jueves, 22 de septiembre de 2016

En los 20 años del Centro Pablo: Seguir siguiendo




El Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau continuó sus actividades en los primeros días de septiembre, después del receso habitual en el mes de agosto. Aquí actualizamos la información ofrecida hace algunas semanas.
Durante el resto del año el Centro realizará diversas actividades, algunas de ellas con la colaboración de instituciones fraternas y gentes amigas, para continuar celebrando los 20 años de trabajo realizado y recordar la memoria viva de Pablo, caído en combate en el frente de Madrid 80 años atrás –el 19 de diciembre de 1936–, defendiendo la república española agredida y combatiendo el naciente fascismo.
El 20 de septiembre el espacio televisivo Diálogo abierto dedicará su programa al trabajo realizado por el Centro Pablo en estas dos décadas.
Los días 21 y 22 de septiembre el Centro participará en sendas actividades organizadas por entidades fraternas y amigas y amigos de la villa de San Antonio de los Baños. El 21, Día Mundial del Alzheimer, acompañaremos la Marcha a favor de la memoria que organiza el Servicio Provincial de Atención Integral Comunitaria a los Trastornos de la Memoria que dirige la Dra. Saily Sosa. El 22 el Centro recibirá el homenaje que organizan el Museo del Humor, la familia Posada Medio y las organizaciones de San Antonio, a través de la jornada Veinte que sí son en la que participarán las gentes que laboran ahora en el Centro Pablo y algunos de sus fundadadores. A las 11 de la mañana de ese jueves tendrá lugar en el Museo del Humor, A guitarra limpia en San Antonio, que tendrá como protagonista al grupo Yawar, fundadores de la nueva trova cubana en esa localidad ariguanabense, con su concierto Día de agua.
Después de acompañar el 9 de septiembre el concierto 76 de La gira interminable de Silvio por los barrios, en Guanabacoa, fue lanzado el concurso No es fácil la herejía, convocado por el Centro Pablo, los Estudios Ojalá y el Proyecto La joven Cuba, a partir del legado de Pablo de la Torriente Brau y al calor de esa frase de Alfredo Guevara, ejemplo de militante revolucionario lúcido y audaz, para incentivar el debate de todas y de todos, especialmente de la gente más joven, alrededor de temas cruciales de nuestra realidad actual y de los retos que los nuevos tiempos imponen.
Para culminar las actividades del mes, entre el 25 y el 30 de septiembre, será realizado el Taller de Periodismo Cultural organizado por el Proyecto ACCEDES que llevan adelante el Centro Pablo y Radio Francia Internacional, cerrando así el ciclo de actividades e intercambios realizados durante los últimos tres años por ambas instituciones.
Octubre llegará cargado de acciones y actividades relacionadas con las importantes fechas de ese mes y con la presencia de la canción nuevamente entre nosotros.
Del 2 al 14 de ese mes se realizará la gira del grupo francés Neeskens que participa en el proyecto ACCEDES/Centro Pablo-RFI junto a trovadores y trovadoras de la Isla. El recorrido incluirá: día 6, Santa Clara; día 8, Camagüey; día 10, Matanzas; día 12, Pinar del Río; día 14, La Habana, el patio de Muralla 63.
Ediciones La Memoria del Centro Pablo organizará, conjuntamente con el Instituto Superior de Relaciones Internacionales, ISRI, el 11 de octubre, la presentación del libro Viento sur, de Raúl Roa. El diplomático y escritor Raúl Roa Kourí tendrá a su cargo esa presentación, en la que nos acompañará nuestro hermano Gerardo Hernández, actual vice-rector de ese Instituto.
Asimismo planeamos realizar en octubre la presentación del libro Lo que dice mi cantar, del investigador y escritor Lino Betancourt, organizada por el periodista Fernando Rodríguez Sosa en la librería Fayad Jamís de la Calle Obispo, en la Habana Vieja.
Durante el mes de octubre, el Centro Pablo acompañará, como siempre, los conciertos de la Gira interminable, que Silvio realizará junto a sus músicos e invitados.
