sábado, 21 de septiembre de 2013

Periódico Combate: Un arma de la Revolución




De la historia del periódico Combate, que nació el 15 de marzo de 1959 y existió hasta finales de 1961, no se ha escrito aún lo suficiente. Es una asignatura pendiente.

Salvo unas pinceladas deslizadas en una tesis del 2007 de dos estudiantes de periodismo de la Universidad de La Habana –Leyanis Infante y Yessika Zoe Abreu- y un acercamiento al tema de Ivette Villaescusa, del Instituto de Historia, publicado en el sitio digital Librínsula, de este medio de prensa revolucionario no se ha hecho aún una investigación y estudio profundos.
Lo que en esta nota expondremos se basará en esas fuentes citadas y en algunas experiencias que tuve en ese diario vespertino, en el cual trabajé en los meses finales de su existencia.
Este periódico se editó en los talleres del periódico Avance, en la calle Consulado, que eran bastante anticuados. Se imprimía en azul y negro. En su cabezal se identificaba como “un arma de la Revolución al servicio del pueblo”.
Era órgano del Directorio Revolucionario 13 de Marzo, y su primer director fue el comandante Julio García Oliveras. Más tarde lo dirigió el también comandante Guillermo Jiménez.
Al salir el primer número de Combate, el diario Revolución escribió: “Con una tónica vibrante y combativa, como corresponde a todo periódico revolucionario, en esta hora de reivindicaciones trascendentales en nuestra patria, acaba de aparecer en la palestra pública Combate, un diario novedoso cuyo mensaje de fe en los destinos de Cuba se sustenta gallardamente en las ansias transformadoras de la joven generación cubana…” (16 de marzo, 1959).
Noticias de Hoy, a su vez, escribió: “Una trinchera más junto a Hoy y Revolución en la defensa del programa revolucionario” (17 de marzo, 1959).
El primer editorial de Combate no dejó ninguna duda de qué defendería en sus páginas:
“Al combate es el grito y nos lanza a la lucha. Al combate salimos hoy en defensa de la Revolución Cubana, en defensa del pueblo…” (15 de marzo, 1959).
Gabriel Molina Franchossi, fundador de Combate y su primer jefe de información y redacción, ha dicho sobre su aparición: “El Directorio gozaba de prestigio y el cariño popular ganados por José Antonio Echeverría y otros mártires surgidos en la Universidad de La Habana, era depositario de la mística de la FEU (Federación Estudiantil Univesitaria), que permitía darle más realce a las posiciones de Combate. Éramos jóvenes, contábamos con jóvenes periodistas y con inquietudes políticas, con mucho dinamismo que nos daba la juventud, y eso significó un factor importante”.
Meses después, Combate hace público que está por la unidad del pueblo y las fuerzas políticas, aunque reconoce discrepancias ideológicas con el PSP, pero aclara: “El Directorio sólo combate a los que hoy se enfrentan a nuestro proceso de reivindicación nacional. Si los comunistas apoyan la revolución, bienvenido sea el apoyo comunista”. (20 de septiembre, 1959).
El antecedente de Combate fue Al Combate, una publicación que nació en Nueva York y Miami el 13 de julio de 1957, dado que después del asalto al Palacio Presidencial muchos de los integrantes del Directorio Revolucionario debieron exiliarse hacia territorio de Estados Unidos. Se distribuyó clandestinamente en Cuba. En su número inicial escribió: “Al Combate! No hay nombre mejor para un periódico, más esperanzador y lleno de fe (…) Así empieza también nuestro Himno. ¡Al Combate!, órgano oficial del Directorio Revolucionario”.
En los años de revolución apoyó la Operación Verdad y el reclamo de justicia contra los criminales de guerra de la dictadura, respaldó la ley de reforma agraria y otras medidas revolucionarias en beneficio de las masas populares, así como la decisión de nuestro pueblo de mantener su independencia, soberanía y libertades conquistas. Denunció día tras día las políticas de agresión de Estados Unidos contra nuestro pueblo, y saludó “la actitud contrapuesta y de sincera amistad y respeto de parte de los países socialistas” hacia Cuba. “El restablecimiento de las relaciones con la URSS –escribió—es, pues, un nuevo factor de importancia para el logro pleno de nuestra independencia económica” (10 de mayo, 1960).
Durante el desembarco mercenario, apoyado por Estados Unidos, en abril de 1961, Combate tuvo un fotógrafo y reportero como corresponsal de guerra, Pepín Ortiz, quien años después fuera director de Prensa Latina y subdirector de Granma. Guillermo Jiménez, director de Combate, integró el panel de periodistas que interrogó a algunos de los mercenarios capturados y que se transmitió a todo el país por la televisión.
Junto a Molina el cuerpo de redactores y fotógrafos del periódico estaba integrado, al menos en sus meses finales, por Ricardo Sáenz, Lázara Rodríguez Alemán, Mario Rodríguez Alemán, Esther Ayala, Omar Mendoza, Rafael Pérez Pereira, Armando Entralgo, Ramón Sánchez Parodi, Rodolfo Casals y Juan Marrero. Faltan otros valiosos compañeros, y por eso dije al principio que era una asignatura pendiente el hacer necesaria una investigación más profunda sobre este vespertino. Con Entralgo y Parodi trabajé en un suplemento semanal del periódico que se llamó Combate Internacional, y del cual salieron varios números.
En noviembre de 1961, como parte de un proceso de racionalización de los medios de prensa, Combate se fusiona con los periódicos La Calle y Prensa Libre. Recuerdo que César Escalante reunió al personal del periódico y comunicó la decisión de la dirección del país. Está unión dio lugar a La Tarde, cuyo primer director fue Ernesto Vera. El 25 de noviembre salió el número inicial de La Tarde. Una buena parte del personal de Combate pasó a trabajar al periódico Hoy y, posteriormente, en 1965, al fusionarse Hoy y Revolución, integró el equipo fundador del diario Granma.

Juan Marrero

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