domingo, 30 de abril de 2023

La OTAN tiene lista la “contraofensiva” en Ucrania


Mientras los titulares de los medios asignan una inusitada importancia a las conversaciones telefónicas entre Xi Jinping, el presidente de China, y su contraparte de Ucrania, Volodomir Zelensky, Clarín informa en un espacio módico al interior del diario que “Kiev ya tiene las armas que pidió para lanzar su contraofensiva”. El propósito, según el jefe de la OTAN, Jens Stolemberg, es “recuperar los territorios ocupados” por el ejército de Rusia. El arsenal acumulado por Kiev no se limita, como consigna la información, a “vehículos de combate”, sino a un profuso suministro de artillería anti-aérea, misiles Patriot y aviones de combate. Alrededor de una decena de brigadas ucranianas fueron adiestradas en territorio alemán para asegurar la inteligencia que debe coordinar las acciones militares. El ofrecimiento de la mediación de China en la guerra de la OTAN contra Rusia no tiene, sin embargo, ni de lejos, el objetivo de abortar esta llamada “contraofensiva”, sino de operar como alternativa política al desenlace que produzca en el terreno.
 El objetivo político-militar de esta nueva fase de la guerra sería desalojar a Rusia de la franja de territorio que cubre la mayor parte de las costas del mar Azov y romper el puente terrrestre que une a los territorios ocupados con la península de Crimea. Quedaría fuera del perímetro de la “contraofensiva” el norte de los territorios ocupados – la región de Donbass. En caso de éxito de la operación, se abrirían dos opciones: encarar un ataque a Crimea o alcanzar un cese del fuego bajo la presión de esa amenaza. El ejército de Rusia se ha abroquelado al este del río Dnipro, que separa precisamente al territorio ucraniano del sur y del este del país. De acuerdo a las informaciones, Rusia habría desarrollado una suerte de línea triplemente fortificada de 800 kilómetros de extensión. 
 Los movimientos diplomáticos no se han circunscripto a China y Ucrania. Macron, el presidente de Francia, y Von der Layen, la presidenta de la Unión Europea, se reunieron con Xi en Pekín. De acuerdo a los relatos oficiales, los funcionarios europeos habrían ido a ofrecer un canje entre un distanciamiento de la Unión Europea de las sanciones en serie que aplica el gobierno de Biden contra China, a cambio de una posición similar de China con Rusia. Macron repitió el propósito de autonomizar a la UE de Estados Unidos; detrás de esa veleidad, el objetivo de Macron es justificar un aumento del presupuesto militar de Francia en casi un ciento por ciento, en medio de la crisis abierta por el aumento de la edad de jubilación a 64 años. La inminente “contraofensiva” de la OTAN en Ucrania viene acompañada con una fuerte presión sobre China. Es parte de la guerra económica que impulsa Biden y del despliegue de la OTAN en Asia, a partir de los acuerdos entre Estados Unidos, Japón y Australia. Lejos de una aproximación de posiciones políticas, que estaría motivada por los perjuicios políticos y económicos que entraña la prosecución de la guerra, se encuentra en desarrollo una escalada, encubierta con fraseología pacifista. 
 Desde la filtración, hace dos semanas, de información reservada de Estados Unidos acerca de la guerra, quedó expuesto, junto a la evidencia de que la guerra ‘nacional’ de Ucrania es manejada en todos sus términos por la OTAN y Estados Unidos, el temor de que la mencionada “contraofensiva” concluya en un fracaso. Es lo que acaba de reafirmar, con variada información, la publicación norteamericana Político – “El equipo de Biden teme al día siguiente de un fracaso de la contraofensiva”. 
En ese caso debería asumir la responsabilidad por no haber escalado la guerra en forma suficiente para derrotar al ejército de Putin, o admitir el fracaso del conjunto de la operación de guerra de la OTAN. Sería la brecha por donde podrían penetrar los planteos de Xi (y de Lula), en favor de una negociación que admita concesiones territoriales de parte de Ucrania y la OTAN. Más allá de estas especulaciones, un fracaso de la “contraofensiva” y un estancamiento militar prolongado en el terreno desataría una serie de crisis políticas y sociales al interior del conjunto de los estados en conflicto. Paralelamente, los datos de la crisis económica -recesión, crisis bancarias e inflación- promueven luchas renovadas de los trabajadores, que asocian cada vez más el ‘ajuste’ a sus condiciones de vida con la guerra imperialista. En vista a un agravamiento de los choques internacionales, los bancos centrales han comenzado a canjear los títulos públicos de Estados Unidos por oro y a retirar inversiones líquidas en el exterior. Ya no se trata de la mayor o menor seguridad que ofrece el dólar sino de la guerra. 
 En este contexto, provocaron un impacto enorme las declaraciones del embajador de China en París, luego denostado como “un lobo guerrero”, que cuestionó el estatus internacional de las tres naciones del Báltico – Estonia, Lituania y Letonia, los lobos más guerreros de la OTAN. En efecto, la disolución de la Unión Soviética tuvo lugar sin la mediación de un tratado internacional que, de un lado, organizara el reparto de activos y patrimonios de lo que había sido una entidad supra-nacional y, del otro, estableciera las nuevas responsabilidades internacionales. Pero mientras el embajador de China cuestionaba el derecho de los estados del Báltico, por ejemplo, para adherir a la OTAN, Finlandia y Suecia quebraban una pseudo neutralidad de varias décadas y se incorporaban a la OTAN para formar un círculo de hierro contra Rusia. Un arreglo negociado en Ucrania no podría tener lugar o vigencia sin un nuevo arreglo internacional, o sea de una recalificación de todo el orden imperialista mundial. Tomada en su conjunto, la guerra entre la OTAN y Rusia plantea una cadena de desarrollos políticos y militares internacionales que la califican como una guerra mundial. 
 Solamente un levantamiento popular en los países en guerra puede poner fin a esta guerra imperialista. No lo lograrán las ‘mediaciones’, los ‘ceses del fuego’ o ‘acuerdos de paz’. Todos los estados imperialistas enfrentan un “peligro existencial”. El mayor temor del imperialismo es que el desarrollo de la guerra opere como un elemento internacional unificador del proletariado y las masas.

 Jorge Altamira 
 28/04/2023

Macron presenta su “Plan Aguantar”


La crisis del gobierno y la intersindical. 

 Francia asiste a una ´paz turbulenta´ tras la interrupción por parte de la Intersindical de toda movilización de protesta e incluso de huelgas aisladas. La burocracia sindical está decidida a poner fin a toda movilización tras el acto del 1° de Mayo próximo. La posición de la burocracia, sin embargo, contrasta con la ira popular. Mientras Macron intenta remontar su imagen y su capacidad de gobierno mediante una gira por todo el país, en cada oportunidad que se presenta se producen abucheos espontáneos o se organizan cacerolazos contra el gobierno. Las prohibiciones y hasta la incautación de cacerolas no han impedido estos actos. En todos lados Macron tuvo que sortear las protestas.
 En este marco, la primera ministra Elizabeth Borne presentó el “plan de los 100 días”, un programa que incluye nuevas reformas y leyes. Preventivamente, Borne afirma que muchos de los proyectos serán presentados solo en caso de consenso, “para no dividir al país”. Por ejemplo, el resistido proyecto sobre la inmigración ilegal ha sido cautelosamente aplazado.
 Borne parte de la premisa de que “no hay mayoría” para aprobar ningún proyecto en la Asamblea (cámara baja), a diferencia del Senado, donde los Republicanos y el gobierno forman una mayoría cerrada. El quiebre en el propio bloque de asambleístas de los Republicanos había puesto en crisis la reforma de pensiones así como la moción de censura al gobierno, finalmente no aprobada por escasos votos. 
 Hace escasas semanas, el diario L'Opinion (10/03) había consultado a un asesor del presidente Macron quién aseguró: "el único evento que podría hacer mover al presidente es un país parado, es decir una huelga general renovable que produciría un shock económico". La burocracia es consciente de esto. Su mayor preocupación sofocar definitivamente toda reacción obrera.. La persistencia de las protestas, aunque dispersas, muestran a una clase obrera dispuesta a continuar la lucha. 
 El dirigente de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), Laurent Berger, anunció su retiro de la cúpula de la central tras señalar que es necesario “pasar la página” de la reforma de las pensiones. La Confederación General del Trabajo (CGT), por su parte, informó que hará un segundo intento para convocar un referéndum sobre la reforma de pensiones, luego del rechazo judicial del primero. Otra vía será la presentación de un proyecto de derogación, cuando el Parlamento ya demostró su complicidad con el gobierno. La CFDT no es partidaria de impulsar un nuevo referéndum o un proyecto de derogación parlamentario. Berger ha sido claro: "no quiere perder días de salario, a causa de las huelgas, para trabajadores de segunda línea, con la promesa de un resultado positivo y terminando con exiguas movilizaciones, a 100.000 personas en las calles de toda Francia" (Le Monde, 19/04). 
 Sin embargo, y a pesar de la orientación de la burocracia, los medios de comunicación franceses anticipan una movilización histórica el próximo lunes primero. La burocracia buscará hacer de ella un réquiem al movimiento contra la reforma jubilatoria. Se enfrentará, sin embargo, a un fermento popular que, por diferentes canales, procura abrirse paso. 

 Joaquín Antúnez 
 27/04/2023

jueves, 27 de abril de 2023

Lo países que dolarizaron no salieron de las crisis de deuda y la tutela del FMI


Los casos de Ecuador, El Salvador y Panamá. 

 Javier Milei colocó el tema dolarización en un lugar destacado del debate político nacional. Según él, esa medida traería prosperidad a la Argentina. Esta política, sin embargo, ya se ha aplicado en otros países de América Latina, y los resultados, desde el punto de vista de los trabajadores, fueron desastrosos. Un aspecto distintivo de estos procesos de dolarización es el hecho de que la deuda externa de los países aumentó exponencialmente. Y la deuda es un problema crucial de la economía argentina.