Para el 22 y 23 de octubre la Cinemateca de Cuba ha preparado dos funciones especiales en su sala de 23 y 12, como regalo de esa institución fraterna por los 20 años del Centro Pablo. Allí el crítico y ensayista Luciano Castillo presentará los filmes Que levante la mano la guitarra y Pablo, de Víctor Casaus, junto a cuatro documentales producidos en estos años por el Centro Pablo: Pobre, nómada y libre (2001), de Jorge Fuentes, Arte Digital: la nueva era (2002), de Alfredo Ureta, Conversando con Ruth (2001) y Daniel Santos: para gozar La Habana (2004), ambos dirigidos por la documentalista Lourdes Prieto, con fotografía del maestro Raúl Rodríguez.
El concierto A guitarra limpia tendrá lugar el 29 de octubre en el patio de Muralla 63 y estará a cargo de la cantautora Ivette Letusé, finalista en el Premio de Creación convocado por los Estudios Ojalá de Silvio Rodríguez en el 2010 con su disco Sinfonía urbana, que reúne 15 poemas musicalizados de Rubén Martínez Villena. Este nuevo concierto A guitarra limpia estará dedicado a recordar la presencia necesaria del Che, tan importante en los días que vivimos. El concierto de Ivette incluye sus musicalizaciones de una docena de poemas del Guerrillero en los que ha trabajado, en estos años, la joven cantautora.
Durante este mes, o en noviembre, la Casa de las Américas y la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, instituciones fraternas, realizarán acciones culturales en homenaje a los 20 años de trabajo del Centro Pablo.
El mes de octubre culminará con la presentación del volumen Lo que dice mi cantar, del investigador y escritor Lino Betancourt, ferviente historiador de la trova cubana, en el espacio Sábado del Libro, en la Calle de Madera del Centro Histórico de la Ciudad, en La Habana Vieja.
Durante el mes de noviembre, el Centro realizará diversas actividades dirigidas, sobre todo, a celebrar los 18 años de existencia del espacio A guitarra limpia, por el que han pasado toda las generaciones y tendencias de la nueva trova cubana de finales de 1998, así como importantes artistas de Latinoamérica, Europa y Norteamérica.
En un Sábado del Libro de ese mes serán presentados los dos tomos de Memorias de A guitarra limpia, el formidable conjunto de textos, letras de canciones y fotos de las trovadoras y los trovadores que han construido ese espacio cultural, reunidos ahora en esos volúmenes por la editora Xenia Reloba, con diseño de Katia Hernández y Enrique Kike Smith, fieles colaboradores del Centro Pablo en estos azarosos años.
Durante el concierto A guitarra limpia que se realizará el 12 de noviembre, el Centro otorgará el Premio Pablo al grupo Moncada, fundadores de la nueva trova cubana, en el patio de las yagrumas, donde serán presentados los cuadernos Memoria dedicados a los aniversarios de Pablo de la Torriente Brau y del espacio A guitarra limpia, la carpeta de obras plásticas y digitales Visiones de Pablo y la reedición del CD Una canción para Pablo, homenaje de las trovadoras y los trovadores de la Isla al cronista de Majadahonda.
Dentro del mes de noviembre serán dados los resultados de los concursos Una página para Pablo, convocado por El Caimán Barbudo y el Centro Pablo y No es fácil la herejía, auspiciado por el Centro, los Estudios Ojalá y el Proyecto La joven Cuba.
Nuestro hermano Silvio, dentro de su gira interminable, dedicará el concierto del 18 de noviembre, en las calles de La Habana Vieja, a los 18 años del espacio A guitarra limpia, para recordar al mismo tiempo el 80 aniversario de la caída en combate del Pablo en la Guerra Civil Española y los 20 años del centro que lleva su nombre.
El 28 de noviembre se iniciará la gira del proyecto ACCEDES/RFI – Centro Pablo en Francia, con la participación del trovador Roly Berrío y jóvenes músicos de aquel país, y culminar así, hacia el 15 de diciembre, las acciones realizadas durante los últimos tres años para difundir la obra de jóvenes artistas de ambos países.
Durante la primera quincena del mes de diciembre el Centro participará, como cada año, en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, donde otorga el Premio Documental Memoria. En esta ocasión también serán presentados, en la sede del Festival, el libro Los días de Manuel Octavio, del investigador y crítico Jorge Calderón, junto a otros títulos publicados por Ediciones La Memoria, el sello editorial del Centro Pablo.

