El 25 de noviembre es el día que salimos a la calle contra la violencia hacia las mujeres.
En la Franja de Gaza, que solo tiene 365 km2, viven dos millones de personas, la mitad niños. En un mes, Israel la ha bombardeado con el equivalente a una bomba atómica usando incluso armas prohibidas, como el fósforo blanco.
Hasta las Naciones Unidas manifiestan que la masacre ha convertido a Gaza en un cementerio de niños. De niños y sus madres.
Cada 10 minutos muere una criatura asesinada por un ejército con armamento nuclear, uno de los más poderosos de la Tierra. Según el periódico noruego VG, el grupo con más muertos es el de nenes y nenas de 5 años.
El bombardeo contra la población civil, escuelas, hospitales, campo de refugiados, caravanas de desplazados, ya mató a 11.240 personas -3.130 mujeres, 4.630 niños- al 13 de noviembre. Otros miles quedaron bajo los escombros. El 73 por ciento de las víctimas son mujeres, niños y ancianos. Buscando agua y alimento para los que sobreviven, las madres no alcanzan ni a llorar a sus hijos muertos, dice Save the Children.
Después de destruir la mitad de las viviendas, los refugios y las escuelas de Naciones Unidas, Israel avanzó con helicópteros, francotiradores y tanques contra los hospitales, destruyendo hasta los poquísimos reservorios de agua y las bombas de oxígeno. Médicos sin Fronteras informó que ya no quedan hospitales funcionado como tales.
Los padecimientos de las mujeres gazatíes son infinitos: muchas han perdido la menstruación como producto del stress bélico. Unas 50.000 embarazadas sobreviven sin agua potable y casi sin alimentos. De ellas, 5.000 darán a luz en diciembre, sin atención médica, entre las ruinas. El imperialismo nos regresa a la barbarie.
Las espantosas condiciones del bloqueo de luz, agua, combustibles, alimento y medicinas impuesto por el gobierno terrorista de Benjamín Netanyahu multiplican las muertes por deshidratación y hambre a los ojos de todo el mundo, mientras los asesinos “democráticos” intercambian abrazos.
Médicos Sin Fronteras informa de pacientes operados sin anestesia ni analgésicos, a la luz de un celular; bebés prematuros, muertos porque las incubadoras no funcionan. Bebés de pocos días de vida, acostados en una misma cama, tapados con aluminio para que mantengan la temperatura corporal. Más de 6.000 niños heridos no han podido recibir atención médica, dice Save the Children.
Israel asesinó más niños este mes que los que han muerto en todas las zonas en conflicto del mundo desde 2019.
Biden y sus funcionarios dijeron que no hay línea roja ni probabilidades de un alto el fuego, validando el propósito sionista de tierra arrasada.
Palestina no está sola. Sobrevivientes y descendientes de los campos de exterminio nazi repudian a Netanyahu y su genocidio. Ni todos los judíos son sionistas ni todos los sionistas son judíos: Trump y Biden, la derecha religiosa norteamericana, son buen ejemplo de eso.
Millones de hombres y mujeres trabajadores nos movilizamos en todo el mundo exigiendo el cese de la masacre, el intercambio de rehenes por presos palestinos -cientos de ellos niños-, el castigo a los genocidas, denunciando la complicidad de los gobiernos locales.
Este mes, obreros ingleses, norteamericanos, españoles de fábricas de armas han bloqueado la salida de la producción. También portuarios y marineros impidieron la salida de barcos de armamentos. La juventud ha tomado escuelas y universidades hermanada a los jóvenes palestinos.
La prohibición a las movilizaciones en favor de Palestina con la falsa imputación de antisemitas ha fracasado rotundamente.
El movimiento de mujeres eligió el 25 de noviembre como día contra la violencia hacia la mujer en honor a tres luchadoras dominicanas que se levantaron contra la dictadura de Rafael Trujillo. Las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal fueron secuestradas, torturadas y asesinadas en 1960 por la dictadura que mantuvo en prisión a sus maridos.
Como ellas, trabajadores y trabajadoras de la salud, trabajadores sociales, periodistas, han sido blanco de asesinatos selectivos, en venganza por sostener con su trabajo la resistencia gazatí.
¡Basta de crímenes de guerra! ¡Retiro inmediato de Israel de Gaza, Cisjordania y Jerusalén! ¡Canje de rehenes por todos los presos!
¡Todas somos palestinas!
Este 25 de noviembre, las trabajadoras socialistas pondremos en las calles la fuerza de las mujeres contra esta nueva Nakba, este nuevo Holocausto.
Olga Cristóbal
15/11/2023
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