 Ecuador 

Ecuador es uno de los países que actualmente tiene su economía dolarizada. Esta medida, implementada en el año 2000 por el expresidente Jamil Mahuad, trajo consigo un retroceso de la industria, ya que a diversos grupos capitalistas les comenzó a resultar más rentable importar mercancías (en lugar de producirlas) y comercializarlas. A la par, el país se volvió dependiente de la exportación de petróleo. La economía ecuatoriana es esencialmente petrolera. 
 El país andino comenzó a recurrir cada vez más a créditos extranjeros (FMI, BID, Banco Mundial, entre otros). La relación deuda-PBI pasó de un 18% en 2011 a un 57% en 2022. A su vez, los bonos ecuatorianos son unos de los más riesgosos de la región; en marzo, el riesgo país trepó a casi 2.000 puntos. 
 En este marco, el default aparece como horizonte. Antes de finalizar su mandato, en noviembre de 2020, el expresidente Lenín Moreno acordó con el FMI la entrega de unos 6.500 millones de dólares. A cambio, el Ejecutivo se comprometió a aplicar un plan de ajuste antiobrero: gasolinazos, impuestazos, despidos, rebajas salariales y la aplicación de “reformas estructurales”. El eje del gobierno del banquero Guillermo Lasso es cumplir con ese acuerdo.
 Esta política fondomonetarista ha desatado movilizaciones populares. En 2019, la supresión de los subsidios a los combustibles por parte de Lenín Moreno provocó una rebelión popular. A mediados de 2022, Lasso fue enfrentado por protestas, protagonizadas por el movimiento campesino; lo que detonó las movilizaciones fue el intento del gobierno de avanzar en un aumento de los combustibles.

 El Salvador

 Las contradicciones económicas y sociales en El Salvador se agudizaron como producto de la dolarización. Su industria quedó destruida. Y las remesas que envían los salvadoreños ubicados en el extranjero se han convertido en el principal ingreso del país. En los últimos 22 años, el crecimiento económico no superó el 3% anual. A su vez, el porcentaje de deuda-PBI pasó del 36% registrado en 2001 a un 80% en 2022, uno de los ratios más grandes de la región. El FMI advirtió que la deuda pública salvadoreña equivaldrá al 96% del PBI en 2026. 
 El Salvador tiene aproximadamente 6.400 millones de dólares de eurobonos en circulación, y “las preocupaciones sobre los altos costos del servicio de la deuda y sus planes de financiamiento y políticas fiscales preocupan a los tenedores de bonos” (El Economista, 5/4). En septiembre pasado, la agencia Fitch rebajó la calificación crediticia de El Salvador a CC (niveles muy altos de riesgo de crédito), caracterizando que el gobierno podría incurrir en un incumplimiento del pago de la deuda. 
 El FMI envía misiones al país. Una de ellas sostuvo recientemente que el gobierno de Nayib Bukele debe “reconducir la deuda a una senda sostenible” y reclamó que se implementen despidos, tarifazos y un aumento del impuesto al consumo (Milei, el “antiimpuestos”, no dice nada sobre esto). En este cuadro de crisis, Bukele pretende que el Fondo otorgué un préstamo a El Salvador, aunque el organismo internacional le puso como condición que abandone el bitcoin como moneda de curso legal.
 En este contexto, las tensiones sociales se han venido incrementando, y sectores de la clase obrera han salido a la calle. Trabajadores de la salud y municipales se movilizaron en los últimos años en reclamo del pago de salarios y en defensa de sus conquistas. En 2021 también hubo protestas contra el autoritarismo presidencial; Bukele copó la Justicia y desplegó al Ejército en las calles para atemorizar a la población. Este reforzamiento represivo debe ser entendido también como el intento del gobierno de defender el régimen de dolarización.

 Panamá 

La deuda en Panamá, otro país dolarizado, también se ha incrementado. Su economía depende del sector agroexportador, y cada vez más de los préstamos internacionales. Además, se convirtió en un paraíso fiscal. 
 La relación deuda-PBI, en la última década, pasó del 37% al 58%. En 2021, el FMI otorgó al gobierno un crédito por 2.500 millones de dólares (Infobae, 25/4). El gobierno de Laurentino Cortizo, el presidente de Panamá, viene de emitir bonos globales por un total de 1.800 millones de dólares, que poseen tasas que están por encima de la media internacional. La calificadora Moodys señaló hace poco que para abordar “el tema fiscal” (el pago de la deuda), el gobierno debe ir hacia una reforma (reaccionaria) de las pensiones, como la que aplicó Emmanuel Macron en Francia, o como la que pretende implementar Luis Lacalle Pou en Uruguay. 
 Cortizo ha venido desarrollando una política de ajuste contra la clase obrera, en aras de cumplir con las pretensiones del capital financiero internacional. Por ejemplo, redujo en un 10% la planta de trabajadores estatales. Asimismo, ha reducido los presupuestos de salud y educación (C5N, 24/4). 
 La clase trabajadora también ha desenvuelto luchas contra esta agenda. En julio de 2022 se produjeron huelgas y protestas. Estas movilizaciones también se dirigieron contra la corrupción que impera en el poder político. Otro golpe contra Milei, que dice que con la dolarización se terminaría la corruptela en Argentina. 

 Una conclusión 

La dolarización de la economía no sacaría a Argentina de sus sucesivas crisis de deuda y de la tutela del Fondo Monetario, aspectos que se encuentran en la base del proceso inflacionario en curso. Como se ve, el “Make Argentina Great Again” de Milei es tan solo un velo nacionalista que encubre un programa de entrega en toda la línea del país. 
 Habida cuenta el tamaño de la deuda externa en Argentina (gran parte de la deuda pública está indexada al tipo de cambio), una dolarización aceleraría el camino hacia un nuevo default. La salida a la crisis pasa por romper con el FMI y desconocer la deuda externa. Un gobierno de trabajadores y la izquierda utilizaría los recursos que se van por la ventana del pago de la deuda para industrializar el país y elevar el nivel de vida de las masas trabajadoras. 

 Nazareno Suozzi

La OTAN captura a Finlandia


Después de un año de tira y afloje con Hungría y Turquía, la OTAN finalmente consumó la incorporación de Finlandia. Es la culminación de un proceso que data de varias décadas de infiltración del aparato militar finlandés junto a los medios de propaganda. Ya en su momento, Finlandia colaboró con la OTAN en la ocupación de Afganistán. La expansión a Finlandia es la confesión de que al fin y al cabo la expansión de la OTAN hacia las fronteras de Rusia tiene el fin explícito y estratégico de ir por esta última y provocar un ´cambio de régimen´. En todos los antecedentes históricos, toda vez que Finlandia conformó una alianza militar (hasta con el III° Reich) fue para hacer la guerra contra Moscú.
 El camino de la OTAN para el zarpazo final a Finlandia fue más sinuoso de lo previsto. A lo largo de todo el año, Hungría y Turquía obstaculizaron el proceso de ingreso de los nuevos aplicantes. La primera es señalada por otros países de la OTAN como una quinta columna pro China y putinista, mientras que la segunda hace su propio juego de equilibrio con los rusos en el Medio Oriente. Erdogan estuvo bloqueando el ingreso de Suecia y Finlandia, aduciendo el apoyo de éstos al PKK kurdo y el asilo a varios políticos y activistas kurdos perseguidos por Turquía. Erdogan demanda incluso la extradición de ciudadanos suecos y finlandeses de ascendencia kurda y un cambio en las leyes de estos países para reconocer a las organizaciones prokurdas como terroristas. Este trabajo de chantaje es inseparable de la agresión militar y ocupación de regiones kurdas en Siria desde 2016. Lo que busca Erdogan es luz verde para llevar a fondo la guerra contra el pueblo kurdo, que requiere que los estadounidenses le suelten la mano a las milicias de Rojava. Por otro lado, Erdogan se encuentra en plenas negociaciones con los rusos, iraníes y sirios para ponerle fin a la guerra civil en Siria. Poder bloquear el ingreso de nuevos miembros a la OTAN le daba a Turquía una posición de fuerza para negociar con Putin. Erdogan, confiado en poder ganar las elecciones de este año, adelantó los comicios varios meses. Se debe estar arrepintiendo de ello, ya que el demoledor terremoto de febrero, agravado por las extendidas denuncias de corrupción en torno al incumplimiento de normas de seguridad, puso en crisis sus planes. La oposición pronorteamericana se aglutinó en torno a un candidato único (Kemal Kılıçdaroğlu) que está disputando con Erdogan cabeza a cabeza. En tales condiciones, el presidente turco ya no está para soportar la presión norteamericana. Comenzó primero por moderar sus demandas y luego, finalmente, por dar el brazo a torcer con Finlandia, aunque todavía insista en bloquear a Suecia. 
 Uno de los propósitos estratégicos de expandir la OTAN hacia Suecia y Finlandia es convertir al Mar Báltico en un “Mare Nostrum” estadounidense, con la posibilidad de bloquear la salida de Rusia a este. Algo similar podría decirse de la expansión de la OTAN a Bulgaria, Rumania y el trabajo en proceso para hacerlo en Georgia y Ucrania (y la obsesión con Crimea): presionar al máximo a Rusia en su acceso al Mar Negro. Estos mares son la ruta de acceso de Rusia al Mediterráneo (y a Europa). La diferencia es que, si los rusos tuviesen que elegir entre el acceso a un mar o al otro, elegirían al último sin dudarlo. Sucede que en los meses de invierno el Mar Báltico se congela y el puerto en San Petersburgo queda cerrado. Es el Mar Negro entonces la última ruta permanente que debe conservar, a como dé lugar. 
 Un segundo objetivo al agregar a Finlandia es extender la frontera de Rusia con la OTAN. Es congruente con la estrategia de “sobreextender y desbalancear” a Rusia, descrita en un paper de la corporación RAND en 2019 (donde precisamente se proponía usar a Ucrania para presionar militarmente a Rusia). El año pasado, Rusia anunció el inicio de reformas militares en respuesta a la expansión de la OTAN. Se incluye entre estas una expansión significativa de las fuerzas terrestres, con la conversión de varias brigadas en divisiones, la creación de divisiones nuevas y la reactivación de los distritos militares de Moscú y San Petersburgo. O sea, una reversión parcial de las reformas del período 2008-2012 (a su vez producto de la experiencia de la guerra contra Georgia). Traer de nuevo al Distrito Militar de San Petersburgo y aumentar las unidades terrestres destinadas al DM Norte significa que Rusia va a reforzar militarmente la frontera con Finlandia. El incremento de fuerzas rusas en la frontera altera el balance militar con los finlandeses. En otras palabras, a cambio de haber ingresado en la OTAN y haberse convertido en hostiles a Rusia, los finlandeses ahora necesitan que la OTAN estacione de manera semipermanente unidades de combate en la frontera con Rusia. Entre la OTAN y Rusia se incorporan, a través de Finlandia, 1.500 km de frontera.
 ¿Puede la OTAN defender esta frontera expandida? Actualmente, despliega menos de 8.000 efectivos en los países Bálticos. Los ejércitos europeos son sombras de lo que fueron durante la Guerra Fría. La mayoría de los anuncios del año pasado de enormes incrementos en gasto militar y rearmes no se han materializado en pasos concretos. La excepción a la regla es Polonia, que se encuentra realizando compras masivas de material militar, fundamentalmente estadounidense y surcoreano. Por lo tanto, defender adecuadamente la nueva frontera de la OTAN con Rusia es imposible sin tropas y recursos estadounidenses, que están también demandados por la escalada de la tensión con China. Estados Unidos, además, está atravesando una verdadera crisis de reclutamiento: el año pasado solamente reclutó un 60 % de la cantidad necesaria (Washington Post, 21/4 ). La ampliación de la OTAN y las contradicciones que le plantean a sus miembros –en primer lugar al imperialismo yanqui- refuerza la caracterización del choque entre la OTAN y el régimen putiniano como una guerra de alcance mundial. 

