, con el decursar de los años se ampliaría a textos en portugués de Brasil, en inglés del Caribe angloparlante, en francés de la zona francófona, y el creole en Haití, y en ocasiones, literaturas en lenguas indígenas.
A los géneros de poesía, novela, cuento y ensayo sumó los de Testimonio y la Literatura para niños y jóvenes.
Asimismo, desde 1977 se han convocado dentro de este certamen a Premios Extraordinarios, vinculados siempre a sucesos importantes en el continente americano o, como han expresado sus organizadores, a necesidades aún insatisfechas a pesar de los cambios registrados en los últimos años.
Es así que en 1977 se convocaría al Premio Extraordinario Simón Bolívar en Nuestra América, un año después al de La Juventud en Nuestra América, en 1989 al del Trigésimo Aniversario de la Revolución Cubana, y en esta edición 51 al del Bicentenario de la emancipación Hispanoamericana.
Austero es el Premio Casa de las Américas, que alejado de los oropeles de otros eventos, siempre ha estimulado la calidad de las obras y su vinculación con el contexto en que vivimos.
Destacados creadores de nuestro continente han señalado siempre la importancia del Premio Literario Casa de las Américas para dar a conocer al mundo la obra de jóvenes promesas y de las costumbres y verdaderos valores de los pueblos latinoamericanos y caribeños.
Así lo resume el escritor cubano Pablo Armando Fernández cuando afirmó que: “No hay un concurso literario como el de Casa de las Américas, porque la gente no manda sus libros parar obtener dinero, sino para tener el reconocimiento de su obra. Eso ha hecho que algunos de los escritores más importantes de este siglo en el continente, hayan integrado sus jurados o mandado obras para participar en el concurso. Además, cada vez es más grande, cada vez tiene más opciones.”

María Josefina Arce

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