sábado, 19 de septiembre de 2015
Con bloqueo no hay negociación posible.
Obama y el embajador cubano José Cabañas
El Ministro de Relaciones Exteriores Cubano acaba de dar un discurso donde ha explicado la Resolución contra el bloqueo a presentar en octubre del 2015 en las Naciones Unidas.
Se trata de un buen documento, según la síntesis que nos dio a conocer, que reúne un conjunto de características que lo hacen al parecer no solo nuevo, sino además, único. En realidad parece novedoso el documento, comparándolo con todas las resoluciones presentadas con anterioridad.
El bloqueo ya hace mucho tiempo ha dejado de ser una confrontación entre Cuba y Estados Unidos, para poner de manifiesto muy claramente que este afecta no solo a otros países sino también a todas las relaciones económicas internacionales y al comercio internacional en general. En realidad el bloqueo nunca fue una confrontación bilateral, aunque esgrimiendo el término embargo, Estados Unidos, siempre ha tratado de quitarle el peso agresivo y transnacional que tiene.
Por eso una de las partes más contundentes del documento, quizás la mejor, es que la “Resolución Cubana reafirma que el bloqueo es una violación de la Carta de las Naciones Unidas y del derecho internacional”. Además, de que “el bloqueo persiste y que las medidas adoptadas hasta este minuto solo modifican algunos pocos aspectos del bloqueo. Casi todos los países que integran las Naciones Unidas, pueden sentir que el bloqueo también les afecta y así se ha manifestado crecientemente en las votaciones por más de 20 años. Hasta ser prácticamente unánime la aprobación de la Resolución presentada por Cuba cada año. El bloqueo, entonces, es claramente un asunto que forma parte del Derecho Internacional.”
Es decir, al bloqueo se le presenta como una violación del derecho internacional, de los principios de las Naciones Unidas y del derecho de todos los países a relacionarse económicamente sin injerencias ni impedimentos que lastren su capacidad de soberanía e independencia.
El segundo elemento de la contundencia del informe presentado por el Ministro Cubano, es que el bloqueo no ha cesado, a pesar de que después del 18 meses de negociaciones secretas, 17 de diciembre del 2014, comenzó un periodo entre Cuba Estados Unidos dirigido a mejorar las relaciones entre ambos países.
Sin embargo, todo ello se ve agravado, porque “en el periodo de diálogo y conversaciones confidenciales con el gobierno de Estados Unidos, el bloqueo continuó fortaleciéndose con marcado y creciente carácter extraterritorial y transnacional, en particular en el ámbito financiero, a través de la persecución de nuestras transacciones internacionales y las multas extraordinarias, insólitas, impuestas a bancos fundamentalmente europeos y empresas, por sus relaciones económicas con Cuba”. Ascendiendo ya a la cifra de afectaciones a Cuba, en el orden de los 833,755 millones de dólares. Mientras que; ”a precios corrientes en estas décadas, el bloqueo ha provocado prejuicios por 121,192 millones de dólares, lo cual, como se reconoce en el Informe, es una cifra exorbitante para una economía pequeña como la cubana”.
Pero además, el bloqueo es una violación masiva y sistemática de los derechos humanos de todos los cubanos. Bastaría con poner algunos ejemplos, mencionados por el Ministro, en los que se manifiesta una sensible afectación a los hospitales cubanos, en términos de medicamentos, asesorios técnicos, componentes químicos, medios de contraste para el diagnostico medico; evitando que todos estos componentes lleguen a Cuba, para dar una atención adecuada, de manera particular, a enfermos de cáncer.
El ministro menciona en su discurso, al menos 7 casos, en los que la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros) impuso multas a Compañías y Bancos, entre las cuales se destaca la multa impuesta por 8,900 millones de dólares al banco francés BNP-Paribas, lo cual no tuvo precedentes en las transacciones financieras y relaciones bancarias en el planeta.
Es decir, que lejos de mejorar, la situación del bloqueo, ha empeorado, tomándose por Estados Unidos crecientes medidas de hostigamiento financiero, que no tienen precedentes en periodos anteriores.
Por lo que con estricta unilateralidad, Estados Unidos adopta medidas contra Cuba que lejos de acercarnos a un posible proceso de normalización de las relaciones, nos alejan del mismo, a pesar de que ya han sido establecidas las embajadas en ambos países.
No somos nada optimistas de pensar que sea posible entrar en el periodo de normalización de las relaciones, si Estados Unidos agudiza las medidas del bloqueo contra Cuba. Todo lo cual contradice sobremanera la voluntad expresada por el presidente Obama, particularmente en su discurso del 22 de enero del 2015, cuando conmino al congreso a trabajar para levantar el bloqueo contra Cuba.
Me pregunto ¿Quién adopta esas medidas y quién las aprueba sino es el mismo presidente? ¿Por qué Obama permite que se adopten medidas de tal naturaleza contra Cuba?
¿No parece un poco, o bastante demagógico, de parte del presidente Obama, decir que se opone a la política de bloqueo y al mismo tiempo permitir que se adopten tales medidas? ¿Qué juego es ese? ¿Eran necesarias esas medidas contra Cuba? ¿Que objetivos tienen? Todo ello mueve a muchas dudas y no poca desconfianza.
¿Cuáles son los progresos que es posible apreciar en medio de una situación, en que Cuba espera que el bloqueo pueda ser eliminado por el congreso, mientras la propia presidencia norteamericana continua adoptando medidas agresivas contra Cuba? Creo que no se puede esperar ningún progreso de esa situación. Y como ya he dicho en otros de mis artículos, creo que mientras el bloqueo exista, continuara siendo un instrumento de presión, que puede ser utilizado, para tratar de obligar a Cuba a realizar determinadas concesiones en otros aspectos de las negociaciones.