 Leib Erlej
 26/04/2023

Dólares, bonos del Tesoro y cleptocracia internacional


La estrategia del secuestro del esfuerzo ajeno y la acumulación de sus réditos no se reduce sólo a los inventos y a las nuevas tecnologías sino a casi cualquier otro aspecto de la vida social, desde (1) el económico (2) el político hasta (3) el narrativo. “Con nuestro éxito y nuestra riqueza, nosotros aportamos a la prosperidad de los países mientras los vagos de abajo nos roban con los impuestos”, etc. Máscaras narrativas que, por supuesto, se cultivan en los medios masivos y germinan siempre en una buena porción de los de abajo, porción suficiente para ganar elecciones o mantener el statu quo cuando se pierde alguna. 
 De la manipulación política para incrementar los beneficios económicos nos detuvimos hace años cuando analizamos la corrupción legal, sobre todo en potencias hegemónicas como Estados Unidos, por la cual las corporaciones evaden impuestos en los paraísos fiscales, presionan a países pobres a través de los bancos mundiales y de sus propias inversiones volátiles (“hot money”) por la cual determinan las “políticas correctas” de desregulación, desprotección de trabajadores y destrucción de la soberanía de los países a través de tratados de “libre mercado”―aparte de escribir casi a su antojo las leyes en los países centrales, imperiales o como quieran llamarlos.
 A través del control político de los gobiernos, de los parlamentos y hasta del sistema judicial, el gremio del Uno Porciento controla las instituciones capitalistas e imperiales como el ejército de Estados Unidos, los bancos nacionales e internacionales como el FMI, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio establecen leyes que se aplican según el poder económico y militar de cada país. Gobiernos como el de Washington, administran la divisa global y su fuerza militar para continuar y acelerar la transmisión de riqueza de las clases trabajadoras hacia el Club del Uno.
 Un ejemplo más es la dinámica impuestos-bonos del Tesoro. En los últimos cien años, las organizaciones populares como los gremios de trabajadores han sido demonizados por los grandes medios (caso de William R. Hearst a principios del siglo XX, entre otros) hasta desmovilizarlos y casi anularlos. Este proceso, que a partir de los 80 produjo un crecimiento de la diferencia entre producción y salarios, y un distanciamiento entre el Club del Uno y el resto de la población, se aceleró con el aumento del déficit del gobierno de Estados Unidos. 
 Los gastos de las guerras siempre fueron a las arcas de El Uno. Para eso están. También los sacralizados “recortes de impuestos para estimular la economía”. En 2017, por ejemplo, el gobierno de Donald Trump aprobó un recorte de impuestos para los ultra millonarios por billones de dólares, mientras sus votantes y los votantes del partido Demócrata estaban distraídos en una disputa sobre racismo, el patriotismo y el peligro de los inmigrantes pobres de América Central. Este recorte para estimular la economía, como muchos otros, no tuvo ningún efecto en la economía, pero todos los estudios posteriores confirmaron lo más obvio: el único efecto, aparte de crear un abismo en el déficit público, fue que quienes menos necesitaban de una ayuda del Estado incrementaron sus fortunas de forma notable. Es decir, a más capitales acumulados, más poder político y mediático de El Uno y, consecuentemente, más conflictos entre los de abajo: blancos pobres contra negros, negros contra indios, indios contra mujeres, mujeres contra inmigrantes, inmigrantes legales contra inmigrantes ilegales, jóvenes contra viejos, viejos contra chinos, destra contra sinistra… Bueno, así es como ha funcionado desde siempre y en casi todos los países. Lema del movimiento social Occupy Wall Street (Estados Unidos): «Nosotros somos el 99 %». 
Ahora ¿cómo hace un gobierno para cerrar la brecha entre gastos e ingresos? Una solución es imprimir dinero. Los países del Sur Global no pueden hacerlo, porque producen hiperinflación casi inmediatamente. Washington tiene un margen mucho mayor, porque el dinero que imprime está distribuido por cada rincón del planeta y sus efectos inflacionarios también. Claro que todo tiene un límite. Así que para no imprimir tantos cientos de miles de millones por año la otra opción es emitir “Treasury securities”, títulos, notas y bonos del Tesoro, dependiendo del tiempo de maduración de cada uno. Se llaman seguros porque se asume que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos siempre tendrá capacidad de pago―es decir, capacidad de imprimir cada vez que está al borde del default. Otra razón para entender los peligros que acarrea la dolarización de las economía de los países vampirizados por el BM y el FMI, otros dos instrumentos imperialistas de Washington que les exige e impone a las neocolonias una responsabilidad fiscal que Washington nunca, jamás ha practicado. 
 ¿Quienes compran estos bonos? Los millonarios y las corporaciones ultra millonarias. No los trabajadores. ¿Alguien conoce un compañero de trabajo que ha decidido poner, por decisión propia, sus ahorros en bonos del tesoro de Estados Unidos o de sus propios países? No es algo imposible ni está prohibido por ninguna ley, pero en la práctica son rarezas. Los trabajadores pagan impuestos. Es decir, cuando un trabajador asalariado o el dueño de un pequeño negocio, sea una pizzería o una fábrica de baldosas paga sus impuestos, le está entregando el cien por ciento de ese dinero al Estado. Si recibe algo a cambio será de una forma muy indirecta y a través de un servicio público que no es de su propiedad. Diferente, cuando un capitalista o sus corporaciones compran notas o bonos del Tesoro, lo que están haciendo es prestarle al Estado el dinero que no han pagado en impuestos. Los bonos suelen ser de varios tipos; unos maduran en un año, otros, en quince o en treinta años. En cualquier caso, el prestamista del gobierno no sólo se asegura que su capital estará bien guardado, sino que recibirá el cien por ciento de regreso más intereses. Estos bonos en realidad son deuda del Estado, la que, llegado el momento de honrar sus compromisos con los inversores, deberán pasarla a los trabajadores en forma de impuestos o de reducción de servicios básicos como salud y educación. Todo en nombre del sinceramiento y la responsabilidad fiscal, “como la de cualquier hogar decente”. 
 El negocio es redondo y prácticas como estas, legalizadas por las mismas instituciones nacionales y globales, sólo incrementan el poder de los de arriba a costa del sudor de los de abajo, al tiempo que los convence de que si hoy están algo mejor que ayer (en el mejor de los casos), si hoy textean desde un teléfono de última generación mientras que sus abuelos tenían que escribir cartas a mano, todo se debe a las bondades del capitalismo y de que el Club del Uno ha sido protegido de los destructivos y fracasados críticos de siempre que quieren que los pobres y los vagos vivan del Estado sin trabajar―castigando el éxito de los ricos e impidiendo que la República X no se convierta en un país desarrollado como aquellos que saben cómo hacer las cosas, que tienen “otra cultura y otra mentalidad”, como Inglaterra o Estados Unidos. 

 Jorge Majfud | 26/04/2023

martes, 25 de abril de 2023

La corrección política es una falsificación


El ´caso´ Roald Dahl. 

 El sello infantil de Penguin, Puffin Books y los herederos de Roald Dahl (1916-1990) realizaron cientos de cambios en las últimas ediciones de los libros del escritor inglés para borrar sus “incorrecciones políticas”. 
 Penguin Books es la mayor de las cinco grandes editoriales que dominan el mercado mundial, después de una serie de fusiones que les permiten decidir qué se publica y, por lo tanto, qué se lee. Ningún ser racional podría pensar que semejante monopolio se preocupa por la moral. 
 La modificación se aplicó a “cuestiones sensibles” como la raza, el género, la apariencia física, la salud mental y la violencia “para evitar que estos libros ofendan al lector”, explicaron. 
 Como indica el blog Club de traductores literarios porteños, “Dahl es uno de los autores internacionales más importantes de la Literatura Infantil y Juvenil (LIJ). Sus obras son clásicos En la Argentina es uno de los diez autores más vendidos”. Matilda o Charlie y la fábrica de chocolate superan los 150 mil ejemplares vendidos en el país. Sus libros se han traducido a 63 idiomas y vendido más de 300 millones en todo el planeta. 
 Las correcciones supuestamente apuntan a desligar las características físicas de las morales. Las brujas son peladas pero no todas las peladas son brujas, sería la advertencia para el niño lector idiota que imaginan.
 El angurriento y egoísta Augustus Gloop de Charlie y la fábrica de chocolate ya no es gordo sino “enorme”. ¿Penguin querrá ocultar que quien come porquerías termina obeso, aunque la obesidad infantil sea una gravísima epidemia que genera niños diabéticos e hipertensos? ¿Que los niños gordos no perciban que lo son?
 Los Oompa Loompas, pigmeos negros, esclavizados por el multimillonario Willy Wonka desde “la parte más profunda y oscura de la selva africana” y pagados con granos de cacao ahora ya no son negros ni africanos e incluso algunos son mujeres. Con el salario no se metieron, no sea cosa… 
 En Matilda expulsaron a Joseph Conrad y a Rudyard Kipling, imputados de supremacistas y los sustituyeron por John Steinbeck y Jane Austen. Para no incurrir en biologicismos, la directora Tronchatoro ya no es una “hembra formidable” sino una “mujer formidable”. 
 Los censores llegan al ridículo. Para no parecer racistas, en James y el durazno gigante cambiaron "su cara blanca de horror" por "su cara agonizante". 
 En los libros de Dahl hay padres, madres y docentes maltratadores. Adultos horribles y adultos bondadosos. Idem para los niños. Millonarios miserables y pobres sin empleo. Pero, sobre todo, los chicos pueden rebelarse, vengarse de los adultos malvados, ¡hacerles daño!, abandonar su familia para vivir con gente que los quiere. ¿Existe mejor enseñanza que huir del maltrato y de la sumisión? Los libros descafeinados donde todos son buenos dejan a los chicos en una enorme soledad, adulteran su percepción de la realidad, no los ayudan a medir sus fuerzas, defenderse, ganar. 
 La corrección política que niega el sufrimiento y la maldad borronea la posibilidad de la rebeldía. 
 La censura a Dahl generó un escándalo de magnitud. Importantes escritores como Salman Rushdie y Joyce Carol Oates la repudiaron. Finalmente, la editorial anunció que habrá dos versiones en inglés, la histórica y otra aggiornada a los buenos modales. La española Alfaguara (que es de Penguin pero no boluda) y la francesa Gallimard dijeron que respetarán el texto. 
 En el debate, un vocero confesó que hace años que en cada nueva edición “revisan” el lenguaje utilizado. Hace años que están pasteurizando lo que leen los chicos.
 En la “corrección” trabajó Inclusive Minds, una peligrosísima ONG que “defiende la diversidad y la accesibilidad en la literatura infantil” y “aporta una valiosa contribución al revisar un lenguaje que puede ser perjudicial y perpetuar estereotipos dañinos”. Torquemada con puntillitas. La policía del Ministerio de la Verdad del 1984 de George Orwell, un poroto. 
 A esta gente le importa un bledo la guerra en Ucrania pero ojo con decirle gordo a un ucraniano. Lo mismo con millones de africanos que mueren de inanición, pero ojo con decirles negros. 
 La pretensión es revisar -ocultar- la historia, las tensiones de la lucha de clases, la necesidad de hacer polvo este sistema para que la humanidad viva sin opresiones. 
 En 2021, en escuelas de Canadá se quemaron casi 5.000 libros, entre ellos cómics de Tintín, Astérix y Lucky Luke, por considerar que propagaban estereotipos sobre los pueblos originarios. Antes los quemaban los nazis -y Videla-, ahora los diversos. Siempre en nombre del bien. 
 La corrección política apela a un repertorio de herramientas que va desde la reescritura hasta la cancelación -de textos, de obras de arte, de sus autores y hasta de modos del lenguaje. 
 Lo que no se ajuste al “respeto al género y la diversidad” debe ser eliminado. Una diversidad que tiene los mezquinos límites del universo identitario. Allí no entran capitalista-socialista, patrón-obrero, imperialista-oprimido, israelí-palestino. 
 Fahrenheit 451 es una novela de Ray Bradbury -otro que cayó en la volteada por supremacista-. Trata de una sociedad del futuro en la que los libros están prohibidos y existen “bomberos” que queman cualquiera que encuentren. Esa figura eligió la escritora, librera y especialista en Literatura Infantil y Juvenil (LIJ) Carola Martínez Arroyo para describir la situación: “El Fahrenheit moderno no es la hoguera, es la ultracorrección, la maldita y temible autocensura; es la regulación, la obligación a la sumisión”, dice. 
 En este contexto, escritores de LIJ argentinos denunciaron las restricciones temáticas que imponen las editoriales para no enfrentar una campaña de descrédito, para que sus libros sean enviados a las bibliotecas escolares, para no exponerse a una campaña de alguna de las múltiples “identidades”, para no enemistarse con los que dan los premios. Y cómo esa presión genera una fuerte autocensura en los autores. 
 Carola Martínez alerta: “Ninguno de los grandes autores que nos marcan el camino con su respeto a los niños y a las niñas sería publicado en este momento. Ni Sendak, ni Ungerer, ni Nöstlinger, ni Paterson: todos incorrectos, todos temibles, hermosos y con personajes inolvidables”. 
 De los clásicos ni hablar. El príncipe que besó a Blancanieves dormida no la consultó, es un abusador. "No puede ser un beso de amor verdadero si solo una persona, en este caso el príncipe, sabe lo que está pasando. ¿Eso le enseñaremos a nuestros niños?", escribieron en el San Francisco Chronicle. 

