martes, 26 de febrero de 2019

'Lo que EEUU está haciendo contra Venezuela es un atropello y crimen a la Humanidad'




Bajo el lema “No al Intento de Golpe de Estado en Venezuela, Viva Venezuela Bolivariana”, se celebró en Madrid un acto con la intervención de Mario Isea, Embajador de La República Bolivariana de Venezuela, que explicó a Cubainformación TV qué hay detrás de la "ayuda humanitaria" de EEUU a Venezuela.

Ratificada la nueva Constitución de la República de Cuba




La nueva Constitución de la República de Cuba quedó refrendada tras el voto de este domingo, 24 de febrero. Los datos preliminares ofrecidos por la presidenta de la Comisión Electoral Nacional así lo confirman. Los periodistas del Sistema Informativo de la Televisión cubana, Talia González y Humberto López intercambiaron con Alina Balseiro, luego de la Conferencia de prensa ofrecida en la tarde. #Cuba #HacemosCuba #SomosCuba

lunes, 25 de febrero de 2019

Benny Moré...¡Qué bueno baila usted!




¡Así que esta voz vive más que su hombre,
Y que ese hombre es ahora discos, retratos, lágrimas, un sombrero
Con alas voladoras enormes
—y un bastón—!...

Son versos de Roberto Fernández Retamar escuchando un disco del Benny Moré, el Bárbaro del ritmo, una voz y un ser que es Cuba. De tal manera buscándolo nos encontraremos hoy conspirando con La Pupila Asombrada.

Millones validan democracia de Cuba con su voto en referendo constitucional

La Comisión Electoral Nacional ofrecerá en la tarde de hoy los resultados preliminares

Millones de cubanos votaron ayer para fijar postura sobre la nueva Constitución de la República, cita en las urnas que confirmó su respaldo al sistema democrático de la isla. En un ambiente de fiesta, en una jornada calurosa y sin lluvias, los electores se movilizaron en las 15 provincias del país para responder a la pregunta '¿Ratifica usted la nueva Constitución de la República?'.
Según el último parte emitido este domingo por la Comisión Electoral Nacional (CEN), hasta las 17:00 hora local habían ejercido su derecho al voto siete millones 524 mil 318 ciudadanos mayores de 16 años, el 81,53 por ciento de los registrados.
La CEN tiene prevista hoy en la tarde una rueda de prensa para informar los resultados preliminares de un referendo calificado de histórico, por la oportunidad de ratificar una carta magna construida en colectivo, que plasma la irrevocabilidad del proyecto socialista y amplía las garantías y los derechos de los cubanos.
Después del cierre de los más de 24 mil colegios, a las 18:00, los integrantes de las mesas procedieron a la apertura de las urnas para el conteo de las boletas, un proceso que en la isla caribeña es público.
En colegios de esta capital y del país, Prensa Latina y otros medios de comunicación constataron una contundente mayoría de las papeletas reflejando el respaldo a la nueva Constitución, pero habrá que esperar a mañana para conocer detalles del conteo.
Tras ejercer su derecho al voto, el presidente Miguel Díaz-Canel aseguró que la ley de leyes es un texto para el presente y el futuro de la nación.
Se trata de un documento moderno y de avanzada, que nos permite destrabar procesos y avanzar de una manera más decidida. Ahora viene un amplio ejercicio legislativo, ya lo estamos organizando, y buscamos que en el menor tiempo posible podamos aprobar e implementar las leyes que respalden la carta magna, subrayó.
La jornada electoral permitió además a Cuba reiterar su apoyo a Venezuela y al presidente Nicolás Maduro, en momentos en que Estados Unidos arrecia su cruzada para el cambio de régimen y amenaza con la intervención militar.
El propio Díaz-Canel condenó la injerencia en los asuntos internos del país sudamericano y la complicidad con Washington de algunos gobernantes de América Latina.
Por su parte, el primer vicepresidente, Salvador Valdés, demandó respeto para el derecho de los venezolanos a solucionar de manera soberana sus situaciones y pidió apego al Derecho Internacional y la Carta de la ONU, cuyos propósitos y principios apuestan por la paz, la igualdad de todos los Estados, la solución pacífica de controversias y el no uso ni amenaza del uso de la fuerza.
Después de aprobada en la Asamblea Nacional del Poder Popular en diciembre y tras la ratificación hoy en el referendo -como todo parece indicar- la nueva Constitución de Cuba entrará en vigor, una vez proclamaba, a partir de su publicación en la Gaceta Oficial de la República, lo cual quedó establecido en las Disposiciones finales del texto supremo.

Prensa Latina

domingo, 24 de febrero de 2019

viernes, 22 de febrero de 2019

"`Tengo algo que contarte´ es un libro hecho con el amor de la Solidaridad"




Regla Díaz Hernández, profesora del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de Cuba y exdiplomática, es "La Habanera", coautora del libro "Tengo algo que contarte. Correspondencia entre dos mujeres", editado por La Guerrilla Comunicacional.

Impresión de un deslinde

Sin estar avalada por una investigación o estudio específico, tengo la impresión de que en el debate, tanto público como privado, sobre el proyecto constitucional es posible percibir un deslinde entre posiciones que convencionalmente podríamos llamar de “izquierda” y de “derecha.”
En el primer caso encontramos posicionamientos críticos que cuestionan la presunta carencia de una proyección más explícitamente socialista del texto. Y que de alguna manera reaccionan ante quienes sobrevaloran el papel de las formas no estatales de propiedad, en especial de la propiedad privada.
Sin dejar de expresar preocupaciones válidas ante el temor de que en el futuro avancen ideas de quienes pretendan colocar el mercado capitalista como principio de organización de la sociedad (abogando por sus supuestas bondades frente a la estatalización dogmática), algunos de esos juicios coinciden paradójicamente con la visión doctrinaria antileninista que se satisface con una preceptiva apriorística sobre las etapas del proceso socialista. En época de la NEP, Lenin a este tipo de críticos, los catalogaba de plañideras del socialismo.
Ubicamos en el campo de la derecha a quienes no satisfechos con el lugar legítimo otorgado en el proyecto a las formas de propiedad y de gestión no estatales, esgrimen argumentos cercanos a los códigos ideológicos del neoliberalismo. No hay que ser adivinos para comprender que la estrategia imperialista que impulsa la ola neoliberal en toda la región va a mantener su presión sobre Cuba, calculando que el deseado fracaso de la “Actualización…” abrirá las puertas a la restauración capitalista. Por eso en el texto resulta importante la aseveración constitucional de que Cuba no regresará al capitalismo. La estrategia imperialista no descarta crear condiciones objetivas y subjetivas para implementar un plan específico de golpe suave para Cuba.
En estos escenarios de agudización de la lucha ideológica es deseable el debate enriquecedor, pese a las diferencias entre las distintas visiones de izquierda. La heterodoxia que supone esa diversidad debemos asumirla como riqueza para consensuar las proyecciones estratégicas de la Revolución. Llegado ese punto me parece pertinente aclarar que considero no es correcto ni justo en el plano técnico, ético y político, catalogar a todas las personas que ofrecen argumentos sobre el desarrollo y el papel del mercado como neoliberales.
Los aportes que hagamos para hacer viable el socialismo cubano ante los colosales desafíos que asumimos, para que sean congruentes con los sentidos éticos y políticos acumulados por la Revolución cubana, deben, a nuestro juicio, poner los pies en la tierra para ejecutar acciones imprescindibles en la esfera laboral-productiva y organizativo-económica en general, que hagan viable y sostenible económica y ambientalmente el proyecto revolucionario cubano en el siglo XXI.
A la vez, hay que estimular al máximo y crearle condiciones de posibilidad a los intentos e iniciativas, sobre todo de las nuevas generaciones, de sentir/pensar/imaginar/construir/impulsar otros futuros no-capitalistas. El imaginario que en ocasiones aparece como sentido común presupone la naturalización tanto del Estado como del Mercado.
Si nos encaminamos a rectificar la estatalización extrema que se conformó bajo peculiares condicionantes históricas en nuestro país, no será la absolutización del principio mercantil la solución adecuada para resolver la hipertrofia ocurrida, desde los intereses y las aspiraciones de las mayorías. Otra cuestión, que ya ha sido ampliamente fijada por las ciencias sociales y la política es que la presentación dicotómica de las categorías “socialismo” y “mercado”, “plan” y “mercado” empobrece el espectro teórico y práctico de alternativas intermedias de intercambio, y de formas transicionales ajustadas a una u otra época o coyuntura cuya riqueza es del todo imposible de fijar de antemano.
La hegemonía no es el convencimiento por el discurso, es el reconocimiento de la diferenciaciones de sectores sociales que se ha producido en la sociedad cubana y que se van a seguir produciendo, a los cuales hay que amalgamar en función de los objetivos revolucionarios ajustados a las nuevas circunstancias por las que transita el bloque social popular que sustenta la opción patriótica, antiimperialista y socialista.
Aparecen nuevos desafíos políticos y teóricos que en el plano utópico liberador tenemos el deber de asumir y resolver: cómo enrumbar la construcción económico productiva del país, y sus expresiones en la esfera político-constitucional que aporte soluciones concretas a los problemas de la vida cotidiana de las masas, subvirtiendo y superando dogmas, estereotipos y mentalidades obsoletas que afianzaron el formalismo burocrático, el paternalismo estatal y el igualitarismo improductivo y, a la vez, mantener y elevar a una nueva calidad la perspectiva antisistémica, que apueste por resignificar en esos nuevos escenarios los sentidos anticapitalista, antipatriarcal y por relaciones de producción y reproducción de la vida no depredadoras, para que, desde la cotidianidad de las luchas, Cuba siga siendo un referente de solidaridad y combate por otra civilización que deje atrás la barbarie excluyente, patriarcal, discriminatoria y depredadora del capital.
Mirando a Cuba, cualquiera de esos cambios, incluidos los constitucionales, deben hacerse para garantizar en las nuevas condiciones las conquistas alcanzadas por el pueblo, los niveles de sociabilidad humanista. De ahí no es posible retroceder, cambiar todo lo que trabe la continuidad del despliegue de la calidad de vida, el sostenimiento de la soberanía, etc. No podemos desconocer que este proceso de cambio es y será acechado por poderosas fuerzas externas (incluidas las epistémicas y culturales) que influirán en cualquier movimiento que exista para tratar de reorientar a la sociedad cubana hacia el capitalismo (no cualquier capitalismo, como sabemos).
El reto es colosal, pues nos enfrentamos a la megaindustria contemporánea de subjetividad y sus redes de distribución transnacional, que han producido modos de sujeción nunca antes vistos. La cara omnipresente del neoliberalismo, al decir de Irene León, es producida por la capacidad de transmitir grandes volúmenes de información y conocimientos en tiempo real a través de nuevas tecnologías de comunicación que facilitan la integración (homogeneización) en escala mundial.
El impacto global de esas megaindustrias ha hecho de la enajenación mediático cultural la norma de la vida contemporánea en las sociedades capitalistas, generando a la vez ilusiones y tensiones insolubles tanto en el centro como en la periferia del sistema. Es conocida la alta concentración de los medios como forma de dominio del capital sobre la sociedad, su conversión en espacios de toma de decisiones políticas y de contrainsurgencia frente a las alternativas y las resistencias populares que pongan en peligro su hegemonía. A ello se une su papel como puerta “estetizada” del mercado capitalista, antesala visual de la plusvalía, paralización del pensamiento crítico a través de la velocidad de la imagen fragmentada y del simulacro virtual, hiperrealista de las televisoras.
Cuba, como sabemos, no está al margen de enfrentar esos desafíos.
Apostamos por una construcción integral de lo político como construcción de la propia lucha y sus objetivos emancipatorios desde la cotidianidad. Lo político no como un momento que sucede a otras instancias de resistencia, lucha y creación alternativa del pueblo, sino como una dimensión omnipresente en cada ámbito (económico, social, cultural, simbólico).
La conducción y la organización política-cultural siguen siendo claves para la direccionalidad hegemónica, en este sentido debemos perfeccionar la organización política no solo como instrumento de conducción y movilización, sino como ejemplo de la propuesta de sociedad que defendemos.
Debemos repensar la estrategia de orden cubana en función del despliegue ininterrumpido de su capacidad democrática alternativa, tanto a los esquemas de la democracia liberal, como al tipo de estatalidad conformada en el socialismo histórico. En lo sucesivo se impone no solo el perfeccionamiento de la representación y la participación, sino la búsqueda de nuevas formas de representar e interesar como vía para la renovación progresiva del consenso, en correspondencia con la pluralidad del sujeto que sustenta la opción patriótica y socialista. Esto indica el camino estratégico.
A mi juicio la propuesta constitucional ofrece el marco propicio para la continuidad de la alternativa revolucionaria cubana en la hora actual de América Latina y el Caribe. Dependerá de la eficacia con que logremos implementar en el tiempo necesario sus acápites para que el pueblo se sienta cada vez más protagonista del proyecto de país aprobado.
Sin pecar de economicista ni desideologizar la idea del crecimiento económico, resulta imperioso que la gente pueda disfrutar del bienestar anhelado como fruto de su trabajo, siempre y cuando mantengamos la noción martiana de prosperidad que hoy también urge ecologizar.