Víctor Casaus

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Silvio Rodriguez: Los que votan a favor del bloqueo están dañando a mi pueblo




El reconocido cantautor cubano Silvio Rodríguez aseguró que el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto a Cuba por Estados Unidos es una medida que ha hecho mucho daño al pueblo de la isla.

En una larga entrevista concedida a La Prensa y publicada en la web de ese diario panameño de circulación nacional, el autor de populares éxitos como Ojalá cuestionó cómo los políticos de un país pueden reunirse para decidir perjudicar a otro.
“Los que votan a favor están votando por dañar a mi pueblo… Es algo que me resulta inconcebible”, dijo el afamado músico, quien recordó que toda su música la ha hecho en Cuba, “país que fue excluido de muchas formas del funcionamiento universal” de la industria musical.
Algo que “puede haber sido, según se vea, un inconveniente, aunque también ha sido una ventaja”, apuntó.
Sobre su experiencia de trabajar con la Sony Music el álbum Amoríos, respondió: “Con Sony tenemos un contrato de distribución física, porque mis discos los produce Ojalá, mi muy modesta casa. Estamos viendo con optimismo este acuerdo”.
Al hablar de su más reciente producción expresó que todos los elementos musicales y creativos, y parte de lo imposible, está en Amoríos, “un disco en el que predominan las relaciones de pareja. Se trata de canciones muy queridas que nunca había editado, y tiene la virtud de estar realizado con excelentes músicos, grabado en Ojalá, el estudio que dirijo”.
Comentó que escribe “porque me gusta contar cosas. A veces ando con la idea de una canción durante muchos años; otras veces descubro la canción después de terminada”.
Para uno de los fundadores de la Nueva Trova en Cuba, “la música es una materia que puede armarse, desarmarse recomponerse de muchas maneras; su plasticidad es infinita, eso es lo interesante”, y lo que según él más le gusta de ser músico.
Al ser indagado sobre la trascendencia de sus composiciones en audiencias de diversas generaciones, Silvio expresó: “debe ser porque evito lo sectario y lo esquemático. Aunque escriba a veces sobre circunstancias específicas, trato de no caer en ciertos lugares comunes”.
Adelantó que actualmente trabaja en varios discos a la vez, “pero con el tiempo solemos volvernos cada vez más exigentes”, motivo por el que demoró siete años en publicar otra obra, luego de su decimoséptimo álbum Segunda Cita (2009), título que por demás identifica a su blog.
“No me gusta cuando se cuelgan conciertos o fragmentos tomados con celulares. Eso mata por completo la calidad sonora de un trabajo musical, calidad por la que a veces los músicos trabajamos durante meses”, afirmó el responsable de clásicos como Días y flores (1975), Al final de este viaje (1978), Rabo de nube (1980) y Unicornio (1982).

