domingo, 4 de febrero de 2018
Fidel Castro: “Ningún pueblo de América Latina es débil”
Fidel Castro durante la Segunda Declaración de La Habana, en la Plaza de la Revolución José Martí, 4 de febrero de 1962.
Corría el año de 1962 y Cuba, con su revolución recién en el poder, enfrentaba la feroz política de los Estados Unidos en su contra.
Tras la expulsión de Cuba de la OEA, y el rompimiento de relaciones de los países de Latinoamérica con nuestro gobierno, Fidel, como siempre haciendo frente a este tipo de situaciones, y a la cabeza de toda la isla, proclamó el 4 de febrero de ese año, ante la Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba, en la Plaza de la Revolución José Martí la Segunda Declaración de la Habana.
A continuación fragmentos del discurso:
“¿Qué es la historia de Cuba sino la historia de América Latina? ¿Y qué es la historia de América Latina sino la historia de Asia, África y Oceanía? ¿Y qué es la historia de todos estos pueblos sino la historia de la explotación más despiadada y cruel del imperialismo en el mundo entero?”
“En muchos países de América Latina la revolución es hoy inevitable. Ese hecho no lo determina la voluntad de nadie; está determinado por las espantosas condiciones de explotación en que vive el hombre americano, el desarrollo de la conciencia revolucionaria de las masas, la crisis mundial del imperialismo y el movimiento universal de lucha de los pueblos subyugados”.
“¿Y qué enseña la Revolución Cubana? Que la revolución es posible, que los pueblos pueden hacerla, que en el mundo contemporáneo no hay fuerzas capaces de impedir el movimiento de liberación de los pueblos”.
“Ningún pueblo de América Latina es débil, porque forma parte de una familia de 200 millones de hermanos que padecen las mismas miserias, albergan los mismos sentimientos, tienen el mismo enemigo, sueñan todos un mismo mejor destino, y cuentan con la solidaridad de todos los hombres y mujeres honrados del mundo entero”.
“Porque esta gran humanidad ha dicho “¡Basta!” y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente. ¡Ahora, en todo caso, los que mueran, morirán como los de Cuba, los de Playa Girón, morirán por su única, verdadera, irrenunciable independencia!”
“La Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba resuelve que esta Declaración sea conocida como Segunda Declaración de La Habana, trasladada a los principales idiomas y distribuida en todo el mundo. Acuerda asimismo solicitar de todos los amigos de la Revolución Cubana en América Latina que sea difundida ampliamente entre las masas obreras, campesinas, estudiantiles e intelectuales de los pueblos hermanos de este continente”.
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