lunes, 30 de septiembre de 2024

El asesinato de Hassan Nasrallah y la escalada de la guerra genocida del sionismo al conjunto del Medio Oriente


Por una movilización de la clase obrera internacional contra las guerras del imperialismo. 

 La operación terrorista en enorme escala lanzada por el estado sionista contra el Líbano a partir de los explosivos instalados en los buscapersonas y otros dispositivos de uso corriente por parte de Hizbollah, la milicia chiita, se ha cobrado la vida del líder de la organización, Hassan Nasrallah, y de otros siete comandantes de la mayor responsabilidad, y el asesinato de casi dos mil civiles. Después de tres tentativas de asesinato en los últimos veinte años, el poder sionista alcanzó sus objetivos. Israel replica en el país de los cedros los métodos que sigue usando, al cabo de un año, en Gaza, que consiste en masacrar a la población bajo la cobertura de una guerra contra organizaciones terroristas. Con la continuidad de los bombardeos masivos después de los asesinatos de la dirección político-militar de Hizbollah, la expectativa es que las muertes civiles alcancen, también en Libano, a decenas de miles de personas. El imperialismo norteamericano y europeo no ha demorado en declarar su apoyo al estado sionista, pero, perversamente, para encubrir su asociación directa con estos crímenes: Estados Unidos ha sido el proveedor de las bombas laser guiadas contra bunkers que ha utilizado la aviación sionista. Netanyahu, el designado criminal de guerra por parte de la Corte Penal Internacional, ha declarado que “el trabajo no ha sido completado” y que seguirán los bombardeos hasta que “no haya cambiado la correlación de poder en el conjunto del Medio Oriente”. Esto no es sólo una amenaza a Siria e Irán sino una declaración de guerra infinita. “No hay lugar que no alcancemos en Irán y todo el Medio Oriente”, declaró Netanyahu al designar sus próximos objetivos: Cisjordania, Irak, Siria, Yemen, más Líbano y Gaza; una guerra en siete frentes. Netanyahu no vacila en apostar a una guerra mundial y poner al borde del abismo, al mismo tiempo, la propia existencia de Israel. 
 El atentado criminal que costó la vida de Nasrallah y otros siete comandantes, ha diezmado a la dirección de Hizbollah y constituye un golpe político poderoso para la organización y para la lucha contra la guerra desatada por el sionismo. Plantea la perspectiva de una ofensiva terrestre contra bases y depósitos de Hizbollah. Sin embargo, al día siguiente de los asesinatos fueron disparados docenas de cohetes desde Líbano, así como desde Yemen. De acuerdo a un boletín militar, Hizbollah habría dañado seriamente, en los días previos, las baterías de la Honda de David, un interceptor de misiles, e incluso de la Cúpula de Hierro, de las fuerzas armadas del sionismo. El ejército de Israel ha establecido un cordón sanitario en Líbano, para prevenir el rearme de Hizbollah desde otros países, en especial Siria. El Líbano no es, claramente, la última estación de la ofensiva militar del sionismo.
 Un corresponsal del New York Times, en un artículo difundido por los diarios argentinos, atribuye el éxito de Israel en asesinar a Nasrallah, a un “error de cálculo espantoso” de parte de Hizbollah. Es un intento de caracterizar políticamente estos crímenes, más allá del relato acerca de la ‘eficiencia’ bélica del sionismo. Señala que la milicia chiita se había ‘ilusionado’ con librar ‘una ‘guerra de baja intensidad’, mientras su enemigo estaba embarcado en una escalada, debido a la expectativa de un cese del fuego en Gaza. Lejos de aceptar este canje de treguas en el sur y en el norte, Netanyahu y su gabinete preparaban la guerra en dos frentes. El gobierno sionista condicionó un cese del fuego al control militar definitivo del corredor costero norte-sur de Gaza (el corredor Filadelfia), que Hamás no podía aceptar bajo ninguna circunstancia, pues significaba, en último término, la reanexión de la Franja al estado sionista, bajo la forma de una administración civil local designada por Israel. En su discurso ante la Asamblea de las Naciones Unidas, Netanyahu exhibió un mapa que muestra a Gaza y Cisjordania incorporadas a Israel. La escalada de la guerra del estado sionista no es, sin embargo, una emprendimiento reciente. Haaretz, el vocero del sionismo liberal, recoge la información de un oficial retirado del alto mando del ejército, que afirma que las fuerzas armadas de Israel han construido “un banco de blancos” durante quince años: “Ingresamos a la segunda guerra del Líbano con una lista de 300-400 blancos”, que se han elevado a “decenas de miles”. Otro artículo señala que el despliegue militar de Hizbollah en apoyo al sirio Bashar Al Assad, durante la larga guerra iniciada con la “primavera árabe”, le ofreció a la Inteligencia israelí la oportunidad de registrar blancos para atentados en forma masiva, debido a una abandono forzado de la clandestinidad mantenida hasta ese momento. La ilusión de un parate de la guerra contra Gaza a partir de negociaciones en las que intervenían ‘aliados’ como Qatar y Egipto desnaturalizó por completo la caracterización de la guerra de exterminio lanzada por el sionismo. Esta ilusión fue fomentada por la teocracia de Irán, a pesar de la serie de crímenes cometidos por el sionismo contra científicos y milicianos en su territorio, para conservar su reciente acercamiento con Arabia Saudita. 
 Los recientes asesinatos de su dirección han golpeado sin duda la capacidad de acción de Hizbollah; la estructura superior de su comando ha sido “diezmada”. Con todo esto ‘a su favor’, el alto mando militar sionista no planea una operación terrestre contra Líbano, porque, según la prensa norteamericana e israelí, Hizbollah tiene decenas de miles de misiles antitanques. La alternativa a una ocupación, señalada por el vocero militar del sionismo, es continuar “degradando” a Hizbollah mediante bombardeos masivos contra la población, incluida la capital, Beirut; la repetición de lo que ocurre en Gaza elevada a una enésima potencia. Al final del camino, está prevista una colonización del sur del Líbano por parte del sionismo. Más modesto en territorio, Yair Golan, el líder del partido democrático de Israel (la izquierda del sionismo), acaba de proponer la ocupación de una franja de medio kilómetro en el interior del Líbano. El costo económico de esta política es, para Israel demoledor; su PBI ha caído un 6 %, el déficit del Tesoro es descomunal y las agencias de calificación la han reducido a dos categorías apenas por encima del default. La expectativa es que el buraco lo cubra Estados Unidos. En cuanto a la ONU, de acuerdo a Netanyahu, simplemente es “un pantano que hay que drenar”. 
 Para Netanyahu, esta feroz escalada militar constituiría “un punto de inflexión”. Obviamente que es una inflexión a la catástrofe. El delincuente económico y criminal de guerra, delitos probados judicialmente, se ufana de promover una guerra mundial. En el discurso a la ONU se jactó de que Israel se convertirá en un puente entre Europa y los países del Golfo, y de ahí hacia Asia Central. Pero los emiratos en cuestión están virando, no hacia Europa o Estados Unidos sino hacia China, el principal mercado internacional, especialmente para materias primas, gas y petróleo. Las guerras genocidas de Netanyahu, con alcance indefinido en el tiempo, no es lo que están buscando los aliados que desea ganar o conservar. La guerra en Líbano sienta las premisas para nuevas guerras con Siria, donde Rusia tiene una base naval poderosa. Las guerras genocidas del sionismo van a ser enfrentadas, como ya ocurre, con mayor profundidad, por las humilladas y explotadas masas del Medio Oriente, cuyos regímenes políticos se encuentran en la víspera del *default *financiero y del derrumbe político. La primavera árabe inició una transición política, por ahora interrumpida, que revolucionará las direcciones políticas de las masas. 
El pequeño ‘Adolf’ del Medio Oriente enfrenta el peor de los destinos.

Jorge Altamira
29/09/2024

Grupo Vocento, Prisoners Defenders y la guerra contra la salud pública de Cuba

domingo, 29 de septiembre de 2024

El “fracaso” de la ONU es la crisis del capital imperialista, y Milei se choca con la pared


El "libertario" quiere adjudicar al socialismo una agenda que fue diseñada para atenuar la contradicciones del capitalismo mundial. 

 Milei buscó hacer de su participación en la asamblea de la ONU en Nueva York un nuevo golpe de efecto, al rechazar la Agenda 2030 del organismo como “un programa de gobierno supranacional de corte socialista”. Pretende explotar el carácter de farsa de todos estos pactos, con su incapacidad siquiera para acercarse a sus objetivos declarados: evitar las guerras, disminuir la pobreza, mitigar el calentamiento global o terminar con la desigualdad de la mujer. Pero ese fracaso nada tiene que ver con el socialismo, sino que expresa la imposibilidad del capital imperialista por encontrar una salida a su crisis global que no exacerbe sus contradicciones y sus efectos devastadores. Por eso, el “libertario” se choca con la misma impotencia que endilga a las “políticas colectivistas”.
 Milei se rehusó a firmar el Pacto del Futuro, que en definitiva es una guía de acciones que por supuesto nunca se van a llevar adelante. De todas maneras existen posibles costos de este abandono unilateral argentino, porque al gran capital le interesa en última instancia que nadie se haga el vivo desconociendo pautas que impliquen una ventaja a la hora de competir. Tenemos el ejemplo del gobierno francés bloqueando el acuerdo de libre comercio Mercosur – Unión Europea para proteger la agroindustria galesa, menos competitiva que la sudamericana, valiéndose de las menores normas ambientales de la producción sojera y ganadera del cono sur. Pero esto no es colectivismo, sino la competencia capitalista realmente existente, en la cual los Estados de las potencias juegan un papel determinante. 
 El presidente argentino busca asociarse con los Trump, quien en su momento rompió pactos internacionales como el Acuerdo de París sobre cambio climático y bloqueó a la Organización Mundial de Comercio, en el marco de su política de ofensiva fundamentalmente contra China. Pero esto no es una cruzada por la libertad, sino el intento por revertir el declive de la hegemonía del imperialismo yanqui. Como sea, los límites con los que se topaba la principal potencia capitalista del planeta no vienen de un “Leviatán de múltiples tentáculos”, sino al revés. 
 Las agendas de la ONU buscan encauzar medidas paliativas de aquellas consecuencias del desarrollo capitalista que terminan ocasionando graves confrontaciones y choques comerciales, desatan catástrofes ambientales que afectan gruesos negocios, llevan a la quiebra a los países recontra endeudados, y ni siquiera logran equiparar las condiciones laborales de hombres y mujeres en puestos gerenciales. Todas las medidas son un intento por aminorar la crisis capitalista, y por eso están condenadas al fracaso. 
 Es cierto que discursivamente puede apreciarse cierto corrimiento hacia la izquierda, hablando de la igualdad de género o de los derechos humanos, pero eso solo se usa como cobertura formal para cercar y presionar a aquellos gobiernos no alineados o con disputas con algunas potencias. Lo cierto es que Israel sigue adelante con el genocidio al pueblo palestino sin el menor impedimento de las Naciones Unidas, jactándose de ser la “única democracia de Medio Oriente”, y que los discursos sobre la libertad sirvieron de pantalla a las criminales invasiones militares yanquis y europeas en África y Asia. 
 Si la ONU es completamente incapaz de evitar el estallido de guerras como la que se libra en Ucrania entre Rusia y la Otan es porque los conflictos bélicos actuales son intrínsecos a la etapa imperialista y monopolista del capitalismo, que en su fase de decadencia signan toda una era de crisis, guerras y revoluciones. Incluso si en Estados Unidos se impusiera la línea trumpista de llegar a un acuerdo con Putin, solo sería en función de fomentar el cerco sobre China, con sus enormes consecuencias y la perspectiva de una conflagración global. Sugestivamente, Milei se comió los mocos y no dijo una palabra sobre el gigante asiático.
 En conclusión, la realidad es inversa a la que presenta el supuesto libertario, quien afirma haber llegado al poder “frente al fracaso estrepitoso de más de un siglo de políticas colectivistas que destruyeron nuestro país”. Lo que hundió a la Argentina fue su postración ante el imperialismo y el saqueo capitalista, especialmente vía pago de una deuda fraudulenta. Es el mismo camino que sigue Milei, megacanje incluido. Así como el cepo cambiario es el último intento por evitar el default producto de honrar los vencimientos, el estatismo burgués en general es la respuesta a la crisis de rentabilidad del capital. 
 El fracaso de los “pactos del futuro” y de los “anarcocapitalistas” despejará ante los ojos de las masas la conclusión de que la superación de los desastres actuales solo se logrará con la lucha por el socialismo, es decir por gobiernos de trabajadores.

