Hay que organizarlo.
“Sorpresivamente”, el presidente Rodrigo Paz lanzó el miércoles 17 el decreto 5503, que en su parte fundamental quita subsidios a los combustibles y aumenta el precio de las naftas. Amplios sectores populares lo llamaron “el gasolinazo”: ¡la gasolina subió un 100% y el diésel un 160%!
Inmediatamente, comenzaron a desarrollarse, en forma semi espontánea, acciones de protesta con cortes de ruta, marchas y concentraciones en diversas ciudades y zonas de Bolivia a lo que se considera un fuerte ataque contra el pueblo trabajador y pobre. Rápidamente la tarifa del transporte público se subió en forma arbitraria por las patronales transportistas (en muchos casos en un 100%) y se está desarrollando un proceso de aumento de precios de los productos de consumo popular. El gobierno también está imponiendo la libre exportación (lo que repercute en aumento de los precios internos).
Frente a este cuadro de agitación y movilización, la COB (Central Obrera Boliviana) ha convocado este viernes 19 a una huelga general indefinida a partir de este lunes 22.
Ya hace un par de días que muchos sectores de choferes y camioneros estaban parando y/o cortando rutas.
El sábado, Evo Morales llamó a organizar una marcha popular primero hacia Cochabamba y luego hacia la Capital (La Paz).
Pero el éxito del paro no está garantizado. Hay mucha confusión y el gobierno se lanzó a una fuerte campaña política buscando, también, quebrar cualquier frente huelguístico. El domingo a la noche llegó a un acuerdo con las cámaras de choferes para que levanten la huelga, a cambio de negociaciones para darles ciertas ventajas corporativas (baja de impuestos, libre importación de repuestos, cupos de gasolina, etc.).
Aun así, el paro se empezaba a extender, pero no se puede saber aún a ciencia cierta su real efectividad.
La dirección burocrática de la COB ha estado, durante los últimos años, subordinada a los gobiernos (de Evo Morales, de la golpista Añez y de Arce consecutivamente). Recientemente ha sido cambiada por una nueva dirección, que es la que ha convocado ahora al paro general hasta que se retire el decreto del “gasolinazo”. El gobierno de Rodrigo Paz metió preso al exdirigente de la COB, Huarachi, acusándolo de corrupción con amplio despliegue publicitario para deteriorar la cohesión de los trabajadores en su resistencia al gobierno antiobrero y volcar a las clases medias a favor del “ajuste”.
En general, el gobierno ha lanzado en forma improvisada la constitución de “Comisiones de la Verdad” para investigar la corrupción en diversas reparticiones de los gobiernos del MAS. Saca del “manual del libertario” este tipo de campañas para plantear que la crisis de Bolivia y los sufrimientos que se le pretende endilgar a los trabajadores son producto de los gobiernos “populistas” y “corruptos” anteriores.
Ofensiva derechista
Por supuesto que no se trata de un ataque aislado. Va acompañado por una tendencia devaluatoria; y hace un par de semanas se quitó el subsidio a las harinas, lo que determinó un aumento drástico del 60% en el precio por unidad del pan (de 0,50 a 0,80$ bolivianos).
Rodrigo Paz se presentó en las elecciones como un centroderechista opuesto a las candidaturas derechistas de Doria Medina y Jorge Tuto Quiroga, que se esforzaban en considerarse como los Milei bolivianos. Rodrigo Paz prometía que sus “ajustes” iban a ser realizados con “gradualidad”, no con medidas de “shock”, y protegiendo el bolsillo popular. Se presentaba como una especie de Massa, el candidato del kirchnerismo contra Milei en el 2023.
Para ello, fue ampliamente utilizada la figura del “capitán” Lara –un excomisario policial, licenciado de la fuerza por sus denuncias contra la corrupción-, que fue como candidato a vicepresidente de Rodrigo Paz, desarrollando una campaña populista en las barriadas populares.
Evo Morales dio “libertad de voto” en el balotaje aunque bajo cuerda llamó a votar por Rodrigo Paz, pero –aclaró- sin darle un cheque en blanco (en la primera vuelta había convocado al voto nulo, que saco 1,3 millones de votos).
