domingo, 25 de noviembre de 2012

AI confirma que Cuba puede dar lecciones a la UE sobre respeto a los Derechos Humanos



Cuba puede dar lecciones a la Unión Europea en lo que se refiere a los derechos humanos, mientras el Viejo Continente intenta utilizar justamente esta razón contra la isla para imponer la Posición Común.

Al analizar el informe de la organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional, varios analistas afirman que el número de violaciones en este ámbito en la Unión Europea supera significativamente al de las cometidas en Cuba.
En el comunicado de esta ONG, se enumeran graves infracciones registradas en los países del Viejo Continente que no se dan en la isla caribeña. En esta lista hay más de 60 puntos de violación de los derechos humanos básicos. Así, Amnistía Internacional no señala en Cuba ningún caso de asesinato cometido por las fuerzas del orden, ni de violencia recurrente contra las mujeres, ni de discriminación legal hacia las minorías étnicas.
Los defensores de los derechos humanos tampoco mencionaron casos de violación de la libertad religiosa ni de maltrato infantil en Cuba, que en cambio sí están presentes entre las infracciones que se registraron en varios estados europeos.
Sin embargo, Bruselas sigue imponiendo a la Habana la llamada Posición Común, que implica sanciones y limita los intercambios políticos, diplomáticos y culturales con la isla. El argumento es la situación de supuesta violación de derechos humanos en esta nación.
Este lunes en Bruselas los ministros de Exteriores de los Veintisiete acordaron explorar un acuerdo bilateral con la isla caribeña. La jefa de la diplomacia comunitaria, Catherine Ashton, insistió en la vigencia de la Posición Común y destacó que “los derechos humanos siguen siendo un elemento central en las relaciones de la Unión Europea con Cuba”. La colaboración entre la Habana y Bruselas se rige por este documento desde 1996.
Este pacto fue impulsado por el Gobierno conservador español encabezado por José María Aznar con el objetivo de promocionar la democracia en la isla. Las autoridades cubanas rechazan rigurosamente el documento y no reconocen a la Unión Europea ninguna “autoridad moral ni política para criticar a Cuba en materia de derechos humanos”.
Según las autoridades isleñas, ninguna normalización de las relaciones será posible mientras siga vigente la Posición Común.

Silvio Rodríguez: "No me he olvidado del joven que fui"




El inmovilismo que hemos padecido durante años (en Cuba) nos hizo daño, mucho daño. Creo que hemos roto la inercia, afortunadamente, en muchas direcciones y tenemos que seguir avanzando. Me siento optimista."
Silvio Rodríguez es el entrevistado que cierra la primera serie del programa "Con 2 que se quieran", de la Televisión Cubana, que dirige y conduce Amaury Pérez.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

El “golpe desvastador” que Obama no nos quiere dar



A lo largo de más de cincuenta años los medios de comunicación han construido distintos pretextos para justificar el cerco económico, comercial y financiero que Estados Unidos mantiene contra Cuba.
En los años sesenta fueron la alianza con la URSS y el apoyo a los movimentos de liberación nacional en América Latina las razones esgrimidas por Washington para rechazar un cambio de política hacia Cuba. Luego, la presencia militar cubana en África que, como reconoció Nelson Mandela, contribuyó de manera decisiva al fin del Apartheid -monstruosa violación a los Derechos Humanos de todo un pueblo- ocupó el centro de los pretextos norteamericanos, reiterados por la gran prensa internacional.
Tras la desaparición de la URSS, la tesis lanzada por la maquinaria propagandística estadounidense era que se acercaba la “hora final de Fidel Castro”, ¿para qué negociar con un gobierno a punto de caer?
Cuando pasaron los años y el gobierno revolucionario no cayó, Estados Unidos -que apoyó al régimen del Apartheid en Sudáfrica- al que Cuba combatió por décadas, convirtió los Derechos Humanos en bandera para demonizar a la Isla y las cifras en el presupuesto de EE.UU. destinadas a pagar una “oposición”, cuyas provocaciones -al no ser toleradas por las autoridades cubanas- justifiquen el bloqueo, han crecido hasta alcanzar, sólo en fondos públicos, los veinte millones de dólares anuales.
Ya en el siglo XXI, la permanencia en prisión de un grupo de personas condenadas en 2003 por conspirar con la representación diplomática en La Habana de George W. Bush para provocar una intervención militar norteamericana en Cuba era el principal motivo esgrimido por Washington para no modificar el bloqueo que fue recreducido por el invasor de Iraq y Afganistán.
Llegado al poder Barack Obama en 2009, se restablecieron los viajes y las remesas de cubanoamericanos a la Isla, ambos aspectos aprobados por Bill Clinton y limitados por Bush, pero la persecución a empresas y bancos que se relacionen con Cuba lejos de disminuir se incrementó. Con la condena en La Habana del ciudadano norteamericano Alan Gross, por establecer de manera ilegal dentro de la Isla -como parte de un programa gubernamental estadounidense- redes de comunicaciones con equipos de uso militar, Estados Unidos incorporó la libertad de Gross como exigencia para un cambio en su política que acaba de ser condenada por vigésima primera ocasión de manera abrumadora en la ONU.
Ninguno de los condenados en 2003 permanece en prisión y Alan Gross acaba de demandar al gobierno de Estados Unidos por causar el fracaso de su misión en Cuba, al no advertirle de los riesgos que esta implicaba.
¿Qué queda a Estados Unidos para justificar su política? Practicamente nada. En cambio, son muchos los beneficios que obtendría Washington con su modificación. El canciller cubano, después de relacionar los sufrimientos y daños provocados por el bloqueo norteamericanos a la vida del pueblo cubano, lo analizaba así al presentar ante la Asamblea General de las Naciones Unidas la resolución contra el bloqueo:
“Mantenerla no es del interés nacional de los Estados Unidos. Por el contrario, daña los intereses de sus ciudadanos y compañías, en especial en tiempos de crisis económica y elevado desempleo, quienes, según todas las encuestas, demandan un cambio de política. ¿Por qué cercenar los derechos constitucionales, civiles y la libertad de viajar de los norteamericanos prohibiéndoles visitar la isla, si estos pueden ir a cualquier otro lugar del planeta, incluso donde su país libra guerras?
“¿Por qué renunciar a un nuevo mercado de 11 millones de personas? ¿Para qué seguir gastando cientos de millones de dólares, que vienen de los impuestos que pagan los ciudadanos, en la inútil e ilegal subversión contra Cuba? ¿Para qué dañar sus relaciones con otros Estados, incluidos sus aliados, con medidas extraterritoriales que violan el Derecho Internacional? ¿Por qué aplicar el enfoque contrario al que anima sus crecientes relaciones económicas con Estados de sistema político diferente?
“El bloqueo también afecta los legítimos intereses y discrimina a la emigración cubana aquí asentada, que en su gran mayoría favorece la normalización de las relaciones con su Nación. Resta credibilidad a la política exterior de los Estados Unidos, le provoca aislamiento, lo coloca en costosos dobles raseros, no ha sido efectivo durante 50 años para los fines que se persiguen y significa un escollo insalvable en su cada vez más incómoda relación con América Latina y el Caribe. De cesar, evitaría a su gobierno un mayor descrédito de las políticas humanitarias y este dejaría de ser un pertinaz violador de los derechos humanos de los cubanos.”
Son elementos de mucho peso, pero para algunos hay más. El muy premiado analista Rafael Rojas, fabricado por la misma maquinaria que financia la subversión contra Cuba y que tiene el privilegio de publicar en el diario español El País, a pesar del sustancial recorte de plantilla aplicado allí, ha escrito un artículo sobre las relaciones de Estados Unidos con América Latina en el que afirma que tal cambio debe producirse porque propiciaría un “golpe desvastador” al ALBA, “la institución que más firmemente se opone a las instituciones y los principios interamericanos”.
Viniendo de la misma persona que ha dicho que los cubanos debemos olvidarnos de José Martí, no caben dudas de su interés en servir al “Norte revuelto y brutal que nos desprecia” y no al pueblo del país donde nació: Hay que eliminar el bloqueo no porque causa escasez y sufrimiento a los cubanos sino porque, según este lacayo disfrazado de académico, asestaría un golpe a quienes se oponen a la dominación estadounidense en América Latina y constituyen una alternativa de resistencia cubana contra las agresiones norteamericanas. Ojalá Obama escuche a su servidor y nos de el tal gople, que no sería sino un triunfo de Latinoamérica y Cuba frente a un crimen condenado universalmente y encubierto por las mentiras y pretextos de los propagandistas pagados por Washington. La historia dirá.

Iroel Sánchez
La pupila insomne

lunes, 19 de noviembre de 2012

El internacionalismo médico de Cuba: ¿dónde está el secreto?



¿Dónde está el secreto? En el hecho real de que el capital humano puede más que el capital financiero. Capital humano implica no solo conocimientos, sino también —y muy esencialmente— conciencia, ética, solidaridad, sentimientos verdaderamente humanos, espíritu de sacrificio, heroísmo, y la capacidad de hacer mucho con muy poco.
Fidel Castro Ruz

