El interferón cubano está salvando vidas de pacientes del coronavirus en la isla cercada por Estados Unidos, que también alista vacunas contra el mal, como será explicado más adelante. Mientras, Donald Trump sume a su propio pueblo en una tragedia de proporciones bíblicas debido a su negligencia en el enfrentamiento a la COVID-19. Y, crimen de lesa humanidad, corta los fondos a la Organización Mundial de la Salud, bloquea y amenaza a países como Venezuela y se desentiende de cooperar en el esfuerzo internacional contra la pandemia como lo hacen Rusia, China y Cuba.
Al estratégico recurso del aislamiento social, la comunidad científica de la isla suma la máxima puesta en tensión de sus potentes instituciones para proporcionar la mejor protección al pueblo con una vacuna inespecífica durante esta fase y trabaja también para lograr una vacuna específica a mediano plazo. Fiel a su tradición solidaria, de inspiración martiana y fidelista, la isla, como lo viene haciendo desde el inicio de la epidemia, siempre pondrá a disposición de otros pueblos sus recursos humanos y hallazgos científicos.
El interferón es un producto que actúa directamente para que el sistema inmunológico responda y active los mecanismos de inhibición viral. En epidemias anteriores se había empleado, afirma el doctor Eduardo Martínez Díaz, presidente del gran conglomerado científico-empresarial BioCubaFarma (véanse mis dos artículos “El interferón cubano en China”, La Jornada, 5 y 12 de marzo de 2020). Normalmente -prosigue- el número de pacientes de covid-19 que pasa a estado grave o crítico es el 20 %. En Cuba el número que llega a ese estado es la mitad en comparación con los indicadores a nivel internacional. La letalidad de nuestro país está en 2,7 %, lo que indica que la forma en que los médicos cubanos tratan a los pacientes, así como nuestros protocolos, están teniendo una efectividad en el tratamiento de la enfermedad. Pensamos que el interferón (INF) es responsable de lo que estamos viendo en la práctica. Puntualiza que Cuba produce el INF necesario para uso local además del dedicado a los múltiples pedidos internacionales.
Por su parte el doctor Vicente Vérez Bencomo, director del Instituto Finlay de Vacunas afirma que todos soñamos con una vacuna específica que resuelva el problema de la covid-19 de un solo golpe, pero no es una solución para este año. Mientras tanto, afirma, hay una transitoria que no inmuniza contra el coronavirus pero proporciona la llamada inmunidad natural o innata, que todos tenemos aunque no con la misma competencia. El virus no nos mata, lo que mata es la reacción inmune excesiva que se provoca a partir de esto, afirma. Parte del cuestionamiento que estamos haciendo es quién es responsable del equilibrio presentado en el paciente asintomático, que logra controlar el virus. Por lo tanto, es importante entender de qué depende ese equilibrio.
En esa misma línea de pensamiento, el doctor Gerardo Guillén Nieto, director de Investigaciones Biomédicas del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) explica los pasos que ya se dan para el desarrollo inmediato en Cuba de una vacuna capaz de activar la inmunidad innata. Aclara que no es solo un proyecto del CIGB y que ejemplifica la capacidad de cooperación e integración de los centros de investigación cubanos. Detalla que, en conjunto con el Ministerio de Salud Pública y sus agencias reguladoras, el 26 de marzo de aprobó el estudio clínico de la vacuna y el 27 ya se disponía de los primeros voluntarios para probarla. Se trata de una vacuna de aplicación nasal y sublingual que permite estimular la inmunidad a nivel local, donde se encuentra la entrada del virus al organismo. “Ya en las muestras de sangre y de raspado de amígdalas y sublingual hemos visto cómo se estimulan las moléculas de la superficie celular que marcan la activación del sistema inmune innato relacionado con los virus”.
El doctor Guillén Nieto aseguró que en estos momentos se trabaja en 16 líneas de investigación para magnificar el éxito y poder contribuir al control de la epidemia.
Según el doctor Martínez Díaz los pacientes asintomáticos son la causa fundamental de la expansión del virus. De ahí la importancia de hacer pesquisaje masivo para detectarlos, aislarlos y frenar la propagación. Es en ese caso cuando las llamadas pruebas rápidas pueden hacer una importante contribución pues actúan como indicador de zonas infectadas, cuya evaluación se consigue afinar con las más fiable PCR y la encuesta de carácter clínico en la comunidad.
Mientras terminaba de escribir estas líneas Prensa Latina reporta la llegada a Catar de una brigada de 200 médicos y personal sanitario cubano que reforzarán en el combate al coronavirus de los 500 galenos connacionales que se encuentran permanentemente en el emirato desde 2012. Ascienden a más de 16 los países a donde ha llegado en las últimas semanas la solidaridad cubana para enfrentar el covid 19 .
Ángel Guerra Cabrera
@aguerraguerra
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