Alineamiento con Trump y Milei
Pero… rápidamente Rodrigo Paz se alineó con Trump y Milei. En materia de política exterior se sumó a la campaña trump/mileísta que prepara las condiciones para invadir Venezuela e imponer un cambio de régimen abiertamente proimperialista volteando al gobierno de Maduro. Por otra parte, acaba de reconocer, en una ceremonia realizada en Washington, al gobierno sionista genocida de Netanyahu, con el que Bolivia había cortado relaciones, señalando que está dispuesto a “coordinar regionalmente” (¿?) con este.
Ha llamado nuevamente a la DEA (la central de inteligencia yanqui contra el narcotráfico) a que regrese para actuar en Bolivia (de la que había sido expulsada hace una década) contra el narcoterrorismo: lo que preanuncia ataques contra el campesinado cocalero.
La “justicia” ha liberado a la golpista presidente Añez y lo está haciendo con todos los racistas golpistas del 2019. El emblema indígena de la Whipala ha sido quitado de la bandera de ceremonias nacional. Avanza la reacción política.
Pone en marcha el “capitalismo para todos”
Durante la campaña electoral, contra el estatismo corrupto de Evo Morales y de Luis Arce y contra los “ajustes” ortodoxos contra el pueblo, Rodrigo Paz prometió “capitalismo para todos” y “platita” en el bolsillo de la gente.
El “capitalismo para todos” está siendo puesto en marcha, beneficiando al gran capital y descargando la crisis sobre las masas trabajadoras. Rodrigo Paz eliminó impuestos que debe pagar el gran capital, entre ellos el impuesto a las Transferencias Financieras y el Impuesto a las Grandes Fortunas.
Afirma que son “ineficientes” y “perjudiciales” a la economía nacional, que no aportarían sino poco más del 1% a los ingresos fiscales y que por culpa de ellos los capitales “se fugan”. ¿”Perjudiciales para quién? Para los capitalistas. En cambio, ataca las condiciones de vida de las masas trabajadoras y campesinas.
Crisis en el gobierno
Este giro derechista y antiobrero ha determinado una crisis en el seno del nuevo gobierno. El vicepresidente, capitán Lara, ha salido a desmarcarse –en varias oportunidades en forma violenta- de su compañero de fórmula, el presidente Rodrigo Paz. Lo tildó de “mentiroso” y de haber traicionado sus promesas de campaña electoral. Señaló que el verdadero jefe del gobierno es el derechista Doria Medina. Pero lo hace de una manera ecléctica. Se pasó las primeras dos semanas de gobierno, cuando Rodrigo Paz ponía en marcha sus equipos y su ofensiva, haciendo viajes “diplomáticos” al exterior. Critica a Paz porque está jugando con fuego, azuzando la rebelión popular, pero no se coloca abierta y claramente del lado de esta.
Y, a pesar de que plantea derogar el decreto del “gasolinazo” y amenaza con la ruptura, llama cada tanto a Rodrigo Paz a consensuar una política común. Rodrigo Paz, por su parte, ha nombrado un nuevo cargo: el de viceministro de “relaciones parlamentarias”, con el que pretende disputar los fueros del excapitán como vicepresidente a cargo del funcionamiento del parlamento.
Comando de Lucha
No alcanza con una convocatoria: es necesario organizar la huelga general. Convocar asambleas en fábricas, minas y barriadas para poner en marcha la huelga, formar piquetes y movilizar al pueblo. El gobierno ha convocado al “diálogo”, pero la respuesta de la COB ha sido, en este punto, correcta: solo se puede “dialogar” si el gobierno retira previamente el decreto 5503. Lo primero es derogar el decreto del “gasolinazo” y retrotraer los aumentos de las naftas y las tarifas del transporte.
Asambleas y plenarios con delegados mandatados, conformar comandos de coordinación de la huelga y las movilizaciones, marchar hacia congresos nacionales de los trabajadores y los campesinos con delegados electos y mandatados.
Para ello es fundamental reagrupar, en torno a posiciones de independencia de clase, a la vanguardia de estas luchas. En particular, a los sectores de base que se ilusionaron con el “capitán” Lara y Rodrigo Paz y a las bases en evolución dentro del masismo. Frente único para derogar el decretazo 5503.
Rafael Santos


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