 Estragos 

La persecución ideológica que ejerce la dictadura del progresariado no termina en los niños. Proponen reescribir o excluir de la curricula a Shakespeare y otros autores como F. Scott Fitzgerald (El gran Gatsby), Arthur Miller (El crisol) y Harper Lee (Matar a un ruiseñor). Sigmund Freud y Lacan también están en cuestión por misóginos. 
 La defensa de las identidades impugna también la dimensión universal del arte. Denuncian la “apropiación cultural” pero no contra las Penguin o las grandes discográficas. Sostienen que solo es válido que reproduzcan ciertas formas del arte los que -se supone- las han creado. Que la chacarera la toquen solo las santiagueños. 
Algunos ejemplos: Algunos consideran que la mejor novela sobre los inmigrantes mexicanos es American Dirt. Sin embargo, la editorial Macmillan y su autora, Janine Cummis, sufrieron una campaña vitriólica porque la escritora es blanca y no “una latina real”, por lo tanto el libro era “falso”.
 Marieke Lucas Rijneveld es un escritor/a holandés/a de género fluido, que ganó el Booker Prize. Iba a traducir a una poeta norteamericana negra, Amanda Gorman. Rijneveld y Gorman estaban de acuerdo. Hasta que Janice Deul, activista y periodista, se preguntó en un diario holandés: "No es por quitarle nada a las cualidades de Rijneveld, pero ¿por qué no elegir una escritora que sea, al igual que Gorman, una artista de la palabra hablada, joven, mujer y negra?". Rijneveld se retiró y se disculpó en todos los idiomas. 
 En febrero, la docente afroguaraní Gabriela Caballero presentó una denuncia ante el Inadi (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo) contra la comparsa correntina Arandu Beleza y la locutora y bailarina Virginia Acosta, “por insistir con la práctica del blackface” (pintarse la cara de negro). Caballero considera que el blackface “es una práctica degradante y discriminatoria”, según dice que leyó en una publicación de afroamericanos (Página 12). Acosta se disculpó. ¿También habrá que cancelar las caracterizaciones teatrales? 
 La corrección política hace estragos. En 2018, en Italia, le cambiaron el final a la ópera Carmen, de Bizet. En la versión original, al final el amante asesina a su amada. En la del siglo XXI, ella le arrebata el arma y lo termina matando. “No quería que el público aplaudiera el asesinato de una mujer a manos de un hombre”, dijo el director, Leo Muscato.
 A principios de este mes, la Universidad de Groningen, en Países Bajos, prohibió la representación de Esperando a Godot, de Samuel Beckett, en su centro cultural estudiantil, porque el casting para los cinco papeles masculinos convocó solo a hombres, algo que iba en contra de la política de inclusión universitaria. El propio Beckett dejó explícitas instrucciones para que su obra fuera representada solo por hombres. 

 El péndulo de la corrección política 

El lenguaje y el arte son solo algunos de los campos en los que. hace algunos años, se está librando “la batalla cultural” que promete un mundo igualitario sin tocar al capitalismo. 
 Del otro lado del ring, la ultraderecha religiosa norteamericana también se dedica a retirar libros de las bibliotecas escolares o populares. Y a despedir a los bibliotecarios que se resisten o a los docentes que los siguen usando. Son los libros de temática GLTTB, de género, de educación sexual laica, de denuncia de la esclavitud. 
 En los estados del cinturón bíblico esto se organiza desde el Estado, en los otros votan las familias o los vecinos. Los desafíos y prohibiciones de libros alcanzaron niveles no vistos en décadas, según la Asociación Estadounidense de Bibliotecas, la Coalición Nacional contra la Censura (NCAC, por sus siglas en inglés) y otros defensores de la libertad de expresión. 
 Durante 2022, la Asociación Estadounidense de Bibliotecas identificó 729 reclamos sobre “materiales y servicios de bibliotecas, escuelas y universidades”. Esto implicó que se retiraran 1.600 títulos. 
 Como siempre, la única corrección posible es: “Total libertad en el arte”. 

Olga Cristóbal 
18/03/2023

“Antonio Núñez Jiménez: Centenario de un hombre de ciencias y Revolución”


lunes, 24 de abril de 2023

«Cuba no será otra Guatemala»


