martes, 18 de octubre de 2022

El dardo de la NASA


Otro escenario de la carrera espacial. 

 La NASA ha divulgado en estos días que la misión Prueba de Redirección de Asteroides Dobles (DART) ha logrado desviar efectivamente la trayectoria del asteroide Dimorpho, impactado el pasado 27 de septiembre. Había sido lanzado en noviembre del 2021. La principal intención del programa DART era comprobar si este tipo de maniobras espaciales se demuestran efectivas para desviar las trayectorias de asteroides presuntamente peligrosos para la Tierra. Dimorphos fue elegido por su tamaño, puesto que se encuentra dentro de los tamaños que podrían ocasionar serias catástrofes a la Tierra en caso de una colisión. La NASA considera a todos los asteroides en un rango inferior a 48,3 millones de kilómetros de la Tierra como objetos próximos a la Tierra (NEO, por sus siglas en inglés). En esta categoría se encuentran, actualmente, más de 27 mil asteroides de todas las formas y tamaños. Ninguno representa una amenaza hasta el momento. El cohete enviado por la NASA tenía la forma de un colectivo urbano, siendo 100 veces más pequeño que su objetivo (Dimorphos mide unos 160 metros de diámetro y orbita alrededor de Didymos que tiene aproximadamente 780 metros de diámetro). Puesto que el objetivo de la misión era alterar la trayectoria del asteroide y no destruirlo se buscó esta proporción, como deseable. En la previa del impacto, Edward Reynolds, director del proyecto DART en el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins había señalado “Dimorphos tarda 11 horas y 55 minutos en completar una órbita de Didymos. Si DART tiene éxito, ese tiempo podría disminuir en 73 segundos, pero en realidad creemos que lo cambiaremos en unos 10 minutos" (CNN, 26/09). El impacto ocurrido a 11 millones de kilómetros de distancia de la Tierra fue calificado como un éxito que sobrepasó las expectativas, en palabras del administrador de la agencia espacial, Bill Nelson: “Hubiera sido un éxito si la hubiera ralentizado solo unos 10 minutos, pero la redujo de hecho 32” (Clarín, 12/10). La información de la trayectoria y el impacto de la nave DART, fue registrada por ella misma y asistida, fundamentalmente en el momento del impacto, por los telescopios Hubble y James Webb. Además, con el apoyo de la cámara LICIAcube, una nave lanzada por la Agencia Espacial Italiana (Idem)
 En el plano científico, bajo el capital, las diversas actividades relacionadas con el espacio exterior se han convertido en una disputa espacial de defensa. La posibilidad misma de desviar asteroides abre las puertas a una manipulación del espacio exterior cercano. Así ha quedado demostrado con la intervención del magnate Elon Musk, dueño de Tesla, en relación a su provisión de internet a Ucrania mediante Starlink -un sistema de internet satelital- que ha permitido sostener las transmisiones del ejército ucraniano (de la OTAN) durante todo el conflicto. Rusia ha intentado, por ahora de manera infructuosa, voltear las antenas y receptores terrestres. 
 De igual manera, este control sobre la defensa del espacio cercano se asocia a la disputa por la extracción de minerales de la Luna. Carrera que por el momento ha encontrado a China a la cabeza de la misma. Estados Unidos, por su parte, ha hecho de su servicio satelital la piedra angular de sus acciones bélicas. Lo que ha sido abordado por otros países, principalmente Rusia y China. Sin embargo, la privatización de las expediciones y desarrollos espaciales ha generado una carrera entre los grandes capitalistas por ocupar este mercado. En estos momentos, Musk amenaza con retirar su protección satelital a Ucrania si este costo no es absorbido por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos. El magnate sudafricano reclama una cifra de 20 millones de dólares por mes mientras dure la protección satelital. Estos costos podrían verse seriamente alterados si Rusia utiliza armamento contra los propios satélites. 
 El dardo de la NASA ha estallado a 11 millones de kilómetros de la Tierra, pero sus repercusiones políticas y sociales se sienten con fuerza en el marco de una economía quebrada y la extensión imparable de una guerra imperialista mundial.

 Joaquín Antúnez 
 16/10/2022

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