La cita atribuida a Máximo Gómez y frecuentemente repetida, que reza «los cubanos, o no llegan, o se pasan», en verdad se aplica al programa cubano de internacionalismo médico.1 Cuba de veras «se ha pasado» en lo que respecta a esa política: en abril de 2012, había 38 868 profesionales cubanos de la medicina —de los cuales 15 407 eran doctores (aproximadamente 20% de los 75 000 médicos de Cuba)— trabajando en 66 países.2 En África, el personal médico cubano, que suma 3 000 integrantes, labora en 35 de los 54 países del continente, mientras que solo en Venezuela se encuentran aproximadamente treinta mil.3 Pero esa es apenas una parte de la historia, puesto que el internacionalismo médico cubano tiene muchas facetas significativas. Puede argüirse en todos los casos que el «capital humano» es el más importante común denominador.
Este artículo, basado en siete años de investigación y unas setenta entrevistas con personal médico cubano, tanto en la Isla como en el exterior, pretende brindar una amplia visión general amplia de la importancia del mencionado internacionalismo. Para ello, utiliza programas muy distintos de cooperación médica, y ofrece datos básicos de su evolución e impacto, así como algún análisis sobre la lógica de su desarrollo.
El internacionalismo médico no es un fenómeno reciente, se le puede rastrear en el pasado hasta 1960, cuando la primera delegación médica cubana voló a Chile luego de un gran terremoto en esa nación. La asistencia fue significativa porque las relaciones diplomáticas de Cuba con el gobierno derechista de Jorge Alessandri eran tensas en aquel momento, lo cual subrayaba claramente la naturaleza humanitaria de la misión. Una delegación médica de mayor tamaño fue enviada al exterior en 1963, cuando profesionales cubanos ayudaron a establecer el sistema de salud pública de Argelia a raíz de su independencia de Francia. De nuevo, es necesario tener en cuenta el contexto: alrededor de la mitad de los seis mil médicos de Cuba habían abandonado su país, la mayoría en dirección a Miami. Además, Francia, gobernada por el presidente Charles de Gaulle, era uno de los pocos aliados que le quedaban a Cuba entonces, lo cual pone de relieve el compromiso de la Isla con lo humanitario y no con la ganancia política. El significado de aquella contribución fue bien subrayado por el ministro de Salud cubano, el doctor José Ramón Machado Ventura: «Era como un mendigo ofreciendo ayuda, pero sabíamos que el pueblo argelino la necesitaba incluso más que nosotros, y que la merecía».4 El capital humano, tal como lo definiera Fidel Castro, era, una vez más —incluso en esta etapa formadora del proceso revolucionario—, la base fundamental para brindar apoyo en medicina.
La cifra de colaboradores médicos ha seguido incrementándose, sobre todo en países en desarrollo y subdesarrollados, y hasta la fecha casi ciento treinta y cinco mil trabajadores de la salud han participado en misiones en el extranjero. Para ubicar esto en contexto, en la actualidad Cuba tiene un monto mayor de personal médico que labora en el exterior en misiones de cooperación médica que todas las naciones del G-8 juntas, lo que equivale a un récord asombroso.
Existen tres etapas básicas del internacionalismo médico cubano: los primeros años del proceso revolucionario (cuya mejor ejemplificación es el envío de las citadas misiones a Chile y Argelia), los años de mediados del decenio 1970-1979 (cuando el país, apoyado por la Unión Soviética y las naciones socialistas de Europa, desarrolló un programa particularmente fuerte de colaboración en el África subsahariana), y, por último, el período que comenzó en 1990 tras el accidente del reactor nuclear ocurrido en Chernobil, en 1986. Esto fue seguido por un gran incremento de la cooperación médica a fines de esa década, en lo fundamental en América Latina y el Caribe, luego de los estragos causados por los huracanes George, en Haití, y Mitch, en Centroamérica. Esta etapa más reciente ha tenido como resultado numerosas iniciativas, que van desde programas integrales de salud (utilizados en decenas de países del Tercer mundo) y el ofrecimiento de acceso a cuidados básicos a millones de personas que en muchos casos jamás habían recibido atención alguna, hasta la llegada de los contingentes de emergencia médica «Henry Reeve», tremendamente exitosos, desplegados a raíz de desastres naturales.
Aunque el expediente del internacionalismo médico es largo y honroso, la inmensa mayoría de las contribuciones de Cuba se han materializado a partir de finales de los 80 y constituyen el punto focal de este ensayo. Un ejemplo de ello es el apoyo brindado a las víctimas de Chernobil. En total, unas veintiséis mil personas, casi todas niños, han sido tratadas en las instalaciones de Tarará desde la llegada de los primeros niños en marzo de 1990 (cuando fueron recibidos por el presidente Fidel Castro, lo cual enfatiza la importancia que el gobierno concede a la iniciativa). Todo el tratamiento médico a los pacientes fue ofrecido sin costo alguno para ellos, al igual que su alojamiento y alimentación. Ese gesto humanitario de gran envergadura es particularmente notable, pues se inició justo cuando implosionaba la Unión Soviética, lo que derivó en la pérdida de 80% del comercio de Cuba, un descenso de alrededor de 30% en el PNB, y el inicio del Período especial y sus muchas dificultades. Desde la perspectiva cubana, la ocasión no habría podido presentarse peor. Muchas naciones enfrentadas a una crisis tan profunda, de inmediato hubieran puesto fin a un programa tan amplio y costoso. Pero eso no sucedió y se respetó el compromiso formulado a los niños de Chernobil.
A partir de varias visitas a Tarará y de reuniones con los pacientes y con el personal médico cubano, queda claro que la atención suministrada a los niños fue excelente, y que el recinto había realizado una labor extraordinaria en circunstancias difíciles. En su momento culminante, unas trescientas cincuenta personas trabajaban en ese lugar, que cuenta con un pequeño hospital, y cientos de edificaciones para albergar a los enfermos y brindarles programas educacionales y recreativos. Primero los niños eran examinados en su patria por galenos cubanos, y habitualmente permanecían en la Isla cuarenta y cinco días, aunque los que sufrían dolencias más serias eran tratados en varios hospitales especializados de Cuba. El objetivo era ofrecer apoyo médico y humanitario de alta calidad. En total, 21 874 niños y 4 240 adultos fueron tratados en Cuba, 19 497 de ellos menores de catorce años, y las dolencias más comunes tenían que ver con problemas de la piel, endrocrinos y digestivos.5
Por otra parte, resulta relevante el papel de Cuba en la capacitación de decenas de miles de médicos de todos los rincones del mundo en desarrollo y subdesarrollado. Profesores cubanos imparten docencia en quince países y son especialmente numerosos en Venezuela. Desde el decenio de los 70, Cuba ha ayudado a la fundación de escuelas de medicina en varias naciones, incluidas Yemen (1976), Guyana (1984), Etiopía (1984), Uganda (1986), Ghana (1991), Gambia (2000), Guinea Ecuatorial (2000), Haití (2001), Guinea-Bissau (2004) y Timor Oriental (2005).
El huracán Mitch (1998) causó horrendos daños en Centroamérica y fue de muchas maneras el catalizador de un significativo desarrollo del internacionalismo médico de Cuba. Unas treinta mil personas murieron en aquel desastre natural, y los líderes centroamericanos apelaron a la comunidad internacional para obtener ayuda. Cuba no tenía relaciones diplomáticas con los países afectados (varios de los cuales habían mantenido una política de hostilidad hacia la Revolución); no obstante, en cuestión de días, envió una brigada de 424 integrantes. La cifra aumentaría a dos mil, antes de estabilizarse en alrededor de novecientos en toda la región.6
Esta misión se diferenció del resto porque de ella nació la decisión de ayudar a los países afectados para que estos pudieran ayudarse a sí mismos. Ello dio origen a la idea de formar a jóvenes de la región en Cuba como médicos, de modo que pudieran regresar y asistir a sus propios pueblos. En noviembre de 1999, la Escuela Latinoamericana de Ciencias Médicas —hoy Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM)— abrió sus puertas a los primeros estudiantes, provenientes sobre todo de la región afectada. La mayoría de ellos procedía de familias pobres y alrededor de la mitad eran mujeres.
Esta universidad médica —la mayor en el mundo, con una matrícula anual de más de mil quinientos estudiantes y una cifra superior a nueve mil matriculados en el programa de seis años— ha demostrado ser un vehículo en extremo exitoso para brindar cuidados médicos a quienes de otra forma carecerían de ellos. Hasta la fecha, alrededor de once mil profesionales se han graduado en la ELAM. Asimismo, más de veinte mil estudiantes extranjeros de medicina están siendo capacitados mediante el Nuevo Programa de Formación de Médicos Latinoamericanos; este método de aprendizaje acompañado de práctica también se está empleando en varios países en los que la formación se ha adaptado a las condiciones locales y a las necesidades específicas.
El enfoque cubano de la ELAM se basa en esencia en el compromiso de capacitar a estudiantes que de otro modo no habrían podido asistir a una escuela de medicina. Estos, como no provienen de sectores privilegiados, son más susceptibles de regresar a sus comunidades para laborar en cuanto se gradúen, y colaborar con su gente. Se espera revertir de ese modo el tradicional «robo de cerebros» —los graduados de escuelas de medicina del Tercer mundo se encaminan a países desarrollados donde los salarios son más altos. Por otra parte, los egresados de la ELAM que, por disímiles razones, no pueden emplearse en sus propios países, se han ofrecido como voluntarios para laborar en otros donde existen poblaciones subatendidas. Haití brinda el mejor ejemplo de ello. Actualmente allí trabajan graduados de muchos países latinoamericanos. Las lecciones sobre capital humano en los años de capacitación en Cuba han sido asimiladas por millares de ellos.
El vasto alcance de la Operación Milagro, iniciada en 2004, resulta de muchas maneras representativo del nivel de colaboración cubana en el Tercer mundo. Los orígenes de este programa oftalmológico pueden hallarse en los desafíos que enfrentó el destacado plan de alfabetización cubano «Yo sí puedo», empleado en varios países,7 entonces se descubrió que muchas personas eran incapaces de leer debido a las condiciones médicas que las afectaban, sobre todo cataratas y glaucoma, ambas tratables con cirugías relativamente sencillas. De ahí que la dirección revolucionaria decidiera desarrollar un programa para devolver la visión a quienes lo necesitaran, y ese enfoque se esparció a través de Latinoamérica. Por ejemplo, solo en Bolivia se efectuaron más de seiscientas mil operaciones quirúrgicas desde 2006, practicadas en su mayoría en bolivianos, pero también en ciudadanos de otras naciones fronterizas con ese país.
El éxito de este empeño puede ser valorado a través de la lectura de los artículos publicados en el apartado de Oftalmología del portal web Infomed.8 En la sección «Más sobre la Operación Milagro» hay docenas de textos que ilustran la enormidad del programa. Por solo mencionar algunos ejemplos: a quince mil paraguayos se les devolvió la visión, cuatrocientos mil haitianos han resultado beneficiados por el programa, en Nicaragua se han efectuado noventa mil operaciones, y casi un millón quinientas mil en Venezuela. A la altura de octubre de 2011 el doctor Reinaldo Ríos, director de medicina del Hospital Oftalmológico Ramón Pando Ferrer, en La Habana, estimaba que han sido atendidos más de dos millones de personas en 34 países de América Latina, el Caribe y África.9 Las intervenciones quirúrgicas, realizadas por médicos cubanos con apoyo venezolano, se han ofrecido sin costo alguno para los pacientes, la mayoría de los cuales no tenían la posibilidad de pagarlas.
Otro componente en extremo importante del internacionalismo cubano de los últimos años es el papel del Contingente de Emergencia Henry Reeve. Esta brigada médica (que lleva el nombre de un norteamericano participante en la primera guerra de independencia de Cuba) fue fundada en septiembre de 2005, poco después de que inundaciones masivas golpearan a Nueva Orleans como resultado del huracán Katrina. El gobierno cubano había ofrecido enviar 1 586 profesionales y 36 toneladas de suministros médicos para asistir a las personas de la región, pero el presidente George W. Bush rechazó el gesto humanitario. Dicho Contingente se constituyó en dos semanas, y sus objetivos fueron esbozados por Fidel Castro en su discurso del 19 de septiembre de 2005, en la graduación de estudiantes de medicina:
Este ocupará el lugar de la fuerza médica constituida para apoyar al pueblo de Estados Unidos tan pronto el Katrina golpeó con toda su brutalidad el sur de ese país. Su objetivo no será solo apoyar a una nación determinada, sino cooperar de inmediato, con su personal especialmente entrenado, con cualquier país que sufra una catástrofe similar, especialmente los que enfrenten grandes azotes de huracanes, inundaciones u otros fenómenos naturales de esa gravedad.10
El contingente Henry Reeve se ha visto involucrado en doce misiones en países que han enfrentado desastres naturales —la más reciente en Chile, tras la ocurrencia de un terremoto. Todos estos fenómenos han tenido lugar en unos pocos años, lo que hace de la labor de la brigada una proeza destacada. El mayor contingente (de unos dos mil doscientos cincuenta integrantes) fue el enviado a Pakistán, aunque de muchas maneras el más memorable ha sido el de Haití.
En esta nación Cuba ha desempeñado (y lo sigue haciendo) un papel de enorme importancia, tanto después del terremoto de enero de 2010, que cobró doscientas cincuenta mil vidas, como en el control de la epidemia de cólera que estalló en septiembre de ese mismo año. A los dos meses del inicio de la epidemia se habían confirmado casi ciento cincuenta mil casos y se habían reportado 3 333 fallecimientos.11 En ambas situaciones, el personal cubano asumió el papel protagónico en el apoyo al pueblo haitiano, y sus esfuerzos hicieron parecer minúsculos los de la comunidad internacional. De hecho, la presencia médica cubana ha sido de gran envergadura desde 1998, cuando el huracán George devastó el lugar. En aquel momento, quinientos profesionales arribaron al país y cuando el terremoto golpeó, doce años después, unos trescientos cuarenta cubanos seguían laborando en el sector público de la salud.
En cuanto a la epidemia de cólera, el equipo médico dirigido por Cuba se fortaleció con la llegada de graduados y estudiantes del último año de la ELAM. A la altura de abril de 2011 permanecían allí 1 117 integrantes de la brigada médica, de ellos 923 cubanos y 194 extranjeros graduados mediante programas cubanos. Juntos, brindaron consulta a dos millones de pacientes, operaron a treinta y seis mil de ellos y asitieron casi treinta y cinco mil nacimientos. Otros cuatrocientos sesenta y cinco mil haitianos se beneficiaron de programas de rehabilitación.12 Una vez más, los esfuerzos humanitarios de la misión cubana fueron (y son) mayores que los de todas las naciones industrializadas reunidas. No obstante, hasta el momento, esas contribuciones siguen siendo ignoradas por los medios internacionales de difusión.
Lo más importante de todo es que ahora Cuba prepara a Haití para el futuro mediante el establecimiento de un sistema de salud pública financiado principalmente por Venezuela y Brasil, en el cual desempeñarán un papel clave los médicos haitianos formados en la Isla. De los 625 que se habían graduado de la ELAM a principios del 2011, 430 ya trabajaban en Haití.13 Ese mismo año, otros 115 se graduaron en la universidad de Santiago de Cuba.
Un aspecto igualmente importante es la labor en Timor Leste. El personal cubano llegó allí tras una solicitud oficial de apoyo, en 2003, puesto que en 2002 solo había cuarenta y siete médicos en el territorio nacional. La tarea inicial fue suministrar apoyo médico en un país que todavía se estaba recuperando de su lucha por la independencia y de la invasión de las fuerzas armadas indonesias. En los primeros cinco años, los galenos ofrecieron más de dos millones setecientas mil consultas médicas y se estimaba que habían salvado cerca de once mil cuatrocientas vidas.
La siguiente fase de la cooperación cubana allí fue formar a jóvenes timorenses para convertirlos en profesionales que se ocuparan de su propio pueblo. A la altura de 2008, «había unos trescientos cincuenta trabajadores cubanos de la salud en la región, ochocientos setenta timorenses orientales y más de cien melanesios y micronesios recibían formación como médicos».14 La mayoría de ellos tuvieron su preparación básica en Cuba y luego regresaron a Timor, aunque cada vez más el objetivo era formarlos en su patria, para lo que, en 2005, se estableció una Facultad de Medicina atendida por profesores cubanos.
