jueves, 30 de noviembre de 2023

Gaza: de las treguas ‘fake’ a la ampliación de la guerra del Estado sionista


Después de despejar sobre un terreno abierto un tonelaje mayor de bombas que las utilizados en Hiroshima, el Estado sionista no ha logrado liberar por sus propios medios a ninguno de los rehenes atrapados en el asalto de las milicias de Hamás al territorio del sur de Israel. 
 Este ataque despiadado ha dejado un tendal de 15 mil muertos y alrededor de unos siete mil gazatíes desaparecidos entre los escombros de los bombardeos, entre todos ellos, más de 5 mil niños. Para ubicar los túneles y cuevas de Hamás a lo largo de Gaza, el ejército sionista ha desplegado recursos de primera generación -sensores sofisticados, Inteligencia Artificial y una combinación de fuerzas de aire, mar y tierra por vía satelital- para convertir a Gaza en una tierra arrasada. Todo esto en un territorio infinitamente menor al que reúne a Ucrania y parte de la Rusia europea, y en un período aún menor de tiempo del que lleva la guerra de la OTAN contra Rusia. Finalmente, el gabinete de guerra de Israel se vio obligado a aceptar, en votación dividida, una tregua con Hamas, mediada por Qatar y Egipto, para realizar un canje parcial entre rehenes israelíes. 
La tregua ha sido prorrogada varias veces con la finalidad de permitir que llegue una mayor ayuda humanitaria al lacerado pueblo de Gaza, y para ampliar los canjes de detenidos. La tregua fue denunciada como una concesión inadmisible del gobierno de Netanyahu, porque serviría al reagrupamiento de fuerzas de Hamás. También fue criticado por sectores de Hamás y adversarios palestinos, porque no consiguió la liberación de presos con condenas, sino centenas de detenidos en forma discrecional por la policía y los militares sionistas. Ni Hamás ni el gabinete de guerra de Netanyahu se adjudican alguna variante de victoria política, porque son conscientes de que se retomarán las acciones bélicas con mayor ferocidad aun y mayor destrucción humanitaria. Israel ya tiene en marcha el bombardeo masivo del sur de Gaza, adonde se ha refugiado la población masacrada en el norte. Los milicianos de Hamás no se encontraban atrincherados en el norte de la península sino en el lado opuesto. En una exhibición pútrida de cinismo ‘humanitario’, el gobierno estadounidense exhortó a sus colegas de genocidio a que identifiquen espacios de refugio en el sur, que permitan acantonar a la población, mientras se desarrolla la política de tierra arrasada que está pendiente. De acuerdo al Financial Times (28/11), que en este caso rivaliza en cinismo con los actores en el terreno, “los funcionarios israelíes han sido receptivos a las preocupaciones (sic) estadounidenses”. 
 La tregua, bien entendida, no ha existido realmente. Los militares y colonos sionistas aprovecharon ‘el cuarto intermedio’ para incrementar la eliminación de palestinos en los territorios ocupados y en territorio israelí. No hubo respuestas a estos crímenes, amparados por la tregua; tanto Hamás como Hizbollah interrumpieron el disparo episódico de cohetes en dirección a Israel. Mirada de conjunto, la erradicación de la población palestina de Gaza está acompañada por el mismo movimiento en Cisjordania. La guerra es una sola. 
 Los gabinetes de Biden y de Netanyahu coinciden en la necesidad absoluta de acabar en el sur el ‘trabajo’ iniciado en el norte de la Franja. Los sionistas han asegurado que no pararán hasta haber asesinado al último de los milicianos involucrados en el asalto armado del 7 de octubre; ninguno de los dos esconde las cartas. Irónicamente, los palestinos liberados en estos días volverán a prisión o serán muertos en las próximas semanas. Pero cumplidos estos propósitos, ¿qué queda? 
 La “solución final” de la cuestión judía en las cámaras de gases de Alemania obedecía a un método –había que aniquilar al ‘enemigo interior’ para proceder a la invasión de la Unión Soviética, concebida como “una guerra de civilización” y “una guerra existencial”. Para Hitler, los judíos y los comunistas no tenían patria –ser internacionalista es ser un apátrida. ¿Cuál es el método de Netanyahu, cuyo partido político había sido un aliado de Mussolini en las vísperas de la Segunda Guerra Mundial? El ‘método’ es acabar el trabajo de la Nakba (“catástrofe”), iniciada desde antes de 1948, y expulsar a los palestinos al desierto del Sinaí, a Jordania, a Líbano y a otros Estados árabes. En este propósito choca con una realidad mundial que no es la previa a la invasión hitleriana a la URSS. De ahí la aparición de una variedad de alternativas sin destino, como convertir a Gaza en una especie de Protectorado de la ONU o reinstalar al gobierno de la Autoridad Nacional Palestina en la Franja, cuando está comprobada su falta absoluta de representatividad del pueblo y la causa nacional palestina. El gabinete de guerra de Israel ha declarado que la guerra sólo finalizará cuando Gaza deje de representar por completo un peligro para el sionismo. Pero esta bravuconada no reemplaza la necesidad de gobernar el territorio, restaurar una economía y, por lo tanto, una forma de Estado. Es decir que todo volvería al punto de partida, sólo que más agravado. Una derrota militar de Hamás, entonces, sólo agravaría la incongruencia de la presencia del Estado sionista en el Medio Oriente –atravesado por quiebras financieras, crisis políticas y revolucionarias, y guerras civiles. El sionismo se sentirá menos ‘seguro’ en Israel después de esta guerra criminal que antes de ella.
 Los Estados ‘amigos’ de Palestina que negocian en nombre de ella en el plano internacional, sólo atienden a sus intereses; tienen resuelta la ‘cuestión nacional’ que les concierne. Todos ellos se esfuerzan por capitular ‘en orden’. Pero el imperialismo mundial no tiene resuelto sus propios intereses, que ya no son nacionales sino de dominación mundial. El destino de Gaza y de Palestina está atado a la crisis mundial en su conjunto y a las guerras que, desatadas, ya constituyen, incluso una guerra mundial. 
 Los bombardeos genocidas contra Palestina se van a acentuar luego de la ‘tregua’. El Estado sionista sólo puede progresar en sus objetivos desestabilizando una región que, por diferentes vías nacionales y territoriales, unen esta guerra a la de la OTAN contra Rusia, y en última instancia China. El imperialismo norteamericano está enviando dinero y armamento a dos grandes escenarios militares –todo el oriente debajo del Cáucaso y todo el que se encuentra arriba, o sea desde Siria y Turquía, hasta Ucrania y Rusia, pasando por Georgia, Azerbaidján, Chechenia y Dagestán.

 Jorge Altamira
 28/11/2023

miércoles, 29 de noviembre de 2023

Barbarie en las cárceles de Israel


El sionismo aplica métodos de terror contra los presos palestinos. 

 En el marco de la tregua entre Israel y Hamas, que incluye un intercambio de prisioneros, salieron otra vez a la luz las pésimas condiciones a las que están sometidos los presos palestinos en las cárceles sionistas. El gobierno israelí viola los derechos humanos más elementales, aplicando una política de terror. La política penitenciaria del Estado de Israel tiene como objetivo contribuir al proceso de limpieza étnica que está teniendo lugar en el territorio histórico de Palestina.
 “Cada semana, el Ejército israelí viene a golpearnos, nos quita toda la ropa, las mantas y los colchones”, relató Osama Naif Marmash a la Agencia Anadolu (27/11), un niño palestino que estuvo cinco meses recluido bajo detención administrativa. Como prima el más estricto hermetismo, lo que se sabe sobre la vida interna de las cárceles israelíes ha sido recabado por periodistas e investigadores en base a testimonios de palestinos liberados que valientemente se han animado a contar lo que vivieron allí. 
 Los presos palestinos están sometidos a un régimen de terror y de violencia extrema. Las fuerzas israelíes suelen pegarles palizas, a menudo en sus partes íntimas, provocándoles heridas; luego les niegan tratamiento médico (a su vez, se restringe el acceso a medicamentos). En las celdas reina el hacinamiento; muchas veces los detenidos duermen en el piso y carecen de mantas para protegerse del frío. Las fuerzas israelíes, asimismo, acostumbran a confiscar sus posesiones (ropas, zapatos, etc.), a patotearlos, a torturarlos y a humillarlos constantemente. En las cárceles también se han producido asesinatos. Los sionistas son criminales de guerra. 
 El ministro de Seguridad israelí, el fascista Ben Gvir, ha implementado en las instituciones carcelarias una política de hambre: la comida está racionada y no es nutritiva. “Nos daban dos comidas al día, pero por habitación, lo cual es un huevo y patatas cocidas a repartir entre todos, no era suficiente. Tuvimos que ayunar para ahorrar algo de comida y dársela a los más jóvenes o a los niños”, dijo un palestino liberado recientemente (El Diario Ar, 22/11). Gvir también limitó el tiempo de ducha a 4 minutos por persona. 
 Por otro lado, los presos palestinos no pueden ver a sus parientes ni recibir visitas de abogados ni del personal de la Cruz Roja, organización que tiene entre sus objetivos ingresar a las prisiones para observar si las personas privadas de libertad reciben un trato digno o no. Entre otras restricciones, “se vetó a los reos de acceder a la sala de comedor y se cortó el flujo eléctrico en sus celdas para evitar que contacten con el exterior ‘por medios ilegales’, lo que en general es a través de teléfonos que guardan clandestinamente”, señala un artículo de Infobae (25/10).
 Un palestino cisjordano liberado hace poco relató que vio cómo soldados israelíes arrastraron a detenidos por el suelo después de haberlos golpeado y obligarlos a besar la bandera de Israel. También se ha denunciado cómo soldados sionistas obligan a detenidos palestinos a cantar el himno israelí.
 “Al señalar que los reclusos palestinos se enteraron del acuerdo de intercambio de prisioneros el viernes después de la liberación de varios de ellos, Marmash, proveniente de la ciudad de Nablus, al norte de Cisjordania ocupada, indicó que los habían obligado a permanecer en el frío desde las 8 am hasta que llegó la Cruz Roja y los sacó de la prisión de Ofer” (Agencia Anadolu, ídem). 
 El sionismo se ensaña mucho con los niños. Según la ONG Save The Children, en el sistema de detención militar israelí, las infancias enfrentan abuso físico y emocional: el 86% de los niños son golpeados, el 69% son registrados al desnudo y el 50% son heridos al momento del arresto (incluso muchos llegan a las cárceles heridos de bala o con los huesos rotos). Además, varios niños han denunciado que fueron víctimas de violencia sexual. Los menores son sometidos a tribunales militares que no garantizan sus derechos básicos, un caso único en el mundo. 
 Israel mantiene encarcelados a más de 7.000 palestinos (entre ellos cientos de niños), de los cuales más de 2.000 están detenidos bajo el régimen de detención preventiva, el cual permite al sionismo encarcelar personas por tiempo indeterminado sin abrir juicio ni presentar cargos formales. Muchos de los detenidos son activistas, abogados y artistas. Recientemente fue aprehendida la activista Ahed Tamimi, ícono de la resistencia palestina. 
 El número de palestinos que se encuentran detenidos bajo esta modalidad está en ascenso. Pertenecen mayormente a Cisjordania, región en la que Israel desenvuelve una política de redadas y de asesinatos de tipo fascista. El gobierno sionista justifica esto diciendo que se trata de una herramienta para mantener a “terroristas peligrosos” fuera de las calles.
 Según la Sociedad de Prisioneros Palestinos, desde que comenzara el conflicto el 7 de octubre, unos 3.000 palestinos han sido detenidos por las fuerzas represivas sionistas. Asimismo, cada año Israel detiene y procesa entre 500 y 1.000 palestinos menores de 18 años. Lo suele hacer mediante las redadas mencionadas anteriormente, las cuales se realizan en medio de la noche; los soldados trasladan a los niños con los ojos vendados y las manos atadas sin que los familiares sepan su destino.
 De conjunto, estamos ante un régimen carcelario cuyo objetivo es contribuir al proceso de limpieza étnica que el Estado de Israel está desarrollando contra la población palestina hace más de 70 años. El terror apunta a quebrar políticamente y moralmente a los palestinos, sobre todo a su vanguardia militante. 
 El intercambio de rehenes entre Hamas y el sionismo continúa. La milicia puso en libertad a 17 rehenes e Israel excarceló a 39 palestinos, todos menores de edad. Se trata de un canje mediado por Estados Unidos, Qatar y Egipto. La ofensiva sionista contra la Franja de Gaza ha dejado casi 15.000 palestinos muertos, entre ellos más de 6.000 niños. Israel convirtió, con la ayuda del imperialismo norteamericano, a Gaza en un cementerio de niños. 
 El gobierno de Netanyahu pretende llevar al parlamento israelí un proyecto de ley que busca imponer la pena de muerte “a los terroristas cuyos actos estén dirigidos contra el pueblo judío”. Se apresta a dar un nuevo salto en su política de extermino contra el pueblo palestino. Paremos la masacre sionista con la movilización popular. 

