domingo, 2 de febrero de 2020
Cuando la AJR celebró su primera actividad pública, para honrar a Martí
Como subraya Fidel en el II Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), la Asociación de Jóvenes Rebeldes se constituye por inspiración del Che.
En un documento fechado el 30 de agosto de 1959 el Guerrillero Heroico propone crear una organización “integrada por jóvenes de 13 a 18 años, aunque sus dirigentes podrían tener hasta 25. Pudiera llamarse Asociación de Jóvenes Rebeldes”. De acuerdo con otro documento (9 de diciembre de 1959) podían pertenecer a la AJR “los jóvenes de cualquier sexo, origen social, religión e ideología que apoyen el programa de la Revolución Cubana”.
En una carta enviada a las direcciones de Cultura de todo el país, siete días más tarde, aparecía como organización recién creada la AJR, “la cual desarrollarán ustedes en las distintas provincias donde están localizados los departamentos de Instrucción del Ejército Rebelde”.
Sin embargo, el primer acto público en el que participa la AJR es en la conmemoración por el nacimiento de José Martí en el Parque Central capitalino, el 28 de enero de 1960, presidida por el Che, quien pronuncia un discurso. Según una reseña periodística del matutino Hoy
La AJR ya contaba en esa fecha con más de 7 000 miembros. A partir de entonces se comienza a organizar en todo el país y tiene un rápido crecimiento.
La primera gran tarea que Fidel y la Revolución asignan a la AJR es la creación de las Brigadas Juveniles de Trabajo Revolucionario (BJTR), con el fin de encaminar a una gran masa de muchachos de uno y otro sexo, procedentes de las capas más humildes del pueblo, de poca instrucción y carentes de empleo.
Con las BJTR, comienza una bella tradición: el ascenso al Pico Turquino para festejar una graduación o un fin de curso. Ser un “cinco picos” devino sinónimo de prestigio y, a la vez, un importante reto para la juventud cubana de la época.
Para las muchachas se creó el Centro Educacional de Industria y Artesanía Clodomira Acosta, al que el pueblo conocía por sus siglas: Cediyac. Adolescentes de 13 a 17 años cursaron allí la primaria y secundaria y, de acuerdo con su expediente, pasaron al preuniversitario académico o tecnológico.
Pero ante la agresividad cada vez más creciente del imperialismo yanqui y la oligarquía cubana contra la Revolución se hace cada vez más imperiosa la unidad del movimiento juvenil cubano.
El 21 de octubre de 1960, durante la Primera Plenaria Nacional de la AJR, todas las organizaciones juveniles revolucionarias, a propuesta de la Juventud Socialista, acuerdan autodisolverse para que sus militantes pasen a formar parte de la membresía de los Jóvenes Rebeldes.
Incluso la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) aprueba el acuerdo de unidad e incluso suscribe el acta de integración del movimiento juvenil cubano, pero luego se decide mantener su personalidad política en consideración a su histórica existencia y prestigio internacional.
A partir de este momento el trabajo de la AJR se hace más complejo. Pero no por ello deja de ser exitoso. La consolidación de la BJTR en los centros de trabajo y la creación de las Brigadas Estudiantiles de Trabajo Revolucionario (BETR) en los planteles son algunas de las tareas de primer orden cumplidas cabalmente.
Son los militantes de la organización juvenil los primeros en dar el paso al frente en los centros docentes cuando comienzan las captaciones para las brigadas de alfabetizadores Conrado Benítez, devenida fuerza imprescindible en la campaña de llevar por llanos y montañas, incluso hasta los lugares más recónditos de la geografía nacional, la luz de la enseñanza.
A la vez, no se descuida la defensa de la Patria y al llamado de Fidel muchos jóvenes rebeldes acuden a la convocatoria para estudiar aviación, ya que las Fuerzas Armadas Rebeldes estaban urgidas de pilotos.
O para integrar los batallones de milicianos, los cuales en la batalla de Playa Girón desempeñaron un papel relevante. El 4 de abril de 1962, durante su Primer congreso, la AJR decidió adoptar el nombre de Unión de Jóvenes Comunistas, no como un simple cambio de denominación, sino como expresión de la voluntad de la juventud cubana de construir el socialismo a solo 90 millas del imperialismo.
Revista Bohemia
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