El juez Alexandre De Moraes, del Tribunal Supremo Federal de Brasil (TSF), ordenó este viernes la suspensión "inmediata, completa e integral" de X (ex Twitter), la red social del magnate Elon Musk. La decisión es la culminación de una escalada en la que Musk había sido incorporado previamente a la causa que investiga la existencia de “milicias digitales antidemocráticas” y su financiación, cuyo accionar incluye el complot golpista de enero del año pasado tras la victoria de Lula (PT) en las elecciones a finales de 2022 y el cuestionamiento en redes a la fiabilidad de aquel resultado electoral. De Moraes sostiene que existe “un riesgo inminente” de que “grupos extremistas y milicias digitales prosigan y amplíen la instrumentalización de X Brasil con la divulgación masiva de discursos nazis, racistas, fascistas, de odio y antidemocráticos”. Musk, por su parte, llama a destituir al juez brasileño y pide por su encarcelamiento. La red social X deberá estar fuera de línea durante el período electoral hasta los comicios municipales que se llevarán a cabo en octubre de este año en todo el país.
Una parte de la prensa internacional adjudicó la decisión judicial a una escalada personal que mantendrían Musk y De Moraes. El alcance de la disputa, sin embargo, es de orden internacional. Además de X, Musk es también el dueño de Tesla, la empresa de autos a batería, y de SpaceX, que fabrica cohetes para el espacio, incluso para la NASA. Musk compró Twitter por 44.000 millones de dólares en 2022 en medio de la escalada de la guerra de la OTAN y de la disputa del espacio exterior, con el objetivo de hacerse de un poderoso instrumento de guerra de propaganda. A principios de este mes, Musk criticó al primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, por su gestión de los disturbios antiinmigrantes, posteando que “el Reino Unido se está convirtiendo en la Unión Soviética”. También desenvolvió una intensa campaña contra el venezolano Nicolás Maduro, lo que provocó que la plataforma fuera bloqueada en el país. Recientemtente entrevistó a Donald Trump, el expresidente estadounidense y actual candidato republicano, a quien Musk apoya fervientemente y a quien financia con 45 millones de dólares invertidos a su Comisión de Acción Política. En esa entrevista, Trump felicitó a Musk por despedir a trabajadores que fueron a huelga.
De Moraes, por su parte, es el magistrado que dirige las investigaciones sobre la intentona golpista protagonizada por los bolsonaristas en 2023. Hace algunos meses ordenó que se incorpore a la investigación a Musk, declarado bolsonarista, por presunta comisión de los delitos de obstrucción a la justicia, organización criminal e incitación al crimen, debido a la "explotación criminal intencional" de la red X y a que su dueño inició una “campaña de desinformación” sobre las acciones del TSF y del TSE (Tribunal Superior Electoral), "instigando a la desobediencia y obstrucción de la Justicia".
La adquisición de la ex Twitter por parte de Musk se llevó adelante con el planteo de realizar una reestructuración completa de su funcionamiento, con el objetivo declarado de asegurar la “libre expresión”. Es con ese argumento de “libertad de expresión” que Musk ataca a De Moraes, denunciando cualquier tipo de regulación que se quiera imponer a la fiesta de desinformación y agitación fascista en que se ha convertido la red X. En su momento advertimos que “no es difícil advertir la incongruencia de la salida libertaria del autor, que conduciría a una intervención desorbitada de las autoridades judiciales y políticas, para bloquear lo que ahora hace el algoritmo” (https://politicaobrera.com/6914-elon-musk-compra-twitter-en-medio-de-una-guerra-imperialista-y-una-guerra-espacial). La intervención de Musk, sin embargo, no sólo no ha sacado a la red social de su crisis, sino que la agravó. Para el Financial Times “es probable que la medida [de De Moraes] perjudique a X en un momento en el que la compañía ha estado luchando por mantener su salud financiera, con anunciantes abandonando la plataforma debido al enfoque de moderación ligera de Musk, así como a sus publicaciones a veces erráticas”.
La orden de De Moraes se produjo un día después de que el fundador de Telegram, el ruso Pavel Durov, enfrentara cargos preliminares en Francia después de ser arrestado por presunta complicidad en actividades delictivas alojadas en su aplicación. Durov sostiene la misma política de Musk, de no moderar en la utilización de la plataforma, mientras que, en la Unión Europea, las leyes exigen que las mismas cuenten con una sólida moderación de contenidos, aunque estas disposiciones son altamente incumplidas. La ola de violencia fascista reciente en el Reino Unido contra los migrantes estalló a raíz de una información falsa de las redes sociales acerca de que el perpetrador de un apuñalamiento masivo en la localidad de Southport era un solicitante de asilo sirio que había llegado al país ilegalmente en barco. Algunos legisladores británicos han dicho que estudiarían la posibilidad de llamar a Musk ante una comisión parlamentaria para que responda a preguntas sobre el papel de X en la ola de violencia fascista.
