lunes, 31 de agosto de 2020

Mesa Redonda - "Comenzando la semana" - 31/08/2020




La reciente proclamación de Trump como candidato republicano, en medio de un escenario de creciente protesta social, y la disputa geopolítica y tecnológica entre Estados Unidos y China serán los temas principales de la Mesa Redonda de este lunes.

El sentido de la estrategia

La vacuna que se espera obtener del candidato vacunal cubano más avanzado llevará el nombre de Soberana01. Todo un símbolo.

En medio de una situación económica muy difícil, cuando los esfuerzos principales se dirigen con apremio a la producción de alimentos, cuando se visualiza en el horizonte el camino a la solución del ya urgente problema de la unificación monetaria y se reavivan los criterios acerca de la organización del metabolismo socioeconómico del país, la ciencia cubana se suma a la vanguardia mundial que puede comenzar a producir una vacuna contra la COVID19. Y justamente la vacuna que empezó los ensayos clínicos en medio de los azotes de la tormenta tropical Laura llevará el apelativo de Soberana, un mensaje de reafirmación que envió nuestro presidente y que bien interpretaron nuestros científicos.

LA POSICIÓN ANTE EL MERCADO

Para discutir acerca del mejor camino socioeconómico para Cuba, primero que todo hay que tener presente la salvaguarda de la independencia y la soberanía nacional. Ninguna propuesta, por reconocida teóricamente por personas o grupos, si no argumenta una garantía clara y confiable de la preservación en el presente y el futuro de estos dos elementos fundamentales es aceptable, ya que hacerlo significaría la pérdida de la posibilidad de definir los cubanos la estrategia, o sea, desarmarnos.

Las circunstancias han cambiado rápidamente

La situación ha cambiado no solo como resultado del bloqueo económico, recrudecido sistemáticamente en los últimos años incluyendo medidas muy recientes, sino también por el cambio de situación que implica la pandemia de la COVID19, un hecho inesperado que probablemente no fue incluido en el pensamiento sobre los posibles escenarios a mediano y largo plazo que se hayan construido.
El país, en consecuencia, debe agilizar sin demora las medidas que han sido debatidas previamente por nuestra ciudadanía, ya sea en los “Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución para el período 2016-2021”, en el debate sobre la “Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista” y sobre el “Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030: Propuesta de Visión de la Nación, Ejes y Sectores Estratégicos”.
Los contenidos de estos documentos, que tienen el extraordinario valor de recoger los puntos de vista de la ciudadanía y no pueden quedar en letra muerta, deben ahora adaptarse a las nuevas circunstancias, pero en esencia si se actúa ágilmente impulsando con energía mucho de lo que ya está aprobado con amplio consenso nacional podremos avanzar un buen trecho.

Hacer y pensar

Esa realidad no evita, sin embargo, que se sucedan las más disímiles propuestas de soluciones económicas para la nación con mayor o menor rigor en su argumentación. Interpretaciones, propuestas, puntos de vista que pueden ser analizados y discutidos, mientras se avanza con las medidas urgentes sobre las bases constitucionales y el consenso alcanzado. En el fondo de estos debates está el posicionamiento hacia el mercado.
El agravamiento de la situación económica tiene lugar cuando se impulsan los cambios en la sociedad cubana encaminados a un mayor espacio a las relaciones mercantiles, lo que recrea el sustrato económico para el resurgimiento de los conceptos y argumentos afines al liberalismo, con lo cual se produce en algunos la ilusión de que la dirección es simplemente incrementar la propiedad y la iniciativa privadas para generar riquezas –por más que eso es necesario- o, peor aún, el criterio de que “antes” eran mejor las cosas. Como si una libre ampliación de las relaciones mercantiles fuese a resolver el problema del desarrollo y el bienestar en un mundo dominado por las transnacionales y los países capitalistas más desarrollados que emplean mecanismos monopólicos y extra-mercantiles para imponer su dominación.
A lo anterior hay que añadir una realidad: con el crecimiento de los emprendimientos privados, ya sean más o menos exitosos, pero necesarios como elemento del sistema económico, todos los participantes en ellos, líderes, familiares, trabajadores, aunque estarán en iguales condiciones que los demás ciudadanos en cuanto a las políticas sociales de educación, salud pública, diferentes subsidios, etc. vivirán una cotidianidad en la cual sus planes de vida dependerán más de las relaciones mercantiles en las que participan, lo cual los puede distanciar respecto de los objetivos sociales generales del país, generándose una tendencia a instalarse en su psicología social un alejamiento de la visión y misión del Estado socialista encargado de consensuar los intereses de las mayorías y de sus propios planes y aspiraciones.
Están también los que afirman que cualquier cosa que confirme el principio claro del predominio de la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción y servicios, de la planificación nacional y del papel del Estado socialista encargado de articular y preservar el metabolismo socioeconómico del país, es un constructo ideologizado y huele a burocratismo, sin negar que hay trabas burocráticas en el Estado y fallas en la planificación que deben ser superados. Y eso ocurre, cuando más relevantes, importantes y estratégicos resultan los principios y valores de la ideología socialista para orientar la construcción social de modo que escape a la fuerza centrípeta del capitalismo tardío, del que presiona desde afuera y del que tenemos dentro, y para lograr la adaptación a las circunstancias reales del mundo de hoy preservando los intereses del pueblo trabajador, algo que no puede hacerse sin educación, sin ética, sin un claro correlato ideológico socialista, sin una voluntad política que defienda esos intereses.
La búsqueda exclusiva del interés individual, por definición, no para mientes en los efectos sobre la sociedad y la naturaleza, en particular los que resultan a largo plazo del despilfarro y del empleo indiscriminado de los recursos. Una visión capitalista de las relaciones mercantiles trae consigo algo más sombrío: el capitalismo genera no solo la práctica de buscar la demanda en términos corrientes, sino también -dadas la competencia, la lucha por los mercados, la constante búsqueda de la ganancia y su incremento, el afán de lucro-, genera en la gente a través de los mecanismos publicitarios necesidades innecesarias, que no es un juego de palabras sino la realidad según la cual las personas terminan comprando lo que realmente no les hace falta y pueden acabar siendo esclavos de ese consumo innecesario.
Como colofón hay que añadir que el mercado creó también la institución de la estafa, el dar gato por liebre, el acaparamiento y el abuso con los precios, etc. Deformaciones que arrastra el mercado también en su interacción con una sociedad que se empeña en la orientación socialista de la construcción social y existen en Cuba hace rato.
¿Por qué entonces en las sociedades contemporáneas, en Cuba también, las relaciones mercantiles tienen un lado funcional positivo, que estimula el esfuerzo? La respuesta radica en la aceptación del intercambio de equivalentes, que no funciona en forma pura en ningún caso, pero impone una media aceptable. Es una herencia social milenaria que pesa en las apreciaciones y actitudes de las personas que reconocen naturalmente el intercambio de equivalentes a pesar de la madeja y construcciones deformadoras de las relaciones mercantiles.
Es indudable que en este minuto lo urgente es generar crecimiento, encadenamientos productivos estables y robustos, incentivar a los productores, satisfacer necesidades básicas de la sociedad, y en ello juega un papel decisivo la mirada estratégica del ideal socialista para evitar que sea el mercado el que termine imponiendo su jerarquía. El concepto de mercado y de relaciones mercantiles en la sociedad cubana tiene que constituirse en correspondencia con los objetivos generales de nuestra nación.
El orden jerárquico del mercado pugnará por situarse en la sociedad con sus parámetros que son los relativos a la constante expansión, al individualismo, la ganancia, el éxito en la competencia, el predominio del lucro sin contemplar sus consecuencias. El mercado tiene el potencial de conspirar contra la cooperación, la colaboración y la solidaridad. De ahí el papel decisivo de la política, la ideología, la educación, la cultura socialista, la planificación nacional, el ordenamiento jurídico y la sistemática reconstrucción del consenso.
Hoy en día la planificación integral, articulada y balanceada intencionalmente, respaldada por las normativas constitucionales, que persigue regular los efectos distópicos del mercado, hay que verla no simplemente como “ley” del socialismo, sino como instrumento imprescindible para enfrentar la brutal asimetría que viene de la mano de las desproporciones en el desarrollo tecnológico y el poder financiero de las transnacionales y el armado de influencias de los países capitalistas más desarrollados.
Habría que ser demasiado ingenuo para suponer que los principios ideológicos son hoy supernumerarios frente a las necesidades de cambio en la sociedad cubana cuando precisamente es todo lo contrario, sin que ello suponga el absurdo de pensar que las soluciones vienen solo porque se proclamen los principios y las ideas y se abogue políticamente por ellos. Se trata de su papel efectivo en la orientación de las acciones y la aplicación de las políticas y medidas concretas en el terreno económico.

¿Qué significa estar o no de acuerdo con que el mercado se subordine a la sociedad?

En el debate acerca de la relación Estado – mercado, siempre he pensado que en la perspectiva histórica el Estado deberá desaparecer junto con el mercado, visto el “Estado” no solo como superestructura estatal de un país, sino en un plano más particular, como ente regulador. En otras palabras, mientras haya mercado, será necesaria una entidad encargada de arbitrar sobre la base de las normas consensuadas las relaciones entre las personas, grupos sociales, emprendimientos, regiones, países, etc.
Y no es posible estar con dios y con el diablo: o se piensa la evolución de la sociedad cubana desde su control sobre el mercado o se piensa desde el mercado. Y este posicionamiento es fundamental en particular en un momento en que es indispensable dar mayor espacio a las relaciones mercantiles.
Estado y mercado existirán en una relación contradictoria y de mutua dependencia. No es, obviamente, una relación que existe aislada de la interdependencia de la sociedad y la naturaleza, sino en un sistema solo divisible en la abstracción. Y como cualquier otro fenómeno social, influyen en esa relación un sinnúmero de variables, que son a su vez resultados de la interacción de otras. Sin embargo, el factor que puede influir en la dirección consecuente de su desarrollo es aquel en capacidad de una acción consciente reguladora.
El esclarecimiento del significado del papel de ambos componentes de esta relación interdependiente resulta entonces esencial y debe ser pensado no solo en un plano general, estratégico, sino en cada coyuntura y en cada línea de acción. Siempre habrá que preguntarse ¿hasta dónde se llega con tal o mas cual acción, programa, política, cuáles pueden ser sus consecuencias a largo plazo?
El mercado tiene sus leyes, son de sobra conocidas. Intentar su regulación en función de direccionarlo es algo que no se puede hacer esperando buenos resultados sin la participación de los actores económicos. Solo cuando las políticas y las acciones son aceptables, lo que significa aceptables para los actores económicos, es posible aprovechar el lado positivo de las relaciones mercantiles y mantener anulado o muy debilitado su lado negativo.
Los actores económicos en este caso se ven en sentido amplio. Se trata no solo de los centros de producción de bienes y servicios, las empresas, las fábricas, los talleres, las instituciones financieras, el Estado, el Gobierno, etc., sino también de la población en general en el plano de sus diferentes papeles en la división social del trabajo.
De ahí que el principio de la articulación eficiente de las actividades socioeconómica, organizativa, jurídica normativa y política ideológica en la construcción social de orientación socialista revele su total vigencia en el proceso de subordinación del mercado a la sociedad.
Ejercer la acción consciente procurando la subordinación del mercado a la sociedad requiere obligatoriamente la participación consciente del pueblo trabajador, de ahí que la principal función social e ideopolítica del partido y el Estado cubanos debe ser la del empoderamiento creciente de la sociedad en la cosa pública, en particular en la actividad económica. Mientras funcione más fluidamente el metabolismo socioeconómico del país como resultado de sus propios requerimientos, menores serán los peligros del burocratismo.
El ejercicio de subordinar el mercado a la sociedad tendrá éxito en la medida en que sea el resultado del máximo involucramiento del la ciudadanía en el proceso. Y esto incumbe a las leyes, normativas, formas organizativas, distribución del producto social, la educación, la formación, la orientación de la demanda, la calidad de la oferta. Un empoderamiento que contemple a todos los niveles la participación en las decisiones y el control social.
Por ello, las ideas que la sociedad cubana necesita hay que pensarlas no solo desde la economía, si bien es una disciplina indispensable, sino con un enfoque integral, multidisciplinario. La etapa en la que con una sola disciplina científica se daban explicaciones últimas a los fenómenos quedó atrás desde que se abrieron paso en las ciencias sociales los enfoques multi, inter y transdisciplinarios y se desarrolló la teoría de la complejidad.