 Nazareno Suozzi

Audiencia pública en solidaridad con el pueblo palestino // Congreso Nacional de Argentina


lunes, 27 de noviembre de 2023

Al shock de Milei se lo enfrenta con la lucha


Una corriente de autocomplacencia recorre a los principales medios de comunicación, a los voceros políticos y a toda la “casta”: la transición entre el gobierno del Frente de Todos y el de Milei se está desarrollando con “normalidad”. Se entrevistaron el presidente que termina, Alberto Fernández, con Milei; se produjo otra reunión entre Cristina Kirchner y Victoria Villarruel, y hasta el “Maligno” llamó para felicitar al presidente electo. De golpe, la disyuntiva “democracia o fascismo” con la cual se chantajeó al electorado para que vote a Massa desapareció: el 55% de los votos obtenidos por el liberfacho habría alcanzado para borrar los enconos y “agravios”. Por último, la “normalidad” sería una señal de que en la Argentina ¡la democracia funciona!, incluso con un facho al frente del Ejecutivo. En realidad, “fingen normalidad”. La función es ocultar que el período que se abre es profundamente convulsivo y, sobre todo, que será a costa de los trabajadores. 
 Mientras se celebraba la “normalidad”, las listas de precios de productos de la canasta básica venían con aumentos de hasta el 50%, con el aval tácito de Milei, que sostenía en reportajes que a pesar del 145% de inflación anual ¡los precios estaban “contenidos”! Es claro que no hay simplemente un reacomodamiento de precios, los aumentos no contemplan la devaluación del peso que, según las operaciones a futuro, sería del 120% para el dólar oficial a fin de diciembre, y aunque Milei al no habilitar una eliminación inmediata del cepo cambiario haya pretendido evitar una estampida hacia el dólar, las consecuencias sobre el bolsillo de los trabajadores son mortales. Por eso no dudó en augurar inflación alta, que se extendería hasta 2025 inclusive. Un Rodrigazo está planteado, aunque la devaluación de Massa, pretenda escalonarlo en la transición. 
 Mientras recibía consejos y departía amablemente con Alberto y saldaba “malos entendidos” con el Papa, Milei no solo se limitó a dejar que el “mercado actúe”; fue más a fondo y anunció un shock que contempla un ajuste fiscal del 15% del PBI. Con cinismo ha dicho que lo va a pagar la política, pero nunca explicó cómo lo pagará la “casta”, en cambio ya se avizora que lo pagará el conjunto de la población trabajadora. Solo el anunciado recorte de la obra pública dejará un tendal de despidos y una abierta recesión, lo mismo ocurrirá con el cierre de los medios públicos y con la cínica propuesta de entregar Aerolíneas a sus trabajadores. La venta de las acciones de YPF SA aparece más lejana. Un recorte fiscal de esa magnitud contempla, además, la eliminación de subsidios y, por lo tanto, un sinceramiento de las tarifas. También la reducción de los trabajadores del Estado nacional. Un punto central son las jubilaciones; a fin de año vence el bono para los jubilados que cobran la mínima (el 65% del total), lo cual es una estocada preparada por el gobierno anterior que nunca quiso aumentar ni el salario mínimo ni la jubilación mínima y fue compensando con bonos que lógicamente desaparecen y cuando desaparecen queda la miserable jubilación de 100.000 pesos pelada para atender a una canasta de pobreza que supera los 300.000. La movilidad que Alberto, Cristina y Massa le dejan a Milei hizo que en este año los jubilados pierdan casi el 40% de sus ingresos en términos reales. 
 Milei no ha terminado de anunciar su gobierno, en parte porque no quiere hacerse cargo de lo que el “mercado” haga de acá al 10 de diciembre, y endosarle las consecuencias al gobierno actual y, por otro lado, porque no terminan de lotear con Macri y socios su gabinete, atravesando las primeras contradicciones antes de empezar. La bomba de las Leliqs a las que él mismo atribuye dos tercios del déficit (en este caso, cuasifiscal), no dijo cómo la desactivará. Pero su sacrosanto mercado ya se empezó a rajar a puertos más seguros en bonos atados al dólar o directamente al dólar: los bancos renovaron solo el 40% de los vencimientos, el resto tuvo que ser pagado en pesos contantes y sonantes por el Central.
 Milei, en las primeras 48 horas, dejó en claro quiénes cargarán con los costos: el shock y ajuste anunciados son un ataque en regla a todos los trabajadores, a los formales, a los informales, a los cuentapropistas, a los jubilados y, por supuesto, a los desocupados; es decir, a la mayoría de la población y que durará -según él- como mínimo dos años. 

 La derrota electoral es del peronismo 

El cuadro que se abre con el ascenso de Milei a la presidencia es abiertamente convulsivo en lo económico y en lo político. Miremos con atención los resultados. Quedaron desautorizados los gobernadores e intendentes que pasaron a apoyar a Massa, como sucedió en Neuquén, Río Negro, Salta, Jujuy, etc. Que el que ganó en 21 provincias (con un casi empate en la de Buenos Aires) no tenga ni un solo gobernador propio, ni intendentes, con una presencia en el Congreso Nacional abiertamente minoritaria (35 diputados y siete senadores propios), al igual que en legislaturas o concejos deliberantes, todo eso es indicativo que en el voto a Milei hubo abiertamente un rechazo a los oficialismos. Milei duplicó su votación entre las Paso y el balotaje; o sea, obtuvo más de 7.000.000 de nuevos votos, sin contar que en los primeros 7 millones gran parte ya era un rechazo expreso a los gobiernos del peronismo y de Macri. Es decir que Milei hizo una gran elección, pero no dispone de un gran poder, no es un gobierno fuerte.
 En el camino se quebró Juntos por el Cambio, y el peronismo mostró un fuerte proceso de disgregación: los intendentes y gobernadores peronistas no pudieron o no quisieron, o ambas cosas, conseguir el triunfo del candidato y responsable central en el último año del gobierno que elevó la pobreza al 43%, que colocó al país al borde de la parálisis productiva y que acordó con el FMI un ajuste profundo. El liderazgo del peronismo quedó vacante. Se abre una nueva fase en su crisis, el kirchnerismo no ha logrado rescatarlo, más bien definitivamente ha terminado en el fracaso de otro gobierno atado al imperialismo-FMI. Sus fracturas internas se suman a la reconfiguración política futura. Y completan un cuadro de fractura de las representaciones políticas de la burguesía que está expresada en el Congreso. 
 Milei no salió de un repollo, su llegada al gobierno es una consecuencia directa de la política que adoptó el peronismo, y sobre todo el kirchnerismo, cuando se acabó el viento de cola de los primeros años. Cristina en la presidencia y Kicillof en Economía ataron el rumbo a un acuerdo con el capital financiero, por eso las concesiones leoninas al Club de París, los acuerdos por los juicios en el Ciadi por 22.000 millones de dólares, mientras se devaluaba el peso y se acordaba con Chevron la entrega de Vaca Muerta. Cristina impulsó la candidatura de un derechista como Scioli para mostrar que estaba dispuesta a acordar con los buitres, lo que volvió a repetir con Alberto Fernández para generar “confianza” en los acreedores y el FMI, y hacerse cargo de la “deuda criminal” que dejó Macri. Para finalmente entronar a Massa, el ala más de derecha, para competir con un candidato con planteos fascistas. El peronismo y Massa criaron a Milei no solo con recursos, con acceso a los medios de comunicación, armándole las listas y hasta cuidándoles los votos. El peronismo fogoneó una salida derechista en sus propias filas, una salida contra los trabajadores y compitió por derecha, pero no previó la magnitud de su propio derrumbe. 
 La derrota es del peronismo, no del “campo popular”, del mismo modo que si ganaba Massa no había victoria popular alguna. Al pueblo agredido por la inflación, la pobreza, la informalidad laboral, la caída del salario, el robo a los jubilados, el vaciamiento de la salud y la educación que votó a Milei o que no hizo campaña por Massa no se le puede endosar la derrota electoral del peronismo. Ni la izquierda podía ni debía combatir el voto a Milei proponiendo el voto a Massa, un absurdo para millones de explotados que lo votaron y cantan como en Toyota, “la casta tiene miedo” en las narices de la burocracia de Manrique. O entre los Rapis, o en la juventud del conurbano, sin futuro ni trabajo, ni nada.
 Un derrumbe de las condiciones de vida tan notorio requería una intervención de los trabajadores, pero la burocracia de los sindicatos, de las organizaciones sociales, de los movimientos de lucha de la mujer, etc., trabajó fuertemente para impedir una reacción obrera y popular. Fue una política para maniatar al movimiento popular tras una salida de ajuste y acuerdo con el FMI. Estas direcciones actuaron para que los reclamos de la clase capitalista, a los cuales están profundamente asimilados, avanzaran bajo la tutela de Massa. Por eso, incluso no movilizaron luego del triunfo de Milei en las Paso, para contrarrestar el derrumbe electoral del peronismo. 
 El inmovilismo al que sometieron al conjunto de la población solo fue quebrado por la lucha del movimiento piquetero independiente, los gremios combativos y luchas aisladas en todos los terrenos. El PO apostó todo su desarrollo y el de la izquierda a que la clase obrera intervenga en la crisis, en su ausencia es la ultraderecha la que canalizó el proceso.

