viernes, 31 de mayo de 2019

Cómo financió Occidente el Estado Islámico y cómo mienten sobre Siria


"La lección de la Unión Soviética es que la burocracia elige la restauración capitalista"




Entrevista a Eric Toussaint, doctor en Ciencias políticas y militante internacionalista

Wilder Pérez Varona (WPV): La primera pregunta que quiero hacerle es con relación al asunto de la burocracia.
Antes de 1917 el tema de la transición socialista es una cosa: desde la Revolución de 1848, la Comuna de París (que es un episodio fundamental, pero de carácter efímero) siempre se vio limitada más bien a cuestiones de teoría, de principios, de proyección (sabemos que Marx y Engels eran reticentes a ser muy descriptivos respecto a esas proyecciones). La Revolución de 1917 colocó esta problemática de la transición en otros términos, en otro plano; en un plano que tiene elementos prácticos fundamentales. Uno de ellos tiene que ver con el tema de la burocracia, que apareció paulatinamente a lo largo de la década de 1920. Sobre esta cuestión de la burocracia tal y como fue elaborándose en esas circunstancias, ¿cómo usted define esa función de la burocracia al otorgarle un papel como un actor tan relevante, al nivel de la tríada clasista: clase obrera/ campesinado y burguesía? ¿Por qué ese lugar tan importante? Quisiera también que se expresara sobre la distinción de “clase”. Usted se cuida mucho de hablar de la burocracia como una clase; sin embargo, otros autores sí lo hacen.
Eric Toussaint (ET) [1]: Bueno, es claro que la experiencia de Rusia y luego de la Unión Soviética es, diría, casi la segunda experiencia de intento de toma de poder para empezar una transición de ruptura con el capitalismo. La primera experiencia es la Comuna de París, duró tres meses en 1871, limitada a nivel de territorio a París como tal, aislada del territorio francés y agredida. Entonces es claro que los revolucionarios como Lenin, Trotsky, y otros dirigentes del Partido Bolchevique no tenían punto de comparación con otras experiencias y concebían el problema de la transición, como mencioné en mi exposición,[2] de manera triangular, es decir, la necesidad de una alianza entre proletariado y campesinado para derrotar a la burguesía y al Imperialismo, y resistir a la agresión imperialista después de la toma del poder.
Y el tema de algo como la subsistencia y el peso del aparato del Estado zarista, que tenía una burocracia, y entonces la lucha contra la burocracia y el burocratismo era más bien concebida al inicio como una lucha contra algo que hacía parte del pasado, de la herencia zarista. Dentro del marco del desarrollo de la transición, desde los primeros años, tanto Lenin como Trotsky y otros se encontraron frente a un problema nuevo y ellos tuvieron que empezar a analizar y precisar, etcétera. Lenin no alcanzó a elaborar, diría, una teoría de la burocracia porque murió en enero de 1924, pero lo que es absolutamente cierto en el caso de Lenin es que él, en varias intervenciones sumamente claras e importantes, denunció la deformación burocrática del Estado obrero en construcción. Ya en el debate sobre los sindicatos en 1920–1921 dijo que el Estado obrero dirigido por el Partido Bolchevique tenía deformaciones burocráticas y, por lo tanto, los obreros y sus sindicatos tenían que mantener cierto nivel de independencia frente al Estado obrero deformado burocráticamente. Eso me parece muy importante.
Otro aspecto en la posición de Lenin de finales de 1922 e inicios de 1923 se encuentra en la crítica a una institución creada por el mismo gobierno, se llamaba la Inspección Obrera y Campesina, y dice Lenin que ese organismo, que tiene que servir en la lucha contra el burocratismo y al cual cada ciudadano (proletario o campesino) puede acudir y denunciar comportamientos burocráticos, dice que ese mismo organismo está totalmente burocratizado. Y ese organismo era dirigido por Iósif Stalin. Lenin propone una reforma completa de ese organismo en el cual había doce mil funcionarios. Entonces la Inspección Obrera y Campesina que, supuestamente, luchaba contra el burocratismo, en realidad ayudaba a la burocratización y agravaba el problema en el cual el Estado obrero deformado burocráticamente ya se encontraba. También hay que mencionar, porque es poco conocido, que Stalin hizo todo lo necesario para hacer desaparecer al nivel público o incluso impedir el conocimiento público de las cartas de Lenin diciendo que había que desplazar a Stalin del cargo de Secretario general del Partido.
Eso es para referirme a Lenin. Entonces yo decía en mi presentación que el problema de la transición al socialismo no se limita al triángulo burguesía/proletariado/campesinado, sino que había un cuarto actor que es la burocracia, y la burocracia no se limita a ser una herencia del pasado, en el caso de Rusia del pasado zarista, sino que la misma burocracia surge dentro del proceso de transición y se consolida como un actor que está tomando confianza progresivamente, en el curso de la transición, de sus intereses, y sus intereses (en el caso de la experiencia rusa) empezaron a distanciarse de los intereses tanto del proletariado como del campesinado y, de alguna manera, de la burguesía. Es decir, que la burocracia no tenía como objetivo de manera consciente la restauración del capitalismo y del poder de la burguesía. La burocracia no era, yo diría, una ayuda a la restauración capitalista, sino perseguía sus propios intereses y en ese caso sus propios intereses eran tener el monopolio del poder político y a partir del aparato del Estado dirigir, conducir el proceso y, de alguna manera, transformar el partido en un instrumento de la burocracia, transformar los sindicatos en correa de transmisión del poder burocrático hacia las bases y tener un desarrollo económico en el cual el proletariado y el campesinado no pueden actuar realmente en defensa de sus propios intereses, sino que empiezan a ser (en el caso de Rusia) explotados por la burocracia. La burocracia encabezada por Stalin impulsó un nivel no solamente de autoritarismo, sino también de dictadura sobre el pueblo trabajador tanto del mundo rural como de las empresas industriales o de otros sectores económicos controlados por el Estado.
Pero claro, la burocracia no genera una ideología nueva. La burocracia no va a reivindicar la ideología burguesa porque oficialmente se le está combatiendo. Entonces la burocracia, en general, tomó como vestido ideológico y como programa el programa “oficial” socialista, y habla en nombre de la profundización del proceso de construcción de una sociedad socialista porque la burocracia no genera una ideología propia, lo que implicaría distanciarse del programa oficial de la Revolución. De alguna manera la burocracia opera de manera escondida con sus propios intereses, y puede destruir tanto a las organizaciones y a las personas que quieren realmente una profundización del proceso, puede destruirlas utilizando oficialmente la defensa del socialismo.
En el transcurso de los años 1920, dirigentes como Christian Rakovsky, un dirigente bolchevique, revolucionario, importante, y luego Trotsky, empezaron a entender la especificidad de la burocracia. Se tardaron años para entender realmente de qué se trataba y es con la elaboración en 1935 del libro La revolución traicionada que Trotsky llega a una elaboración completa del análisis de lo que es un Estado burocráticamente no solo deformado, sino degenerado. Es decir, los lazos que tenía en 1935 el poder de la Unión Soviética con la Revolución y los primeros años se habían distanciado totalmente. Quedaba una sociedad que no era más capitalista, no había capitalistas en la Unión Soviética, pero el proceso hacia el socialismo, que implica democracia, control obrero, formas de autogestión, creación cultural independiente y libre, posibilidad de debate entre revolucionarios, de debate abierto, se había degradado y destruido totalmente y no había más estos espacios. Por eso Trotstky llamó a una revolución política diciendo, no es tanto una revolución social contra las relaciones de propiedad en el sector de la producción, no es una revolución de tipo anticapitalista que tiene rasgos sociales. La revolución política es necesaria para permitir al proletariado, al campesinado, a todos los trabajadores productores de riquezas, y al pueblo en general, retomar el poder político. De ahí el término “revolución política”. Y de ahí demandas que son sobre todo políticas: libertad de expresión, libertad de organización, control obrero, autogestión, pluralismo de partidos respetando la constitución.
También Trotsky lanzo un debate sobre la extensión o no de la revolución, ¿a qué sirve?, ¿para qué sirve la Internacional Comunista? Trotsky abocaba por la extensión de la revolución al nivel internacional y por la revolución permanente. Hace falta recordar que se había construido una Internacional Comunista, la III Internacional fundada en 1919, liderada entonces por Lenin, Trotsky, Zinoviev, Radek (Stalin al inicio de la Internacional Comunista no tenía ninguna presencia realmente, no era un líder conocido internacionalmente como cabeza del proceso de extensión de la revolución). Es solamente cuando Stalin logra expulsar a Trotsky del Partido Comunista en 1927 y expulsarlo del país en 1929, que él empieza a encabezar totalmente la III Internacional estalinizada y pone esa Internacional al servicio de los intereses de la misma burocracia de la Unión Soviética, y no más para extender realmente la revolución a nivel internacional.
WPV: Y a pesar de que la burocracia no genera una ideología propia, sin embargo en la práctica (a partir del devenir histórico de los llamados “socialismos reales”), gestionó de hecho la restauración capitalista en esos países. Usted apuntaba además que explotaban a las clases de campesinos y obreros, de productores en general, ¿cómo distingue entonces esa gestión y explotación burocráticas respecto a una explotación capitalista; entre la que realiza la burocracia y la burguesía?
ET: Es que durante ese largo periodo de poder burocrático, esa misma burocracia considera que todavía las condiciones no están reunidas para pasar a un proceso en el cual, como capa social se transforma en una clase para la acumulación privada de riqueza. Lo que es, yo diría, típico de la clase capitalista: una acumulación privada de riqueza.
Pero al mismo tiempo la lección de la Unión Soviética es que, al fin y al cabo, esa burocracia que no está construyendo un nuevo tipo de sistema elige la restauración capitalista y los mismos burócratas se transforman en capitalistas. Es decir que, de alguna manera, pasan la frontera como capa social y se transforman en clase capitalista. Como burócratas, antes de la restauración capitalista, pueden acumular niveles de riqueza, privilegios, etcétera, pero sus privilegios vienen de la gestión de una sociedad en la cual la gran propiedad privada, la propiedad capitalista, no existe o es totalmente marginal y eso no tiene un gran futuro, pero puede durar décadas y en un momento dado esa capa social (o una parte, una fracción de la capa social) decide que es tiempo de restaurar el capitalismo. Es lo que ocurrió a finales de los ochenta e inicios de los noventa del siglo pasado en la Unión Soviética. Personalmente pienso que es lo que ocurrió en China a partir de las Reformas de Den Xiaoping a finales de los ochenta también, y en Vietnam también tuvimos esa evolución.
Claro, la perspectiva histórica hubiera podido ser de otro tipo, es decir, una capacidad de los productores (proletariado, campesinado o trabajador intelectual) de retomar el poder a partir de una revolución política, pero eso no ocurrió y no era la perspectiva de Gorbachov. Habló de Glasnot, en términos de liberación del debate político, pero la Perestroika era introducir ya reformas en favor de la progresiva restauración capitalista. Entonces ese es el gran desafío de la sociedad de transición: cómo enfrentar el problema de la burocratización y de la consolidación de la burocracia como capa social dirigente y dominante, además cuando el país está aislado, y tiene problemas para realmente lograr aumentar la producción, aumentar su desarrollo endógeno, y responder a las necesidades de los trabajadores.
WPV: En buena medida todas las reformas de los ochenta se hicieron también con el eslogan de la democratización del socialismo burocratizado. Sin embargo, la historia de la relación entre Socialismo y Democracia ha implicado muchos conflictos, muchas contradicciones, muchos malentendidos…
ET: Es sumamente complicado porque (ustedes lo saben perfectamente en Cuba) la transición hacia el socialismo lleva al Imperialismo a una política de agresión que puede tomar varias formas. Entonces, esa actitud agresiva hace que sea complicada una total libertad de expresión dentro del marco del proceso. La misma agresión produce reacciones de limitación de la expresión, etcétera; pero claro, en un momento dado la burocracia utiliza la amenaza externa para mantener una limitación del debate político porque no le interesa realmente permitir al pueblo tener un debate político que podría fragilizar el control burocrático sobre la sociedad.
Entonces, el tema es muy complejo. Yo diría que es claro que hay que enfrentar una agresión externa que puede tomar varias formas, pero no se puede, bajo esa situación de agresión, limitar de manera exagerada la posibilidad de expresión, de organización, de protestas, etcétera.
En mi presentación yo hice referencia a Rosa Luxemburgo, que apoyó totalmente a la Revolución bolchevique. Como ustedes saben fue asesinada en enero de 1919 bajo órdenes de ministros socialdemócratas alemanes, pero ella en 1918 escribió varias cartas a los bolcheviques, que hizo públicas, para decir “compañeros Lenin, Trotsky, cuidado con las medidas que están tomando de limitación de las libertades políticas”, etcétera, porque eso puede llevar a un proceso que va a ser mortal para la Revolución soviética. Yo diría, ¿cuál es el equilibrio que debemos encontrar en la transición?, y a ese nivel hay que evaluar también la actitud de Lenin, de Trotsky y de otros… ¿qué pasó con Kronstadt, esa rebelión de marinos cerca de Petrogrado?; ¿qué pasó con la policía secreta (la Checa), que tenía posibilidad de procesos de ejecución extrajudicial, de encarcelamiento de opositores?…la cuestión de los sindicatos; es claro que hay que ser capaz de analizar esto.
Para nosotros también es importante analizar lo que ocurrió en un país como Cuba. Todo el tema libertario en los años sesenta en Cuba, seguido luego por el aumento de la influencia negativa de la burocracia de la URSS a partir sobre todo de las dificultades económicas después de la zafra de 1970, y entonces analizar y también sacar lecciones de la experiencia cubana. Es también muy importante.
WPV: Claro que hay que analizar los procesos en sus contextos particulares, pero también hay que tener en cuenta determinados límites en las prerrogativas que tiene el propio Gobierno revolucionario, digamos, para asumir la dirección y el control del proceso. En este vínculo entre Socialismo y Democracia, Ud. es partidario de una acotación de la democracia. O sea, no se trata de La Democracia sin más, no es la democracia que ha sido hegemonizada por las perspectivas capitalistas, sino una democracia acotada (socialista o de cualquier otro género, una democracia de los trabajadores).
ET: Por ejemplo, para mí una de las lecciones de la experiencia rusa es la necesidad del pluripartidismo diciendo que, dentro del marco de la transición, debe permitirse la existencia de varios partidos si ellos aceptan, respetan, la Constitución socialista, obrera. En la sociedad de transición al socialismo no se puede permitir un partido pro-imperialista llamando a la intervención exterior, o soportando la intervención exterior, o dejarle organizarse libremente, reclutar y preparar una estrategia pro-imperialista. Pero puede haber partidos diferentes, que tienen diferentes visiones de la transición, y que pueden coexistir; y el pueblo debe ser capaz, gracias a su formación política y aumentándola, de elegir entre varias opciones. Claro, favorecer el debate y convocar a consultas sobre decisiones que hay que tomar.
También yo diría que una de las lecciones de las sociedades llamadas del “socialismo real” del siglo XX es que, y me parece fundamental, deben tener al nivel económico un sector importante de economía privada, la pequeña propiedad privada. La pequeña propiedad privada de la tierra, la pequeña propiedad privada de talleres, de restaurantes, de comercios. La experiencia soviética tuvo también influencia en Cuba, de estatizar casi todo en un momento dado, lo que perjudicó al proceso. Yo estuve aquí en 1993 cuando se anunció la liberación de la actividad de los cuentapropistas y me pareció una buena medida, o los mercados libres campesinos donde los campesinos pueden llegar a la ciudad y vender sus productos. Ese espacio debía haber sido mantenido en la Unión Soviética, donde fue un desastre la colectivización forzada impuesta por Stalin a partir de 1929, y sus consecuencias tremendas en la agricultura. Es decir, que está la cuestión de la democracia política, pero también para mí debe haber una diferenciación de estatutos de productores y la pequeña producción privada, y la pequeña propiedad privada o iniciativa privada debe ser garantizada durante el proceso.
En el caso chino, vietnamita y de la Unión Soviética, que desapareció en 1991, entonces la Federación Rusa, Ucrania, etcétera, no pusieron límites a la propiedad privada y restauraron la gran propiedad privada capitalista. Y burócratas o amigos de los burócratas se transformaron en oligarcas y acumularon una riqueza tremenda como nuevos capitalistas, incluso muy agresivos frente a los trabajadores y robando a la nación una gran parte de la riqueza generada por los productores.
Entonces, el debate no es solamente sobre democracia, es también sobre las reformas económicas y el contenido social de las reformas económicas.
WPV: Sobre la cuestión de los límites al mercado, los límites a la empresa privada, en estas experiencias socialistas (incluyendo a Cuba) se ha volcado muchas veces la discusión en términos de la relación Plan/Mercado. O sea hasta qué punto el Estado planificado centralmente debe intervenir, debe acotar, limitar, la expansión del mercado. Sin embargo, se presupone que debe existir un Plan central; por lo general, es algo implícito, algo que no se llega a cuestionar. Con relación a esto se puede asumir que el Plan así concebido es también uno de los instrumentos más efectivos con que cuenta la burocracia, ¿qué opinión tiene sobre el tema?
ET: Me acuerdo de discusiones en Cuba sobre el papel del mercado, etcétera, por ejemplo el debate que hubo cuando el Che era ministro de Industria.[3] En la década de 1990 volvieron las discusiones sobre el papel del mercado, me acuerdo muy bien, fui invitado a todos los eventos sobre la globalización entre 1998 y 2008–2009. Fidel [Castro] participó en todos los eventos que duraban tres, cuatro días, en el Palacio de las Convenciones con mil o mil doscientos invitados cubanos y extranjeros, y Fidel en varias ocasiones preguntaba exactamente sobre el papel del mercado y los límites que hay que fijar al mercado.[4]
Personalmente mi respuesta es la siguiente. Es fundamental permitir y apoyar la pequeña iniciativa privada, la pequeña producción agrícola, que puede ser incluso mayoritaria pero pequeña, es decir, una mayoría de familias campesinas produciendo la mayoría de la producción agrícola. Es uno de los incentivos para aumentar la producción y alcanzar la soberanía alimentaria, para mejorar también su nivel de vida gracias al aumento de la producción con la venta de más productos, es un incentivo potente para lograr un alto nivel de producción y de calidad porque el campesino sabe que si no produce productos de calidad no va a poder venderlos en el mercado libre.
Entonces, creo que a ese nivel hubo graves errores en la conducción de la política agrícola de muchos países llamados socialistas, donde se quiso estatizar o imponer cooperativas que no eran realmente eficientes. Pero, al mismo tiempo, para mí, la planificación es fundamental y yo te diría que en las economías modernas es todavía más importante. Imaginemos un momento una revolución socialista en Europa o los Estados Unidos. La planificación es fundamental, ¿cómo puedes imaginar la lucha contra el cambio climático, si no estás planificando terminar con las centrales de producción de energía con carbón, petróleo o gas, y cambiarlo por formas de energía renovable? Eso tiene que ser planificado, porque no son las comunidades locales, las familias, las que pueden tomar esa decisión, porque la producción de energía en esta época es a gran escala. Por tanto, combatir el cambio climático tiene una relación con lo que yo decía de la producción familiar con métodos orgánicos de producción agrícola, para combatir también el cambio climático o limitar los efectos del cambio climático que ya está en curso.
Entonces, la planificación es importante. El tema es cómo hacer que el pueblo, la ciudadanía, pueda incidir en las decisiones sobre la planificación. Y ahí para mí la respuesta, de alguna manera, pasa a través de Internet, de los medios de comunicación que tenemos, la Televisión, etcétera. Se pueden presentar al pueblo varias opciones y decidir, si tomamos tal opción podemos prever que tendrá tales consecuencias sobre sus condiciones de vida, si tomamos otra opción tendría estos efectos negativos; permitir el debate sobre estas opciones, y en un momento dado, que la gente se pronuncie sobre opciones que tienen que ver con las prioridades del Plan quinquenal, para el decenio, etcétera.
Para mí la lección de las experiencias llamadas socialistas del siglo pasado, radica en que se trataba de una planificación dirigida por aparatos burocráticos que decidían qué era lo más interesante e imponían prioridades. Al contrario, hubiera sido necesario someter a debate diferentes opciones. Entonces para mí no hay que acabar con la planificación, hay que democratizar la planificación.
Precisamos una nueva opción socialista, autogestionaria, ecologista, socialista, feminista. Tenemos que abogar por esa perspectiva.
WPV: Volviendo, para terminar, al marco del evento, que ha sido la oportunidad para poder entrevistarlo, ¿qué significado tiene para Ud. realizar en Cuba este evento internacional sobre la figura de Trotsky? ¿Qué importancia le concede a dialogar con Trotsky hoy?
ET: Para mí es una iniciativa muy positiva esta conferencia sobre Trotsky. Es una conferencia académica, no es una tribuna de organizaciones políticas para reclutar, sino un debate sobre muchos aspectos diferentes de la elaboración, del aporte y del combate de León Trotsky. Durante la conferencia se analizó la lucha de Trotsky contra la burocracia, la lucha para la extensión de la revolución, la lucha para enfrentar la agresión exterior. Trotsky era el jefe del Ejército Rojo que logró derrotar a la contrarrevolución y la agresión externa en 1919–1920 en la Rusia Soviética, no hay que olvidarlo. También se analizaron durante la conferencia los aportes de Trotsky sobre los problemas de la vida cotidiana, sus aportes sobre literatura, la cultura (fue un tema importante en esta conferencia), la realidad de la sociedad soviética de los años veinte…
Y, ¿por qué es importante hacerlo en Cuba? Porque Cuba es, yo diría, el único país de los que se llamaban “países socialistas” donde no se ha restaurado el capitalismo. Hay un debate fundamental para Cuba sobre cómo, tomando en cuenta las lecciones del siglo pasado, las luchas internas en la Unión Soviética entre los años 1920 y 1930, por un lado; y las experiencias recientes de restauración capitalista en Rusia, en China, y en otros países, cómo ubicarse como cubanos, de manera soberana, y dirigir el camino hacia el futuro. Claro que es complicado porque la agresión externa sigue. Tenemos a Trump, que está restringiendo un espacio pequeño que había sido abierto durante el mandato de Obama para Cuba, que era algo limitado pero que indicaba una apertura. Ahora con Trump se están otra vez cerrando espacios. Entonces, claro que la apuesta para el pueblo cubano y los desafíos para el socialismo cubano son muy importantes.
Yo como internacionalista siempre he apoyado a la Revolución cubana, he apoyado la lucha contra el bloqueo impuesto a Cuba, he apostado por el diálogo con las cubanas y los cubanos. Y ver que hay un espacio en Cuba para repensar el aporte de Trotsky, el significado que este aporte puede tener en los debates hoy en Cuba, es una alegría para mí. Hay decenas de compañeros aquí que son revolucionarios en sus países, que pueden tener posiciones diferentes, visiones diferentes sobre el trotskismo, los hay por supuesto, hay visiones diferentes del marxismo, visiones diferentes del leninismo, del fidelismo, del guevarismo, no hay una sola visión. Hay debates, pero te puedo decir que yo siento un entusiasmo de compañeros que luchan desde hace décadas y que consideran muy positiva esta iniciativa en Cuba.