El sentido de la estrategia

Es el de aprovechar al máximo el lado positivo de las relaciones mercantiles y disminuir, controlar, evitar el lado negativo, mientras aprendemos colectivamente esa convivencia contradictoria y reafirmamos los valores socialistas de la revolución cubana. No es simplemente el crecimiento y el consumo, por más que es imprescindible y hoy urgente crecer y mejorar el consumo de bienes y servicios de la población en general; el sentido de la estrategia es lograr una sociedad próspera y sostenible con un concepto de bienestar que no de entrada al consumismo, al individualismo y al egoísmo, al afán de lucro, a la inequidad, al incremento exponencial de la desigualdad, a la manipulación indiscriminada de la naturaleza y del medio ambiente. La prosperidad y el bienestar para todos como derecho y responsabilidad de todos.
Por eso es importante tener en cuenta que el incentivo para la creatividad, la eficiencia y el incremento de la producción no puede ser únicamente el resultado económico que cada quien logre individual y colectivamente, ya sea en una entidad productiva propiedad de todo el pueblo o en un emprendimiento privado. Hay que poner la vista primero que todo en la sociedad para la cual se trabaja.
Hemos bregado la mayor parte de nuestra historia republicana con las banderas socialistas de la solidaridad y del bien común. Nuestra constitución ha codificado esos valores y constituye junto con la ideología socialista de la revolución cubana el escudo y la espada de la nación para afrontar el desafío del mercado, preservando la independencia y la soberanía nacional.

Darío Machado Rodríguez

Comprometidos con el sagrado deber de salvar vidas

En el discurso pronunciado en el acto de constitución del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias “Henry Reeve”, el 19 de septiembre de 2005, el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, expresó:
«Parecerían presuntuosas estas palabras si no se pudiera calificar hoy a nuestra Patria con toda justicia como el país que más ha hecho en el mundo para compartir con otros pueblos sus conocimientos y experiencias médicas.
Ni una sola vez, a lo largo de su abnegada historia revolucionaria, nuestro pueblo dejó de ofrecer su ayuda médica solidaria en caso de catástrofes a otros pueblos que la requirieran, sin importar cuán abismales eran las diferencias ideológicas y políticas, o las graves ofensas recibidas de los gobiernos de cualquier país».
Hoy, 15 años más tarde, nuestros valerosos guerrilleros heroicos se empinan, y con un espíritu de combate y una fortaleza de Titanes de Bronce, enfrentan la Covid-19 en numerosos países.
Lo hacen en medio de un mundo revuelto por la mortal pandemia que arrebata infinitas vidas a la humanidad, y cuando gobiernos despiadados han volcado toda su furia contra los galenos cubanos con increíbles injurias y mentiras, tratando de desacreditar toda la maravillosa obra humana que este ejército pacífico de batas blancas desarrolla en todos los rincones del planeta.
Siguen el legado de nuestro eterno Comandante, conscientes que, como el bien dijera: “…cada persona y cada pueblo tiene derecho a una vida sana y a disfrutar el privilegio de una existencia prolongada y útil».
Desde el inicio de la pandemia, la Brigada Médica Cubana (BMC) en Gambia, que brinda sus servicios en esta nación africana por más de 20 años, comenzó sus entrenamientos y cursos de actualización para diagnosticar y asistir a los pacientes contagiados con la Covid-19.
A lo largo de este proceso se han preparado en los tratamientos y protocolos actualizados, han enriquecido sus conocimientos epidemiológicos y de bioseguridad, además de mostrar su disposición para trasladarse a cualquier punto donde se les necesite, brindar servicios eficientes y una atención adecuada.
Los especialistas en Medicina Intensiva Dr. Darwin Padrón y la Dra. Yurina Lara, así como el especialista en Medicina Interna, Dr. Marcos Antonio Sastre Acevedo, han estado a cargo de estos entrenamientos no solo para los galenos y enfermeras cubanos, sino también para los colegas gambianos.
Los profesionales de la salud de la isla caribeña brindan asistencia médica y también comparten sus conocimientos, que es parte de su altruismo y solidaridad con los pueblos.
En estos momentos en que África sufre la pandemia, como toda la humanidad, los miembros de la BMC Gambia están en la línea roja y como dijera nuestro siempre Fidel: “…Nuestros conceptos sobre la condición humana de otros pueblos y el deber de la hermandad y la solidaridad jamás fueron ni serán traicionados. Decenas de miles de médicos y profesionales de la salud cubanos esparcidos por el mundo son testimonio irrebatible de lo que afirmo. Para ellos no existirán jamás barreras idiomáticas, sacrificio, peligros u obstáculos».
Para los miembros de la BMC Gambia no hay obstáculos, ni sacrificios que les impida luchar contra la Covid-19, y derrotarla definitivamente. Mantendrán sus principios porque ellos lo demuestran en cada actitud, en cada conducta, en el valor de la conciencia, en el amor por la profesión que ejercen, y en la ética que les permite derrotar a la muerte y ofrecer vida.
Sí tienen respuestas positivas para las tragedias de la humanidad, y no descansarán jamás hasta demostrar que un mundo mejor es posible para todos.
Comprometidos con el sagrado deber de salvar vidas, la BMC Gambia es continuidad de las ideas de Fidel, de su siempre certero pensamiento que hoy está más vivo que nunca en cada uno de estos valientes soldados uniformados de blanco con unos corazones inmensos, llenos de altruismo y solidaridad.
No hay forma de olvidarte Comandante porque vives eternamente.

María Inés Álvarez Garay. Colaboradora y profesora de la BMC en Gambia.

sábado, 29 de agosto de 2020

TikTok, Big Data y 5G: la tecnología detrás de la disputa entre Estados Unidos y China




¿Qué pasó con la promesa de democratización que muchos asociaron al desarrollo de Internet? Algunos auguran hace años el fin del trabajo, un escenario donde la robótica reemplazaría el trabajo humano. ¿Estamos en ese camino?
Las empresas tecnológicas, la relación con el Estado, la competencia de Estados Unidos y China por el 5G, TikTok , inteligencia artificial y el fin del trabajo. De todo esto vamos a hablar en este nuevo programa de Claves Internacionales. Entrevistamos a:
Natalia Zuazo, politóloga y periodista especializada en comunicación política digital, redes y tecnologías y a Paula Bach, economista, columnista de La Izquierda Diario y miembro del staff de la revista Ideas de Izquierda.