 La prueba de la lucha de clases 

El triunfo contundente de Milei fue saludado con un alza en la Bolsa y en las acciones de empresas argentinas como YPF. Sin embargo, no ha servido para disipar los temores que en la propia clase capitalista despierta su llegada al gobierno. Funcionarios del JP Morgan señalaron que el problema de la falta de capital político de Milei se convierte en un problema para un país que en 2024 puede tener una “retracción de su economía del 3%”. 
 El acuerdo con Macri le ha permitido generar confianza solo en un sector de la clase capitalista, pero ha sido hecho a costa de la quiebra de una de las principales fuerzas políticas que ofrecía una dosis de gobernabilidad, el acuerdo de los radicales y el PRO. El 55% de votos no disipa tampoco las divisiones entre los capitalistas, enfrentados por las consecuencias y costos de la crisis y, por lo tanto, de los planteos de salida a la misma.
 La ausencia de una fuerza propia es un flanco de debilidad de Milei que debe llegar a acuerdos para avanzar con sus planteos. Esto es muy visible en el Congreso Nacional por donde deben pasar gran parte de las medidas estructurales que él agitó, como las privatizaciones anunciadas, la dolarización o el cierre del Banco Central, también la derogación de leyes como la del aborto u otros derechos. La hipótesis de un gobierno de características bonapartistas, mediante decretazos o plebiscitos, aparece como emergente de la disgregación política que domina al conjunto del régimen nacido hace 40 años.
 Las perspectivas del milei-macrismo están ampliamente dominadas por el desarrollo de la crisis, pero sobre todo por la lucha de clases. 

 El camino es la lucha 

La motosierra sería la clave de la primera etapa, lo cual puede llevar en el corto plazo a 200 mil despidos solo en la construcción. El Rodrigazo licúa el salario, las jubilaciones y los planes sociales. La tarea de la izquierda obrera y socialista es trabajar para poner en pie a los trabajadores contra las medidas antiobreras.
 La decisión del movimiento piquetero de convocar a un plenario este jueves 23 para definir un curso de acción ahora; el llamado del EMVyJ de movilizarse contra la impunidad, el negacionismo y la criminalización de la protesta este mismo jueves en la ronda de las Madres de Plaza de Mayo; las asambleas convocadas por los trabajadores de prensa por las privatizaciones en el área y otras reacciones que se van dando son el camino por recorrer. 
 Organizar la intervención de los trabajadores de forma independiente, combatiendo a la burocracia en los sindicatos y las organizaciones populares y su seguidismo a la burguesía; impulsar una fuerte deliberación para organizar la respuesta y enfrentar a la transición en curso y al gobierno de Milei, defender las libertades y los derechos conquistados con enormes luchas: esa es la tarea inmediata. El pretendido frente “antifascista” atado al movimiento responsable del hundimiento y aliado del FMI es una política de derrota. 
 Hay una conclusión inevitable que arroja la situación política creada por la crisis y por el resultado electoral. La superación política del peronismo para los trabajadores solo es posible construyendo su propio partido, estructurándose políticamente sobre un programa de salida obrera y socialista a la crisis. Esa es la perspectiva con la que intervenimos activamente en la lucha de clases. 

 Eduardo Salas

domingo, 26 de noviembre de 2023

La crisis del pregabinete no ha concluido en Argentina


La expulsión del gabinete de Milei de algunos libertarios de la primera hora, como el dolarizador Emilio Ocampo, no ha cerrado la prematura crisis política que estalló en la semana posterior al balotaje. Lo único que puso de manifiesto la salida de Ocampo son las vacilaciones de sus seguidores en relación al rumbo económico y, principalmente, al desarme de la gigantesca bola de la deuda del Banco Central con los bancos privados – Leliqs y pases.
 La remoción de Ocampo y la llegada de Caputo fueron parte de un golpe económico del capital financiero: el día jueves, los bancos desistieron de renovar el 60% de las colocaciones de Leliqs que vencían ese día, y reasignaron esos fondos a colocaciones con 24 horas de plazo (pases). El eventual vuelco de esa masa de dinero a la circulación constituiría un pasaporte a la corrida cambiaria y a la hiperinflación en cuestión de horas. Las movidas siguientes del gabinete económico estuvieron condicionadas por esa extorsión. 
 Lo primero que hizo el eventual ministro Luis Caputo fue reunirse con la Asociación de Bancos. Las versiones difusas sobre esa reunión confirman que Milei-Caputo, en relación a la cuestión explosiva de las Leliqs, aún no tienen nada en la mano. Caputo se limitó a descartar salidas de carácter confiscatorio (plan Bonex), pero no presentó un planteo alternativo. Caputo había desautorizado a Ocampo por considerar que “no había apetito en el mercado para colocar bonos de deuda a canjear por las Leliq, acercar dólares frescos y poner en marcha la dolarización” (La Nación, 26/11). Caputo tampoco pudo anunciar el meneado crédito de 15.000 millones de dólares que fue a gestionar al FMI. Incluso si fuera concedido, esos fondos no sólo deberían servir como respaldo para una eventual salida de las Leliqs – también tendrían que asegurar el giro corriente de divisas, en un escenario con 10.000 millones de dólares de reservas negativas y una deuda de 40.000 millones por importaciones. Esa frazada -si existiera- es demasiado corta.
 La alternativa de emitir deuda para recibir dólares frescos exigiría ofrecer activos en garantía –acciones del Fondo del Anses y otros patrimonios públicos. Aun así, esa variante choca con la formidable devaluación de la deuda argentina, que obligaría a emitir títulos por un valor tres o cuatro veces superior a los fondos a percibir. La variante de reemplazar a las Leliqs por títulos del Tesoro en pesos es tan explosiva como la situación actual: no hay otra manera de pagar los intereses astronómicos de esa alternativa si no es con emisión de pesos por parte del banco Central. 
 Los bancos le reiteraron a Caputo la variante “gradualista” de un desarme progresivo de las Leliqs, como resultado de un feroz ajuste fiscal, por un lado, y de la progresiva licuación de la deuda, por el otro. La banca (pero también Caputo-Milei) presenta al cese del financiamiento del Central al Tesoro como “emisión cero”. Es un un planteo mentiroso, porque el Banco seguirá emitiendo para pagar intereses e intervenir en el mercado de deuda. Salarios, jubilaciones y gastos sociales pagarán este rescate inescrupuloso de los banqueros. 
 La salida “gradual” de los bancos, sin embargo, es incompatible con una liberación más o menos cercana del mercado de cambios y choca, por lo tanto, con los planteos estratégicos de las “fuerzas del cielo”- la expectativa de un ingreso de dólares del agro negocio, el gas y la minería. En definitiva, la cuestión de la quiebra del Banco Central pone de manifiesto un dislocamiento más general del régimen económico, que no podrá procesarse con salidas indoloras. 

 Caputo-Posse 

Los diarios informan que Caputo fue “contratado” por Nicolás Posse, el futuro jefe de gabinete de Milei, hace varios meses, para pergeñar una ingeniería financiera con vistas a un eventual triunfo de la LLA. Pero la información periodística no dice quién “contrató” a Posse, aunque sí señala que se encargó de ´armar´ la candidatura de Milei a partir del apoyo de un conjunto de “políticos y empresarios” (LN, 26/11).
 Algunos detractores tempranos de Caputo han salido a acusarlo de que quiere conseguir dólares frescos para armar “una fuga de capitales al estilo de la de Sturzenegger en 2018” (infobae, 26/11). Según estas fuentes, los 12.000 o 15.000 millones de dólares que estaría tramitando Caputo podrían tener ese destino. Sugestivamente, Caputo ha dejado de sonar para el ministerio de Economía, pero sí tendría la silla del Banco Central – es decir, la “lapicera” que arbitrará sobre el ingreso y la salida de dólares.
 En torno del gabinete de Milei, y de la bancarrota argentina, se procesa una lucha feroz de camarillas capitalistas – la cuestión es quién conquista la posición privilegiada en el mega “concurso de acreedores”.
 Al compás de esta puja, la crisis del pregabinete abarca a todas las carteras. Villarruel ha entrado en cortocicuito con Milei, después de haber sido desplazada de las áreas de Defensa y Seguridad; pero la “sobreviviente designada”, Patricia Bullrich, entró en colisión con Macri, por haber arreglado con Milei por cuerda separada; los diputados libertarios se han rebelado contra la designación de Randazzo, a quien bancan los gobernadores pejotistas. El resultado del balotaje no ha sido el punto de apoyo para la reconstrucción de un régimen político quebrado, sino otro salto en su disgregación. 