sábado, 17 de septiembre de 2016

Ser revolucionario en Cuba, hoy




¿Qué significa ser revolucionario? Los estudiosos del marxismo saben que en sus orígenes, el partido socialdemócrata se fracturó: los reformistas, cada vez más alejados de las concepciones de Marx, se quedaron con el nombre y los revolucionarios crearon el partido comunista. La polémica “reforma vs. revolución” tiene una larga historia. Ahí están los textos de Lenin, de Rosa Luxemburgo, entre otros.
Pero la definición o la opción revolucionaria, y su existencia práctica, no son exclusivas de un partido o de una clase social, aunque sí de una época. Porque los burgueses fueron revolucionarios en su momento. Y el movimiento anticolonial en la era del imperialismo tuvo por lo general un carácter revolucionario. José Martí creó el Partido Revolucionario para lograr la independencia de Cuba, y dicen que hablaba de la revolución necesaria que habría de iniciar una vez alcanzado el poder.
Por eso, me gusta hacer referencia a la tradición cubana del término. Cintio Vitier, por ejemplo, asumiendo los riesgos reductores de cualquier agrupamiento, establece dos tendencias “espirituales” en el último tercio del siglo XIX: la revolucionaria (independentismo, modernismo literario, antievolucionismo) y la reformista (autonomismo, preceptismo literario, evolucionismo positivista).
Lo cierto es que Revolución es Creación, salto sobre el abismo, o sobre el muro de la aparente imposibilidad –“seamos realistas, hagamos lo imposible”, decían los estudiantes parisinos del 68–, mirada de cóndor, pero es sobre todo una toma de partido “con los pobres de la Tierra”. Si tomamos a José Martí como modelo de revolucionario, observaremos en él tres características que se repiten en Fidel Castro:
1. Opción ética antes que teórica: se adopta una teoría para luchar contra la explotación, y no a la inversa. Es vocación de justicia social. “En la mejilla ha de sentir todo hombre verdadero el golpe que reciba cualquier mejilla de hombre”, escribía Martí. “El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor”, acotaba Ernesto Che Guevara. “Es precisamente el hombre, el semejante, la redención de sus semejantes, lo que constituye el objetivo de los revolucionarios”–ha dicho Fidel. El poeta revolucionario salvadoreño Roque Dalton se burlaba de las posiciones esnobistas de la pequeña burguesía en estos versos:

Los que
en el mejor de los casos
quieren hacer la revolución
para la Historia para la lógica
para la ciencia y la naturaleza
para los libros del próximo año o el futuro
para ganar la discusión e incluso
para salir por fin en los diarios
y no simplemente
para eliminar el hambre
para eliminar la explotación de los explotados.