La redolarización parcial: una mirada desde el mediano plazo

Por Para cualquier economía, sobre todo en el contexto de globalización actual, es un requerimiento lograr el equilibrio de sus finanzas externas como premisa fundamental para garantizar la sostenibilidad de los equilibrios macroeconómicos y, con ello, propiciar un ambiente microeconómico favorable para alcanzar las metas de desarrollo propuestas.
El caso de la economía cubana no es la excepción; el objetivo de garantizar la disponibilidad de divisas necesaria para satisfacer las demandas de los objetivos de corto, mediano y largo plazo de nuestra estrategia de desarrollo es fundamental. Nótese que me refiero al concepto de disponibilidad de divisas y no al incremento per se de los ingresos en divisas; la intención es inducir un enfoque más abarcador e integral, sobre todo a la hora de pensar y diseñar una estrategia de desarrollo económico, político y social.
La disponibilidad de divisas incluye, por un lado, a los ingresos derivados de las exportaciones, de la inversión extranjera y de las diversas modalidades de financiamientos externos; por el otro, contempla a los egresos, es decir, los gastos por importaciones y los pagos de los compromisos financieros adquiridos a partir de endeudamientos de periodos anteriores.
La estrategia dirigida a incrementar la disponibilidad de divisas es sostenible y coherente desde la perspectiva del desarrollo, si los ingresos en divisas impactan de manera positiva en la disminución relativa de los egresos y se genera una interrelación proactiva entre ambos.
Esto quiere decir: a) que los sectores exportadores arrastren y contagien con su dinamismo al resto de los actores económicos; b) que la inversión extranjera contribuya a la transformación estructural de la economía y no a consolidar y perpetuar las deformaciones que se quieren modificar; y c) que los financiamientos externos garanticen sostenibilidad y holgura financiera futura a partir de propiciar procesos inversionistas y productivos eficientes y efectivos.
No basta con la convocatoria a reforzar la vocación exportadora y desterrar la mentalidad importadora; deben implementarse las transformaciones estructurales que propicien que los diseños operativos para el funcionamiento y la gestión del modelo económico garanticen la coherencia entre las señales e incentivos que estos generan y los propósitos de tales convocatorias.
Es esencial que el fundamento de la estrategia de transformación estructural y desarrollo mantenga un enfoque integrador que contemple a la economía nacional como un sistema único de interrelaciones productivas. Este enfoque y su consolidación generarían, en el mediano plazo, un círculo virtuoso con aportes muy importantes para la estimulación de las fuerzas productivas y la consolidación de encadenamientos generadores de una mayor integración del tejido productivo nacional que propicie una inserción internacional sostenible desde el punto de vista político, social, económico y medioambiental.
La dolarización parcial de la economía, implementada a través de la dualidad monetaria, cambiaria, la sobrevaloración de la tasa oficial y los mecanismos de segmentación asociados, no apuntan hacia esa dirección, más bien trasforma este círculo virtuoso en uno vicioso.
La experiencia de las últimas tres décadas nos ha demostrado que sus aparentes beneficios de corto plazo no compensan sus costos en el mediano y largo plazo. El sistema económico dual implementado ha sido la causa fundamental de diversas y profundas distorsiones, que a pesar de intenciones consensuadas y grandes esfuerzos no hemos podido eliminar.
Tal situación es una de las cuestiones más negativas que hoy gravitan sobre la economía cubana, cuya persistencia impacta como un campo magnético que disloca la brújula utilizada para diseñar la secuencialidad e integralidad requeridas para encontrar un camino de implementación efectivo y ágil que permita concretar el proceso de trasformaciones demandado y consensuado para nuestro modelo económico.
Lo anterior se reconoce en el Informe Central al VII Congreso del PCC presentado por el primer secretario de su Comité Central, General de Ejército, Raúl Castro Ruz, cuando afirmaba que:
«la muestra más elocuente de la complejidad del proceso de implementación radica en la dualidad monetaria y cambiaria (…) aunque no representa la solución mágica a las distorsiones estructurales de la economía, [la unificación monetaria] significará un impulso fundamental para avanzar en el resto de las tareas de la actualización de nuestro modelo económico».
El pasado 16 de julio, siguiendo esta misma línea, el presidente de la nación, Miguel Díaz-Canel manifestaba:
«…cuando la implementemos —refiriéndose a la unificación monetaria— se eliminará casi la totalidad de las trabas que hoy tenemos para el desarrollo de las fuerzas productivas».
Sin embargo, dentro de las medidas anunciadas con mayor definición para su implementación, precisamente el pasado 16 de julio, se destacan aquellas que profundizan el proceso de redolarización parcial de la economía iniciado en el mes de noviembre del pasado año. Estas son: la ampliación de las ventas minoristas en dólares, la creación de mercados mayoristas en esa moneda, la proliferación de cadenas productivas «hechas a mano» y que se fundamentan en lo que se conoce como esquemas cerrados de divisas, acceso directo a la exportación e importación de las formas no estatales siempre y cuando operen con divisas propias, el resurgimiento y consolidación de Finatur como entidad financiera bancaria cuyo propósito es realizar préstamos en dólares con el objetivo de cerrar ciclos productivos, la creación de espacios monetarios especiales para la inversión extrajera y, en particular, para la Zona Especial de Desarrollo y aquellas entidades que se relacionen con estas; entre otras.
La profundización de la segmentación monetaria y cambiaria en los procesos productivos y de gestión, conspira contra el enfoque sistémico del modelo, contribuye a la proliferación de los marcos paralelos de gestión y, con ello, a la diversidad de estancos y de reglas discrecionales, profundizando la diferenciación entre formas de gestión y formas de propiedad. Lo anterior imposibilita el uso y desarrollo de los instrumentos indirectos de regulación económica, y no permite la necesaria corrección del concepto de planificación financiera. Ya hemos señalado en ocasiones anteriores la interrelación existente entre los componentes del sistema de dirección; la planificación no puede estar desconectada de la regulación, la gestión y el control.
Se mantiene el reconocimiento de que el marco de gestión general no es conveniente, pero se posterga su transformación, lo que propicia que la mayor parte de la propiedad social y con ello los medios fundamentales de producción a ella asociados se gestionen dentro de condiciones desfavorables.
No avanzar, más bien retroceder, en el proceso de ordenamiento del entorno monetario cubano no permite la restauración del contenido económico de las categorías monetarias y financieras, mantiene y profundiza la operatoria disfuncional del mercado, distorsiona los incentivos y señales provenientes de este que sirven de referencia para la toma de decisiones microeconómicas y que, a su vez, permiten su adecuada regulación desde la perspectiva macroeconómica. En tales condiciones, la reclamada autonomía empresarial no será efectiva, avanzar hacia la descentralización es una aventura riesgosa y resulta muy difícil concretar la aspiración de sustraerle a la planificación el proceso de asignación centralizada de recursos.
Un sistema de incentivos coherente es fundamental para motivar la participación activa e innovadora de la fuerza de trabajo, es decir, para eliminar las trabas que hoy enfrentan las fuerzas productivas.
Desde esta perspectiva, la dolarización parcial es incluso más negativa que la dolarización total; la primera erosiona la funcionalidad de la moneda nacional como equivalente universal, creando dificultades y muchas veces impidiendo el surgimiento natural de los encadenamientos productivos necesarios para potenciar a la demanda interna como elemento dinamizador de la actividad económica nacional.
Por un problema de principios no podemos optar por la dolarización total; la opción es fortalecer a nuestra moneda nacional, proporcionarle mayor poder adquisitivo e incrementar la capacidad de compra de los diversos actores económicos, sin que ello constituya por definición una fuente generadora de desequilibrio para la economía.
Transformar sin resolver una cuestión transversal como el ordenamiento de nuestro entorno monetario le restaría sostenibilidad a todo lo que se haga. La implementación de la unificación monetaria y cambiaria modificaría muchos de los parámetros y reglas de la economía, y con ello el impacto y alcance de las medidas diseñadas e implementadas en las condiciones actuales, que son las atípicas. Los marcos paralelos de gestión en los que se fundamentan las nuevas medidas deberán desmontarse para dar paso al nuevo marco general que restablezca y consolide el enfoque sistémico de la operatoria económica de la nación.
Si no se resuelve la distorsión asociada a la dualidad cambiaria, y la exagerada sobrevaluación de la tasa oficial, no se garantizará la efectividad desde una perspectiva integral del resto de las medidas, incluso del paquete en su conjunto.
Dentro de este proceso de redolarización parcial la mayor atención ha recaído en la reaparición y gradual ampliación de una franja del comercio minorista que opera en divisas. Es natural, está vinculado en forma directa a la vida cotidiana de la población, en medio de la situación excepcional que atravesamos.
En este marco, su inmediata implementación responde al objetivo de recaudar divisas, lo cual es necesario y válido en cualquier situación; la excepcionalidad del momento lo hace más necesario y urgente.
No obstante, una vez más resulta conveniente para el análisis diferenciar entre el objetivo que se persigue con una medida y la manera en que se implementa, recordando aquello que reza que no siempre el fin justifica los medios. Es decir, en la actual coyuntura recaudar divisas es una necesidad; sin embargo, recurrir a la redolarización parcial para lograrlo no es lo más aconsejable.
Cabría preguntarse qué factor es el que en realidad estimula un incremento de la entrada de divisas y a su vez garantiza una efectiva y eficaz recaudación por parte de las autoridades gubernamentales: la moneda en que se precien los bienes y servicios ofertados, en este caso de gama alta, o su incremento y diversificación garantizando sostenibilidad y adecuación a las expectativas de consumo de los individuos y los procesos de reproducción ampliada de los negocios privados.
Estoy convencido que es lo segundo, entonces, por qué preciar en dólares y no en moneda nacional sería la pregunta clave.
Para cualquier variante —preciar en dólares o en moneda nacional—, es fundamental que los niveles de precios que se establezcan, al tiempo que estimulen la recaudación de divisas —discriminar el segmento de consumidores a favor de los tenedores de divisas—, sean competitivos respecto a los mercados de países cercanos. Esto tributaría al objetivo de desestimular las salidas de las remesas y las conocidas importaciones personales que movilizan a la segunda economía, aunque por el momento, debido a los efectos de la pandemia, existen barreras temporales que impiden la interconexión de estos mercados internacionales con el doméstico.
Es conveniente recordar que no siempre con precios unitarios más elevados se logran ingresos totales mayores. Lo importante es lograr el precio de equilibrio que optimice las posibilidades de recaudación de divisas.
Para lograr el objetivo de una mayor recaudación de divisas es posible utilizar, en cualquiera de las dos variantes, una combinación de precios y tipo de cambio. Por lo pronto, en la variante implementada —preciar en dólares—, se ha optado por retirarle la convertibilidad interna a la moneda nacional, lo que equivale a establecer un tipo de cambio en extremo alto, es decir, establecer un precio para la compra de dólares inaccesible. En la variante de preciar en pesos convertibles, el tipo de cambio a utilizar sería el que relaciona al peso convertible con el peso cubano.
No obstante, mover los tipos de cambios debería considerarse como una medida de última instancia.
Establecer los precios de las nuevas ofertas de bienes y servicios en pesos convertibles propiciaría que la moneda demandada sea la nacional, lo que evitaría su depreciación en los mercados informales. Se crearía un escenario donde se incrementa la oferta de dólares en busca de la moneda nacional para acceder a las nuevas ofertas de bienes y servicios, lo que fortalecería las funciones de medio de pago y unidad de cuenta de la moneda nacional.
Preciar en dólares, lo que se hizo, incrementó la demanda de dólares, en momentos donde hay una contracción de su oferta, trayendo como resultado la apreciación de la divisa frente a la moneda nacional en los mercados informales.
Si la opción hubiera sido preciar en la moneda nacional, se mantendría e incluso se reforzaría el equilibrio logrado en el mercado monetario de la población durante más de veinte años.
Aunque algunos o muchos lo duden ha existido un equilibrio y, además, el funcionamiento de ese mercado ha sido una evidencia de que con buenas prácticas, los mercados en el socialismo se pueden regular e intervenir desde el gobierno en función de sus intereses.
Tal afirmación se basa en las siguientes evidencias: mantenimiento de una tasa de cambio fijo por muchos años, esa tasa de cambio ha sido la referencia para la operatoria del mercado informal, y los ahorros de la población se concentran en las monedas nacionales, sobre todo cuando estos se hacen a plazo fijo —lo cual refleja confianza—, cuestión que en términos de dinero no se logra por decreto. Esto no es cualquier cosa. Todo lo anterior fue posible a pesar de coexistir en un entorno donde la política de precios diseñada para las TRD fomentó la posibilidad de arbitraje a partir de las llamadas importaciones personales.
Haber preciado en dólares ha roto este equilibrio: la moneda nacional se ha devaluado, se le ha tenido que limitar su convertibilidad, todo lo cual no solo restringió su funcionalidad como medio de pago —ya no es válida en todo el segmento minorista nacional— sino que también provocó el deterioro de sus capacidades como unidad de cuenta y reserva de valor.
Muchos pensarán que al preciar en moneda nacional se le daría acceso a una demanda efectiva no respaldada en divisas, lo cual operaría en detrimento de la recaudación en dólares, objetivo de la medida, y generaría costos financieros adicionales para el país. Es posible que desde un enfoque muy pragmático y de corto plazo así sea; pero la economía y la política no son cuestión de corto plazo.
No se puede olvidar que la moneda nacional está respaldada por trabajo pretérito, presente y por el estímulo que sea capaz de generar en el trabajo futuro; y también por divisas que entraron y se recaudaron en su momento. Desde esta perspectiva más que un costo sería una inversión. El dinero emitido por el Estado es un pasivo de este, es decir, un compromiso; por tanto, la preservación de su poder adquisitivo es uno de los objetivos fundamentales que debe encauzar las políticas públicas, sobre todo en el socialismo.
Otro factor a considerar es que los altos precios de esas ofertas de bienes y servicios de gama alta o el bajo poder adquisitivo de los salarios para operar en estos mercados, limitarían el mencionado costo adicional, es decir, el monto de la inversión destinada al incremento y diversificación de la oferta. Dicho monto se reduciría aún más con el gradual incremento de las ofertas de productos de primera necesidad o gama económica en los mercados que hoy operan en moneda nacional, uno de los objetivos redistributivos de la medida.
Cifrar la meta en los mercados donde acude la mayor parte de la población da valor y estimula al trabajo que, como se ha repetido en muchas ocasiones, es la verdadera fuente que nos asegurará desarrollo, soberanía y prosperidad, cuestiones básicas para la sostenibilidad de nuestro socialismo, lo que se corresponde con la prédica martiana cuando afirmaba:
«solo perdura y es para bien, la riqueza que se crea, y la libertad que se conquista con las propias manos».
El enfoque de preciar en la moneda nacional está mucho más alineado con los objetivos recogidos en los documentos rectores en relación con avanzar en el ordenamiento monetario como objetivo general, y lograr la unificación monetaria y cambiaria como objetivo específico.
Nada de lo dicho con anterioridad se contrapone al uso de las tarjetas y a la profundización del proceso de bancarización de las finanzas de la población. Incluso, la operatoria cambiaria y de recaudación de divisas se realizaría por instituciones bancarias y financieras, especializadas en estas actividades por naturaleza propia, y el Banco Central de Cuba ejercería las funciones que le corresponden como organismo rector de la política monetaria y cambiaria del país.
En el diseño implementado todo pasa por un grupo empresarial cuyas funciones y objetivos no garantizan que el proceso sea conceptualizado con una perspectiva macroeconómica de alcance integral y coherente.
En tal sentido, el diseño basado en establecer los precios en moneda nacional también estaría más acorde con el proceso de institucionalización necesario para la trasformación de nuestro sistema de dirección y con las reformas de carácter estructural requeridas para la actualización del modelo económico, fomentando la adecuada distinción entre las funciones empresariales y las que se corresponden con el objeto social de los Organismos de la Administración Central del Estado.
En relación con las ilegalidades, al menos se mitigarían aquellas que son incentivadas por la presencia de un dólar revalorizado en los mercados informales. El resto de las ilegalidades, derivadas de otras distorsiones económicas, deben combatirse en el corto plazo con medidas organizativas, la participación popular exaltando los valores éticos que deben caracterizar a nuestra sociedad, así como con el enfrentamiento decidido y resuelto de las autoridades, de acuerdo con lo establecido en la ley.
En el mediano y largo plazos tiene que concretarse el incremento efectivo de la oferta a partir del aumento de la productividad del trabajo, lo que constituye la solución definitiva que aportará la sostenibilidad necesaria para validar los resultados que se pretenden alcanzar en esta dirección.
El incremento de la oferta a través del aumento de la recaudación de divisas y los mecanismos redistributivos que la multipliquen y permitan extenderla hacia los mercados de bienes de primera necesidad y de línea económica, también brindará una importante contribución, pero lo fundamental debe provenir de nuestra capacidad productiva, para lo cual la dolarización parcial es un obstáculo en el mediano y largo plazos.
La coyuntura es de escasez y restricciones, no solo en Cuba, sino a escala mundial, al margen de los modelos económicos prevalecientes en cada caso específico. A diferencia de otras latitudes, en nuestro país optamos por métodos menos economicistas para enfrentar la escasez en el corto plazo; no apelamos a ajustes vía precios, y sí a repartir lo que tenemos entre todos de la manera más equitativa posible. Esta opción requiere de mecanismos redistributivos cada vez más eficientes y efectivos y de equilibrios sociales fundamentados en la unidad, la solidaridad y la cooperación.
Por supuesto, esta opción de repartir entre todos lo que tenemos no deja de ser un reto que exige de mucha innovación para alcanzar los objetivos propuestos, pero vale la pena aceptarlo, a sabiendas de que el esfuerzo que demanda este empeño exige la participación de todos.
No vale mirar los toros desde la barrera y muchos menos utilizar la teoría para manipular realidades muy concretas.
Estas cuestiones son poco ortodoxas para aquellos que difunden, comparten y absolutizan enfoques economicistas, que no sitúan al ser humano y a la sociedad en el lugar que les corresponde y, en consecuencia, no reconocen que la fortaleza de una nación más que en sus riquezas materiales, estriba en la solidez de sus valores éticos.
Lo anterior no significa desconocer nuestra deuda con la productividad del trabajo y mucho menos subestima la importancia de cancelarla con la mayor celeridad posible. En este sentido, apostar por las monedas nacionales también es lo más conveniente.
Advierto que, para valorar en forma adecuada nuestras escaseces y restricciones, de vez en cuando debemos mirar más allá de nuestra frontera y reflexionar sobre lo que sucede en otros lares. Vale recordar que, por lo general, nadie aprecia en su justa medida lo que tiene hasta que lo pierde. Seguro estoy que esa mirada nos compulsaría a actuar con mayor celeridad en la concreción de las transformaciones estructurales económicas, políticas y sociales consensuadas y a defender lo conquistado con mayor compromiso.
En una ocasión escuché a Eusebio Leal afirmar que «el reto de Cuba es buscar el camino que no existe y salir adelante».
Mientras hacia los apuntes para este artículo, lastimosamente en ocasión de su fallecimiento volví a oír esta frase en la retransmisión de una entrevista que le realizara la agencia informativa Russia Today. Reflexionemos todos sobre el alcance, profundidad y vigencia de estas palabras y tratemos de llevarlas a la práctica.
Alrededor de la decisión de crear y ampliar un segmento del mercado minorista para consumidores de altos ingresos, que por decisión opere en divisas, se ha desatado una fuerte polémica sobre el surgimiento y profundización de las desigualdades en nuestra sociedad.
Está claro que la decisión no es la causa de origen, pero sí favorece la manifestación más clara de las desigualdades.
Lo anterior puede traducirse en una ventaja, ya que permite diseñar mecanismos de recaudación más efectivos y procesos redistributivos que permitan la implementación de medidas compensatorias más adecuadas a la heterogeneidad que distingue al tejido social de la sociedad cubana contemporánea.
Contribuye a la polémica, entre otras razones, el hecho de que buena parte del surtido de la oferta en divisas se corresponde con lo que antes se comercializaba en pesos convertibles en las cadenas de tiendas de CIMEX y TRD, incluso con productos considerados por la población como de línea económica o primera necesidad; y el desabastecimiento en los mercados que ahora operan en moneda nacional. En adición, la decisión también implica una segmentación en cuanto a logística y condiciones de infraestructura, quedando asociadas las menos funcionales a las monedas nacionales.
También es cierto que en el debate actual sobre la realidad cubana, este ha sido de los temas más manipulados con el objetivo de crear descontento popular y restar base de apoyo al proceso revolucionario en la coyuntura económica, política y social que vive el país; de ahí la importancia de su abordaje no solo desde posiciones económicas, sino también políticas, sin ingenuidad y con compromiso.
Una de las causas fundamentales que origina tales desigualdades está muy relacionada con el bajo poder adquisitivo de la mayoría de los salarios del sector estatal, en comparación con el poder adquisitivo que ostentan los flujos financieros asociados a las remesas y los ingresos que se reciben en el sector no estatal de la economía, donde también existen sus desigualdades en dependencia del rol que se desempeñe. Cabe apuntar que en el sector estatal laboran las dos terceras partes de los ocupados en la economía, y su funcionamiento demanda como regla general la fuerza de trabajo más competente y calificada. Con esta situación convivimos por más de veinte años y no la hemos resuelto.
Estas desigualdades sociales no pueden ser subestimadas, mucho menos explicadas y justificadas a partir del manejo de los conceptos de igualdad y equidad consensuados en los documentos rectores.
Los ingresos vinculados a las remesas no provienen exactamente del trabajo creador forjado con nuestras manos, y el mayor poder adquisitivo de los ingresos del sector no estatal no se debe por lo general a una mayor aportación de trabajo, sino a las distorsiones presentes en nuestro sistema económico, y en particular en su entorno monetario.
Desde una mirada rápida, podría sugerirse como solución radical volver a la etapa donde las remesas estaban prohibidas, y eliminar el sector no estatal. En estos tiempos la mayoría de los cubanos, incluso cada uno con sus matices, reconocería que tal solución constituiría un colosal absurdo.
No podemos renunciar a los flujos de remesas por cuestiones económicas y humanas. Los que estudian el tema aseguran que los recursos financieros que se mueven por esa vía superan los 3.000 millones de dólares al año. La práctica ha demostrado que las prohibiciones en este campo son inefectivas y promueven las ilegalidades. Detrás de esos flujos monetarios hay expresiones afectivas, y lazos familiares que tampoco pueden ser desconocidos.
La opción es estimular estos flujos de divisas y diseñar los mecanismos que permitan, de manera eficiente y efectiva, su recaudación e incorporación a los procesos redistributivos enfocados a garantizar la reproducción socialista de nuestro modelo económico.
El sector no estatal está llamado a jugar un papel importante en la trasformación de nuestro modelo económico y en la estrategia encaminada a destrabar nuestras fuerzas productivas con el objetivo de acelerar y concretar nuestras aspiraciones de desarrollo. Más que eliminarlo y restringirlo, debemos institucionalizarlo, creando las condiciones que permitan mitigar aquellas situaciones que favorecen la precariedad, discriminación e inseguridad laboral y en consecuencia potencian la explotación del hombre por el hombre.
El problema a resolver es el bajo poder adquisitivo de los salarios que se pagan en el sector estatal. El camino para encontrar la posible solución y en el que debemos concentrar nuestros esfuerzos es la aceleración y profundización de las reformas estructurales concebidas en el proceso de actualización, garantizando la secuencialidad e integralidad idónea.
La dolarización parcial tampoco es la causa que origina las desigualdades sociales que tanto irritan a nuestra población, pero sí las consolida y profundiza; representa un obstáculo que frena o esteriliza los esfuerzos que se realizan para mitigarlas y crear las condiciones que posibiliten que las desigualdades o diferencias sociales estén fundamentadas por la cantidad y calidad de trabajo aportado a la sociedad.
En tal sentido, en el Informe Central al VII Congreso del PCC, presentado por el primer secretario de su Comité Central, General de Ejército Raúl Castro Ruz, se afirmaba: «El ordenamiento monetario del país facilitará crear las condiciones requeridas para superar los nocivos efectos del igualitarismo y hacer realidad el principio socialista que expresa `de cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo´. Con ello será posible rectificar el fenómeno de la llamada `pirámide invertida´ que no permite retribuir de manera justa el trabajo en función de su cantidad, calidad y complejidad y que el nivel de vida se corresponda con los ingresos legales de los ciudadanos, generando desmotivación de la fuerza laboral y también en los cuadros, lo cual desestimula su promoción a mayores responsabilidades.»
Es evidente que apelar a la redolarización parcial de nuestro economía —y aquí ya no solo me refiero a su circuito minorista— y a los mecanismos que la conforman: segmentación, diversidad monetaria y cambiaria, mantenimiento de la sobrevaloración de la tasa de cambio oficial y proliferación de marcos o entornos paralelos con mecanismos de gestión diferenciado, apunta en dirección opuesta a lo consensuado en los documentos rectores.
Este giro inesperado cuando resta menos de un año para que venza el plazo fijado por los lineamientos vigentes hasta 2021, donde se estableció como prioridad «concluir el proceso de unificación monetaria y cambiaria», demanda de una mayor argumentación en cuanto a su necesidad, temporalidad y posibilidades e impactos de su reversibilidad.