 Marcelo Ramal
 26/11/2023

sábado, 25 de noviembre de 2023

Gaza: una tregua en medio de la destrucción sionista


La ofensiva israelí dañó la mitad de los edificios del enclave

 Israel y las organizaciones armadas de Gaza arribaron este miércoles 22 a una tregua de cinco días de duración que incluye el intercambio de 50 rehenes de Hamas y la Jihad Islámica por 150 prisioneros políticos palestinos y el ingreso de 200 camiones con ayuda humanitaria al enclave costero, que se encuentra bloqueado por Tel Aviv. El acuerdo contó con la mediación de Qatar y Egipto, y era alentado también desde Estados Unidos y la Unión Europea. 
 En el gabinete israelí, el pacto fue aprobado por todas las fuerzas políticas del gobierno de unidad nacional, con la excepción del ultraderechista Poder Judío del ministro de Seguridad, Itamar Ben Gvir, que era partidario de continuar la ofensiva. De todos modos, el primer ministro, Bejamin Netanyahu, aclaró que los ataques se reiniciarán ni bien expire la tregua. 
 Hasta el momento, los ataques israelíes han dejado más de 14 mil muertos, de los cuales más de 5 mil son niños. Las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) tienen entre sus blancos predilectos a los hospitales, escuelas y centros de refugiados: la Organización Mundial de la Salud (OMS) relevó más de 150 ataques aéreos contra nosocomios, que lo costaron la vida a más de 500 personas, mientras que la Unesco denuncia la agresión sobre 200 centros educativos. Uno de los últimos, el bombardeo contra una escuela ubicada dentro del campamento de Jabaliya, dejó 50 muertos. Además, el bloqueo de la Franja colocó la región al borde de la hambruna, según el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas. Estamos, a las claras, frente a una acción de características genocidas.
 ¿Qué pudo haber empujado a Israel a aceptar una tregua? Uno de los principales factores pasa por la presión de los propios familiares de los rehenes. En vísperas del acuerdo con Hamas, alrededor de 25 mil personas los acompañaron en una marcha hasta Tel Aviv, donde exigieron a Netanyahu que los devolviera a casa a como dé lugar, incluyendo, si fuera necesario, una negociación con los grupos armados, a la que hasta el momento el primer ministro israelí se resistía. 

 El escenario de batalla 

En el plano militar, las FDI bombardean todo el enclave, pero concentran sus operaciones terrestres en el norte, del que han sido desplazadas por la fuerza más de un millón de personas. Los hospitales que aún funcionan son bloqueados por los tanques y, en algunos casos, desalojados a punta de pistola, como el centro Al-Shifa, el más importante de la región. 
 Las tropas israelíes capturaron y posteriormente dinamitaron el parlamento en la ciudad de Gaza, tomaron toda el área occidental de esa urbe, la Facultad de Ingeniería, y rodearon el populoso campamento de Jabaliya. Es una política de tierra arrasada: los soldados avanzan junto a bulldozers que van demoliendo los edificios previamente dañados por la aviación sionista. Barrios enteros son arrasados y se estima que la mitad de las viviendas y edificios del enclave han sufrido daños. 
 Las fuerzas israelíes se enfrentan a un combate de guerrillas de los milicianos de Hamas y la Jihad Islámica, que emergen de los túneles, atacan objetivos israelíes y vuelven a sus posiciones. Según un artículo del Washington Post, reproducido por La Nación (12/11), las organizaciones armadas palestinas contarían con mejor armamento que en el pasado, habiendo sumado material de contrabando proveniente de algunas guerras en la región (Libia, Irak, Siria, Sudán), no obstante lo cual, en el plano estrictamente militar, la desproporción de fuerzas entre los bandos sigue siendo descomunal. Tel Aviv celebra haber perfeccionado la defensa de sus blindados, sin lo cual las bajas recibidas en esta invasión serían mucho mayores. Hasta el momento, las FDI reconocen 68 muertos. 
 En ocasión de la captura del parlamento, el ministro de Defensa Yoav Gallant aseguró que Hamas “ya no controla la Franja”. Sin embargo, la toma del edificio legislativo no es un hecho determinante en un conflicto complejo que el propio primer ministro, Benjamin Netanyahu, anticipó que sería “largo y difícil”. 

 La región

 La ofensiva sionista crea un cuadro de desestabilización en todo el mundo árabe. En la Casa Blanca, crece la preocupación de un estallido en Cisjordania, donde las fuerzas israelíes asesinaron a más de un centenar de personas desde el 7 de octubre, y donde las bandas de colonos armados practican cotidianamente atentados contra los agricultores palestinos. El gobierno yanqui apuesta a que la Autoridad Palestina (AP) pueda jugar un rol de contención en el área y postula, incluso, como una variante, que la AP asuma en un futuro (derrota de Hamas mediante) el control administrativo de Gaza, una opción que Netanyahu, de momento, rechaza. 
 Por otra parte, una extensión de la ofensiva militar al sur de Gaza, en la frontera con Egipto, podría agrietar la relación con El Cairo y tener consecuencias humanitarias aún más catastróficas que las que hemos visto hasta ahora, dado que allí se hacinan en improvisados campamentos los cientos de miles que fueron evacuados por la fuerza desde el norte. 
 Al respecto, el primer ministro egipcio, Mustafa Madbuli, advirtió que “cualquier desplazamiento forzado de la población de la Franja de Gaza representaría una clara amenaza”. Incluso denunció que los bombardeos plantean “una bomba humana capaz de explotar en dirección a Egipto”. Jordania, que acoge a dos millones de refugiados palestinos, ya lanzó sus propias advertencias. 
 En paralelo, aunque de baja intensidad, persiste el intercambio de misiles entre Israel y Hezbollah en la frontera norte, y las milicias hutíes de Yemen, solidarias con la causa palestina, tomaron un buque en el Mar Rojo y anticiparon nuevas capturas en la zona del estratégico estrecho de Bab el-Mandeb, que conecta ese mar con el Indico. 
 Si, por el momento, la situación no ha escalado más, se debe a los lazos de muchas de las burguesías árabes con el imperialismo yanqui, y a la cautela que han mostrado Hezbollah, en el Líbano, e Irán, preocupados por sus propias situaciones domésticas, tanto en el terreno político como económico. 

 El imperialismo

 El imperialismo apaña la acción genocida de Israel. Las hipócritas declaraciones a favor de treguas y “pausas humanitarias” no nos deben mover a engaño. Además de aportar bombas a Israel, para apuntalar aún más su presencia en Medio Oriente, Biden ordenó, desde el 7 de octubre, el viaje de un portaaviones al Mediterráneo oriental y sumó decenas de aviones en países del Golfo Pérsico en los que ya cuenta con bases militares. Algunas de esas posiciones yanquis en Irak y Siria, vale decir, han sido atacadas, mientras que la Casa Blanca respondió con fuego propio.
 La Unión Europea, por su lado, emitió un comunicado que, en lugar de condenar los bombardeos contra hospitales, escuelas y centros de refugiados, condena… ¡a Hamas!, acusando a la organización de usar “escudos humanos”, que es el pretexto con el que las FDI justifican sus operaciones criminales.
 Es imperioso detener el genocidio contra el pueblo palestino. La enorme movilización de casi un millón de personas en el Reino Unido, las grandes manifestaciones en los campus universitarios y ciudades de Estados Unidos, y algunas acciones obreras como el paro del SI Cobas en Italia, marcan un camino.

 Gustavo Montenegro

jueves, 23 de noviembre de 2023

El Estado sionista acepta una tregua para liberar rehenes, luego del fracaso de mes y medio de bombardeo genocida


Debe liberar a 150 mujeres y niños palestinos. 

 Las autoridades sionistas y Hamas acordaron el miércoles un cese de fuego de cuatro días que recién entraría a regir el viernes. El cese del fuego permitiría un primer ingreso de 100 camiones de ayuda humanitaria a Gaza y un intercambio de rehenes de Hamas por presos palestinos en las cárceles sionistas, a razón de “tres palestinos por cada israelí liberado”. En todos los casos se trataría de menores de edad y mujeres. Además, “se suspenderán las incursiones aéreas israelíes sobre el sur de Gaza, y la actividad aérea sobre el norte de Gaza se restringirá a seis horas al día. Según un comunicado de Hamas, Israel acordó no arrestar a nadie en Gaza mientras dure la tregua” (The Guardian, 23/11). 
 Israel volvió sobre sus pasos ya que el acuerdo “es similar al rechazado la semana pasada” (Haaretz, 22/11). Según The Guardian fue “la creciente presión de Estados Unidos y de las familias de los rehenes israelíes” lo que determinó lo finalmente acordado por el gabinete israelí en las primeras horas del miércoles (que) era muy similar en líneas generales a lo que estaba sobre la mesa hace un mes” (23/11).
 Según Al Jazeera “los medios israelíes informaron de acalorados intercambios entre ministros del gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu” (22/11). Haaretz informó que los ministros-colonos de ultraderecha Ben-Gvir y Smotrich se oponen al acuerdo de rehenes; aun así el gabinete de guerra sionista habría dado el brazo a torcer en “la comprensión de que el clamor de las familias de los rehenes está despertando un amplio apoyo público” (Haaretz, ídem), en tanto el gabinete de guerra sionista hablaba de “pena de muerte para los detenidos de Hamas” (Al Jazeera, ídem).
 Simultáneamente a las tratativas por los rehenes, periodistas de este medio descubrieron “palestinos enterrados en una fosa común a medida que se acerca la tregua” (Edna Mohamed, Farah Najjar yJoseph Stepansky). El régimen sionista está cebado: “En las últimas semanas, ministros, miembros de la Knesset y generales retirados han pedido el traslado de los residentes de la Franja de Gaza al extranjero, para utilizar bombas nucleares contra la Franja y no dejarse disuadir por el estallido de epidemias” (Haaretz, 22/11). 
 “Está previsto que el canje se produzca por ´pulsos´ diseñados para incentivar a Israel a mantener el alto el fuego. En el pasado, por caso durante la guerra de Gaza de 2014, hubo dificultades para mantener los altos el fuego incluso cuando ya estaban acordados” (ídem). El ejército sionista “planea operar sobre el terreno en la Franja sur más adelante en la guerra, (lo que) será una batalla en lo que probablemente sea el área más densamente poblada del mundo” (ídem).
 La guerra en el norte de la Franja se desató mientras la población de la ciudad de Gaza era desplazada al sur. Ahora la población no puede ser desplazada más, acorralada entre las fronteras sur de Israel y el paso de Rafah con Egipto. Israel prepara una ofensiva que puede multiplicar varias veces las 15 mil víctimas mortales actuales. “Según la ONU, alrededor de 1,7 millones de personas, casi tres cuartas partes de la población de Gaza, han sido desplazadas y 900.000 se han amontonado en refugios gestionados por la ONU” (Haaretz, 23/11). Avi Dichter, integrante del gabinete de seguridad israelí y ministro de Agricultura respondió a una pregunta sobre si las imágenes de los residentes del norte de la Franja de Gaza evacuando hacia el sur eran comparables a las de la Nakba de 1948: “Ahora -dijo- estamos desplegando la Nakba en Gaza” (ídem).
 La ilusión de que la tregua pueda extenderse en el tiempo, “probablemente no sea realista", dijo una fuente que ha estado en contacto regular con Doha. "Todos los demás con los que hablamos creen que después de esta pausa la situación empeorará mucho” dicen los corresponsales de The Guardian (23/11). 

