domingo, 6 de agosto de 2023

Científicos italianos: dramática advertencia frente al cambio climático


La semana pasada las temperaturas en la superficie del Atlántico Norte alcanzaron los 38,4 grados Celsius, obligando a los turistas a abandonar rápidamente las playas de Miami. En medio de la oleada de altas temperaturas el agua de mar en vez de refrescar transfiere su calor al cuerpo y daña la salud. La debacle no tiene fronteras: en la Antártida, se desprendió un bloque de hielo de 2,6 millones km², el mismo tamaño que la Argentina. 
 La falta de hielo en la Antártida plantea un peligro mortal: que el hielo terrestre caiga al océano, eleva el nivel de los océanos e inunde zonas costeras donde se calcula que viven 3.000 millones de personas. El calentamiento de los océanos amenaza la supervivencia de los sistemas coralinos y el plancton, lo que significa que pone en riesgo toda la cadena alimentaria. 
 Al mismo tiempo que se publicaban los datos récord, el secretario general de la ONU, António Guterres, lanzó desde Nueva York un mensaje dramático: "la era del calentamiento global ha terminado, y hemos entrado en la de la ebullición global". A esta altura, nadie puede refutar que el calentamiento global es causado por la explotación de los recursos de la Tierra en las condiciones del capitalismo , en particular la quema esencialmente no regulada de carbón, petróleo y gas natural durante siglo y medio. 
 En este contexto, un centenar de científicos italianos, incluido el Nobel de Física, escribieron un documento público en el que piden que los medios informen sobre el cambio climático con el mismo rigor que -algunos- informaron sobre el Covid. 
 Por ejemplo, le piden a la prensa que no se hable de «mal tiempo» sino de las consecuencias de la crisis climática: «Omitir esta información condena a las personas a una sensación de impotencia, precisamente en el momento histórico en el que aún es posible construir un futuro mejor», advierten. 
 “Cuando hablan (del cambio climático), suelen omitir las causas y sus soluciones. Es como si en la primavera de 2020 las noticias solo hubieran hablado de hospitalizados o muertos por problemas respiratorios sin hablar de su causa, es decir, el virus SARS-CoV-2, o la solución, las vacunas. 
 Entre los científicos que firman el grito de alarma «para advertir claramente de la amenaza que supone el cambio climático para la salud pública», figuran Giorgio Parisi, Premio Nobel de Física; Luca Mercalli, presidente de la Sociedad Meteorológica Italiana; Cristina Facchini, presidenta de la Sociedad Italiana de Ciencias del Clima; el epidemiólogo Paolo Vilneis del Imperial College London y el epistemólogo y evolucionista Telmo Pievani. 
 Los académicos afirman: «Todavía estamos a tiempo de elegir nuestro futuro climático. Todavía estamos a tiempo de elegir un futuro sostenible que ponga en primer lugar la seguridad, la salud y el bienestar de las personas, tal y como contemplan los objetivos europeos de reducción de emisiones en un 55% para 2030 y neutralidad climática para 2050. Podemos hacerlo también gracias a una adecuada comunicación y cooperación entre todos nosotros».
 Si de algo no deberían quedar dudas tampoco es que el mismo régimen social que produjo esta catástrofe -largamente anunciada- no tiene la capacidad de revertirla; la explotación de la naturaleza es inseparable de la reproducción del capital. El virus es el capital y la vacuna la revolución socialista. 

 Olga Cristóbal 
 31/07/2023

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