Carlos Pérez Soto | 29/08/2020
La Tizza

jueves, 27 de agosto de 2020

¿EE.UU. bajo amenaza de default?




El precio del oro, a nivel récord.

En el último período, ha aumentado progresivamente la preocupación por la estabilidad del dólar estadounidense. El gigantesco rescate en medio del actual colapso económico ha echado más leña al fuego de la deuda que se acerca a los niveles récord. Ya antes del estallido de la pandemia, el endeudamiento superaba el 100 % del PBI. El cálculo ahora es que se iría al 130%.
La agencia de calificación Fitch ha puesto en tela de juicio la solvencia crediticia norteamericana. Aunque mantiene su calificación AAA, la más alta, la agencia ha empezado a abrir el paraguas pasando de «estable» a «negativa » la evolución que se viene registrando en las finanzas del país.
El salvataje multimillonario de corporaciones y bancos, en el marco de la depresión mundial que enfrentamos, ha terminado agravando el agujero fiscal. EE.UU. viene arrastrando déficits gemelos: tanto en sus cuentas fiscales como en la balanza comercial, mucho más elevados comparativamente, incluso, que países vulnerables de la periferia. Esto ha podido ser contrarrestado por el hecho de tratarse de la primera potencia capitalista y por tener el privilegio de que el dólar es la principal moneda reconocida como medio de pago internacional y reserva de valor. Un déficit de estas dimensiones viene siendo financiado a través de endeudamiento, por un lado, y una emisión sin precedentes, por el otro. Ambos recursos, que se retroalimentan entre sí, no pueden, sin embargo, sostenerse indefinidamente, son una verdadera bomba de tiempo.