 Norberto Malaj 
 23/11/2023

Gaza y Guernica: dos experimentos de destrucción masiva


La pequeña Guernica. 

 Guernica se llama una aldea del País Vasco, en España, que fue bombardeada el 26 de abril de 1937 por la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana, que apoyaban al general Francisco Franco contra el gobierno de la República Española. Era la mañana de un día de feria, de mercado al aire libre, cuando cuatro escuadrillas de aviones bombarderos Ju-52 y la escuadrilla VB 88 de bombardeo experimental alemanas, escoltadas por aviones cazas Heinkel He 51 y aviones cazas italianos, descargaron su poder de fuego sobre la plaza del pueblo. Les dispararon bombas medianas de 250 kg, ligeras de 50 kg y más de tres mil proyectiles incendiarios de aluminio de 1 kg sobre el casco urbano, mientras los cazas disparaban en vuelo rasante sobre las personas que intentaban huir. 
 El bombardeo se mantuvo hasta las últimas horas de la tarde, mientras la gente trataba de ocultarse en refugios antiaéreos que habían construido preventivamente, porque ya los franquistas habían bombardeado otras ciudades atacando directamente a la población civil (Ochandiano, Durango, Gijón, Barcelona, Alicante), aunque no en tamaña proporción. En Guernica existían tres fábricas de armamentos, pero no de artillería antiaérea y tampoco estaban funcionando en ese momento.
 La razón de que un ataque comandado por fuerzas extranjeras acometiera a una aldea pacífica y aislada fue poder probar ese nuevo armamento disparando sobre un blanco fácil, como ensayo previo a la Segunda Guerra Mundial por parte de los incipientes nazismo y fascismo.

 La pequeña Gaza 

En la invasión por el Estado sionista de Israel a la Franja de Gaza, se repiten elementos presentes en la emblemática destrucción de Guernica. Uno es la pequeñez del territorio atacado (360 km2), cuya superficie es de aproximadamente la mitad de la ciudad de Córdoba (782 km2), pero con muchos más habitantes: 2 millones 300.000 palestinos (altísima densidad poblacional), mientras que los cordobeses suman 2 millones 107.000. Otra similitud es el ataque a población civil desarmada, más criminal aun en Gaza pues la mitad de sus habitantes son menores de edad, incluso niños. Para completar, la prueba de armamento bélico novedoso desde hace 20 años por parte de una potencia en la industria militar, como Israel, proveedora de armas a gobiernos reaccionarios y dictatoriales. 
 Norberto Malaj cita un informe de Amnistía Internacional: “Israel vendió armas al gobierno del apartheid sudafricano en 1975” … “napalm y otras armas a El Salvador durante sus guerras de contrainsurgencia entre 1980 y 1992” … “balas, rifles y granadas (…) en el genocidio de Ruanda” … “armas al ejército serbio que libró la guerra contra Bosnia entre 1992 y 1995” … “misiles y morteros a Azerbaiyán para su campaña para recuperar Nagorno-Karabaj”. Los palestinos comenzaron su lucha lanzando piedras contra los israelitas: la Intifada. 

 Españoles y palestinos: el coraje y el exterminio

 En la España de los años 30 se luchaba por sostener un gobierno republicano democrático; en Gaza, por defender un territorio históricamente perteneciente al pueblo palestino. El coraje de los milicianos populares en ambas naciones es admirable. El exterminio que ayer los totalitarismos nazi, fascista y falangista le impusieron al pueblo español, ahora el Estado sionista de Israel -apoyado por la OTAN y por Estados Unidos en especial- se lo impone a Gaza. 

 El “Guernica” de Pablo Picasso 

La masacre en la aldea Guernica fue tan terrible, que el gobierno de Juan Negrín le encarga al pintor Pablo Picasso un cuadro que represente la tragedia, para ser exhibido en la Exposición Internacional de Paris, 1937, y el artista creó una de las más famosas pinturas que existen: “Guernica”. En el enorme cuadro, hay dos figuras centrales como denuncia de la catástrofe: una madre con su niño muerto en los brazos y el miliciano derribado. Se cuenta que un fascista le preguntó a Picasso, mirando la pintura: “¿Usted ha hecho esto?” y que el pintor le respondió “No, ustedes lo hicieron”. 
 Efectivamente, así es. En el cuadro de Picasso, el movimiento pictórico cubista con sus imágenes fracturadas, fragmentadas y distorsionadas, pudo captar la esencia de la descomposición del capitalismo. La barbarie que convierte en ruinas a ciudades enteras. La iniquidad de ensañarse con los más débiles. La destrucción de la naturaleza representada en las figuras del caballo, el toro y la paloma. No obstante, en la parte superior del cuadro cuelga una lámpara encendida. La conciencia. La noción de futuro. La persistencia de la lucha contra la opresión y la explotación. En Guernica, en Gaza y en el mundo entero, hasta romper las cadenas del capitalismo y el imperialismo internacional. 

 Eugenia Cabral 
 21/11/2023

martes, 21 de noviembre de 2023

Ni llorar ni reír, comprender


Un aporte al debate del balance electoral. 

 Esta máxima aplica más que nunca a la situación planteada por el desenlace electoral de ayer. Milei sacó casi el 56 por ciento de los votos contra un peronismo que hizo una elección de derrumbe histórico. No fue por falta de apoyo: desde la CGT hasta el titular de la Sociedad Rural se pronunciaron en apoyo a Massa. Lo hicieron además otras importantes cámaras empresariales. El embajador norteamericano apadrinó su planteo de “unidad nacional” que fue apoyado además por Gerardo Morales o inclusive, en forma velada, por Horacio Rodríguez Larreta. Los “mercados” mantuvieron calmo el dólar en la previa al balotaje. Los movimientos sociales oficialistas y la burocracia sindical garantizaron una tregua, sin “importunar” la campaña electoral. Y, aún así, cayó por casi 12 puntos; no pudo ganar con claridad la provincia de Buenos Aires, cayó en gran parte del norte del país, inclusive en bastiones que antes el PJ consideraba inexpugnables. 
 ¿Por qué ganó Milei? Muchos militantes y activistas populares están en un estado de desasosiego, sin llegar a comprender cómo un negacionista de la dictadura, con un programa de ajuste abierto, inclusive la dolarización, de destrucción de la salud y la educación pública pudo obtener esa indiscutible mayoría. La campaña “democracia o fascismo” contribuye a este clima social. ¿Un 56 por ciento de la Argentina optó por el fascismo?
 Lo cierto es que Milei explotó la crítica a un gobierno que dejó no solamente un 42% de pobreza, sino un deterioro a fondo de las condiciones de vida de amplias capas de la población trabajadora. Los “fachos” como Milei pulularon siempre en democracia. Ahí están para probarlo Milani y Berni, Lopérfido y Bullrich, Bussi y hasta Gerardo Morales. Pero es la primera vez que una fuerza de este tipo se presenta en forma autónoma y arrastra el apoyo de la mayoría de la sociedad argentina, inclusive y muy marcadamente de las capas populares. 
 En los debates previos al balotaje, los compañeros de La Matanza contaron una anécdota relevante para entender de qué estamos hablando. El hospital de Niños municipal, al cual le colgaron un cartel que sostenía que se privatizaría si gana Milei, está, hoy, vaciado por completo, sin atención de guardia y la mayoría de sus especialistas renunció por la falta de pago de salarios. La “defensa de la salud pública” quedó como bandera de un gobierno que la pisoteó, no solamente por la situación de crisis de los establecimientos sanitarios, sino además por los privilegios del “vacunatorio VIP”.
 A la población de los suburbios de Rosario y de muchas otras grandes ciudades del país hace tiempo que ya no le aterrorizan los “Falcon verde”, porque vive entre balaceras de bandas narco apañadas por el Estado. La defensa de los derechos laborales resulta abstracta para la tercera parte de la fuerza de trabajo en negro. Milei tuvo un voto récord entre los obreros de la construcción, los precarizados o la “juventud de Rappi”. Al atar en el terreno discursivo estas banderas progresistas al monumental fracaso social del que es responsable, el peronismo contribuyó a que esta extrema derecha las demoliera electoralmente. Así, en nombre de la estabilidad cambiaria se votó por un ajuste, en la expectativa de terminar con el ajuste mensual por inflación. Milei explotó la crítica a la “casta” en una población hastiada de los golpes contra sus aspiraciones tanto del macrismo como del peronismo.
 Por eso aunque el triunfo de una fuerza reaccionaria sea un golpe a “las ideas de la izquierda”, la particularidad es que Milei explotó la crítica al descalabro social para golpear a un progresismo e inclusive a una izquierda fuertemente integrada al régimen. Por el contrario, la izquierda independiente siempre combatió la cooptación y la integración al Estado que llevó a las Madres de Plaza de Mayo a defender en su revista a Milani. La defensa de los derechos humanos yendo de la mano de Berni es un enorme contrasentido. Las organizaciones piqueteras militaron por las candidaturas de Tolosa Paz mientras aplicaba un fuerte ajuste en el Ministerio de Desarrollo Social. La burocracia sindical que dice defender “los derechos laborales” dejó pasar la precarización laboral en gran escala, contribuyendo a la emergencia de una juventud que no tiene siquiera la experiencia de contar con derechos y que, menos aún, se siente interpelada a defender.
 Este proceso de integración al Estado tuvo una contraparte fundamental: en nombre de la “defensa de la democracia” las organizaciones populares y sindicales bajo el ala del oficialismo se borraron totalmente de la calle. Contribuyeron a la demonización del movimiento piquetero independiente, que fue aislado en base a una campaña común del gobierno y la oposición. Y a instalar una enorme división en las filas obreras, entre quienes se movilizan contra el hambre y quienes suponen que esas migajas que el gobierno destina a la asistencia social se financian con impuestos que paga el resto de la clase trabajadora. 
 Esta ausencia de un protagonismo popular se explica a la luz de la agenda del actual oficialismo. Un gobierno plantado en un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que encorsetó la economía argentina y que tuvo como resultado una enorme redistribución regresiva del ingreso, llevada adelante por un gobierno que propuso justo lo contrario. En un acto insólito, el asesor catalán de la campaña electoral de Massa bloqueó un acto de la CGT de cara al balotaje. Esconder a quienes realmente están interesados en defender los derechos laborales, desorganizar al movimiento obrero, anularlo como factor político es una enorme contribución al ascenso de Milei. 
 Esta desmovilización tuvo un punto central en la retirada de las calles del enorme movimiento de mujeres, que el peronismo confinó después de la victoria de la ley del aborto a recluirse en ministerios que fueron totalmente inútiles para combatir la violencia contra la mujer. Con el movimiento de mujeres fuera de las calles, avanzaron los antiderechos, dentro y fuera del gobierno. Terminamos con un 56% del electorado votando una alternativa que pretende eliminar el derecho al aborto. Pero también al movimiento estudiantil, desarticulado luego de la pandemia, con las conducciones kirchneristas de los centros de estudiantes que se mantenían pasivas mientras a las escuelas y universidades se le caían los techos y la juventud se volcaba al apoyo al programa de “vouchers” educativos de Milei. 

