El gobierno busca afrontar, en tiempo express, un déficit fiscal que alcanza el 5,8 % del presupuesto francés, unos 25.000 millones de euros aproximadamente, y una deuda pública del 114 % del PBI (3,3 billones de euros). Para el Presupuesto 2026, tanto el predecesor de Lecornu -el destituido Bayrou- como el nuevo premier buscan avanzar en un recorte de 44 millones de euros centrado en los denominados gastos sociales.
Macron insiste en establecer un gobierno “puro" y alcanzar acuerdos circunstanciales en el Parlamento, para solventar la carencia de un quórum propio. Desde las elecciones legislativas de 2024 el Parlamento francés se encuentra dividido en tercios: Macron y sus aliados (Renacimiento), el Nuevo Frente Popular (Partido Socialista, Comunista, Verde y La Francia Insumisa) y la extrema derecha de Marine Le Pen, Reagrupamiento Nacional (RN). Los reclamos, “pour la galérie”, para que renuncie son cotidianos de izquierda a derecha.
El PS se postula a formar un nuevo gobierno como garante del orden ante Macron y la gran burguesía francesa. Los sindicatos reclaman ser parte del debate sobre el nuevo Presupuesto. “Mi mensaje a Lecornu hoy es éste: son las calles las que deben decidir el Presupuesto”, declaró Sophie Binet, presidenta de la CGT (alineada con el PC francés), tirando la pelota afuera. La misma “táctica” desarrolló la intersindical en la lucha contra la reforma de pensiones, que elevó la edad de retiro a 64 años y los años necesarios de aportes a 43 (!!). Lecornu ya ha declarado que en los próximos días tendrá reuniones con todos los partidos del Parlamento y que convocará a un diálogo a los sindicatos.
La convocatoria del 18 de septiembre, por parte de los sindicatos, buscaba recobrar la centralidad política tras la movilización “Bloqueemos todo”, que había logrado reunir entre 200 mil y 500 mil manifestantes. La clase obrera francesa se encuentra dispuesta a una lucha a fondo, como lo demuestra la alta adhesión a la huelga.
Macron está embarcado en el rearme de Francia para la guerra de la OTAN contra Rusia. Ha llamado a instalar tropas al oeste de Kiev y a incorporar a Ucrania de inmediato a la Unión Europea, y a término a la OTAN. La guerra de la OTAN es apoyada por todo el arco político francés, incluida La Francia Insumisa, con el pretexto de la independencia de Ucrania. Le Pen ha variado de ‘la paz’ con Putin a la intervención militar. La guerra es rechazada en los sondeos de opinión; los trabajadores franceses se movilizan contra el rearme militar.
La propuesta del PS -literalmente gravar a 1.800 hogares ‘ultra-ricos’-, para recaudar 20 mil millones de euros anuales, la “Tasa Zucman” -en ´honor´ del economista que la promueve-, no llega ni al 10 % de las exenciones impositivas que reciben anualmente las patronales francesas, que suman unos 270 mil millones de euros, según la revista Le Nouvel Obs. La política francesa sigue caminando por la cornisa.
Joaquín Antúnez
19/09/2025
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