Un fascista en la segunda vuelta
Las encuestas colocan a Kast peleando muy estrechamente la presidencia contra Boric en la segunda vuelta. José Antonio Kast Rist es hijo de un oficial nazi refugiado en Chile e integrante de una familia colaboradora de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la policía secreta de la dictadura de Pinochet. Comenzó su carrera política como militante del partido Unión Democrática Independiente (UDI) -partido derechista fundado por Jaime Guzmán, el ideólogo y redactor de la Constitución de Pinochet. Fue cuatro años concejal y catorce años diputado. Entre 2016 y 2018 se convirtió en independiente, y en 2019 fundó el Partido Republicano desde el cual se postula a presidente.
La propaganda presidencial de Kast se centra en "el órden", por un lado, "la mano dura" contra la delincuencia, por el otro, y el combate al "terrorismo mapuche" y la inmigración, por sobre todo. Es así que propone construir una zanja en la frontera del norte de Chile para impedir la llegada de migrantes; retirar a Chile de la ONU; derogar las leyes de unión civil entre parejas del mismo sexo; mantener la penalización contra el aborto; cerrar el Ministerio de la Mujer; y profundizar la militarización tanto contra el Wallmapu como contra las movilizaciones sociales. Kast representa principalmente al electorado pinochetista, conservador, ultra católico o evangelista. Un fascista sin aditamentos.
Ejerce una defensa irrestricta de las AFP - el sistema de capitalización individual - aunque con un "esquema subsidiario" por parte del Estado para aquellos que no tuvieran suficientes años de aporte. En cuanto a la Convención Constitucional, espera que "Chile cierre ese capítulo (...) para recuperar las certezas jurídicas".
Sichel: debut y despedida
Kast no se presentó en el mes de julio en las primarias no obligatorias (ni para candidatos ni para electores), en las que el candidato Sebastián Sichel había ganado la interna entre la derecha. Sichel, aunque "independiente", obtuvo por esto rápidamente el apoyo de Chile Vamos, la coalición de Piñera. Pero el apoyo del oficialismo, así como el del electorado (encuestas), sufrió un revés cuando se revivió un viejo escándalo por el financiamiento irregular de su campaña a diputado en 2009. Chile Vamos deberá volver a discutir el apoyo a un candidato que está por fuera de su coalición, es decir por Kast.
Boric y el Frente Amplio
Gabriel Boric Font es el otro preferido de los electores. Líder de Convergencia Social, partido del Frente Amplio, es el candidato de la coalición Pacto Apruebo Dignidad que le ganó la interna al PC en la primarias no obligatorias. En estas elecciones abroquela a una parte de la ex Concertación, la coalición demócratacristiana-socialista que gobernó la mayor parte del período que siguió a la dictadura. Apruebo Dignidad es la segunda mayoría al interior de la Convención Constituyente después de la Lista del Pueblo.
Boric comenzó su carrera política como presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH); y aunque sus posiciones siempre fueron moderadas, supo capitalizar políticamente la lucha por la educación. Durante la rebelión de octubre firmó el Acuerdo por la Paz junto al oficialismo y la ex Concertación, lo que llevó a un quiebre del Frente Amplio.
Boric pasó de integrar el movimiento NO+AFP a proponer durante la campaña electoral un sistema previsional mixto, es decir, estatal y también privado, que funcionaría, igualmente, a través de cuentas individuales. Este sistema mixto no pareciera ser una opción satisfactoria ni para la población ni para los dueños de las AFP. Por una parte, los privados perderían aportistas ante el Estado y podrían ver reducidas sus comisiones; por otro lado, el sistema de capitalización es incompatible con jubilaciones dignas para quienes ganan salarios bajos. Los voceros de Boric han insinuado que la plata del fondo estatal podría usarse para bicicletear la asistencia social. La cuestión preivisional se encuentra en el centro de la crisis política.
Boric procura dar expresión a los movimientos pro-derechos, como el feminismo y los medioambientalistas, aunque también recoge a los desilusionados de la ex Concertación. Boric no representa a los sectores más radicalizados y activos de la rebelión como el movimiento de pobladores o el movimiento secundario, así como tampoco al movimiento mapuche.
La semana pasada, a diez días de las elecciones, salió a la luz una antigua denuncia contra él por acoso sexual durante su periodo como presidente de la FECH. Boric cruza los dedos para no correr la misma suerte que Sichel con un escándalo de último momento.
El abstencionismo y la convención
La clave de porqué un fascista puede llegar a La Moneda en un país en rebelión, está en el porcentaje y composición de los votantes que acuden a la urnas. Desde que se estableció en 2012 el voto voluntario, la tendencia a la abstención fue del 57% en los distintos comicios a nivel nacional [https://www.servel.cl/estadisticas-de-participacion], llegando a un 77% en la última primaria presidencial no obligatoria de julio de este año.
Según las encuestas oficiales, se estima que se abstendrá de votar, este domingo 21, el electorado adulto-joven y joven de los sectores populares, es decir, quienes protagonizaron las jornadas del 18 de octubre. Por su parte, la Convención (cuya mayoría, la Lista del Pueblo se encuentra fragmentada) debe trabajar a contrarreloj porque si al cabo de los 9 meses establecidos para redactar la nueva Constitución no cumple su cometido, será disuelta.
El sucesor de Piñera, incluso si gana Boric, no va a representar los intereses de la mayoría del pueblo chileno. Tanto el fascista como el centroizquierdista quieren cerrar rápido el ciclo de rebelión popular, aunque con seguridad la atizarán todavía más.
Javiera Sarraz
16/11/2021
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