 Barajar y dar de nuevo 

Por eso el triunfo de Milei debe servir para barajar y dar de nuevo en el movimiento popular. Atar las banderas de la defensa de los derechos humanos, la defensa de los derechos laborales o las aspiraciones populares a una fuerza política que contribuyó decisivamente en los últimos 20 años lleva a someterlos a una variante capitalista sometida al Fondo Monetario, que ya mostró su inviabilidad para llevarlos adelante. Mientras la derecha se radicalizó ganando apoyo, la izquierda agrupada en el FIT-U no supo y no pudo colocarse como una alternativa a este gobierno que permitiera que el descontento se expresara por izquierda. Y muchos compañeros están frustrados porque leyeron la elección como una batalla entre democracia y fascismo, sin percibir el infierno en el cual el sistema democrático capitalista ha transformado la vida de millones de familias trabajadoras. La izquierda que se sumó abiertamente a la defensa del voto a Massa ha contribuido a alimentar esta nueva frustración, y a darle un golpe a la independencia política del Frente de Izquierda.
 El nuevo cuadro va a generar un replanteo. Porque la derrota electoral del peronismo, mal que le pese a Milei, no es una derrota del movimiento obrero. Aquí hay una nueva batalla que habrá que dar. Milei no ha reunido aún las condiciones para un régimen fascista. Deberá enfrentar una resistencia popular que va a abrirse paso a pesar de la colaboración que pretende ya la burocracia sindical y gran parte del peronismo, que ya colaboró con Macri. En esta trinchera estará la izquierda, que enfrentará desde el día 1 a Milei llamando a la clase obrera, los estudiantes y la juventud a reaccionar para defender todos sus reclamos y sacarse de encima a la lacra de los liberfachos.

 Juan García

domingo, 19 de noviembre de 2023

Genocidio: Israel bombardea una escuela en la Franja de Gaza y deja 50 muertos


Las FDI ya agredieron más de 200 centros educativos y lanzaron 150 ataques aéreos contra hospitales.

 Ya son más de 16 mil los muertos por los ataques israelíes Ya no hay palabras para describir las acciones del Estado de Israel contra el pueblo palestino: en las últimas horas, 50 personas murieron a raíz de un ataque aéreo contra una escuela de Naciones Unidas en el campo de refugiados de Jabaliya, en el norte de la Franja de Gaza. Los centros educativos se transformaron en sitios de acogida ante los bombardeos masivos y el desplazamiento forzado de más de un millón de personas, no obstante lo cual las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) los han adoptado también como blancos: al menos 200 fueron agredidos, según la Unesco. 
 Jabaliya ya había sufrido otros lanzamientos aéreos en el pasado, que dejaron decenas de víctimas fatales. En esta ocasión, además de la escuela de Al Fakhura, fueron bombardeadas otras zonas del populoso campamento, el mayor de la zona, elevando la cifra total de muertos a más de 80. 
 Paralelamente, las FDI están forzando a punta de pistola el desalojo de los médicos y pacientes del hospital Al-Shifa, el principal del enclave, con el pretexto de que funcionaría en su subsuelo un comando de Hamas. Desde el 7 de octubre, Tel Aviv lanzó más de 150 ataques contra centros sanitarios, dejando más de 500 muertos, según relevamiento de la Organización Mundial de la Salud. La falta de combustible para alimentar los generadores, como fruto del bloqueo israelí, provocó el cierre de más de la mitad de los nosocomios, y en otros casos, la desconexión de los equipos eléctricos provocó la muerte de decenas de pacientes, enterrados en fosas comunes. 
 Ya son más de 16 mil las víctimas de la ofensiva israelí. El férreo bloqueo del enclave, a su vez, ha colocado la región al borde de la hambruna. “Con el invierno acercándose rápidamente, los refugios inseguros y abarrotados y la falta de agua potable, los civiles se enfrentan a la posibilidad inmediata de morir de hambre”, alertó en un comunicado la directora del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, Cindy McCain. 
 Tanto Estados Unidos como la Unión Europea apoyan esta masacre, al punto de que ni siquiera reclaman un cese al fuego, limitándose a plantear “pausas humanitarias” diarias que Israel, por otra parte, ni siquiera lleva a la práctica. 
 Es imperioso detener este genocidio. 

 Prensa Obrera

viernes, 17 de noviembre de 2023

Las relaciones entre el Estado de Israel y los nazis ucranianos


Batallón Azov. 

Las imposturas del sionismo.

 La campaña que el Estado de Israel se encuentra desarrollando para colocar un signo igual entre antisionismo y antisemitismo, con el objetivo de acallar cualquier crítica hacia el genocidio que está llevando adelante contra la población palestina de Gaza, carece de toda seriedad argumental. No solo porque pretende confundir una religión-cultura que apareció en el siglo V a.C. con un movimiento nacionalista cuyo origen se remonta a fines del siglo XIX, o porque ha apoyado regímenes antisemitas en varias oportunidades. El gobierno sionista, además, se codea con el Batallón Azov, una fuerza militar neonazi ucraniana. 
 En diciembre de 2022, según el periódico The Jerusalem Post, una delegación de esa formación castrense visitó Israel y mantuvo una reunión con oficiales y reservistas del Ejército sionista en la que se discutió la situación política en Ucrania. “Se habló sobre la defensa de la fábrica de Azovstal en Mariupol y sobre los informes y declaraciones de Rusia acerca del batallón y la guerra en curso” (Resumen Latinoamericano, 22/12/2022). 
 Activistas de Israel que luchan en defensa de los derechos humanos han denunciado que las Fuerzas Armadas ucranianas fueron pertrechadas y entrenadas por israelíes y han advertido que tanto los artefactos bélicos como el adiestramiento pudieron haber sido aprovechados por los nazis de Azov (The Electronic Intifada, 4/7/2018). En la propaganda online del Batallón se llegó a ver a sus reclutas sosteniendo rifles israelíes. 
 En 2018, el diario israelí Haaretz informó que los militantes por los DD.HH. presentaron una petición ante el Tribunal Superior de Justicia sionista para exigir el fin de las exportaciones de armas a Ucrania por temor a que llegaran a las manos de los militantes de Azov. 
 El Batallón Azov es una formación militar nacionalista de contenido nazi compuesta por voluntarios de Ucrania y varios países. Fue creada en 2014, en el marco de la guerra ruso-ucraniana (cuyo detonante fue la ocupación rusa de Crimea), e incentivada directamente por el gobierno de Oleksandr Turchínov. El Ministerio de Defensa ucranio le cedió un edificio para que desenvuelva sus tareas de reclutamiento. Sus integrantes llevan la figura del ángel lobo en el centro de sus uniformes, un símbolo medieval alemán que fue adoptado por los nazis.
 El FBI llegó a caracterizar que estuvo a la cabeza del “movimiento nazi internacional” (People’s World, 3/1). Las tropas de Azov han sido acusadas por las Naciones Unidas y algunas organizaciones internacionales de derechos humanos (Human Rights Watch, Amnistía Internacional) de cometer crímenes de guerra. Asimismo, han llevado adelante actos de violencia contra judíos, gitanos y rusos.
 “Los lazos de los grupos fascistas con el aparato estatal explican que en diciembre de 2021, Ucrania fuera (junto a Estados Unidos) el único país del mundo que votó en contra de una moción rusa en una asamblea general de Naciones Unidas que condenaba la glorificación del nazismo, el neonazismo y otras prácticas que promuevan el racismo, la xenofobia y la intolerancia” (Prensa Obrera, 23/3/2022).
 El franeleo del sionismo con tendencias políticas antisemitas no sorprende. Es que apoyó a las dictaduras de Videla y Pinochet, las cuales torturaban y mataban judíos argentinos y chilenos con mucha saña. También fue cómplice del dictador nicaragüense Somoza, del régimen racista de Sudáfrica y del Sah iraní. Los socialistas, en cambio, hemos combatido esta lacra en todos los planos. 
 Abajo el Estado de Israel. Viva la lucha del pueblo palestino. 