 Iván Hirsch

sábado, 28 de septiembre de 2024

La masacre de Líbano


El Líbano tiene 6 millones de habitantes: desde el inicio de los ataques aéreos israelíes, en los refugios “oficiales” se registraron alrededor de 80.000 personas, pero hay “multitudes” -el gobierno calcula medio millón- que también huyeron para quedarse con familiares, amigos o en casas de extraños que les ofrecieron amparo. 
 Los bombardeos israelíes durante los últimos cuatro días arrancaron de su hogar a unos 140.000 niños, “y muchos de ellos han llegado a los refugios mostrando signos de gran sufrimiento”, dijo Save the Children. 
 Las cifras aumentan día a día.
 Netanhayu ha desautorizado las iniciativas del gobierno de Joe Biden, sus acólitos europeos y un puñado de países árabes para forjar una tregua por tres semanas. Esto no impedirá que el genocida sea recibido tranquilamente por la Asamblea de Naciones Unidas. “Seguimos atacando a Hezbollah con toda nuestra fuerza. Y no nos detendremos hasta que alcancemos todos nuestros objetivos”, patoteó al aterrizar en Nueva York.
 Simultáneamente, un comunicado oficial del gobierno sionista también desmintió a sus aliados: “Las noticias sobre un alto el fuego no son ciertas. Se trata de una propuesta franco-estadounidense a la que el primer ministro ni siquiera ha respondido”. Mientras, el ejército sionista volvió a bombardear Beirut y hacer un simulacro de invasión terrestre. En el mismo comunicado, el gobierno aclaró que “los combates en Gaza continuarán hasta que se logren todos los objetivos de la guerra”.
 El ministro de Finanzas, el ultranacionalista Bezalel Smotrich, ya había anticipado que el único escenario posible en el Líbano es “aplastar a Hezbollah”, y que una tregua facilitaría que Nasrallah se reorganice. Hasta el líder opositor Yair Lapid, que se negó a integrar el gabinete de guerra conformado en Tel Aviv después del 7 de octubre, cerró filas con el gobierno. “No aceptaremos ninguna propuesta que no incluya la expulsión de Hezbollah de nuestra frontera norte”, aclaró.
 Herzi Halevi, jefe del estado mayor de las FDI, dijo a los soldados el miércoles que se preparen para una posible invasión terrestre y que “entrarían, destruirían al enemigo allí y destruirían decisivamente” la infraestructura de Hezbollah. La amenaza de invadir Líbano siguió al lanzamiento de un misil de largo alcance por parte de Hezbollah hacia Tel Aviv. La milicia chiita, aunque golpeada, está ampliando sensiblemente el radio de alcance de sus misiles. Esta semana, Israel convocó a dos nuevas brigadas de reservistas. 
 Según el ministro de Defensa, Yoav Gallant, el Estado sionista tiene abiertos siete frentes: Gaza, Líbano, Cisjordania, Irán, Irak, Siria y Yemen. El ejército regular tuvo que incorporar a unos 360.000 reservistas que antes de la invasión a Gaza se dedicaban a otras labores. En este momento, hasta el 71 % de las tropas que integran el ejército -entre los 20 más poderosos del mundo-, son reservistas, con el consiguiente impacto social y en la economía. “Pese a esas dificultades, las Fuerzas Armadas tratan de cerrar filas estos días, sin dar muestras de cansancio o desmoralización”, afirma El País (27/9). 
 Miles de soldados israelíes, muchos traídos desde Gaza, esperan una eventual orden de invasión terrestre, que ya tuvo un simulacro. Pero esa posibilidad genera choques en la jefatura militar sionista. Wasef Erekat, analista y exmilitar palestino señala la “incapacidad del ejército israelí para luchar en varios frentes al mismo tiempo” y sus dificultades para llevar a cabo una guerra por tierra porque depende en exceso del armamento y la tecnología, careciendo de militares capaces sobre el terreno. Eso se demuestra, entiende Erekat, con el hecho de que no hayan sido capaces de acabar con la resistencia palestina en Gaza, que cuenta con armas mucho más “modestas” que las de Hezbollah. 
 El punto de apoyo decisivo para Netanhayu es Joe Biden. La escalada en toda la región se está coordinando en tiempo real con Estados Unidos, que la está financiando, armando y apoyando políticamente. 
 Más allá de las mímicas de una tregua, el secretario de Estado Antony Blinken respaldó el ataque terrorista israelí con bombas buscadoras en Líbano que mutiló a miles. Cuando se le preguntó si eso no era “una forma de terrorismo”, Blinken dijo: “es muy legítimo que Israel haga algo sobre Hezbollah”.
 Una opinión que se sostiene con hechos. El portavoz del Pentágono, el general de división Pat Ryder, anunció que Estados Unidos enviaría tropas estadounidenses adicionales a la región. En la actualidad, unos 40.000 efectivos estadounidenses están desplegados por Oriente Próximo, incluidos Irak y Siria. El portaaviones USS Abraham Lincoln está en la zona y el USS Harry S. Truman está en camino.

 Mientras en Gaza…

 Aunque la atención internacional se haya desplazado al Líbano, el Ejército israelí continúa diariamente sus crímenes en la Franja de Gaza. En las últimas 24 horas mató al menos a 28 personas, la mayoría niños y mujeres refugiados en la escuela al-Faluja al oeste del campamento de refugiados de Jabalia. 
 La cifra de muertos se acerca ya a los 41.500, a los que habría que sumar 90.000 personas heridas y unos 10.000 desaparecidos continúan bajo los escombros de los edificios. 
 Han sido desplazados 9 de cada 10 habitantes -más de la mitad son niños y niñas que en muchos casos han perdido a su familia-. La población carece de agua, alimentos, combustible y medicinas. Sus hogares han sido destruidos y sus familias destrozadas.
 A mediados de setiembre, la ONU advirtió que para muchas familias la amenaza de morir de hambre es una realidad. El 96 % de la población -todos- “debía hacer frente a una inseguridad alimentaria aguda” y que casi medio millón de personas se encontraban en una situación catastrófica. Los bombardeos de los últimos días se han concentrado en el centro y norte de Gaza, donde el gobierno de Benjamin Netanyahu está considerando un plan para obligar a los civiles a abandonar toda la parte norte de la Franja y convertirla en una “zona militar cerrada”, que quedaría bajo sitio para obligar a Hamás a que entregue a los rehenes israelíes que siguen en sus manos. 
 En tanto, desde octubre de 2023, un niño palestino muere en promedio cada dos días en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, una cifra casi tres veces y media superior a la de los nueve meses anteriores. 143 niñas y niños palestinos han sido asesinados en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, desde octubre del año pasado, lo que supone un incremento de casi el 250 % en relación con los nueve meses anteriores. Durante ese mismo periodo en Cisjordania han muerto dos niños israelíes en actos de violencia relacionados con el conflicto. 
 El ministerio de Salud de la Franja de Gaza acusó el jueves al ejército israelí de “devolver” decenas de cuerpos de palestinos sin ningún dato o documentación que permita identificarlos. 
 La ocupación israelí exhuma tumbas y roba cuerpos para determinar si pertenecen a los rehenes capturados el 7 de octubre. Aunque Israel negó la acusación, Hicham Mhana, portavoz de la Cruz Roja, declaró que la organización no participó en la transferencia de los cuerpos en Yan Junis porque no estaban acompañados de ninguna identificación. No pudieron ser entregados a sus familiares y fueron enterrados finalmente en una fosa común. Ni siquiera respetan a los muertos, algo que ya sabían los neandertales. 
La barbarie sionista ha retrocedido muchos escalones en la historia humana. Debe ser aplastada.

