Javier Milei concurrió a un Congreso vaciado a escenificar una afrenta contra los trabajadores, los jubilados y todo el pueblo argentino. El discurso motivó una huida masiva de la audiencia de los canales que transmitieron la cadena nacional, mostrando el retroceso en la consideración pública que va sufriendo el gobierno nacional.
En su discurso, y como lo señaló Gabriel Solano, anunció un esquema de déficit cero similar al que llevó al helicóptero a De La Rúa y su ministro, el héroe de Milei, Domingo Cavallo. Recurrió a las remanidas frases de “achicar el Estado para agrandar la Nación” en un revival del ministro de Economía del genocida Videla bajo la dictadura militar. Justificó, bajo el argumento de la defensa del equilibrio fiscal, los vetos tanto al proyecto de aumento mísero a las jubilaciones votado por el Congreso, como al aumento del presupuesto para las universidades nacionales.
Milei reclamó a las provincias un ajuste de 60.000 millones de dólares, un mandato que apunta a golpear fuertemente los gastos provinciales, que son los encargados de sostener la educación y la salud. Los resultados del ajuste en las provincias pueden verse por ejemplo en Santa Fe, donde recientemente se aprobó una brutal reforma jubilatoria que estira la edad jubilatoria mientras golpea a los salarios y condena al hambre a las jubilaciones de docentes y estatales.
El método para alcanzar el superávit fiscal que anunció Milei es significativo. En primer lugar, dice, se establecerán los recursos para el pago de la deuda, y luego se ajustarán los gastos a los recursos restantes. O sea, que los recursos para la educación, la salud o la obra pública pueden ser borrados del mapa, pero se garantiza sin atenuantes a los banqueros y acreedores internacionales. El fundamento de esta tesis es que “la deuda es hija del déficit”, cuando en realidad la deuda ha sido producto de enormes fraudes del capital financiero, de los cuales fueron protagonistas los Caputo, con el endeudamiento con Macri, Sturzenegger, autor del “blindaje” y el “megacanje”, que multiplicaron la deuda con De la Rúa, o los empresarios del cuño de Macri, que se beneficiaron con la nacionalización de las deudas privadas de la dictadura militar.
Esta política de reducción del déficit no solamente está condenando a trabajadores y jubilados al hambre, sino que está hundiendo a la Argentina en una recesión cada vez más profunda, que a su vez, reduce los ingresos estatales y fuerza a un mayor ajuste. Mientras tanto, se reducen los impuestos para los millonarios (con la rebaja de bienes personales) o para los grandes proyectos de inversión, como lo muestra el Rigi.
Las promesas de que este combo de megabeneficios al gran capital, incluyendo la reforma laboral, concluyan en una reactivación que eleve los salarios reales están desmentidas por la realidad, que muestra un derrumbe de las condiciones de vida populares, que empeoran los indicadores ya críticos producto de los gobiernos de Alberto Fernández y Macri.
Mientras Milei llevaba adelante su discurso, la oposición patronal concurrió “en delegaciones”, vaciando en los hechos el recinto. Pero así como el discurso de Milei fue una escenificación, la oposición también hizo su propio “circo”. Puesto que los bloques que vaciaron el Congreso están pactando una intensa colaboración política con el gobierno. No solamente cobijan a quienes les dieron los votos para la ley bases o para “bancar” los vetos. Sino que además, representan a los gobernadores aliados de Milei y que están aplicando brutales paquetes de ajuste en las provincias, como lo vimos en el caso de Santa Fe. Y, en el caso del peronismo, cuenta con la burocracia sindical que es una pieza clave para evitar una confrontación a gran escala con el gobierno como lo requiere la amplitud del ataque contra los trabajadores.
En contrapartida, Eduardo Belliboni le respondió a Milei diciendo que “hay lucha, hay piquete y va a seguir habiendo”, mostrando las fotos de las enormes movilizaciones piqueteras en Avellaneda el 6 de septiembre y de la Plaza Congreso llena contra el veto a los jubilados.
Los diputados y diputadas del Frente de Izquierda no solamente no se presentaron en el Congreso sino que viene desarrollando una oposición consecuente al gobierno de Milei. Vanina Biasi, que viene de denunciar fuertemente la represión contra los jubilados al interior del recinto, así como a Cúneo Libarona, declaró que “lo que explica el ´mayor ajuste de la historia´ es sobre todo la motosierra criminal contra los jubilados y trabajadores”. Es necesario poner en acción la movilización popular y organizar los lugares de trabajo y estudio para enfrentar a este gobierno y poner en pie la huelga general que lo pueda derrotar.
Juan García
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