Gilberto Valdés Gutiérrez. Investigador del Instituto de Filosofía y miembro del Grupo de Investigación “América Latina: Filosofía Social y Axiología” (GALFISA).

jueves, 21 de febrero de 2019

El plan imperial contra Venezuela al descubierto


¿Es Cuba un país democrático?

Es casi la obligada pregunta que me hacen los colegas y amigos latinoamericanos, europeos y algún estadounidense, la mayoría de ellos con buenos niveles de información producida en sus países y que estos amigos compran el producto que venden esas multinacionales de las noticias. Es la matriz de opinión que utilizan los medios masivos de información en Estados Unidos, Europa y América Latina desde hace muchos años, para señalar que en Cuba hay una dictadura, no hay democracia, se violan los derechos humanos, no hay elecciones o son manipuladas, que hay un solo partido político y no otros.
Ese mensaje desinformativo, es el argumento que ha utilizado Estados Unidos, todos estos años para mantener el bloqueo económico contra la irredenta isla y el que utilizó el ultraderechista español José Aznar, para imponer durante algunos años una política discriminatoria de la Unión Europea, contra Cuba, política que afortunadamente ya ha sido eliminada.
Pero veamos que se entiende por democracia en una y otra orilla. En nuestros países de América, incluyendo los Estados Unidos, se consideran democráticos porque el electorado, que milita en uno u otro Partido ya de derecha, centro o izquierda, vota por un candidato que ellos no escogen, la gran mayoría del padrón electoral no tiene candidato ni milita en Partidos alguno, los candidatos obligatoriamente son los escogidos por las directivas de sus Partidos generalmente lo que mayor nivel económico tienen. Los recursos financieros que emplean en sus campañas son descomunales, imposibilitando a los sectores mayoritarios y desposeído aspirar. Las últimas elecciones en Estados Unidos para Presidente superaron los 3,000 mil millones de dólares.
Mientras para obtener un escaño en el Senado o en Cámara, el gasto no baja de los 2 a 3 millones de dólares. ¿En que se invierten?. Ese dinero se invierte en campañas publicitarias, en distribuir un miserable mercado en los barrios pobres a cambio del voto; en la compra de votos el mismo día de las elecciones, o en la promesa de que al ganar los comicios trabajaran en leyes que beneficien a la sociedad, toda una gran falsedad, mientras que los candidatos y más cercanos colabradores se apropian de parte de los dineros que recaudan.
A la clase media y líderes de partidos rivales cuando van a segunda vuelta, los compran con promesas de nombrarlos en cargos gubernamentales, generalmente a embajadas y cargos menores en el sector público y así lo suman a su lado. Los partido políticos hegemónicos en cada uno de estos países no tienen mayores diferencias en el programa de Gobierno, todos desde la década del 80 hasta nuestros días, mantienen el modelo neoliberal que ha provocado el empobrecimiento de sus pueblos y llevó y lleva a arruinar su industria, al empresariado nacional medio, pequeño y al campesinado.
La realidad es que legislan y gobiernan para favorecer a las grandes empresas nacionales y trasnacionales, el presidente Mauricio Macri, el ex presidente y hoy senador Álvaro Uribe en Colombia, Sebastián Piñera en Chile, son ejemplos vivo de esa política “democrática” y el senador estadounidense por la Florida, Marco Rubio, recibió de la Asociación del Rifle, cerca de 6 millones de dólares, todo para que en el senado defienda la política de ventas de armas.
Por otra parte, las propuestas y proyectos de programas que proponen los candidatos, la mayoría de ellos, de supuestas políticas sociales, en educación, salud, vivienda, trabajo, cultura y deporte, se quedan solo en propuestas. En Cuba antes de triunfo revolucionario eran famosas las campañas de “agua, camino y escuelas” y luego que eran elegidos, ni agua, ni camino ni escuelas.
O sea en esa parte de la orilla tenemos una democracia que depende del marketing, del dinero que reciba cada candidato y de los aportes de las grandes empresas trasnacionales y nacionales, las que a cambio reciben los beneficios de las licitaciones multimillonarias que debe hacer el Estado y que es administrado y dirigido por el Presidente y el Congreso que resulte electo.
En esta otra orilla, en la democracia cubana, el tema es diferente, Cuba conoció y fue igual víctima de la “democracia representativa” que hoy reina en la mayoría de nuestros países latinoamericanos. La democracia cubana es participativa.
Antes del triunfo de la Revolución habían varios partidos políticos, todos con sus estructuras y nomenclatura de dirección, pero su principal objetivo era de carácter electoral y con diversas tendencias desde la derecha, el centro y la izquierda, estos últimos en general minoritarios y algunos, ilegalizados en tiempos de dictaduras, como el caso del Partido Comunista fundado por Julio Antonio Mella en 1925 durante la dictadura de Gerardo Machado. Legalizado a fines de la década del 30 cuando había asumido el nombre de Partido Socialista Popular (PSP) e ilegalizado por la dictadura luego que se produjo el Asalto al Cuartel Moncada, a pesar de su fuerte crítica a la acción armada moncadista.
El Partido Socialista Popular terminó su accionar como organización luego de celebrada su 8va Conferencia Nacional en el año 1960 cuando se integró a la propuesta de Fidel Castro, de fusionarse en una organización política unitaria y que dio paso a la conformación de la Organización Revolucionaria Integradas (ORI), donde convergieron el Movimiento 26 de Julio, el Directorio Revolucionario 13 de marzo y el Partido Socialista Popular (PSP).
Dos años más tarde y a propuesta del Comandante Fidel Castro, luego de su discurso el 26 de marzo de 1962 que denunció la existencia de una política sectaria de un sector del PSP en la ORI, se inicia un proceso de selección de ejemplaridad y voluntariedad cuyos candidatos son propuesto desde la base en centros de trabajo, estudiantiles y campesinos, para integrarse al nuevo Partido que tomó el nombre de Partido Unido de la Revolución Socialista (PURS) y que durante la celebración de su Primer Congreso, queda constituido el 3 de octubre de 1965 el nuevo y actual Partido Comunista de Cuba, cuyo programa, fundamentos ideológico y objetivos, están basado en el pensamiento político antiimperialista de José Martí, Julio Antonio Mella, Antonio Guiteras, Fidel Castro Ruz y el marxismo-leninismo. Este Partido no tiene carácter electoral.
Los partidos políticos antes del triunfo revolucionario, siguiendo las costumbres y normas de una sociedad, que durante sus primeros 30 años de proclamada la independencia estaban prácticamente bajo la tutela de Washington. A partir de la aplicación de la Enmienda Platt, enmienda impuesta por el gobierno de Estados Unidos, al concluir la guerra hispano-cubana-americana y que permitía al Gobierno de los Estados Unidos, prácticamente compartir el gobierno de la isla, intervenir militarmente cuando consideraran que sus intereses estuvieran en peligro y diseñar e imponer disposiciones por los embajadores estadounidenses acreditados en Cuba.
La politiquería caracterizó a la sociedad cubana, los gobierno de turnos, fueran proveniente de cualquiera de los partido, ya fuera el liberal, conservador, demócrata, autentico, o como se denominaban en aquella época, nada hicieron por la salud, educación., cultura, vivienda, agua potable, electricidad del pueblo. La corrupción, el gansterismo y el latrocinio y explotación de los grandes colonos, ganaderos y empresarios criollos eran los que más se beneficiaban, los niveles de analfabetismo, insalubridad, la carencia de viviendas, de caminos, hospitales y escuelas era la realidad de la sociedad cubana.
La entrega al capital extranjero estaba a la orden del día, y en las décadas del 40 y 50 la sociedad cubana sufrió la más humillante formula que se aplicó, al ingresar a Cuba los grandes capo de la mafia estadounidenses que importaron el vicio, la prostitución y el juego, un verdadero lupanar fue lo que hizo Estados Unidos de la isla de Cuba.
Entre 1959 y 1976 Cuba se mantuvo dirigida por un Gobierno Revolucionario, que fue constituido en el mismo mes de enero de 1959 cobijado bajo los procedimientos y fórmulas legales de la Constitución de 1940, que habían sido pisoteados por la dictadura batistiana.
En ese periodo se llevaron a cabo y promulgaron diversas leyes que condujeron muchas de ellas al cumplimiento del programa político económico y social contentivo en el alegato dado a conocer por el líder revolucionario Fidel Castro, durante el juicio que se le siguió en octubre de 1953 por los hechos del asalto al cuartel Moncada y las razones que habían llevado a esos jóvenes a tomar las armas contra la dictadura militar impuesta por Batista y apoyada por Estados Unidos y que tomó el nombre de “La Historia me Absolverá”. Las principales leyes fueron entre otras la de la Reforma Agraria, Reforma Urbana, Nacionalización de las empresas de la industria eléctrica, teléfonos, bancos, y refinerías de petróleo, todas ellas en manos de empresas estadounidenses.
Fue ese el detonante, que provocó la ira del Gobierno de los Estados Unidos y los interesados motivos, por lo que, en estos 60 años de revolución triunfante, han desarrollado todo tipo de política contra Cuba, el genocida bloqueo económico, intento de aislar diplomáticamente a la isla y el militar, financiaron, organizaron, entrenaron una brigada con personal cubano radicados en Estados Unidos cuya derrota es mundialmente conocida como “Playa Giron: la primera gran derrota militar de Estados Unidos en América Latina, abril de 1961”.
La independencia y soberanía de Cuba no tiene precio porque ha sido conquistada por la sangre de miles de cubanos desde el 10 de octubre de 1868 a enero de 1959, y mantenida gracias a la participación activa de todo el pueblo, con un liderazgo revolucionario encabezado por Fidel Castro, que durante todos estos años de revolución, promovió el desarrollo del país, de una Cuba que dependía del azúcar y que sufría la crueldad del llamado “tiempo muerto”, hoy con grandes esfuerzos y pese al bloqueo impuesto por Estados Unidos, se ha convertido en un país, industrializado, con grandes logros científicos técnicos, una avanzada industria biotecnología y diversificación de la agricultura.
Cuba tiene hoy, con carácter gratuito, altos niveles de educación, de salud, deporte y cultura, nada diferente a cualquier país altamente desarrollado y con proyecciones estratégicas en diversos campos de la economía. Con una seguridad ciudadana envidiable, sin la utilización de métodos represivos, como los que se utilizan en Estados Unidos contra las poblaciones negras e indígenas estadounidenses y que decir de la represión y discriminación contra la población de emigrantes; y los brutales actos represivos en Colombia, Honduras, Guatemala, México, Argentina, Perú, Chile, Paraguay y Brasil, donde las violaciones a los derechos humanos y asesinatos a líderes sociales, discriminaciones por género, raza y descendientes de los pueblos originarios, están a la orden del día.
¿Entonces de qué democracia preguntan y nos hablan?. En Cuba celebramos, desde la aprobación de la Constitución de 1976, elecciones para elegir al Parlamento y este al Consejo de Estado y a los diputados nacionales cada 5 años y cada 2 años y medios la elección de los delegados municipales. El 50 por ciento de estos diputados nacionales, provinciales y delegados municipales son propuestos por lo residentes por las zonas donde viven. El otro 50 por ciento son elegidos por sus organizaciones sociales y gremiales. El Partido Comunista no propone ni participa en el evento electoral. Ninguno es financiado por empresa alguna o tampoco requieren financiamiento para ser elegido, solo su ejemplaridad como ciudadano pues no requiere ser militante del Partido pero si y voluntariedad para desempeñar sus funciones, servir al pueblo es su única divisa.
La Asamblea Nacional del Poder Popular cuenta con 602 diputados, es unicameral y se elige un diputado por cada 20,000 habitantes o fracción. De una población de 11,800,000 millones, Cuba cuenta con un padrón electoral de cerca de 9,000.000 millones de ciudadanos en edad de votar. Solo están impedidos los que el sistema judicial haya invalidado dada la gravedad del delito cometido y los que por problemas de salud no estén en condiciones de votar, los diputados pueden ser revocados y por su cargo y actividad como parlamentaria no recibe salario. Recibe el mismo salario que devenga por su centro de trabajo.
Desde el 13 de agosto el proyecto de la nueva Constitución y hasta el 15 de noviembre fue sometida a discusión y debate público, en centros de trabajo, estudiantiles de nivel medio superior, en cooperativas y unidades de producción agropecuarias, en las Fuerzas Armadas y del ministerio del Interior, así también, en las organizaciones sociales y gremiales, entre ellas la Asociación Nacional de Pequeños Agricultores, los Comité de Defensa de la Revolución, la Central de Trabajadores de Cuba y sus 25 sindicato nacionales, hubo una participación de 8 millones 945,mil 521 ciudadanos. Se produjeron 1 millón 706,mil 872 intervenciones de ellas 783,174 fueron propuestas, 666,995 propuestas de modificaciones y 45, mil 548 eliminaciones.
Ahora y en vísperas de la patriótica fecha del 24 de Febrero, fecha de inicio de la guerra de 1895 por la independencia de Cuba, acudiremos a las urnas a dar nuestro voto por la nueva Constitución, discutida y debatido el proyecto por la población cubana cuadra por cuadra, manzana por manzana, centros laborales y cooperativas agropecuarias y por campesinos agrupados en su organización nacional de pequeños agricultores, y por último el debate y aprobación final del proyecto por los parlamentarios, ya reformado y enriquecido, por las propuestas emanadas de la población y de los diputados. El proyecto de Constitución fue presentado a la Comisión Nacional Electoral para ser sometido el próximo 24 de febrero al referendo nacional. Por todo lo arriba expuesto, mi voto es SI.