Wilder Pérez Varona
La Tizza

Notas:

[1] Eric Toussaint. Doctor en Ciencias políticas de las universidades de Paris VIII y de Liège. Militante internacionalista. Autor de varios libros editados en Cuba: Crisis Global y alternativas desde la perspectiva del Sur (Editorial Ciencias sociales, 2010, http://www.cadtm.org/Crisis-global-y-alternativas-desde), Las Finanzas contra los pueblos. La Bolsa o la Vida (Editorial Ciencias sociales, 2004, http://www.cadtm.org/La-Bolsa-o-la-Vida-Las-Finanzas), entre otros.
[2] Se refiere a la ponencia presentada en el Coloquio Internacional dedicado a León Trostky realizado en La Habana entre el 6 y el 8 de mayo de 2019, cuya sede fue la casa Benito Juárez. Ver la ponencia: Eric Toussaint, “Lenin y Trotsky frente a la burocracia y a Stalin. Revolución rusa y sociedad de transición”. En http://rebelion.org/docs/256387.pdf.
[3] Ver Che Guevara, El Gran Debate Sobre la economía en Cuba, Editorial Ocean Press, 2018, 424 páginas, ISBN: 978–1–925317–36–7, https://oceansur.com/catalogo/titulos/el-gran-debate-2.
[4] Ver por ejemplo: http://www.fidelcastro.cu/es/discursos/discurso-en-la-clausura-del-v-encuentro-sobre-globalizacion-y-problemas-del-desarrollo-en.

Fuente: http://medium.com/la-tiza/la-lecci%C3%B3n-de-la-uni%C3%B3n-sovi%C3%A9tica-es-que-la-burocracia-elige-la-restauraci%C3%B3n-capitalista-be801bb25126

jueves, 30 de mayo de 2019

La pupila asombrada: Una televisión diferente




El portal Cubainformación publicó este reportaje con entrevistas a varios de quienes participan en su realización.

martes, 28 de mayo de 2019

"La batalla principal de la Reforma agraria no fue la tierra, sino acabar con una mentalidad sumisa"




Mavis Dora Álvarez Licea, escritora y combatiente de la Revolución, dirigente durante años de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) y de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), nos narra cómo, muy joven, participó en la Reforma Agraria en Cuba, entregando títulos de tierra y llevando a los terratenientes la noticia de que, a partir de entonces, la tierra era para quien la trabajaba.

Nueva tentación ferroviaria en Cuba

El programa de renovación de ferrocarriles emprendido por Cuba con participación de varios países promete beneficios directos al transporte de pasajeros en el verano.