Comparable con los esfuerzos en Timor Leste, aunque a una escala mucho mayor, ha sido la cooperación de Cuba en Venezuela, donde en la actualidad radica el más grande contingente de médicos cubanos. Dicha contribución comenzó en 1999, luego de inundaciones masivas en el estado de Vargas, en las cuales murieron o desaparecieron quince mil personas. En el lapso de una semana llegaron al lugar más de cuatrocientos cincuenta profesionales de la salud para apoyar las iniciativas del recién electo presidente Hugo Chávez. Cuatro años más tarde, el municipio Libertador, en Caracas, que tenía las más importantes deficiencias de salud del área, pidió ayuda a los especialistas venezolanos. Preocupados por su seguridad personal, la mayoría se rehusó, lo cual llevó al presidente Chávez a apelar a La Habana; como resultado, en abril de 2003 Cuba envió cincuenta y tres médicos de la familia.
Por otra parte, es importante reconocer la determinación de Chávez de usar la riqueza petrolera en beneficio de la nación en su conjunto, y en particular de los sectores marginados, por lo general excluidos de esos servicios. La misión original enviada a Libertador fue en extremo exitosa y dio lugar a la decisión de ampliar el programa a todo el país y finalmente a las distintas etapas de la misión Barrio Adentro. Según Chávez, en noviembre de 2010, la brigada cubana estaba cubriendo 6 172 consultorios médicos populares, 3 019 puestos dentales y 459 oftalmológicos, 514 Centros de diagnóstico integral, 559 salas de rehabilitación y 28 Centros de alta tecnología.15
Además de esto una cifra superior a cincuenta y un mil venezolanos ha recibido tratamiento médico especializado en Cuba.16 Hasta abril de 2012 se calcula que los cubanos habían brindado más de setecientos cuarenta millones de consultas médicas gratuitas y salvado más de un millón y medio de vidas.17 Esto se refiere a personas que, de no habérseles suministrado apoyo médico apropiado, y si nos basamos en patrones tradicionales de mortalidad, probablemente hubieran fallecido. Con vistas al futuro, Venezuela trata de emular la ELAM de Cuba y está formando a más de treinta mil médicos con el apoyo de profesores cubanos. En febrero de 2012 se graduó el primer grupo de 8 150 especialistas en Medicina Integral Comunitaria (MIC); otros seis mil trescientos pronto concluirán el programa de seis años. En la actualidad, según Chávez, 22 604 alumnos estudian MIC en Venezuela, lo que representará una contribución significativa al sistema público de cuidados de salud.18
Por otra parte, es necesario subrayar que, aunque 20% de los médicos cubanos laboran en el exterior, la correlación entre médico y pacientes en Cuba sigue siendo probablemente la mejor del mundo. Resulta pertinente hacer una comparación con otros países: en 2009 había 2,4 médicos por cada mil habitantes en Canadá19 y en los Estados Unidos, mientras que en Cuba la cifra alcanzaba 6,7 en 2010, según datos del Banco Mundial.20 Además, el suministro de atención médica a los cubanos es mucho más equitativo que en Canadá (y, de hecho, que en la mayoría de los países industrializados, incluidos los Estados Unidos), donde cierto número de esos especialistas trabaja en el sector privado y pocos médicos laboran en zonas rurales.
Uno de los más recientes programas emprendidos por los internacionalistas cubanos ha sido el muestreo de la población de los países miembros del ALBA. Este se ha llevado a cabo por cientos de profesionales de la salud de la Isla, con vistas a determinar el nivel de desafíos físicos y mentales de sus poblaciones. En el caso de Venezuela (donde en 2008 miembros del personal médico cubano —incluida una amplia reserva de genetistas y psicólogos sociales— laboró conjuntamente con brigadistas locales de salud en la Misión José Gregorio Hernández), se identificó a unos seiscientos mil pacientes con necesidades especiales, y el gobierno se movilizó para enfrentar esas preocupaciones específicas. El propósito de esta campaña, por lo tanto, no solo fue emprender un muestreo detallado, sino llevar a cabo un estudio científico para determinar las causas de la particular «discapacidad» y brindar asistencia a las personas afectadas.
Desde 2009 otros países pertenecientes al ALBA se han beneficiado de este proyecto detallado. Esto fue un pesquisaje masivo, y más de setenta y un mil especialistas (los cubanos junto con los de cada uno de los países involucrados) visitaron casi tres millones ochocientos mil hogares en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y San Vicente y las Granadinas.21 A la altura de julio de 2011 se había identificado un total de 1 017 464 personas con necesidades especiales. En Bolivia a esta campaña se le llamó Misión Moto Méndez (el nombre de un guerrillero del siglo XIX), e involucró a médicos cubanos, venezolanos y bolivianos. Como resultado, se detectaron unas ochenta y tres mil personas con discapacidades físicas y mentales. La Misión Solidaria Manuela Espejo tuvo un objetivo similar: emprender un estudio científico biopsicosocial con el fin de determinar las causas de los problemas que enfrentaban los ecuatorianos y sus necesidades. Los especialistas médicos —229 cubanos y 129 ecuatorianos— visitaron 1 286 331 hogares y anotaron a 294 611 personas con necesidades físicas o mentales especiales; de ellas, a 135 254 ya se les habían suministrado 265 515 apoyos técnicos.22
Cualquiera de estos variados programas de cooperación médica sería extraordinario para un país del tamaño y las riquezas de Cuba. De hecho, ninguna nación industrializada ha intentado jamás emprender un proyecto tan ambicioso referido a cuidados de salud. Pero la combinación de tantas iniciativas humanitarias puestas en marcha es verdaderamente grandiosa. Asimismo, resulta importante reconocer que estos programas han estado desarrollándose durante cinco décadas y en particular en Latinoamérica, a lo largo de los últimos veinte años, Cuba ha brindado elevados niveles de cooperación. En el caso de África, aunque en la actualidad aún laboran allí cinco mil quinientos profesionales cubanos, casi cuarenta mil africanos se han graduado en universidades de la Isla, y en ella estudian hoy cerca de tres mil.23 Durante su visita a La Habana en 1991, Nelson Mandela resumió la contribución cubana:
Venimos aquí con el sentimiento de la gran deuda que hemos contraído con el pueblo de Cuba... ¿Qué otro país tiene una historia de mayor altruismo que la que Cuba puso de manifiesto en sus relaciones con África?24
Todo ello plantea una pregunta lógica: ¿por qué Cuba sigue brindando esta colaboración de tan amplio alcance? Una razón podría ser que Cuba pretende ejercer lo que se conoce en círculos académicos norteamericanos como «poder blando», es decir, cooptar a los países mediante un constante apoyo positivo y beneficios a cambio de gestos futuros de consideración por parte de estos. A primera vista parecería que este argumento tiene alguna validez. Resulta obvio que el programa de internacionalismo médico de Cuba —hasta en países con los cuales las relaciones diplomáticas eran difíciles— ha resultado en un claro ablandamiento de la oposición de ciertos gobiernos, y en última instancia a una normalización de las relaciones.
Resulta particularmente significativo que Cuba no ha brindado cooperación médica solo a países con convicciones ideológicas similares. Al respecto, es necesario recordar que la primera misión al Chile de Alessandri en 1961, y la extensa colaboración cubana con Honduras y Guatemala, países que habían sido fuertes aliados de los Estados Unidos y que tradicionalmente habían condenado a Cuba. El Salvador, por su parte, bajo cierto número de gobiernos militares, fue un adversario ideológico de envergadura de la Revolución cubana; sin embargo, La Habana no vaciló en enviar veintidós toneladas de suministros médicos de emergencia a raíz del terremoto de 1986, así como una amplia delegación médica, en 2000, ante una gran epidemia de dengue. Además, Cuba brindó apoyo médico a la Nicaragua de Anastasio Somoza, luego de que un terremoto devastara la capital en 1972. Ningún otro presidente latinoamericano se había opuesto tanto a la Revolución cubana como Somoza, e incluso en 1961 había permitido que mercenarios partieran desde puertos nicaragüenses a la fallida invasión de Playa Girón.
Se argumenta también que el gobierno cubano lleva adelante esa política para obtener votos de apoyo en Naciones Unidas. En una entrevista realizada a la doctora Yiliam Jiménez, en mayo de 2007, este argumento fue bien respondido:
Aun si aceptamos la perspectiva más cínica —o sea, que Cuba manda médicos a países pobres para ganar votos en la ONU—, ¿por qué los países industrializados no hacen lo mismo? Lo más importante es salvar vidas, y eso es precisamente lo que hace nuestra política.25
Respecto a «salvar vidas», hasta la fecha, un compromiso similar por parte de las naciones del G-8 está tristemente ausente, mientras que de manera reiterada Cuba antepone el humanitarismo a la ideología.
El factor que más ha impulsado los mencionados programas durante décadas ha sido la dirigencia revolucionaria, y en particular la visión de largo alcance de Fidel Castro, para quien el acceso a los cuidados públicos de salud siempre ha sido un tema de extraordinaria importancia, el más básico derecho humano. A partir de entrevistas con políticos cubanos, en el transcurso de esta investigación se evidencia que, en todos los casos, la principal iniciativa fue suya. La voluntad política para emprender esas campañas de salud, movilizar recursos humanos y garantizar financiamiento adecuado, fueron el resultado de una decisión política y humanitaria tomada por la presidencia de la Isla.
Para un extranjero que examine este fenómeno complejo y multifacético queda claro que el desarrollo de una bien afinada conciencia sociopolítica a nivel nacional es una base en extremo importante, que permite la aceptación de esas políticas de largo alcance. El exitoso programa de internacionalismo médico ha fortalecido también, a lo largo de los años, el orgullo y sentido de identidad nacional. En la propia Constitución cubana se expresa el compromiso con «el internacionalismo proletario […] la amistad fraternal, la ayuda, la cooperación y la solidaridad de los pueblos del mundo, especialmente los de América Latina y el Caribe».
Este sentido profundamente arraigado de solidaridad internacional —que se detectó en tiempos tan tempranos como los de la lucha por la independencia a fines del siglo XIX— es también un factor psicológico inestimable. En la segunda mitad del siglo XX, Cuba fue auxiliada, a través de otros actos de solidaridad de extranjeros, desde el papel clave de Ernesto Che Guevara hasta el apoyo económico de los países del CAME, y en tiempos más recientes por Venezuela. La combinación de décadas de participación en misiones internacionalistas, o de tener amigos y familiares que participaron en ellas, ha resultado en un proceso de profunda socialización en el respeto de tales iniciativas humanitarias.
Es también cierto que la exportación de bienes y servicios profesionales es la mayor fuente de divisas para la economía cubana, que aventaja con mucho al sector del turismo y a la exportación de níquel. El monto de ingresos derivados de los servicios médicos en el exterior oscila entre los tres mil y ocho mil millones de dólares anuales. El más reciente estimado es de cinco mil millones, aproximadamente el doble de lo percibido por la exitosa industria turística.26 Sea cual fuese la cifra, de todas formas constituye el mayor generador de divisas para el Estado y sigue siendo una prioridad del gobierno cubano.
Gracias a lo que pudiera argüirse como un superávit de personal médico —condición a menudo negada por miembros de la dirigencia revolucionaria, quienes sostienen que jamás puede haber un exceso de médicos—, este uso de cuadros formados en medicina es una política económica enormemente exitosa. El gobierno de Raúl Castro ha tomado la iniciativa de reducir algunos de los beneficios que antes disfrutaban tanto los internacionalistas (suplementos financieros vitalicios) y los beneficiarios. Por ejemplo, los estudiantes norteamericanos de la ELAM ya no se forman gratuitamente, se espera que el gobierno ucraniano pague por el tratamiento de los niños afectados por el accidente nuclear de Chernobil, y que los estudiantes extranjeros paguen para cursar una mayor especialización.
Por otra parte, el gobierno cubano ha declarado que está interesado en ampliar sus operaciones de turismo médico en la Isla, y en enviar profesionales de la salud a países ricos. Esto lo ilustra la presencia cubana en Qatar, donde a principios de 2012 fue inaugurado un hospital de 75 camas atendido por una brigada médica cubana de unos doscientos integrantes. En resumen, mientras el internacionalismo médico de la Isla se comporta de la misma manera con los países más pobres, existe una creciente determinación de aumentar los beneficios de la exportación de bienes (como se aprecia en el impresionante crecimiento del sector biotecnológico) y de servicios médicos.
En el transcurso de la investigación han sido interesantes las opiniones de los propios internacionalistas sobre su participación en misiones médicas en el extranjero. La mayoría explica que lo hace por razones financieras, puesto que ganaban un salario varias veces mayor durante la misión, que el que hubieran recibido en Cuba. Aunque resulta en extremo difícil alejarse de la familia durante largos períodos, los profesionales acogen favorablemente la oportunidad de tener mayores ingresos, los cuales les permiten comprar bienes en Cuba que de otro modo no habrían podido adquirir.
Desde el comienzo del Período especial, existe en la Isla una pirámide invertida en términos de salarios. Los que están empleados en el oficio del turismo —incluso en posiciones en las que no se requiere un alto grado de instrucción— son mejor remunerados que los profesionales de niveles avanzados. De ahí que las misiones internacionalistas permitan a los participantes nivelar, al menos parcialmente, algo de ese desequilibrio.
Algunos entrevistados han observado que la experiencia en el extranjero en países subdesarrollados representa una excelente oportunidad para desarrollar sus habilidades médicas profesionales, puesto que se enfrentan a situaciones que a menudo les resultan totalmente nuevas, como la desnutrición en Gambia o las heridas de armas de fuego en Guatemala. Otros se refieren a esa experiencia como cierto rito de tránsito, algo que casi todo el personal médico en Cuba hace en algún momento de su vida.
Sean cuales fuesen los motivos de los individuos o del gobierno revolucionario, no hay duda de que estas cinco décadas de cooperación médica han hecho una enorme contribución al bienestar del Tercer mundo. En 2010, Julie Feinsilver ofreció un resumen sucinto del significado de esta contribución. Observó cómo los internacionalistas cubanos han
salvado más de 1,6 millones de vidas, ofrecido tratamiento a más de 85 millones de pacientes (más de 19,5 millones de los cuales tuvieron la consulta en sus propios hogares, escuelas, centros de trabajo, etc.), realizaron más de 2,2 millones de operaciones, atendieron 768 858 partos y vacunaron con dosis completas a más de 9,2 millones de personas.27
Ya fuese en el Chile de Alessandri en 1960, la Nicaragua de Somoza en 1972, o en los Estados Unidos de George W. Bush en 2005 (cuando este rechazó un ofrecimiento cubano de enviar mil quinientos médicos cubanos a raíz del huracán Katrina), el compromiso de ayudar a la humanidad ha sido coherente.
En el discurso en el acto de creación de la Brigada Henry Reeve, Fidel Castro se refirió a la necesidad de responder a los desastres naturales, al margen de la ideología del país:
Ni una sola vez, a lo largo de su abnegada historia revolucionaria, nuestro pueblo dejó de ofrecer su ayuda médica solidaria en caso de catástrofes a otros pueblos que la requirieran, sin importar cuán abismales eran las diferencias ideológicas y políticas, o las graves ofensas recibidas de los gobiernos de cualquier país.28
En esencia, Cuba ha brindado un ejemplo para el mundo, al mostrar cómo sus programas de colaboración médica han sido mucho más exitosos y de mayor alcance que cualquier ayuda que hayan brindado los esfuerzos combinados de todos los países del G-8. A lo largo de cincuenta años, el personal cubano ha servido en las zonas más pobres y abandonadas del mundo, adonde otros se rehusaban a viajar. En la actualidad, cuidan del bienestar de setenta millones de personas. Su labor —soslayada por los medios de difusión de las naciones industrializadas— avergüenza a los países «desarrollados» del mundo.