De Moraes también había ordenado que X debía abstenerse de realizar cualquier reactivación de perfiles cuyo bloqueo haya sido determinado por el STF. Durante los últimos años, el juez brasileño ha bloqueado cientos de cuentas de usuarios, la mayoría de extrema derecha, bajo la acusación de desinformar. El magnate, sin embargo, se negó a bloquear seis perfiles de usuarios de la órbita del bolsonarismo, con el argumento de que el juez es “un dictador” que pretende censurarlos. Luego, posteó en su cuenta varios tuits contra el juez brasileño: “este tipo @alexandre es un criminal de la peor calaña disfrazado como juez”; “no cabe duda de que De Moraes se tiene que ir. Tener a un juez que viola la ley de manera reiterada y a lo grande no es de ninguna manera justicia”; también “ese juez ha traicionado descaradamente y repetidamente al pueblo brasileño y su Constitución. Debería dimitir o sufrir un impeachment”. Sus posteos fueron rápidamente replicado por las bases bolsonaristas.
El propio expresidente Jair Bolsonaro sostuvo que Musk “asumió la lucha por la libertad” en Brasil. "Nuestra libertad, en gran medida, está en sus manos", afirmó. Su hijo, el diputado Eduardo Bolsonaro, le aseguró a Musk en X que estaba preparando un pedido para promover una audiencia en la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados. El senador Flávio Bolsonaro (el otro hijo del expresidente), y el senador Sergio Moro, ex juez de la Operación Lava Jato que ordenó el encarcelamiento de Lula en 2018, también salieron a defender a Musk. Según el diario O Globo, “el tema es seguido de cerca por la embajada de Estados Unidos”. En una nota difundida por representantes norteamericanos, sostiene que “enfatizamos que la libertad de expresión es un pilar fundamental en una democracia sana. Por política interna, no comentamos decisiones judiciales ni disputas legales”.
Musk provocó la decisión judicial de De Moraes conscientemente. Hace poco, sostuvo en su cuenta de X que “esperamos que pronto el juez Alexandre De Moraes ordene el bloqueo de X en Brasil, simplemente porque no cumplimos con sus órdenes ilegales de censurar a sus oponentes políticos”. La empresa ya había abandonado el país hace dos semanas atrás con el objetivo de eludir las citaciones de la Justicia brasileña y los 40 empleados de X en Brasil fueron convocados a una reunión a toda prisa donde se les informó que estaban todos despedidos.
La actual decisión final de De Moraes se tomó luego de que Musk incumpliera la orden dada dos días antes de designar un representante legal en el país en un plazo de 24 horas. En sus fundamentos, consideró el “incumplimiento reiterado, consciente y voluntario de órdenes judiciales” por parte de Musk y su intento de “no someterse al sistema legal y al poder judicial brasileño, de establecer un ambiente de total impunidad y 'tierra sin ley' en las redes sociales brasileñas, incluso durante las elecciones municipales de 2024”. También estipuló una multa de R$50.000 para cualquier persona o empresa del país que utilice X. Por otra parte, ordenó a las tiendas virtuales de Apple y Google bloquear la oferta de aplicaciones VPN (red privada virtual), una herramienta que se utiliza para eludir las prohibiciones de los países ya que crea una conexión privada entre el dispositivo que está conectado a Internet y el sitio web al que se accede, haciendo que la navegación sea anónima e imposible de rastrear.
Moraes ya había ordenado previamente el bloqueo de cuentas de Starlink, empresa que ofrece servicio de internet satelital creada por Musk, uno de sus accionistas. El objetivo, según el juez, era garantizar el pago de las multas impuestas a X. Starlink es el decimosexto mayor proveedor de Internet, con el 0,4 % del total de accesos de banda ancha en Brasil. La decisión de De Moraes de bloquear X contó con el apoyo de la mayoría de los miembros de la Corte y fue discutida entre los magistrados antes de ser tomada. Hay expectativa en la Corte de que De Moraes lleve la decisión a referendo de otros magistrados, lo que demostraría el apoyo brindado por la corte. El presidente de Brasil, Lula, también apoyó la decisión de De Moraes.
Brasil se acaba de sumar, así, a la lista de países que tienen bloqueada la red social X. Entre ellos, están China, Rusia, Irán, Pakistán, Venezuela y, temporalmente, Egipto y Turquía, entre otros. Por otra parte, la mayoría de las redes sociales de China y de Rusia han sido desalojadas de los medios de comunicación de los países de la OTAN. En Venezuela, la disputa por la utilización de las redes sociales se ubicó en el centro de la escena cuando Maduro criticó a la aplicación de Whatsapp por ser utilizada por "grupos fascistas" para amenazar la estabilidad del país y al personal militar y figuras del oficialismo. Algo elemental que se encuentra fuera de todos los análisis sociológicos sobre los tiempos modernos es que, en el escenario de la guerra mundial y la crisis del capitalismo, las redes sociales son un instrumento de la guerra de propaganda.
El Be
31/08/2024
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