 Nazareno Suozzi

jueves, 16 de noviembre de 2023

Adónde va la guerra de tierra arrasada del sionismo en Gaza


El diseño estratégico de guerra que lleva adelante el Gabinete de guerra de Netanyahu para eliminar a la milicia de Hamas es fácil de discernir. Esta guerra genocida se ha cobrado, hasta el momento, la vida de unos 12 mil gazatíes, la mitad de los cuales son niños, y más de 20 mil heridos. Ha destruido decenas de miles de edificios y distintas infraestructuras, con el propósito de convertir a Gaza en un terreno plano que habilite el ataque a la red de túneles que ha construido Hamas en prevención, precisamente, de una guerra con Israel. 
 The Wall Street Journal (14/11) describe el seguimiento de la guerra en la Franja desde Israel, por parte de Givati, una Brigada sionista, que muestra en tiempo real la ubicación de las fuerzas palestinas e israelíes en Gaza, a partir de la información que recibe “de drones, jets de combate, unidades navales, tanques y soldados”. Este sofisticado escenario de inteligencia contrasta con lo ocurrido hace un mes y medio, cuando el asalto de Hamas al Muro que separa al sur de Israel de Gaza tomó por sorpresa a los servicios de espionaje del estado sionista. 
 El diario norteamericano precisa que este seguimiento electrónico jugará un rol fundamental en las próximas semanas, cuando las tropas sionistas encaren una operación “más quirúrgica” contra Hamas, que contrastaría con los bombardeos salvajes al que fue sometido el norte de Gaza para expulsar a la población del lugar, que se estima en más un millón y medio, los dos tercios de la población total. Este trabajo ‘menos quirúrgico’ sirvió para destruir decenas de miles de edificios de viviendas, bombardear campos de refugiados y destruir la mayor parte de los centros de salud de Gaza, incluidos aquellos que son gestionados por ONGs y las Naciones Unidas. Para llegar al subsuelo de la Franja, el sionismo no ha encontrado otra herramienta que el asesinato colectivo. John Kirby y Jack Sullivan, dos funcionarios de alto rango de Estados Unidos, han apoyado en forma expresa esta estrategia militar y el mismo Biden ha considerado perjudicial para ella cualquier forma de cese del fuego, incluso transitoria. Salvo enfrentamientos ocasionales la guerra directa entre el ejército sionista y Hamas aún no ha comenzado.
 En este contexto, el ejército sionista atacó e invadió, el martes pasado, el hospital Al Shifa, el mayor de toda la Franja. Los tanques sionistas ocuparon los patios del hospital y las puertas del departamento de cirugía especializada fueron voladas. El estado mayor sionista había asegurado que las instalaciones de Al Shifa eran usadas por Hamas y que debajo de ellas se encontraba la central de comando de la guerrilla. Al Shifa ha venido siendo castigada en forma severa, mediante el cese de la provisión de agua y combustible; en sus puertas se apilan cadáveres en estado de putrefacción a la espera de ser enterrados en fosas comunes. El centro de salud alberga a miles de personas – una mayoría de heridos que requiere atención, y también refugiados. La toma del hospital no sirvió para que la tropa de asalto israelí proveyera de ninguna prueba de que las instalaciones estaban tomadas por Hamas, salvo algunos rifles y granadas plantados por los mismos invasores. No hubo tiroteos. 
 Desde el punto de vista militar, la ocupación de Al Shifa, que se podría imputar como “una operación ‘más’ quirúrgica”, no ha servido para nada, salvo para tratar de imponer una evacuación masiva del personal, algo que no ha ocurrido. Es lo que sí ha ocurrido en los hospitales Al Rantisi y Al Hilo, donde la mayor parte de médicos y enfermeros siguen sin embargo atrapados. Las milicias de Hamas siguen disparando misiles en dirección al territorio de Israel y sorprendiendo a las tropas israelíes con salidas inesperadas a la superficie. La política de tierra arrasada ha servido para perpetrar innumerables crímenes de guerra, pero ninguna conquista militar efectiva. Israel no ha conseguido liberar ni un solo rehén; es probable que, aplicando la Doctrina Hannibal los prefiera muertos a salvarles la vida mediante un canje con prisioneros palestinos en las cárceles sionistas. Esta falta de resultados militares preocupa a los gobiernos imperialistas que temen una guerra prolongada de varios meses. 
 Netanyahu y su gabinete de guerra libran esta guerra en otro frente – el de la Cisjordania ocupada, donde el ejército y los colonos sionistas han expulsado de sus viviendas a más de mil residentes, asesinados a alrededor de 200 palestinos, la mitad de los cuales, de nuevo, son niños. La guerra en Cisjordania tiene el propósito de aniquilar políticamente a la Autoridad Palestina, a la cual Biden y la OTAN quieren ver como alternativa sustituyente de Hamas. Hay también una persecución creciente contra los llamados “árabes israelíes”, o sea palestinos, un 20% de la población de Israel. Esta divergencia de objetivos políticos con Estados Unidos se manifiesta en las marchas, en Israel, para que se vaya Netanyahu. Hay otras marchas, por el contrario, que exigen que se rescate a los rehenes en poder de Hamas mediante una negociación. Estos factores, acentuados por un franco retroceso económico del estado sionista y sus relaciones financieras internacionales, incuban una crisis política que podría poner fin al actual gabinete de guerra.
 Las masacres provocadas por el gobierno sionista no han acercado el objetivo de derrotar militarmente a Hamas ni mucho menos rescatar a los rehenes. Una acentuación de este impasse se manifiesta en la oposición creciente de algunos gobiernos del Cercano Oriente a la guerra sionista, en particular Turquía. Las enormes manifestaciones de masas que se han desarrollado en oposición al genocidio sionista en Europa y Asia ya han producido algunas crisis políticas, como las que han llevado al reemplazo de la racista inglesa Susan Braverman por David Cameron, un ‘pro-chino’, en el ministerio de Exteriores de Gran Bretaña.
 Las derivaciones históricas del asalto al Muro sionista, por parte de la milicia palestina, se encuentran en pleno desarrollo. Junto al impasse de la OTAN en la guerra que se libra en Ucrania, profundiza la crisis del imperialismo, con la secuela de guerras mayores y de rebeliones populares y revoluciones. Biden y Xi Jinping se reunieron ayer durante cuatro horas en San Francisco para intentar desenredar una crisis sin precedentes.

 Jorge Altamira 
 16/11/2023

Este 25 de noviembre, todas somos palestinas


Día Internacional de Lucha contra toda forma de Violencia hacia la Mujer.

 El 25 de noviembre es el día que salimos a la calle contra la violencia hacia las mujeres. 
 En la Franja de Gaza, que solo tiene 365 km2, viven dos millones de personas, la mitad niños. En un mes, Israel la ha bombardeado con el equivalente a una bomba atómica usando incluso armas prohibidas, como el fósforo blanco.
 Hasta las Naciones Unidas manifiestan que la masacre ha convertido a Gaza en un cementerio de niños. De niños y sus madres. Cada 10 minutos muere una criatura asesinada por un ejército con armamento nuclear, uno de los más poderosos de la Tierra. Según el periódico noruego VG, el grupo con más muertos es el de nenes y nenas de 5 años. 
 El bombardeo contra la población civil, escuelas, hospitales, campo de refugiados, caravanas de desplazados, ya mató a 11.240 personas -3.130 mujeres, 4.630 niños- al 13 de noviembre. Otros miles quedaron bajo los escombros. El 73 por ciento de las víctimas son mujeres, niños y ancianos. Buscando agua y alimento para los que sobreviven, las madres no alcanzan ni a llorar a sus hijos muertos, dice Save the Children. 
 Después de destruir la mitad de las viviendas, los refugios y las escuelas de Naciones Unidas, Israel avanzó con helicópteros, francotiradores y tanques contra los hospitales, destruyendo hasta los poquísimos reservorios de agua y las bombas de oxígeno. Médicos sin Fronteras informó que ya no quedan hospitales funcionado como tales.
 Los padecimientos de las mujeres gazatíes son infinitos: muchas han perdido la menstruación como producto del stress bélico. Unas 50.000 embarazadas sobreviven sin agua potable y casi sin alimentos. De ellas, 5.000 darán a luz en diciembre, sin atención médica, entre las ruinas. El imperialismo nos regresa a la barbarie.
 Las espantosas condiciones del bloqueo de luz, agua, combustibles, alimento y medicinas impuesto por el gobierno terrorista de Benjamín Netanyahu multiplican las muertes por deshidratación y hambre a los ojos de todo el mundo, mientras los asesinos “democráticos” intercambian abrazos. 
 Médicos Sin Fronteras informa de pacientes operados sin anestesia ni analgésicos, a la luz de un celular; bebés prematuros, muertos porque las incubadoras no funcionan. Bebés de pocos días de vida, acostados en una misma cama, tapados con aluminio para que mantengan la temperatura corporal. Más de 6.000 niños heridos no han podido recibir atención médica, dice Save the Children. 
 Israel asesinó más niños este mes que los que han muerto en todas las zonas en conflicto del mundo desde 2019. 
 Biden y sus funcionarios dijeron que no hay línea roja ni probabilidades de un alto el fuego, validando el propósito sionista de tierra arrasada. 
 Palestina no está sola. Sobrevivientes y descendientes de los campos de exterminio nazi repudian a Netanyahu y su genocidio. Ni todos los judíos son sionistas ni todos los sionistas son judíos: Trump y Biden, la derecha religiosa norteamericana, son buen ejemplo de eso. 
 Millones de hombres y mujeres trabajadores nos movilizamos en todo el mundo exigiendo el cese de la masacre, el intercambio de rehenes por presos palestinos -cientos de ellos niños-, el castigo a los genocidas, denunciando la complicidad de los gobiernos locales.
Este mes, obreros ingleses, norteamericanos, españoles de fábricas de armas han bloqueado la salida de la producción. También portuarios y marineros impidieron la salida de barcos de armamentos. La juventud ha tomado escuelas y universidades hermanada a los jóvenes palestinos. 
 La prohibición a las movilizaciones en favor de Palestina con la falsa imputación de antisemitas ha fracasado rotundamente. 
 El movimiento de mujeres eligió el 25 de noviembre como día contra la violencia hacia la mujer en honor a tres luchadoras dominicanas que se levantaron contra la dictadura de Rafael Trujillo. Las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal fueron secuestradas, torturadas y asesinadas en 1960 por la dictadura que mantuvo en prisión a sus maridos. 
 Como ellas, trabajadores y trabajadoras de la salud, trabajadores sociales, periodistas, han sido blanco de asesinatos selectivos, en venganza por sostener con su trabajo la resistencia gazatí. 
 ¡Basta de crímenes de guerra! ¡Retiro inmediato de Israel de Gaza, Cisjordania y Jerusalén! ¡Canje de rehenes por todos los presos! 
 ¡Todas somos palestinas! 
 Este 25 de noviembre, las trabajadoras socialistas pondremos en las calles la fuerza de las mujeres contra esta nueva Nakba, este nuevo Holocausto.

 Olga Cristóbal 
 15/11/2023

miércoles, 15 de noviembre de 2023

Sindicatos de la India se niegan a reemplazar trabajadores palestinos en Israel


Tras acuerdo del gobierno del derechista Modi con los sionistas. 

 El régimen racista del hindú Modi no sólo se abstuvo en la ONU a favor del genocidio de Israel en Palestina. Un acuerdo que ya se había firmado en mayo pasado por el cual se buscaba llevar a “alrededor de 42.000 trabajadores indios a Israel”, tras la rebelión del 7 de octubre, se busca extenderlo “hasta 100.000 trabajadores para reemplazar a 90.000 palestinos que habían perdido sus permisos de trabajo” (Aina J Khan, Middle East Eye, 10/11). 
 Frente a esto el Centro de Sindicatos de la India (CITU), el Congreso de Sindicatos de toda la India (AITUC) y el Congreso Nacional de Sindicatos de la India (INTUC) se acaban de pronunciar: “Nada podría ser más inmoral y desastroso para la India que la mencionada 'exportación' de trabajadores a Israel. Semejante medida equivaldrá a la complicidad de la India con la actual guerra genocida de Israel contra los palestinos y, naturalmente, tendrá implicaciones adversas para los trabajadores indios en toda la región”, reza una declaración fechada este 9 de noviembre (ídem). 
 Bajo el gobierno de Modi Israel y la India han profundizado sus relaciones. Ya en 2021 India se abstuvo de una resolución del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que pedía una investigación sobre los crímenes cometidos por Israel en la Franja de Gaza en mayo de ese año. 
 La declaración de los sindicatos de la India señala: "exigimos que se elimine inmediatamente el acuerdo con Israel para exportar trabajadores indios. Exigimos un cese inmediato de la agresión israelí contra Palestina; poner fin a su ocupación; Exigimos que se respete el derecho palestino a una patria soberana”.
 La declaración se pronuncia por un boicot a los productos israelíes y que “los trabajadores indios se nieguen a manipular cargamentos israelíes. En el parlamento de la India se ha denunciado que los trabajadores indios reemplazarán a los palestinos, lo que significa que se les darán los peores empleos que jamás hayan existido. El régimen de apartheid de Israel estaba obligando a los palestinos a hacerlo”. 