John Kirk
Catedrático. Universidad de Dalhousie, Canadá.

Traducción: David González.

Notas

1. El proyecto de investigación recogido en el presente artículo está financiado con fondos del Consejo de Ciencias Sociales e Investigación de Canadá. Deseo expresar mi agradecimiento al Consejo por su apoyo financiero, y reconocer el apoyo del doctor Víctor Manuel Rodríguez, del Departamento de Relaciones Internacionales del MINSAP y del doctor Arturo Menéndez Cabezas, que en la actualidad labora en Barcelona, Venezuela; de igual modo, agradecer a Emily Kirk, de la Universidad de Nottingham, por sus útiles comentarios.
2. Datos brindados por la doctora Yiliam Jiménez, directora de la Unidad Central de Cooperación Médica del MINSAP, en un reportaje de Prensa Latina, el 3 de abril de 2012, «Colaboración médica cubana, gratuidad y acceso universal».
3. «Alrededor de 5 500 profesionales cubanos prestan servicio en África», Cubadebate, 5 de junio de 2010.
4. Citado en Piero Gleijeses, Misiones en conflicto. La Habana, Washington y África, 1959-1976, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2002, p. 28.
5. Datos obtenidos del informe «Programa cubano de atención médica integral a niños relacionados con el accidente de Chernobil», facilitado por el doctor Julio Medina, director del programa en Tarará, y de una entrevista con él, en diciembre de 2011. El presidente ucraniano Victor Yankovich había acordado, a fines de 2011, comenzar a pagar esos costos, pero hasta hoy la acción no se ha concretado y tristemente el programa ha sido puesto en un compás de espera.
6. El personal médico cubano permaneció (y aún permanece) allí, pero el número de sus integrantes ha disminuido poco a poco, en la medida en que han sido remplazados por graduados de medicina naturales del país y formados en Cuba.
7. El programa de alfabetización ha sido usado en veintinueve países y ha enseñado las letras básicas a 6,5 millones de personas, según Pedro Rioseco, «Desarrollo exitoso del programa alfabetizador «Yo sí puedo»», Prensa Latina, La Habana, 24 de mayo de 2012.
8. Véase la sección «Más sobre Operación Milagro», disponible en www.oftalmologia.sld.cu/mas-sobre-operacion-milagro.
9. Véase «Misión Milagro ha beneficiado a dos millones de pacientes», Radio Santa Cruz, 8 de octubre de 2011.
10. Fidel Castro Ruz, «Discurso en el acto de constitución del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias “Henry Reeve” y graduación nacional de estudiantes de medicina», La Habana, 19 de septiembre de 2005, disponible en www.cuba.cu/gobierno/discursos/2005/esp/f190905e.html.
11. Conner Gorry, «Haiti One Year Later: Cuban Medical Team Draws on Experience and Partnerships», MEDICC Review, v. 13, n. 1, enero de 2011, La Habana, p. 52.
12. Véase «Bruno Rodríguez en ONU: La reconstrucción de Haití es tema pendiente», Cubadebate, La Habana, 6 de abril 2011.
13. Conner Gorry, ob. cit., p. 53.
14. Tim Anderson, «Cuban Health Cooperation in Timor Leste and the South West Pacific», The Reality of Aid: Special Report on South-South Cooperation 2010, IBON, Quezon City, Filipinas, 2010, p. 77.
15. Para un análisis ulterior, véase John M. Kirk, «Cuban Medical Cooperation within ALBA: The Case of Venezuela», International Journal of Cuban Studies, v. 3, n. 2/3, Londres, verano-otoño de 2011, p. 231.
16. «Un paso gigante por la vida», Juventud Rebelde, La Habana, 31 de mayo de 2012.
17. René Tamayo, «Una misión de vanguardia», Juventud Rebelde, La Habana, 17 de abril de 2012.
18. René Tamayo, «Primera graduación de médicos integrales comunitarios de Venezuela», Juventud Rebelde, La Habana, 16 de febrero de 2012.
19. Patrick Sullivan, «Canada’s MD/Patient Improves but Low International Ranking Continues», Canadian Medical Association, 12 de febrero de 2012, disponible en www.cma.ca/md-patient-rate-improves (consultado el 31 de mayo de 2012).
20. Véase «Physicians (per 1,000 people)», en World Bank, http://data.worldbank.org/indicator/SH.MED.PHYS.ZS (consultado el 31 de mayo de 2012). El sitio web de la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba indica que en 2010 había 76 506 médicos en el país, para una proporción de un médico por cada 147 pacientes. Véase Oficina Nacional de Estadísticas, www.one.cu/aec2010/esp/19_tabla_cuadro.htm.
21. Datos tomados de los reportajes: «Destacan resultados de estudio sobre discapacidad en países del ALBA», Cubadebate, 7 de julio de 2010, y «Exitoso estudio cubano de discapacidad en países del ALBA», 27 de noviembre, 2010, disponible en www.tvcamaguey.co/cu/index.php?view=article&catid=43%3Asalud&id=6054%3Ae.
22. Véase «Misión solidaria Manuela Espejo», n/d., emitido por la Oficina del Vicepresidente de Ecuador, disponible en www.vicepresidencia.gob.ec/programas/manuelaespejomision.
23. Véase Marcos Rodríguez, «Alrededor de...», Cubadebate, La Habana, 5 de junio de 2012.
24. Piero Gleijeses, ob. cit., p. 458.
25. John Kirk y Michael Erisman, entrevista a Yilian Jiménez, La Habana, mayo de 2007.
26. Fernando Ravsberg, «May Day in Cuba: The Doctors Out in Front», Havana Times, 2 de mayo de 2012.
27. Julie Feinsilver, «Cuba’s Health Politics: At Home and Abroad», informe preparado por el Consejo de Estudios Hemisféricos, marzo de 2010, disponible en www.coha.org/cuba/%e2%/80%99s-health-politics-at-home-and/abroad (consultado el 20 de septiembre de 2010).
28. Fidel Castro, ob. cit.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Cuba, la Unión Europea y la retórica de los derechos humanos