 Olga Cristóbal
 27/09/2024

viernes, 27 de septiembre de 2024

En la ONU, Milei alinea a Argentina a la maquinaria de la guerra de la OTAN y el sionismo, en un discurso plagado de falacias


Javier Milei subió al podio de la Asamblea de las Naciones Unidas para acompañar una situación internacional catastrófica con un discurso catastrofista. Expuso una variante de los diversos discursos fascistas que tienen circulación a nivel internacional. Anunció un ”fin de ciclo”, la necesidad de acabar con la existencia de organizaciones supranacionales, como la ONU misma, y propuso una cruzada internacional para imponer la agenda de ‘la libertad’ contra el socialismo y el colectivismo. La oportunidad política del planteo es cuando se desarrolla una guerra mundial en Europa y Medio Oriente, que demuestra, precisamente, que la función mediadora de las Naciones Unidos se encuentra completamente agotada, si es que alguna vez tuvo vigencia. El argentino convocó sencillamente a la victoria de la OTAN en Ucrania y del sionismo en Palestina. Celebró a esa misma ONU en sus primeros setenta años, que calificó como un período de crecimiento económico y paz mundial, cuando las poltronas del Consejo de Seguridad eran ocupadas, además de los miembros de la OTAN por el stalinismo ruso y el maoísmo chino, y se desarrollaron centenares de guerras imperialistas.
 En un caso de ignorancia colosal, que los asistentes a la asamblea no tenían condiciones de advertir, proclamó el fin del neutralismo histórico de Argentina. Ningún asesor le dijo que ese neutralismo histórico fue un invento de la misma oligarquía que él reivindica, para oponerse a la doctrina Monroe, que proclamaba la hegemonía norteamericana en América Latina, en defensa de la dependencia de Argentina de Gran Bretaña. La neutralidad oligárquica fue mantenida rigurosamente hasta la llegada de la Libertadora y las sucesivas dictaduras militares, que ataron a Argentina al imperialismo yanqui y al Pentágono, y luego por Menem, que convirtió al país en miembro extra OTAN. Milei escupe contra sus próceres preferidos (Alberdi, Avellaneda, Roca) y pretende ir más lejos que los Onganía, Videla y Menem, pero por de pronto se ha cuidado de no cancelar los swaps con China, porque de hacerlo se hubiera echado encima a los sojeros y hubiera debido declarar el default. La abolición del neutralismo histórico significa que Milei pretende convertir a Argentina en una rueda auxiliar de la maquinaria económica y militar del imperialismo. 
 En conformidad con el credo ‘liberticida’ Milei condenó, sin mencionarlos por su nombre, a “los organismos de crédito internacionales”, mientras atesora los préstamos para obras públicas que otorgaron el BID y del Banco Mundial, para usarlos en el año electoral (Burgueño en Perfil). Caputo, a su turno, mendiga desesperado una ampliación de la deuda con el FMI. Cuando decanten las aguas de la Asamblea, todo el mundo se dará cuenta que el ‘liberticida’ argentino es un farsante.
 Un aspecto absolutamente central del discurso de Milei es la defensa que hizo de la política de puertas abiertas y de contagio espontáneo con el Covid, para que la pandemia no afecte la libertad económica y social del capital contra la vida de los trabajadores. El estallido de una pandemia para la cual el capitalismo no preparó la atención de salud ni la pronta capacidad de producción de vacunas, a pesar de las advertencias, o precisamente por eso, para explotar económicamente el flagelo, provocó un derrumbe financiero del nivel de la crisis de 2007/8, que atemorizó a todos los círculos capitalistas. En el podio de la ONU Milei advirtió que las próximas pandemias que provocará inevitablemente la crisis climática, deben ser abordadas desde la defensa de lo que llama “la propiedad privada” y no de la vida. De ahí su fanática oposición a todo lo relativo a una agenda pública para atenuar la destrucción del clima, y para encararla desde el punto de vista del capital, no desde la vida de los seres humanos y la bíodiversidad. 
 Esta cuestión expone la otra: la ‘libertad’ que proclama Milei es la del capital sobre el trabajo, de las elites sobre las masas, del explotador contra el explotado. Este régimen social reproduce al individuo conforme a esa dominación, lo priva de su albedrío y lo somete al del capital. Milei, en la ONU, sostuvo lo contrario, mientras destruye jubilaciones y salarios y valoriza las acciones de las compañías y a los titulares de bonos de deuda extranjera. El capitalismo es el sistema más perfeccionado de “ingeniería del individuo’, porque oculta ese mecanismo en relaciones de mercado interdependientes, con el poder supletorio del Estado, de la represión estatal y del monopolio estatal de la violencia. El socialismo es la abolición de esta sujeción alienada a poderes ajenos a cada individuo. La libertad de cada uno, concluyó Carlos Marx, es la medida de la libertad de todos. Hablamos de socialismo, no de “la comunidad organizada”, un planteo fascista. 
 Como este periódico previó hace menos de tres días, Milei iba a la ONU a defender las guerras de la OTAN y las masacres del sionismo, y a ordenar al conjunto de la sociedad argentina detrás de la guerra mundial que propicia la OTAN.

 Comité Editorial 
Política Obrera 
24/09/2024

jueves, 26 de septiembre de 2024

miércoles, 25 de septiembre de 2024

Sudán, de la revolución a la barbarie


Mapa político de Sudán 

Hay alrededor de 10 millones de desplazados 

La temporada de inundaciones y un brote de cólera le han añadido mayor dramatismo a la catástrofe humanitaria que sufre Sudán desde el comienzo de la guerra civil que estalló en abril de 2023. En total, son más de 20 mil los muertos, 10 millones los desplazados (dentro y fuera de las fronteras nacionales) y 25 millones las personas que padecen inseguridad alimentaria, a lo que se suman las denuncias de asesinatos contra civiles, violencia sexual y todo tipo de atrocidades por parte de los dos bandos enfrentados. 
 Las lluvias que empantanan los caminos dificultan el ingreso de la poca ayuda humanitaria que llega desde el exterior. Cuando los males llegan, parece que llegaran todos juntos. 

 Tercera guerra 

El tercer conflicto armado que atraviesa Sudán (o cuarto, si se añade la situación de Darfur) en su corta pero violenta historia desde que se independizó del Reino Unido, en 1956, enfrenta a las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS) del jefe de Estado, Abdel al-Burhan, con los paramilitares de las Fuerzas de Acción Rápida (FAR) de Mohamed Hamdan Daglo, alias “Hemdeti”, quien fue vice del primero hasta su ruptura definitiva. Habían sido socios en el golpe de Estado de octubre de 2021 que puso fin al gobierno de transición entre militares y sectores civiles (en rigor, algunos partidos políticos que pactaron con aquellos) surgido meses después del levantamiento popular que derribó al dictador Omar al-Bashir. 
 A diferencia de al-Burhan, educado en la Academia Militar de Jartum y miembro de la elite castrense, “Hemdeti” proviene de una fuerza paraestatal más plebeya, las Yanyaweed, que nació al amparo de al-Bashir para aplastar la sublevación de las poblaciones de agricultores de Darfur, en el oeste sudanés, musulmanas como sus rivales, pero de raíces negras (las etnias fur, masalit y zaghawa).
 Los soldados de “Hemdeti”, reclutados entre los pastores, históricamente enfrentados con los agricultores por los recursos de la zona (una puja agravada por la creciente desertificación asociada al cambio climático), se destacaron en la lucha por el uso de camionetas 4×4, camellos y caballos que les permitían combatir en zonas inaccesibles para el ejército regular. Las fuerzas de “Hemdeti” están acusadas de llevar a cabo una limpieza étnica contra sus adversarios, que siempre se han quejado de ser postergados por Jartum. 
 En 2013, esas milicias se convirtieron en las Fuerzas de Acción Rápida (FAR). Al-Bashir las conservó como un contrapeso de las fuerzas armadas, ante la eventualidad de alguna conspiración palaciega. Para 2019, contaban con 50 mil efectivos. Además, el control de minas de oro en Darfur había transformado a su jefe en uno de los hombres más ricos del país. Su armamento también había mejorado: sumaron blindados, drones y se dice que prestaron servicios en la invasión de Yemen, a sueldo de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes.
 Cuando la revolución de las masas sudanesas, detonada por un incremento en los combustibles, puso contra las cuerdas a al-Bashir, en 2019, el ejército y los paramilitares de “Hemdeti” lo abandonaron, pero montaron en su lugar un consejo militar que masacró las manifestaciones que reclamaban un gobierno civil y el cumplimiento de las demandas populares. En Sudán hubo casi una veintena de golpes o tentativas de golpes de Estado desde su independencia, y las fuerzas armadas son un imperio que cuenta con participación en cientos de empresas del sector de la construcción, la banca y las telecomunicaciones, entre otros rubros. 
 El golpe militar de 2021, pese a que enfrentó una resistencia popular, fue haciendo que la centralidad política pasara otra vez de las masas a los militares. Y este escenario se terminó de configurar con el estallido de la guerra, que tuvo como uno de sus desencadenantes la resistencia de las FAR a integrarse al ejército regular, o, al menos, versó sobre las condiciones de ese proceso de asimilación. 
 En poco más de un año de conflicto, las FAR lograron el dominio de todas las provincias de Darfur, excepto el norte. En la actualidad, combaten por la conquista de El-Fasher, su capital. Hay denuncias de un bloqueo draconiano sobre esta ciudad que habría conducido a una hambruna generalizada. Al mismo tiempo, los progresos de los paramilitares en la capital, Kartum, obligaron a al-Burhan a redirigir el gobierno a Puerto Sudán, una ciudad ubicada en las costas del Mar Rojo que es clave para la exportación de petróleo.

Petróleo y más guerras

 El “oro negro” ayuda a explicar la injerencia de algunos actores internacionales en el conflicto, pero también las guerras domésticas. Entre 1955 y 1972, más de un millón de personas murieron en la primera guerra civil, cuando las regiones del sur demandaron mayor autonomía y representación a Jartum. El pacto que cerró esa conflagración no resolvió los problemas de fondo, porque en 1983 estalló una segunda guerra que se extendió hasta 2005. Resultado: otro millón de muertes. El armisticio implicó un compromiso que condujo a la independencia del sur, tras un referéndum en 2011. El fin de la segunda guerra, además, supuso un acuerdo entre las partes para compartir los beneficios del petróleo, producido abundantemente en el sur, pero exportado a través de los puertos del Mar Rojo.
 Como si Sudán estuviera preñado por alguna maldición, no pasó mucho tiempo desde la independencia del sur hasta el estallido de su propia guerra civil, sangrienta como las otras, entre el presidente Salva Kiir y su vice Riek Machar, en donde se mezclaban también las cuestiones étnicas con las disputas económicas. Un acuerdo en 2018 puso fin a los enfrentamientos y abrió un periodo de transición. El dueto fuerte de Sudán del Sur promete la realización de elecciones en 2026.