Hay revolucionarios que desconocen la teoría marxista. Y hay académicos marxistas muy conocedores de cada texto, de cada frase de Marx, que jamás han salido a la calle, que son incapaces de sentir, de vibrar, con el dolor o el júbilo ajenos, que no militan; esos académicos “marxistas” no son revolucionarios. Tampoco son continuadores de Marx. Uno de los resortes formadores y auspiciadores de una Revolución, es la solidaridad.
2. Radicalidad en la comprensión y en los actos; el revolucionario busca la raíz del problema, aún cuando no pueda extirparla de inmediato, aún cuando se equivoque al señalarla, y pasa rápidamente a la acción. A diferencia del reformista, no pretende mitigar el dolor o enmascararlo, sino eliminar la enfermedad.
3. El revolucionario es una persona de fe. No en el sentido religioso. Ninguna declaración mejor que la que hace Martí (otra vez Martí) a su hijo, en la dedicatoria del Ismaelillo: tengo, le dice, “fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud, y en ti”. Fe en el pueblo, en sus capacidades. El revolucionario entiende los límites aparentes de lo posible, y los trasgrede, porque cree en el pueblo. En esto también se diferencia el reformista, que por razones de clase desconfía o subestima al pueblo. Creer, no es extirpar la duda; los revolucionarios vivimos la angustia de la duda, que es la del conocimiento. Sin embargo, el cínico es contrarrevolucionario, aunque no lo sepa.
Algunos ideólogos de la contrarrevolución reducen la actitud revolucionaria al acto violento, al uso de las armas. Como si las revoluciones armadas no ocurrieran en respuesta a la violencia del poder burgués. Ser un radical –ir a las raíces–, no es optar por la violencia. En su afán por desideologizar hasta el mismísimo concepto de revolución, pretenden hacer pasar como acciones revolucionarias las revueltas violentas de los politiqueros de la seudo república, que querían hacer valer el poder personal.
Ni siquiera los antimachadistas o antibatistianos eran necesariamente revolucionarios. Y contraponen el socialismo revolucionario al que llaman “democrático” (socialdemócrata), porque aquel no respeta el orden burgués. El socialismo no solo puede, sino que debe ser democrático, aunque no en el sentido que el sistema capitalista otorga al término. Debe y puede ser más participativo, más inclusivo, más solidario, más representativo. Debe y puede defender la individualidad, no el individualismo, porque el socialismo es el único camino capaz de transformar a las masas en colectivos de individuos.
Ciertas cualidades o virtudes éticas constituyen el fundamento o la base sobre la que se erige un revolucionario. Pero es una ética esencialmente política, social, no privada, que no puede vaciarse o desligarse de las contradicciones fundamentales de la época. No se es revolucionario con respecto a los intereses personales, sino de cara a la sociedad. Hay personas conservadoras –por razones biográficas, y quién sabe si hasta por razones genéticas–, que repelen los cambios bruscos, la incertidumbre de lo nuevo, que disfrutan el orden y la rutina.
No son contrarrevolucionarias. En sus Palabras a los intelectuales (1961), Fidel Castro decía: “Nadie ha supuesto nunca que (…) todo hombre honesto, por el hecho de ser honesto, tenga que ser revolucionario. Ser revolucionario es también una actitud ante la vida, ser revolucionario es también una actitud ante la realidad existente (…)”. Y agregaba más adelante: “Es posible que los hombres y las mujeres que tengan una actitud realmente revolucionaria ante la realidad no constituyan el sector mayoritario de la población; los revolucionarios son la vanguardia del pueblo, pero los revolucionarios deben aspirar a que marche junto a ellos todo el pueblo (…) la Revolución nunca debe renunciar a contar con la mayoría del pueblo; a contar, no sólo con los revolucionarios, sino con todos los ciudadanos honestos que aunque no sean revolucionarios, es decir, que aunque no tengan una actitud revolucionaria ante la vida, estén con ella. La Revolución sólo debe renunciar a aquellos que sean incorregiblemente reaccionarios, que sean incorregiblemente contrarrevolucionarios”.
Allí donde una Revolución ha triunfado, el adjetivo –que en el globalizado mundo del oficialismo burgués suele endilgarse como insulto–, se convierte en elogio. Una persona es trabajadora, “buena gente” y revolucionaria. La cotidianidad puede descontextualizar el sustrato rebelde y el significado político del término y reducir la condición del revolucionario a la honradez o a la decencia.
A veces, puesto que la Revolución ha tomado el poder, se identifica con el buen comportamiento o la corrección. Decimos: “en el fondo él (ella) es revolucionario(a)”, como si dijéramos que, más allá de sus apariencias, “es una persona noble”. Y creemos que el niño o el joven “más revolucionario”, es el que “se porta bien”. De cierta forma, el calificativo se aburguesa. Esto parece casi inevitable, pero no lo es: una Revolución en el poder necesita establecer su “normalidad”, su gobernabilidad.
Defenderse como poder político es la premisa de cualquier poder político, mucho más cuando se trata de un contrapoder acorralado por el Poder Global –que no solo acecha en el plano físico (material, militar), sino también en el espiritual, en el ámbito de la reproducción de valores–, y su normalidad es una “anormalidad” fuera de sus fronteras geográficas.