Tony López R. Periodista, politólogo y analista internacional.

Cuba (y España y Venezuela), sin esperar a abril

Aunque les duela a los enemigos de las revoluciones verdaderas —en las que se triunfa o se muere, como afirmó Ernesto Che Guevara—, el próximo 24 de febrero la inmensa mayoría del pueblo cubano dará un Sí consciente y rotundo en el referendo sobre la segunda Constitución socialista que tendrá la República de Cuba, y que ya fue perfeccionada y fortalecida en un ejemplar proceso de consulta legítimamente democrático. Mucho ha aprendido esa mayoría en sesenta años de Revolución para que algo —por muy poderoso y manipulador que sea, y nada lo es más que el imperio— venga a sacarla del camino labrado desde el 1 de enero de 1959, el cual le aseguró a Cuba la soberanía que el imperialismo estadounidense le arrebató en 1898 y le secuestró durante seis décadas, y la equidad social coherente con la médula del independentismo encauzado por patriotas que echaron su suerte con los pobres de la tierra.
El espíritu de lucha afianzado en esa tradición, y erguido contra la realidad negativa que precedió a la victoria de aquel enero, abonó la marcha sembradora que condujo a la victoria en Playa Girón en 1961 sobre la invasión mercenaria que los gobernantes de los Estados Unidos prohijaron con el fin de restaurar la dominación imperialista. Ninguna fecha mejor para proclamar la nueva Constitución que el próximo 19 de abril, aniversario 58 —casi también seis décadas— de una victoria que sigue dando frutos.
Ella, además, fue un logro no solamente del pueblo cubano, sino también de otros. Fidel Castro, guía de la Revolución Cubana, y en particular de la hazaña con que esta alcanzó el triunfo en Girón, dijo fundadamente que después de ese hito todos los pueblos de América fueron cuando menos un poco más libres. Pero la victoria desbordó esos lindes, porque la derrota del imperio estimuló los afanes justicieros en todo el orbe.
En La consagración de la primavera, novela de Alejo Carpentier, en las arenas de Girón un combatiente cubano recuerda su participación en la defensa de la Segunda República Española —un mérito que compartió con más de mil compatriotas— y afirma: “Ésta nos desquita de otras que hemos perdido allá […] En la guerra revolucionaria, que es una sola en el mundo, lo importante está en ganar batallas en alguna parte”.
Y quiso la casualidad histórica que la victoria mencionada se alcanzara un día del mismo mes con que está vinculada señeramente, en sus luces y en sus tragedias, la República española asesinada, a la que alude aquel personaje literario con médula de realidad histórica.
En el próximo abril el significado de aquel sembrador afán, que oficialmente no se recuerda en España, y acaso se silencia, se honrará de modo especial en la Universidad Autónoma de Madrid, con jornadas de reflexión que empezaron en similares fechas de 2003, gracias al afán sostenido por el catedrático y ensayista Julio Rodríguez Puértolas apoyado por colaboradores y colaboradoras republicanos como él, y a menudo con participantes de otros países. Tras la muerte del eminente profesor el 19 de septiembre de 2017, aquellas jornadas seguirán cumpliendo el cometido con que nacieron y, por tanto, serán también un justo homenaje a la memoria de quien las animó sin denuedo durante casi quince años.
La recordación de la República asesinada es un acto de dignidad y justicia, y condena la hipocresía de la “democracia” monárquica —oxímoron si los hay— fabricada por el máximo responsable del criminal derrocamiento de la República, el dictador Francisco Franco. Él diseñó esa transición, o transacción, para frenar las ideas y la acción revolucionarias, y frente a esa maniobra inmoral la República contra cuya continuidad posible se urdió la transacción debe ser rememorada y honrada cada día. No se ha de hacer solo ni fundamentalmente con fines académicos, sino, sobre todo, en busca de lecciones válidas para la transformación que España necesita, y abril aporta un especial valor simbólico para concentrar y renutrir los ideales republicanos.
El 14 de ese mes de 1931 fue proclamada la República que puso fin a la monarquía, pero solo le fue dado transcurrir en paz hasta 1936, cuando estalló la Guerra Civil impuesta por el mal llamado Bando Nacional, condensación del fascismo vernáculo. Reforzado con la alianza de sus iguales de otras latitudes, atacó con las armas a la República democrática y constitucional, y la derrocó en 1939. Aunque en las montañas permanecieron guerrilleros republicanos que sería indigno olvidar, en ese año comenzó un período de encarcelamientos, persecuciones y linchamientos que, en la senda de luto abierta desde la contienda, caracterizó al régimen franquista, que formalmente finalizó con la muerte del caudillo asesino y dejó secuelas que siguen haciéndose sentir, a pesar de las maniobras propagandísticas desplegadas para dar la imagen de democracia.
La historia de la República confirmó que la ingenuidad política, a la cual parecen inmunes las derechas, no las izquierdas, se paga muy caro. En defensa de la causa republicana brilló uno de los mayores exponentes del pensamiento y el quehacer revolucionarios del siglo: las Brigadas Internacionales, formadas por miles de combatientes de numerosos países. Pero el gobierno de la República estimó que su desmovilización estaría en concordancia con los Trece puntos propuestos para lograr la paz, y eso lo aprovechó arteramente la arremetida fascista, que contó con el apoyo de la Italia de Mussolini y la Alemania de Hitler, y la complicidad de otros gobiernos.
El abril que se avecina volverá a ser ocasión especial para conmemorar la proclamación de dicha República y se repasar las lecciones de su derrota —golpe de estado mediante al servicio de la sedición fascista— y las consecuencias que tuvo para el movimiento revolucionario no solo en España. Y mientras Cuba celebrará otro aniversario de su victoria en Girón y lo hará proclamando su nueva Constitución socialista, es difícil prever en detalles qué estará ocurriendo en la Venezuela bolivariana amenazada por el imperialismo estadounidense y sus secuaces de distintas latitudes.
La actual administración española —socialista y obrera solo de nombre, con el cual da pábulo a una socialdemocracia que sirve a las fuerzas del imperio y usurpa el rótulo de socialismo— se ha plegado también desvergonzadamente al amo yanqui. Promueve sanciones desmesuradas para los independentistas catalanes, y avala al autoproclamado presidente de Venezuela, un ser abyecto emporcado en la traición a su patria y a su pueblo, y que será borrado por la historia como ya lo fue quien, con el intento de ocupar la presidencia de aquel país en 2002, se ganó el título de Pedro el Breve. Él habría facilitado, como, de lograrse la farsa, haría el nuevo títere en juego, los pretextos para la injerencia del imperio, que procuró hacer algo similar en Cuba con la invasión mercenaria de 1961, entre cuyos planes figuró instaurar una cabeza de playa, con un gobierno ilegal como el encargado al apátrida venezolano, “presidente” para lelos.
En la España republicana no se pudo cumplir el grito de “¡No pasarán!”, y el régimen fascista entró y se entronizó por las puertas de los errores y las debilidades de la República, contrarias a tanta heroicidad prodigada. En Venezuela la dirección revolucionaria persistirá en su resistencia, pero urge que la solidaridad internacional contribuya a que no pasen los fascistas de hoy: si lo consiguieran, las consecuencias serían letales no solo para la patria cuna de Simón Bolívar.
La victoria cubana en Girón compensó, más allá de lo simbólico incluso, derrotas como la sufrida por la Segunda República Española. Pero el derrocamiento del gobierno legítimo y democráticamente electo de la Quinta República Venezolana sería un duro revés para la brega emancipadora en el mundo, especialmente en nuestra América, donde el reflujo de la reacción está revirtiendo varios de los intentos significativos que en esta parte del mundo se han hecho por abrir para los pueblos vías a la justicia social y afianzar gobiernos garantes de la soberanía nacional de sus países.
El imperio y las oligarquías locales se proponen impedir que el ejemplo de la Revolución Cubana siga cundiendo, dando frutos válidos para hacer más libres a otros pueblos, y la mantienen en su mira sañuda. No abandonan el afán de derrocarla, aunque pérfidamente lo disfracen con otro lenguaje, como hizo Barack Obama. Sería iluso suponer que renunciarán a la aspiración que no pudieron consumar ni siquiera cuando lograron aislar a la Revolución Cubana en el ámbito gubernamental, nunca en el de los pueblos: aplastarla valiéndose del agotamiento que han pretendido imponerle al pueblo por medio del inmoral e ilegal bloqueo que ya para sesenta años. Los imperialistas estadounidenses buscan lograr a toda costa que se materialice la teoría de la fruta madura, por cuyo cumplimiento esperan desde que ella —enunciado de ambiciones que venían desde que la voraz potencia se fundó como nación— se hizo explícita en 1823.
El presente artículo se escribe cuando crece en grados cada vez más alarmantes la desfachatada ofensiva imperialista contra los afanes de soberanía nacional que han venido dándose en la región, señaladamente en Venezuela. Ello habla de la calidad del proyecto bolivariano, y del respaldo que ha concitado en su pueblo y en la alianza cívico militar que ha sido uno de los pilares de su permanencia. Se había conformado ya cuando, acto de coincidencia histórica, en otro abril, el de 2002, se frustró el golpe de estado contra el presidente Hugo Chávez, quien emergió victorioso y más fortalecido.
Ahora el presidente Nicolás Maduro, en quien no por gusto el comandante Chávez su confianza, y que ha ganado las elecciones correspondientes, tiene la misión, que va cumpliendo tesoneramente, de mantener la firmeza que lo ha caracterizado, junto con toda la cautela necesaria. No puede darse el lujo de cometer la menor ingenuidad ante fuerzas reaccionarias domésticas que acuden a todo, por muy sucio que sea, y que tan visceralmente domesticadas se muestran al servicio del imperio.
Demasiadas elecciones comprobadamente limpias ha ganado el proyecto bolivariano para que vengan a exigirle elecciones gratas a dicha reacción, que tiene de su lado el poder desinformativo y manipulador del imperialismo, encarnación mayor del fascismo actual. Las implicaciones de la realidad desbordan al propio gobierno venezolano y a su pueblo: el reclamo que brota de ellas convoca a todas las personas de buena voluntad del mundo —incluidas las estadounidenses—, a bogar para conseguir que en Venezuela se cumpla un desiderátum vital para la soberanía de los pueblos de nuestra América, no solo el venezolano, y en general para la humanidad que sufre las consecuencias de la hegemonía que el imperialismo se empeña criminalmente en conservar: ¡No pasarán!
Abril de 2019 debe seguir siendo un mes de victorias revolucionarias, como la proclamación —no su derrocamiento— de la Segunda República Española, y la que doblemente celebrará Cuba: lo hará honrando el triunfo logrado en Girón, y proclamando una carta magna llamada a garantizar, con el apoyo de la gran mayoría del pueblo, la marcha hacia el socialismo, etapa de transición hacia conquistas superiores de equidad y funcionamiento ciudadano.
Mientras tanto, las izquierdas verdaderas —no las que usurpan el rótulo de tales y se pliegan con subterfugios y cobardías, o desembozadamente, a los designios imperiales— deben estar alertas y no confundir el desiderátum de hacer de nuestra América un territorio de paz con renunciar, como en nombre de un dogma divino, a la lucha armada que pueda ser necesaria, y mucho menos con su demonización. El mismo imperio que no ha aceptado ni aceptará resignadamente que los pueblos encuentren caminos de justicia por la vía pacífica, no solo no sataniza la violencia armada, sino que la emplea diariamente en el planeta, sin detenerse ante consideración ética de ninguna especie, porque si de algo carece en absoluto es precisamente de fuerza moral.
Nunca había sido más pertinente y vital que ahora el reclamo de que los pueblos de nuestra América no se dejen confundir por macrohipócritas y falsos iluminados y, en vez de eso, marchen “en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes”.