Derrumbe del dólar

La enorme emisión ha terminado por provocar una desvalorización del dólar por referencia a otras monedas, como el euro o el yen. Es cierto que los grandes bloques y potencias capitalistas también han apelado a la emisión pero ninguna lo ha hecho en la amplitud de la norteamericana. Esta expansión monetaria es la que está en la base en el aumento del oro que ha llegado a su precio más alto de su historia, orillando los 2.000 dólares., superando el pico que alcanzó en la crisis financiera de 2008. El oro está operando como un refugio de valor, cuestión que ocurre y es característica en las grandes crisis capitalistas a largo de la historia. En este caso, no es la excepción.
El Financial Times escribió que la caída del 5 por ciento de la moneda estadounidense durante el mes de julio «podría parecer modesta pero en el relativamente estable mercado de divisas eso cuenta como algo dramático». Añadió que un movimiento tan brusco «inevitablemente plantea cuestiones que van al corazón del sistema financiero mundial y el papel único que desempeña la moneda de los EE.UU.».
La depreciación del dólar fomenta el abandono de la divisa estadounidense y es un factor que socava las fuentes de financiamiento del Estado norteamericano. Ya antes del coronavirus una serie de bancos centrales venía desprendiéndose de sus reservas en títulos del tesoro estadounidense y sustituyéndolas por metales preciosos. Esta tendencia se ha acentuado en los últimos meses y empieza a extenderse a inversores privados, incluidos fondos institucionales, que buscan no estar tan expuestos en sus carteras al dólar. Con más razón, cuando los bonos del tesoro norteamericano están dando rendimientos negativos.
Este hecho trae como consecuencia que, cada vez más, el sostenimiento de la deuda norteamericana dependa de la Reserva Federal (FED), quien viene adquiriendo una proporción mayor de títulos del tesoro. Los activos financieros en poder de la FED ascienden en la actualidad a 7 billones de dólares cuando apenas representaban 1 billón en la crisis de 2008.
Uno de los grandes acreedores del gobierno de EE.UU., precisamente, es su propio Banco Central (la Reserva Federal), que tiene U$S 4,32 billones de deuda federal (ni más ni menos que 16,3% del total). Algo muy importante es que entre marzo y mayo la FED incrementó sus tenencias casi un 60%, sumando es 1,6 billones adicionales, con motivo del plan de estímulo monetario puesto en marcha.
Por otra parte, los fondos de seguridad social y fondos de pensión de empleados del gobierno tienen en su poder casi U$S 6 billones (22,4%) de la deuda del Tesoro de Estados Unidos. Aquí, los tenedores de la deuda de manera indirecta son los propios trabajadores y ciudadanos estadounidenses: los futuros jubilados.
Los acreedores extranjeros (en eso incluimos gobiernos, fondos institucionales e inversores privados) han ido perdiendo peso aunque todavía son tenedores de un cuarto de los bonos el tesoro. Guardando todas las distancias, estamos frente a un suerte de «kirchnerismo» en clave yanqui en la que el endeudamiento externo es sustituido por el endeudamiento interno y en la que las víctimas se repiten, como ocurrió en Argentina: el Banco Central y sistemas de pensión. Si nos atenemos a la experiencia recorrida en nuestro país, ya sabemos los resultados: un vaciamiento y quebranto de ambos.

Licuación de la deuda… y los salarios

Lo cierto es que EE.UU. está sentado en un tembladeral. Empiezan a surgir voces de advertencia en las filas de la burguesía de la necesidad de cerrar la canilla. Pero el ajuste que pregonan está dirigido hacia la asistencia social y a la necesidad de realizar reformas estructurales. Un blanco fundamental es el sistema jubilatorio, planteando que el mismo no es sustentable. Por lo pronto, se ha empezado por cancelar a partir del mes de agosto el suplemento que se otorga a quienes perdieron su trabajo y están sin ingresos a los cuales se les recortó el 66 % de los 600 dólares del beneficio semanal que venían recibiendo. Una vara muy distinta es la que impera para el salvataje de las empresas que pugnan por su sobrevivencia. Pero, de todos modos, asistimos a una depresión de una envergadura solo comparable con la crisis del ’30 y no hay subsidios que sean suficientes para evitar una ola de quiebras. Tomado de conjunto, estamos frente a un rescate inviable pero eso no es un impedimento para que se siga apelando a este expediente. En este marco, el rojo fiscal va a tender a ampliarse y su financiamiento va a obligar a un mayor endeudamiento y a ofrecer tasas de interés más elevadas para sostener esa rueda y neutralizar la desconfianza que generan los crecientes desequilibrios de las finanzas estatales. La tasa de interés va a tener que compensar la creciente depreciación del dólar y las tendencias inflacionarias que se irán abriendo paso como consecuencia de ese hecho. Ni que hablar que un aumento de las tasas de interés conspira con una perspectiva de reactivación de la economía y pone en jaque la existencia y continuidad de muchas empresas en serios aprietos financieros y que están altamente endeudadas
Estamos frente a una bola de nieve por lo que algunos analistas señalan que «la deuda del gobierno de EE.UU. es simplemente impagable» y advierten que el remedio será una gigantesca licuación: «el Tesoro va a pagar esos dólares pero valdrán menos… Esto no es muy distinto a no pagar la deuda: es pagarla con un billete que tendrá menos poder adquisitivo. Eso es lo que está haciendo EE.UU. hoy: está monetizando su deuda» (ámbito Financiero, 24-8).
En definitiva: quienes van a terminar pagando la deuda son en primer lugar los propios estadounidenses a través de una licuación del valor del dólar y un aumento de los precios y, por lo tanto, una reducción del poder adquisitivo de sus salarios que son pagados en esa moneda. Vamos a una confiscación de grandes proporciones pues a la pérdida de millones de empleos y recortes de los salarios nominales que ya están en marcha se une el despojo y licuación de ahorros, salarios y jubilaciones.
Pero la cuestión va más lejos pues un abandono masivo del dólar privaría al mundo de su principal medio de pago y reserva internacional. No hay ninguna divisa que podría, en la actualidad, sustituir al dólar en esa función y, por otra parte, todas las monedas vienen sufriendo también una pérdida de valor respecto al oro. La consecuencia de este derrumbe sería un descalabro de las relaciones comerciales y una fractura del sistema financiero internacional. La depresión actual plantea esta perspectiva y amenaza con completar el ciclo iniciado en el año 1971 con la inconvertibilidad del dólar dispuesta por Nixon. La bancarrota capitalista hace su trabajo implacable de topo y nos recuerda que es imposible sustraerse indefinidamente a la ley del valor. «… lo que atrae a los inversores al oro no es la fe en el oro en sí mismo, es mucho más la falta de fe en otras cosas —bancos centrales, gobiernos y, en particular, la falta de fe en la disponibilidad de rendimientos reales en otros lugares. El oro es lo contrario de eso…» sentenció el Financial Times.
En respuesta a la depresión mundial y sus consecuencias sobre el sistema monetario y financiero, el imperialismo yanqui viene intensificando los ataques contra los trabajadores en su país, lo cual echa más leña al fuego a un escenario ya caldeado por la imponente rebelión popular que sacude al país y que ha puesto en jaque al gobierno de Trump y al conjunto del sistema político norteamericano. Al mismo tiempo, EE.UU. adopta medidas cada vez más agresivas a nivel internacional, incluida la guerra, mientras trata de mantener su dominio mundial. Recientemente ha dado un paso más: EE.UU. se apresta a eliminar a las empresas chinas de las bolsas de valores. La guerra comercial, monetaria y tecnológica se le une a las represalias directas a empresas como ya le ocurrió a Huawei. La nueva ofensiva empalma con una decisión tomada por el principal fondo de jubilación del gobierno federal de los EE.UU. de desechar los planes de trasladar algunas de sus inversiones a empresas chinas.

Pablo Heller

miércoles, 26 de agosto de 2020

Bloqueo en la Red, estrategia imperial contra Cuba




La reciente inhabilitación por 24 horas de las cuentas de medios de comunicación cubanas en Google y Youtube confirman una sistemática política del Gobierno de los EE.UU de silenciar los mensajes de Cuba en momentos de máxima urgencia informativa; para lo que han contado con la colaboración perversa de los grandes emporios digitales. Esta vez aduciendo como pretexto las leyes del bloqueo.