 Intereses extranjeros 

Pero volviendo al conflicto en Sudán del norte, o Sudán a secas, hay que decir que son muchos los países indirectamente involucrados. Egipto es afín a al-Burhan, se supone que para mantenerlo como aliado en la disputa que El Cairo mantiene con Etiopía por la construcción de una represa en el Nilo (otra fuente potencial de guerra en África). Israel también apoyaría a al-Burhan, como parte de sus propios acuerdos con su vecino africano, y presuntamente con la mira puesta en los recursos hídricos sudaneses (Peoples Dispatch, 6/8). En cambio, los Emiratos Árabes están acusados de proporcionar armamento a las FAR de “Hemdeti”, lo cual, según algunos analistas, empuja a una intervención de Turquía en sentido contrario. Arabia Saudita se postula como mediador, pero hay quienes la ubican cerca del gobierno sudanés, al igual que Irán. 
 Estados Unidos promueve una negociación entre las partes, posiblemente para evitar un mayor estrés en el mercado petrolero, que está sacudido por la guerra en Ucrania, la situación de Medio Oriente y la crisis venezolana. Las exportaciones desde el sur se interrumpieron como consecuencia de la guerra civil, aunque un cónclave reciente entre los mandatarios de los dos Sudanes anunció una normalización del flujo.
 China parece mantener una postura neutral y se concentra en afianzar sus vínculos comerciales, mientras que Rusia, interesada en construir una base naval sobre el Mar Rojo, habría ido virando, según algunos analistas, de un apoyo a “Hemdeti” hacia al-Burhan (Política Exterior, 22/7). 
 A pesar de que no goza casi de ningún tipo de atención mediática, la guerra de Sudán es importante tanto por el sufrimiento inaudito de su pueblo como por los intereses internacionales involucrados. 
 Solo una nueva intervención de las masas, como durante la última Primavera Árabe, puede poner un freno a esta situación de barbarie. 

 Gustavo Montenegro

El sionismo desata una matanza en El Líbano


Todo indica que Israel avanza hacia una guerra abierta que le permita ocupar el sur de El Líbano. El objetivo, dicen, es restablecer una “franja de seguridad” en la frontera norte del país, zona que más de 60.000 israelíes debieron abandonar a partir de octubre del año pasado cuando Hezbollah comenzó a enviarles algunos misiles como recordatorio de que los palestinos no estaban solos. En su discurso en Washington, sin embargo, Benjamín Netanhayu se había descripto como una avanzada hacia una meta más ambiciosa: Teherán. 
 Muchos de los “refugiados” israelíes, que hace un año viven en hoteles o con parientes, diseminados por el resto de Israel, sin embargo, se han pronunciado contra una extensión de la guerra hacia El Líbano en la comprensión de que una invasión de destino incierto hará aún más lejano el regreso a su casa (Haaretz 24/9). 
 La ola inédita de bombardeos en el sur de El Líbano y otras partes del país que no cesan desde el viernes pasado tienen el sello de la masacre de población civil que caracteriza al régimen sionista: han dejado más de 560 muertos y 1.830 heridos, según informó el Ministerio de Salud libanés. El lunes fue el día más mortífero para el país desde su guerra civil de 15 años, que terminó en 1990. El Líbano es un país pequeño, de 10.000 km2, donde viven solo 6 millones de personas.
 La matanza llega tras una semana frenética de ataques israelíes a través del estallido de beepers, walkie Talkies y paneles solares que dejaron decenas de muertos y unos 4.000 heridos en un acto de terrorismo de masas. 
 Los medios occidentales describen a la milicia chiita “con sus redes interrumpidas, sus combatientes mutilados, sus líderes asesinados y su infraestructura militar bajo bombardeo constante, en la peor crisis en cuatro décadas” (BBC, 24/9). 
 El martes el Ejército israelí también bombardeó el barrio de Dahiye de Beirut, bastión de Hezbollah, con el objetivo de asesinar a un alto dirigente de la milicia Ali Karaki, jefe del frente sur. Se trata del segundo bombardeo allí desde el viernes pasado, cuando los sionistas mataron a dos jefes de las fuerzas de élite Radwan, Ibrahim Aqil y Ahmed Wahbi.
 “Estamos atacando la infraestructura de combate que Hezbolá ha estado construyendo durante los últimos 20 años. Y preparándonos para las siguientes fases”, se gratificó el jefe del ejército israelí, Herzi Halevi. La matanza iguala los días más sangrientos de la invasión de Gaza. 
 Aunque el principal portavoz militar de Israel, el contralmirante Daniel Hagari, dijo que el enfoque actual estaba centrado en una campaña aérea, no terrestre, “si Israel se queda sin otras formas de presión militar, una invasión sería una de las pocas opciones militares que le quedarían”, disculpa de antemano el New York Times (22/9). 
 De hecho, Netanyahu mantiene a miles de militares listos ante una posible invasión terrestre. “Tenemos varias divisiones ofensivas, altamente entrenadas y altamente motivadas que están listas, dispuestas y capacitadas para llevar a cabo esa misión”, afirmó uno de los jefes en la zona (El País, 24/9). Las tres divisiones, que fueron retiradas de Gaza, suman 15.000 efectivos. 
 Los israelíes instaron a la población civil a abandonar sus hogares “de inmediato”. “Si están ubicados en un edificio que pueda ser usado por Hezbollah, salgan del pueblo y no vuelvan hasta recibir otro mensaje”, es el mensaje que han recibido 80.000 residentes en sus teléfonos, en árabe y hebrero desde un número libanés. 
 La ruta de la costa libanesa colapsó con la huida de miles de familias. El gobierno abrió las escuelas para afrontar el “gran desplazamiento” de personas que se prevé. 
 “Estamos esperando el pirateo de plataformas y canales, como parte de la guerra psicológica”, ha declarado en una conferencia de prensa el ministro libanés de Comunicaciones, Ziad Makary. Las leyes internacionales prohíben expresamente este tipo de movilizaciones forzosas, aunque su finalidad sea atacar lugares en los que se encuentran milicianos armados. 
 En un mensaje grabado, Netanhayu aclaró “a los libaneses” que la guerra no es contra ellos y que después podrán “regresar sanos y salvos a casa”. Es la misma estrategia que Israel ha empleado con la población de Gaza, en muchos casos para bombardear después las caravanas de desesperados. En Gaza se cuentan 41.467 los muertos, la mayoría mujeres y niños, y bajo los escombros yacen por lo menos otros 10.000. The Lancet señala que la cifra ascendería a por los menos a 150.000 muertos. 
 Netanyahu ha admitido que se avecinan “días complejos”, en un mensaje grabado tras reunirse en la sede militar de Tel Aviv con el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y con Halevi. “Prometí que cambiaríamos el equilibrio de poder en el norte [de Israel] y es exactamente lo que estamos haciendo”, dijo. 
 Gallant afirmó que los ataques continuarán "hasta que logremos nuestros objetivos: devolver a los residentes del norte de Israel sanos y salvos a sus hogares". 
 Algunos expertos sugirieron que los recientes ataques habían debilitado en gran medida Hezbollah. “No tienen opciones”, afirmó Hilal Khashan, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Americana de Beirut. “Israel ha inutilizado a Hezbollah”.
 Sin embargo, otros no comparten tanto optimismo. “El conflicto podría convertirse en una situación sin salida, como la guerra de Gaza. Es un poco como decirle a Estados Unidos en 1980: 'Volvamos a Vietnam'”, dijo Daniel Byman, investigador del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington y ex funcionario del gobierno estadounidense. 
 “No va a ser un paseo por el parque» si hay una guerra a gran escala, coincidió Assaf Orion, un general de brigada retirado del ejército israelí. (WTJ, 24/9). 
 Israel se enfrenta a desventajas estratégicas. Hezbollah “no trataría de ganar una guerra contra Israel en un sentido convencional. Su objetivo sería más bien atrapar a las fuerzas israelíes en una guerra de desgaste, del mismo modo que Hamás, un grupo más pequeño y menos armado, ha logrado sobrevivir a los 11 meses de asalto israelí a Gaza”.
 En los últimos meses, Hezbollah habría acelerado sus preparativos bélicos, ampliando su arsenal y la red de túneles en el sur del Líbano, reubicando combatientes. «El sur es como una colmena en este momento», dijo un ex oficial de Hezbollah. 
 A pesar del golpe que el propio Hassan Nasrallah admitió que el golpe es muy importante, Hezbollah no solo no ha cesado de enviar misiles, sino que amplió el radio de llegada. Y son los suficientes como para que las alarmas suenen constantemente en todo el norte de Israel. Al punto que Gallant haya pedido a los israelíes que “muestren compostura, disciplina y obediencia total a las directivas del Comando de Defensa Civil” (BBC, 24/9).

 Olga Cristóbal
 24/09/2024

martes, 24 de septiembre de 2024

¿Qué significaría la “autorización” a Ucrania para atacar a Rusia con misiles de largo alcance?