Luis Toledo Sande
Cubarte

martes, 19 de febrero de 2019

La Amenaza Imperial contra Venezuela


Comenzando la semana


Vivo en un país libre

Vivo en un país libre. Hay quienes desde afuera -y otros desde adentro-, se empeñan en hacerme pensar lo contrario, pero sé que están equivocados.
Escribo en espacios alternativos, en esos donde uno se puede dar el lujo de decir cosas que molesten un poco. Muestro lo que pienso, como lo pienso y cuando lo pienso.
Me expreso libremente, y asumo con responsabilidad las líneas que van naciendo. A veces, me dicen que tenga cuidado, que hay cosas no se deben decir. A pesar de ello, no tengo temor.
No sufro de ningún acecho. No he recibido ninguna presión o discriminación de compañeros, o de superiores con la capacidad de decidir sobre mi vida. Muchos saben que escribo, y qué escribo, pero no me señalan por eso. Más bien comentan, debaten conmigo, y cuando no están de acuerdo me lo hacen saber.
Solo he enfrentado -cuanto más- alguna mirada que intenta ofender desde lo lejos, desde un comentario agresivo, conservador y fomentado en el desconocimiento de un extremismo escondido en la militancia de carné. Y lo comprendo, porque ese ha sido el papel que han interpretado y les toca jugar a algunos.
Sé que a más de un burócrata y secuaces, al saber lo que digo, se deben molestar, porque a nadie le parece hermoso que públicamente se cuestione su labor. Y no los justifico, advierto que hay dosis arrogancia en ellos.
Sé que pudiera pasar incluso, que el dedo de alguno caiga sobre mí, aprovechándose de ese tejido humano donde los de un mismo grupo se cubren la espalda unos a otros. También sé de esos momentos cuando domina la misma euforia que hizo guillotinar a muchos y que tanto daño hace a las revoluciones. Pero después de todo, a esa práctica no escapamos los cubanos –ni los de otras partes- en distintas épocas.
Por otro lado, esos riesgos en los que puede caer todo el que dice lo que piensa, contribuyen a que se diga que vivimos en un país reprimido. Hay quienes afirman eso con una valentía de ultramar. Otros son parte de esa verdad, callando lo que piensan o intentando hacer callar a los demás.
No se les puede seguir el juego a ninguno de esos que quieren hacer de Cuba un país de censura; unos para gritarlo a los cuatro vientos y atacar al gobierno; y otros para hacer uso de esta y mantenerse en sus cargos. Quedarse con cuestionamientos pro dentro, sería reconocer tal censura y contribuir a esos mezquinos intereses.
No pienso colaborar con eso, y menos cuando le es orgánico a fomentar esa imagen negativa que se pretende hacer de Cuba. Me expreso sin temor, sé que vivo en un país libre.

Miguel Alejandro Hayes
La Trinchera

Almagro y la cloaca del imperio

Los pestilentes hedores que emanan del Ministerio de Colonias han adquirido proporciones aún más vomitivas después de las recientes expresiones de Luis Almagro en relación a Venezuela y Cuba. El obsecuente peón de la Casa Blanca dijo en la edición del 17 de febrero del diario Clarín de Buenos Aires -otro asiduo inquilino de las cloacas del submundo pseudoperiodístico- que “Los venezolanos deben recurrir a la desobediencia civil frente a la dictadura”.
Esta apelación lanzada por Almagro se tipifica, en el Derecho moderno, como apología de la violencia y la sedición, crímenes cuya sanción oscila entre cadena perpetua (caso de España) y pena capital como en Estados Unidos. Ninguna de estas dos penalidades las aplica la justicia venezolana contra sus sediciosos, comenzando por el “presidente encargado” Juan Guaidó y siguiendo por todos sus compinches, que incluyen a personajes tan detestables como Julio Borges, Antonio Ledezma o María Corina Machado, que suplican a Washington que no dilate más la liberadora y humanitaria invasión a su propio país.
En sus exabruptos publicados en la prensa de este domingo Almagro dijo entre otras cosas que “Los venezolanos deben de seguir principios gandhianos, deben de hacer desobediencia civil, romper con las prohibiciones de la dictadura. Desbordar a la dictadura de tal forma que las fuerzas militares no puedan resistirse a la movilización de la gente. Obviamente que cuidando a la gente.” La venalidad del Secretario de la OEA va de la mano de su asombrosa ignorancia. Hasta donde yo sepa Gandhi jamás ordenó a los suyos convertir en antorchas humanas a sus oponentes; o tender guayas de alambre de púas para degollar a cualquier motociclista distraído; o atacar jardines infantiles y postas médicas con bombas incendiarias. Nada de esto suena demasiado gandhiano. En cambio, el Gandhi uruguayo se parece mucho más a Al Capone o a Scarface que al hombre que puso fin a la dominación británica en la India.
Pero el bueno de Almagro no es hombre de arredrarse ante las verdades históricas y prosigue impertérrito con el encargo que le hicieran en la Casa Blanca. Mentir, calumniar y difamar son obligaciones que están establecidas en su contrato. Por eso al hablar del gobierno legítimo de Venezuela -que como cualquier otro puede ser mejor o peor; más eficiente o menos eficiente en su gestión- su caracterización es insultante y biliosa: “Son delincuentes atrincherados” –dice mientras con un guiño del ojo busca la aprobación el emperador- y prosigue : “Violadores de derechos humanos y ejecutantes de crímenes de lesa humanidad atrincherados. Narcotraficantes atrincherados.”
Ante tamaño vituperio un lector desprevenido podría creer que ahora el bribón estaría hablando de Álvaro Uribe, su lugarteniente Iván Duque y la pandilla de paramilitares y narcotraficantes que durante décadas vienen asolando Colombia, sembrando de fosas comunes ese país y aniquilando a miles de “falsos positivos”, esos humildes campesinos disfrazados de guerrilleros, fusilados y luego presentados al incauto público como pruebas del éxito de la política criminal de “seguridad democrática” urdida por Uribe. O que Almagro estaría hablando de los “dirigentes democráticos” que en Colombia han asesinado 400 líderes sociales en poco más de un año luego de firmados los “Acuerdos de Paz” llevando destrucción y muerte a lo largo y a lo ancho del país sin que la OEA emitiera condena alguna. Pero no. El monigote basado en Washington se refiere al gobierno bolivariano, al que podrán formularse muchas críticas pero jamás las mismas que a justo título merece la dominación oligárquica en Colombia. Los crímenes perpetrados en este país no tienen paralelo alguno en la Venezuela bolivariana. Pese a lo cual para Almagro el problema es la “dictadura” de Maduro.
Tanta sucesión de mentiras y “fake news” salidos de la boca de ese esperpento no podría eximir de sus ataques a Cuba y su Revolución. Al definir la situación de Venezuela denuncia, con absoluta irresponsabilidad, la existencia en este país de un verdadero ejército de “22.000 cubanos por delante (¡de las propias tropas bolivarianas!) realizando tareas de inteligencia y represión, entre otras.” Mentira gigantesca pero que, sin embargo, la prensa hegemónica admite y difunde sin una elemental repregunta que hubiera obligado al bandido con chapa de diplomático a fundamentar su respuesta, cosa que, va de suyo, no hubiera podido hacer. En cambio, el periodista le pide que manifieste su opinión en relación al gobierno de Miguel Díaz-Canel. La respuesta del bribón fue un calco de la que tantas veces repitieran los esbirros de la Casa Blanca: los Pompeo, los Cruz, los Rubio, los Bolton, los Abrams y antes Hillary Clinton: “Miguel Díaz Canel es un eslabón más de un régimen dictatorial-hereditario. Es hoy la personificación de segunda línea de la dictadura jinetera seudo revolucionaria.” La descalificación no sólo es incorrecta de pé a pá, sino sobre todo humillante, inmoral, insultante. Hay que tener una mente carcomida por el odio, revuelta en la basura de los peores instintos tanáticos, y una furia incontenible, demencial y asesina como para caracterizar de ese modo a la Revolución Cubana.
Es que para el gobierno de Estados Unidos y sus despreciables sirvientes Fidel y la epopeya de los moncadistas no merece olvido ni perdón, sólo resentimiento y un enfermizo afán de venganza que lo expresan los amos del norte y sus enfangados lacayos sureños que, al igual que las hienas, se solazan alimentándose de la carroña y los excrementos de la Casa Blanca. Cuando un personajillo que se ha prostituido integralmente como Almagro habla de una “dictadura jinetera seudo revolucionaria” ejemplifica el fenómeno de la “proyección” descubierto por Sigmund Freud como uno de los mecanismos de defensa mediante el cual un yo atribulado, culpable y neurotizado proyecta en otros la inmundicia de su propia condición. Su prostitución política, su acelerado tránsito de Canciller de Pepe Mujica a jinetero diplomático de la Casa Blanca debe ser intolerable y por eso nada mejor que poner afuera lo que es imposible mantener adentro. Y eso es lo que hace el capataz de Donald Trump.
Lo mismo cabe decir sobre su descalificación del gobierno de la Revolución Cubana como un “régimen dictatorial-hereditario”, lo que revela un profundo desconocimiento del funcionamiento de una democracia participativa, de base, que construye su autoridad de abajo hacia arriba mediante miles y miles de asambleas barriales y en centros de trabajo, todo lo cual otorga al actual presidente de Cuba una impresionante legitimidad popular que poquísimos jefes de estado pueden ostentar en cualquier lugar del mundo. Con sus palabras el mandamás de la OEA no sólo ofende al gobierno de Cuba sino a todo el pueblo cubano. Pero todo esto no le importa. Lo único que le interesa a Almagro es proseguir con sus mentiras, porque para eso le pagan. Ni una palabra de la tragedia infinita e interminable de Colombia; de la rebelión en marcha en Haití y su sangrienta represión; del holocausto hondureño; de la farsa anticonstitucional del gran estafador ecuatoriano, Lenín Moreno, que delega sus funciones presidenciales en cuatro ignotos personajes imponiendo de hecho un protectorado norteamericano en la noble tierra de Alfaro y Correa. Nada de esto altera la paz en las cloacas del imperio y en ese gigantesco estercolero llamado OEA. El problema hoy es Venezuela y, por extensión Cuba. Para eso lo han encumbrado a la secretaría general del ignominioso Ministerio de Colonias. Por eso descenderá a la historia, más pronto que tarde, para instalarse en la galería de los más nefastos personajes de la historia nuestroamericana.