¿Para que sirve un dialogo respetuoso sobre bases de igualdad y soberanía entre ambos países, si Estados Unidos nos da puñaladas por la espalda? Si dice que reconoce la soberanía y la independencia de Cuba, negociando en igualdad de condiciones, pero no da señales reales, fuertes, de aliviar las presiones del bloqueo sobre Cuba; todo lo contrario, adopta medidas para agravarnos la situación.
¿De que proceso de normalización se puede hablar, si Estados Unidos nos continúa presionando con el bloqueo y ni siquiera el presidente se dispone a utilizar con determinación y en profundidad las prerrogativas ejecutivas de que dispone para aliviar la situación a Cuba, mientras decursa el tiempo hasta que el congreso levante el bloqueo? “El Presidente continua dándole vueltas a la noria” con el uso de las medidas ejecutivas.
Pensamos que se trata de un juego del Presidente Obama que ya resulta imposible tragarse. Pues creo que habría que llegar a preguntarnos. ¿Cuántos presidentes hay en los Estados Unidos? ¿Cuantos presidentes son los que están negociando con Cuba? Pues uno mantiene un dialogo relativamente fluido, negociador, expresando continuamente su voluntad de levantar el bloqueo; mientras que el otro, nos sigue apretando por el cuello con los mismo instrumentos de siempre.
Esperábamos que con las más recientes medidas anunciadas el 15 de septiembre por el Dpto. del Tesoro y la OFAC, Obama nos devolviera la confianza de que realmente avanzara por el ineludible camino de aliviar el bloqueo a Cuba. Sin embargo, el documento emitido, es bastante unilateral, no profundiza en las medidas que realmente erosionarían el bloqueo, no se ofrecen posibilidades a Cuba de superar los problemas con el uso del dólar, comerciar libremente, recibir créditos, etc. Por lo cual, Obama continua, como en enero del presente año, desplegando medidas, que van mucho más en la dirección de fortalecer sus objetivos subversivos internos en Cuba, pero no en la dirección de realmente utilizar sus prerrogativas presidenciales para aliviar la situación de Cuba ante el bloqueo.
Al menos para mí, todo está claro. Obama continúa manejando el bloqueo como un instrumento de presión. Dejando pasar medidas punitivas, que no se diferencian para nada de las de siempre, hasta pueden ser consideradas peores, y medidas, que parecen aliviar el bloqueo, pero cuyo principal objetivo es apoyar a las fuerzas que internas que supuestamente acompañarían su plan de subversión.
No es posible subestimar lo que se ha avanzado diplomáticamente. A tal punto de que ya existen embajadas en ambas capitales, que hablan de la “posibilidad” de sostener unas relaciones diplomáticas normales. Pero la diplomacia es solo una parte de este proceso que hoy vivimos con Estados Unidos y no es siquiera la única parte importante. Esta el bloqueo, que como acabo de decir, sigue siendo utilizado con propósitos políticos.
Hace falta, a cada paso, exigir al Presidente que haga concreta su voluntad de avanzar, que no es solo trazar una hoja de ruta con la Comisión Bilateral, que recientemente se reunió en La Habana; o firmar la Ley de Comercio con el Enemigo del 1917, para conservar las prerrogativas presidenciales; o adoptar las medidas ultimas que ahora aparecen. Mientras nos aprietan, más que nunca, financieramente y niños mueren de cáncer porque no nos venden los reactivos y medicamentos. Me pregunto ¿No es ante eso muy relativo el valor de los avances diplomáticos obtenidos hasta ahora?
Es cierto que el bloqueo es una acción unilateral de Estados Unidos contra Cuba, que unilateralmente debe ser levantada. Por lo que desde ese punto de vista no hay nada que negociar. Es cierto que Estados Unidos debe levantar el bloqueo. Pero y mientras no lo hace ¿queédebemos hacer nosotros los cubanos? Si como ahora, trata de “endulzarnos “con medidas que realmente no significan un alivio de los rigores del bloqueo.
Creo que debemos levantarles una campaña internacional, como ya lo estamos haciendo, que no los deje vivir; poniéndolos en la picota a cada momento, mostrándoles a todos su falta de ética y de moral, no solo para con Cuba, sino con el mundo; descubriéndoles sus manejos con el bloqueo.
¿Ahora que harán con la votación de la Resolución de Cuba sobre el bloqueo en la ONU? ¿Votarán a favor o en contra? Pues ya no se justificaría una votación en contra, para mantener las prerrogativas presidenciales, como hicieron con la Ley de Comercio con el Enemigo de 1917.
Creo que hay que ejercer presión sobre Estados Unidos, en particular, sobre Obama, con todo que tengamos a nuestro alcance, para que no pueda darse el lujo de demorarse con “curitas de mercuro cromo” como las de ahora y mucho menos, continuar dejando pasar medidas punitivas contra Cuba, que solo se justificarían a partir de un juego político con el que quieran presionarnos para lograr concesiones dentro de las negociaciones. Ese juego político continúa siendo el mismo del principio de su administración. Manejar el bloqueo de dos modos: para empoderar aquellos sectores de la sociedad civil que él piensa lo pueden acompañar en su proyecto subversivo contra Cuba y presionar al Liderazgo Político cubano con medidas que le resten capacidad para llevar adelante el proyecto socialista. En honor a la visita del Sumo Pontífice diría:
“Que Jesucristo me perdone, pero no les creo”.
Esteban Morales
Septiembre 18 del 2015.
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