Desde 1996, la Unión Europea impone una Posición Común – la única en el continente americano– desde 1996 al Gobierno cubano. Ésta limita los intercambios políticos, diplomáticos y culturales por la situación de “los derechos humanos y de las libertades fundamentales”.[1] La Posición Común constituye el pilar de la política exterior de Bruselas respecto a La Habana y representa el principal obstáculo para la normalización de las relaciones bilaterales.
En efecto, Estados Unidos justifica oficialmente la imposición de las sanciones económicas, en vigor desde julio de 1960 y que afectan a todos los sectores de la sociedad cubana, en particular a las más vulnerables, por las violaciones de los derechos humanos. De 1960 a 1991, Washington explicó que la alianza con la Unión Soviética era la razón de su hostilidad hacia Cuba. Desde el desmoronamiento del bloque del Este las diferentes administraciones, desde Georges H. W. Bush hasta Barack Obama, han utilizado la retórica de los derechos humanos para explicar el estado de sitio anacrónico, el cual lejos de afectar a los dirigentes del país, hace pagar el precio de las divergencias políticas entre las dos naciones a los ancianos, las mujeres y los niños.[2]

Una Posición Común discriminatoria e ilegítima

La Posición Común, que oficialmente se justifica por la situación de los derechos humanos, es discriminatoria en la medida en que el único país del continente americano, desde Canadá hasta Argentina, que la Unión Europea estigmatiza de este modo es Cuba. No obstante, según el último informe de Amnistía Internacional (AI), la Isla del Caribe se encuentra lejos de ser el peor alumno del hemisferio en términos de violación de los derechos fundamentales.[3]
La Posición Común es también ilegítima. En efecto, Amnistía Internacional presenta un balance severo y sin concesiones sobre la situación de los derechos humanos en el Viejo Continente. Así, para Cuba, y contrariamente a los países miembros de la Unión Europea, Amnistía Internacional no señala ningún caso
-de asesinato cometido por las fuerzas del orden (Austria, Bulgaria, Francia, Italia, Reino Unido, Suecia),
-de asesinato de menores por las fuerzas del orden (Grecia),
-de asesinatos de niños que padecen enfermedades mentales (Bulgaria),
-de responsabilidad en un genocidio (Bélgica),
-de actos de tortura y tratos inhumanos o degradantes por las autoridades (Alemania, Austria, Bélgica, Eslovaquia, España, Francia, Grecia, Italia, Portugal, Romania, Reino Unido),
-de actos de tortura y tratos inhumanos o degradantes por las autoridades contra menores (Bélgica, Bulgaria, Dinamarca),
-de actos de tortura por las autoridades con el apoyo al más alto nivel del Estado (Reino Unido),
-de impunidad para las fuerzas del orden culpables de asesinato (Bulgaria, Francia, Suecia),
-de impunidad para las fuerzas del orden culpables de tortura y otros malos tratos (Alemania, Bélgica, España),
-de uso de pruebas conseguidas bajo la tortura (Romania),
-de obstáculo a la justicia y a las indemnizaciones para las víctimas de tortura y de malos tratos cometidos por las fuerzas del orden (Alemania),
-de expulsión de personas, incluso de menores, hacia países que practican la tortura o donde hay riesgos de persecución (Alemania, Austria, Bulgaria, Chipre, Dinamarca, Eslovaquia, España, Italia, Malta, Países Bajos, Reino Unido, Suecia),
-de represión violenta de manifestaciones por parte de las fuerzas del orden (Alemania, Bélgica, Grecia),
-de brutalidades policiales con carácter racista contra extranjeros y miembros de las minorías étnicas (Austria),
-de detención secreta de presos y de transferencia hacia países que practican la tortura (Alemania, Bélgica, Lituania, Romania),
-de tráfico de seres humanos y de esclavitud (Chipre, España, Grecia, Italia, Reino Unido),
-de trabajos forzosos (Chipre)
-de suicidio de menores en prisión (Autria),
-de falta de asistencia médica, social o jurídica para los solicitantes de asilo (Bélgica),
-de discriminación legal hacia las minorías étnicas (Bélgica, España),
-de discriminación generalizada contra las minorías (Bulgaria, Dinamarca, Grecia, Hungría),
-de discriminación por parte de los tribunales de justicia hacia las minorías (Bélgica),
-de expulsión por la fuerza de miembros de minorías étnicas así como de destrucción de su vivienda por las autoridades (Bulgaria, Grecia, Romania),
-de agresiones racistas generalizadas (Bulgaria),
-de agresiones recurrentes contra las minorías sexuales (Bulgaria, Eslovaquia, Italia),
-de no reconocimiento de los derechos de las minorías sexuales por las autoridades (Chipre),
-de apoyo de las fuerzas del orden a movimientos de extrema derecha en manifestaciones (Chipre),
-de violencia recurrente contra las mujeres (Dinamarca, España, Finlandia, Malta, Portugal, Suecia),
-de violencia recurrente contra chicas y niñas (España, Finlandia, Portugal),
-de castigos físicos contra niños en los centros especializados para los menores (España),
-de impunidad jurídica para los responsables de violencias sexuales contra mujeres (Dinamarca, Finlandia, Suecia),
-de detención de menores en prisiones para adultos (Dinamarca),
-de detención de menores que solicitan el asilo (Finlandia, Países Bajos),
-de detenciones secretas (España),
-de prohibición de investigar crímenes de derecho internacional (España),
-de violación de la libertad religiosa de las mujeres (España, Francia, Países Bajos),
-de estigmatización de las minorías étnicas por parte del presidente de la República (Francia, Rumania),
-de discursos políticos discriminatorios por parte de las autoridades (Eslovenia, Francia, Hungría, Italia, Romania),
-de discriminación racial contra las minorías (Eslovenia, Italia, Portugal),
-de no acceso a la educación y a una vivienda decente para las minorías étnicas (Francia, Italia, Portugal),
-de condiciones de detención inhumanas (Grecia, Irlanda, Italia),
-de violencias con carácter racista (Grecia, Hungría, República Checa),
-de agresión de periodistas por las autoridades (Grecia),
-de violencias por las autoridades hacia las minorías y solicitantes de asilo (Grecia),
-de segregación racial en la enseñanza y de exclusión de niños de las minorías étnicas del sistema educativo (Eslovaquia, Eslovenia, Grecia, Hungría, Italia, República Checa, Romania),
-de escolarización de los niños procedentes de las minorías en instituciones para enfermos mentales (República Checa),
-de segregación racial en el acceso a la salud (Eslovaquia, Eslovenia, Hungría, Italia, Romania),
-de crímenes con carácter racista (Hungría, República Checa),
-de impunidad para los responsables de crímenes con carácter racista (Hungría),
-de crímenes con carácter antisemita (Hungría),
-de crímenes contra las minorías sexuales (Hungría),
-de violación de los derechos de los niños (Irlanda),
-de malos tratos contra niños (Irlanda),
-de fallecimientos de niños confiados a los servicios públicos de protección de la infancia por falta de atención médica (Irlanda),
-de no respeto de los derechos de las minorías sexuales (Irlanda),
-de violación de los derechos de los solicitantes de asilo (Irlanda),
-de condiciones de vida “totalmente inaceptables e inhumanas” en los hospitales (Irlanda),
-de violación del derecho al aborto (Irlanda),
-de prohibición legal del aborto (Malta),
-de negación de inscribir la tortura entre los crímenes sancionados por el Código Penal (Italia),
-de disposiciones legislativas discriminatorias hacia las minorías sexuales con una penalización de la homosexualidad (Lituania),
-de políticas y prácticas gubernamentales discriminatorias según el origen étnico (Países Bajos),
-de esterilización forzosa de mujeres procedentes de las minorías (Eslovaquia, República Checa),
-de personas eliminadas arbitrariamente de los registros de la población (Eslovenia)[4].