Con la importación de 56 vagones de pasajeros, de fabricación china, Cuba da continuidad a un programa de renovación del servicio de ferrocarril que absorbe unos 3.000 millones de dólares. La noticia tuvo gran impacto esta semana porque desde hacía 44 años el país no adquiría coches nuevos de este tipo.
Producidos por la compañía china CMC, en la fábrica CRRC Tangshan, a esta primera importación se le sumarán en breve otros 24 vagones, para completar este año el primer lote de 80, de 240 que Cuba programa comprarle al gigante asiático hasta el año 2021.
Durante el recibimiento de los equipos en el puerto de La Habana, el ministro del Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, anunció que los primeros 80 coches estarán activos a mediados del verano, con el consecuente aumento de viajes en una isla que, por su geografía alargada, ha valorado históricamente la utilidad del transporte ferroviario.
Con la entrada en servicio de los nuevos coches, disminuirá la frecuencia de viajes entre La Habana y las ciudades de Bayamo y Santiago de Cuba, en el oriente cubano, y aumentará a 720 el número de pasajeros en cada viaje, que hoy se realizan con capacidad limitada entre 400 y 500 pasajeros.
Los primeros estimados de la Unión de Ferrocarriles de Cuba (UFC) prevén incrementar este año el servicio en un millón de pasajeros, después de transportar cerca de 6,7 millones de personas en 2018.
El programa de rehabilitación del servicio ferroviario cubano “constituye una de las prioridades gubernamentales porque es un sector transversal a toda la economía nacional y porque además es un transporte más económico”, declaró a la agencia Xinhua el vicepresidente del Consejo de Ministros, Ricardo Cabrisas, en el acto de entrega oficial de los coches importados.
El gobierno cubano emprendió hace varios años un Programa de Recuperación y Desarrollo del Ferrocarril Nacional, que incluye desde la reparación y ampliación de líneas férreas hasta la modernización y compra de nuevos equipos, con participación de varios países e inversión de unos 3.000 millones de dólares, según información del diario Granma.
A inicios del presente año, Cuba importó de Rusia un lote de siete locomotoras, ferrobuses de un modelo experimental y vagones para el transporte de carga y de materiales de la construcción, como 53 silocementos. Cuba ya ha importado 43 de las 75 locomotoras planificadas en el programa de compras ferroviarias a Rusia.
Los coches de pasajeros de fabricación china llamaron la atención en el país, por disponer de diseño y estándares de calidad que se habían perdido en la mayoría de los equipos de transporte ferroviario.
Cuando complete el lote de 80 vagones, la Unión de Ferrocarriles de Cuba prevé crear cuatro formaciones con 12 vagones cada una y un largo de 325 metros, casi el doble de los siete viejos carros que conforman las actuales formaciones. Los nuevos coches tienen capacidad para 72 personas cada uno.
“Son coches con prestaciones a la altura de los estándares internacionales de transportación de pasajeros y además diseñados para Cuba”, valoró el Director General de la UFC, Eduardo Hernández, quien confirmó que se trabaja para que estén prestando servicios en el verano, la época vacacional de crecimiento tradicional en los viajes.
“Sin lugar a dudas va a ser un cambio tecnológico y en la calidad del servicio de los ferrocarriles cubanos”, dijo Hernández.
Mediante este programa de compras a China, Cuba adquirirá 70 coches de primera clase, 130 de segunda, 20 cafeterías y 20 furgones generadores de electricidad para restablecer su flota ferroviaria.
El beneficio del programa puede tener gran impacto social, porque los viajes por ferrocarril es uno de los servicios de transporte que más se ha deteriorado en Cuba.

IPS

La Revolución Bolivariana y el belicismo de los “pacifistas”

“¡Estoy en contra de la intervención militar!”, afirma una narrativa estadounidense como pretexto ante una declaración sobre Venezuela. Tal “negativa” consuela las conciencias liberales y se esfuerza por mantener las deseables −pero cada vez más ilusorias− credenciales del “progresismo” académico, periodístico y político de los Estados Unidos. Eso nada tiene que ver con el anunciado gesto de Noruega para buscar una solución diplomática.
Esa narrativa “pacifista” tiene origen en los proprios belicistas de Washington. El 1º de mayo, por ejemplo, Mike Pompeo, el Secretario de Estado, uno de los principales arquitectos de la palabrería “pacifista”, junto a Bolton y Trump, declaró que “es posible la acción militar. Si se requiere, Estados Unidos lo hará. Tratamos de hacer todo lo posible para evitar la violencia. Preferiríamos una transición pacífica de gobierno”.
Tan sólo por una razón Estados Unidos no ha implementado la opción militar hasta ahora. No es por cualquier reparo a la invasión militar de otro país. Es por el fracaso de su intento de romper la alianza cívico-militar, ruptura que sería la condición previa necesaria para la opción militar en el momento.
Para Washington, la guerra económica siempre ha estado sobre la mesa y ha sido aplicada ferozmente. Luego de la elección de Maduro en 2013 tras de la muerte de Chávez, Estados Unidos provocó y apoyó una violenta oposición contra esa legítima elección, como pretexto para que la legislación del presidente Obama hacia Venezuela pudiese sancionar a individuos de la República Bolivariana como castigo económico, buscando así crear obstáculos a los funcionarios chavistas y a miembros del Estado.
En marzo de 2015 Obama endureció esta política al declarar a Venezuela una “amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos”, abriendo así la puerta a sanciones individuales adicionales. Trump amplió las sanciones económicas hacia sanciones colectivas y la plena guerra económica. Como lo señaló el escritor y académico internacional Vija y Prashad, influyente en la izquierda estadounidense: “Obama forjó la lanza; Trump la lanzó al corazón de Venezuela”.
La guerra económica dirigida por Trump contra Venezuela golpea especialmente la industria petrolera. Según un estudio publicado en Estados Unidos en mayo de 2019 por los destacados economistas estadounidenses, Mark Weisbrot y Jeffrey Sachs, éstas y otras sanciones económicas “han infligido y progresivamente infligen daños muy graves a la vida y a la salud humanas, incluidas más de 40.000 muertes entre 2017 y 2018. Tales sanciones encajarían en la definición de castigo colectivo de la población civil, tal como se describe en las convenciones internacionales de Ginebra y La Haya, de las cuales Estados Unidos es signatario.”
La guerra contra Venezuela incluye además tres sabotajes a la red eléctrica durante el mes de marzo de 2019. Además, tuvieron lugar tres intentos de golpe de Estado, entre el 23 de enero y el 30 de abril, junto con múltiples y amplias acciones de oposición contra los intentos por adherentes al chavismo que defienden la revolución en las calles. Es posible imaginar cómo estas acciones de masa afectan la ya golpeada economía y el funcionamiento de lo que ha llegado a ser una vida muy difícil.
La guerra mediática liderada por Estados Unidos contra Maduro, el chavismo y sus partidarios, es además uno de las más feroces de la historia reciente.
El 16 de mayo, tras un mes de enfrentamientos físicos, la administración Trump ordenó a la policía invadir la Embajada de Venezuela en Washington, mientras los “pacifistas” mantuvieron silencio acerca de esta guerra en la misma ciudad donde viven y trabajan muchos de ellos.
¿Qué viene luego de la narrativa “pacifista” en oposición a una eventual intervención militar y a favor de una “transición pacífica”, a la vez que mantienen silencio acerca de la actual guerra multifacética?
La narrativa liderada por Estados Unidos para restringir la oposición a su política hacia Venezuela exclusivamente a los estrechos confines de una intervención militar, mientras ignora por completo la guerra contra Venezuela, sólo sirve para ganar tiempo. Su objetivo es provocar una implosión en Venezuela con el fin de tomar el control, sin jamás haber puesto una bota en suelo venezolano. ¿Es ésta la nueva guerra? De serlo, no es tan nueva. ¿No fue este su objetivo en 1960, por medio del bloqueo contra Cuba, buscando generar “el desencanto y el desaliento basados en la insatisfacción y en las dificultades económicas”, para provocar la revuelta del pueblo contra el gobierno?
Estados Unidos no aprende de la historia.

Arnold August
Cubasí

Fuente: Cubasí
http://cubasi.cu/cubasi-noticias-cuba-mundo-ultima-hora/item/93306-la-revolucion-bolivariana-y-el-belicismo-de-los-%E2%80%9Cpacifistas%E2%80%9D

* Arnold August: Periodista y conferencista canadiense, es autor de Democracy in Cuba and the 1997–98 Elections, Cuba y sus vecinos: democracia en movimiento, y Relaciones Cuba-Estados Unidos: ¿Qué ha cambiado? Como periodista colabora con sitios web y la televisión en América Latina, Cuba, Europa y América del Norte y Medio Oriente. Twitter, Facebook. Su sitio web es: www.arnoldaugust.com

domingo, 26 de mayo de 2019

África y Cuba, un mismo corazón

África y Cuba tienen un mismo corazón que late con ritmo solidario y de amistad fraterna desde que en la mayor de las Antillas triunfo la Revolución del 1 de enero de 1959, y su líder eterno, Fidel Castro, decidió acompañado de sus compatriotas ayudar desinteresadamente a los pueblos del llamado continente olvidado.
La sangre de África corre abundante por nuestras venas, reiteró Fidel en numerosas de sus intervenciones, y en un discurso en 1975 aseveró: “Y de África, como esclavos, vinieron muchos de nuestros antecesores a esta tierra. Y mucho que lucharon los esclavos, y mucho que combatieron en el Ejército Libertador de nuestra patria”.
El eterno Comandante en Jefe de la nación caribeña enseñó a los cubanos a saldar una deuda moral con sus ancestros, que comenzó a materializarse con el respaldo a las luchas por la independencia de la mayoría de los países de esta región, y perdura hasta hoy con la colaboración en varias esferas, principalmente en la salud.
Desde entonces en este continente fueron sembradas y regadas con sangre africana y cubana semillas que germinaron con el cursar del tiempo, y actualmente son palmeras y árboles frondosos de apego y respaldo mutuo que enemigo alguno podrá derribarlas jamás.
No se puede escribir sobre la entrañable hermandad entre la Isla caribeña y África sin dejar de recordar al Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara y su batallar por estas tierras, ni tampoco a tantos luchadores por la verdadera independencia de estos pueblos, como el líder sudafricano antiapartheid Nelson Mandela.
Es imprescindible citar también una muy conocida expresión de Mandela en una de sus visitas a La Habana: "Cuba es el único país del mundo que no fue a África a saquearla, a robarle sus riquezas, sino a luchar por ella y a dejar en el suelo africano la sangre de sus hijos".
La mayor de las Antillas mantiene y mantendrá invariable ese principio porque la solidaridad no se vende, ni se brinda a cambio de nada, por ello el agradecimiento perdurable de los pueblos de esta región, y de otras del mundo.
Algunos descolocados y malintencionados insisten frustradamente en socavar los lazos de amistad que unen a africanos y cubanos, y a la ayuda que siguen y continuarán prestando a sus hermanos más desposeídos los hijos de la patria de Fidel, pese a seguir bloqueados y agredidos por su vecino poderoso del Norte.
Les molesta que miles de médicos y personal asistencial salven vidas en los lugares más recónditos del denominado continente olvidado, y cooperantes de otras esferas compartan sus conocimientos y experiencias.
Tales adversarios chocarán una y mil veces con la misma piedra porque africanos y cubanos tienen un mismo corazón, muy sano, que latirá eternamente, y cada vez con mayor fuerza.
Cuando este 25 de mayo se celebre el Día de África, los habitantes del decano archipiélago caribeño harán suya una vez más esa fecha, y festejarán junto a sus hermanos de siempre. Vayan nuestras Felicitaciones.

Rubén G. Abelenda, embajador de Cuba en Gambia

Cuba y la Unión Europea evalúan respuestas frente a la activación de la Helms-Burton

La alta representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Federica Mogherini, y el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, mostraron este viernes su rechazo a la activación por parte de Estados Unidos de la ley Helms-Burton y abordaron los próximos pasos.
Mogherini y Rodríguez se etrevistaron en Bruselas para abordar las relaciones bilaterales y la necesidad de la suspensión del Título III de la ley Helms-Burton figuró en la agenda de la reunión, y ambas partes la lamentaron.
Esta normativa permite demandar ante tribunales estadounidenses a empresas extranjeras con intereses en la isla caribeña, que se hayan beneficiado de terrenos o inmuebles expropiados tras la Revolución de 1959.
«Tanto la UE como Cuba creen que la aplicación extraterritorial de la ley es contraria a la ley internacional», señaló el SEAE, que precisó que Mogherini y Rodríguez «intercambiaron puntos de vista sobre los próximos pasos».
La UE ya adelantó su intención de aplicar el «estatuto de bloqueo», que prohíbe la aplicación en territorio comunitario de las sentencias en EE.UU. sobre el Título III y permite a los demandados recibir indemnizaciones en tribunales europeos.
Tampoco se descarta una posible demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), una medida a la que el bloque europeo ya recurrió cuando se aprobó la Helms-Burton en 1996 y que no fue retirada hasta que Washington se comprometió a mantener congelado el citado Título III.
Otro asunto que abordaron fue la situación en Venezuela, donde «hay una necesidad urgente de promover una solución pacífica y democrática a la crisis».
El servicio diplomático comunitario destacó que las relaciones entre la UE y Cuba han sido reforzadas a través del acuerdo de diálogo político y cooperación, el primer tratado bilateral puesto en marcha entre las partes.
«Tanto la alta representante como el ministro expresaron su satisfacción sobre su progreso», subrayó.
Asimismo, trataron los preparativos de la próxima reunión del consejo conjunto UE-Cuba, prevista para septiembre.