Ser revolucionario es participar en la consolidación del gobierno revolucionario, establecer un frente común con ese gobierno, para defender cada conquista y establecer las nuevas metas, aún cuando los grados de participación en la determinación de esas metas son aún insuficientes o se ejercen de manera formal. La democracia socialista, esencialmente superior, tiene todavía un largo camino por recorrer. Ser revolucionario también es participar desde la crítica comprometida. Criticar no es enunciar un hecho cierto, es actuar sobre él, empujarlo hacia su solución. Lo que otorga veracidad y justeza a una crítica no es el hecho enunciado, es su sentido. Si se desideologiza la crítica, se deshuesa, y se falsean sus enunciados.
De manera imperceptible, ocurre un lento proceso de separación o destilación del contenido “rebelde” que toda actitud revolucionaria presupone. Esto no es bueno. Vienen entonces los que enarbolan la rebeldía y la contraponen al ser revolucionario –vieja aspiración de la subversión imperialista: promover la rebeldía antirrevolucionaria, lo que significa decir, que los rebeldes sean antirebeldes, que aspiren a ser “normales”, inconformes frente a la rebeldía y conformes frente a la enajenación global–, o en sus antípodas, aquellos que consideran que el ser rebelde es el verdadero ser revolucionario.
Estos últimos pueden perder el sentido de orientación, porque la rebeldía a secas, habitualmente manipulada por el mercado capitalista, tiene una larga historia de convivencia y a veces de connivencia con el capitalismo. La rebeldía juvenil no es ni puede ser enemiga del espíritu revolucionario; ser revolucionario es la forma superior de ser rebelde. Sin la inconformidad que propicia la rebeldía y sin su disposición para romper moldes, normas, esquemas, es difícil ser revolucionario.
Las universidades cubanas no pueden ser “de o para los revolucionarios”, son centros formadores; deben ser, eso sí, formadoras de revolucionarios. De sus aulas salieron Mella y Fidel. El capitalismo (la cultura del tener) intenta domar la rebeldía incentivando sus formas primarias: el desacato, la irreverencia; intenta aislar al rebelde, concentrarlo en sí mismo, explotar al máximo su expresión individualista, transformarlo en un cínico. El socialismo (la cultura del ser), pretende encauzar esa rebeldía hacia la acción transformadora, ponerle mayúsculas, hacerla partícipe de las causas más justas de su época.
Vivo en el barrio centrohabanero de Colón, y muchas personas en mi entorno deben enfrentar enemigos más concretos e inmediatos que el imperialismo norteamericano, al menos eso parece, cuando la corrupción, la burocracia, la doble moral, la insensibilidad, el “sálvese quien pueda” se imponen. Creo, como ellos, que ese es el enemigo principal.
Pero no podemos confundir su nombre: se trata del capitalismo, de su capacidad para regenerarse dentro del socialismo, que no es más que un camino (no un lugar de llegada) hacia otro lugar, hacia otra esperanza o certeza de vida mejor. Si desvinculamos ese nombre de aquellas manifestaciones, o las enlazamos erróneamente al camino socialista que hemos emprendido, perdemos el rumbo. No podemos ser revolucionarios hoy, en este mundo globalizado, si no somos anticapitalistas, si no somos antiimperialistas. Si no sentimos como propios las conquistas, los peligros, las humillaciones, de otros pueblos. Si no defendemos la unidad de los revolucionarios cubanos y la de los pueblos latinoamericanos frente al imperialismo.
No podemos ser revolucionarios si creemos que el mundo tiene el largo y el ancho de una calle, o de un barrio, o de un país. Si aceptamos los consensos que otros construyen, y no construimos los nuestros. Si vaciamos cada palabra de los contenidos de combate, porque de inmediato serán llenadas de otros contenidos, por aquellos que nos combaten.
Martí, Mella, Guiteras, el Che, Fidel, se parecen demasiado, para que nos inventemos ese asunto de las generaciones. No han dejado de ser jóvenes. Cambian las tareas, las coordenadas, pero no las actitudes, los principios, el horizonte al que siempre nos acercamos sin llegar. Por otra parte, nadie se hace revolucionario de una vez y para siempre.
Hay que nacer como revolucionario cada mañana, cada día. Los papeles no están predestinados ni son inmutables: el héroe de 1868 pudo convertirse en traidor veinte años después; el indeciso de entonces, quizás empuñó las armas con dignidad en 1895; el guerrero valiente de la manigua pudo dejarse seducir por la corruptora política neocolonial; el enérgico antimachadista, desilusionarse de sus ideales de juventud o convertirse en un profesional de la violencia; el revolucionario de la Sierra o del Llano, acomodarse o enredarse en las redes del burocratismo; el escéptico de aquellos días, transformarse en un miliciano fervoroso, en un héroe cotidiano e invisible; el dirigente juvenil, acodado en el balcón de la buena conducta y los aplausos, convertirse en un repetidor de consignas vacías y el profesional rebelde, crecer como tal hasta hacerse revolucionario.
Entre unos y otros, disfrazados, están los oportunistas, los “pragmáticos”, los cínicos de siempre. A todos los cerca la historia y, de sus actos múltiples, solo perdura el instante de eticidad fundadora que sostiene a la Patria: “ese sol del mundo moral” que ilumina y define a los seres humanos, según la frase que Cintio rescatara de José de la Luz y Caballero. Una Patria que es Humanidad, que no está en la “hierba que pisan nuestras plantas”, o en unas costumbres siempre en evolución, sino en un proyecto colectivo de justicia. Una Patria que aspira a fundirse con la Humanidad, y que mientras, defiende su espacio para fundar, para crear, para proteger la dignidad plena de sus hombres y mujeres.