Ante el derrumbe ucraniano en el frente, la escalada de la Otan 

 El debate internacional de las últimas semanas estuvo profundamente influido por intensos movimientos en torno a la posible “autorización” a Ucrania para el uso de misiles de largo alcance de la Otan sobre la profundidad del territorio ruso. 
 También corrieron ríos de tinta con noticias sobre una supuesta transferencia de misiles iraníes a Rusia (para justificar un eventual uso de misiles de la Otan) y con artículos de propaganda sobre el derecho de Ucrania a la “autodefensa”. 
 Sin embargo, como habíamos advertido en un artículo del 8/6, Ucrania ya ataca en profundidad a Rusia mediante el empleo de drones e inteligencia militar provistos por la Otan, pero se trata, en principio, de acciones que realiza el comando ucraniano. En contraste, habilitar el ataque a Rusia con misiles Storm Shadow de Inglaterra o Atacms de Estados Unidos exigiría un involucramiento mucho más directo de Washington e Inglaterra, que son quienes manejan los sistemas de codificación y de guiado para alcanzar los objetivos. 
 Ante esta posibilidad, Putin y el gobierno ruso dijeron abiertamente que ello traería aparejado un cambio en el carácter de la guerra, por lo que darían una respuesta a los beligerantes. 
 De momento, pareciera que la Casa Blanca no habilitaría de forma inmediata la llamada “autorización” y que Inglaterra no aceptaría el convite de actuar solo sin la participación de Estados Unidos. En un artículo del Times del 16/9, se afirma que el presidente ucraniano Volodomir Zelensky estaba “de rodillas” para que Gran Bretaña y Estados Unidos superaran sus miedos y mostraran decisión en este tema, pero Londres respondió que no iba a “actuar solo”. 
 La publicación, además, cometió el sincericidio de admitir que no solo Ucrania no puede realizar ese tipo de ataques sin la participación de Estados Unidos, sino que la propia Inglaterra carece de capacidad autónoma, dado que los sistemas de guía estadounidenses son el factor decisivo para alcanzar los objetivos. El artículo afirma también que el gobierno laborista de Keir Starmer “todavía cree que es probable que Estados Unidos dé luz verde en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, aunque hay una división en la administración Biden (sobre este tema)”.
 Los objetivos que Kiev pretende bombardear son variados. En ese sentido, “Ucrania entregó a Estados Unidos y Gran Bretaña una lista de objetivos potenciales en Rusia para ataques con armas occidentales” (Reuters, 14/9). Entre los blancos se encontrarían puestos de mando, depósitos de combustible y armas y áreas de concentración de tropas. 
 La misma publicación indica que, al principio, las autoridades ucranianas querían utilizar misiles Atacms para atacar bases aéreas rusas, pero que el Pentágono respondió que casi todos los aeródromos militares donde se encuentran las principales fuerzas de ataque de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas están fuera del alcance de estos misiles. 
 Además, el artículo de marras agrega que algunos estadounidenses se muestran escépticos sobre las perspectivas de atacar con sus armas. Y que señalan que Ucrania ya utiliza drones contra objetivos en lo profundo del territorio ruso, y que los misiles occidentales son “muy caros y limitados en número para cambiar la dinámica de las batallas”. 
 Como se ve, el pedido ucraniano de que la Otan ataque a Rusia, en gran medida carece de sentido militar para cambiar la actual dinámica del conflicto. Por ello, es claro que su finalidad solo pasa por producir un salto cualitativo en la escalada de la guerra. 
 Ciertamente, Ucrania busca provocar una respuesta rusa, sea con un ataque táctico nuclear a Ucrania o con un ataque a un país de la Otan que habilite el empleo del art. 5 de seguridad colectiva del tratado de la organización. ¿Por qué? Porque como se puede ver en el artículo sobre las novedades del frente (que publicaremos pronto en este mismo sitio), la guerra está muy inclinada en favor de Rusia, salvo, claro está, que se produzca una intervención directa de la Otan en el terreno. 
 Viendo el derrotero del conflicto, donde todas las líneas rojas de Moscú fueron cruzadas por la Otan -léase el envío de misiles Himars, Atacms, tanques alemanes, estadounidenses y de toda la Otan, munición de racimo y de uranio empobrecido, la transferencia de los F-16 o la invasión de territorio ruso en Kursk- la lógica indica que la decisión de “autorizar” a Ucrania ya fue tomada positivamente y que se está esperando el momento propicio para blanquearla. 
 Si bien es verdad que Rusia no respondió cuando la Otan cruzó las líneas rojas anteriores, porque quiere evitar un conflicto mayor con Estados Unidos y sus aliados, lo cierto es que la clara escalada que desenvuelve la alianza atlántica quita argumentos a los socios rusos de los Brics para llamar a Rusia a la “moderación” y al alto al fuego. 
 De momento, pareciera, por declaraciones de Putin y su ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, que luego de la invasión de Kiev en Kursk, China abandonó su política de contemporizar a Rusia y Ucrania. En gran medida, el despido de Dimitry Kuleba como ministro de exteriores ucraniano obedeció al malestar chino con su última visita a Pekín en la previa de la invasión a Kursk. Y, con toda esta campaña para que la Otan ataque a Rusia, Brasil e India, que vienen presionando por un plan de paz (que Zelensky rechazó públicamente), se quedarán sin argumentos al culminar la próxima cumbre de los Brics en Kazán, Rusia. 
 La izquierda obrera y socialista debe luchar por poner fin a la guerra a partir de la unión de los trabajadores de Rusia y de los países de la Otan bajo la premisa de que el enemigo principal está en su propio país. Por gobiernos de trabajadores que pongan fin a la matanza y traigan la paz entre los pueblos. 

 Facundo Miño

lunes, 23 de septiembre de 2024

Civilización humanista o barbarie nazi-fascista


“Entonces, ¿de qué sirve decir la verdad sobre el fascismo que se condena si no se dice nada contra el capitalismo que lo origina?”, Bertolt Brecht. 

 Entre los más amargos problemas que nos asfixian, está la crisis humanitaria generada por el capitalismo. Eso incluye la destrucción de la vida y del planeta, de la calidad de la vida en todas sus expresiones. Eso incluye la devastación de la integridad psicológica, moral, espiritual y ética de la inmensa mayoría de las personas. Eso implica la aniquilación consuetudinaria de la esperanza de vida buena, de la felicidad y de la alegría. Y así y todo está en pie la rebeldía humana inquebrantable, con su fuente de dignidad y su, aún inconclusa, unidad proletaria revolucionaria. 
 Podríamos tapizar páginas enteras con un numererío macabro. Estadísticas, encuestas, cálculos y proyecciones apocalípticas. Podríamos caer en la emboscada de los “datos duros” y en la tentación burguesa de deprimirnos y desmovilizarnos para regocijo de ellos. Podríamos salir en la “tele” como comentaristas doctos del epílogo histórico en los funerales de la “lucha de clases” y hecha la autopsia de las “izquierdas”. Podríamos, en suma, acudir al inventario completo de las canalladas ideológicas burguesas para colaborar en los frentes del fingimiento donde se incuban las expresiones nazi-fascistas nuevas y las renovadas también. 
 En el corazón de la crisis del capitalismo se incuban los virus del nazi-fascismo “nuevo” que “sí será televisado” porque, además de macabro, resulta ser para las burguesías un gran negocio y un espectáculo entretenido. En el alma misma del capitalismo que se pudre, está la desesperación mezclada con odio hirviendo en caldos de racismo, intolerancia, clasismo y petulancia. Sólo hay que ver los gestos de sus ideólogos y de sus sirvientes. En sus rostros se trasmina la irracionalidad individualista, el frenesí mercenario y la lujuria del racismo. Su negocio es demoler la verdad y la realidad para que reine el odio.
 En todo el planeta, las condiciones objetivas que determinan un estado de disputa interminable, dejan costos en la conciencia y en la práctica infestada con analfabetismos de género diverso, hambre multiforme, desempleo peripatético y todas las insalubridades imaginables. No hay palabrerío “en defensa de la humanidad” que valga si sólo es ilusionismo o filantropía de “buenos propósitos”. El planeta no es sólo geografía; es historia y sentido, sabores, olores y sabidurías gestadas por la lucha de clases que habita en todas las relaciones sociales y todas las escalas emocionales y simbólicas. No somos ingenuos en el territorio de las tensiones semánticas ni de sus terruños donde todo es corrupción, humillaciones y desprecio. El humanismo que no combate al nazi-fascismo es simplemente palabrerío de salón o engañifa de burócratas.
 Ahí donde la especie humana sea víctima de la triple extorsión patronal, fiscal, religiosa… hablar de humanismo es simplemente grotesco si no ofrecen instrumentos reales de transformación concreta en lugar de idilios escapistas. Es la realidad de la lucha lo que determina la conciencia. Semántica de combate. Por eso es imprescindible un plan de lucha anti-capitalista, antiimperialista, civilizatorio, de paz y humanista forjado con la fuerza de la organización que combate todo carácter individualista en un debate permanente y obligatorio entre Civilización o Barbarie. Esto es una asignatura pendiente e histórica, que va recorriendo las décadas en busca de una consonancia semiótica planetaria, es decir geo-semiótica, en la que se haga visible el poder crítico de la conciencia emancipadora en los territorios y se haga visible, también, la necesidad de una carta humanista revolucionaria capaz de transformar al humanismo.
 Contra el nazi-fascismo significa aquí el esfuerzo teórico-práctico por caracterizar la red compleja, diversa y dinámica de las batallas en la dialéctica del sentido, en las leyes generales de su desarrollo y en la red compleja y no pocas veces interconectada de los significados emancipatorios con que se organiza la identidad y la conducta de clase, sus basamentos filosóficos y sus expresiones morales y éticas. 
 Despleguemos todas las tareas que sean necesarias en la lucha contra el nazi-fascismo, en lo cotidiano y por la emancipación del sentido porque es un reto de urgencia crítica que compromete, de manera multidisciplinaria, a quien pretenda contribuir a orientar las luchas emancipatorias para oponerse a las formas dogmáticas, mecanicistas o esquemáticas con que se pretende resolver no sólo la problemática humana de nuestro tiempo, sino también la idea de ser humano separado del principio urgente de la justicia social. Hay que combatir el ilusionismo filantrópico con una declaración de acción concreta, revolucionaria, contra las ofensivas del neo-nazi-fascismo, donde reina lo inhumano del modo de producción dominante y de las relaciones de producción alienantes con todos sus significados. Sus medios y sus modos. 

