martes, 12 de marzo de 2013

¿Dónde van los angeles cuando mueren?




“Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende". Eduardo Galeano.

En junio del 2008, Celia Hart Santamaría, hija de Haydée Santamaría y Armando Hart, en un momento de desamor con el Comandante Chávez, escribió en un artículo, en carta enviada al presidente venezolano, “Y acá no le voy a decir Presidente ni una sola vez. Porque mi reflexión es con el camarada Chávez, al que considero un puntal para la victoria de Nuestra América. Este camarada por el cual he sido feliz o desgraciada hasta los límites últimos de la palabra dado el caso”.
Celia fue una partidaria de Chávez, la relación con el presidente venezolano fue una mezcla de amor revolucionario y rabia, a veces impetuosa cuando no entendía el por qué de algunas tácticas políticas.
Hoy, en marzo del 2013, ni quien inspiró estas palabras ni quien las escribió están físicamente con nosotros. Los dos nos dejaron con un enorme dolor en el corazón… …demasiado pronto, nos abandonaron, demasiado pronto, “nuestra querida, contaminada y única nave espacial”, como cariñosamente el periodista venezolano Walter Martínez, llama nuestro planeta tierra.
Eran auténtica y auténtico, hasta el tuétano.
Hablaban siempre con el corazón en la mano, sin hipocresías ni cursilerías. La verdad siempre es revolucionaria, tanto en las buenas como en las malas, parecía ser su consigna.
Celia tenía una inmensa fé en el Comandante venezolano, por ejemplo, en mayo del 2007, en el artículo “Reflexiones trotsko-guevaristas de una cubana (I Parte)”, decía: “Les quiero comentar mejor mi felicidad contenida por las declaraciones del Comandante Chávez en el Aló Presidente del 23 de abril de este año (2007).
Ese domingo inesperadamente Hugo Chávez reconoce la necesidad de León Trotsky para los procesos revolucionarios actuales. A partir de ahí me he sentido mariposa en pleno vuelo de Mayo. Una mariposa cargada de optimismo y tan hinchada de fé, que apenas puede desplegar sus alas.
Quizás estemos en los primeros pasos de convocar a la Compañera Revolución del mundo... y que los Posada Carriles y los Bin Laden pertenezcan a la prehistoria humana.
Después del espantoso 31 de julio del 2006, cuando el verde olivo de mi Comandante se me ausentó, sólo este Aló Presidente me devuelve toda la pertinencia de la revolución cubana, a la cual veo alargarse y profundizarse cada día más en el rojo de la revolución bolivariana y de su empeño socialista... Empeño acabadito de estrenar.
Parecería que Chávez, además de toda su faena luchando con su pueblo contra el Imperialismo; fortaleciendo su economía y la de sus aliados; enfrentando a la contrarrevolución interna; haciendo volar sueños, temores y polémicas... incurre en la misión de espantar mis fantasmas y mi eventual desaliento.
Su arma esta vez fue León Trotsky y su programa de transición... Para una trotsko-guevarista cubana, lagrimeando sin parar por la ausencia verde de Fidel, estas palabras constituyen la mayor de las esperanzas para intentar una vez más el rojo futuro del mundo:
’No me puedo clasificar como trotskista, no, pero tengo tendencia, porque yo respeto mucho el pensamiento de León Trotsky, y cada vez que lo respeto más lo percibo mucho mejor.
La revolución permanente por ejemplo es una tesis importantísima. Hay que leer, hay que estudiar, todos, aquí nadie está aprendido’, afirmó el líder del proceso revolucionario bolivariano.
Así es que el mundo está por comenzar...justo ahora que el voraz capitalismo quiere deshacerse de él, y lo enferma. Justo ahora está presto a tomar la única medicina imperecedera: la revolución socialista”.
Y estoy segura de que también los venezolanos y las venezolanas sabrán continuar la obra del comandante Chávez y transformar su Revolución en ininterrumpida, como la necesitaba el Che Guevara, o en permanente, como la deseaba Trotsky.
Este sábado, 9 de marzo del 2013, Roy Chaderton Matos, embajador venezolano en la OEA, en una entrevista con el periodista y compatriota Walter Martínez, en su programa “Dossier”, en TeleSur, reafirmó que la fuerza democrática de la Revolución Bolivariana, se reúne en una fórmula “trotskista-cristiana”, esta solidaridad y espíritu internacionalista permanente, que despertó los pueblos de Nuestra América. Otra vez percibo a Celia alrededor mío, escucho su voz, cuando decía que Jesucristo fue el primer comunista de la historia.
Por un momento sonrío, mi tristeza se alivia y estoy segura que Celia y el presidente, ahora, desde el otro mundo nos están observando, están conspirando juntos, para apoyar a todos y a todas los revolucionarios y las revolucionarias del planeta.
Así, para concluir… retomo las palabras de Celia… “A unirnos todos frente a los que creen que es posible arrebatarle al mundo el sueño de la Venezuela Bolivariana... y en revolución socialista, para que esta vez el buen Simón Bolívar no tenga que arar en el mar. Y retorne hermoso y venturoso de Santa Marta a Caracas. Y esta vez para siempre.

“Hasta la Victoria”

“Socialismo o Muerte”

*Ida Garberi, editora de italiano de Prensa Latina y Cubadebate.

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