Atilio A. Boron

lunes, 18 de febrero de 2019

`El Imperialismo y sus gobiernos lacayos han acudido al crimen en su estrategia de poder´




Enrique Ubieta es el actual director de Cuba Socialista, Revista Teórica del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Dialogamos con este filósofo y periodista sobre el avance del imperialismo en América Latina y sobre el proceso de Reforma Constitucional en Cuba.

domingo, 17 de febrero de 2019

José Martí: el mentor directo de la Revolución




El Centro de Estudios Martianos celebró el Panel Vigencia de José Martí en los 60 años de la Revolución Cubana

El Centro de Estudios Martianos celebró esta mañana el Panel Vigencia de José Martí en los 60 años de la Revolución Cubana. Destacados estudiosos de la vida y obra del Apóstol estuvieron presentes en el encuentro para explicar, desde la historia y la contemporaneidad, temáticas sobre este tópico principal.
El Doctor Ibrahim Hidalgo Paz, dió inicio al conversatorio con el tema José Martí y la Revolución Cubana (1952-1961). En su intervención, el doctor hizo un recorrido por la historia del periodo, recordando hechos como la Marcha de las Antorchas y explicó, la presencia del ideario de Martí en los jóvenes de la época.
Por su parte, la Doctora Marlen Domínguez abordó el tema de Martí en los documentos de la Revolución Cubana. Su investigación, que analiza alrededor de 14 textos desde La Primera Declaración de La Habana hasta el llamamiento al 4to Congreso del Partido, muestra la vigencia de las ideas martianas en cada uno de estos documentos y procesos por los que atravesó el país.
«En estos textos, aseguró Domínguez, se profundiza en el legado de Martí, y se ve su pensamiento no como un caso aislado sino, en desarrollo coherente con la historia. Un Martí movilizador de actitudes creadoras».
El Doctor Pedro Pablo Rodríguez López dedicó su intervención a Fidel Castro, Martiano. Explicó que para Fidel el pensamiento de Martí siempre fue una fuente de aprendizaje con la que se sintió hermanado desde muy joven.
«La doctrina moral de Martí se identifica en los discursos de Fidel, en sus objetivos y las transformaciones sociales por las que abogó. Fue así que la Revolución logró ese carácter martiano, su creencia en el mejoramiento humano y en esa hermosa tarea por el bien de todos», agregó Rodríguez López.
José Martí y el Socialismo fue el tópico que desarrolló la Doctora María Caridad Pacheco González. Durante su exposición, hizo alusión a la presencia de Martí en la construcción del socialismo en Cuba. Temas como el internacionalismo, la solidaridad, la educación y muchos otros, se reflejaban en esa construcción que fue de la mano de las ideas martianas.
El final del Panel estuvo a cargo del Doctor Mario Juan Valdés Navia, quien se refirió a José Martí en la Actualización del Modelo Socialista Cubano. En este apartado, Valdés Navia llamó una necesidad la relectura del pensamiento de Martí en la construcción de un país mucho mejor. Aseguró este acercamiento como un deber que «no debemos pasar por alto para que siga siendo, como dijo el Che, el mentor directo de la revolución.

Yisel Martínez García | internet@granma.cu

Las Fakenews no son nada «new»




La verdad se ha ido desdibujando tanto que casi no existe, dentro de una globalización mediática, que nos pasa gato por liebre para imponernos un pensamiento, despoetizado, amoldado a los intereses consumistas, imperiales.
Una invitado especial, y un término de moda: las Fake news, o falsas noticias, desatan esta aventura espiritual que lleva por santo y seña La Pupila Asombrada. Hoy con un invitado, el periodista español José Manzaneda.

jueves, 14 de febrero de 2019

Estamos en plena lucha por abolir las bases militares extranjeras en el mundo




Silvio Platero es el presidente del Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos, con quien conversamos sobre Guantánamo, sobre bases militares y paz mundial.

miércoles, 13 de febrero de 2019

'El modelo de democracia en Cuba difiere de la democracia liberal y de las experiencias asiáticas'




Luis Suárez Salazar es politólogo, profesor del Instituto Superior de Relaciones Internacionales y asiduo analista internacional en teleSUR y la Televisión cubana.

Cuba critica conferencia de la OEA sobre referendo constitucional

La cancillería cubana aseguró que el evento fue organizado por la Secretaría General de la OEA "siguiendo el guión que le dicta el gobierno de los Estados Unidos".

El gobierno cubano consideró como un “ridículo espectáculo anticubano”, una conferencia organizada este martes en Washington por la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre la reforma constitucional en Cuba.
Eugenio Martínez, director general de la cancillería de la Isla para América Latina, presentó a la prensa una declaración oficial que critica la postura de Luis Almagro, Secretario General de la OEA, quien convocó a la conferencia “siguiendo el guión que le dicta el gobierno de los Estados Unidos”.
Martínez aseguró que Cuba “no reconoce autoridad moral ni legal” de la OEA y consideró “llamativo” que Almagro, “con su particular obsesión anticubana”, reitere “vulgares calumnias y mentiras” e ignore “tantos temas de verdadera urgencia” en América Latina, a los cuales –según el Ministerio de Exteriores (Minrex)– “no dedica las mismas energías, ni el tiempo ni los recursos” que sí dedica a la Isla.
El diplomático dijo también que “ni Almagro ni a la OEA les asiste el derecho de debatir sobre la constitución de un Estado que no es parte de ella ni se propone serlo”, y que, por tanto, no está “sujeto de su sistema de tratados, con los cuales no tiene ninguna obligación”.
La declaración del Minrex afirma que el Secretario General “irrespeta la propia letra de la Carta de la OEA, que consagra la naturaleza de sus funciones , entre las cuales no se le reconoce autonomía o capacidad para orquestar este tipo de acciones, las cuales tampoco han recibido un mandato especial de los Estados miembros”.
Además, recordó que “la OEA es una organización al servicio del imperialismo estadounidense por lo cual apoyó los intentos de aislamiento de Cuba, intervenciones militares en América Latina, dictaduras e ignoró condenar las torturas más abominables en la región”.
Dijo que la constitución de Cuba “emana de la autoridad soberana” del pueblo cubano, “que democráticamente debatió el proyecto de Carta Magna” y aseveró que Almagro se equivoca “al repetir el guión tantas veces ensayado contra Cuba”.
“La Constitución de Cuba, la discuten y aprueban los cubanos y así será confirmado el próximo 24 de febrero”, concluyó Martínez.
En la conferencia de Washington, la Secretaría General de la OEA consideró “ilegítimo” el referendo constitucional de Cuba y aseguró que esa medida solo sirve para “enmascarar” la “dictadura” ante la comunidad internacional.
Luis Almagro, quien tenía previsto intervenir hoy en la conferencia –cuyo nombre era “La nueva Constitución Cubana y la Carta Democrática Interamericana”, no podo asistir “debido a un imprevisto” y fue sustituido por su asesor, Christopher Hernández, quien acusó a La Habana de usar el “lenguaje de las democracias” con términos como “asambleas, elecciones y referendos” para brindar una “imagen falsa”.
Cuba fue miembro de la OEA desde su creación en 1948 pero salió del organismo en 1962 tras el triunfo de la revolución liderada por Fidel Castro. Tras décadas de confrontación, en 2009 la OEA levantó la suspensión a la Isla, pero la La Habana se negó a regresar a su membresía.

OnCuba

Los agradecidos se acompañan




Canciller gambiano, Mamadou Tangara, en sede de la ONU en Nueva York con presidente cubano, Miguel Díaz-Canel.

Muchas veces se dice que los verdaderos amigos se conocen en las circunstancias difíciles, y ello es cierto, como también lo es que quienes son agradecidos lo manifiestan en las coyunturas adversas, sin algarabía, y con mucha sencillez.
Un ejemplo de ello es Gambia, un pequeño país de África Occidental con escasos recursos, pero digno y hospitalario, cuyo pueblo y gobierno con notoria modestia enviaron hace pocos días un mensaje de solidaridad a Cuba, tras el devastador tornado que azotó a La Habana en la noche del pasado 27 de enero.
En la misiva, suscrita por su Ministro de Relaciones Exteriores, Mamadou Tangara, y dirigida a su homologo cubano, Bruno Rodriguez, se expresa el dolor y la tristeza de los gambianos por las perdidas de vidas humanas y materiales ocasionadas a la mayor de las Antillas por el sorpresivo fenómeno natural.
Se subraya asimismo que “apoyaremos hombro con hombro” a Cuba en este momento, y se resalta que “estamos seguros que con su fuerte liderazgo, sabiduría y resistencia el pueblo de la Isla caribeña superará la tragedia.”
El mensaje de la agradecida Gambia por supuesto que no fue difundido por los grandes medios de comunicación, que solo reportan de África cuando se desatan conflictos, en la mayoría de los casos exacerbados por Occidente, o para denigrar del llamado continente olvidado.
En muy escasas ocasiones se refieren a los grandes valores humanos de esta región, y sus constantes luchas por sobrevivir en medio de circunstancias complejas heredadas del colonialismo, el neocolonialismo y la expoliación que todavía sufre, en pleno siglo XXI, de potencias imperiales.
El líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, fue un luchador incansable, no solo por la independencia de África, sino además por dar a conocer al mundo las inmensas virtudes de sus habitantes, y brindarles derechos humanos fundamentales, como la salud y la educación.
Fidel, como lo hizo en casi todo este continente, envió a Gambia hace 23 años una Brigada Médica para atender a su pueblo, la cual se mantiene hasta hoy salvando vidas y fomentando esperanzas, por lo cual goza de gran admiración y respeto.
El Comandante en Jefe cubano también lanzó y materializó la idea de crear en Banjul, la capital de este país, una Escuela de Medicina con el propósito de formar doctores, y que precisamente este año cumple 20 años de fundada, y continúa funcionando.
Otro acontecimiento histórico del que Fidel constituyó uno de sus principales artífices fue el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre Gambia y Cuba en 1979, y que el 19 de mayo venidero arribará a su 40 aniversario.
Sí, claro, motivos hay muchos para celebrar, pero sobre todas las cosas la solidaridad y el agradecimiento mutuo que ha existido a lo largo de tantos años entre ambas naciones, y que estamos seguros persistirán eternamente, como con toda África.

Rubén G. Abelenda. Embajador de Cuba en Gambia

martes, 12 de febrero de 2019

Venezuela: Derrotar el golpe antes de que se transforme en invasión o guerra civil!