 Fernando Buen Abad Domínguez | 23/09/2024

domingo, 22 de septiembre de 2024

Redes sociales, confundir, paralizar y polarizar


Ponemos el engaño en el centro de todo lo que hacemos

 El Informe Vrba-Wetzler, también conocido como el «Informe de Auschwitz», fue un documento crucial redactado en 1944 por dos prisioneros eslovacos que lograron escapar del campo de concentración de Auschwitz. Este informe constituye uno de los primeros relatos detallados de primera mano sobre las atrocidades cometidas en el campo de exterminio. 
 El documento proporcionaba descripciones minuciosas de la estructura y el funcionamiento del campo, las condiciones inhumanas a las que eran sometidos los prisioneros y los métodos sistemáticos de asesinato, con un enfoque particular en el uso de las cámaras de gas. Los prisioneros detallaron las operaciones de los crematorios, la llegada de trenes cargados de judíos provenientes de diversas partes de Europa, las estimaciones sobre la cantidad de personas asesinadas en Auschwitz. A pesar de la claridad y el detalle con que el informe revelaba los horrores de los campos de exterminio nazis, la respuesta internacional al Holocausto, en ese momento, fue lo que llamaríamos en la modernidad liquida, notablemente limitada.
Según el artículo Auschwitz, Gaza y la complicidad internacional, lo más sorprendente es cómo, a pesar de las advertencias detalladas, casi todo el mundo optó por darle la espalda. Esto es asombrosamente similar a la actualidad, las atrocidades diarias en Gaza y el genocidio en Sudán parecen ser ignoradas. Los medios de comunicación concentrados se encargan de invisibilizar Sudán y Gaza en favor de la cobertura de Ucrania. Además, no solo se limitan a desviar la atención; también se dedican a eliminar los sucesos en ambos lugares de las redes sociales. Los derechos de la mal llamada “plaza pública” a la autorregulación se han convertido en la nueva vedette, dominando la narrativa.
 La capacidad de las redes sociales de intervenir en las elecciones, no solo de Estados Unidos, sino de Brexit, Argentina, Brasil etc. son conocidas, como las preferencias de sus dueños, por ejemplo, en la interna Demócrata en 2019, para deshacerse de una de las candidatas del ala progresista del partido: Elizabeth Warren. Ella proponía según una grabación filtrada de una reunión publicada por The Verge, segmentar a las grandes empresas tecnológicas. Las plataformas que le había dado a Trump rienda suelta para mentir “para después pagarle a Facebook enormes sumas de dinero y difundir esas mentiras a los votantes estadounidenses”, entre Fake News y Trolls. 
 Después las principales redes sociales, Facebook, Twitter, YouTube, Instagram, desconectaron las cuentas del presidente Donald Trump. Un tiempo antes Kamala Harris se había retirado de la interna demócrata por tener sólo el 1% de los votos. Cuando fue convocada por Biden los magnates de las Big Tech respiraron tranquilos, Harris mantenía fuertes lazos con Silicon Valley, de su cercanía surgió la idea de un acuerdo. Las tecnológicas apoyarían la campaña de los Demócratas y ellos se comprometen a votar porque las empresas se autorregulen y no sea el gobierno quien ponga un marco regulatorio.
 Gran parte del público mundial se informa a través de las redes sociales y por lo tanto las mentiras y el apoyo de los dueños de las redes, puede inclinar la balanza hacia el partido elegido, multiplicando falsedades y eliminando cuentas de otras tendencias por contener “información sospechosa”, según ellos mismo. El escándalo de Cambridge Analytica, o el ceder Google datos a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), entre otras, para beneficio de sus propios intereses forma parte del combo información y datos, que de hecho influye en las tendencias y los humores de los votantes. En 2021 la administración Biden presionó a META para censurar contenidos relacionados con el Covid-19, o sea, dependiendo el viento las redes coexisten con el partido en el poder. 
 Esta es la respuesta, hoy, de Alexa, el asistente virtual creado por Amazon, y con el que puedes interactuar a través de los altavoces inteligentes. Si quieres saber porque votar a Trump, Alexa no puede contestar, pero por Kamala Harris…….. 
 La censura en las redes sociales son el principal punto, así como definir qué servicio están prestando, qué es lo que están ofreciendo y qué son realmente. ¿Tenemos que definir qué son? La indefinición de lo que hace es que no se le aplique ninguna regulación específica. ¿Son un medio? Cuando brindan este espacio, ¿lo brindan desde su calidad de un medio de comunicación tradicional? Una vez definido lo anterior hay, al menos, un puñado de discusiones acerca de las redes sociales, plataformas e Inteligencia Artificial que debería darse. Si son un monopolio, debate casi saldado, y ¿quién debe regularlas, y que contenido se debe regular? Estas ideas tienen como veremos, componentes económicos, políticos, de inteligencia, vigilancia y manipulación. 
 Respecto de la primera parte, en 2020 se realizó un informe de más de 400 páginas, escrito por el Subcomité Judicial de la Cámara de Representantes sobre Antimonopolio, cuya conclusión fue “… las empresas que alguna vez fueron startups luchadoras y desfavorecidas que desafiaron el status quo se han convertido en el tipo de monopolios que vimos por última vez en la era de los barones del petróleo y los magnates de los ferrocarriles” (el informe está aquí). 
 La segunda parte, por un lado, se encuentra la regulación gubernamental que busca imponer límites a las grandes plataformas para proteger la privacidad, la competencia, y garantizar la seguridad de los usuarios. Un ejemplo claro es la Ley de Servicios Digitales en la Unión Europea, que exige transparencia en los algoritmos y en la publicidad digital, con el fin de reducir el abuso de poder de las grandes empresas tecnológicas y evitar la distorsión del mercado, teniendo acceso a la información privada, caso Telegram. 
 Europa, al no tener una red social propia necesita acceso al algoritmo, caso contrario se arresta a Pavel Durov fundador de Telegram para que lo permita. En cuanto a la legislación plantea preocupaciones sobre la censura y la libertad de expresión, dado que la regulación podría llevar al control de contenido en función de criterios políticos o sociales, como se observó con la suspensión de cuentas de figuras públicas en momentos críticos, incluyendo el expresidente de EE.UU, Donald Trump​. 
 Por otro lado, la autorregulación que ofrece a las redes sociales la posibilidad de controlar su propio contenido y ajustarse a sus propios estándares. La falta de transparencia y la posibilidad de que las empresas prioricen sus beneficios sobre la seguridad del usuario, ha resultado lo usual. Además, expertos argumentan que estas plataformas no deben ser vistas como espacios públicos tradicionales, sino como empresas privadas que imponen sus reglas, lo que crea un vacío legal en cuanto a su regulación​. 
 En lo que al artículo atañe, la autorregulación de las redes sociales en Gaza y Sudan pueden ser un salvavidas o la invisibilidad total. La gente se mantiene al tanto mediante videos, mensajes de texto y mensajes de voz, junto con las declaraciones oficiales de los organismos gubernamentales, para saber que hacer. Pero conseguir información dentro y fuera de Gaza es cada vez más complicado. 
 Los ataques interrumpieron los servicios de internet y electricidad, amen que Israel comunicó que cortaría el acceso de Gaza a la web. Desde entonces, los servicios han sido intermitentes. Para agravar aún más la situación, los palestinos y sus simpatizantes alegan que las plataformas de redes sociales, en particular Instagram, que es una herramienta de comunicación fundamental en la región, están haciendo supresión disimulada de sus contenidos, quitándoles prioridad algorítmica para que sean más difíciles de encontrar. 
 Meta, firma sospechada históricamente, si la hay, propietaria de Instagram, niega que esto esté ocurriendo, calificando los problemas como un “fallo técnico”, pero este supuesto fenómeno lleva años documentándose. Estos cortes de información agravan el sufrimiento de quienes huyen de los ataques o se encuentran en las líneas de combate. En las redes sociales, el baneo en la sombra es difícil de demostrar. Pero usuarios de todo el mundo manifiestan que las publicaciones con contenido palestino o menciones a Gaza obtienen un número de visitas y una participación inusualmente bajos. 
 En Sudán, la X de Elon Musk permite a los paramilitares blanquear su imagen. La guerra civil y la catástrofe humanitaria de Sudán han quedado eclipsadas en las noticias internacionales por los conflictos en Ucrania y la guerra de Israel en Gaza. Sin embargo, lo que comenzó en abril de 2023 como una violenta lucha de poder entre dos caudillos rivales ha devastado desde entonces a toda la nación. Aunque el número oficial de muertos se sitúa en casi 18.000, fuentes no oficiales afirman que han muerto más de 100.000 personas; dos millones de refugiados han huido a países vecinos; y al menos 10 millones más de personas están desplazadas internamente 
 Las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS) al estar en el gobierno tiene acceso sin trabas a los canales de comunicación del gobierno y a los medios de comunicación afines. Mientras que las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) de la oposición han hecho un amplio uso de la propaganda digital. Las RSF —una fuerza paramilitar— siguen promoviéndose en Internet como agentes de la democracia, a pesar de que existen pruebas creíbles de que el grupo es responsable de continuas atrocidades. Están usando X para comunicarse con el mundo occidental, en X, publican en inglés, en cambio, en Facebook, intentaban comunicarse con el pueblo sudanés y publicaban principalmente en árabe. 
 La desinformación tiene como objetivo confundir, paralizar y polarizar a la sociedad en general con fines políticos, militares o comerciales a través de campañas orquestadas para difundir estratégicamente contenido mediático engañoso o manipulador. El contenido engañoso en línea es un gran negocio. El mercado de la publicidad digital vale actualmente 625.000 millones de euros y su modelo de negocio es sencillo: más clics, visualizaciones o interacción significan más dinero de los anunciantes. El contenido incendiario e impactante (sea cierto o no) es una forma fácil de llamar nuestra atención, lo que significa que los anunciantes pueden acabar financiando noticias falsas y discursos de odio.
 El modelo de negocio de las redes sociales funciona de la siguiente manera: las plataformas nos ofrecen información y entretenimiento gratuito y hacen todo lo posible para mantenernos interesados. Mientras consumimos el contenido, la plataforma recopila nuestros datos, que luego se procesan en análisis predictivos, la información que se utiliza para orientar los anuncios. Los anunciantes pagan por estos análisis para impulsar sus campañas publicitarias dirigidas. 
 La mayoría de las plataformas tienen un incentivo financiero para maximizar la participación en línea, lo que significa que cualquier contenido, veraz o no, que reciba clics, me gusta y comentarios es muy valorado. Los influencers que comparten contenido polémico e incendiario pueden volverse ricos, lo que a menudo lleva a otros a copiar su estilo. Por lo tanto, no es sorprendente que muchos creadores publiquen contenido confrontativo, simplista y cargado de emociones con narrativas de «nosotros contra ellos», los Troll libertarios de Milei. 
 Las empresas de tecnología publicitaria operan sin rendición de cuentas ni supervisión, por lo que cuando una marca paga a una empresa de tecnología publicitaria para colocar sus anuncios, también subcontrata su responsabilidad. Por lo tanto, una marca podría terminar, sin saberlo, financiando desinformación sobre grandes eventos globales como la guerra entre Rusia y Ucrania y la guerra entre Israel y Palestina. A pesar de iniciativas recientes como el Código de buenas prácticas de la UE sobre desinformación, el Índice de Desinformación Global (GDI) sigue observando que marcas de alto perfil financian fuentes de desinformación en línea. Esta vía de financiación se establece a través de la publicidad en línea, a menudo sin que la marca sepa dónde se colocan sus anuncios, ¡supongamos!
 ¿Quién decide qué es seguro que las marcas utilicen para anunciar y quién decide qué constituye desinformación en una época en la que las noticias se transmiten tan rápido y las figuras públicas pueden hablar directamente a sus audiencias? Siempre que exista una oportunidad para que un estafador entre y estafe a alguien… intentará hacerlo. Si no regulamos y ponemos fin a esta locura, las cosas irán mucho peor. 

 Alejandro Marcó del Pont | 16/09/2024

sábado, 21 de septiembre de 2024

Terrorismo sionista en El Líbano: Israel ingresa “en una nueva fase de la guerra”


El jefe de Hezbollah, Hassan Nasrallah, tras tres días de terror en El Líbano, el jueves habló por la televisión y calificó el ataque sionista como “un acto de guerra” y “un golpe severo y cruel” contra su organización. Hezbollah es un partido de masas de los chiítas de El Líbano, aliado a Irán. Es el más poderoso de su país, con presencia parlamentaria -hace unos años fueron el bloque mayoritario-, una milicia poderosa y una extendida organización social en distintos estamentos del Estado. 
 El martes, Israel, en un acto de terrorismo de masas largamente preparado por la inteligencia y el ejército sionistas, hizo detonar miles de beepers. Un día después, estallaron miles de walkie talkies, paneles solares y otros dispositivos que dejaron por lo menos 37 muertos y 4000 heridos; “las escenas, devastadoras, continúan sucediéndose en todo el Líbano” (CNN, 19/9). 
 Los hospitales libaneses colapsaron; solo el primer día hubo 450 operaciones por las graves heridas en los ojos y el rostro. La gente acudió en masa a los hospitales de todo el Líbano, muchos habían perdido los ojos o las manos o habían sufrido graves lesiones abdominales. La OMS informó cientos de amputaciones (1). 
 Según el Ministerio de Sanidad libanés, entre las víctimas había mujeres, niños y ancianos, así como trabajadores médicos y funcionarios. 
 Mientras hablaba Nasrallah, el estruendo de los aviones de guerra sionistas se oía sobre Beirut “y hacían temblar algunos edificios”. Israel bombardeó más de un centenar de puntos en el sur del Líbano, “uno de los ataques más intensos del último año de conflicto en la región” (The Washington Post, 19/9). En el bombardeo de dos edificios residenciales sobre Beirut, los sionistas asesinaron al jefe de la unidad de élite de Hezbollah, Al Radwan, Ibrahim Aqil, y a otros nueve miembros.