Cubadebate

"En Persona": Coronel (r) Fidencio González Peraza, Héroe de Cangamba


La Formación de los Educandos en Cuba


miércoles, 22 de mayo de 2019

Cuba: una `represión´ de fresa y chocolate




El reconocimiento internacional a los avances legales y las políticas públicas de Cuba en materia de diversidad sexual y de género es algo insoportable para la ultraderecha de Miami, ahora en el gobierno de EEUU. Para ello dirige, desde hace tiempo, una campaña de desprestigio contra la diputada cubana Mariela Castro y el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) que dirige. En esta campaña se insertan los incidentes ocurridos, hace unos días, en el Malecón de La Habana.

“En Cuba nos faltaba Trotsky para comprender lo que pasó en la Unión Soviética”

Entrevista a Frank García Hernández, organizador del reciente “Primer evento académico internacional sobre León Trotsky”, realizado en Cuba

IdZ: ¿Cuál es tu valoración del evento sobre Trotsky que se realizó en Cuba?
Yo siempre pensé que el evento iba a marcar un antes y un después. Sé que si lo hubiéramos hecho en Brasil o en México –países donde es posible que se hagan las 2.da y 3.ra edición de este encuentro– no hubiera sido igual, porque, aunque no hemos tenido mucho financiamiento por todos los problemas económicos que tiene Cuba, sí logramos una participación internacional muy grande, con expositores de altísimo nivel como Robert Brenner, Paul Le Blanc, Susy Weissman o Eric Toussaint, han venido ustedes [CEIP León Trotsky, N. del E.], los del Centro de Estudios Socialistas Karl Marx, la Casa Museo León Trotsky, han llegado investigadores de las tres universidades más importantes de Brasil, vinieron participantes y académicos que en otros momentos no se encuentran por las disputas tradicionales que tienen sus organizaciones políticas, pero que vienen porque Cuba es un terreno de todos y de nadie.
Trotsky, Cuba y la situación que se está viviendo ahora en el país, ha hecho que vinieran personas de todo el mundo: de la India, Irán, Turquía, Italia, Austria, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Argentina, Canadá, España, Estados Unidos, México, Perú, Venezuela, Brasil, se alistaron también intelectuales de Colombia y Pakistán, que al fin no pudieron asistir, Michael Löwy y Tariq Ali también querían estar presentes, y otros diez expositores más como mínimo. El evento, en realidad, debió tener cuatro días, pero era imposible, casi y no puede salir. Teníamos una situación muy difícil en el plano logístico por lo cual no pudimos recibir público extranjero. Ojalá hayan comprendido y no se hayan molestado con nosotros. A quienes les pedimos que no vinieran no lo hicimos nunca por cuestiones políticas y mucho menos personales. Si hubiéramos aceptado las 192 solicitudes de participación como público habríamos colapsado, de hecho, tú viste que en el salón donde estábamos no hubiesen tenido espacio.
Lo único que no me gustó del evento es que no hubo mucho público cubano, lo cual creo que fue por mala gestión, es responsabilidad nuestra, y eso pudo dar la falsa idea de que en Cuba no hay voluntad de conocer a Trotsky. Y la traducción robó mucho tiempo y restó dinámica; además, la falta de tiempo provocó que el programa no estuviera listo para el primer día.
Pero el evento, para mí, a pesar de sus problemas, es un avance total. Además, el Instituto de Filosofía se comprometió a publicar las memorias del evento, un instituto que si no hubiese sido por él no estaríamos hoy aquí. Como también hay que darle las gracias al director de la Casa Benito Juárez, donde radicó este congreso. Y agradecer también el apoyo logístico que nos dio el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello, que parece también se dispone a colaborar en la publicación de las memorias. Si esto se hace, si se logra publicar ese libro, sería la primera vez que aparecería en Cuba un libro dedicado a Trotsky y los fenómenos sociopolítico-culturales que se han generado en torno a él.
El otro texto de Trotsky que apareció, como libro, fue publicado en la década de los años sesenta por los militantes del Partido Obrero Revolucionario (Trotskista), que militaban en la IV Internacional posadista. Ese libro no recorrió el país porque fue decomisado y nunca salió de imprenta.
IdZ: ¿Fueron publicados otros artículos o materiales de Trotsky?
En Cuba solo se han publicado los siguientes artículos de Trotsky sin sufrir censura: uno en el periódico Revolución, del Movimiento 26 de Julio, en el suplemento cultural "Lunes de Revolución", donde apareció un fragmento muy corto de Historia de la revolución rusa, que publicó Guillermo Cabrera Infante. Eso fue en 1960.
Después en 2014-2015 se publicó en Cuba La última batalla de Lenin, compilación de escritos y cartas de Lenin, que publicó originalmente la editorial Pathfinder, que cedió sus derechos a la Editorial de Ciencias Sociales; ahí aparecieron unas cartas de Trotsky a Lenin.
Y después de que yo imparto el curso de posgrado sobre León Trotsky, en noviembre del 2016 –el primero que se dio en Cuba y tuvo gran impacto en el estudiantado–, casi dos años después, en enero del 2018, cuando se cumplió el centenario del Ejército Rojo, se publicó, en una revista cultural de Santa Clara, parte del discurso que dio Trotsky en la fundación del Ejército Rojo.
Entonces ahora, cuando publiquemos este libro, vamos a vivir en Cuba un antes y un después, porque al publicarse todas las exposiciones que se hicieron, vamos a saltar el tabú político que es Trotsky.
Con Trotsky en Cuba aconteció algo muy similar a lo que dice el escritor peruano Héctor Béjar en su libro, que fue Premio Casa de las Américas de ensayo en 1966, cuando afirmaba que después del XX Congreso del PCUS todos sabíamos los crímenes de Stalin pero nadie nos dijo que el que no era un criminal era Trotsky.
Y lo mismo sucedió en Cuba: después de la caída de la Unión Soviética, todos supimos los crímenes de Stalin, pero nadie ha dicho aquí que Trotsky no era culpable de lo que se le acusaba. Esa es la importancia del evento. Comenzar a decir en Cuba que nada de lo que se dijo de Trotsky es verdad. Y es que de Trotsky ni siquiera hay mención en los libros de historia que reciben los estudiantes. Quizá los universitarios lo conozcan, pero es muy difícil que los secundaristas sepan de él.
Sin dudas, la obra de Padura, El hombre que amaba a los perros, ayudó a levantar la curiosidad, pero no tienen ningún libro al cual ir a cubrir las dudas y conocer más. Por otra parte, la amiga y camarada Celia María Hart Santamaría, no pudo difundir con éxito a Trotsky en Cuba. Las circunstancias hicieron que terminara siendo una francotiradora en el tejado de una torre. Nadie la veía, nadie la podía ver, aunque sentían sus disparos, certeros, muy certeros.
IdZ: Háblanos de la dinámica del evento y de las primeras repercusiones.
El nivel académico muy bueno, excelente, no hay ninguna queja. Hay que agradecer la presencia de todas y todos. Hubo la colaboración incluso de Lindy Laub, una cineasta norteamericana muy conocida, que había participado en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, aquí en La Habana en 1999, y Suzi Weissman su productora, la cual a su vez fue ponente. Ambas trajeron un documental del que pudimos disfrutar el working-progress de 42 minutos, El hombre más peligroso del mundo, con imágenes inéditas que nadie ha visto nunca. Esto lo realizamos en una sala pequeña pero muy colaborativa, de la Muestra de Jóvenes Realizadores. Lamentablemente no había muchos cubanos, pero lo importante es que se pudo proyectar en Cuba.
Lo que sí es real es que Trotsky, como personaje histórico ha impactado en sectores del estudiantado universitario cubano, ya que al evento querían venir estudiantes de Santiago de Cuba, vinieron de Santa Clara sin tener incluso las condiciones económicas, vinieron desde Matanzas. Hoy ya en Santa Clara y en La Habana hay estudiantes que están leyendo y estudiando los libros que ustedes y otros compañeros trajeron al evento. Para ellos, para esos estudiantes cubanos, pido la más solidaria de las ayudas. Tienen solo dos títulos. Llamo entonces al internacionalismo, a que les envíen material, revistas, libros.
Escritos latinoamericanos es, por demás, un texto que ha impresionado mucho a algunos historiadores cubanos, pues nunca habíamos podido, ni siquiera sabíamos, que León Bronstein le había dedicado artículos de análisis político a la coyuntura cubana de su tiempo y en especial al Partido Bolchevique Leninista. Para mí, que escribo la historia del trotskismo cubano, ese es un aporte fundamental. Otro punto importante es que este viernes Escritos latinoamericanos será donado, junto al texto de Gabriel García Higueras, Trotsky en el espejo de la historia, a la biblioteca de la Casa de las Américas, la institución que atrajo a intelectuales como Cortázar, Benedetti, Galeano, y que hoy sigue siendo uno de los mejores puntos de convergencia del continente. Esa biblioteca es muy visitada por la intelectualidad habanera. También este viernes 17 de mayo Escritos… llegará a las bibliotecas de la Facultad de Filosofía e Historia, y a la Biblioteca Central de la Universidad de La Habana.
Yo siempre hago una aclaración muy necesaria: el evento fue una actividad académica sobre Trotsky y todos los fenómenos políticos, sociales y culturales que se desprendieron de él. No fue una convocatoria para hacer una convergencia internacional trotskista. La percepción que tenemos los jóvenes que nos sentimos parte de la izquierda marxista cubana, que empleamos el marxismo para entender la realidad, es que Trotsky pertenece al sistema de ideas comunistas, a toda la teoría que nos aporta Gramsci, Rosa Luxemburgo, Lenin, Marx, Mariátegui. Algunos burócratas nos quieren señalar de trotskistas; yo no tengo nada en contra del trotskismo, evidentemente, sí unas necesarias y enriquecedoras divergencias de criterios, pero recordemos que Stalin comenzó a emplear ese término para hacer creer que los seguidores de la Oposición de Izquierda no eran bolcheviques leninistas, sino una tendencia ajena a la revolución.
Nos faltaba Trotsky. Nos faltaba Trotsky para comprender lo que pasó en la Unión Soviética, porque ninguno de los referentes del marxismo que mencioné, así como el Che Guevara o Fidel Castro, pudieron, por diferentes motivos, dar una explicación sistémica de lo que sucedió. Trotsky tiene el valor de haberlo hecho desde el año 1936, el valor de haber desarrollado un análisis sociológico el cual no conocíamos, y por el cual nosotros, las cubanas y los cubanos, estamos muy interesados.

Pablo Oprinari
Ideas de Izquierda

martes, 21 de mayo de 2019

“La causa más bella de la humanidad”




La contribución de Cuba a la liberación de África y a la lucha contra el apartheid

Desde el advenimiento de la Revolución en 1959, Cuba ha hecho de la solidaridad con los pueblos en lucha por su emancipación un pilar de su política exterior. Desde los primeros instantes, pese a la hostilidad de Estados Unidos y las innumerables dificultades internas ligadas al proceso de transformación social, Fidel Castro hizo de Cuba una tierra de asilo para todos los grupos revolucionarios y movimientos de liberación nacional de América Latina, África y Asia. Cuba desempeñó un papel importante en los distintos procesos de liberación nacional en África, ofreciendo ayuda y recursos.
En el espacio de treinta años, cerca de medio millón de cubanos, mujeres y hombres, participaron en las guerras anticoloniales en África, convirtiendo a la pequeña isla del Caribe en igual de las grandes potencias. ¿Cuáles fueron las razones que motivaron a La Habana, asediada por Washington, para comprometerse de tal modo a más de 10.000 kilómetros de su territorio nacional? ¿Cómo cambió la acción cubana el destino de los países de África austral y contribuyó de modo decisivo a la caída del régimen racista de Pretoria? ¿Por qué Nelson Mandela realizó su primera visita fuera de África a la Cuba de Fidel Castro?
Cuba apoyó primero a Argelia en su lucha anticolonial contra Francia y contribuyó a preservar su independencia conquistada en 1962. Luego, La Habana respondió favorablemente a la solicitud de ayuda del movimiento lumumbista del Congo belga y contribuyó a las epopeyas independentistas de Guinea Bissau y Cabo Verde y defendió la soberanía de Etiopia. Finalmente, Cuba brindó su concurso decisivo para preservar la independencia de Angola tras la agresión del régimen supremacista de Pretoria, doblando así las campanas del apartheid y abriendo el camino a la independencia de las naciones de África austral.

