jueves, 3 de octubre de 2013

Impacto del bloqueo económico sobre las artes


¿Se ha preguntado cuánto cuesta una cuerda de violín, o el violín mismo; un piano, unas zapatillas de ballet, una licencia de software? Son cuentas difíciles de asumir en un país donde los precios se multiplican entre las líneas de unas leyes que bloquean cada iniciativa de subsistencia nacional y donde, a pesar de eso, la enseñanza artística es gratuita.
Sobre la incidencia que en este campo de estudios tiene el bloqueo político y económico que EE.UU. sostiene contra Cuba, se realizó este 26 de septiembre un conversatorio en la misma Universidad de las Artes (ISA); allí participaron numerosos profesores y artistas que, graduados en la escuela, se encuentran hoy al frente de las cinco facultades que la integran.
El tema del bloqueo a Cuba tiene muy pocas referencias históricas en otras latitudes. Otros países han enfrentado este tipo de políticas injerencistas, pero en Cuba ha sido una particularidad la resistencia simbólica y cultural que nadie puede dejar de reconocer durante más de medio siglo. Es por eso que algunos profesores prefirieron hablar de lo que esa política no ha podido tocar al interior del ISA.
“Hay una universidad física, que es a la que nos hemos estado refiriendo hasta ahora, acosada por numerosas dificultades de índole material; pero también hay, por sobre todas las cosas, una universidad espiritual. Aun con todas nuestras deficiencias seguimos siendo capaces de formar y de crear a ese profesional que goza de gran reconocimiento en cualquier lugar del mundo”, afirmó Osvaldo Cano, Decano de la Facultad de Arte Teatral.
La Universidad de las Artes cuenta hoy con una matrícula de 1400 estudiantes que se especializan en alguno de los 44 perfiles dentro de las cinco carreras: Teatro, Música, Danza, Artes Visuales y Comunicación Audiovisual. Cada año, Cuba invierte alrededor de 10 mil dólares en la formación de cada estudiante de arte… cada curso escolar.
“La enseñanza artística tiene un alto costo, y una gran parte de los insumos necesarios para poder desarrollar esa docencia hay que adquirirlos en otros países”, explicó Diosvany Ortega González, vicerrector docente del centro de estudios.
En palabras de Marilyn Cruz, Vicedecana de la Facultad de Música, buena parte del financiamiento que la escuela necesita se pierde a causa de las leyes norteamericanas que, entre otras consecuencias, impiden a “cientos” de instituciones en el mundo apoyar económicamente numerosos proyectos artísticos nacidos en la universidad cubana.
El efectivo que se desperdicia en procesos de compra de suministros por terceros países marca una clara línea entre la realidad y la posibilidad. Solamente en la Facultad de Arte Danzario las zapatillas de media punta, consideradas “material gastable”, tienen una vida útil de aproximadamente 15 días. Cada par de zapatillas tiene un costo de 35 a 40 dólares.
En la Facultad de Artes Visuales quienes ejercen la docencia también han asumido, en una considerable medida, el apadrinamiento de los talleres donde los estudiantes deben desechar una buena suma de materiales antes de obtener resultados significativos. Resulta increíble escucharlo cuando el profesor Ossain Raggi lo explica, pero una sencilla piedra litográfica de 40 centímetros cuadrados tiene hoy un precio de 10 mil dólares.
“Los profesores compran muchos artículos en tiendas minoristas y los donan a la escuela. Pero esto es una irregularidad, y no debería ser así. Además, los procesos de compra en el exterior llegan a ser desgastantes, riesgosos y con un alto índice de errores”, declaró Raggi.
Según la decana de la Facultad de Arte en los Medios de Comunicación Audiovisual, Dra. Marta María Fernández, ninguno de los equipamientos necesarios en esa especialidad se produce en Cuba. El perfil de sonido, señaló, es uno de los más perjudicados en ese sentido. Se trata de la carrera “más sujeta al desarrollo tecnológico. Los equipos son escasos y su explotación, como debe ser durante los primeros años, indiscriminada, pues no hay otra manera de aprender”, dijo.
“Por otro lado —consideró—, los intercambios con alumnos y profesores de otros países son mínimos en comparación con lo que se necesitaría, a causa de las restricciones y los temores instaurados por el bloqueo económico”.
Los profesores estuvieron de acuerdo en que la flexibilización en la política del presidente Barack Obama en relación con los viajes a Cuba es solo un espejismo, ya que se continúa negando la visa a muchos profesionales. Además, “establecen una diferencia entre los viajes a Cuba en calidad de turista y los viajes oficiales a instituciones del país, al menos en el ámbito cultural”, apuntó Diosvany Ortega.
Todo eso forma parte, en palabras del vicerrector docente, de una estrategia de descapitalización profesional cuyo impacto no es medible en términos económicos. “Para ellos ese intercambio siempre ha sido selectivo; llegan allá las personas que les interesen, culturalmente hablando”.
La Universidad de las Artes es un espacio inmenso. Sus instalaciones, consideradas Monumento Nacional, están siendo valoradas para ser nombradas Patrimonio de la Humanidad. Pero necesitan, también, personal y recursos dirigidos solamente a su constante mantenimiento infraestructural. El ISA es la construcción más contemporánea, cuyos autores están todavía vivos, que se puede encontrar en la lista de la organización no gubernamental World Monuments Fund, la cual se dedica a proteger el patrimonio arquitectónico del mundo.
Aunque las injustas y harto denunciadas políticas económicas de EE.UU. contra Cuba1 no han podido impedir el desarrollo artístico profesional en la Isla, sin duda lo han obstaculizado y encarecido. Se hace en tres años lo que demoraría uno; se enseña con imaginación, rigor de espíritu. Y ya es tiempo de permitirle a la Universidad de las Artes la prosperidad que merece. ¿Sabe cuánto lo necesita la enseñanza artística en la Isla? ¿Se ha preguntado alguna vez cuánto cuesta una cuerda de violín, o el violín mismo?

Rachel D. Rojas
La Jiribilla

Notas: 1. Desde hace 20 años, en la Asamblea Nacional de la ONU se somete a votación la eliminación del bloque económico de EE.UU contra Cuba. Cada año la mayoría de votos a favor es abrumadora. En 2012 fueron 188 los votos a favor; tres estuvieron en contra y otros dos se abstuvieron.

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