martes, 25 de agosto de 2020

La política en Miami y su influencia en Cuba

En su libro, Miami. City of future, el periodista e historiador T.D. Allman afirma: “Fue solo gracias a un accidente de la historia, la Revolución cubana, que Miami adquirió las habilidades humanas y las condiciones hemisféricas necesarias para explotar sus ventajas naturales como la capital del Hemisferio Occidental al sur del río Grande y el Golfo de México”.
Para una ciudad que no rebasaba la condición de enclave turístico veraniego o refugio de jubilados del norte del país, con una población que apenas alcanzaba un millón de habitantes en 1959, convertirse en el epicentro de la guerra de Estados Unidos contra Cuba, tuvo repercusiones extraordinarias. Se transformó tanto su base económica y social, como las condiciones en que tendría lugar el ejercicio de la propia política local.
A partir de ese momento, el tema Cuba estará en el centro de las campañas políticas de la ciudad, incluso cuando la mayoría de los inmigrantes cubanos aún no estaban en capacidad de votar en las elecciones, la razón no era solo ideológica, sino la relación existente entre este asunto y los beneficios económicos y políticos asociados a estas posiciones. En el exótico escenario miamense devino un ritual en el que los políticos de todo el país se acercan a la ciudad para hacer votos de fe anticomunista y prometer el derrocamiento del régimen de Fidel Castro.
Las estructuras destinadas a la guerra contra Cuba, muchas de ellas creadas por la CIA, también acabaron puestas en función de influir en la política doméstica y se articuló una fuerza política que permitió a los cubanoamericanos el control de importantes espacios locales, así como catapultar a la extrema derecha a planos nacionales, formando parte de los sectores más conservadores del país. Así nació lo que Francisco Aruca bautizó como la “industria del mal”.
Cuando ahora vemos a viejas organizaciones contrarrevolucionarias, medios de comunicación locales o incluso a figuras recién emigradas de la Isla desgañitándose para apoyar al candidato republicano a la presidencia, no estamos en presencia de algo nuevo, sino de una norma de lo que viene ocurriendo en el enclave cubanoamericano de Miami desde hace muchos años.
Tampoco es nuevo que la pasen mal los que no se pliegan a esta corriente, el linchamiento mediático ha sido una práctica común de los medios cubanos en la ciudad, para no hablar de los muertos y heridos que ha dejado la historia de esta cruzada “democrática”.
Lo que ha evolucionado es la sofisticación que han alcanzado algunas de estas acciones. A tono con lo que viene ocurriendo en Estados Unidos, aunque en Miami aún existen programas de radio o televisión que continúan pastando en territorio jurásico, las campañas políticas están regidas por mecanismos tecnológicos y matemáticos muy avanzados, que permiten establecer el perfil psicológico, los intereses y los gustos de aquellas personas a los que va dirigido el mensaje.
Tanto los demócratas como los republicanos aprovechan estos mecanismos. Se dice que Barack Obama fue el primer cyberpresidente de la historia, pero la derecha republicana los perfeccionó, muchas veces de manera perversa, hasta el punto de garantizar la victoria de Donald Trump en 2016. En buena medida, la próxima elección del presidente norteamericano dependerá de la influencia que se ejerza a través de estos medios.
La Florida es uno de los escenarios fundamentales de esta batalla y los votantes cubanoamericanos uno de los “clusters” en que está dividida la sociedad estadounidense. Especialmente son un blanco de los republicanos, que esperan aumentar el nivel de respaldo en este segmento poblacional, explotando otra vez el tema de la hostilidad hacia Cuba.
A partir del diseño y el activismo de la extrema derecha cubanoamericana, ha sido brutal la política de Donald Trump hacia Cuba, sobre todo cuando se ha llevado a cabo en medio de una pandemia que acosa al mundo entero. Aunque no deja de ser una aberración, no es tan extraño en la historia del país que una parte de los cubanos actúe con tanta saña contra el resto de los suyos, los voluntarios y guerrilleros criollos al servicio de España, eran más temidos por su crueldad que los soldados españoles.
Para llevar una política de esta naturaleza se necesita alguna racionalización que la sustente. Hay que entronizar una matriz de opinión que justifique hacer cualquier cosa con tal de acabar con un régimen etiquetado entre los peores de la historia de la humanidad. Incluso el terrorismo más salvaje ha encontrado su excusa en esta lógica y generaciones de emigrados cubanos se han educado bajo estas premisas, dando lugar a una cultura del odio que se ha impregnado en la actitud de muchas personas, incluso en nuevos inmigrantes, particularmente vulnerables a los condicionamientos del gueto. Lo extraordinario no es que muchos cubanoamericanos apoyen a Donald Trump, sino que otros tantos voten en su contra, reflejando las transformaciones sociales y políticas que han tenido lugar en esta comunidad.
El sostenimiento de este clima, no admite ningún vestigio de normalidad en las relaciones con Cuba. Hasta hace unos meses, como secuela de la ampliación de contactos durante el gobierno de Obama, resultaba usual la presentación de artistas cubanos en Miami, así como de cubanoamericanos en Cuba. Parecían romperse las barreras que durante décadas había impedido este tipo de intercambios, pero una nueva ofensiva de intolerancia ha caído sobre los artistas cubanos, obligándolos a definirse contra el sistema cubano si quieren acceder al mercado miamense. Algunos han cedido a las presiones y estamos siendo testigos de las “conversiones” más insólitas y bochornosas.
Vale insistir que tampoco esto es nuevo en el actuar de la derecha cubanoamericana, lo novedoso es el impacto que ahora tienen estas actividades en Cuba. Mientras que antes su repercusión se constreñía básicamente a la población de origen cubano en la localidad, incluso con limitaciones hacia segmentos de esa población que prefieren manejarse en inglés y muestran inclinaciones políticas más liberales, el incremento de los contactos con Cuba y, sobre todo, la influencia de mensajes a través de las redes sociales, ha determinado un alcance mucho mayor dentro de la propia sociedad cubana, lo que plantea una nueva dimensión del problema, que no es ajena a los formuladores de la política norteamericana contra el país.
Mientras que radio y televisión Martí han gastado millones de dólares intentando infructuosamente acceder al público cubano, así como otros muchos millones destinados a la subversión se perdían en Miami en su camino hacia la Isla, ahora ni siquiera hace falta aparentar que se cuenta con una contraparte en Cuba para acceder a esos fondos. Basta conseguir “seguidores” en las redes por cualquier medio. Y de eso se trata las nuevas campañas, que igual cuentan con mecanismos científicos para ser diseñadas.
Los blancos son muy diversos y abarcan a toda la población cubana, pero los mensajes están más dirigidos a zonas de la sociedad particularmente afectadas por las tensiones económicas, con bajo nivel cultural promedio y donde se observa cierto deterioro de la conducta cívica. Eso explica la selección de tipos marginales como “influencers” políticos y que el sector preferido ha sido el universo de la cultura popular.
Las campañas tienen el gancho de la morbosidad que acompaña la revelación de supuestos secretos personales, especialmente cuando se trata de figuras políticas o artísticas, acusaciones falsas o legítimas de corrupción o cualquier noticia que refleje algún descontento social. Da igual que sea verdad o mentira y no hay límites para la infamia. El asunto no es lucir respetable, sino todo lo contrario, porque pareces más “popular”.
Ante tal avalancha de información indiscriminada, hasta los opositores de otro perfil ven mermada su visibilidad. La lógica de estas campañas no es crear alternativas políticas, incluso las auspiciadas por Estados Unidos, sino alentar el caos social en Cuba.
Más grave aún es que intoxican el debate nacional respecto a los reales problemas por los que atraviesa el país y cuyo mal tratamiento aporta credibilidad a las peores interpretaciones. A veces, la respuesta oficial u oficiosa es tan magra en argumentos como la ofensa y, en la medida en que se mezclan posiciones e intenciones, así como se establecen prejuicios frente a la crítica legítima, tiende a prevalecer la deslegitimación personal como recurso para la imposición de criterios.
Cuba ha tenido que enfrentar todo tipo de agresiones, pero el escenario actual es nuevo en muchos sentidos, también en las condiciones en que se lleva a cabo la confrontación ideológica. Ya no basta inventar antenas para que no ingresen señales indeseadas, por el contrario, lo más indicado es precisamente proveer a la población con la mayor y mejor cantidad de información posible, así como alimentar la confrontación inteligente de posiciones diversas, con vista a construir los nuevos consensos que impone la actual situación.
Frente a esta pandemia de grosería que nos llega de Miami, el único antídoto es la transparencia y la cultura.

Jesús Arboleya

El recrudecimiento de la pandemia en Europa




La responsabilidad de los gobiernos y las patronales

Los números sobre los casos diarios de contagios en Europa han vuelto a la primera plana de los principales medios y de la situación política en los principales países del continente. Si bien la situación varía de país a país, existe el riesgo de un retorno a una tasa de incidencia (cantidad de contagiados por total de habitantes) similar a la que existía en la etapa previa a la disposición masiva de medidas de aislamiento, es decir al momento en el que, en países como Italia o España, los decesos se contaban de a miles.
Así, en Francia se está dando la alarmante situación de miles de casos diarios, con un pico de 4900 casos el día domingo; en Italia volvieron a sonar las alarmas con un promedio de 800 casos diarios la última semana. Alemania, uno de los países donde el virus estuvo más contenido, registró 2 mil contagios el último sábado. Se trata de números que no se observaban desde mayo. En otros países, en donde la pandemia no había alcanzado un nivel grave como Grecia, Croacia o Portugal, se están detectando cientos de casos forzando la reimplementación de medidas de aislamiento social. El país en donde el escenario es más alarmante es España con un promedio de 3 mil casos diarios y un total de 412.000 desde el inicio de la pandemia.

La responsabilidad del capital y sus gobiernos

Esta nueva escalada de contagios es, por un lado, el producto directo del relajamiento general de las medidas de cuarentena ya que por lo general en el continente solo permanecen prohibidas algunas pocas actividades como fiestas o espectáculos culturales. El conjunto de las ramas económicas se encuentra en pleno funcionamiento incluyendo aquellas que implican el desplazamiento y la concentración de personas, como el turismo. A la vez, este nuevo reguero de contagios responde a la no implementación de medidas que impidieran la propagación de casos de una pandemia que nunca terminó realmente en Europa, a pesar de los discursos emanados desde las esferas gubernamentales tendientes a restar preocupación social sobre el tema. De esta manera, incluso en la etapa en la que los contagios estaban en baja, continuaron desarrollándose focos entre los sectores más precarizados de la clase obrera, como los migrantes que trabajan en el campo o en la industria alimenticia. Las patronales y los estados no implementaron protocolos sanitarios, testeos masivos ni licencias pagas. En este momento, vuelve a prevalecer la circulación comunitaria del coronavirus cuando los sistemas de salud no se han recuperado de las políticas de ajuste imperantes desde el inicio de la crisis mundial en 2008.
A pesar del reingreso a un cuadro crítico, los mandantes de cada país han negado cualquier posibilidad de retornar a un aislamiento social estricto, llamando a convivir con el virus. En este sentido se ha expresado Emmanuel Macron, el presidente francés al decir que “no se puede parar el país porque los daños colaterales de un confinamiento son considerables” (Perfil, 20/8). Del mismo modo el ministro de salud italiano, Roberto Speranza ha señalado que «no va a haber un nuevo confinamiento». En España, se están implementando medidas de carácter más bien cosmético en distintas comunidades como la prohibición de reuniones de más de diez personas o límites en la cantidad de gente que puede compartir mesas en los restaurantes. Más aún, a contramano de la indicación de los especialistas en el tema, se prepara el retorno a clases para los primeros días de septiembre en toda Europa, cuando también terminará el periodo vacacional y comienza la temporada de casos de gripe común. Los funcionarios concentran la explicación de los brotes de contagios no en sus políticas serviles a los intereses patronales, sino en la responsabilidad personal del pueblo trabajador que no estaría observando las medidas para prevenir contagios.
Las cámaras patronales, como la CEOE española, han anticipado el rechazo a cualquier idea de restricción a la actividad económica, extorsionando a los trabajadores con la idea de que una reimplementación de la cuarentena provocaría una mayor cantidad de despidos. Sin embargo, la pérdida de puestos de trabajo no se ha detenido con la reapertura económica y las estadísticas señalan que el desempleo podría duplicarse en la zona euro tomando al 2020 de conjunto (Euronews, 20/5). Los capitalistas han llevado adelante una política en toda la línea para que la crisis económica y su profundización a raíz de la pandemia sea pagada por los trabajadores. Esta es también la orientación del paquete de rescate económico que llevará adelante la Unión Europea en su conjunto.

Por una salida de los trabajadores

El recrudecimiento del Covid-19 pero también la ofensiva que vienen desplegando los capitalistas contra las conquistas obreras ponen sobre la mesa la necesidad de una intervención de los trabajadores en el escenario político. A la política precarizadora de las patronales es necesario oponerle la implementación de protocolos obreros de seguridad e higiene en todos los lugares de trabajo, la licencia paga para los grupos de riesgo y los posibles infectados, los testeos masivos y la prohibición de los despidos. La clausura de las actividades no esenciales y la centralización del sistema de salud continúan siendo consignas fundamentales para esta etapa.

Leandro Morgan

lunes, 24 de agosto de 2020

La historia de Soberana 01, el primer candidato de vacuna cubana contra la COVID-19




Testimonios y sentimientos de los creadores de #Soberana, el candidato vacunal contra la pandemia que enorgullece a toda #Cuba.
Un audiovisual realizado por la periodista Gisela García Rivero.

domingo, 23 de agosto de 2020

Feminismos




Un recorrido por las luchas de las mujeres contra el patriarcado.

Joe Biden y el maleficio del “mal menor”




Durante esta semana sesionó la Convención Nacional del Partido Demócrata en la que se proclamó la fórmula Joe Biden-Kamala Harris para la elección de noviembre (nominación que el candidato estará aceptando al cierre de esta nota). La semana próxima será el turno de la convención del partido republicano que hará oficial la candidatura de Donald Trump.

