miércoles, 19 de noviembre de 2025

Otra “socialista” del Partido Demócrata triunfa en Seattle


“La fe estadounidense en el capitalismo está disminuyendo”, escribió un periodista del Seattle Times (13/9), unas semanas antes de las elecciones para alcalde de la ciudad capital del estado de Washington. El título del artículo se preguntaba: “¿Será este el año en que Seattle se vuelva socialista? Todo apunta a que sí”. 
 Dos meses después se desarrollaron las elecciones, y tras un largo escrutinio se confirmó el triunfo de la candidata Katie Wilson, del partido Demócrata, uno de los dos del imperialismo norteamericano, que se define como “socialista”. Según la legislación del estado, los candidatos se presentan primero a una “interna no partidista” en la que van todos los nombres propuestos sin identificación partidaria, y los dos más votados pasan a la elección general. En la primaria de agosto, el más votado fue el actual alcalde Bruce Harrell con el 52% de los votos, y la segunda más votada fue la activista Katie Wilson que obtuvo alrededor del 28%. Tanto Harrell como Wilson están inscriptos como Demócratas. 
 La elección, el 4 de noviembre, fue muy reñida. Esa noche Harrell lideraba el recuento por más de 10.000 votos, pero restaba procesar las boletas tardías y los votos por correo, mayoritariamente de electores jóvenes y progresistas. El resultado final: Katie Wilson superó a Harrell, obteniendo el 50% de los votos, en una votación con elevada participación para una elección municipal (55% de los electores).
 Tanto la candidata desafiante como el propio proceso electoral han sido comparados con el triunfo de Zohran Mamdani en Nueva York. Harrell era el favorito y contaba con gran apoyo financiero, mientras que Katie Wilson carecía de trayectoria en cualquier cargo político y era una candidata contraria al aparato Demócrata. 
 Seattle es la ciudad más importante de la región Noroeste del Pacífico, con cerca de 800.000 habitantes, pero su relevancia va más allá de su tamaño, porque es un centro tecnológico de primer orden. Allí está la sede de Microsoft y de Amazon, así como grandes infraestructuras de Google, Meta, Apple, Nvidia, así como Boeing, etc. No es Nueva York, pero en ella están ubicadas gigantes de las Tecnológicas que superan los 3 billones de dólares según su valor de mercado. Por otra parte, es una de las ciudades más izquierdistas de EE.UU., junto con San Francisco y Portland. 
 La lucha de clases ha tenido una importante alza en Seattle luego de la pandemia, con grandes huelgas en la construcción, la educación, Amazon, Starbucks, hotelería, aeropuertos -muchas de ellas con importantes triunfos salariales y crecimiento de la sindicalización. También fue un epicentro de las movilizaciones contra la represión y brutalidad policial, como el movimiento Black Lives Matter y campañas para “desfinanciar” a la policía. Seattle también ha sido campo de batalla acerca de los impuestos a las grandes empresas (“Amazon Tax”) y en 2014 fue la primera gran ciudad en aprobar el salario mínimo de $ 15/hora. Bernie Sanders ganó en el condado de King (donde está Seattle) las primarias demócratas de 2016 y 2020, por un gran margen. 
 En varios de esos movimientos -como el del salario mínimo y el “impuesto Amazon”- jugó un papel una exconcejala trotskista (CWP) llamada Kshama Sawant, que ocupó un cargo en el Consejo Municipal entre 2014 y 2024, y ahora está realizando una campaña para representante nacional en oposición al actual representante demócrata Adam Smith. 
 El eje de la campaña de Wilson fueron reformas sociales super elementales, como la vivienda asequible (impuestos progresivos a los ricos para financiar vivienda social), crear refugios para las personas sin hogar y detener desalojos forzados, acceso gratuito y universal al cuidado infantil, reformas en el transporte y en su costo, entre otros; lo mismo que Mamdani. Respecto a la represión policial, Wilson ha apoyado la campaña “defund the police” (quitar presupuesto a la represión) luego del asesinato de George Floyd y el movimiento Black Lives Matter, pero en la campaña realizó propuestas moderadas. También similares a la de Mamdani, en cuanto a crear distintos servicios de “seguridad civil”, programas no policiales (salud mental, atención a adictos, etc.). 
 A diferencia de Mamdani, Katie Wilson no integra el agrupamiento DSA (“Demócratas Socialistas”). Por otra parte, si bien los integrantes de DSA de Seattle la votaron, no la apoyaban oficialmente, cuestionando que no integraba ni apoyaba la plataforma del grupo, sino que tampoco impulsaba la campaña BDS (Boycott, Divestment and Sanctions) contra Israel, ni los planteos de recorte presupuestal a la policía. Según el DSA de Seattle, Wilson los acusaba de “automarginarse”. De todas formas, la posición del DSA aspiraba a “trabajar juntos” cuando Wilson fuera electa.
 Los Demócratas Socialistas, además de formar parte del Partido Demócrata -un partido de Wall Street, imperialista- son un grupo muy heterogéneo, con numerosos agrupamientos internos.
 Katie Wilson se diferencia de Kshama Sawant. En el artículo mencionado más arriba, el periodista resume así las diferencias: “Wilson sostiene que Sawant estaba empeñada en debilitar al Partido Demócrata, mientras que Wilson, también demócrata, deseaba colaborar con los demócratas tradicionales e impulsarlos hacia la izquierda” (Seattle Times, 13/9). La recién electa alcaldesa afirmó: “Como concejal, Kshama intentaba desmantelar el sistema”. “Pero la alcaldía es un cargo ejecutivo. No se puede postular a la alcaldía y decir que se quiere desmantelar el sistema. Se está pidiendo dirigir el sistema”. 
 El giro a la izquierda de parte del electorado demócrata alcanzó a votantes trumpistas, según se pudo apreciar en NYC, que también se expresó en otras elecciones, como en Minneapolis. Allí se presentó otro candidato “demócrata socialista”, Omar Fateh, quien desafiaba la reelección del demócrata sin aditamentos, Jacob Frey. Finalmente, el alcalde fue reelecto con 50% de los votos, pero Fathe (un inmigrante somalí, autodeclarado “socialista”) superó el 44%. Frey era apoyado por ambos partidos (Demócrata y Republicano), así como por el gobernador “progre” Tim Walz y la senadora Amy Klobuchar (del establishment Demócrata). 
 El triunfo de Katie Wilson se inscribe dentro de las derrotas de Trump y la elite dirigente Demócrata. Wilson esgrime el slogan de un Seattle “a prueba de Trump”. Las elecciones a la alcaldía fueron un reflejo del creciente repudio a la creciente desigualdad social y a la preponderancia política de los megarricos –una oligarquía concentrada en Seattle, además de Wall Street. Con independencia de las limitaciones insalvables de los candidatos “demócratas y socialistas”, en la mayor metrópoli antisocialista y anticomunista, o, más importante, de la confusión que difunde, es manifiesta la inquietud de las nuevas generaciones de trabajadores por una salida que acabe con la dominación de la oligarquía financiera (o, como se decía antaño, “las 400 familias”, hoy reducida en número en la cúpula billonaria. Es un punto de apoyo poderoso para luchar con la guerra imperialista y el fascismo. 

 Rafael Fernández 
 18/11/2025

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