Conclusion

Al ver los informes de Amnistía Internacional, resulta difícil para la Unión Europea pretender que la Posición Común de 1996, todavía vigente, se justifique por la situación de los derechos humanos en Cuba. En efecto, las principales naciones del Viejo Continente presentan también graves violaciones de los derechos humanos, a menudo peores que las que se comenten en Cuba. Así, la autoridad moral de Bruselas se vuelve discutible.
La Europa de los 27 debe normalizar las relaciones con La Habana y demostrar que su política exterior no es tributaria de la de la Casa Blanca. Al abrogar la Posición Común y al adoptar una postura racional, constructiva e independiente, la UE dará un paso en la dirección adecuada. Bruselas entenderla especificidad de la idiosincrasia cubana. En efecto, el gobierno de la Isla está dispuesto a todo -menos la negociación de la soberanía y de la identidad nacionales– cuando las relaciones se basan en el diálogo, el respeto y la reciprocidad –como lo ha demostrado el acuerdo con la Iglesia Católica y España que ha desembocado en la liberación de todos los prisioneros llamados “políticos”. En cambio, se muestra resueltamente inflexible –sólo basta ver el estado de las relaciones entre Washington y La Habana desde hace medio siglo– cuando el lenguaje de la fuerza, de la amenaza o de la coacción toma el paso sobre la diplomacia convencional.

Salim Lamrani

[1] Conseil de l’Union européenne, « Conclusion du Conseil. Evaluation de la position commune de l’UE relative à Cuba », 15 de junio de 2009.http://ec.europa.eu/development/icenter/repository/council_conclusions_UE_cuba_20090615_FR.pdf (sitio consultado el 2 de octubre de 2012.
[2] Salim Lamrani, Etat de siège. Les sanctions économiques des Etats-Unis contre Cuba, Paris, Editions Estrella, 2011.
[3] Amnistie Internationale, Rapport 2011. La situation des droits de l’homme dans le monde, 2011. http://files.amnesty.org/air11/air_2011_full_fr.pdf (sitio consultado el 15 de septiembre de 2011).
[4] Ibid.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

"El presidente Obama tiene la oportunidad de iniciar una nueva política hacia Cuba"




Discurso del Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez de la Parrila, en la Asamblea General de las Naciones Unidas

Deseo reiterar las más sentidas condolencias del pueblo y Gobierno cubanos al Gobierno y al pueblo de los Estados Unidos, a la ciudad de Nueva York, a las poblaciones directamente afectadas y muy en especial a los familiares de las víctimas, por las pérdidas de vidas y los grandes daños materiales que ha provocado el huracán Sandy.Expresamos nuestras condolencias, también, a los gobiernos y pueblos de Bahamas, Haití, Jamaica, República Dominicana y Canadá por los mismos sucesos, así como a Guatemala y México por el reciente sismo que afectó a esos países.
Señor Presidente:
El 6 de abril de 1960, el subsecretario de Estado, Lester D. Mallory escribió la más concisa, exacta y duradera definición de los objetivos del bloqueo contra Cuba, y cito: “provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria [...] debilitar la vida económica negándole a Cuba dinero y suministros con el fin de reducir los salarios nominales y reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.
Hasta hoy, ha sido esta la visión que ha encarnado la política inhumana, fallida y anacrónica de 11 Gobiernos sucesivos, bajo la que nacieron el 76% de los cubanos. Nuestro país nunca ha estado en guerra, ni ha realizado actos hostiles contra los Estados Unidos. Jamás ha permitido la organización de acciones terroristas contra el pueblo norteamericano.
En el 2008, el candidato Obama electrizó a los estadounidenses con su energía, su origen y sus palabras “Sí podemos”. Tres meses después, ya Presidente, anunció “un nuevo comienzo con Cuba”, y dijo “creo que podemos llevar la relación entre los Estados Unidos y Cuba en una nueva dirección y lanzar un nuevo capítulo de acercamiento que continuará durante mi mandato”, fin de la cita.
Sin embargo, la realidad de los últimos cuatro años se ha caracterizado por un persistente recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero, en particular de su dimensión extraterritorial, a pesar de que esta Asamblea ha aprobado por una consistente y abrumadora mayoría 20 resoluciones consecutivas, instando a poner fin a esta política.
Mantenerla no es del interés nacional de los Estados Unidos. Por el contrario, daña los intereses de sus ciudadanos y compañías, en especial en tiempos de crisis económica y elevado desempleo, quienes, según todas las encuestas, demandan un cambio de política. ¿Por qué cercenar los derechos constitucionales, civiles y la libertad de viajar de los norteamericanos prohibiéndoles visitar la isla, si estos pueden ir a cualquier otro lugar del planeta, incluso donde su país libra guerras?
¿Por qué renunciar a un nuevo mercado de 11 millones de personas? ¿Para qué seguir gastando cientos de millones de dólares, que vienen de los impuestos que pagan los ciudadanos, en la inútil e ilegal subversión contra Cuba? ¿Para qué dañar sus relaciones con otros Estados, incluidos sus aliados, con medidas extraterritoriales que violan el Derecho Internacional? ¿Por qué aplicar el enfoque contrario al que anima sus crecientes relaciones económicas con Estados de sistema político diferente?
El bloqueo también afecta los legítimos intereses y discrimina a la emigración cubana aquí asentada, que en su gran mayoría favorece la normalización de las relaciones con su Nación. Resta credibilidad a la política exterior de los Estados Unidos, le provoca aislamiento, lo coloca en costosos dobles raseros, no ha sido efectivo durante 50 años para los fines que se persiguen y significa un escollo insalvable en su cada vez más incómoda relación con América Latina y el Caribe. De cesar, evitaría a su gobierno un mayor descrédito de las políticas humanitarias y este dejaría de ser un pertinaz violador de los derechos humanos de los cubanos.
Podrían abstenerse de colocar a nuestro Estado en listados espurios como el que lo califica patrocinador del terrorismo, con el único propósito de justificar medidas adicionales contra las transacciones financieras, lo que tanto daña la eficacia y credibilidad del enfrentamiento internacional a ese terrible flagelo.
No existe ningún motivo legítimo o moral para mantener este bloqueo que está anclado en la Guerra Fría. Es sólo el arma de una minoría cada vez más exigua, aislada, violenta y soberbia que lucra electoralmente con ella, desprecia el reclamo de las mayorías y no se resigna ante la indoblegable determinación de los cubanos de decidir su propio destino.
Señor Presidente:
El uso de una retórica menos estridente y amenazante y ciertas medidas parciales de flexibilización de los viajes de los residentes de origen cubano, y otros de naturaleza académica, científica o cultural, no consiguen ocultar el endurecimiento del bloqueo en el último cuatrienio.
El informe del Secretario General, al que un significativo número de las delegaciones y agencias aquí presentes ha contribuido, documenta ampliamente las múltiples y diversas afectaciones ocasionadas no sólo a mi país, sino también a muchos de los gobiernos aquí representados.
En noviembre de 2011, el Departamento del Tesoro sancionó a la sucursal neoyorquina del banco alemán Commerzbank, con una multa de 175 mil 500 dólares por servir de consultor y garante de un nacional cubano en el pago a una compañía canadiense.
En junio de 2012, el Departamento de Justicia anunció la imposición de una multa de 619 millones de dólares al banco holandés ING por supuestas violaciones al régimen de sanciones contra Cuba y otros países. Esta es la multa más alta de la historia impuesta a un banco extranjero.
Al referirse a este insólito hecho, el Sr. Adam Szubin, director de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro, expresó en tono amenazador, y cito: “Nuestras sanciones legales reflejan nuestros principales intereses en seguridad nacional y política exterior, y la OFAC las aplica exhaustivamente. Este pago histórico debería servir como una clara advertencia a cualquiera que planee aprovecharse de evadir las prohibiciones de los Estados Unidos”, fin de la cita.
Durante el gobierno del presidente Obama, las multas por sanciones ascienden a 2 mil millones 259 732 dólares y duplican las correspondientes a ambos periodos de George W. Bush.
La aplicación del bloqueo ha rebasado todos los límites concebibles. En diciembre de 2011, el Hotel Hilton de Trinidad y Tobago, propiedad de ese país y bajo un contrato de administración con dicha cadena, recibió órdenes terminantes de la OFAC de impedir la celebración en sus instalaciones de la IV Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de los países miembros de CARICOM y Cuba, lo que constituyó un verdadero escándalo y un acto de irrespeto a todas las naciones del Caribe y a la comunidad internacional.
En julio de 2012, dos Directores de la filial francesa de la agencia de viajes Carlson Wagonlit Travel (CWT), fueron despedidos por vender paquetes turísticos con destino a la isla. La empresa corre el riesgo de ser penalizada con una multa de $38 000 dólares por cada viaje vendido.
El 10 de mayo de 2012, menos de un año después de otorgadas las primeras y muy limitadas licencias para permitir viajes de ciudadanos norteamericanos ” con fines educacionales para intercambios pueblo a pueblo”, el Departamento del Tesoro prohibió los paseos por lugares recreativos, las transacciones financieras relacionadas con actividades turísticas y estableció nuevas y más estrictas medidas para cerciorarse que los itinerarios y programas se ajusten a la política contra Cuba. Al propio tiempo, se anunció que la violación de estas restricciones será castigada con multas de 65 mil dólares y la suspensión de licencias. Señor Presidente:
El daño humano que causa el bloqueo es inmenso e incalculable. Provoca sufrimientos, carencias, dificultades que alcanzan a cada familia, a cada niña y niño, a cada mujer y hombre, a los discapacitados, a cada anciana o anciano; a los enfermos.
El Cardiocentro Pediátrico “William Soler” no dispone del medicamento Levosimendán, que se emplea para el tratamiento de problemas cardiacos asociados a la capacidad de bombeo del corazón en los niños pequeños. No lo puede utilizar porque se le ha negado su suministro, debido a que es producido por los laboratorios Abbott.
En el servicio de cirugía cardiovascular de ese hospital se atienden anualmente entre cien y ciento diez niños menores de un año, que en más del noventa por ciento de los casos necesitan intervención nutricional, para ser sometidos a una operación quirúrgica con mejor pronóstico. Nuestra nación no tiene acceso a los suplementos alimenticios para uso parenteral aquí producidos, que se reconocen entre los más efectivos y de mayor calidad.
La imposibilidad de adquirir láminas tisulares para los dermoexpansores, -se utilizan para preparar los transplantes de piel-, y su necesaria búsqueda en mercados más distantes y a un mayor costo, complica y prolonga la atención a las niñas y niños que sufren quemaduras profundas, al ocasionar un incremento del tiempo quirúrgico y la estadía hospitalaria.
El servicio de marcapasos y electrofisiología del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular no cuenta con el equipo de mapeo anatómico tridimensional no fluoroscópico, destinado a investigar los puntos de arritmia en el corazón humano, debido a la retirada de la firma norteamericana Saint Jude. Ello impide realizar tratamientos e intervenciones de cateterismo para curar arritmias complejas. Como consecuencia, estamos obligados a enviar estos pacientes a terceros países para su tratamiento.
En la noche del 6 de noviembre, el presidente Obama contó la curación de la niña Erin Catherine Potter, de 8 años, enferma de leucemia, que vive en Mentor, Ohio. El 28 de octubre de 2009, explicamos en esta sala que los niños cubanos que padecen igualmente leucemia linfoblástica y rechazan los medicamentos habituales, no pueden ser tratados con el fármaco “Elspar”, creado para casos con intolerancia, cuya venta a Cuba se prohíbe a la compañía Merck and Co. Ellos merecen también compasión y alivio.
Denunciamos el 25 de octubre de 2011, también en este lugar, que nuestros servicios oftalmológicos no pueden usar la Terapia Térmica Transpupilar para curar el cáncer de retina (retinoblastoma) y lograr que los niños conserven el ojo afectado. Desde esa fecha, 15 niños como Lianna Aguilera Feria, de un año de edad; María Sánchez Rosales y Rochely Mendoza Rabelo, de 2; Erika Rodríguez Villavicencio, Fidel Valdés Márquez, Giovanna Álvarez Torrens y Magdiel Leyva Suárez de 3 años, han sufrido esa pérdida porque el gobierno de los Estados Unidos impide que los equipos médicos necesarios sean comprados a la compañía norteamericana Iris Medical Instruments.
Por su propósito declarado y sus efectos directos, el bloqueo contra Cuba califica como un acto de genocidio, de conformidad con los incisos b y c del Artículo 2 de la Convención de Ginebra para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de 1948. Constituye una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de un pueblo entero.
Nos oponemos resueltamente a las medidas coercitivas unilaterales y a las sanciones económicas que solo dañan a los seres humanos. Como expresara, en esta tribuna, el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, “queremos un mundo sin hegemonismos, sin armas nucleares, sin intervencionismos, sin racismo, sin odios nacionales ni religiosos, sin ultrajes a la soberanía de ningún país, con respeto a la independencia y a la libre determinación de los pueblos, sin modelos universales que no consideran para nada las tradiciones y la cultura de todos los componentes de la humanidad, sin crueles bloqueos que matan a hombres, mujeres y niños, jóvenes y ancianos, como bombas atómicas silenciosas”.
Señor Presidente:
Como consta en el informe del Secretario General, los daños económicos acumulados durante más de 50 años, ascienden hasta el año 2011 a un billón sesenta y seis mil millones de dólares, mas de un millón de millones, calculados de manera rigurosa y conservadora sobre la base de la depreciación del dólar respecto al oro.
Cualquier persona sensata podría imaginar los niveles de vida y de desarrollo que hubiéramos podido alcanzar de haber contado con esos recursos.
El bloqueo es una de las causas principales de los problemas económicos de nuestro país y el obstáculo esencial para su desarrollo económico y social.
Viola el Derecho Internacional, es contrario a los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y transgrede el derecho a la paz, al desarrollo y a la seguridad de un Estado soberano. Es un acto de agresión y una amenaza permanente contra la estabilidad de un país. Es también una grosera violación de las normas de comercio internacional, de la libre navegación, y de los derechos soberanos de los Estados, por su carácter extraterritorial.
Como el bloqueo es una política unilateral, deberá cesar unilateralmente.
Señor Presidente:
El pueblo estadounidense, hacia el que Cuba guarda sentimientos de amistad y respeto, acaba de reelegir al Presidente Barack Obama. Durante la campaña, este repitió decenas de veces que continua siendo “el Presidente del cambio” y que “seguirá adelante”.
El presidente Obama tiene la oportunidad de iniciar una nueva política hacia Cuba, distinta a la de sus diez predecesores, durante más de medio siglo.
Seguramente, será difícil y enfrentará recios obstáculos, pero el Presidente de los Estados Unidos conserva las facultades constitucionales que le permitirían escuchar a la opinión pública y generar la dinámica necesaria, mediante decisiones ejecutivas, aun sin pasar por el Congreso. No caben dudas de que sería este un legado histórico.
Cometería un grave error de cálculo y lo haría todo más difícil para el futuro, si decidiera esperar por una nueva generación de líderes cubanos o por el colapso imposible de nuestra economía. Esta opción lo inscribiría en la historia como el undécimo en repetir la misma equivocación.
Reitero, a nombre del presidente Raúl Castro Ruz, la firme voluntad del Gobierno de Cuba de avanzar hacia la normalización de relaciones con los Estados Unidos, mediante un diálogo respetuoso, sin condiciones previas, sobre bases recíprocas y de igualdad soberana, sin merma alguna a nuestra independencia y soberanía.
Presento hoy, ahora, nuevamente al Gobierno de los Estados Unidos la propuesta de una agenda para un diálogo bilateral, dirigido a avanzar hacia la normalización de las relaciones, que incluye, como temas fundamentales, el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero; la exclusión de la arbitraria e ilegítima lista de países terroristas; la abrogación de la Ley de Ajuste Cubano y la política de “pies secos-pies mojados”; la compensación por daños económicos y humanos; la devolución del territorio ocupado por la Base Naval de Guantánamo; el fin de las agresiones radiales y televisivas, y el cese del financiamiento a la subversión interna.
Un elemento esencial en esta agenda es la liberación de los Cinco luchadores antiterroristas cubanos, cruel e injustamente presos o retenidos en este país. Un acto de justicia o, al menos, una solución humanitaria concitaría la gratitud de mi pueblo y la respuesta de nuestro Gobierno.
Hago asimismo ahora el ofrecimiento al gobierno de los Estados Unidos de negociar acuerdos de cooperación en áreas del mayor interés mutuo, como el enfrentamiento al narcotráfico, al terrorismo, al tráfico de personas y para la completa regularización de las relaciones migratorias, así como para la prevención y la mitigación de desastres naturales y la protección del medio ambiente y de los mares comunes. Proponemos también retomar las conversaciones, unilateralmente suspendidas por la contraparte, sobre temas migratorios y para el restablecimiento del correo postal.
Excelencias:
Señores Delegados:
En todo caso, nuestro pueblo defenderá a cualquier precio sus conquistas, persistirá en sus ideales, se recobrará de las catástrofes naturales como la que ha asolado hace pocos días a Santiago de Cuba y las provincias orientales y centrales, y continuará resueltamente la actualización y el desarrollo de nuestro socialismo “con todos y para el bien de todos”.
En nombre de este pueblo heroico; de sus niños, de su mujeres, de sus ancianos, solicito a los gobiernos comprometidos con los principios de la Carta de las Naciones Unidas y del Derecho Internacional, con las normas del sistema multilateral de comercio, con la libertad de comercio y de navegación, y con el rechazo a la aplicación extraterritorial de una ley nacional, que voten nuevamente a favor del proyecto de resolución que figura en el documento A/67/L.2, titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.
Muchas gracias.