1. Apoyo a la independencia de Argelia

El primer país africano en beneficiarse del internacionalismo cubano fue Argelia. Los cubanos siguieron con mucho interés la lucha de los independentistas del Frente de Liberación Nacional (FLN) contra el colonialismo francés. En 1961, el gobierno de Fidel Castro estableció los primeros contactos con la dirección del FLN, principal fuerza política argelina en el combate contra la opresión colonial. [1] Así, el 27 de junio de 1961, Cuba fue el único país del hemisferio occidental en reconocer al gobierno argelino en el exilio. [2]
La Habana no se limitó a expresar su apoyo político a la lucha por la libertad. En enero de 1962, Cuba decidió suministrar una ayuda material y militar a los revolucionarios argelinos que llevaban la lucha desde 1954. Las autoridades cubanas mandaron un cargamento de 1.500 armas por barco con destino al campamento del FLN en Ujda, cerca de la frontera argelina. El barco “Bahía de Nipe” regreso a Cuba con 78 guerrilleros argelinos heridos y 20 niños refugiados, la mayoría huérfanos de guerra. [3]
Así, a pesar de un contexto geopolítico sumamente complejo, frente a la hostilidad creciente de Estados Unidos que había impuesto sanciones económicas, que había organizado la invasión de Bahía de Cochinos y que multiplicaba los atentados terroristas en la isla, Fidel Castro no vaciló en arriesgar las relaciones de Cuba con la Francia del General de Gaulle, en nombre del principio de solidaridad internacionalista con los pueblos en lucha por su emancipación.
Argelia no olvidó esta expresión de solidaridad por parte de La Habana. En octubre de 1962, tras realizar una visita oficial en Estados Unidos, Ahmed Ben Bella decidió viajar directamente a La Habana desde Washington, a pesar de las advertencias de Kennedy. [4] Fidel Castro expresó su gratitud el 16 de octubre de 1962 en presencia del Primer Ministro argelino:
Visitar Cuba cuando el rico y poderoso imperio yanqui redobla su hostilidad y odio hacia nosotros […] visitar Cuba cuando los imperialistas yanquis amenazan también con atacar nuestro país en cualquier momento […] es, por su parte, señor Primer Ministro, un acto de valor y resolución […]; es un gesto de amistad que nunca olvidaremos. Es también un acto que honra a la nación argelina ante los pueblos del mundo”. [5]
Argelia necesitó pronto el concurso de Cuba. En septiembre de 1963, el Marruecos de Hassan II decidió aprovechar la debilidad del nuevo Estado independiente desde el 5 de julio de 1962 para lanzar una conquista territorial, apoderándose de la zona fronteriza argelina rica en recursos naturales. Debilitada por ocho años de guerra que asolaron al país, Argelia no tenía una estructura de defensa organizada ni las armas necesarias para proteger su integridad territorial. Ahmed Ben Bella solicitó entonces la ayuda urgente de Cuba para hacer frente a esta agresión armada y preservar la independencia del país. En octubre de 1962, el gobierno de La Habana mandó a una división blindada y a 700 combatientes al mando del Comandante Efijenio Ameijeras, que disponían de los armamentos soviéticos más modernos. [6]
Frente a este despliegue de fuerzas, Marruecos estuvo obligado a firmar un alto el fuego el 30 de octubre de 1963 y abandonar los territorios ocupados unas semanas después, sin que las tropas cubanas entraran en combate. Después de su primera misión internacionalista, Cuba obsequió la integralidad del armamento a Argelia y formó al ejército local para su uso. [7] Cuba pagó el precio de su solidaridad activa con Argelia. En efecto, Rabat decidió romper sus relaciones diplomáticas con La Habana, las cuales se restablecería sólo en 2017. [8]
La ayuda cubana a Argelia no sólo fue política, material y militar. Fue también médica. En efecto, el país estaba confrontado a una grave crisis sanitaria después de la salida de la mayor parte de los médicos franceses, con apenas 200 médicos para una población de 4 millones de habitantes [9] . Así Argelia consiguió en mayo de 1963 el apoyo de una brigada médica de 55 profesionales de la salud. No obstante, Cuba se encontraba frente a una situación nacional sumamente severa. En efecto, además de la grave crisis sanitaria que afectaba a la población cubana en 1959 en una isla que sólo contaba con 6.000 médicos para 6 millones de habitantes, cerca de la mitad del personal cubano eligió emigrar hacia Estados Unidos en los primeros meses de 1959, atraído por mejores oportunidades profesionales. A pesar de las serias dificultades a las cuales Cuba hacía frente y al éxodo del personal de salud, La Habana ofreció su ayuda médica a Argelia. [10]
El Frente de Liberación Nacional recuerda que “desde las primeras horas de su independencia, Argelia encontraría en Cuba un apoyo de envergadura en sus esfuerzos de reconstrucción nacional, particularmente en el campo de la salud”. [11] Hoy día, varias decenas de médicos cubanos y otro personal de salud trabajan en las distintas regiones de Argelia. [12]
Por todas estas razones Abdelaziz Bouteflika, Presidente de la República argelina, decretó un duelo de ocho días tras el fallecimiento de Fidel Castro el 25 de noviembre de 2016. En su mensaje de condolencias al pueblo cubano, expresó la gratitud de Argelia por el apoyo indefectible de La Habana:
"Es también una gran pérdida para el pueblo argelino que tiene una relación particular con El Comandante hecha de respeto, admiración y afecto mutuos. Una relación que encuentra también su singularidad por haber compartido algunas páginas de la historia de la gloriosa lucha de Liberación Nacional y en las cuales El Líder Máximo desempeñó un papel importante al lado del pueblo argelino. Este compañerismo de lucha encontraría su extensión después de la accesión de Argelia a la independencia y se manifestó mediante una solidaridad y un apoyo a la reconstrucción de nuestro país arruinado por una guerra colonial devastadora […]. Rindo tributo a un auténtico defensor de los valores de paz, respeto de la soberanía nacional y a su combate intransigente a favor del derecho de los pueblos a disponer de ellos mismos”. [13]
La misión internacionalista cubana en Argelia sería la primera de una larga serie que vería a La Habana brindar su apoyo al Congo, Guinea Bissau y Cabo Verde y Etiopía.

2. Ayuda a la lucha armada en el Congo y Guinea Bissau y defensa de la soberanía de Etiopía

Congo

En 1961, Estados Unidos ordenó el asesinato de Patrice Lumumba, líder independentista del Congo belga. Lauwrence Devlin, Jefe de la Oficina de la CIA en el país, reconoció la responsabilidad de Washington: “Yo tenía que proceder a la eliminación física, es decir asesinar a Lumumba. Pregunté inmediatamente quién había dado estas instrucciones y la respuesta fue que eran del Presidente Eisenhower”. [14] Con la complicidad de Bélgica y de las tropas de Naciones Unidas, el Primer Ministro congoleño fue asesinado por Mobutu, el cual instauró una dictadura que duraría hasta 1997 con el apoyo de Estados Unidos. [15]
Las fuerzas lumumbistas desataron un movimiento insurreccional en el país bajo el liderazgo de Laurent-Désiré Kabila, jefe de la rebelión congoleña. Kabila solicitó entonces la ayuda de Cuba para luchar contra el régimen de Mobutu, apoyado por las potencias occidentales. En abril de 1965, Che Guevara, a la cabeza de una columna de 120 combatientes cubanos, llegó al Congo para ayudar a la guerrilla. Su presencia duró ocho meses y seis internacionalistas cubanos cayeron en combate. [16]
Pero el combate era desigual entre una rebelión debilitada y un régimen que disponía del apoyo militar de Estados Unidos y de mercenarios blancos pagados por Washington. Cléophas Kamitatu, entonces Ministro de Interior de Mobutu, estuvo encargado de aplastar a los insurgentes: “Organizamos una operación de recuperación del país y usamos el ejército [y] los mercenarios […] pagados por Estados Unidos”. [17]
Frente a la ofensiva del ejército de Mobutou Tanzania, que apoyaba a la guerrilla, pidió la salida de Guevara y sus hombres, los cuales tuvieron que marcharse en noviembre de 1965. La experiencia congoleña fue un fracaso según el Che, a causa de las luchas internas, de la falta de disciplina entre los insurrectos y de la decisión unilateral de Tanzania de dejar de suministrar a los rebeldes. [18]
En una carta al Presidente Julius Nyerere, Guevara expresó su incomprensión y su disgusto:
“Cuba ofreció ayuda sujeta a la aprobación de Tanzania, ésta aceptó y la ayuda se hizo efectiva. Era sin condiciones ni límites de tiempo. Comprendemos las dificultades de Tanzania hoy, pero no estamos de acuerdo con sus planteamientos. Cuba no retrocede de sus compromisos ni puede aceptar una fuga vergonzosa dejando al hermano en desgracia a merced de los mercenarios”. [19]

Guinea-Bissau y Cabo Verde

Ese mismo año, 1965, Amilcar Cabral, líder revolucionario del Partido Africano para la Independencia de Guinea Bissau y Cabo Verde (PAIGCV), recibió ayuda militar de Cuba para sus guerrilleros en su lucha contra el colonialismo portugués. En 1966, después de la Conferencia Tricontinental que tuvo lugar en Cuba y que reunió a los movimientos revolucionarios del Tercer Mundo, La Habana mandó a decenas de instructores, técnicos y médicos a la guerrilla del PAIGCV, para formar y curar a los combatientes guineanos. La guerra de desgaste que lanzó Cabral contra la ocupación portuguesa desató la Revolución de los Claveles en abril de 1974 contra la dictadura de Salazar, orquestada por capitanes que lucharon en Guinea Bissau. Dobló las campanas de la presencia colonial de Portugal en África, desembocó en la independencia de Guinea Bissau en 1974 y abrió el camino para la liberación de Mozambique y Angola. [20]
Pedro Pires, Presidente de Cabo Verde de 2001 a 2011, expresó el homenaje de su pueblo a los cubanos:
“Durante nuestra lucha de Liberación Nacional, nos beneficiamos de la solidaridad indefectible de Cuba. Nadie puede permanecer indiferente frente a la contribución cubana, particularmente de Fidel Castro, para la liberación de África. Yo mismo me formé en Cuba e hice mi formación militar allí. Los africanos tenemos una deuda moral y una deuda de honor hacia Cuba, Fidel y sus combatientes internacionalistas”. [21]
Por su parte, Maneca Santos, miembro del Comité Central del PAIGC, enfatizó la contribución decisiva de cuba “durante la lucha de liberación nacional”. La Habana desempeñó un papel preponderante “en las luchas de las antiguas colonias portuguesas, particularmente en Guinea Bissau y en Cabo Verde”. [22]
Por su parte, Iva Cabral, hija de Amilcar Cabral, expresó el sentimiento de su pueblo hacia Cuba:
“Fidel Castro apoyó nuestras luchas de liberación nacional sin ninguna restricción. Desempeñó un papel fundamental en la independencia de Angola y en la caída del apartheid en Sudáfrica. No se puede hablar de la historia del siglo XX sin hablar de Fidel Castro […] Es una figura fundamental de la historia mundial del siglo XX y particularmente del Tercer Mundo. Como africana, siento respeto y una admiración profunda por Fidel Castro”. [23]

Etiopía

En junio de 1977, Somalia, apoyada por Estados Unidos, lanzó una guerra de conquista territorial contra Etiopía, con el objetivo de apoderarse de la región de Ogaden de alrededor de 300.000 kilómetros cuadrados, o sea una tercera parte del país. El ejército somalí realizó una incursión de 1.000 kilómetros en el interior del territorio etíope y alcanzó las ciudades de Hara y Dire Dawa. En diciembre de 1977, el Gobierno etíope de Mengistu Haile Marian solicitó la ayuda de Cuba para rechazar la invasión. La Habana lanzó entonces la Operación Protesta de Baraguá en enero de 1978 y mandó a sus tropas. Después de violentos combates, los etíopes y los internacionalistas cubanos sacaron al ejército somalí fuera de las fronteras en marzo de 1978. [24] Mulatu Teshome, Presidente de la República de Etiopía, recordó la contribución de Cuba “en nuestra lucha por defender nuestra integridad territorial”, así como “su apoyo durante los tiempos difíciles”. [25]

