Discurso de la 38° Graduación Isa
Hoy no he venido a excitar sentimientos de nostalgia por el tiempo pasado o rememorar anécdotas. Cada cual ha de recordar sus propias experiencias y atesorarlas como considere mejor. Tampoco he venido a hablar en nombre de los graduados. Nadie puede hablar en nombre de nadie. Para ello, todos tenemos voces propias, ideas propias, razonamientos individuales.
He venido a exponer preocupaciones que pudieran ser comunes a algunos de ustedes. He venido a proponer una reflexión que surja del arte que cada uno de nosotros hace. La gente necesita desesperadamente otra subjetividad, necesita desesperadamente pensar y ser, no más pretender ser. Necesita dejar de existir sin ser. Estamos, todos, embarcados hacia un rumbo en el cual nuestras consciencias serán aniquiladas por tanta miseria espiritual, tanto absurdo. Estamos como velero antiguo varado en el mar, asfixiándonos, muriendo de sed. Nadie crea que hago una de Cuba, hablo de la humanidad.
El arte es el vocero del alma humana. Es el mundo todo en un instante. Es lo irracional tratando de explicar la realidad, es la verdad y la virtud encerradas en una misma idea. Por todo esto tenemos una responsabilidad como artistas, un compromiso, un compromiso con la verdad y la virtud. La hora es en que salgamos al mundo y encendamos pequeñas luces en las mentes de todos. Nuestro compromiso es hacia el pensamiento. No podemos ser simplemente ejecutores, tenemos que ser intelectuales, tenemos que provocar la reflexión. No más entretenimiento absurdo que no lleva a nada, de hecho si nos lleva a algo, a lo banal, a la inconsciencia, a la enajenación. Somos artistas. Seámoslo. No llevemos mensajes panfletarios, mensajes ridículos, mensajes absurdos, mensajes que solo causen entretenimiento. No estamos para entretener, estamos para hacer pensar y rellenar las subjetividades. Estamos para servirle a los pueblos en su lucha perpetua por la memoria. Estamos para no olvidar, así que no hagamos olvidar a través de la estupidez. La estupidez nos ha llevado a tener el poder de destruir la tierra varios cientos de veces. No contribuyamos a eso poniendo burbujas idiotas en las mentes de nuestros públicos.
Que no se crea que el arte es puro impulso empírico que nace solo de las experiencias vividas y que no puede ser cuando estamos viviendo la monotonía diaria. Que no se crea que el arte necesita experiencias trascendentales cada vez que sea necesario crear. El arte debe ser un motor de energía infinita que siempre está en marcha. Llenémonos de conocimiento a la par de la experiencia y trabajemos sin descanso depurando nuestras voces creadoras. No esperemos sentados por la oportunidad de trabajar. Estemos siempre trabajando y que la oportunidad llegue mientras eso pasa. No paremos por absurdos burocráticos o la estupidez humana. No hay barrera alguna para impedir la creación. Incluso artistas han creado privados de la libertad. Que este título nos abra puertas para crear y servirle al mundo.
Para nosotros hoy es día de agradecer. Agradecer a nuestras familias, nuestros amigos, nuestros profesores, nuestra universidad, nuestro país. Hoy es día de sentirse satisfecho, hoy es día de alegrarse. Mañana es día de trabajar. Trabajemos para que un mundo mejor sea posible. Estudiemos el pasado y analicemos el presente desde sus lógicas. No se nos puede escapar nada, ni un solo detalle de nuestro alrededor. Seamos conscientes de nuestros actos y de nuestras obras. Conciencia es lo que esta humanidad necesita, démosela.
Daniel Toledo Guillén
La Trinchera
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