Enrique Ubieta

Raúl Castro en Cumbre NOAL: No puede subestimarse nuestra enorme fuerza cuando actuamos concertadamente




Raúl Castro habla en la Cumbre de NOAAL en Venezuela, 17 de septiembre de 2016

Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la XVII Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, Isla de Margarita, Venezuela, el 17 de septiembre de 2016, “Año 58 de la Revolución”.

Estimado compañero Nicolás Maduro Moros, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela;

Jefes de Estado y de Gobierno;

Estimados Ministros, delegados e invitados;

Señoras y señores:

Somos 120 Estados No Alineados y contamos, además de los Principios de Bandung, con la Declaración sobre los Propósitos, Principios y el Papel del Movimiento de Países No Alineados en la Coyuntura Internacional Actual, aprobada en la XIV Cumbre en La Habana. No puede subestimarse nuestra enorme fuerza cuando actuamos concertadamente.
En la propia Cumbre, en 2006, rechazamos los intentos de “cambio de régimen” y llamamos a garantizar que todo país se abstuviera de recurrir a la agresión y al uso de la fuerza.
También en La Habana, en enero del 2014, los Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), con la firma de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, reafirmamos el compromiso con los principios de la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional; con la solución de diferencias de forma pacífica y el pleno respeto al derecho inalienable de todo Estado a elegir su sistema político, económico, social y cultural como condición esencial para asegurar la convivencia entre las naciones.
Sin embargo, somos testigos de los crecientes ataques a la soberanía y autodeterminación de Venezuela. Cuba reafirma su incondicional respaldo al gobierno y pueblo venezolanos, a la unión cívico-militar y al presidente constitucional Nicolás Maduro Moros (Aplausos).
Rechazamos enérgicamente el golpe de Estado parlamentario-judicial en Brasil contra la presidenta Dilma Rousseff, que constituye un acto de desacato a la voluntad soberana del pueblo que la eligió con más de 53 millones de votos.
La hermana Colombia tendrá todo el apoyo de Cuba para avanzar en el difícil camino de la implementación del Acuerdo y la consolidación de la Paz justa y duradera que merece su pueblo.
Expresamos nuestra confianza en que el pueblo de la República Árabe Siria será capaz de resolver sus diferencias por sí mismo, sin injerencias externas dirigidas a promover un cambio de régimen.

Compañero Presidente:
Resulta inaceptable que todavía el pueblo palestino continúe siendo víctima de la ocupación y la violencia, y que la potencia ocupante siga impidiendo la creación de un Estado palestino independiente con Jerusalén Oriental como su capital.
Todos los intentos de garantizar la autodeterminación del sufrido pueblo saharaui se han frustrado, lo que requiere la acción de la comunidad internacional.
Nos solidarizamos con la histórica demanda del pueblo puertorriqueño en pro de su autodeterminación e independencia.
Respaldamos también el reclamo de la República Argentina sobre las islas Malvinas, Sandwich del Sur y Georgias del Sur.