domingo, 11 de noviembre de 2012

La CIA se juega otra carta con Yoani Sánchez



Y a la SIP llega ahora, de la mano de la CIA, Yoani Sánchez, la bloguera proyanqui que hace unas horas protagonizara un escándalo público, orientado por la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana.

Yoani Sánchez es un proyecto contra Cuba ya agotado, y sus creadores han intentado una manera para hacerlo resurgir, esta vez de la mano de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Se trata de una organización vinculada a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), entre cuyos proyectos figura atacar a países que se oponen a los monopolios de la información, como Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, entre otros.
La designación de Sánchez Cordero como vicepresidenta regional para Cuba de la SIP no hace más que esclarecer, una vez más, los verdaderos propósitos de Washington de posicionar dentro de la Isla una voz al servicio imperial, que recibirá el apoyo de más de 1 300 medios de comunicación.
Manipulación y desinformación, control absoluto de lo que se difunde, guerra psicológica, dominio total de Internet y las redes sociales, todo un entramado que la CIA materializa mediante sus organizaciones pantallas, la SIP una de ellas, con amplia presencia en todo el mundo.
Los medios de comunicación son prioritarios para la Agencia Central de Inteligencia. Sus primeros blancos después de creada fueron los países de Europa con el objetivo de atacar a la antigua URSS. Para ello capacitó a cientos de periodistas en una operación que estuvo a cargo del ex director de la CIA Allen Dulles, en 1953.
Cientos de directores de medios europeos fueron convocados por Dulles para que se unieran a las campañas antisoviéticas, sin menospreciar la captación y formación de agentes colocados en las más altas esferas de dirección de periódicos, televisoras y radios de la época. Su misión era dirigir y asesorar las campañas mediáticas anticomunstas.
Pero Estados Unidos necesitaba de una entidad a modo de mega corporación, que agrupara a gran parte de la prensa mundial y así, tomándola como base de operaciones, ejercer un control mucho más amplio de la información a difundir.
La SIP era precisamente lo que andaba buscando la CIA. Había surgido como una organización panamericana en La Habana de 1943, luego de aprobarse su creación en México, un año antes.
El complot pronto se puso en marcha. Tres años después, Jules Dubois y Joshua Powers, oficiales de los servicios estadounidenses de inteligencia se dieron cita en Quito, Ecuador, para “secuestrar” a la SIP, con miras a convertirla en una filial de la CIA. Aprovechando una reunión de esa Sociedad que allí tenía lugar, y a la que “causalmente” asistía Tom Wallace, alto funcionario del Departamento de Estado, maniobraron para que el próximo encuentro, en 1950, ocurriera en Nueva York.
A partir de la reunión en esa ciudad, la SIP queda convertida en el gran monopolio de dueños de empresas periodísticas.
Los magnates de la gran prensa lograron apoderarse de la SIP. Desde ese momento, su papel ha estado vinculado a apoyar golpes de estado, conspiraciones, desacreditar gobiernos legítimos de la región, como el de Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales. Tampoco puede olvidarse el rol de esa organización en la primera campaña de desinformación contra la naciente Revolución centrada en los juicios y condenas a los criminales batistianos.
Y a la SIP llega ahora, de la mano de la CIA, Yoani Sánchez, la bloguera proyanqui que hace unas horas protagonizara un escándalo público, orientado por la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana.
El objetivo de la alharaca: presionar a la Casa Blanca para que incremente y apoye acciones subversivas dentro de la Isla y poder así difundir informaciones sobre una supuesta escalada represiva que justificara el añorado sueño de invadir a Cuba.
Claudio Paolillo, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, fue el encargado de proponer a la Sánchez Cordero para la vicepresidencia de esa organización. Justo ayer declaró a la prensa que la bloguera era “una enorme piedra en el zapato del régimen cubano".
¿Podrá Yoani Sánchez resistir esa condición por mucho tiempo? ¿Llegará a percatarse de que es ella quien carga inútilmente con una piedra gigantesca, cual contemporánea encarnación de Sísifo, condenado al eterno fracaso?

Yohandry Fontana - Blog de Yohandry.

Conversaciones sobre el Capitalismo, con Rubén Zardoya




Rubén Zardoya, escritor y profesor de la Universidad de La Habana, conversa magistralmente sobre el modo de producción capitalista y su posible superación socialista
Comenzando por una serie de aproximaciones a la esencia del capitalismo –descrito primero como sistema basado en “valor que crece por sí mismo” y luego como régimen de producción mercantil que rebaja la fuerza de trabajo a mercancía–, Rubén Zardoya, escritor y profesor de la Universidad de La Habana, conversa magistralmente sobre el modo de producción capitalista y su posible superación socialista.
La charla, grabada en agosto de 2012, aborda también el papel del Estado y de la hegemonía en el mantenimiento del sistema capitalista. A la pregunta sobre la compatibilidad del capitalismo con los intereses de la humanidad, Zardoya señala que este modo de producción ha de emplear crisis económicas y guerras para solucionar sus contradicciones, mientras mina los fundamentos naturales de la existencia humana.
¿Hay etapas inexorables para alcanzar el socialismo? No hay necesidad –dice el profesor– de impulsar una etapa de desarrollo capitalista previa al socialismo. Un amplio desarrollo de las fuerzas productivas es imprescindible sólo para el comunismo, mas el socialismo –en tanto negación progresiva de las relaciones de producción capitalistas– puede comenzar en cualquier momento. Zardoya concluye explicando la importancia de la batalla de ideas, la batalla cultural

jueves, 8 de noviembre de 2012

Silvio Rodríguez: Festival en Cuba - 1997




1. Te recuerdo Amanda (Silvio Rodríguez)
2. La gota de rocío (Silvio Rodríguez y Anabel López)
3. El necio (Silvio Rodríguez)
4. Hasta siempre (Silvio Rodríguez)
5. Guajira guantanamera (Silvio Rodríguez y varios artistas)

www.lapaginadesilviorodriguez.com

martes, 6 de noviembre de 2012

Sandy y la política norteamericana del mal vecino hacia Cuba.