3. Angola, África Austral y “la causa más bella de la humanidad”

La Revolución de los Claveles y la caída de la dictadura de Salazar pusieron fin a la presencia colonial portuguesa en África. Después de Guinea Bissau y Cabo Verde en 1974, Mozambique y Angola consiguieron su independencia en 1975. En Angola varias organizaciones se enfrentaron por el poder: El Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) de Agostinho Neto, apoyado por Cuba y la Unión Soviética; el Frente Nacional de Liberación de Angola (FNLA) de Holden Roberto y la Unión Nacional por la Independencia Total de Angola (UNITA) de Jonas Savimbi, ambos apoyados por Estados Unidos, Sudáfrica y el Zaire de Mobutu. [26]
En enero de 1975, Portugal instaló un gobierno provisional en el que estaban representados la antigua potencia colonial y los tres principales movimientos independentistas. Durante ese periodo de transición de un año, el ejército portugués debía encargarse del mantenimiento del orden hasta el día de la proclamación de la Independencia el 11 de noviembre de 1975. [27]
Consciente de la popularidad del MPLA en el país, Estados Unidos decidió neutralizar al principal movimiento independentista angoleño de orientación marxista para impedir que accediera al poder. Además de los instructores y armas enviados al FLNA y a la UNITA, Washington pudo contar con la colaboración de la Sudáfrica del apartheid. En marzo de 1975, siguiendo las instrucciones del secretario de Estado Henry Kissinger, Mobutu mandó a sus tropas a Angola y lanzó un ataque desde el norte con el FLNA. Por su parte, Pretoria había previsto una ofensiva desde el sur con la UNITA. El objetivo era apoderarse de la capital, Luanda, antes del 11 de noviembre. [28]
Frente a esta agresión internacional y la complicidad pasiva de las fuerzas portuguesas cuyo papel era garantizar el orden, el MPLA resistió firmemente a la coalición dirigida por Estados Unidos y solicitó la ayuda urgente de Cuba. A partir del mes de septiembre, el MPLA retomó el control de 12 de las 16 provincias del país, incluyendo toda la costa. En octubre de 1975, 500 instructores cubanos llegaron a Angola con armas suficientes para formar 40 unidades de batallón y batería. Se abrieron cuatro centros de instrucción en el país para entrenar a las tropas. [29]
El 14 de octubre de 1975, Sudáfrica, primera potencia militar del continente gracias al apoyo de los países occidentales, decidió invadir a Angola con sus tropas regulares. El 4 de noviembre de 1975, Fidel Castro respondió al llamado del MPLA y lanzó la Operación Carlota, del nombre de una esclava cubana que lideró una revuelta contra la opresión colonial en el siglo XIX. Asumiendo el riesgo de debilitar su propia seguridad nacional, La Habana mandó a sus tropas más aguerridas y su armamento más moderno para preservar la integridad territorial de Angola e impedir que el régimen racista de Pretoria instalara un gobierno títere. En el espacio de unas semanas, 35.000 internacionalistas cubanos llegaron a Angola para brindar su concurso militar a la nación agredida por el régimen de Pretoria y Zaire, siguiendo las órdenes de Washington. [30]
El 10 de noviembre de 1975, el ejército surafricano llegó a Kifangondo, a 20 kilómetros de la Luanda y lanzó un ataque de envergadura para apoderarse de la capital. Las Fuerzas Armadas Populares de Liberación de Angola (FAPLA), apoyadas por los instructores cubanos, ofrecieron una resistencia feroz que permitió preservar la ciudad. [31] El ataque al enclave de Cabinda, rico en recursos minerales, también fue repelido por los internacionalistas cubanos y los angoleños. [32] El 11 de noviembre, Agostinho Neto proclamó la independencia de Angola desde Luanda y expresó su gratitud a Fidel Castro, alabando “la solidaridad extraordinaria del pueblo cubano”. [33]
Por primera vez en su historia, las fuerzas del apartheid tuvieron que retirarse frente a las tropas negras cubanas y abandonar el territorio de Angola el 27 de marzo de 1976. El régimen supremacista del apartheid acababa de sufrir su primera derrota, rompiendo el mito de la invencibilidad del ejército blanco de Pretoria. [34]
La intervención de Cuba fue una decisión de Fidel Castro. Se hizo contra la voluntad de la Unión Soviética, que estaba a favor de un proceso de distensión con Estados Unidos. Karen N. Broutens, Director del Departamento de Asuntos Exteriores del Politburó soviético, reconoció que Moscú fue colocado ante el hecho consumado: “El envío de tropas cubanas en África nos tomó completamente por sorpresa. No sabíamos nada […]. Fue un choque para nosotros. Estábamos molestos porque los cubanos actuaban sin consultarnos”. [35] La intervención militar de La Habana ilustró la independencia total de la política exterior del Gobierno cubano hacia el aliado soviético.
Fidel Castro explicó las razones del involucramiento de Cuba en África:
“Algunos imperialistas se preguntan por qué ayudamos a los angoleños, qué intereses tenemos nosotros allí. Ellos están acostumbrados a pensar que cuando un país hace algo es porque está buscando petróleo, o cobre, o diamante, o algún recurso natural. ¡No! Nosotros no perseguimos ningún interés material, y es lógico que los imperialistas no lo entiendan […]. ¡Estamos cumpliendo un elemental deber internacionalista cuando ayudamos al pueblo de Angola! […] Simplemente aplicamos una política de principios. No nos cruzamos de brazos cuando vemos a un pueblo africano, hermano nuestro, que de repente quiere ser devorado por los imperialistas y es brutalmente atacado por África del Sur”. [36]
Washington consideró incluso lanzar un ataque aéreo contra Cuba, a guisa de represalias. “Si decidimos usar la fuerza militar debemos conseguir la victoria. No podemos hacer las cosas a medias”, declaró Henry Kissinger al General del Estado Mayor George Brow el 24 de marzo de 1976. Durante su encuentro con el presidente Gerald Ford, Kissinger se mostró más preciso: “Creo que vamos a tener que aplastar a Castro. Pero probablemente no podremos actuar antes de las elecciones [presidenciales de 1976]”. “Estoy de acuerdo”, replicó el presidente Ford. Kissinger deseaba a cualquier precio proteger al régimen del apartheid: “Si los cubanos destruyen Rodesia, Namibia será la próxima en la lista y luego Sudáfrica. Si realizan un movimiento hacia Namibia o Rodesia, tendremos que pulverizarlos”. Secretamente elaborado por el Grupo de Acciones Especiales de Washington, el plan preveía bombardeos estratégicos, minar los puertos y una cuarentena de Cuba. [37] No obstante, Kissinger no pudo contener su admiración hacia Fidel Castro. Según él, “era probablemente el más genuino líder revolucionario entonces en el poder” [38] .
Después de la derrota infligida por los cubanos y angoleños, Sudáfrica y Estados Unidos incrementaron la ayuda a la UNITA de Jonas Savimbi, hundiendo al país en una guerra civil que duraría hasta 2002. Por su parte, Luanda y La Habana brindaron su ayuda a los revolucionarios de la Organización del Pueblo de Suroeste Africano (SWAPO) de Namibia, entonces protectorado surafricano, y a los militantes del Congreso Nacional Africano (ANC) de Nelson Mandela que luchaban contra el apartheid, ofreciéndoles una base en Angola. Así, en 1978 la aviación surafricana lanzó un ataque aéreo mortífero contra el campo de refugiados de la SWAPO y mató a cerca de 700 personas, entre las ellas más de 150 mujeres y cerca de 300 niños. [39]
Una década después, en 1987, las FAPLA, siguiendo las recomendaciones de los asesores militares soviéticos, lanzaron una ofensiva contra la UNITA. Los cubanos habían exhortado a Luanda a no lanzar un ataque pues Pretoria controlaba el aire en el sur de Angola. Había que neutralizar primero la aviación surafricana. La Habana no fue escuchada y Sudáfrica intervino masivamente, particularmente con bombardeos aéreos y una ofensiva de vehículos blindados, obligando a las fuerzas angoleñas a replegarse hacia el pueblo de Cuito Cuanavale, zona estratégica del sureste del país [40] .
Frente a esa situación crítica, Angola solicitó otra vez la ayuda urgente de Cuba, que tenía desde 1975 a 20.000 soldados permanentes en el país. Fidel Castro decidió llevar la cifra a 55.000 combatientes internacionalistas que llegaron al país en unas semanas, y desplegó sus mejores pilotos así como su defensa antiaérea más sofisticada. [41] “No hubo ninguna cooperación con la Unión Soviética, todo lo contrario”, enfatizó Fidel Castro, respecto a la oposición de Moscú a una nueva intervención militar en Angola. [42] El Presidente cubano se encargó personalmente de dirigir las operaciones desde La Habana. Asediando la zona, el ejército surafricano intentó varias veces apoderarse de Cuito Cuanavale, pero fue rechazado por las tropas cubanas y angoleñas. Gracias a la nueva supremacía aérea, La Habana lanzó una contraofensiva en marzo de 1988 con 40.000 soldados cubanos y 30.000 combatientes angoleños, sin olvidar el apoyo de los revolucionarios namibios. El poderío de fuego era impresionante: más de 1.000 armas antiaéreas y todos los aviones disponibles permitieron a Cuba dominar el cielo y obligaron a las tropas surafricanas a retirarse más allá de la frontera. Cuito Cuanavale infligió un “golpe político, militar y moral demoledor” al ejército del apartheid”. [43]
Tras la derrota de Cuito Cuanavale, frente a la presencia militar disuasiva de Cuba y la amenaza de proseguir la contraofensiva más allá de la frontera angoleña, en territorio namibio, Estados Unidos y Sudáfrica se vieron obligados a abrir negociaciones con Cuba y Angola. Durante los diálogos en El Cairo en junio de 1988, Chester Crocker, Secretario de Estado Adjunto encargado de África, intentó descubrir si Cuba tenía la intención de pasar la frontera namibiana. La respuesta de Jorge Risquet, representante de Cuba en Angola, fue sin ambages:
“Yo no le puedo dar esa respuesta. Yo no le puedo dar un meprobamato [calmante] ni a usted ni a los surafricanos […] Entiéndame bien, yo no estoy amenazando. Si yo le dijera que van a detenerse, yo le estaría dando un meprobamato, un Tylenol, y no quiero amenazar ni quiero darle un calmante […]. Lo que he dicho es que solo los acuerdos sobre la independencia de Namibia pueden dar las garantías.” [44]
Las reivindicaciones cubanas eran las siguientes: Sudáfrica debía poner fin a su apoyo a la UNITA y permitir elecciones libres en Namibia, bajo el control de las Naciones Unidas. Pretoria capituló y aceptó las condiciones de La Habana, y firmó un acuerdo de paz en diciembre de 1988. [45] Sudáfrica puso fin a su ocupación militar de Namibia y se realizaron elecciones. Por su parte, Cuba se comprometió a salir de Angola, una vez que se garantizase su seguridad. Dos años después, Namibia consiguió su independencia y la SWAPO ganó las elecciones. [46]
La victoria de Cuito Cuanavale fue decisiva para la salvaguardia de la independencia de Angola. José Eduardo Dos Santos, Presidente del país de 1979 a 2017, enfatizó “la solidaridad que Cuba ofreció a la lucha de los pueblos colonizados, particularmente al pueblo angoleño, y la contribución inolvidable de este país a la defensa y preservación de la soberanía e integridad territorial de Angola, en su resistencia a la agresión del régimen racista surafricano”. [47]
Cuito Cuanavale también tuvo un impacto decisivo en la liberación de Namibia, entonces bajo el yugo del régimen de Pretoria. Durante la visita de Fidel Castro a Namibia en 1998, Sam Nujoma, Presidente de la nación, lo recibió en el aeropuerto y pronunció esta frase histórica: “Bienvenido a la República de Namibia, el país que usted contribuyó a liberar”. [48] Hage Geingob, actual Presidente de Namibia, miembro histórica de la SWAPO, rindió homenaje a Cuba por su compromiso a favor de la libertad en África austral:
“Fidel es un referente para muchos de nosotros, particularmente en África austral. […] Fue mi mentor. La independencia de Namibia se debe a la batalla de Cuito Cuanavale donde los surafricanos sufrieron una derrota [...]. En Namibia, Cuba es amada. Cuando nuestros hijos fueron atacados en Cassinga, Cuba vino para auxiliarnos. Tres mil de ellos fueron acogidos en Cuba y hoy día están de regreso. Eso significa mucho para nosotros. Cuba no vino para mandarnos o apoderarse de nuestros recursos. […] Mientras que Inglaterra, Francia y Estados Unidos estaban del lado del apartheid que nos oprimía y mataba, Fidel Castro vino a liberarnos”. [49]
La derrota que los cubanos infligieron al ejército de Pretoria dobló las campanas del régimen del apartheid, el cual estuvo obligado a legalizar al ANC y liberar a Nelson Mandela en febrero de 1990, después de 27 años de prisión, y abolir el apartheid en junio de 1991. Mandela, el héroe de la lucha contra la opresión racial, reservó su primer viaje fuera de África a Cuba. El Gobierno de Fidel Castro había apoyado al ANC desde los primeros instantes. [50] En un discurso pronunciado en Cuba en 1991, Nelson Mandela rindió tributo al pueblo de la isla y expresó su gratitud por su contribución a la libertad en África austral:
Desde sus días iníciales, la Revolución Cubana ha sido una fuente de inspiración para todos los pueblos amantes de la libertad. El pueblo cubano ocupa un lugar especial en el corazón de los pueblos de África. Los internacionalistas cubanos hicieron una contribución a la independencia, la libertad y la justicia en África que no tiene paralelo por los principios y el desinterés que la caracterizan. […] De modo particular nos conmueve la afirmación del vínculo histórico con el continente africano y sus pueblos. Su invariable compromiso con la erradicación sistemática del racismo no tiene paralelo. Somos conscientes de la gran deuda que hay con el pueblo de Cuba. ¿Qué otro país puede mostrar una historia de mayor desinterés que la que ha exhibido Cuba en sus relaciones con África […]? ¡La aplastante derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale constituyó una victoria para toda África! ¡Esta derrota indiscutible del ejército racista en Cuito Cuanavale dio la posibilidad a Angola de disfrutar de la paz y consolidar su propia soberanía! ¡La derrota del ejército racista permitió al pueblo combatiente de Namibia conquistar finalmente su independencia! ¡La derrota decisiva de las fuerzas agresivas del apartheid destruyó el mito de la invencibilidad del opresor blanco! ¡La derrota del ejército del apartheid sirvió de inspiración al pueblo combatiente de Sudáfrica! ¡Sin la derrota infligida en Cuito Cuanavale nuestras organizaciones no habrían sido legalizadas! ¡La derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale hizo posible que hoy yo pueda estar aquí con ustedes! ¡Cuito Cuanavale marca un hito en la historia de la lucha por la liberación del África austral! ¡Cuito Cuanavale marca un viraje en la lucha para liberar el continente y nuestro país del flagelo del apartheid!” [51]
Thabo Mbeki, Presidente de Sudáfrica de 1999 a 2008, rindió homenaje a la contribución cubana a la libertad de su pueblo:
“Fidel fue una gran inspiración para todos nosotros. Se comprometió plenamente en nuestra lucha. Algunos de nuestros mejores cuadros militares se formaron en Cuba […]. Tenemos lazos muy fuertes con los cubanos por esta lucha. Nunca olvidaremos a los cubanos caídos en Angola, quienes lucharon contra las fuerzas del apartheid. […] La derrota de los surafricanos en Angola abrió directamente el camino a la independencia de Namibia y a nuestra propia liberación en Sudáfrica”. [52]
Del mismo modo, Jacob Zuma, Presidente de Sudáfrica de 2009 a 2018, recordó que Cuba entrenó a los guerrilleros del ANC, transmitiéndoles los valores de la Revolución Cubana: “Nuestros cuadros que vivieron mucho tiempo en Cuba fueron los que mejor entendieron el vínculo entre patriotismo e internacionalismo”. Muchos médicos, ingenieros, diplomáticos y otros se formaron en Cuba. “Para nosotros, Castro no sólo era un amigo. Era nuestro líder, nuestro mentor y nuestro internacionalista revolucionario”. [53]
En 1991, los últimos internacionalistas cubanos salieron de Angola. En total, desde la primera misión en Argelia en 1963, 380.000 combatientes y 70.000 colaboradores civiles, o sea un total de 450.000 cubanos, brindaron su concurso a la liberación de África. [54] En Sudáfrica, en el Parque de la Libertad de Pretoria, se encuentran escritos en piedra los nombres de los 2.107 cubanos caídos en combate por la emancipación de los pueblos de África Austral. [55]
Thenjiwe Mtintso, militante antiapartheid torturada y encarcelada bajo el régimen de Pretoria en los años 1970 y embajadora de Sudáfrica en Cuba de 2007 a 2010, rindió tributo a Cuba:
“Hoy Sudáfrica tiene muchos amigos nuevos. Ayer estos amigos se referían a nuestros líderes y a nuestros combatientes como terroristas y nos acosaban desde sus países a la vez que apoyaban a la Sudáfrica del apartheid. Esos mismos amigos hoy quieren que nosotros denunciemos y aislemos a Cuba. Nuestra respuesta es muy simple, es la sangre de los mártires cubanos y no de estos amigos la que corre profundamente por la tierra africana y nutre el árbol de la libertad en nuestra Patria”. [56]
A esos múltiples homenajes, Fidel Castro respondió recordando la máxima de José Martí, héroe nacional cubano, “Patria es humanidad”:
¿Qué hacíamos nosotros, sino pagar nuestra deuda con la humanidad, nuestra deuda con África, nuestra deuda con aquellos que lucharon por nuestra dignidad, con aquellos que lucharon por nuestra independencia en muchos campos de batalla? Eso es lo que hemos hecho, no merecemos ningún especial reconocimiento, no merecemos ninguna especial gratitud, simplemente cumplimos un deber”. [57]