Estimado compañero Maduro:
Para Cuba, la no alineación significa la lucha por modificar radicalmente el Orden Económico Internacional impuesto por las grandes potencias, que ha conducido a que 360 personas posean una riqueza anual superior a los ingresos del 45% de la población mundial. La brecha entre países ricos y pobres crece. La transferencia de tecnologías del Norte al Sur es una aspiración esquiva.
La globalización favorece fundamentalmente a un selecto grupo de países industrializados. La deuda de los países del Sur se multiplica y suma más de 1 700 millones de millones de dólares.
Dos mil novecientos millones de personas son empujadas al desempleo y la pobreza extrema; millones de niños mueren cada año por causa del hambre y de enfermedades prevenibles; casi 800 millones de personas no saben leer ni escribir, mientras más de 1,7 millones de millones de dólares se dedican a gastos militares.
La no alineación significa también la lucha por eliminar las brechas del conocimiento y por el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones en pro del desarrollo y la cooperación. Rechazamos su creciente militarización y uso agresivo contra terceros países.
El cambio climático se agrava y persisten en los países desarrollados patrones irracionales de producción y consumo que amenazan las condiciones de existencia de nuestra especie.
La realización de los derechos humanos continúa siendo un sueño para millones de personas en todo el mundo. Estados Unidos y Europa emplean la manipulación, la doble moral, la selectividad y la politización, mientras oleadas de refugiados se agolpan en las fronteras europeas sin hallarse soluciones justas, estables y permanentes, que protejan su vida y dignidad.

Estimado presidente Maduro:
Han transcurrido 21 meses desde que anunciamos simultáneamente con el presidente Barack Obama, la decisión de restablecer las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.
Ha habido algunos avances, sobre todo en el ámbito diplomático y de la cooperación en temas de interés mutuo, pero no ha sido igual en la esfera económico-comercial, debido al alcance limitado, aunque positivo, de las medidas adoptadas hasta ahora por el gobierno estadounidense.
Cuba seguirá reclamando el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero, que tantos daños y privaciones nos causa y que afecta también a muchos países por su alcance extraterritorial; y continuará demandando que se devuelva a nuestra soberanía el territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval de Estados Unidos en Guantánamo.
Sin esto no podrá haber relaciones normales, como tampoco será posible si no se pone fin a otras políticas aún vigentes que son lesivas a la soberanía de Cuba, como los programas subversivos e injerencistas.
Ratificamos la voluntad de sostener relaciones de convivencia civilizada con Estados Unidos, pero Cuba no va a renunciar a uno solo de sus principios, ni a realizar concesiones inherentes a su soberanía e independencia (Aplausos). No va a ceder en la defensa de sus ideales revolucionarios y antiimperialistas, ni en el apoyo a la autodeterminación de los pueblos.

Compañero Maduro:
Le deseamos todo el éxito a la hermana República Bolivariana de Venezuela al frente de los Países No Alineados, a la vez que felicitamos a la República Islámica de Irán por su labor en el mandato recién concluido.
La única alternativa ante los enormes peligros y desafíos que tenemos por delante es la unidad y la solidaridad en defensa de nuestros objetivos e intereses comunes.

Muchas gracias (Aplausos).

jueves, 15 de septiembre de 2016

El Ballet y la FEU: seis décadas de alianza en la Historia




La Mesa Redonda conmemora el próximo aniversario 60 del Acto de Desagravio que la FEU, encabezada entonces por Jose Antonio Echevarría, rindiera al Ballet Nacional de Cuba el 15 de septiembre de 1956, luego de la decisión del Gobierno de Fulgencio Batista de suspenderle la subvención a la compañía.

El Nuevo Curso Escolar en la Educación Superior Cubana