1) El golpista Juan Guaidó se proclamó presidente sin siquiera contar con el acuerdo con los demás opositores. Representa sólo a su grupo creado y protegido por Washington.
2) Trump y sus asesores amenazaron reiteradamente con una intervención militar en Venezuela que, dadas las dificultades que encuentra Trump en el Congreso, adoptaría la forma de una invasión de mercenarios desde Colombia con “asesores” estadounidenses y apoyo logístico de Washington.
3) Guaidó, para un golpe militar en Venezuela, cuenta con muypoco pues su capacidad de reclutamiento es escaso incluso debido a la emigración de tres millones de venezolanos jóvenes y activos y que pudieron pagar el exilio y la instalación en países lejanos y que en su mayoría lo habrían apoyado. Por eso pide la intervención de Estados Unidos, con el apoyo de prácticamente toda la prensa latinoamericana en manos de la derecha.
4) La “fuerza” de Guaidó reside en que en las Fuerzas Armadas Bolivarianas hay un sector minoritario importante que no soporta más el desastre económico y social creado por la incapacidad del gobierno, con el cual Guaidó está negociando entre bambalinas para garantizar a esos militares el mantenimiento de sus privilegios (que piensa anular apenas pueda).
5) El objetivo del golpe es un gobierno de “unidad nacional” entre los agentes del imperialismo apoyados militarmente por Estados Unidos y la derecha de los militares, en el cual éstos pesarían muy poco y podrían ser arrojados por la borda en cualquier momento oportuno.
6) Venezuela no tiene un gobierno “socialista”. Es un país con capitalismo de Estado en el cual la boliburguesía en el gobierno tiene los mismos intereses de clase que la gran burguesía transnacional y que la mísera burguesía nacional “compradora” y sus marionetas. Ese es el pegamento para el “gobierno de unidad nacional”.
7) Es cosa de locos decir “No al golpe”. El golpe ya lo dieron y falta aún ver si el mismo puede terminar de modo cruento con una guerra civil y una invasión o si será un golpe de Estado con el apoyo de los militares a quienes Washington quiere comprar. Lo que hay que discutir es cómo derrotar el golpe y limpiar de traidores las Fuerzas Armadas, yendo a los cuarteles para armar batallones obreros como hicieron los españoles en 1936.
8) Los trabajadores no han intervenido espontáneamente ni organizado nada en modo independiente porque están desesperados por las consecuencias de la políticas económicas de Maduro y porque tanto Chávez como sobre todo Maduro reprimieron sus huelgas y manifestaciones de independencia y los sometieron al control del gobierno y del Estado.
9) Chávez y Maduro, mostrando su confianza en el capitalismo y con total ceguera estratégica, hacían refinar el petróleo venezolano en Estados Unidos, tenían en ese país su principal empresa (ahora expropiada por Trump) y sus reservas en oro estaban en países imperialistas. Maduro ha dado amplias concesiones en el Orinoco a empresas petroleras de EE.UU. Ni él ni Chávez tocaron las bases del capitalismo en Venezuela y Chávez murió antes de poder desarrollar su intento de organización de un poder popular paralelo, que fue asfixiado por Maduro. El estatalismo es tal que Chávez expulsó disidentes del PSUV antes mismo de que éste se organizase y tuviese estatutos. El PSUV es una simple máquina electoral ineficiente (Maduro obtuvo en las últimas elecciones presidenciales menos votos que el número de inscriptos que declara el PSUV). El descontento popular y la subordinación al Estado impiden una respuesta independiente de los trabajadores al golpe en curso. Sin embargo, tanto en caso de un golpe de Estado pro Guaidó de un sector de las FAB como en el de una invasión, sectores importantes de los trabajadores se movilizarán pese a todo y resistirán como puedan.
10) ¡Derrotemos el golpe antes de que se transforme en una invasión o en una guerra civil! ¡Impidamos las negociaciones secretas entre Maduro y los golpistas agentes del imperialismo! ¡Cortemos los puentes en la burguesía tradicional y la boliburguesía!¡El fusil en manos de los trabajadores es la garantía de democracia y de una inmediata adopción de medidas anticapitalistas! ¡Los cuarteles son del pueblo y deben armar al pueblo! ¡Suspender el pago de la deuda hasta una auditoría general de la misma, el restablecimiento del abastecimiento popular en productos de primera necesidad y el funcionamiento de un eficaz sistema de salud! ¡Estatización y centralización de los bancos para evitar la fuga de divisas! ¡Expropiación de las palancas de la economía y funcionamiento de las mismas en autogestión obrera dentro de un plan nacional consensuado! ¡No a las vacilaciones de Maduro que alientan a los huelguistas, cárcel para Guaidó, elección bajo control popular de diputados revocables por asambleas para que un Consejo Nacional de Diputados convoque elecciones generales!

Guillermo Almeyra

lunes, 11 de febrero de 2019

Derrotar a Trump

La historia de México, para su fortuna, se desarrolló a destiempo de la de las grandes potencias. A mediados del siglo XIX la guerra civil estadounidense impidió la continuación del expansionismo yanqui que había ya anexado todo el Norte, aunque favoreció la ocupación francesa. Ante la proximidad de un conflicto en Europa (1870), los franceses tuvieron que irse, luego, cuando la Revolución Mexicana estalló, Estados Unidos era sólo una potencia regional y no tenía un ejército poderoso y al poco tiempo empezó a pensar en cómo sacar provecho de la guerra mundial de 1914-18, aunque pensaba intervenir cuando el Pacto de la Embajada estadounidense dio luz verde al asesinato de Madero.
Washington tampoco invadió México cuando la expropiación del petróleo, como le pedía Inglaterra, porque Roosevelt se preparaba a entrar en la Segunda Guerra Mundial y en los primeros años de la posguerra última el temor de EE.UU. a la Unión Soviética, la Guerra Fría, la derrota yanqui en Corea, Cuba y la intervención en Vietnam mantuvieron ocupado al complejo militar-industrial imperialista lo cual permitió que México tuviese un alto índice de crecimiento económico hasta los setenta.
Pero el derrumbe de la Unión Soviética convirtió a Estados Unidos en la principal potencia mundial hasta el derrumbe de la banca Lehman Brothers, la gran crisis de 2008 y el gran crecimiento económico-militar chino. Durante 36 años (1982-2018) de omnipotencia estadounidense los gobiernos neoliberales mexicanos proimperialistas convirtieron a México en una extensión virtual de EE.UU. pero la independencia formal pudo mantenerse gracias al empantanamiento de Washington en Medio Oriente, cuyos efectos favorecieron la aceptación por EE.UU. del gobierno muy moderado de MORENA que favorece al gran capital pero tiene un enorme apoyo popular que lo preocupa.
El gobierno de Donald Trump (enero 2017) es casi contemporáneo del de AMLO (diciembre 2018) y cambió todas las cartas en la mesa. Washington se lanzó a la “solución final” en Venezuela o sea, también en Cuba. Es decir, a disciplinar su patio trasero latinoamericano en el que China tiene grandes intereses y Rusia también intenta hacer pie. Esa línea podría desatar una nueva guerra en Medio Oriente porque la alianza de Siria con Irán y con Rusia derrotó al Estado Islámico armado y respaldado por las monarquías árabes, EE.UU. e Israel y Netanyahu, para no ir preso por corrupto y ladrón, ayudado por Trump que quiere abortar la Ruta de la Seda de los chinos, para buscar la “solución final” en Palestina podría lanzarse a una aventura contra Irán, Siria y el Líbano con el pretexto de la presencia de tropas iraníes y de Hezbollah en sus fronteras.
Actualmente la economía estadounidense tiene casi pleno empleo y se estabilizó reduciendo los salarios reales pero el complejo-militar industrial observa con preocupación el gran desarrollo chino de la tecnología espacial, militar y en el campo de la inteligencia artificial y del desarrollo de una nueva generación de aparatos electrónicos. Al mismo tiempo, el fracaso de los gobiernos “progresistas” latinoamericanos abrió el camino a gobiernos vasallos de Washington que piensa que ahora puede pasar a la acción.
Ya con Chávez el gobierno capitalista de Estado venezolano refinaba el petróleo en EE.UU. por imprevisión y confianza en el capitalismo y tenía depositados sus fondos allí o en Londres y en otros países extranjeros donde ahora fueron congelados o robados. El gobierno de Maduro, con una inflación de dos mil quinientos por ciento en 2018 y de diez mil en 2019, se apoya sobre un país dividido y que volvió al trueque y carece de una base logística eficaz para una guerra moderna. Las Fuerzas Armadas Bolivarianas, además, no son sólidas ni monolíticas pues los soldados, suboficiales y oficiales de baja graduación padecen la tragedia económica mientras muchos altos oficiales son contrabandistas, especulan con las divisas, roban a las empresas estatizadas. Por eso una parte de las FAB, incluso de los boliburgueses, debe estar buscando un acuerdo con Guaidó como el de algunos exchavistas, con la esperanza de moderarlo cuando detrás de Guaidó está Trump. De ahí este extraño golpe de Estado prolongado en el que los golpistas no toman medidas contra el gobierno y éste se dedica a recorrer los cuarteles incitando a la disciplina pero sin organizar la defensa popular ni aplastar a los fuera de la ley.
Ni China, ni Rusia irán a la guerra por Venezuela aunque tengan mucho que perder con el golpe ya en marcha que impondría una terrible dictadura. Sólo el armamento masivo de los trabajadores y la adopción de radicales medidas anticapitalistas podría sustituir a un gobierno nacionalista que demuestra que es incapaz de defenderse.
Hay que derrotar a Trump. Para mantener nuestra independencia debemos ayudar a los trabajadores cubanos y venezolanos a defender la suya contando con nuestro principal aliado: la parte antiimperialista y antiTrump del pueblo estadounidense.

Guillermo Almeyra

domingo, 10 de febrero de 2019

Atahualpa Yupanqui, «el que viene de lejanas tierras para decir algo»




Unas manos, una guitarra, una voz, viajan a las raíces de su pueblo, a las entrañas del ser humano… el peso de sus palabras nos estremece, se sacude la vida; empezamos entonces a ver las cosas de otra manera, ¿quién soy? se pregunta el cantor y vamos tras él para saber quienes somos.
Si eres de los que se aventuran a conspirar hasta las últimas consecuencias con tal de rozar el fondo de un enigma, has llegado al umbral de La Pupila Asombrada.

Costa Gavras, un filme, una canción y un cine marcado por la crítica sociopolítica




Uno de los actores y directores emblemáticos de la historia del cine, Orson Welles dijo: «Es imposible hacer una buena película sin una cámara que sea como un ojo en el corazón de un poeta».Tras ese pensamiento del creador del clásico El Ciudadano Kane, salimos en busca de otro gran director del séptimo arte: Costa Gavras, de quien tuvo mucho que decir nuestro Carlos Puebla. Se lo contamos aquí, en #LaPupilaTV

CENESEX: una Revolución dentro de la Revolución

“Antes tenía miedo de este desfile porque deseaba tanto ser parte. Así que estaré marchando por esa parte de mí que alguna vez tuvo miedo de marchar. Y por otras personas que no pueden marchar, personas que tienen vidas como la que yo viví. Hoy, marcho para recordar que no soy solamente un “yo”, también soy un “nosotros”. Y nosotros marchamos con orgullo“
Nomi Marks, personaje transgénero del serial Sense8