Aniversario de Playa Girón 

 Luego de su tensa salida de Cuba, el agente secreto David Atlee Phillips se mudó a Nueva York con su esposa y sus cinco hijos. Una noche recibió un llamado para una misión especial. Phillips se negó varias veces, pero el agente “Cliff” insistió:
 —Te voy a dar tres pistas… 
 —No necesitas decirme nada —dijo Phillips
—: Cuba, Cuba y Cuba.
 —Es por eso por lo que te necesitamos —dijo Cliff. 
 —¿Cuál es el plan? Cliff respondió:
 —Otra Guatemala, según me dijo Len. 
 Len era el superior de Cliff, conocido entre los agentes secretos sólo por ese nombre y por tener una pierna ortopédica. 
 Varios altos oficiales de la CIA que habían participado en el exitoso golpe de Guatemala fueron convocados, entre ellos Richard Bissell, Richard Helms y Howard Hunt Jr. Helms será el futuro director de la CIA y uno de los responsables del complot contra Salvador Allende en 1973. Una de las llamadas de Hunt desde Uruguay (donde operaba desde los años 50) al argentino Dandol Dianzi en un hotel de México, será grabada el 20 de noviembre de 1963, dos días antes del asesinato de John Kennedy, en el que Hunt mencionará “un asunto de grave importancia para nuestra nación”. No se refería su presidente de Uruguay, Benito Nardone. 
 La estrategia para “una nueva Guatemala” era obvia: guerra mediática primero e invasión armada después. Eisenhower había quedado impresionado por el bajo costo y la facilidad con la que lograron sus objetivos en aquel país. Ahora, el plan aprobado por el Pentágono consistía en invadir por aire la costa sur de Cuba, donde todavía quedaban algunas fuerzas de Batista. Si el aterrizaje salía mal, siempre quedaría la posibilidad de huir a las montañas y esperar a que nuevos recursos caigan del cielo.
 Guatemala fue elegida como campo de entrenamiento de los cubanos reclutados en Miami. El presidente, general Miguel Ydígoras Fuentes (en 1950 había perdido las elecciones contra Jacobo Árbenz y en 1958 y se hizo con el poder prometiendo “un pollo por familia”) le garantizó a la CIA la finca La Helvetia, en Retalhuleu, para alojar y entrenar a 5.000 cubanos a cambio de una cuota mayor en la venta de azúcar. Para explicar los movimientos extraños en la zona, el gobierno guatemalteco hizo circular el rumor de que comunistas cubanos se estaban organizando en algún lugar de Guatemala para lanzar un ataque contra la patria y la libertad de sus ciudadanos. 
 La campaña de desinformación ya se había extendido a América del Sur. El 15 de febrero, el agente de la CIA Philip Franklin Agee, por entonces en Ecuador, informó de la compra de opinión en los diarios más importantes de Colombia, Ecuador y Perú (como El Comercio y El Tiempo) para inculpar a Cuba de un envío inexistente de armas y dinero a esa región. El plan, confesó Agee, era preparar a la opinión pública antes de la invasión de Cuba. 
 El 15 de abril se lanzó la operación desde Nicaragua. La idea era destruir, con bombarderos B-26, las fuerzas antiaéreas de Cuba en el norte antes de desembarcar en el sur. La destrucción fue significativa, pero hubo respuesta. Los pilotos cubanos en sus T-33, más pequeños y peor armados, tenían mejor puntería y derribaron diez de los doce bombarderos invasores. Para desmoralizar a su población, la CIA pasó a los medios sus propios bombarderos baleados como desertores cubanos aterrizando en Miami.
 Castro acusó a Washington de la maniobra, mencionando las bases operativas de Florida y Guatemala, pero el embajador de Estados Unidos en la ONU, Adlai Ewing Stevenson, al tanto de los detalles del plan, lo niegó con vehemencia y convicción: “Las acusaciones de un complot orquestado en Washington son totalmente falsas. Estados Unidos está comprometido con una política de no agresión”. El agente David Phillips recordará en sus memorias de 1977 que “Adlai Ewing Stevenson era un gran actor; nadie le ganaba mintiendo”. Phillips recordará también que el agente de la CIA Kermit Roosevelt había logrado manipular a un número crítico de rebeldes en Irán para derrocar al presidente electo Mohammad Mossadegh y que lo mismo había logrado hacer él mismo, con el gobierno de Árbenz en Guatemala.
 El 16 de abril, desde la medianoche y hasta las 7:30 de la mañana, la Brigada 2506 (1.400 cubanos de Miami entrenados por meses en Guatemala) desembarcó con tanques M41 Bulldog en Playa Girón. Luego de una batalla que dejó cien muertos, la resistencia de la isla capturó a más de mil cubanos de la CIA, los que más tarde fueron cambiados por alimentos, gracias a una colecta organizada en Florida. La televisión de Estados Unidos informó de un ataque de los rebeldes cubanos contra el régimen de Castro y confirmó que “como es previsible, se culpa otra vez a Estados Unidos”. Los latinoamericanos nunca se hacen responsables de sus propios fracasos. 
 Pero las calles de La Habana se inundaron de gente contra la invasión y la invasión fracasó. Howard Hunt culpó a Jack Hawkins, encargado del grupo paramilitar de exiliados cubanos, “un veterano de guerra con botas tejanas y aspecto de borracho malhablado” que no creía en el genio revolucionario de Castro sino en su buena suerte. “Esto es pan comido”, había dicho Hawkins, prometiendo “enviar postales de navidad desde Cuba este año”. El mismo Hunt, en un reporte desde La Habana, lo había anunciado con tiempo: “todo posible apoyo de los cubanos a la invasión debe ser descartado de plano; se debe asesinar a Castro antes de la invasión y debe ser hecho por patriotas cubanos”. 
 La primera evaluación no fue creíble, pero la CIA tomó su última sugerencia, la que también fracasó cuando el secretario de Castro, Juan Orta, contratado para envenenar su bebida, una semana antes de la invasión se acobardó y se refugió en la embajada de Venezuela, donde permaneció por más de tres años antes de llegar a Miami. 
 Howard Hunt también culpó a Kennedy del fiasco y Kennedy culpó a la CIA, la que prometió disolver. Luego de muerto, sus hijos John y David confirmarán que su padre había confesado varias veces que la CIA había participado del asesinato del presidente, pero serán acusados de inventar la historia. 
 Karl Mundt, senador republicano por Dakota del Sur y educador de profesión, explotó: “¡Nosotros, quienes liberamos esa isla de sus cadenas medievales; nosotros, quienes le dimos orden, vida, conocimiento tecnológico y riqueza, ahora somos maldecidos por nuestra cooperación y por nuestras virtudes civilizatorias!”.
 Poco después del triunfo de la revolución, Che Guevara, quien en 1954 debió huir a México cuando se produjo el golpe de Estado en Guatemala, había advertido: “Cuba no será otra Guatemala”. Dos años después, el mismo Guevara, con su característico sarcasmo rioplatense, le envió una nota al presidente Kennedy: “Gracias por Playa Girón. Antes de la invasión, la Revolución era débil. Ahora es más fuerte que nunca”. 
 En sus memorias de 2008, Howard Hunt lo confirmó: “El Che y Fidel Castro aprendieron de Guatemala; nosotros no”.

 Jorge Majfud | 19/04/2023 | 

JM, del libro La frontera salvaje. https://www.youtube.com/watch?v=eeCVrZaNViw

sábado, 22 de abril de 2023

Capitalismo y libertad de expresión


Fox News y Rupert Murdoch: ¿”humillados” o reivindicados? 

 La cadena de medios derechista Fox -la más grande de EE.UU., propiedad del magnate de 92 años Rupert Murdoch- y la empresa Dominion -proveedora de la tecnología con la que se computaron los votos de las elecciones presidenciales de 2020- alcanzaron un acuerdo extra-judicial. Murdoch aceptó pagar a Dominion la suma de 787,5 millones de dólares para evitar que ésta prosiga con la demanda contra Fox por divulgar información falsa sobre los datos de los comicios y acusar a Dominion de birlarle el triunfo a Donald Trump. 
 La cadena Fox estuvo a la cabeza de la campaña trumpista de fake news, que en 2020 negó el triunfo demócrata y sostuvo que hubo una “conspiración” para robar la elección a los republicanos. Esa campaña condujo entonces a la verdadera conspiración golpista del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, por bandas paramilitares ultraderechistas. 
 Trump y sus seguidores nunca se bajaron de sostener su patraña y ningún organismo legislativo ni de ningún tipo salió a enfrentarla en la justicia, a pesar de las evidencias de que Trump y los suyos pretendían avanzar con métodos filo-fascistas – la campaña mediática de Fox fue sólo un aspecto de esta conjura. Incluso ahora la investigación en el Congreso de EE.UU. dirigida a examinar el asalto del 6 de enero está completamente empantanada. Trump pretende volver al ruedo en las elecciones presidenciales de 2024.
 En este cuadro, Dominion acusó a la cadena Fox por mentir y provocarle un daño moral y económico. El acuerdo al que ahora arribaron le evita a Murdoch tener que pedir en público disculpas. Según el abogado de Dominion, “el dinero es responsabilidad”, una forma de decir que una disculpa formal sería innecesaria. Por lo pronto, nadie molestará a Murdoch por su complicidad con la conjura golpista de Trump mediante la propagación de noticias falsas. Tres años después, por una módica multa -teniendo en cuenta que Fox es un emporio gigantesco- podrá seguir ejerciendo su ´libertad de expresión´. Si los grandes medios de comunicación son un monopolio de la burguesía, ello llega actualmente al paroxismo bajo el imperio de las ´redes sociales´. Detrás de la ilusión de la ´democratización de la información´ operan los monopolios que han transformado el mundo en un ´gran hermano´, mancomunados con los organismos de inteligencia de las grandes potencias. 
 En el presente, la lucha por las libertades más elementales se plantea más inseparable que nunca junto a la lucha por el poder de la clase obrera y los explotados.

 Norberto Malaj 
 22/04/2023

miércoles, 19 de abril de 2023

Ecuador: el derrumbe de un gobierno agotado


El juicio político contra el presidente Guillermo Lasso ha expuesto con virulencia la crisis política en Ecuador.
 Durante las últimas semanas, el gobierno ha emprendido una serie de medidas que buscan alejar los fantasmas de su destitución. Entre ellos, se encuentra la crisis diplomática con la Argentina que finalizó con la expulsión de ambos embajadores. Por otro lado, la crisis social ha explotado por una creciente ola de violencia entre pandillas y el copamiento narco de las cárceles. 
 El gobierno viene en retroceso en todos los planos. En primer lugar, cuenta con sólo 14 asambleístas en la unicameral sobre un total de 137. En segundo lugar, viene de dos derrotas políticas en los últimos meses: el rechazo del referéndum para modificar la Constitución y la derrota en las elecciones municipales en las principales ciudades del país. 
 Lasso había logrado sortear un juicio político, en junio de 2022, en medio de la rebelión campesina que sacudió al país contra los recortes sociales que afectaban principalmente al precio de los combustibles, el gas y la electricidad. Estas medidas habían surgido del acuerdo del gobierno con el Fondo Monetario Internacional. El gobierno busca, entre otras medidas, subir el IVA al 15% mediante una reforma tributaria. Pero la medida fue bloqueada por la Asamblea Nacional en noviembre pasado. 
 Las masas ecuatorianas sufren una carestía creciente en una economía dolarizada, que Correa mantuvo durante sus 10 años de gobierno. Lasso también impulsó un fuerte ataque a la organización obrera, fundamentalmente de los docentes, a quienes declaró esenciales, y prohibió el derecho a huelga. El 71% de la población se encuentra bajo la línea de pobreza y los pequeños ahorristas han perdido más del 80% de su poder de ahorro. Pero esto no es denunciado por ninguno de los bloques políticos que impulsan la destitución del gobierno. Acusan a Lasso por una supuesta malversación de fondos, y éste desarrolla una política de persecución contra ex funcionarios del correísmo acusados de corrupción. Las denuncias cruzadas no logran romper el impasse político. La popularidad de Lasso ha caído hasta el 20% de aprobación. 

 Juicio político 

Las motivaciones del juicio político han sido aprobadas por la Corte Constitucional (CC), ente que revisa las disposiciones legislativas, por seis a tres. El proyecto fue impulsado por el sector que responde a Correa, Revolución Ciudadana-Unión por la Esperanza (UNES) junto a sectores de Pachakutik (indigenismo) e Izquierda Democrática. Sin embargo, la oposición no cuenta con el apoyo cerrado de dichos grupos para desplazar al presidente. Quien se ha plegado en favor del juicio político es el bloque derechista del Partido Social Cristiano (PSC). Hay una posibilidad cierta de que Lasso sea destituido por el Parlamento. 
 En los últimos días, la oposición ha denunciado el supuesto intento del gobierno por comprar los votos de los opositores ´dudosos´. Lasso ha comenzado una campaña por su absolución. El presidente ha recibido en el último día el apoyo personal de un grupo de senadores demócratas, “Bob” Menéndez -presidente del Comité de Relaciones Internacionales del Senado estadounidense- junto con Tim Kaine, quien fuera candidato a vicepresidente de Hillary Clinton en 2016, y Tony Cárdenas. Estos senadores representan al grupo de parlamentarios latinos y cuentan con una fluida relación con Biden y la cúpula demócrata.
 Si Lasso es destituido, el gobierno recae en su vice, Alfredo Borrero. Al ser consultado por la prensa, el vice se limitó a dar su apoyo al presidente y a afirmar que “el orden constitucional tiene que ser respetado”. El gobierno puede disolver la Asamblea Nacional, como lo habilita la Constitución del país. Esto obligaría a unas elecciones generales en el plazo de 60 días y la autorización al presidente para gobernar por decreto hasta los comicios. 
 El gobierno de Lasso afronta la crisis generada por su propio plan de ataque a las masas. El intento por promover una destitución parlamentaria ha expuesto la quiebra existente en el Poder Judicial, Legislativo y en las propias Fuerzas Armadas que resisten al correísmo, pero le temen aún más a una nueva rebelión popular. Los partidarios del impeachment no cuentan con la capacidad de construir una mayoría homogénea, menos de consensuar un plan de gobierno. 