Conclusión

De Argelia a Sudáfrica, pasando por el Congo, Guinea Bissau, Cabo Verde, Etiopia, Angola y Namibia, la contribución cubana a la liberación del continente no tiene equivalente en la historia de las luchas anticoloniales. “Es la primera vez que un país vino de otro continente no para llevarse algo, sino para ayudar a los africanos a conseguir su libertad”. Tales fueron las palabras que redactó Nelson Mandela desde su prisión en Robben Island. [58] Mientras los Estados Unidos, y la mayoría de las potencias occidentales, brindaron un apoyo firme al régimen segregacionista del apartheid, mientras Washington incluyó a Nelson Mandela en la lista de los miembros de organizaciones terroristas hasta 2008, incluso cuando era Premio Nobel de la Paz en 1993 y Presidente de la República de Sudáfrica de 1994 a 1999, La Habana, por su parte se comprometió plenamente en la lucha contra la opresión racial del régimen de Pretoria, porque se trataba, según las palabras de Fidel Castro, de “la causa más bella de la humanidad”.
Para comprender el prestigio de la Revolución Cubana en América Latina, África y Asia, lejos de la imagen a menudo caricatural vehiculada en Occidente, es necesario recordar el papel fundamental que desempeñó una pequeña isla asediada por Estados Unidos en la lucha mundial por la emancipación humana. Muchas veces desconocido, este aporte mayor de Cuba a la dignidad de los explotados está grabado en la memoria de los pueblos del Sur que sufrieron de la servidumbre colonial y racial.
El internacionalismo revolucionario, es decir, la solidaridad activa y concreta con los pueblos en lucha por su libertad, ha sido un pilar fundamental de la Revolución Cubana desde 1959. Mientras que las potencias occidentales colonizaron la cuna de la humanidad, humillando a los pueblos y saqueando los recursos naturales, Cuba, por su parte, intervino para romper las cadenas de la opresión y sólo se llevó de África los cuerpos de sus soldados caídos en combate en nombre del derecho inalienable de los pueblos a la libre determinación. +

Salim Lamrani

Notas:

[1] Jorge Risquet Valdés, «Las profundas raíces del internacionalismo de los cubanos», Revista Tricontinental, 6 noviembre de 2018.
[2] Alger Républicain, « Les révolutionnaires cubains étaient en Algérie pendant la guerre de Libération», 6 de mayo de 2015.
[3] Fidel Castro Ruz, « Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, en la cena oficial ofrecida por el Presidente de la República Argelina Democrática y Popular», República de Cuba, 6 de mayo de 2001. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2001/esp/c060501e.html (sitio consultado el 14 de abril de 2018).
[4] John F. Kennedy Presidencial Library and Museum , “Ben Bella Visit”, 15 de octubre de 1962. https://www.jfklibrary.org/Asset-Viewer/Archives/JFKWHF-WHS26.aspx (sitio consultado el 3 de abril de 2018).
[5] Piero Gleijeses, «La primera experiencia cubana en África: Argelia (1961-1965), Temas, n°16-17, octubre 1998, p. 63.
[6] Ibid.
[7] Gabriel Molina, «Para Argelia cualquier ayuda que necesite», Granma, 22 de octubre de 2015.
[8] Ministère de la Culture et de la Communication, «Rétablissement des relations diplomatiques entre le Royaume du Maroc et la République de Cuba», Royaume du Maroc, 21 de abril de 2017. http://www.maroc.ma/fr/actualites/retablissement-des-relations-diplomatiques-entre-le-royaume-du-maroc-et-la-republique-de (sitio consultado el 2 de abril de 2018).
[9] Fidel Castro Ruz, « Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, en la cena oficial ofrecida por el Presidente de la República Argelina Democrática y Popular», op. cit.
[10] Gabriel Molina, «Para Argelia cualquier ayuda que necesite», op. cit.
[11] El Moujahid, «Décès de Fidel Castro, le président Abdelaziz Bouteflika : ‘Une perte’ pour le peuple algérien», 27 de noviembre de 2016. http://www.elmoudjahid.com/fr/actualites/102165 (sitio consultado el 1 de abril de 2018).
[12] Ernesto J. Gómez Figueredo, «Cuba y Argelia firman acuerdo para continuar cooperación bilateral», Granma, 30 de enero de 2018.
[13] El Moujahid, «Décès de Fidel Castro, le président Abdelaziz Bouteflika: ‘Une perte’ pour le peuple algérien», 27 de noviembre de 2016. http://www.elmoudjahid.com/fr/actualites/102165 (sitio consultado el 1 de abril de 2018).
[14] Jihan Al Tahri, «Cuba, une odyssée africaine», Temps Noir/ Arte, 2007.
[15] Scott Chain, «Laurence R. Devlin, 86, C.I.A Officer Who Balked on a Congo Plot, Is Dead», The New York Times, 11 de diciembre de 2008, p. B10.
[16] Che Guevara, Pasajes de la guerra revolucionaria: Congo, Barcelona, Editorial Mondadori, 1999.
[17] Jihan Al, «Cuba, une odyssée africaine», op. cit.
[18] Che Guevara, Pasajes de la guerra revolucionaria: Congo, op. cit.
[19] Ramón Pérez Cabrera, La historia cubana en África 1963-1991, p. 115.
[20] Jorge Risquet Valdés, «Las profundas raíces del internacionalismo de los cubanos», op. cit.
[21] Álvaro Lidgero Andrade, «Pedro Pires: ‘Africa tem uma dívida moral e de honra para com Fidel Castro’”, Voice of America, 27 de noviembre de 2016. https ://www.voaportugues.com/a/pedro-pirs-africa-divida-moral-fidel-castro/3613197.html (sitio consultado el 1 de abril de 2018).
[22] Maneca Santos, «‘A historia o absolverá’, afirma Maneca Santos sobre Fidel Castro», Voice of America, 28 de noviembre de 2016. https ://www.voaportugues.com/a/a-historia-o-absolvera-manecas-santos-fidel-castro/3614138.html (sitio consultado el 26 de abril de 2018).
[23] Alvaro Lidgero Andrade, «Iva Cabral: ‘Como africana tenho respeito e admiraçao por Fidel Castro’», Voice of America, 27 de noviembre de 2016. https ://www.voaportugues.com/a/iva-cabral-fidel-castro-admiracao-e-respeito/3613601.html (sitio consultado el 1 de abril de 2018).
[24] Fidel Castro Ruz, «Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz, Presidente de la República de Cuba, en el acto de conmemoración del centenario de la Protesta de Baraguá, Municipio ‘Julio Antonio Mella’, Santiago de Cuba», República de Cuba, 15 de marzo de 1978. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1978/esp/f150378e.html (sitio consultado el 29 de abril de 2018); Vilma Thomas Ramírez, «Cuba en Etiopía: Aniversario 40 de una hazaña internacionalista», Cubadebate, 18 de marzo de 2018.
[25] Ethipian News Agency , «President Mulatu, PM Hailmariam Express Condolences Over Death of Castro», 26 de noviembre de 2016. http ://www.ena.gov.et/en/index.php/politics/item/2340-president-mulatu-pm-hailemariam-express-condolences-over-death-of-castro (sitio consultado el 1 de abril de 2018).
[26] Jorge Risquet Valdés, «Las profundas raíces del internacionalismo de los cubanos», op. cit.
[27] Ibid.
[28] Ibid.
[29] Ibid.
[30] Fidel Castro Ruz, «Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz, Presidente de la República de Cuba, en el acto de masa efectuado en Mandela Park, Kingston, Jamaica, el día 30 de julio de 1998», República de Cuba, 30 de julio de 1998. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1998/esp/f300798e.html (sitio consultado el 1 de abril de 2018).
[31] Jorge Risquet Valdés, «Las profundas raíces del internacionalismo de los cubanos», op. cit.
[32] Fidel Castro Ruz, “Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, en la Clausura del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, Celebrado en el Teatro ‘Carlos Marx’”, República de Cuba, 22 de diciembre de 1975. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1975/esp/f221275e.html (sitio consultado el 28 de marzo de 2018).
[33] Jihan El Tahri, «Cuba, une odysée africaine», op. cit.
[34] Piero Gleijeses, Misiones en conflicto: La Habana, Washington y África 1959-1976, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2002, p.
[35] Jihan El Tahri, «Cuba, une odysée africaine», op. cit.
[36] Fidel Castro Ruz, “Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, en la Clausura del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, Celebrado en el Teatro ‘Carlos Marx’”, República de Cuba, 22 de diciembre de 1975. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1975/esp/f221275e.html (sitio consultado el 28 de marzo de 2018).
[37] The National Security Archive , « Kissinger Considered Attack on Cuba Following Angola Incursion”, 1 de octubre de 2014, George Washington University. http://www2.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB487/ (sitio consultado el 21 de febrero de 2015).
[38] Henry Kissinger, Years of Renewal, New York, 1999, p.785 in Piero Gleijeses, “Carta a Obama”, Cubadebate, 3 de febrero de 2014.
[39] Piero Gleijeses, «A test of Wills: Jimmy Carter, South Africa, and the Independence of Namibia”, Diplomatic History, noviembre 2010, p. 853-91.
[40] Piero Gleijeses, Visiones de libertad: La Habana, Washington, Pretoria y la lucha por el sur de Africa (1976-1991, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2015, Tomo II, p. 209-220.
[41] Fidel Castro Ruz, «Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz, Presidente de la República de Cuba, en el acto de masa efectuado en Mandela Park, Kingston, Jamaica, el día 30 de julio de 1998», República de Cuba, 30 de julio de 1998. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1998/esp/f300798e.html (sitio consultado el 1 de abril de 2018).
[42] Democracy Now, «The Untold Story of Cuba’s Support for African Independence Movements Under Fidel Castro», 28 de noviembre de 2016. https://www.youtube.com/watch?v=U1iUe3NmMh8 (sitio consultado el 31 de marzo de 2018).
[43] Fidel Castro Ruz, «Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz, Presidente de la República de Cuba, en el acto de masa efectuado en Mandela Park, Kingston, Jamaica, el día 30 de julio de 1998», op. cit.
[44] Piero Gleijeses, «El adiós a un hermano», Cubadebate, 29 de septiembre de 2015.
[45] Piero Gleijeses, Visiones de libertad: La Habana, Washington, Pretoria y la lucha por el sur de África (1976-1991, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2015, Tomo II, p. 311-368.
[46] Ibid ., 395-403.
[47] Francisco Marques, «Presidente de Angola ‘profundamente consternado’ pela morte de Fidel Castro», Euronews, 26 de noviembre de 2016. http://pt.euronews.com/2016/11/26/presidente-de-angola-reage-a-morte-de-fidel-castro (sitio consultado el 1 de abril de 2018).
[48] Sam Nujoma, «Fidel Castro y Nelson Mandela», Youtube, 13 de octubre de 2010. https://www.youtube.com/watch?v=iksYRLDo3w8 (sitio consultado en 30 de marzo de 2018).
[49] BBC , «Fidel Castro ‘Came to Free Us’, Says Namibia President», 4 de diciembre de 2016. http://www.bbc.com/news/av/world-africa-38190601/fidel-castro-came-to-free-us-says-namibia-president (sitio consultado el 29 de marzo de 2018).
[50] Nelson Mandela Foundation , «Deepest Condolences to the People and Government of Cuba on the Passing of Fidel Castro», 26 de noviembre de 2016. https://www.nelsonmandela.org/news/entry/deepest-condolences-to-the-people-and-government-of-cuba-on-the-passing-of (sitio consultado el 1 de abril de 2018).
[51] Salim Lamrani, Cuba. Ce que les médias ne vous diront jamais, Paris, Editions Estrella, 2009, prologue.
[52] Thabo Mbeki, «Interview : Mbeki Says Fidel Castro Was Committed to SA’s Liberation », SABC Digital News, 26 de noviembre de 2016. https://www.youtube.com/watch?v=Vzgx8M-_AcA (sitio consultado el 30 de marzo de 2018).
[53] Jacob Zuma, «Interview: Pres. Zuma Speaks Fondly about the late Fidel Castro», SABC Digital News, 26 de noviembre de 2016. https://www.youtube.com/watch?v=OUcmi2RwZpQ (sitio consultado el 30 de marzo de 2018).
[54] Jorge Risquet Valdés, «Las profundas raíces del internacionalismo de los cubanos», op. cit.
[55] Freedom Park , «The Cuban 5 Visit Freedom Park», 29 de junio de 2015. http://www.freedompark.co.za/stay-informed/news-and-media-releases/142-the-cuban-5-visit-freedom-park (sitio consultado el 30 de marzo de 2018).
[56] Piero Gleijeses, «Cuito Cuanavale: batalla que terminó con el apartheid», Cubadebate, 23 de marzo de 2013.
[57] Fidel Castro Ruz, «Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz, Presidente de la República de Cuba, en el acto de masa efectuado en Mandela Park, Kingston, Jamaica, el día 30 de julio de 1998», op. cit.
[58] Max Bearak, «Fidel Castro, African Hero», The Washington Post, 28 de noviembre de 2016.

Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Cuba, ¡palabra a la defensa!, Hondarribia, Editorial Hiru, 2016. http://www.tiendaeditorialhiru.com/informe/336-cuba-palabra-a-la-defensa.html Facebook: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel

En francés: https://www.humanite.fr/la-plus-belle-cause-de-lhumanite-661874

lunes, 20 de mayo de 2019

La cultura en sesenta años de Revolución

Advierto que sería un gran atrevimiento de mi parte hablar aquí de la cultura en estos sesenta años transcurridos después del triunfo de la Revolución, ni siquiera pretendo sentar cátedra con una conferencia. Mi único propósito es compartir algunos criterios generales sobre un tema de importancia significativa para la mejor comprensión de la Nación cubana en su devenir.
Pienso que hoy día es ya posible, libre de prejuicios, hacer un balance del transcurrir de la cultura en el período que nos ocupa. No hay que pretender fundamentarlo en rigurosa doctrina, aunque debe establecerse sobre los principios, que guiaron a mi generación, niña o adolescente, durante los años de lucha insurreccional hasta el triunfo de la Revolución. Entonces, implicó el evidente compromiso con aquella juventud que había luchado un 26 de Julio en el cuartel Moncada contra la tiranía y, luego de 1959, llevó a cabo las transformaciones imprescindibles para el progreso de la sociedad cubana.
Bajo la autoridad y carisma de Fidel, en el Ejército Rebelde —esencia del pueblo humilde— descansaba el respaldo a la Revolución. Formado este por estudiantes, campesinos, obreros, en general era portador de una conciencia política colectiva que se había forjado en la intuición de un pasado por reivindicar, al cabo del reciente centenario del natalicio del más preclaro hombre, el periodista y poeta José Martí, quien había logrado la unidad de los pinos nuevos y viejos para continuar la lucha por la independencia.
La Revolución de 1959 era consecuencia de una inexcusable acción cultural, cuyos atributos éticos procedían de nuestro acervo más íntimo. En aquellos primeros años se crearon instituciones fundamentales para la marcha de la cultura, según la perspectiva de la nueva república: Casa de las Américas, el ICAIC, el Ballet Nacional, la Imprenta Nacional, Danza Nacional y algunos otros. El Sistema de Enseñanza Artística constituyó un ejemplo para otras naciones de Latinoamérica.
He aquí mi convicción sobre las razones de la sobrevivencia de la estructura socio-política que comenzó a instituirse en 1959 con el liderazgo de Fidel Castro. Durante esos primeros años, padeció los ataques a su ejercicio político tanto en el seno de la propia Revolución como en el enfrentamiento a las violentas agresiones de los Estados Unidos, interesados en derrocar a un Gobierno revolucionario que ponía coto a su dominio imperial y, peor aún, servía de ejemplo a una América Latina en marcha hacia la renovación y respeto propios. La alfabetización fue la tarea colosal que llenó aquellos primeros años. La resistencia hizo más estrecho y riguroso el proyecto a cumplir, consecuente con la necesidad de asegurar el avance de las radicales transformaciones que buscaban suprimir las trabas de la dependencia foránea.
Los hombres que asumieron el poder en enero de 1959 no eran políticos a la usanza tradicional, ni administradores del Estado. Aquellos primeros años fueron de tanteos, de indagación del camino correcto; por esta razón, la máxima para la cultura de Fidel fue: “Por la Revolución todo, contra la Revolución nada”.
El imprescindible apoyo de la Unión Soviética y del campo socialista permitió nuestra inserción en un régimen educativo que introdujo una filosofía marxista, nada despreciable, si tenemos en cuenta su punto de vista socio-histórico como proceso, cuando en nuestra generalizada idiosincrasia prevalecía la interpretación mayormente positivista y pragmática en la que no se buscaba ni relación ni continuidad en los fenómenos de la cotidianidad. Solo algunos intelectuales se habían aprovechado del hegelianismo, la mayoría preconizaba el laize faire o, en el mejor de los casos, la “virtud doméstica”; ahora bien, muchos de nuestros ciudadanos eran ajenos a las visiones estereotipadas introducidas por el dogmatismo recalcitrante, cuando se respiraban los aires del Caribe. Esta interpretación del marxismo sería aprovechada por demagogos y oportunistas para emplearla como instrumento y reducir los principios revolucionarios a una doctrina cerrada e inerte. Y como esta es la Isla Grande del Caribe, la editorial de “El Oficial” publicó la biografía Stalin, del troskista Isaac Deutscher, forma indiscutible de apuntar un equilibrio.
Y hubo búsqueda, liberalidades y rigidez con honradez, del que quiere lo mejor para la colectividad cubana. El Congreso de educación y cultura se desarrolló en 1970, posteriormente se crearía el Ministerio de Cultura en 1976. Por encima de todo, había que preservar el producto cultural neto de la sociedad cubana, la Revolución. Hubo prejuiciados y, claro está, muchos perjuicios.
Los cambios en el panorama mundial, suscitados en los años 80 permitieron corroborar cómo la subsistencia de la Revolución estaba dada por su capacidad de resistencia, principio de la filosofía caribeña, que no requería de una doctrina ajena a la idiosincrasia antillana. Nuestras limitaciones son infinitas como secuela del bloqueo impuesto durante tantos años, y se trabaja por superar este abismo. En el cine y el arte siempre se han rechazado esquemas; es la literatura la más afectada por patrones, también la historia, que vuelve continuamente a formulaciones de la primera mitad del pasado siglo sustentada en intereses de clases. Téngase presente que el fracaso de la Guerra Grande se argumentaba principalmente en los regionalismos y no en la falta de unidad por intereses racistas o de clases. Esto mismo permitía soslayar las razones de una connivencia propiciatoria a la ocupación norteamericana y las intenciones de anexión. Únicamente la unidad de integración social durante la lucha armada y sus conquistas impidió la realización de los propósitos imperiales.
Lo peor es la autocensura, si se pretende la seguridad que ofrece lo ya aprendido, con todas sus limitaciones. Se trata de estudiar y ponernos al día, conservando el principio de Fidel de que hay que salvar la cultura cubana y su producto más genuino, la Revolución. Se requiere la diversidad de opiniones, sobre un mismo tema, y el análisis crítico.
La filosofía en la que descansa la vida del cubano no es una filosofía del quietismo, de la contemplación; tiene que ser una filosofía activa para el servicio de la colectividad. En el pasado, la inteligencia criolla se propuso defender el criterio de la cultura latina sobre la anglosajona, que justificaba el rechazo a la doctrina Monroe, pero pretendía conservar las ataduras hispánicas. Los preclaros próceres de nuestra historia dieron por válido el justiciero principio de resistencia caribe, garantía de la calidad de sus propósitos en el devenir. Martí, Gómez y Maceo tenían la convicción de la unidad caribeña, y trabajaron por su consecución como vía para la fortaleza de sus idiosincrasias en respeto a la diversidad, pero también a la unidad de liberarse de las tutelas imperiales.
Se demuestra, con el dominio del saber universal y el papel que desempeña en esta parte del mundo, la defensa de nuestro destino como nación. No hay arbitrariedades, es el complemento requerido para la misión contemporánea de la juventud. En una época se reclamó su concurso para la independencia de España, luego para romper la dependencia neocolonial y sus representantes; ahora exige la consagración al deber de cada cual por sostener lo ya conquistado. Es también una filosofía de convicción y de afirmación de nuestra propia personalidad, que no puede ser negada luego de más de una generación en el seno de una identidad que imbrica lo mejor de su pasado con lo ocurrido hace 60 años.
La juventud contemporánea cubana precisa la convicción de que el progreso de nuestro pueblo está en seguir la línea emprendida en 1959; siempre y cuando estemos atentos a los cambios que se presentan en el conjunto de la sociedad y el mundo. Recuerdo el rechazo de algunos a volver la mirada hacia el devenir de la “patria chica” por atender a la historia universal. Hoy día, las ediciones territoriales han incrementado las publicaciones de las investigaciones históricas en cada una de las provincias de Cuba con valía para profundizar en la historia nacional. Tal y como nos educa lo acaecido, la microhistoria es un puntal fundamental para la defensa de la unidad nacional, así se refleja en muchos de los artículos de la Constitución aprobada el mes anterior, y que refrenda las transformaciones indispensables para adecuarse a las épocas que marchan con el sentido de los tiempos que corren y para cambiar lo que ha de ser cambiado.
Aporte esencial de la filosofía caribeña, que anima nuestro espíritu y nuestra cultura, es la ética, la que reconoce la acción para el beneficio común y rechaza la práctica del consumismo per se. El Padre de la Patria, cuando proclamó la independencia de España el 10 de octubre de 1868, pensaba en la eticidad de sus correligionarios para alzarse sin más respaldo que el deseo de ser libres. Recordemos que Martí dedicó la mayor parte de su obra a educar en el humanismo, en la perfección del comportamiento humano, el que transita por el respeto a su prójimo. Si valoramos sistemáticamente las palabras del Primer Secretario del PCC, Raúl, y del presidente de los Consejos de Estado y de Ministros Miguel Díaz-Canel, siempre nos convocan a prestar atención a los principios éticos para el mejor curso del desarrollo en nuestro país.
Hace un tiempo, un modesto miembro de nuestra sociedad decía que “Sin técnica no hay técnica”. Y es una verdad indiscutible, para adelantar en el desarrollo de un país, es preciso el conocimiento científico y técnico. No como en el siglo XIX, cuando se pretendía que el maquinismo iba a favorecer el progreso humano, o como cuando se nos enseña que solo en esto radica el progreso, y justifica la esclavitud del africano en las plantaciones cañeras o cafetaleras.
En una de las cunas de la humanidad, el griego podía generar la alta cultura entre los elegidos, lo cual quiere decir privativo suyo, sin considerar a las mujeres y los desposeídos. Ha llegado a nosotros, entonces era solo para los elegidos, como en el antiguo Egipto, en Mesopotamia o en Roma. La ciencia sin humanismo conduce al fascismo. No, la ciencia ha de ir acompañada de la virtud en el ser social. Y la cultura es recurso de educación, en todas sus artes posibles.
Para la vanguardia de los jóvenes intelectuales y artistas, el conocimiento de la Historia de la Cultura, no en las simples manifestaciones, sino en la evidencia de la sicología colectiva que le da origen, es premisa para saber mejor cómo orientar, desde la Asociación Hermanos Saíz, el futuro de la producción artística y literaria para que contribuya al mejor saber, filosófico y ético cubanos, de los ciudadanos de nuestra patria.

Olga Portuondo Zúñiga
La Jiribilla

Con la conferencia La cultura cubana en 60 años de Revolución, impartida por la historiadora y Premio Nacional de Ciencias Sociales (2010) Olga Portuondo Zúñiga, comenzó en la ciudad de Holguín el XXI Congreso de Pensamiento Memoria Nuestra, como parte del programa de las recién finalizadas Romerías de Mayo.