 “Una nueva fase de la guerra” 

Los analistas militares han coincidido en que “la sofisticada y compleja operación tenía el sello de la agencia de inteligencia israelí, el Mossad, que tiene un historial de llevar a cabo asesinatos selectivos en el extranjero”, el último el de uno de los jefes de Hamas, Ismail Haniyeh, en Teherán. La bomba que mató a Haniyeh habría sido colocada con dos meses de anticipación.
 Refael Franco, exjefe de la Dirección Cibernética Nacional de Israel, dijo que la operación probablemente constó de varias partes: «Estudiar toda la cadena de suministro de Hezbollah; después, hacer que Nasralá se convenciera de que había que cambiar los sistemas de comunicaciones del grupo; después, en tercer lugar, asegurarse de que Hezbolá comprara -entre todas las demás alternativas- los *beepers *al proveedor operativo». 
 “El proveedor operativo”, como dice Franco, es el fabricante taiwanés de *beepers *Gold Apollo, que negó haber fabricado los aparatos que explotaron y aseguró que fueron «gestionados íntegramente» por una empresa húngara llamada BAC Consulting KFT. El gobierno húngaro, aliado incondicional de Israel, aseguró que “los dispositivos en cuestión nunca han estado en Hungría”. 
 El ataque, opinó Francos, habría dado tiempo a Netanyahu para decidir si libra una guerra a gran escala, tomando en cuenta que “el arsenal de Hezbolá podría desbordar los sistemas de defensa antimisiles israelíes y podría atraer a Irán”. 
 La decisión parece estar tomada: el miércoles, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, informó que la 98ª División del Ejército, que incluye comandos y paracaidistas, está siendo transferida de Gaza al norte de Israel. Un día después, Gallant explicó que se había entrado en «una nueva fase de la guerra» y que el ‘centro de gravedad’ se estaba moviendo hacia el norte, “lo que significa que estamos asignando fuerzas, recursos y energía para el escenario norte”, agregó. 
 En tanto, el gobierno de Biden y sus comparsas europeos justifican el acto de terrorismo de masas como una represalia de Israel a los ataques del “grupo terrorista” Hezbollah. La BBC de Londres -insospechable de antisionismo- “verificó” que el 78 % de los ataques en la frontera han sido cometidos por Israel. 
 La portavoz del Pentágono, Sabrina Singh, en conferencia de prensa, aseguró que Estados Unidos está listo para proteger a Israel ante cualquier ataque que pueda llegar como represalia a las explosiones que sufrió Hezbollah. 
 El traslado de las fuerzas israelíes al norte no significa ningún alivio para los palestinos en Gaza, que sigue totalmente sitiada y sometida a una hambruna, sin agua, sin electricidad y casi sin la atención médica. Esta semana, Israel ha bombardeado refugios y escuelas de la ONU. 
 El imperialismo avanza vertiginosamente en su loca carrera bélica; solo el puño de la clase obrera podrá detenerlo.

 Olga Cristóbal 
 20/09/2024 

(1) Las amputaciones son una de las lesiones favoritas de los israelíes. Hay miles de amputados -sobre todo niños- en Gaza pero también es un castigo que se inflige a los presos palestinos en las cárceles sionistas. Algunos médicos israelíes dijeron que los palestinos detenidos están siendo sometidos a amputaciones "de rutina" por lesiones por las esposas.

CON FILO | Entre el trumpismo y el fascismo


jueves, 19 de septiembre de 2024

Polaris Dawn: una misión espacial “no profesional” con fines políticos, bélicos y comerciales


La misión Polaris Dawn ha pasado a ocupar la primera plana de la prensa internacional debido a la acumulación de ciertos “hitos” y “récords” asociados a la exploración espacial. En primer lugar, es el primer viaje espacial netamente financiado por inversionistas privados que realiza una caminata espacial a cargo de dos civiles, el magnate Jared Isaacman y la ingeniera de SpaceX Sarah Gillis. En segundo lugar, es el viaje espacial que más se ha alejado de la Tierra, unos 1.400 km, desde la finalización de las expediciones Apolo de la NASA. La caminata se produjo aproximadamente a la mitad de dicha altitud, 700 km, muy superior a la de la Estación Espacial Internacional (EEI). El tercer “hito” podría ubicarse en el debut de los nuevos trajes espaciales desarrollados por la propia empresa SpaceX, fundada en 2002 por Elon Musk. 
 El principal objetivo de las misiones impulsadas por Musk es sentar las bases de una colonización de Marte por parte de la humanidad, por lo que Polaris partió con una extensa lista de “experimentos” para conocer más en profundidad el síndrome de adaptación espacial, una condición profundamente incómoda que afecta a aproximadamente 1 de cada 2 personas que viaja en órbita, según detalla la CNN. Isaacman y Musk son dos convencidos de la necesidad de vivir en otros planetas, por lo cual han planteado la necesidad de economizar su valor para una producción en serie. 
 La expedición Polaris Dawn fue la primera de una serie de tres viajes englobados en el programa Polaris, que tendrán lugar en los próximos años; en todas ellas se espera que participen civiles no profesionales. El entrenamiento de los cuatro tripulantes duró más de dos años, recreando los ejercicios y estudios que realizan los astronautas profesionales. Isaacman, que fue el primero en realizar una actividad extravehicular (EVA), ingresó de esta manera en un selecto grupo de menos de 300 personas que han “caminado” por el espacio, lista iniciada por el soviético Alexei Leonov en 1965. El novedoso traje desarrollado por SpaceX busca adaptarse al cuerpo humano y dejar atrás la imagen ya icónica del astronauta recubierto por un gran traje blanco que dificulta su movilidad. Isaacman y Gillis hicieron, sin dejar de tener contacto con la nave en todo momento, diversos estiramientos y flexiones de sus extremidades para comprobar la utilidad de los trajes en el espacio. La intención de las otras expediciones Polaris es profundizar en este camino, con actividades cada vez más audaces y arriesgadas, en sintonía con las que se realizan en todas las expediciones profesionales. A pesar de estos éxitos, hubo algunos fallos. “Isaacman tuvo que abrir manualmente la escotilla en lugar de pulsar un botón a bordo. Antes de salir, Gillis dijo haber visto abultamientos en la junta de la escotilla”, relata la Associated Press.

 “Construir una economía espacial estadounidense vibrante”

 El director de la NASA, Bill Nelson, tras las imágenes difundidas por los tripulantes, no dudó en comentar en la aplicación X -del propio Musk-: “¡Felicidades @PolarisProgram y @SpaceX por la primera caminata espacial comercial de la historia!”, escribió Nelson. “El éxito de hoy representa un paso de gigante para la industria espacial comercial y el objetivo a largo plazo de @NASA de construir una economía espacial estadounidense vibrante” (CNN, 13/09). 
 Este saludo no tiene ninguna intención científica, sino comercial: SpaceX hace años se ha convertido en el principal proveedor de la NASA; su involucramiento en los acuerdos militares y logísticos es total. No debemos olvidar que Musk ha intervenido de manera directa en la provisión vía satelital de un “domo cibernético” al alto mando ucraniano para evitar hackeos rusos desde el comienzo del conflicto bélico en Europa. Estados Unidos ha pasado a financiar directamente los costos de esta operación, tras los reclamos y amenazas de Musk sobre los altos costos del mismo (20 millones de dólares mensuales aproximadamente). 
 Al mismo tiempo, la pretensión de impulsar “una economía espacial estadounidense” desnuda la extensión de una guerra comercial y militar al ámbito del desarrollo aeroespacial. La “guerra de las galaxias” que había sido impulsada por los avances técnico-científicos soviéticos y estadounidenses en el marco de la Guerra Fría, aparentemente abandonado en pos de una colaboración internacional condensada en la Estación Espacial Internacional, ha sido dejada de lado para intensificar la competencia en este terreno en el marco de una guerra mundial en desarrollo. Musk agrega a este propósito la necesidad de una explotación privada de esos beneficios. La privatización creciente de toda la actividad espacial se ha intensificado a medida que se descubren diversas posibilidades de extracción y explotación de diversos minerales -como los descubrimientos realizados por China en el denominado lado oscuro de la Luna-, que permitirían reducir la dependencia del litio y otros minerales escasos asociados a los semiconductores, cruciales en todo el negocio tecnológico y militar.
 La depredación capitalista del ambiente se extiende como un pulpo al espacio exterior cercano, así lo demuestra el “cementerio espacial” que ha crecido en volumen y densidad de manera considerable en sólo 30 años. Lo mismo vale para la utilización del desarrollo técnico-científico con respecto a los intereses voraces del lucro privado; el pronóstico realizado por León Trotsky sobre la conversión de las fuerzas productivas en fuerzas destructivas adquiere todo su valor al calor de la guerra mundial y los objetivos estratégicos del imperialismo mundial.