 Joaquín Antúnez 
 18/04/2023

"No hay defensa posible de la Ley Helms-Burton y del bloqueo genocida contra Cuba": Roser Maestro


martes, 18 de abril de 2023

Inteligencia artificial, academia y posthumanidad


Desde el primer Silicon Valley de la historia en lo que es Irak hoy, pero cinco mil años atrás (y más importante que el Silicon Valley de California) hasta la Revolución industrial en Inglaterra, las nuevas tecnologías fueron el producto de las necesidades de sociedades agrícolas prósperas que se convirtieron en ciudades, luego en imperios y finalmente interrumpieron o destruyeron el mismo desarrollo en sus colonias. En todos los casos, la innovación resultó en un desafío para las sociedades, desde la administración del poder hasta la educación. 
 A nuevas soluciones, nuevos problemas. En todos los casos, la nueva tecnología fue, al mismo tiempo, servil y rebelde, opresora y liberadora. Siempre fue una oportunidad de democratización y siempre fue secuestrada por los poderes de turno. La robotización y la Inteligencia Artificial no son excepciones―por el momento. La única excepción será cuando crucemos el límite que separa el poder de provocar una catástrofe, como las bombas atómicas en Japón, del poder de aniquilación de la humanidad o de las formas conocidas de civilización desde la antigua Sumeria.
 Los chats con (ro)bots inteligentes tienen ya unos cuantos años. Desde el comienzo, se observó su capacidad de repetir y amplificar los peores prejuicios humanos, como fue el caso de la robot Tay de Microsoft, que en 2016 nació con 19 años y debió ser sacrificada con apenas 16 horas de vida, después de haber interactuado con usuarios de Twitter hasta convertirse en una racista más. Una década antes, publiqué artículos y algún libro con esta preocupación: “Mientras las universidades logran robots que se parecen cada vez más a los seres humanos, no sólo por su inteligencia probada sino ahora también por sus habilidades de expresar y recibir emociones, los hábitos consumistas nos están haciendo cada vez más similares a los robots”. Ellos aprenden de nosotros y nosotros aprenderemos de ellos. En 2017, en la novela Silicona 2.0, la robot, objeto sexual y psicoanalista a tiempo completo, se convierte en una asesina de sus amos-amantes, luego de que se usara como Eva o semilla de estas robots a una empresaria con un ego estimable y un pasado traumático que ella mismo desconocía.
 Las facultades de lenguas fueron las primeras en sufrir una (infundada) crisis existencial con los sofisticados traductores de Google. Les llegó la misma crisis a los programadores, profesores, periodistas, intelectuales en general. El error, entiendo, está en confundir una herramienta con un esclavo que hace nuestro trabajo, el que luego se convertirá en nuestro amo. La educación universitaria de la Era IA deberá desafiar a las IA, como la pintura moderna desafió a la fotografía en el siglo XIX o las matemáticos desafiaron las computadoras. 
 La debilidad de novedades como ChatGPT radica en su alta fragmentación. Esta fragmentación hace improbable la comprensión general de cualquier problema. Tampoco ayuda a desarrollar habilidades intelectuales para una visión holística de la realidad. Todo lo contrario. En muchos casos, es una Wikipedia simplificada. Su selección y sus juicios no son tan objetivos como Wikipedia; parecen basados en la masa de juicios realizados a lo largo del último siglo en la prensa dominante, más que en investigaciones académicas. ChatGPT es un razonable programador de sistemas operativos y un instrumento menor para ahorrar tiempo en las humanidades, pero absolutamente incapaz de realizar una investigación crítica y profunda por sí misma. Es decir, no le pidan algo que nadie sabe. Por otro lado, muestra grietas importantes en la muralla la narrativa. Es (o puede llegar a ser) menos servil que los medios dominantes. 
 Para tener un parámetro de comparación, sometí a ChatGPT de OpenAI (los de Google y Microsoft no son muy diferentes) a uno de mis exámenes de International Studies en Jacksonville Unviersity, el cual es tomado cada semestre por estudiantes de distintos estados y continentes. ChatGPT aprobó con 84 sobre 100, algo para nada difícil, lejos de los exámenes de Matemáticas o Estabilidad que tomábamos en los 90s en la facultad de arquitectura de Uruguay, que duraban de seis a siete horas. Pero los errores fueron significativos y de tres categorías: 1) enciclopédicos; 2) de prejuicios; y 3) de juicio crítico. 
 Entre los aspectos positivos de ChatGPT podemos observar algo que ya observamos con Wikipedia hace dos décadas: hay elementos que revelan menos prejuicios que en los seres humanos sometidos a la propaganda de la historia oficial. Cinco o diez años atrás, cuando preguntaba a mis estudiantes estadounidenses sobre las causas de la independencia de Texas, por unanimidad respondían cosas como: “por diferencias culturales; los nuevos tejanos no aceptaban el despotismo de los mexicanos y querían ser libres”. La misma respuesta para explicar la Guerra Civil: “fue para preservar la cultura del Sur”, como si la esclavitud y el racismo no fuesen parte de la cultura o los patriotas del sur hubiesen querido destruir ese mismo país porque no les gustaba la música o la comida del Norte. Nada sobre el propósito de reinstaurar la esclavitud en Texas, la que había sido ilegalizada por los mexicanos, o protegerla luego contra la amenaza de los abolicionistas de Lincoln. 
 Al menos aquí, ChatGPT logra el doloroso salto hacia la verdad: “todo fue por el asunto de la esclavitud”. ¡Finalmente! El gobernador de Florida, Ron DeSantis dirá que ChatGPT fue corrompido por profesores como yo y no sorprendería que firmase otra ley prohibiendo cuestionar la historia patriótica. Nada sobre los miles de millones de dólares de las agencias secretas, las que continúan la tradición de inocular los medios y las nuevas tecnologías. 
 Otra consecuencia positiva será que la educación liberadora, crítica, vuelva la mirada a su centro existencial: más que aprender a repetir una respuesta, los estudiantes deberán aprender a hacerse las preguntas esenciales que disparan un pensamiento crítico. Los revisionismos no son producidos por los nuevos datos de la realidad sino por las nuevas perspectivas. Los revisionistas ya no necesitarán tanto elaborar la respuesta incómoda, sino las preguntas críticas, como fue el caso de Sor Juana Inés de la Cruz en el siglo XVIII. Eso, claro, si los poderosos económicos de turno no continúan manipulando los medios; si no continúan secuestrando las nuevas tecnologías. 
 La taylorización de la industria y el más actual consumismo pueden etiquetarse como procesos de deshumanización, pero nunca antes la definición de nuestro mundo como posthumano fue tan precisa. Si esta civilización sobrevive a la catástrofe climática y a una rebelión global contra el capitalismo neofeudal, es posible que los ciborgs y alguna superinteligencia central desplacen el protagonismo de los humanos y, si las neuronas electrónicas son tan crueles como sus dioses creadores, también es posible que los condenen al infierno de la manipulación absoluta. 
 Para entonces, las últimas esperanzas de la Humanidad estarán en aquellas mentes impredecibles, creativas. Es decir, en aquellos individuos que hoy son marginados por diferentes, por sufrir de alguna “condición” o “discapacidad” intelectual, según el canon y el dogma social, ya que para que las IA sean exitosas se alimentarán con nuestro particular y destructivo modelo de normalidad y eficiencia. 

 Jorge Majfud 
17 de abril de 2023

lunes, 17 de abril de 2023

Estados Unidos: Biden decreta el “fin de la pandemia”


El pasado 10 de abril, el presidente Joe Biden, puso fin a la emergencia por Covid-19 en su país, adelantándose a la fecha prevista para el 11 de mayo próximo. “Dado que el Congreso votó a favor de poner fin a la Emergencia Nacional antes de lo previsto, la Administración ha trabajado para acelerar su retirada y avisar con la mayor antelación posible a las personas potencialmente afectadas”, aseguró un funcionario de la Casa Blanca (CNN, 11/4). 
 El anuncio de Biden significará poner fin a una variedad de beneficios sociales y de atención médica para millones de trabajadores, como la atención médica de Medicaid, un programa federal y estatal que proporciona cobertura de salud gratuita o de bajo costo a millones de estadounidenses de bajos ingresos, familias y niños, mujeres embarazadas, personas mayores y con discapacidades. Docenas de estados esperan eliminar hasta siete millones de personas de las listas de Medicaid en el transcurso del próximo año (WSWS, 23/03).
 También se fue desmantelando el grupo de trabajo de COVID. Por su parte, sectores no gubernamentales que realizaban el seguimiento de la evolución y los impactos de la pandemia, han anunciado la finalización de su seguimiento diario. A principios de este mes, la Universidad Johns Hopkins cerró su rastreador diario para computar infecciones, hospitalizaciones y muertes por COVID. Este rastreador fue la fuente de datos independiente más citada por los investigadores de atención médica y las cuentas de los medios. Por su parte, The New York Times anunció que estaba finalizando su propio rastreador diario. 

 ¿La pandemia terminó?

Mientras Estados Unidos anuncia el fin de la emergencia sanitaria, otra subvariante de Ómicron preocupa por su contagiosidad. Se trata de la subvariante XBB.1.16, también llamada Arcturus, que se ha detectado en al menos 22 países, entre ellos Estados Unidos. Las autoridades sanitarias estiman que esta es la versión de Ómicron más infecciosa, después de ver cómo la nueva cepa causó un aumento de casos en India, hasta 13 veces respecto del promedio de un mes atrás. El “fin de la pandemia”, viene siendo pregonado por la burguesía, mientras persisten las graves consecuencias del Covid-19 prolongado o “long covid” sobre la población mundial. El director de la OMS reconoció que se calcula que el 50% de los trabajadores y cuidadores de la salud padecieron síndrome de desgaste profesional durante la pandemia y que el mundo se enfrentará a una escasez de 10 millones de trabajadores y cuidadores de la salud en 2030. Por su parte el director de la Organización Panamericana de la Salud declaró que “aunque las tasas de detección han disminuido, es crucial que los países mantengan y sigan reforzando la vigilancia, ya que el virus SARS-CoV-2 "puede evolucionar y adaptarse rápidamente".
 La declaración del fin de la emergencia sanitaria, como podemos observar, no es más que formalizar lo que ya sucede en los hechos (el desmantelamiento de toda política y campaña para afrontar al Covid-19) y una justificación para avanzar en el desmantelamiento del sistema sanitario, duramente golpeado después de tres años de pandemia. 