 Norberto Malaj 
 14/11/2023

lunes, 13 de noviembre de 2023

Fidel, la cultura y los tiempos difíciles


Casi la mitad de la población mundial vive con menos de 7 dólares por día


La miseria del capitalismo.

 Las cifras del hambre y la pobreza en el mundo han alcanzado niveles alarmantes. Casi la mitad de la población mundial vive con menos de 7 dólares por día. En 2022, según la ONU, entre 691 y 783 millones de personas carecieron de alimentos suficientes para atender sus necesidades –se trata de un incremento de 122 millones de personas en relación a 2019. “2.400 millones se levantan cada día sin saber si esa jornada tendrán algo que llevarse a la boca”, señala un artículo de El País (9/11). 
 Las estadísticas sobre este problema, que diversos organismos muestran desde los más variados ángulos, dan cuenta de una crisis humanitaria de dimensiones catastróficas y reflejan la inviabilidad del orden social capitalista, que no puede garantizarle ni lo más elemental a los explotados. Si bien la pobreza extrema disminuyó en países de ingresos medios, en los países más pobres (y en los afectados por la fragilidad, el conflicto o la violencia) continúa siendo más alta que antes de la irrupción del Covid-19.
 “Casi toda la reducción registrada de la pobreza mundial (cualquiera que sea el nivel utilizado) en los últimos 30 años se debe a que China ha sacado a alrededor de 900 millones de chinos de esos niveles. Si se excluye China, la pobreza mundial apenas ha disminuido ni en proporción ni de forma absoluta. De hecho, incluso incluyendo a China, todavía hay 3.650 millones de personas en el planeta por debajo de la línea de pobreza de 6,85 dólares por día, según el Banco Mundial” (Michael Roberts en Sin Permiso, 12/10).
 Por otro lado, debido al crecimiento de la población mundial, el número total de individuos que están sumidos en la pobreza sigue siendo mayor en comparación con el periodo prepandémico. Algunos analistas han dicho que casi 600 millones de personas estarían crónicamente desnutridas en 2030. Esto, en un cuadro en el que más de 3.900 millones (el 42% de la población mundial) no pueden permitirse una dieta saludable. 
 “Se estima que en 2022, en todo el mundo, 148 millones de niños menores de cinco años (22,3%) sufrieron retraso en su crecimiento, 45 millones (6,8%) padecieron emaciación y 37 millones (5,6%) tuvieron sobrepeso” (Michael Roberts en Sin Permiso, ídem). Es un escenario lúgubre. En 2022, más de dos mil millones de personas se enfrentaron a lo que se conoce como “inseguridad alimentaria”. La mayoría de ellas vive en Asia, África y América Latina. 
 A la par de este proceso de degradación de las condiciones de existencia de millones de trabajadores, la desigualdad entre ricos y pobres ha crecido. De acuerdo al último informe de Credit Suisse, en 2022, el 1% de los adultos poseía el 44,5% de toda la riqueza del mundo, mientras que el 52,5% tenía una riqueza neta de solo el 1,2%. Según la ONU, para el año 2023, el 10% más pobre de la población mundial no recuperará el ingreso per cápita real que percibía antes de la pandemia. 
 En Estados Unidos, por ejemplo, los índices de desigualdad vienen tendiendo al alza desde principios de la década del 2000. Que esto ocurra en la principal potencia capitalista es una expresión de la bancarrota en la que se encuentran las bases de sustentación del régimen social vigente. En el Reino Unido se viene desarrollando un proceso similar; según The Resolution Foundation, “los ingresos típicos de los hogares en edad de trabajar están a punto de ser un 4% más bajos en 2024-25 que en 2019-20. Nunca en la memoria las familias se han empobrecido tanto”.
 Asimismo, el 90% de los países involucionaron en sus índices de desarrollo humano (el cual contempla la longevidad, el acceso a la educación y los ingresos). El desarrollo humano retrocedió a los niveles de 2016. Fue la primera vez en tres décadas que disminuyó durante dos años consecutivos (El País, 8/9/2022). En este contexto, la pobreza afecta mayormente a todas las áreas rurales del mundo, en las que vive el 84% de los pobres del mundo. 
 Todo esto pone en evidencia la enorme vigencia de los planteos de Carlos Marx. Su ley de la miseria creciente plantea que “la acumulación de la riqueza en un polo es, en consecuencia, al mismo tiempo de acumulación de miseria, sufrimiento en el trabajo, esclavitud, ignorancia, brutalidad, degradación mental en el polo opuesto, es decir, en el lado de la clase que produce su producto en la forma de capital”. 
 Él ha sabido ver como nadie que la riqueza material de la clase dominante está relacionada al tamaño del producto excedente que extrae en el proceso productivo; cuanto más grande es este, más bajo es el nivel de vida de la clase obrera y de los explotados en general. Son las consecuencias propias de un régimen de acumulación privada de capital. El nivel de vida de las masas ha declinado en términos absolutos y también lo hace en términos relativos –en tanto la riqueza producida por la sociedad aumenta como producto del incremento de la productividad del trabajo pero no es apropiada por la humanidad en su conjunto sino por una minoría social. 

 Crisis

 Lo que está en la base de esta pauperización generalizada es la crisis capitalista en curso, que solo se puede comparar con la gran depresión de 1929. La tendencia de los gobiernos del mundo a descargar la crisis del capital sobre las espaldas de los trabajadores domina el panorama político mundial. La inflación, la implementación de reformas estructurales reaccionarias, los ajustes fiscales para cumplir con los pagos de deuda externa (la cual es un factor de descalabro económico internacional, sobre todo en los países más pobres) y la guerra en Europa –y ahora en Medio Oriente– son resultados explosivos de esa crisis. 
 Las salidas a esta situación barajadas por las burguesías implican ir hacia un agravamiento de la explotación y miseria de las masas trabajadoras. Se viene una etapa de profundización de las contradicciones sociales y económicas: quiebras, despidos, más desempleo, más ajuste contra los salarios y los presupuestos de educación y salud, etc. El mundo capitalista asiste a una polarización social mucho mayor.
 Para terminar con el hambre y la pobreza hay que terminar con el régimen social que les da lugar. Luchar por el socialismo es imperioso.

 Nazareno Suozzi

El gas del Mediterráneo Oriental y la masacre contra Gaza


La franja de Gaza y su plataforma marítima están en el corazón de uno de los mayores desarrollos gasíferos del planeta. Son ´boccato di cardenale´ de Israel, en primer lugar, pero también de Egipto, así como de grandes capitales árabes y de Turquía. Algunos de estos yacimientos están frente a las costas mismas de Gaza. Gran parte de la masacre contra la Franja apunta a la libre disponibilidad de ese fondo marino. 
 El más importante de estos yacimientos, el Leviatán, es explotado por un consorcio israelí-norteamericano frente a las costas de la ciudad de Haifa. Las reservas gasíferas de la región se estiman en 605 mil millones de metros cúbicos de gas natural. Se puede advertir así qué es lo que está en juego.
 Estas reservas han estado en el epicentro de conflictos y acuerdos en todo el Medio Oriente. Desde la guerra civil en Libia, hasta los conflictos entre Grecia y Turquía por el control de la plataforma marítima de Chipre. El Mediterráneo oriental también moja las costas de Líbano. 
 Con la mediación de Turquía, Israel alcanzó a mediados de 2022 un acuerdo de límites con Líbano para la explotación de dos yacimientos, ambos con participación de Turquía. 
 El gas de Leviatán se exporta casi en su totalidad a Egipto a través de un gasoducto que pasa frente a las costas de Gaza. Desde Egipto, por otros gasoductos, se exporta fundamentalmente a Jordania y a Italia. 
 Por iniciativa de Estados Unidos y la Unión Europea, en 2019, se creó el EastMed Gas Forum, una organización regional destinada a coordinar el desarrollo del gas natural con la participación de Chipre, Egipto, Grecia, Israel, la Autoridad Palestina y Jordania. Uno de los proyectos incluye un gasoducto terrestre entre Israel y Egipto. 
 Como parte de estos acuerdos, “en junio de 2023, Israel dio luz verde a la explotación de Gaza Marine, un pequeño yacimiento de gas en alta mar cercano a Gaza. A pesar de que Gaza Marine fue descubierto a finales de los años 90, el proyecto ha estado inactivo durante más de dos décadas. Legalmente, Gaza Marine se encuentra bajo la jurisdicción de la Autoridad Palestina. Sin embargo, cuando Hamás asumió el control de Gaza en 2007, con la preocupación de que los beneficios económicos de la explotación del campo fueran a parar a manos de la milicia, Israel optó por bloquear su desarrollo comercial. Bajo la presión de EEUU y Egipto durante las reuniones que tuvieron lugar en Aqaba y Sharm el Sheij durante la primavera de 2023, el gobierno de Netanyahu finalmente concedió el permiso para la explotación del campo, con la condición de que se impusieran restricciones y se supervisara el acceso de Hamás a los ingresos fiscales generados por esta actividad” (Ignacio Urbasos Arbeloa, Real Instituto Elcano, 17/10). 
 “La explotación de Gaza Marine -informa el mismo especialista- se ha presentado como un posible impulsor del desarrollo económico en Palestina con importantes implicaciones y beneficios medioambientales. Tanto la Franja de Gaza como Cisjordania dependen del suministro eléctrico de Israel, condicionado a la situación política y la capacidad de la Autoridad Palestina para hacer frente al pago de las importaciones. En Gaza, la situación es particularmente compleja al sufrir interrupciones en el suministro eléctrico un 40% de las horas del día [antes del 7 de octubre pasado, obvio], dificultando el normal funcionamiento de los servicios básicos (...). El empleo del gas natural de Gaza Marine para la producción de electricidad permitiría reducir la presión sobre las finanzas de la Autoridad Palestina gracias a los royalties derivados de la explotación del yacimiento (estimados en 700 millones de dólares anuales) y a una menor dependencia de las importaciones de electricidad desde Israel, mientras que la sustitución de los generadores diésel traería claros beneficios económicos y medioambientales para los ciudadanos” (ídem). 

 Norberto Malaj 
 11/11/2023