Estos mega eventos partidarios (formato que en Argentina intentó copiar hasta cierto punto la derecha macrista) son shows televisivos, con mucho cotillón, globos azules, rojos y blancos, sombreros extravagantes, celebrities mezcladas con ciudadanos de a pie y ex presidentes, primeras damas, y políticos tradicionales. Son quizás una de las piezas más puras de la videopolítica, esa fusión de la política con el espectáculo mediático definida por Giovanni Sartori en la década de 1990.
La pandemia del coronavirus trastocó radicalmente la estética tradicional. La convención demócrata, aunque formalmente con sede en Milwaukee, sesionó en la pura virtualidad. Sin globos ni papelitos. Alternando videos de figuras carismáticas como Michelle Obama, hablando desde el living de su casa, con la pantalla típica del mosaico de cuadraditos de Zoom. La forma atípica, en gran medida, hace al contenido del mensaje demócrata que busca capitalizar electoralmente el rechazo al manejo de Trump de la crisis sanitaria que siguen detectando las encuestas.
A pesar de que la situación es aguda porque combina la crisis sanitaria, la recesión económica y social y la emergencia de un movimiento de masas imponente contra el racismo y la violencia policial tras el crimen de George Floyd, no hubo elementos disruptivos en la convención demócrata que pusieran en cuestión la estrategia electoral de “moderación” para disputar el centro del espectro político y derrotar a Trump.
La convención confirmó el recambio de la dirección del partido demócrata del matrimonio Clinton al matrimonio Obama, como salida a la crisis de liderazgo que dejó planteada la derrota de Hillary Clinton en 2016 frente a Donald Trump. El ex presidente Bill Clinton habló solo 5 minutos, en el bloque de las “reliquias” del partido, junto con figuras como Jimmy Carter, muy lejos del prime time de la convención. Ese desplazamiento del clintonismo se debe a la caída en desgracia de la “tercera vía” y el agotamiento del neoliberalismo, pero sobre todo a la emergencia del movimiento MeToo para el cual una figura como Bill Clinton, con sus escándalos con becarias, es muy incómoda.
Bajo la dirección de los Obama, la política demócrata es unir en la misma coalición a republicanos que militan en los grupos anti trumpistas, progresistas de izquierda y “socialistas democráticos” como Bernie Sanders, hegemonizada por el “establishment” del extremo centro. De esta manera, busca contrarrestar la campaña negativa de Donald Trump que sostiene que el partido demócrata -sí, al partido de Wall Street- ha sido secuestrado por la “extrema izquierda” y que si Biden ganara las elecciones transformaría a Estados Unidos en… Venezuela (sic).
Esta tendencia a la moderación y la preferencia por los sectores conservadores anti trumpistas se expresó en la participación destacada de figuras tradicionales del partido republicano como la viuda del senador John McCain. Entre otros ilustres “republicanos de Biden” (como los llaman en paralelismo a los “demócratas de Reagan” en la década de 1980) también hablaron el ex gobernador de Ohio John Kasich, un antiabortista que trató de liquidar los sindicatos y las negociaciones colectivas del sector público. Y Colin Powell, el ex secretario de Estado de George W. Bush que inventó que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva para justificar la guerra de Irak.
En 2016 Hillary Clinton buscó atraer a los republicanos que militaban activamente el “never Trump”, entre ellos muchos neoconservadores que se sentían más próximos al intervencionismo y el “globalismo” demócrata que al aislacionismo relativo y el proteccionismo de Trump. Pero el intento fracasó y no hay indicadores serios de que esta vez vaya a funcionar.
Otra gran definición política que dejó la convención es que el ala izquierda del partido demostró haberse disciplinado a la causa de la unidad del partido. Desde que se bajó de las primarias en abril y se alineó con la candidatura de Joe Biden, Bernie Sanders trabaja para convencer del malmenorismo a su base de izquierda, que resiste votar a los candidatos de Wall Street y el establishment. En la convención hizo un discurso conciliador. Dijo que estaba dispuesto a “trabajar con progresistas, moderados y conservadores” para defender la democracia. Y embelleció la plataforma de Biden, a pesar de que casi no ha incorporado demandas del ala izquierda, salvo cuestiones secundarias, y ha rechazado rotundamente una de las demandas más populares de la salud universal.
La congresista Alexandra Ocasio Cortez, referente del “squad” (el grupo de cuatro congresistas de izquierda demócrata) y una de las oradoras más esperadas de la convención, tuvo solo 90 míseros segundos para hablar, y usó ese tiempo para proclamar la candidatura de Sanders, una resistencia que aunque simbólica sirvió para recordar que el ala izquierda demócrata es un actor.
La estrategia del “sanderismo” en sentido amplio, que incluye el ala izquierda del partido demócrata y el DSA (Democratic Socialist of America) es ampliar su representación política en el congreso y las legislaturas, bajo el paraguas de Biden, teniendo en cuenta que varios de sus candidatos/as ganaron las primarias, entre ellos Cori Bush, activista del Black Lives Matter, Jamaal Bowman, Rashida Tlaib e Ilhan Omar, la congresista de origen somalí que arrasó en las primarias de su distrito en Minnesota. De esa manera tratan de crear la ilusión en el aumento de su capacidad de presión en el Congreso para empujar algunas reformas.
Objetivamente, estas victorias electorales de candidatos/as progresistas contra políticos tradicionales en el Partido Demócrata son expresión distorsionada en la superestructura política de un giro hacia izquierda de la situación que se viene gestando en los últimos años pero que ha dado un salto con la rebelión que estalló tras el crimen de George Floyd. Pero a la vez, actúan cubriendo el flanco izquierdo de este partido, que históricamente fue el instrumento privilegiado de la clase dominante para cooptar movimientos sociales y obturar el camino a la radicalización política.
La campaña presidencial de noviembre se desarrolla bajo el influjo de una triple crisis: sanitaria por el coronavirus; económica por la recesión aguda causada por el confinamiento que ya ha dejado casi 30 millones de desocupados; y política por la irrupción de un movimiento de masas con pocos precedentes históricos contra el racismo y la violencia policial.
Por ahora Biden mantiene una ventaja considerable sobre Trump. Y a juzgar por la cifra de aportes las grandes corporaciones se juegan al recambio electoral. Sin embargo, muchos analistas preanuncian una elección más ajustada de lo que hoy parece.
En las elecciones de 2016 alrededor de un 25% de los votantes de Sanders en las primarias no votaron por Hillary Clinton, ya sea porque no fueron a votar o porque lo hicieron por terceros partidos, como el partido verde. A pesar de la enorme presión por derrotar a Trump ese escenario puede repetirse. Es probable que haber elegido a Kamala Harris (y no a una figura de la izquierda) que a pesar de ser una mujer no blanca está referenciada con la policía y la “ley y el orden” por su actuación como fiscal, haga que un sector amplio de vanguardia que se movilizó contra la policía, sobre todo sectores juveniles que simpatizan con el “socialismo democrático”, no se sienta interpelado por el malmenorismo anti trumpista. Si eso sucediera en algunos de los “swing states” se podría complicar el panorama electoral para Biden.
La perspectiva de poner fin al ciclo trumpista ha contribuido a canalizar la bronca desde las calles al desvío electoral. Pero difícilmente un gobierno de “transición” como el de Biden sea suficiente para volver a la “normalidad” tan ansiada por la clase dominante.

Claudia Cinatti
Jueves 20 de agosto | 00:37

Vilma, o el horizonte constante de la mujer emancipada

Siempre que se hable de los más genuinos valores de las hijas de esta tierra, sale tu nombre a la luz. El recuerdo de tu incansable andar se hace más nítido y tu cordial sonrisa se refleja en todas las cubanas que, poseedoras de tu herencia patriótica, hemos decidido continuar tu obra.
Vilma, qué sentido del deber vivió contigo, qué sensibilidad excepcional habitó tu ser, dotándote de la capacidad de darte humildemente a los demás, de asumir con desinterés y firmeza la postura revolucionaria, para hacer de ella glorioso estandarte.
Están tus huellas claras todavía en los testimonios de la clandestinidad, en los senderos de la Sierra Maestra, en cada paso dado por el bastión femenino del socialismo cubano, en pos de nuevas metas.
Porque no abrigaste jamás la menor duda de que el triunfo definitivo sobre los opresores de esta Isla, sería también el impulso necesario para poner a las mujeres en su justo lugar frente a la historia, como protagonistas de la Revolución, como decisoras de su destino, como los seres capaces cuyos aportes diarios y constantes a los objetivos de este justo sistema social, les ganaran el calificativo de imprescindibles.
Fue tan alta tu moral, tan certeros tus criterios e inviolables tus principios, que nunca te faltó el más sincero respeto de tus hermanos de lucha, y la escucha atenta a tus palabras del líder natural de aquella generación y del camino recorrido por ella.
Tuviste siempre una visión completa y abarcadora de lo que debía ser la Cuba con la que soñaron, por la que batallaron y dieron lo mejor de sus años y su vida valiosas mujeres como tú.
Por eso te convertiste, sin que jamás fuera esa meta o aspiración de tu actuar, en la voz de millones de cubanas, que vieron en ti la estirpe de Mariana, la valentía y el arrojo de Ana Betancourt y, por lo tanto, la plena capacidad para ser guía e inspiradora de las más profundas transformaciones para la plena integración de la mujer a la sociedad. Si la realización femenina en esta Isla dejó de ser una utopía para consagrarse como uno de los valores que han hecho de Cuba un ejemplo ante el mundo, gran parte de eso te lo debemos a ti.
Ganaste el cariño sincero de tu pueblo y, por eso, no serás nunca presa de la muerte o el olvido. Vives como semilla en el alma de las niñas que sueñan el futuro, en la alegría y el ímpetu de las jóvenes que ya se saben útiles a su nación, en el camino transitado por aquellas que en el tiempo estuvieron más cercanas a tu persona y eligieron permanecer fieles al ejemplo que aún irradias.
Por eso hoy, cuando la organización insigne de las revolucionarias, que fundaste de la mano de Fidel, arriba a un nuevo cumpleaños, se respira clara en el aire tu presencia.
En medio de los retos de un complejo presente, la Patria convoca, y qué respuesta han dado sus mujeres. Incansables en la producción, optimistas tras el microscopio, dispuestas a hacerle frente al virus en otras regiones del mundo, guardianas incansables de la familia, trabajadoras ejemplares, se han sumado sin dudarlo a la premisa de pensar y actuar como país.
Y eso, heroína intachable, redentora madre, revolucionaria ejemplar y siempre consecuente con sus principios, lleva el sello imborrable de tus desvelos y total entrega por tu tierra, por la dignidad de la mujer, por el ser humano.

Leidys María Labrador Herrera | leidys@granma.cu

Mesa Redonda #Cuba del 20 de agosto de 2020.




Se brindan detalles sobre el proceso investigativo y de ensayos clínicos del candidato vacunal cubano “Soberana 01”, por parte del Director General del Instituto Finlay de Vacunas, dos investigadoras del proyecto de desarrollo del candidato vacunal específico contra la #COVID_19 que comenzará sus ensayos clínicos en #Cuba y la Directora de la Agencia Regulatoria CECMED.

viernes, 21 de agosto de 2020

Continuidad del curso escolar




La Ministra de Educación y autoridades del Ministerio de Cultura y el INDER comparecerán este viernes en la Mesa Redonda para brindar información sobre la continuidad del curso escolar en la educación general y las escuelas de artes y deportes.

Soberana, primer candidato vacunal cubano contra la COVID-19 con autorización para ensayos clínicos

En un encuentro del Presidente Díaz-Canel con los científicos y expertos que trabajan directamente en el enfrentamiento a la COVID-19, se presentó de manera oficial la estrategia de desarrollo de Soberana, el primer candidato vacunal cubano.