El 17 de enero del 2019 tuvo lugar un encuentro en la Facultad de Turismo de La Habana con sus estudiantes y el vicedirector del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) Manuel Vázquez Seijido, sobre el proyecto de la nueva Carta Magna, aprobado en diciembre por la Asamblea del Poder Popular, que el pueblo cubano votará en referéndum el próximo 24 de febrero.
“Estamos viviendo, quizás, el proceso más importante y más complicado de los últimos 40 años para Cuba, desde 1976; decidimos moldear nuevamente nuestra sociedad, porque ahora estamos viviendo un contexto social, político y económico diferente, el pueblo cubano decidió cementar nuevamente la base sobre la que se estructura nuestra sociedad políticamente organizada. Todo eso representa dibujar la relación entre individuos y Estado, ese vínculo que existe entre los dos que no es más que ‘Ciudadanía’, los derechos y los deberes que tenemos todas y todos, la responsabilidad del Estado en garantizar esos derechos, y el 24 de febrero sabremos si son esos mismos temas lo que el pueblo quiere. Mi tarea es hablarle sobre a lo que me he dedicado en los últimos ocho años, precisamente sobre nuestras sexualidades y nuestros derechos vinculados a nuestras sexualidades y el impacto de ellos en este proceso constitucional”.
Así empezó el encuentro entre Manuel Vázquez Seijido y los estudiantes, provocados en manera trasgresora por el vicedirector del CENESEX, al preguntarles quién de ellos y ellas piensan votar sí por la Constitución y porqué. Los estudiantes afirmaron su intención de votar, pero ninguno quiso hablar de cómo votará.
Entonces, Manuel Vázquez Seijido hizo un recuento sobre el proceso constitucional, recordó que se presentó un anteproyecto, redactado por una comisión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, que se sometió a consulta popular y que luego, su resultado regresó a la Comisión que propuso el anteproyecto, se volvió a consultar en la Asamblea Nacional del Poder Popular, que finalmente aprobó un proyecto de Constitución que se someterá a referéndum popular el próximo 24 de febrero del 2019.
“Todo ese proceso tuvo muchas polémicas, que se desarrollaron en dos espacios fundamentales, según mi punto de vista: primero, durante el proceso de consulta popular, que fue muy amplio y las personas pudieron participar en la discusión en más que un espacio, y segundo, en las redes sociales. Aquí, aprovecho para subrayar que es muy importante, principalmente para los jóvenes, la necesidad de existir en la redes sociales.Dicen que el tema más polémico fue lo del matrimonio y de cómo sería reglamentado. Sin embargo, las cifras hablan de nueve millones de cubanos y cubanas que participaron en los debates del proceso de consulta popular, entre ellos y ellas solo 158 mil 376 propusieron cambiar el artículo 68, que trataba en el anteproyecto el tema del matrimonio. Ese número representa el 1,76% de los participantes a los debates y además hay muchas personas que no hablaron y no expresaron su opinión sobre el artículo del matrimonio. Entonces, ¿Cómo podemos saber cuál es la opinión de los callados? ¿Cómo método científico, le hacemos un autopsia cerebral? Al final, es muy subjetivo afirmar que el tema del matrimonio fue el más polémico entre los artículos de la Constitución”.
Manuel Vázquez Seijido se preguntó porque el tema del matrimonio fue tan “importante” en los debates cuando en la Carta Magna se está planteando como se va a ejercer el poder en el país, como se va a estructurar la función ejecutiva, como se van a organizar los gobiernos en los distintos niveles, como se va estructurar el acceso al poder, los límites de edad y sus funciones…Sin embargo, parece ser que la atención fue atrapada por una cuestión tan privada (por cierto, con fuertes implicaciones políticas y publicas) que se inscribe en el derecho de cada cual de tomar decisiones sobre su cuerpo y de cómo compartir sus vidas, que es el matrimonio.
“¿Que hay detrás de eso, si hay algo?”, preguntó Manuel, con intención polémica a los estudiantes.
Entre las opiniones, la de un muchacho subrayó que el problema de Cuba es que su sociedad es muy machista y patriarcal, mucho más de lo que estamos dispuestos en admitir y una muchacha pensó que en el proceso de consulta no se concientizó el pueblo sobre los temas trascendentales presentes en la Carta Magna.
Otra estudiante dijo creer que el problema sea el de las personas menos jóvenes, arraigadas a tradiciones antiguas y que al revés, los jóvenes son más liberales y tolerantes. Aquí, Manuel Vázquez Seijido alertó que, al revés, quien ataca más al CENESEX, a Mariela Castro, su directora o a él, son jóvenes o personas de mediana edad.
“Lo que quiero comunicarle es que el asunto es muy variopinto, entre los líderes religiosos fundamentalistas hay quienes hasta patrocinaron un video de música rap donde el cantante amenaza brutalmente, afirmando que el problema de las personas LGTB hay que acabarlo de raíz, señalando con la mano cómo se fuera a degollar a alguien. Pero no podemos generalizar, porque tampoco toda la sociedad cubana es machista o homofóbica, tampoco todos los líderes religiosos votaran por el NO y tampoco todas las personas mayores están en contra del matrimonio igualitario”.
Para reforzar su idea, Manuel Vázquez Seijido recordó que la comisión que escribió el artículo 68 en el anteproyecto estuvo conformada por personas mayores, en específico la dirigencia histórica de la Revolución Cubana.
“Quiero recalcar que lo que hay que tener en primer plano en su mente es que estamos hablando de un tema de derechos humanos. Si quieren, podemos entonces tratar en profundidad los prejuicios que fundamentan las personas que llaman a votar NO por el proyecto de la Constitución. Cuando se habla de derechos humanos tenemos que saber que por ser persona, ya tenemos derechos de reclamar cómo podemos escoger nuestras parejas. No es un fenómeno de mayoría, garantizar un derecho humano no es proporcionar un derecho a la mayoría, el derecho humano se garantiza porque es responsabilidad del Estado, con independencia si solo son tres personas las que reclaman ese derecho humano, y lo otro es que hay que cuestionarnos el concepto de ‘sociedad preparada’”.
Manuel Vázquez Seijido entonces provocó a los estudiantes preguntando si en el 1886 la clase económicamente dominante en Cuba estuvo preparada para que le arrancaran sus privilegios cuando abolieron la esclavitud.
“Le muestro otro ejemplo de nuestro contexto: ¿todas y todos estuvimos preparados para el periodo especial? Entonces, lo que quiero decirle es que la Constitución tiene vocación de generar valores, de generar conducta y de allanar caminos. Lo que quiero trasmitir que el tema de una sociedad preparada lo están agarrando los adversarios de los avances sociales, cada cosa en que avanzamos dicen que el pueblo cubano no estaba preparado para eso. Yo contesto que ¡Cuba no estaba preparada y en el 1959 ganóuna Revolución!¡Y lo más importante es que tuvimos que hacer camino al andar!”.
El vicedirector del CENESEX para analizar en profundidad la situación, empezó a enumerar las características de los individuos que quieren votar NO en contra de la Constitución, que fundamentalmente se dividen en dos grupos: quienes lo hacen por motivos religiosos, con posiciones fundamentalistas, de denominaciones cristianas, básicamente evangélicas y pentecostales, y hay que reconocer que los católicos fueron los menos agresivos (¡y eso es un grupo irremovible, no lo puede convencer ni Dios!); otro grupo, que pienso no sea mayoritario, se generó después del cambio del anteproyecto por parte de la Asamblea, que modificó el artículo 68 en el actual 82, que ellos ven como un retroceso.
“Este nuevo grupo, formado principalmente de personas LGTB, se creó después del desafortunado Twitter de la Asamblea Nacional, que fue fatídico, y que fue replicado por un montón de agencias noticiosas, con titulares como Cuba abandona el matrimonio igualitario y ¡no es verdad!”.
Algunos estudiantes opinaron que, según ellos, el retroceso se encuentra en la disposición transitoria decimoprimera, que establece un referéndum popular, sucesivo a la aprobación del nuevo Código de Familia de parte de la Asamblea, que supuestamente aprobará el matrimonio igualitario en un periodo no superior a los dos años, después del beneplácito de parte de la población del proyecto de la nueva Constitución.
“Quiero aclarar que el articulo 68 era la copia del actual 36, que borraba la referencia binaria que el matrimonio fuera solo entre hombre y mujer y declaraba que podía ser entre dos personas. El 82 declara que el matrimonio es una institución jurídica y social, que se basa en el respecto y en la capacidad de los cónyuges (término genérico unisex). Además legaliza las uniones consensuales, hecho que no existía en el 68, manteniendo términos genéricos, sin nunca especificar ‘entre hombres y mujeres’. Es fundamental también que se borre que el fin del matrimonio sea reproductivo porque legitima la unión de personas del mismo género, que no pueden reproducirse por una simple cuestión biológica”.
Francisco Rodríguez Cruz, conocido como “Paquito el de Cuba”por su blog personal y activista del CENESEX, quiere subrayar que en el artículo 81 también se amplía el concepto de familia, porque afirma que “toda persona tienen el derecho de formar una familia”, entonces consagra el derecho a las personas LGTB de poder formar una familia.
Manuel Vázquez Seijido fue categórico en cuanto al artículo 68, afirmando que si se quedaba igual al anteproyecto, también se tenía que esperar a un nuevo Código de Familia para poder aplicarlo en la ley, como siempre alertó Mariela Castro, mientras se estaba desarrollando la consulta popular.
“Ya no podemos borrar el referéndum, la única forma seria votar NO el 24 de febrero, aceptando el retroceso a la Constitución del 1976 y perdiendo así los derechos que nos garantiza la nueva Carta Magna. Hay que prestar atención sobre el hecho que muchas personas que apuestan por el NO, no viven en Cuba, no vienen a votar o no pueden votar, entonces no resultan ser importante por el resultado concreto del referéndum. Creo que la pregunta clave será: ¿vamos a sacrificarlo todo por una pequeña parte que nos incomoda?”.
El vicedirector del CENESEX definió el grupo de personas LGTB, contrario al actual proyecto de Constitución como egoístas, porque no consideran el valor y la importancia de otro artículo fundamental, el 42.
“El artículo 42 es más amplio, y si me preguntan a mí, es más importante que el 68, ahora 82. Hay que aclarar que con el 82 resolvemos los problemas de los hombres gais y de las mujeres lesbianas, pero los y las trans siguen sin ser personas. Por cuanto la violencia homofóbica, transfóbica y contra la mujer no sea muy impresionante sigue siendo una realidad en Cuba. El artículo 42 es fundamental porque prohíbe la discriminación ‘por razón de sexo, genero, orientación sexual, identidad de género, edad, origen étnico, color de la piel, creencia religiosa, discapacidad, origen nacional o territorial, o cualquier otra condición o circunstancia personal que implique distinción lesiva a la dignidad humana’”.
Para concluir, Manuel Vázquez Seijido hizo un llamado para que los estudiantes cuando vayan a votar el próximo 24 de febrero analicen bien los compromisos que tienen con otras personas, como los hijos y las hijas, con otros familiares, votar sí implica también proteger los derechos humanos de otras vidas, no solo implica vivir bien hoy, sino implica una mejor calidad de vida para las generaciones futuras.
“Votar sí implica también dejar abierta la puerta para cambios futuros que pueden permitir a nuestra sociedad ser más inclusiva, más plural, donde podemos caber todas y todos”.

Ida Garberi, columnista de Cubainformación

jueves, 7 de febrero de 2019

El proceso de recuperación de La Habana tras el devastador tornado




El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz – Canel Bermúdez, junto a Ministros del Gobierno, el Jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, autoridades de La Habana y dirigentes estudiantiles y juveniles, comparecerá este miércoles en la Mesa Redonda para brindar amplia información sobre el proceso de recuperación de la capital del país de los graves daños causados por el paso de un devastador tornado en la noche del pasado 27 de enero.