Con diferencia de días, el huracán Sandy golpeó a Cuba y a Estados Unidos. Hay coincidencias y diferencias en las respuestas de los respectivos gobiernos ante esa catástrofe, y hacia el país vecino.
El 25 de octubre el huracán Sandy golpeó Santiago de Cuba, Holguín y Guantánamo, en Cuba. Los vientos dañaron el tendido eléctrico y la provisión de agua potable, y tiraron abajo total o parcialmente muchas casas. Se reportó que hubo "130.000 viviendas dañadas en Santiago de Cuba y otras 52.000 en Holguín, además de fuertes pérdidas en la agricultura". La tormenta provocó fuertes lluvias en zonas centrales, que desembocaron en más inundaciones en aquellas provincias. Mala suerte tiene Cuba con estos fenómenos meteorológicos. No la dejan casi nunca indemne cuando se producen, entre octubre y noviembre de cada año.
Afortunadamente, su organización política y social, las previsiones del gobierno y sus centros de alertas tempranas contra esos huracanes, le permite capear los temporales. Así y todo, también los cubanos mueren frente a esas tempestades: en esta ocasión fueron doce.
En la vecina Haití hubo 54 muertos y más de veinte desaparecidos. Y así en el resto del Caribe.

Sin negocios.

El gobierno cubano estuvo en el lugar de los hechos desde el primer día. El presidente y primer secretario del PCC, Raúl Castro, y el vicepresidente y segundo secretario Ramón Machado Ventura, fueron a Holguín y Santiago de Cuba. Ambos visitaron los municipios más afectados, dialogaron con los vecinos, recogieron sus demandas y dieron las orientaciones para que se reanudara cuanto antes la provisión eléctrica, se reubicara la población que había perdido sus hogares y se dispusiera el abastecimiento de alimentos. Los campesinos y sus cooperativas fueron exhortados a entregar sus productos en los mismos precios. En el socialismo no hay negocio con estos dramas, no se lucra con el dolor y la muerte. En el mercado capitalista sí; se infla artificialmente la cotización de los artículos más urgentes.
Machado Ventura expresó: "la Revolución no dejará abandonado a nadie". Añadió que "se dará a los damnificados la ayuda necesaria en la medida de lo posible y sobre la base de prioridades establecidas".

Ayuda de Venezuela.

Cinco días después llegó al aeropuerto Antonio Maceo, en Santiago, un avión fletado por Venezuela con 14 toneladas de leche, azúcar, arroz, pastas, atún, sardinas, lentejas, aceite y frijoles. Hugo Chávez, el solidario, también mandó un barco con ayuda al país y a Haití, con otras 65 toneladas de productos. La isla siempre fue solidaria y le pagan con la misma moneda, al menos Venezuela y muchas otras naciones. El imperio, mal vecino, esa es otra historia.
La mayor preocupación de las autoridades, fuera de asegurar la vida y el alimento de la población del oriente, era reanudar las clases. Ese objetivo se cumplió casi en su totalidad. La educación es el valor supremo donde en 1961 se derrotó al analfabetismo; otras cosas pueden esperar.
Una cosa notable. Al llegar Castro a Santiago de Cuba y antes de comenzar su recorrida, fue al cementerio Santa Ifgenia para saber cómo estaba el mausoleo de José Martí y los panteones de los caídos del Moncada. Supo que allí no hubo afectaciones y siguió su periplo. Cuba no olvida a los vivos, pero tampoco a sus muertos, mártires y apóstoles.

Se cuidaron por Katrina.

Como los fenómenos de la naturaleza no hacen distinciones ideológicas, aunque generalmente afectan en mayor grado a los sectores más vulnerables, Sandy siguió su camino y el lunes a la noche pegó en Nueva Jersey y Nueva York.
Aunque el recuento oficial necesita actualizaciones, en EE UU murieron 50 personas. En un momento crítico hubo 8 millones de viviendas sin luz a lo largo de 18 estados, sobre todo en Nueva Jersey. La ciudad de Nueva York tuvo inundaciones nunca vistas, con olas de más de 5 metros. El agua se metió en todas partes, entre éstas el sistema del Metro, empleado diariamente por más de 5 millones de usuarios. El transporte público quedó fuera de combate y se suspendieron 16.000 vuelos, cerrándose los tres aeropuertos.
Las muertes se produjeron en Connecticut, Nueva York, Nueva Jersey, Maryland, Pensilvania, Carolina del Norte, Virginia y Virginia occidental. También los hubo en Toronto, Canadá, aunque el huracán había perdido parte de su fuerza.
"La empresa de estimación de desastres Eqecat señaló que Sandy podría afectar a 60 millones de estadounidenses y provocar daños superiores a 20.000 millones de dólares", publicaron los diarios. Otros sumaron el costo de hasta 36.000 millones en las obras de reconstrucción. Los estudios del impacto económico vienen a cuento, pero a condición de que no tapen el aspecto central: la pérdida de vidas humanas y daños a la población.

Zonas.

¿Todos los habitantes de las zonas afectadas sufrieron por igual? Muy difícil, por no decir imposible que haya esa "igualdad" a la hora de afrontar los retos de la naturaleza, porque inciden los medios económicos, la calidad de las viviendas, las zonas inundables o no y muchas otras variables.
La corresponsal de "La Nación" informó que en Nueva York en sombras y paralizada, trabajaban sólo los taxistas, entre ellos refugiados de origen sudanés. Estos veían la oportunidad de hacer unos pesos extras, que necesitaban, afrontando los riesgos; muchos otros hogares sin tantas urgencias aprovechaban para quedarse en casa, cocinar y ver TV.
Se dirá que tanto el presidente Barack Obama como el candidato republicano Mitt Rommey, tuvieron sensibilidad política para suspender la campaña electoral, en su tramo final hacia la votación del 6 de noviembre. Es verdad. Obama no se metió en las zonas inundables y afectadas como Raúl Castro en Santiago de Cuba, pero suspendió sus actos proselitistas y se quedó en Washington, supervisando el operativo de reconstrucción y dialogando con los gobernadores, sobre todo el republicano de Nueva Jersey, Chris Christie.
Pero esa conducta positiva no fue espontánea sino que tuvo que ver con la actitud de George W. Bush, ante las inundaciones por Katrina, en 2005, que lo dañaron políticamente. Ahora el sistema bipartidista, que lleva gastada la obscenidad de 1.089 millones de dólares en la competencia de demócratas y republicanos, se cuidó de no cometer el mismo error de Nueva Orléands. Al menos hasta votar el martes 6; después se verá.

Primero Wall Street.

Esa supuesta preocupación de los dos presidenciables no tiene mucha consistencia porque ambos entran en contradicciones con aspectos puestos sobre el tapete por Sandy. Por ejemplo, ¿hasta qué punto son sinceros, teniendo en cuenta el abultado presupuesto de "Defensa" (léase de Guerra)? Ese dinero pudo tener mejor destino, en prevención y obras. ¿Rommey dice estar realmente preocupado por lo sucedido cuando en las internas republicanas era partidario de liquidar FEMA, el ente federal para situaciones de catástrofes? El propuso dividirlo y traspasarlo a los estados e incluso a empresarios privados
Otro costado del dramas provocados por el huracán también interpela al gobierno actual y a los anteriores, de uno y otro signo político. Es que los investigadores sostienen que la capacidad destructiva del huracán fue superior debido a la mayor temperatura de los océanos, producto del cambio climático. El director de Análisis Climático del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de EEUU, Kevin Trenberth, planteó: "no es el 90 por ciento, es decir, no hablamos de que un fenómeno como Sandy esté totalmente dominado por el cambio climático, pero la temperatura del agua es mayor, las olas más grandes y la lluvia más fuerte". Según el meteorólogo, los efectos del huracán fueron "entre un 5 y un 10 por ciento más fuertes de lo que cabría esperar de una tormenta de estas características por el cambio climático".

Misma catátrofe.

El imperio está a la cabeza de la lista de los estados causantes del mayor daño al medio ambiente con el cambio climático, retaceando y en ocasiones vetando o bloqueando en las cumbres mundiales los programas y medidas prácticas para luchar contra esas afectaciones. El consumismo y el negocio de las multinacionales, sobre todo el de las automotrices, petroquímicas, petroleras y mineras, pueden más...
En este cotejo entre la superpotencia y Cuba, a propósito de las políticas medioambientales, es conveniente recordar que Fidel Castro, en la Eco-Cumbre de Río de Janeiro, en 1992, llamó a cuidar la ecología y el planeta, a la humanidad en definitiva.
Sandy deja más material para el reproche a las autoridades norteamericanas: no aflojaron ni un milímetro su política de bloqueo contra Cuba, afectado por la misma catástrofe. Esto no es solidaridad sino actitud de mal vecino. Los dos fueron golpeados por el temporal, pero uno (Cuba), además, siguió siendo herido por el bloqueo, que no nace del fondo de la naturaleza sino del Salón Oval y está en su ADN desde 1959.
Contrasta la actitud de la patria de José Martí, siempre bien dispuesta aún con ese país tan hostil, cuando hay emergencias. Cuando ocurrió Katrina, La Habana ofreció enviar gratuitamente la brigada médica "Henry Reeve" para colaborar en Nueva Orléands. Bush lo rechazó sin decir ni gracias.

Diferencias.

Un último dato revela las diferentes prioridades dadas en Cuba y EE UU en medio del desastre de estos días. En la primera se preocuparon por la gente y la reanudación de la labor escolar.
En Nueva York, en cambio, con todo paralizado, lo primero que se puso en marcha el miércoles fue la Bolsa de Wall Street. La corresponsal citada escribió: "pero, a pocas manzanas de allí, el panorama seguía siendo desolador: aparcamientos y sótanos inundados, edificios prácticamente a oscuras -muchos de ellos de los grandes bancos de Wall Street-, y el túnel que conecta el extremo sur de Manhattan con el barrio de Brooklyn totalmente anegado".
El consejero delegado de NYSE Euronext declaró entonces al canal financiero CNBC: "esta mañana decíamos medio en broma que debíamos ser el único edificio al sur de Midtown que tiene agua, luz y comida".
No es ningún chiste. La prioridad está clara: primero Wall Street. Los otros inundados pueden esperar.

Emilio Marín