 Joaquín Antúnez 
 16/09/2024

miércoles, 18 de septiembre de 2024

Con un mes sin bloqueo Cuba podría adquirir todos su medicamentos


Ola de atentados en El Líbano: el sionismo es un régimen de asesinato de masas


A pesar de que Israel aún no ha reclamado el galardón por asesinar el martes 12 personas -incluidos una nena y un nene de 9 años- y de haber herido a otras 4.000 -300 de toda gravedad-, nadie desmiente que el estallido de los beepers -unos pequeños dispositivos de mensajería- en El Líbano fue producto de “una operación conjunta del servicio de inteligencia israelí, el Mossad, y el ejército israelí” (NYT, 18/9)
 El martes, a las 15, los dispositivos portátiles explotaron simultáneamente en las calles, comercios, viviendas, dentro de autos y en las instituciones sanitarias, educativas y de la administración del Estado donde trabajan miembros de Hezbollah, que utiliza los beepers desde que detectó que la inteligencia sionista controlaba sus celulares. 
 El miércoles, un día después, se produjeron nuevas explosiones en handies, paneles solares y otros aparatos de Hezbollah en Beirut, el norte y el sur del país. Al momento se cuentan 9 muertos más y cientos de heridos. Varias de las explosiones se produjeron en el funeral de tres miembros de Hezbollah y un niño muertos ayer por la explosión de unos beeper, según informaron periodistas de Associated Press en el lugar de los hechos.
 Las calles de Beirut se llenaron de personas sangrando profusamente, con heridas en los ojos y el rostro. Según el Ministerio de Salud libanés, el primer día se efectuaron 460 operaciones. El diario Aurora, de Tel Aviv, ofrece la versión sionista: eran 4.000 terroristas, por algo usaban beeper. Incluidos, se ve, los niños de 9 años, los trabajadores de la salud y los ancianos postrados.
 Hezbollah compró una partida de miles de beeper hace meses, según una fuente de seguridad libanesa. Los dispositivos explotaron simultáneamente tras recibir un mensaje. Una fuente de seguridad afirmó que los handies se compraron hace cinco meses al mismo tiempo que los beepers. 
 Israel colocó los explosivos junto a la batería de cada aparatito, así como un detonador a larga distancia, informó el New York Times, citando a funcionarios estadounidenses y de otros países. La Inteligencia israelí habría logrado ocultar material explosivo dentro de un lote de unos 3.000 beeper importados a El Líbano. Les introdujo material explosivo de entre 30 y 60 gramos junto a la batería y un sistema que podía activarse de forma remota para la detonación a su llegada a territorio libanés. Los beepers estarían distribuidos en Líbano, Siria e incluso Irán. 
 La empresa taiwanesa Gold Apollo, identificada por algunos funcionarios como el fabricante de los dispositivos, ha negado su participación, afirmando que los beepers fueron fabricados por una compañía europea, con dirección en Hungría, como parte de un acuerdo de licencia. "Esta operación es básicamente el 7 de octubre de Hezbollah", dijo Mohanad Hage Ali, investigador senior en el Centro Carnegie para Oriente Medio en Beirut, comparando las fallas de seguridad del grupo con las que permitieron a su aliado Hamás atacar a Israel el año pasado, comenzando la guerra en Gaza. "Es una gran bofetada."
 Los integrantes de Hezbollah calificaron el ataque como la “mayor violación de seguridad” que ha sufrido el grupo desde el comienzo de la guerra en la zona y prometieron una venganza memorable. Hezbollah dijo que al menos ocho de sus combatientes han sido asesinados. El embajador de Irán en Líbano, Mojtaba Amini también fue herido y fue evacuado a Teherán. Expertos en seguridad israelíes le bajaron el precio a lo que llamaron una “demostración llamativa de la destreza tecnológica de Israel” pero a la que no le ven “impacto estratégico” porque no detendrá los ataques de Hezbollah mientras decenas de miles de israelíes residentes del norte de Israel hace un año que reclaman regresar a sus hogares. 
 “Si cree que con esto los colonos del norte de Palestina (los habitantes del norte de Israel) podrán volver a sus hogares le digo a (el primer ministro israelí, Benjamín) Netanyahu que no conseguirá ese objetivo y que verá en los próximos meses cómo es así”, dijo uno de los líderes chiitas en los funerales. La operación parece ser parte de los esfuerzos del gobierno de Netanhayu por convertir la masacre en Gaza y Cisjordania en una guerra regional, como el mismo Netanhayu predicó hace unos meses en Washington. Israel comenzó a desplazar más tropas a su frontera con Líbano el miércoles como medida de precaución.´
Según en New York Times, “es posible que los militares israelíes temieran que Hezbollah hubiera descubierto el sabotaje de los beepers y que esto los haya llevado a hacerlos estallar de inmediato”. Esta versión fue confirmada por fuentes de inteligencia a escala regional al medio Al Monitor, según cita el diario israelí Haaretz 
 En la misma línea, algunos comentaristas se preguntan si este atentado de masas no decidirá a Irán a finalmente responder al asesinato de Ismail Haniya, líder de Hamás, eliminado en Teherán el pasado 31 de julio (El País 18/9). 
 Ayman Safadi, el ministro de Asuntos Exteriores de Jordania, una aliado incondicional del sionismo, culpó a Israel del ataque y dijo que estaba aumentando la probabilidad de una escalada militar. “Israel está empujando a toda la región hacia el abismo de una guerra regional”, dijo Safadi a los periodistas. “Una guerra así tendría repercusiones drásticas no sólo para la región, sino para el mundo.” 
 Hezbollah dijo en un comunicado el miércoles por la mañana que continuaría sus ataques normales contra Israel como parte del apoyo a Hamas y a los palestinos de Gaza. 
 “Este camino es continuo y separado del difícil ajuste de cuentas que el enemigo criminal debe esperar por su masacre del martes”, dijo. “Este es otro ajuste de cuentas que llegará, si Dios quiere”.

 Olga Cristóbal 
 18/09/2024

Ola de atentados en El Líbano: el sionismo es un régimen de asesinato de masas


A pesar de que Israel aún no ha reclamado el galardón por asesinar el martes 12 personas -incluidos una nena y un nene de 9 años- y de haber herido a otras 4.000 -300 de toda gravedad-, nadie desmiente que el estallido de los beepers -unos pequeños dispositivos de mensajería- en El Líbano fue producto de “una operación conjunta del servicio de inteligencia israelí, el Mossad, y el ejército israelí” (NYT, 18/9)
 El martes, a las 15, los dispositivos portátiles explotaron simultáneamente en las calles, comercios, viviendas, dentro de autos y en las instituciones sanitarias, educativas y de la administración del Estado donde trabajan miembros de Hezbollah, que utiliza los beepers desde que detectó que la inteligencia sionista controlaba sus celulares. 
 El miércoles, un día después, se produjeron nuevas explosiones en handies, paneles solares y otros aparatos de Hezbollah en Beirut, el norte y el sur del país. Al momento se cuentan 9 muertos más y cientos de heridos. Varias de las explosiones se produjeron en el funeral de tres miembros de Hezbollah y un niño muertos ayer por la explosión de unos beeper, según informaron periodistas de Associated Press en el lugar de los hechos.
 Las calles de Beirut se llenaron de personas sangrando profusamente, con heridas en los ojos y el rostro. Según el Ministerio de Salud libanés, el primer día se efectuaron 460 operaciones. El diario Aurora, de Tel Aviv, ofrece la versión sionista: eran 4.000 terroristas, por algo usaban beeper. Incluidos, se ve, los niños de 9 años, los trabajadores de la salud y los ancianos postrados.
 Hezbollah compró una partida de miles de beeper hace meses, según una fuente de seguridad libanesa. Los dispositivos explotaron simultáneamente tras recibir un mensaje. Una fuente de seguridad afirmó que los handies se compraron hace cinco meses al mismo tiempo que los beepers. 
 Israel colocó los explosivos junto a la batería de cada aparatito, así como un detonador a larga distancia, informó el New York Times, citando a funcionarios estadounidenses y de otros países. La Inteligencia israelí habría logrado ocultar material explosivo dentro de un lote de unos 3.000 beeper importados a El Líbano. Les introdujo material explosivo de entre 30 y 60 gramos junto a la batería y un sistema que podía activarse de forma remota para la detonación a su llegada a territorio libanés. Los beepers estarían distribuidos en Líbano, Siria e incluso Irán. 
 La empresa taiwanesa Gold Apollo, identificada por algunos funcionarios como el fabricante de los dispositivos, ha negado su participación, afirmando que los beepers fueron fabricados por una compañía europea, con dirección en Hungría, como parte de un acuerdo de licencia. "Esta operación es básicamente el 7 de octubre de Hezbollah", dijo Mohanad Hage Ali, investigador senior en el Centro Carnegie para Oriente Medio en Beirut, comparando las fallas de seguridad del grupo con las que permitieron a su aliado Hamás atacar a Israel el año pasado, comenzando la guerra en Gaza. "Es una gran bofetada."
 Los integrantes de Hezbollah calificaron el ataque como la “mayor violación de seguridad” que ha sufrido el grupo desde el comienzo de la guerra en la zona y prometieron una venganza memorable. Hezbollah dijo que al menos ocho de sus combatientes han sido asesinados. El embajador de Irán en Líbano, Mojtaba Amini también fue herido y fue evacuado a Teherán. Expertos en seguridad israelíes le bajaron el precio a lo que llamaron una “demostración llamativa de la destreza tecnológica de Israel” pero a la que no le ven “impacto estratégico” porque no detendrá los ataques de Hezbollah mientras decenas de miles de israelíes residentes del norte de Israel hace un año que reclaman regresar a sus hogares. 
 “Si cree que con esto los colonos del norte de Palestina (los habitantes del norte de Israel) podrán volver a sus hogares le digo a (el primer ministro israelí, Benjamín) Netanyahu que no conseguirá ese objetivo y que verá en los próximos meses cómo es así”, dijo uno de los líderes chiitas en los funerales. La operación parece ser parte de los esfuerzos del gobierno de Netanhayu por convertir la masacre en Gaza y Cisjordania en una guerra regional, como el mismo Netanhayu predicó hace unos meses en Washington. Israel comenzó a desplazar más tropas a su frontera con Líbano el miércoles como medida de precaución.´
Según en New York Times, “es posible que los militares israelíes temieran que Hezbollah hubiera descubierto el sabotaje de los beepers y que esto los haya llevado a hacerlos estallar de inmediato”. Esta versión fue confirmada por fuentes de inteligencia a escala regional al medio Al Monitor, según cita el diario israelí Haaretz 
 En la misma línea, algunos comentaristas se preguntan si este atentado de masas no decidirá a Irán a finalmente responder al asesinato de Ismail Haniya, líder de Hamás, eliminado en Teherán el pasado 31 de julio (El País 18/9). 
 Ayman Safadi, el ministro de Asuntos Exteriores de Jordania, una aliado incondicional del sionismo, culpó a Israel del ataque y dijo que estaba aumentando la probabilidad de una escalada militar. “Israel está empujando a toda la región hacia el abismo de una guerra regional”, dijo Safadi a los periodistas. “Una guerra así tendría repercusiones drásticas no sólo para la región, sino para el mundo.” 
 Hezbollah dijo en un comunicado el miércoles por la mañana que continuaría sus ataques normales contra Israel como parte del apoyo a Hamas y a los palestinos de Gaza. 
 “Este camino es continuo y separado del difícil ajuste de cuentas que el enemigo criminal debe esperar por su masacre del martes”, dijo. “Este es otro ajuste de cuentas que llegará, si Dios quiere”.

 Olga Cristóbal 
 18/09/2024