A Cuba no la tendrán jamás

Ya Fidel lo dijo de una manera similar al título de este trabajo en su Manifiesto al Pueblo de Cuba el 17 de junio de 2007 dirigiéndose al segundo presidente Bush y a sus planes guerreristas e intervencionistas de aquel entonces con respecto a Cuba, finalizó Fidel aquel documento con la aseveración: “Le aseguro que no tendrán jamás a Cuba”. Unas líneas antes escribió: “Pronto se cumplirá un año desde que enfermé, y cuando estaba entre la vida y la muerte, expresé en la Proclama del 31 de julio del 2006: “No albergo la menor duda que nuestro pueblo y nuestra Revolución lucharán hasta la última gota de sangre.”
Doce años después un nuevo gobierno en Washington retoma las siempre presentes ansias de dominio imperial y arremete con todo su poderío contra los procesos revolucionarios en Venezuela y Cuba.
En cuanto a Cuba múltiples son las amenazantes declaraciones de los principales actores contrarrevolucionarios en Estados Unidos confabulados bajo la coordinación del perverso de John Bolton, quien nació para hacer el mal, y ahora ocupa el principal puesto de Asesor de Seguridad Nacional del presidente Trump.
Bolton y sus socios resucitan cuando muchos pensamos que eran cadáveres políticos. Nos equivocamos, sólo estaban en suspenso… como los vampiros. Pocos pensaron que Estados Unidos regresaría, como lo hace actualmente, a una política exterior intervencionista y guerrista completamente irresponsable; desacreditada y derrotada por hechos históricos.
Para resucitar necesitaron lo inimaginable: la caótica y reprensible presidencia de Donald Trump. Y ahí están junto al presidente de Estados Unidos, como terroristas sedientos de más sangre.
Mientras tanto en Cuba, el pueblo y sus dirigentes han estado haciendo una nueva Constitución, que irá a Referendo para ser aprobada por el pueblo dentro de tres semanas, el 24 de Febrero, en el 124 Aniversario del comienzo de la última de nuestras guerras por la independencia de España, y en el año del 150 Aniversario de la proclamación de la primera de nuestras Constituciones, la que en Guáimaro en abril de 1869 estableció la República de Cuba.
República que tanto los gobiernos de Estados Unidos y sus aliados internos como externos han estado tratando inútilmente de destruir hace más de 60 años. Aunque cuánto daño y sacrificios le han causado a nuestro pueblo sus políticas terroristas y genocidas durante todos estos años.
Ahora tratan de subvertir --constantemente en las redes sociales con sus desvergonzadas mentiras y a través de insufribles campañas mediáticas--, utilizando los millones de dólares que les otorga el gobierno estadounidense, el proceso del Referendo constitucional, el que nos garantizará una nueva Constitución, la cual reforma las estructuras políticas, económicas, sociales y culturales de la República cubana.
La República del presente y del futuro, la que nos garantiza estabilidad; un mejor orden político, económico y social. Más democráticos, para el disfrute de una sociedad más solidaria, más equitativa, más digna y más humanista. Porque las cubanas y los cubanos, hemos aprendido a ser mejores personas y hacer mejor nuestra labor como ciudadanos en estos sesenta años de proceso revolucionario; y lo aprendido está plasmado en esta nueva Constitución.
Precisamente por eso los enemigos del pueblo cubano quieren subvertir el proceso del Referendo constitucional.
¿Quisieran subvertirlo si así no fuera?
Le tienen terror a los resultados de las 133 mil y pico reuniones en la que se discutió por casi 9 millones de cubanos y cubanas, por tres meses el proyecto de Constitución. En las que hubo más de un millón 700 mil intervenciones y más de 783 mil propuestas al mismo. 760 cambios fueron hechos al proyecto original. Los que fueron analizados, explicados y aprobados en las sesiones de la Asamblea Nacional convocadas con ese propósito, y trasmitido en directo en toda su extensión por televisión nacional.
Proceso participativo y democrático sin par. ¿Es así como fueron o son aprobadas las constituciones políticas en Estados Unidos, en Colombia, en Brasil, Argentina, Chile, Perú, Paraguay, España, Inglaterra, Francia, Estonia, Polonia, o Alemania, para nombrar algunos de esos gobiernos que siempre osan darnos lecciones sobre democracia y derechos?
En Cuba viven un poco más de 11 millones de cubanos y cubanas. Unos 8 millones de esos ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho al voto. Para votar tienen que tener cumplidos 16 años de edad.
Según ha informado la Comisión Electoral Nacional, estarán habilitados 25,348 colegios electorales (1,051 en el extranjero), en 12,635 circunscripciones, de estas 122 en el exterior. Se habilitarán 195 colegios electorales especiales ubicados en lugares de alta concentración de personas. Inclusive, en las zonas de la capital afectadas por el paso del reciente arrasador tornado se garantizarán las condiciones para que los residentes de dichas zonas puedan ejercer su derecho al voto.
Si el elector no se encontrara en su localidad el día del Referendo, ya sea por cuestiones de trabajo, enfermedad u otras causas justificadas, se le autoriza a votar en otro colegio.
Aquellos ciudadanos cubanos que por razones personales se encuentren en el extranjero pero han readquirido o han mantenido su condición de residentes permanentes en el país, podrán ejercer su derecho al voto si estuvieran en el territorio nacional. Aquellos que han readquirido recientemente su condición de residentes permanentes en el país, se requiere que esta haya ocurrido dos años anteriores al día del Referendo.
En los 122 colegios electorales en el extranjero votarán específicamente los diplomáticos cubanos, todos los colaboradores cubanos en el exterior, los becarios cubanos en esos países y los ciudadanos cubanos cumpliendo misiones oficiales.
¿Quiénes no podrán votar en Cuba? Aquel ciudadano cubano que ha sido declarado judicialmente como incapacitado metal; los que estén sancionados a privación de libertad u otra sanción subsidiaria; y aquellos que tienen limitados sus derechos políticos.
En Cuba más de 200 mil Pioneros -estudiantes entre el Primer y el Noveno grados- cuidan las urnas en los colegios electorales. No lo hace ni la Policía ni las Fuerzas Armadas.
Además otras 225 mil personas asistirán en las mesas electorales.
¿Qué les parece? Que logro. Que satisfacción. Que orgullo.
Repito, ¿si no fuera así tratarían sus enemigos de subvertir este vital proceso electoral?
Quiero finalizar este trabajo citando los últimos tres párrafos de un incisivo y refrescante artículo del narrador cubano, Juan Miguel Cruz Suárez, “Si yo no fuera cubano”:
“Si yo no fuera cubano podría levantarme temprano y no tomar café, hablaría siempre bajito, no haría bromas en los lugares más insospechados, no entablaría conversaciones improvisadas con cualquier desconocido en la parada de la guagua, no les pediría sal a los vecinos, no donaría sangre de forma voluntaria, sabría un poco menos de solidaridad, no me iría de gratis a los hospitales, no tendría hijos protegidos por vacunas gratuitas, no les prestaría atención a la Virgen de la Caridad, a las estampìllas de San Lázaro o las ofrendas dejadas en los troncos de las ceibas.
Si yo no fuera cubano ignoraría la dicha de hacer una Constitución y tener el derecho a votar por ella; y sobre todo, que un pueblo bueno puede más que un destructor tornado.
Si yo no fuera cubano nunca habría aprendido que se puede vivir con menos, pero con más orgullo; que te pueden bloquear cualquier cosa menos la sonrisa y las ganas de vivir sin tener precio.”

Andrés Gómez, director de Areítodigital

“No dejen de luchar por lo que vale la pena”

Mensaje de Silvio Rodríguez al pueblo venezolano

El trovador cubano, Silvio Rodríguez, reflexionó en su blog Segunda Cita sobre la situación en Venezuela, provocada por los violentos planes de la oposición para desestabilizar al país y terminar con el gobierno de Nicolás Maduro. El poeta respondió a un internauta venezolano, quien comentó al respecto de lo que sucede en su país. Silvio narró anécdotas personales ocurridas en los primeros años de la Revolución Cubana y transmitió un mensaje de apoyo al pueblo venezolano para que no deje de luchar por “la América Nuestra que previeron Bolívar y Martí, Fidel y Chávez, y que nos hace tanta falta”.

Comentario del internauta venezolano

Ricardo Silva: Querido Silvio, siempre paso por esta casa! y mientras eso pongo tu música para que aligere un poco las calles por donde suelo pasar.
El jueves pasado hubo un ensayo de guerra civil frente a mi casa y zonas aledañas en la ciudad de Caracas. Entre esos avatares, algunos hacían barricadas de basura (guarimberos) en las carreteras y otras quitando los restos que colocaban los guarimberos en las mismas. A eso se le suma el constante paso de guardias nacionales y tanquetas de policías derrumbando los muros de basura entre las vías vehiculares. Todo eso ocurriendo entre sombras que se movían en la oscuridad, gritos, insultos, bombas lagrimógenas, explosiones…
Todo ésto ocurriendo de noche… luego de que se controlaran estos focos de guerra, ligeramente se ha aplacado toda la situación de riesgo en la que se ha estado exponiendo al pueblo Venezolano.
Ayer me enteré que un allegado a mi familia, del mismo pueblo de donde soy, fue asesinado a propósito por estos grupos terroristas. Todo esto me ha tenido realmente alterado.
Lamento enormemente que mi pueblo pase por estas situaciones. SI hay algo en lo que creo es en el buen corazón del venezolano. En la sangre heróica de mi gente, de mi historia… Pido siempre un “Rabo de Nube” por estos tiempos difíciles.
Disculpa la mala noticia. Escribo a manera informativa.
Prometo que triunfará el amor y la vida.
Guitarra en mano y canto en alto con la canción amorosa de Ali Primera, el sueño de Bolivar y el legado del comandante Hugo Chavez.
Abrazo! Aquí red Abeja tricolor.
Te quiero mucho, amigo y padre Silvio.

Respuesta de Silvio Rodríguez

Silvio Rodríguez: Querido Ricardo Silva: hubo algunos años, después del triunfo revolucionario, en que salir a las calles de La Habana era también una aventura, porque la contrarrevolución ponía bombas, incluso en los cines –cosa que nunca hizo la revolución– o quemaba centros de trabajo, o pasaba en avionetas provenientes de la Florida y esparcían propaganda, cosa que desataba nutridos tiroteos nocturnos –eran años en que mucha gente estaba armada porque ya se había creado las milicias y todo el mundo tiraba al aire.
A mí mismo y a mi hermana María, saliendo de un cine de la calle Neptuno, nos cayó encima la vidriera de una tienda, por una explosión enorme que hubo y que estremeció toda la ciudad. Además del susto, vivimos también algo curioso, porque mientras nos sacudíamos los cristales veíamos como la fuerza expansiva iba haciendo saltar las vidrieras, una tras otra, por toda la calle.
Recuerdo la noche que le dieron candela a una tienda famosa, llamada El Encanto, muy cerca de donde yo vivía, y un amigo y yo veíamos el siniestro espectáculo en que murió una empleada llamada Fe del Valle, desde la azotea del edificio en que vivíamos, que era bastante alto.
Mi madre, y la mayoría de las amas de casa, que vivían la ilusión de salir por las noches a ver vidrieras y a sacar cuentas que nunca daban, empezaron a olvidar sus paseos y a vivir más pendientes de Radio Reloj, que daba noticias todo el tiempo –la televisión no llegó a mi casa hasta un poco avanzados los 60. Pero lo que están viviendo ustedes es mucho más estresante y violento, porque se trata de sectores bastante amplios de población dedicados a la beligerancia urbana. Imagino cómo eso estará cambiando lo que era la vida normal de una familia, la preocupación constante en todos.
En Cuba tuvimos la suerte de que buena parte de la burguesía se marchó, pensando que la Revolución iba a durar seis meses, porque los americanos no la iban a permitir. Cierto que desde allá empezaron a instigar y a pagar agresiones, pero la presión propagandística interna que tienen ustedes aquí fue mucho más leve y transitoria, porque la escalada de agresiones nos radicalizó y se tomó el control de casi todo. Eso fue bueno para la situación de guerra que vivimos durante la primera década, pero en otro sentido no fue tan bueno porque nos hizo ver fantasías. Por esto último, la primera vez que pude tener cerca a Chávez, le dije: “Comandante, trate de no cometer nuestros errores”. Se lo dije bajito porque estábamos en una mesa con otros comensales, y Chávez sonrió y me puso una mano en el hombro. Los poderosos por derrotar venezolanos aprendieron mucho de los poderosos derrotados en Cuba. No en balde algunos de aquí fueron para allá y continuaron siendo magnates. Probablemente por eso buena parte de la prensa venezolana fue siempre ríspida con la Revolución Cubana y con algunos cubanos que visitábamos Venezuela. Y, como siguiendo una secuencia lógica, se nota una suerte de comunidad entre los nuevos exiliados venezolanos de la Florida y lo más recalcitrante del viejo exilio cubano.
Ayer estábamos aquí conversando sobre la carta de William Ospina al Presidente Maduro. Siempre me he identificado con los análisis de este intelectual colombiano. Sin embargo veo que su acercamiento a Maduro, aunque es en términos muy respetuosos, parte de visiones que no comparto. Acaso sea, como sucinta y claramente decía Luís Gómez: “No comprendo mucho la difícil situación y desde Colombia se ve muy confusa”. Y acaso sea, también, lo que con tanta convicción nos dice después Lochy Le Riverend: “Tenemos que estar muy conscientes los cubanos y nuestros hermanos venezolanos y demás latinoamericanos que estamos viviendo nuevamente tiempos extraordinariamente difíciles, de enorme y total polarización. Hay otra vuelta de tuerca de los que no están dispuestos a perder su hegemonía en esta región. Debemos estar muy claros de lo que nos espera si la política de EE.UU. triunfa…”
Nada, Ricardo, que tu mensaje me acerca más a ustedes (pienso también en Johan y en su familia, y en mi querida amiga Cecilia Todd, y en otros compañeros) y todo me hace preguntarme qué pudiera hacer para mejorar aunque fuera mínimamente la situación. Mientras sigo haciéndome preguntas, sólo me queda pedirles que se cuiden mucho, que no se regalen, que no sean imprudentes, pero que si lo sienten tampoco dejen de luchar por lo que vale la pena, la América Nuestra que previeron Bolívar y Martí, Fidel y Chávez, y que nos hace tanta falta.