 Soledad Domínguez 
 17/04/2023

viernes, 14 de abril de 2023

Luego de las quiebras bancarias: lo peor está por venir


Si bien los mercados parecen haber recobrado la calma, luego de la sucesión de quiebras bancarias que se produjeron semanas atrás, la crisis está lejos de haberse cerrado. Por el contrario, la opinión que empieza a extenderse es que lo peor no pasó sino que está por venir. 
 El principal diario en el mundo de las finanzas, Financial Times (30/3), ha hecho una detallada exposición de los frentes de tormenta que están abiertos. El matutino londinense advierte que los recientes colapsos de Estados Unidos y Europa ponen de manifiesto nuevas amenazas para los prestamistas.
 Una cantidad no despreciable de bancos mantiene grandes carteras de préstamos a tasa de interés fija muy por debajo de los niveles actuales. Otros, con una mayor promoción de su cartera a tasa variable, pueden cobrar más pero están expuestos a un riesgo de defaults por parte de los beneficiarios del crédito, incapaces de hacer frente a sus compromisos. 
 Una de las preocupaciones centrales está relacionada con la deuda pública, desde el momento en que los bancos compran habitualmente títulos del Estado de modo de cumplir los requisitos de las regulaciones vigentes de mantener cantidad suficiente de activos líquidos de alta calidad. La suba de la tasa de interés ha provocado una fuerte caída de esos activos públicos. La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) anunció que los bancos estadounidenses tenían 620.400 millones de dólares en pérdidas, producto de la desvalorización de esos activos. Según las normas estadounidenses, los bancos no tienen que exponer estos activos a precios de mercado, de modo tal que esta pérdida permanece encubierta en sus balances hasta el momento en que se vean forzados a vender esos activos, como le ocurrió al Silicon Valley. Hay quienes calculan que de seguir la tendencia actual, las pérdidas podrían alcanzar la friolera de 2 billones de dólares. Con más razón si los depositantes retiran sus fondos en la búsqueda de opciones más lucrativas. 
 Los préstamos a tasa variable están cada vez más extendidos en la Eurozona, pero las hipotecas fijas siguen representando tres cuartas partes del total. El panorama es más complicado en Estados Unidos, donde las hipotecas a tasa variable representan menos del 10% del total. 

 Préstamos inmobiliarios

 En relación a este punto, uno de los aspectos más explosivos se concentra en los préstamos inmobiliarios comerciales (CRE, por sus siglas en inglés). Según JP Morgan, algo más del 40% de los préstamos inmobiliarios comerciales de Estados Unidos está en manos de los bancos. 
 La exposición de los bancos europeos en este tipo de operatoria ha sido identificada como una “vulnerabilidad clave” por el Banco Central Europeo (BCE). Aunque la proporción de préstamos inmobiliarios es sensiblemente menor, el costo de la deuda se ha duplicado y eso genera sobresaltos en la refinanciación. En el futuro se prevé que los criterios de concesión de préstamos van a ser más estrictos. 
 Importa señalar que el 70% de los préstamos otorgados por la banca pertenece a los bancos pequeños, de modo que no es exagerado vaticinar nuevas turbulencias que involucran también a los bancos regionales. 

 Banca en la sombra

 Pero tanto o más amenazante que el sector bancario es la llamada “banca en la sombra”, que consiste en mercados financieros no regulados y que incluye fondos de inversión abiertos y money markets, que operan al margen de los controles institucionales. El Financial Times (3/4) alerta que es en ese sector “donde residirá el verdadero riesgo en 2023 y más allá”. La banca en la sombra tiene un papel cada vez más gravitante en el área de los créditos inmobiliarios comerciales. Pero las subas de la tasa de interés han encendido las alarmas, pues están presionando a la baja los valores de los inmuebles comerciales, que ahora están por debajo de los niveles previos a la pandemia. Esto, más allá de desalentar nuevas inversiones, reduce los márgenes de financiamiento, lo cual presiona a los fondos de capital privado con préstamos al sector inmobiliario que están venciendo y que necesitan inyecciones de capital. No olvidemos que liberados de controles, la operatoria se ha ido multiplicando, apelando a un gran aplacamiento. Por esta razón, los vencimientos de deuda inmobiliaria de 2023 son elevados. Los “gestores de activos” -otra denominación para esta banca en la sombra- están obligados a buscar más capital y hacerlo en condiciones más desfavorables o ruinosas o, en su defecto, vender inmuebles de su cartera para cubrir préstamos. 
 Los índices inmobiliarios ya se habían vuelto negativos en 2022. El mes pasado, el grupo inmobiliario canadiense Brookfield dejó de hacer frente a los pagos de los 734 millones de deuda de edificios de oficinas de Los Angeles. En una situación comprometida se encuentran otros fondos de inversión como Husdson Pacific Properties y Vornado Reality. Esto es una punta del iceberg, pues hay que tener en cuenta la que los fondos de riesgo (hedge funds) vienen expandiendo sus negocios e inversiones en infinidad de áreas como servicios públicos, tierras de cultivo, transporte y energía; en particular en energías renovables, aprovechando el propio apoyo gubernamental para una transición energética. Esta expansión se ha acelerado gracias a los planes de estímulo fiscal posteriores a la crisis del Covid en Estados Unidos y otros países, que han fomentado más asociaciones público-privadas para la construcción de infraestructuras. La ley de Inversión en Infraestructura y Empleo de Estados Unidos introdujo una serie de nuevas concesiones para la inversión privada.

 Perspectivas 

A partir del cuadro aquí descripto no nos debe sorprender que el Morgan Stanley proyecte “algo peor que en la Gran Crisis” para el mercado inmobiliario (Wall Street Journal, 5/4). “Más del 50% de los casi 3 billones de dólares en hipotecas comerciales -destaca el diario- deberán renegociarse justo cuando aumenten las tasas de interés”. 
 Por su parte, el director ejecutivo del JP Morgan, Jamie Dimon, señaló que la crisis no terminó y advirtió que durará años. 
 Nouriel Roubini, a su turno, ha ido más lejos y habla de la “fatalidad de una nueva crisis de la deuda” (Clarín, 8/4). El renombrado economista, valorado porque predijo la crisis financiera de 2008, advierte, entre otras cosas, sobre el peligro que representa el retiro de depósitos que viene creciendo, lo cual presagia nuevos temblores en el sistema bancario. “La fuga actual y aparentemente persistente de depósitos no asegurados -e incluso asegurados- probablemente esté impulsada tanto por la búsqueda de los depositantes de mayores retornos como por su preocupación acerca de la seguridad de sus depósitos” (ídem). 
 Las consecuencias de una suba de la tasa de interés y la contracción del crédito no se circunscriben solo al riesgo de un aterrizaje más duro de la economía, que abre el terreno a una depresión, sino que puede desatar una corrida bancaria. 
 Roubini alerta sobre las contradicciones insalvables con la que tropiezan gobiernos y bancos centrales para hacer frente a la crisis. “Los bancos centrales no deben caer en el autoengaño de creer que todavía pueden lograr tanto la estabilidad de precios como la financiera mediante algún tipo de separación (elevar las tasas para luchar contra la inflación y, al mismo tiempo, inyectar liquidez para mantener la estabilidad financiera)” (ídem). Una medida termina retroalimentando los efectos de la otra y es imposible hacer malabarismos. 
 En síntesis, al escenario de recesión con inflación (stagflation) que se viene abriendo paso se une la perspectiva de cimbronazos financieros. Lejos de una crisis que pueda ser revertida con regulaciones y controles estatales cada vez más devaluados -como predican neokeynesianos y hasta sectores de izquierda- está llamada a transitarse en forma violenta y convulsiva, por medio de defaults, quiebras y bancarrotas. El colapso económico es el caldo de cultivo para el hundimiento del régimen político y la emergencia de estallidos sociales y rebeliones populares. Ahí tenemos las huelgas en Francia, Inglaterra y Alemania, donde aparece en escena la clase obrera, pero también los levantamientos en Asia, Africa y, por supuesto, en América Latina. Los luchadores que hoy están haciendo frente a la brutal ofensiva capitalista en curso deben seguir con atención este cuadro de situación, pues el gran desafío para los trabajadores y la izquierda es cómo se convierte en un canal para impulsar las luchas en curso y contribuir a que los explotados intervengan en la crisis como un factor independiente y se catapulten como alternativa de poder. 

 Pablo Heller

jueves, 13 de abril de 2023

La intimidad del belicismo yanqui


Megafiltración de documentos secretos del Pentágono y otras agencias. 

 Una megafiltración de documentos clasificados del Pentágono y otras agencias de inteligencia estadounidenses, difundida por los medios desde el último fin de semana, ha desatado un verdadero tembladeral, dado que revela información reservada sobre la marcha de la guerra en el este europeo, apreciaciones íntimas sobre China, y el espionaje realizado por la Casa Blanca sobre algunos de sus socios políticos, como es el caso de los gobiernos de Ucrania, Israel y Corea del Sur.
 Los documentos circulaban por redes sociales desde principios de marzo, pero recién cobraron difusión masiva con la publicación y análisis de los mismos en estos días por parte del New York Yimes y el Washington Post. El gobierno norteamericano abrió una investigación para tratar de identificar a los culpables de la filtración, que recuerda la ventilación masiva de documentos clasificados que se conocieron a través de Wikileaks desde 2010 (con información sobre las guerras de Afganistán e Irak) y los programas de vigilancia de la Agencia Nacional de Seguridad, valientemente denunciados por el exagente Edward Snowden. 
 La filtración causa un daño evidente al aparato de inteligencia y el Estado norteamericano: resiente la relación con sus socios, obstaculiza la cooperación con otros servicios de inteligencia (debido a las brechas e inseguridades que vuelve a mostrar el aparato de inteligencia yanqui), y alerta a los “espiados”, que pueden tomar medidas para tratar de contrarrestar la situación. 

 Ucrania 

 Los documentos filtrados contienen información sobre el campo de batalla y, sobre todo, confirman el involucramiento cotidiano de Estados Unidos en la guerra de Ucrania, proporcionando armas, formación militar, municiones e información de inteligencia sobre los objetivos a atacar. 
 Al mismo tiempo, revelan las presiones sobre el gobierno de Corea del Sur para que suministre armamento en forma directa a Kiev. Los cables registran la preocupación de Seúl, que para avanzar en la línea demandada por Washington debería violar una norma que le impide hacer envíos directos a una zona en conflicto. Hasta ahora, lo entregaba previamente a otros Estados, como Polonia, que lo redirigían al régimen de Volodomir Zelensky. 
 Zelensky es, justamente, otra de las víctimas del espionaje yanqui. El presidente ucraniano habría sufrido la pinchadura de sus comunicaciones. 
 Si la Casa Blanca espía a su hombre de confianza en Ucrania, no debe sorprender entonces el espionaje sobre Moscú. La información recogida por las agencias yanquis (anticipo de operaciones militares) indicaría una grieta en el aparato de seguridad ruso. 