La estrategia para el desarrollo de Soberana, el primer candidato vacunal cubano contra la COVID-19 con autorización para empezar los ensayos clínicos, fue presentada de manera oficial este miércoles en el Palacio de la Revolución, durante un encuentro del Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, con los científicos y expertos que han trabajado directamente en el enfrentamiento a la epidemia.
Al hacer una exhaustiva explicación, el director general del Instituto Finlay de Vacunas, Vicente Vérez Bencomo, líder del proyecto, explicó que el estudio cuenta ya con la autorización del Cecmed, la autoridad reguladora de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos de la República, y el próximo 24 de agosto comenzarán los ensayos clínicos.
Este candidato vacunal, aseguró el investigador, presenta bajos riesgos, pocas incertidumbres y alentadores resultados en la fase preclínica. Los lotes experimentales indujeron altos títulos de anticuerpos anti-RBD en ratones y conejos; y a partir de esos indicadores, el 28 de julio pasado Soberana fue probada por vez primera en humanos, precisamente en tres de sus investigadores, que en una evaluación inicial también presentaron una alta respuesta inmune. En estos momentos están a la espera del resultado de la segunda dosis del candidato vacunal.
Vérez Bencomo comentó que el estudio en fase uno y dos es aleatorizado, controlado, adaptativo y multicéntrico, para evaluar la seguridad, reactogenicidad e inmunogenicidad del candidato vacunal profiláctico contra el SARS-COV- 2, en un esquema de dos dosis.
En un primer momento, fijado para el 24 de agosto, se administrará la vacuna a 20 personas entre 19 y 59 años; y una semana después la recibirán otras 20, en edades comprendidas entre 60 y 80 años.
A partir del 11 de septiembre se ha planificado la segunda fase, en la cual se completará la muestra total de 676 personas voluntarias.
En este tremendo esfuerzo –que marcó un punto de giro el 19 de mayo cuando el Presidente Díaz-Canel convocó a los investigadores a lograr «nuestra vacuna para tener soberanía»– han trabajado especialistas de diversas instituciones, entre ellas el Centro de Inmunología Molecular y la Universidad de La Habana. Lo que normalmente se hace en años, apuntó Vérez Bencomo, se ha logrado en poco menos de tres meses, gracias a la consagración y la unidad de los investigadores cubanos.
El líder de este importante proyecto, que devuelve esperanzas, genera confianza y un profundo orgullo nacional en medio de la compleja situación que vive el mundo ante la covid-19, subrayó que esto no puede ser motivo para relajar ninguna de las medidas que ha tomado el país para enfrentar con éxito la epidemia. Se trata de corresponder todo ese esfuerzo colosal con la disciplina de la población.
Los resultados del estudio del candidato vacunal no estarán listos hasta enero de 2021, por lo cual el camino hasta el logro de Soberana llevará varios meses.
El Director General del Instituto Finlay de Vacunas destacó que la principal fuente de inspiración fue el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, «el impaciente mayor, el que nos enseñó a mirar al futuro, a soñar, y salir dispuestos a conquistarlo, al precio que fuese necesario».
Al respecto de este logro enaltecedor de la ciencia cubana, el Presidente Díaz-Canel significó que «el nombre de la vacuna recoge el sentimiento de patriotismo y de compromiso revolucionario y humanista con que se ha trabajado, y también el compromiso con lo fundacional, y cuando hablamos de fundacional, estamos hablando del Comandante en Jefe».
El mandatario se refirió a las soluciones creativas de nuestros científicos que expresan una gran sabiduría. Eso tiene que ver, comentó, con la historia y la experiencia de la industria biofarmacéutica cubana.
Se ha llegado a la vacuna con prudencia, con mesura, sin alardes, consideró el mandatario, llevando los pasos que se tenían que dar y por eso se registró primero, como era debido, y las primeras informaciones las estarán dando en profundidad sus protagonistas. Al respecto, confirmó que en el programa televisivo de la Mesa Redonda de este jueves se darán todos los detalles, precisamente en voz de sus creadores.
Nuestro pueblo, alertó Díaz-Canel, tiene que entender que es un camino que abre esperanzas, pero todavía es largo, de meses, de rigor en el ensayo clínico en cada una de sus fases y, por lo tanto, hay que exigir más responsabilidad social para evitar rebrotes de la COVID-19 y llegar al resultado final de la vacuna en una mejor situación epidemiológica.
«Hazañas como estas de nuestra ciencia son de las cosas que a uno le reafirma cada vez más el orgullo de ser cubanos», sentenció.
En esta importante reunión –donde además se presentaron dos nuevos medicamentos cubanos para enfrentar la COVID-19: el Nasalferón y el cigb-325, también con alentadores resultados en sus ensayos clínicos–, el Presidente de la República señaló que se consolida el concepto de que se ha trabajado en un modelo de gestión para la innovación, enfrentando una situación compleja.
Esa consolidación nos va abriendo caminos de cómo el país debe ir extrapolando esta experiencia a otros campos del conocimiento y de la producción y los servicios. «Que la innovación se siga convirtiendo en un paradigma mayor, en un pilar más importante dentro de la estrategia económica y social del país», concluyó, poco antes de continuar la agenda del día con el chequeo del Grupo Temporal del Trabajo del Gobierno a la situación epidemiológica del país.

Leticia Martínez Hernández

jueves, 20 de agosto de 2020

América Latina: ¿por qué crece la brecha entre millonarios y pobres durante la pandemia?




Un reciente informe muestra que durante la pandemia un grupo de 73 multimillonarios de América Latina incrementaron sus fortunas, mientras crece la pobreza, desocupación y la crisis social y sanitaria. En este programa te contamos cómo hizo ese grupo de "milmillonarios" para enriquecerse y cómo aumentó la brecha entre ricos y pobres en la región más desigual del planeta. Entrevistamos a:
Pablo Andrés Rivero, responsable de políticas, narrativas y desigualdad en Oxfam para América Latina y el Caribe y
Christian Castillo, sociólogo, dirigente del PTS de Argentina y exdiputado provincial por el Frente de Izquierda.

miércoles, 19 de agosto de 2020

Felicidades, el mundo solidario se llama Fidel




Hace 94 años nació Fidel, y de la historia de su vida no me voy a referir a los acontecimientos más conocidos, por eso mismo, porque son conocidos sobremanera. Me quiero referir a él como a un ser humano que se sintió miembro de la clase obrera, miembro de la familia que se ve obligada a vender su fuerza de trabajo, a esclavizarse para poder comer.
Me quiero referir a él indicando la importancia mundial del dirigente revolucionario de un país pequeño y tercermundista, que ha alcanzado las cotas más altas del mundo en la educación, en la sanidad, en la solidaridad con los más pobres del mundo. Fidel es el gran Río que baña los 5 continentes, es reconocido en los organismos internacionales, en las calles, en todos los pueblos se le celebra. Se encuentra en todas partes porque su vida la dedicó a elevar la conciencia hasta alturas desde las que el pueblo cubano, sostiene la bandera de la soberanía, aun estando sometido a la agresión bárbara imperialista más duradera que ha existido.
La resistencia de Fidel, de la isla fidelista y el mundo fidelista, se debe a su disposición permanente de disputar, de cuestionar los significados, de trabajar cada uno de sus actos con valor radical, que es la práctica crítica. Ustedes conocen la solidaridad de la medicina cubana, de la educación cubana, del acogimiento en su enseñanza a estudiantes de todo el mundo que si no fuese por ello no podrían hacerlo, y la única condición es que una vez que terminen dediquen su trabajo a servir a los que lo necesiten, y tantas y tantas acciones que asombran allí donde las entregan. No, Cuba es mucho más grande que el mundo capitalista, por eso el mundo capitalista no puede tragarla, aunque el mundo capitalista es infinitamente de mayor tamaño. Cuba da solidaridad, comparte lo que tiene. EEUU, Inglaterra, Francia, España, la UE, el mundo imperialista quiere ahogar a Cuba, atar las mentes de los pueblos. La lucha ideológica es fundamental, pero la guerra económica que EEUU ha declarado a Cuba tiene dimensiones que agreden también a la capacidad de resistencia, y es preciso que desde este lado eduquemos la conciencia y nos sumemos a la denuncia del agresor, para hacer retroceder su influencia de pensamiento en las clases trabajadoras y que su impopularidad entre de lleno a parte de su crisis de orden/desorden económico, agudizado por la Covid 19, que la desorientación de la gente de la calle se transforme en despego ideológico, en parte de su descomposición interna, y acelere su pérdida hasta reducirlo.
La última escena planetaria que habla de los dos mundos, el de Fidel con la medicina cubana asistiendo a todo el que ha necesitado de su ayuda, y el de Trump robando mascarillas, respiradores, sancionando y bloqueando, y matando hasta a su propio pueblo desatendiendo sus necesidades sanitarias, ha dado aplausos emocionados y amor a Cuba, y, desprecio al régimen estadounidense. Dos mundos, solidaridad, e, insolidaridad, socialismo, y, capitalismo.
Para mostrar a Fidel en su pensamiento les dejo aquí algunas de sus intervenciones, poco conocidas, les decía al comienzo que lo conocido lo pueden encontrar en cualquier sitio, aquí tienen algunas frases de sus intervenciones sobre diferentes temas. Celebren el cumpleaños del gran Fidel Castro. Felicidades.
Fidel siempre por la educación: Si fue una gloria que la campaña de alfabetización no se parara en medio de la invasión mercenaria, una gloria mucho mayor tiene que ser la de que no se detenga nuestro sistema educacional, aun en las peores circunstancias. Esa es la conciencia que tienen que hacerse ustedes, que tienen que hacerles a todos los compañeros y que tienen que hacerles a todos los estudiantes: velar por la educación como algo sagrado, que no se detre3nga, que nos e afecte y que continúe, incluso, mejorando.
Fidel siempre con los pueblos de América: A partir de Girón, todos los pueblos de América fueron un poco más libres.
Fidel siempre en la solidaridad con los pueblos del mundo: Creo, modestamente, que tenemos un mérito: hemos resistido todas las amenazas, todas las presiones, todo el poder político, el bloqueo económico del imperio:… No digo que no sea un mérito exclusivo de nuestro pueblo, mucho debemos a la cooperación y a la solidaridad internacional: pero nosotros no hemos defraudado esa cooperación, ni esa solidaridad, la hemos convertido en obra creadora, en avance, en progreso de nuestra Patria, de nuestro pueblo, y hemos resistido firmemente, dispuestos siempre a pagar el precio que fuera necesario. Y ese mérito histórico no fue el objetivo de nuestras luchas. ¡Nadie luchó por glorias, nadie luchó por honores; luchamos por sentimientos de solidaridad con nuestro pueblo y con todos los pueblos del mundo! La época de los personajes que luchaban por glorias y por vanidades quedó muy atrás. ¡Luchamos con profundas convicciones revolucionarias, que son ajeas a las ideas del prestigio y de la gloria!
Fidel siempre por la paz y el desarrollo: Es un axioma que sin paz no habrá desarrollo, pero es también un axioma que sin desarrollo para las ocho décimas partes de la población mundial no puede haber paz. Luchar por nuestro desarrollo es, pues, luchar por la paz y por el bienestar de todos los pueblos del mundo . Por ello nuestra consigna debe ser luchar sin descanso por nuestras justas y nobles reivindicaciones.
Fidel siempre con la razón argumentada: No nos animó nunca espíritu alguno de revanchismo o rencor contra Estados Unidos. Con pesar, meditaba acerca del error que a mi juicio estaba cometiendo, mas no pronuncié nunca insulto u ofensa personal alguna. No pocas veces he afirmado ante los que participan en esta gran lucha de ideas: no hay que herir personalmente a nadie. Enumerar los hechos, evitar adjetivos, analizar fríamente, usar argumentos. Eso preservará nuestra autoridad moral y nadie tendrá derecho a cuestionar la fortaleza y sinceridad de nuestras posiciones.
Fidel siempre defendiendo a los de abajo y con humildad: No obstante ostentar Cuba la Presidencia del Movimiento de Países No Alineados, su participación en la Reunión de Cancún fue vetada por los Estados Unidos. En gesto reconocido como ejemplar, y también como expresión de la actitud positiva de los países subdesarrollados hacia todo tipo de foro que ofreciera posibilidades de solución a los graves problemas enfrentados por éstos, Cuba renunció a su presencia en el evento. Pero la reunión de Cancún, como es sabido, también terminó con un rotundo fracaso, a causa sobre todo de las actitudes de los Estados Unidos.
Fidel, Fidel, Fidel.

Ramón Pedregal Casanova, autor de los libros: Gaza 51 días; Palestina. Crónicas de vida y Resistencia; Dietario de Crisis; Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero; y, Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Presidente de la Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios Sociales AMANE. Miembro de la Comisión Europea de Apoyo a los Prisioneros Palestinos. Miembro del Frente Antiimperialista Internacionalista.