 Israel 

 Otro punto destacado de los documentos conocidos se refiere a Israel. Los textos afirman que el Mossad (servicio de inteligencia sionista) habría favorecido las grandes protestas de la oposición contra una reforma judicial impulsada por el oficialismo, que el premier Benjamin Netanyahu terminó poniendo en pausa, según sus propias palabras, para evitar “una guerra civil”. 
 Voceros del gobierno de Netanyahu salieron a desmentir que el Mossad esté tratando de torpedear la reforma, pero antes de conocerse las filtraciones, era claro ya que el proyecto oficial había provocado una división en el aparato estatal, incluyendo al ejército, en el que muchos soldados empezaron a negarse a cumplir ciertas tareas como forma de rechazo al gobierno.
 Israel es el principal aliado del imperialismo yanqui en Medio Oriente, aunque los vínculos que Tel Aviv mantiene con Rusia han provocado la impaciencia de la Casa Blanca, que exige al gobierno israelí que entregue de una vez por todas armas a Ucrania. 
 No es la primera vez que salen a la luz evidencias del espionaje yanqui sobre sus socios. En 2021, se conoció la Operación Dunhammer por la cual los servicios de Dinamarca monitorearon a los gobiernos de Alemania y Francia para suministrar esa información a la Agencia Nacional de Seguridad norteamericana. 

 Belicismo 

 Aunque no ofrecen mayores novedades, los documentos prueban también la obsesión y preocupación ante China, al hacer proyecciones sobre su papel en Ucrania. Recordemos que la Casa Blanca no solo impuso sanciones económicas sino que avanza en un cerco militar contra el gigante asiático, cuestión que tiene entre sus hitos los acuerdos militares con Australia, Filipinas y los contactos de primer nivel con Taiwán. 
 El belicismo yanqui y el trabajo conspirativo de sus agencias, aun respecto a sus propios socios, queda expuesto a las claras en las filtraciones, que son también una muestra del agravamiento de las disputas entre los Estados y las tendencias bélicas que alimenta la crisis económica mundial. 
 Estas tareas conspirativas, como mostraron a su turno las revelaciones de Snowden, el Estado yanqui las practica contra su propia población, a la que mantiene firmemente vigilada.
 Las intrigas le juegan ahora un mal trago a Estados Unidos, porque las filtraciones, más allá de si hay o no detrás de ellas un enemigo externo involucrado, difícilmente podrían haber prosperado sin algún tipo de sabotaje interno. Otra señal de los problemas que atraviesa la dominación yanqui en el mundo. 

 Gustavo Montenegro

Cuba y EEUU: ¿qué sistema es más democrático?


miércoles, 12 de abril de 2023

Estados Unidos y la guerra de la OTAN: qué reveló la filtración de documentos


Una nueva filtración masiva de documentos clasificados del Pentágono ha expuesto el compromiso estratégico de Estados Unidos en la guerra de la Otan contra Rusia. La información fue difundida entre finales de febrero y principios de marzo a través de los servicios de mensajería Discord y Telegram y circularon profusamente por Internet, pero recién cobraron publicidad hace pocos días, cuando The New York Times reveló que había una investigación oficial en curso.
 Los documentos sacaron a la luz la existencia de una amplia red de espionaje sobre enemigos y aliados de los propios EEUU, tanto por medio de la intercepción de comunicaciones como a través de la presencía de informantes. También revelan un sofisticado y extendido aparato de espionaje satelital de última generación, hasta ahora desconocido, que le permite al Pentágono obtener imágenes nítidas de la presencia de tropas y maniobras sobre el terreno.
 El bochorno podría costarle caro al alto mando de la Otan. La información revela, por un lado, el gran desgaste ruso y su estancamiento en la región de Donbás, pero también pone en duda la capacidad del ejército ucraniano para llevar adelante la ´contraofensiva´ prevista para la primavera boreal. Ucrania ya habría alterado algunos de sus planes militares debido a la filtración, dijo a CNN una fuente cercana a Zelensky (CNN, 10/4).
 Según uno de los documentos, las fuerzas rusas habían sufrido entre 189.500 y 223.000 bajas hasta febrero, incluidos hasta 43.000 soldados muertos en acción. Mientras tanto, Ucrania habría sufrido entre 124.500 y 131.000 bajas, con hasta 17.500 muertos en acción, dice el informe. Es la primera vez que se filtran cifras tan precisas provenientes, supuestamente, de un documento oficial. 
 Los documentos filtrados revelan la gran penetración de los servicios yanquis en el alto mando ruso e incluso entre los mercenarios del Grupo Wagner, de gran protagonismo en la guerra. Éste habría hecho contactos para comprarle armas a Turquía, un país miembro de la alianza atlántica, para utilizar en Ucrania. Entre sus aliados, los documentos ponen en evidencia la presencia de informantes en el entorno de Zelensky, en la cúpula del Mossad y la intercepción de comunicaciones en el máximo nivel del gobierno de Corea del Sur, entre otros. Exhiben, por ejemplo, las vacilaciones de Seúl para abastecer de municiones a las tropas ucranianas, como le exigía Estados Unidos. Los funcionarios surcoreanos barajan la posibilidad de triangular con Polonia la entrega de suministros, para no aparecer involucrados de manera directa en la guerra y sortear una posible crisis política. También quedaron expuestos los trabajos de inteligencia sobre los países que integran con EEUU la ´comunidad de información´ Five Eyes, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido y Australia.
 Algunos de los documentos habrían sido adulterados parcialmente, aunque su veracidad parece estar fuera de duda. Los funcionarios ucranianos, de todos modos, relativizaron su alcance, probablemente porque también ponen de relieve tensiones entre ambos gobiernos. Se afirma, por ejemplo, que Zelensky a fines de febrero “sugirió atacar los lugares de despliegue rusos en la región de Rostov de Rusia”, utilizando vehículos aéreos no tripulados. Hasta ahora, Estados Unidos se ha negado a entregar a Ucrania misiles de largo alcance por temor a que los usen para atacar dentro de Rusia. Otro informe de inteligencia dice que China podría usar los ataques ucranianos contra objetivos en territorio ruso “como una oportunidad para presentar a la OTAN como el agresor” y “aumentar su ayuda a Rusia si considera que los ataques fueron significativos” (CNN, 10/4). 
 De todos modos, los voceros ucranianos ratificaron su “plena confianza” en el gobierno yanqui, que es su sostén excluyente en la guerra. Precisamente, lo que demuestra palmariamente el material filtrado es el dominio completo del imperialismo yanqui en todos los episodios de esta guerra –no sólo contra Putin sino también en la manipulación y control de sus propios aliados. Esta presencia excluyente de los Estados Unidos derriba definitivamente las pretensiones de quienes aluden a una guerra por la “autonomía de Ucrania”. 
 El Pentágono sufre nuevamente una filtración crítica de documentación clasificada, como ya ocurrió antes con los “leaks” (fugas) de Julián Assange, Edward Snowden y Chelsea Manning.

Jacyn
12/04/2023

martes, 11 de abril de 2023

Los trabajadores «roban» a los inversionistas


Henry Ford (izquierda), John y Horace Dodge. 

En 1919, en la Corte Suprema de justicia de Michigan se produjo un hecho con consecuencias ideológicas que ya superan los cien años, aunque sus raíces están en la Inglaterra del siglo XVI, como explicaremos en un próximo libro, algo para leer con menos urgencia y ansiedad―al menos esa es la superstición de todo escritor que malgasta su vida investigando cosas que a pocos les interesa y a muchos no les conviene. 
 Un protagonista y víctima paradójica fue Henry Ford, uno de los tantos millonarios admiradores de Hitler y condecorado por este, con un sentido aristocrático y racista de las sociedades. Siete años más tarde, su decisión de otorgarles a sus trabajadores uno de los derechos más largamente revindicados por los sindicatos en Occidente, las ocho horas (8-8-8, ocho horas para trabajar, ocho para descansar y ocho para vivir) se basaba en que los obreros debían tener tiempo y poder de consumo para ampliar los negocios de los de arriba. Como Hitler, Ford también se había propuesto producir un auto del pueblo (Volkswagen) que pudiese llevar a un hombre al volante, su mujer al lado y tres hijos detrás. 
 Para la segunda década del siglo XX, y debido al éxito de los Ford T que todavía ruedan sobe las calles de la antigua ciudad portuguesa de Colonia del Sacramento en Uruguay, Ford Company había acumulado un exceso de capital, por lo cual su gerente, Henry Ford, decidió aumentar el salario de sus obreros. En gran medida se trató de una estrategia publicitaria y, sobre todo, de la sospecha de Ford de que algunos accionistas estaban acumulando ganancias para abrir su propia compañía y competir con la suya (como los Dodge, que ya proveían de piezas mecánicas a la misma Ford), pero en los hechos iba a beneficiar a los obreros de la compañía. 
 Apenas enterados de los planes de Henry Ford de dejar gotear algo de las ganancias a sus obreros, los hermanos John y Horace Dodge, con un diez por ciento de las acciones de la compañía, demandaron a Ford Co. argumentando que los capitales acumulados pertenecían a los accionistas, no a los trabajadores, cuyos salarios ya eran competitivos en el mercado. ¿Para qué más? La demanda se basó en la acusación de que los trabajadores les estaban robando el dinero que le pertenecía a los inversionistas.
 En 1919, la Suprema Corte de Michigan le dio la razón a los Dodge, lo cual no sólo les permitió recibir un capital extra para iniciar su propia Automotora Dodge y millones de simpáticos autos que invadieron el resto del mundo como prueba de los beneficios del capitalismo, sino que, más importante que eso, sentó un antecedente judicial, cultural e ideológico. Desde entonces, las decisiones de otras cortes y de otros medios convirtieron en dogma escrito la idea de que los capitales y sus beneficios le pertenecen a los accionistas, no a los trabajadores. 
 De forma explícita, la Suprema Corte del estado determinó que los gerentes de una compañía deben administrar sus compañías para beneficio de sus accionistas, no para la caridad de sus trabajadores. Filosofía que se parece mucho a la del sistema esclavista, abolido medio siglo antes pero gozando de buena salud en el resto de la cultura dominante, reproducido y practicado desde el mugol de los medios William Hearst hasta cada uno de los CEOs de las transnacionales más poderosas del país.
 Está de más decir que las mismas obviedades fueron adoptadas y defendidas como la vida en las colonias del Sur Global―y que poco ha cambiado desde entonces. 

 Jorge Majfud | 11/04/2023 |