La concentración capitalista y los gigantes tecnológicos.
Los sistemas informáticos de empresas y servicios públicos fallaron luego de que “Falcon Sensor” -software corporativo de CrowdStrike que utiliza inteligencia artificial y análisis en tiempo real- realizara el jueves en la noche una actualización incompatible con la plataforma Windows de Microsoft dejando a millones de computadoras con el famoso error de la “pantalla azul de la muerte” (BSOD) en lo que ya se considera por especialistas y consultores como la mayor interrupción de TI en la historia.
Este fallo no solo afectó a empresas tecnológicas sino que tuvo un impacto profundo en múltiples sectores, incluyendo compañías aéreas, salud y medios de comunicación.
El CEO de CrowdStrike, George Kurtz público en X este viernes que se había identificado la falla y que “se estaba implementando una solución”, asegurando que no se trataba de un ciberataque. Eso sí, requiere de una acción masiva presencial en los equipos por parte de los departamentos de TI de todas aquellas empresas que usarán estos servicios de seguridad y se hayan visto afectados por este problema.
Las acciones de CrowdStrike que cotizan en Wall Street cayeron casi un 16,8% en las operaciones previas a la apertura del mercado y las de Microsoft también cayeron alrededor de un 2,3%.
El impacto de la caída en la economía global
Los primeros problemas técnicos se produjeron en Estados Unidos a última hora del jueves y horas después se propagaron en Asia y Europa. Empleados del JP Morgan informaron que no pudieron conectarse a los sistemas de la empresa, mientras que en Hong Kong algunos empleados de Bank of America Corp. tuvieron problemas para conectarse durante el apagón. La Bolsa de Valores de Londres difundió que enfrentaba una interrupción que le impedía publicar estados de cuenta, mientras que los bancos y terminales de pago en Australia también se vieron afectados.
Además McDonalds Corp, United Airlines Holdings Inc. y LSE Group estuvieron entre las principales empresas afectadas que informaron problemas en las comunicaciones y en sus servicios.
La compañía aérea neerlandesa KLM Airlines suspendió la mayoría de sus vuelos mientras que Air India, el Aeropuerto Internacional de Hong Kong, el Aeropuerto de Berlín Brandenburgo y Londres Stansted también informaron interrupciones, lo que obligó a algunos de ellos a depender de check-ins manuales y se informaron largas colas.
En Latinoamérica se han reportado problemas en México, Colombia, Perú, Chile y Brasil, mientras que en Argentina se detectaron inconvenientes menores en Ezeiza y Aeroparque, debido a que algunas aerolíneas tenían el servicio contratado con esta compañía.
Capitalismo Big Tech
Durante la última década el capitalismo ha atravesado transformaciones estructurales con la expansión acelerada de la informática y las tecnologías digitales que han creado nuevos monopolios y una creciente dependencia en el mercado a la nuevas tecnologías. Entre los años 2000 y 2021 estas empresas alcanzaron los primeros puestos de capitalización bursátil desplazando a las compañías tradicionales de explotación de materias primas, convirtiendo a las Big Tech en la punta de lanza del capitalismo en el siglo XXI.
Cuando se observan las principales corporaciones estadounidenses como Microsoft, Apple, Google, Meta, Cloudflare, IBM, Amazon y Starlink, también con las empresas chinas como Baidu, Alibaba y Tencent, se ve una nueva etapa en la disputa en los mercados y por consiguiente en el orden económico delineando nuevas formas de poder y dominación que les permite ejercer un control significativo sobre la innovación y el acceso a la tecnología.
Sin embargo este advenimiento de las Big Tech no han logrado que estos desarrollos en materia tecnológica tengan una incidencia en la productividad del trabajo. Al contrario de como se preveía con la llegada de la Inteligencia Artificial (que suponía la solución de todos los problemas y males del capital), se ha promovido la competencia entre capitales y una mayor tensión entre las potencias.
Recientemente el gobierno de Biden ha aumentado los ataques al capital chino en un intento de dominar el mercado mundial como líder tecnológico -objetivo que también persiguen China y la Unión Europea- reforzando la guerra comercial.
Esto demuestra que la era de los gigantes tecnológicos concentra grandes contradicciones que también han sido alimentadas con la burbuja y la especulación que se fue generando con la IA, que solo pretende implementarse para agravar exponencialmente el multiempleo, la pérdida de puestos de trabajo y una mayor precarización laboral.
Guerra de monopolios y dependencia tecnológica
Este crecimiento corporativo se ha traducido en un salto en el dominio de las TI sobre la sociedad que abarcan hoy todos los sectores productivos, de servicios y telecomunicaciones en el mundo. El colapso de CrowdStrike muestra el impacto de esta transformación en la producción. Por ejemplo, Microsoft y Amazon no sólo lideran en software y servicios en la nube, respectivamente, sino que también establecen estándares tecnológicos que otras empresas deben seguir.
Por otro lado, CrowdStrike y Cloudflare, aunque son líderes en ciberseguridad y servicios de red, también dependen en cierta medida de la infraestructura y las plataformas proporcionadas por gigantes como Amazon Web Services (AWS) para operar. Esta dinámica crea un ecosistema donde la innovación está centralizada en manos de unos pocos, mientras que una amplia gama de empresas y usuarios dependen de estas tecnologías, lo que puede aumentar su vulnerabilidad y limitar su capacidad para ser autónomos.
Por su parte el empresario tecnológico Elon Musk también se metió en la disputa y expresó su opinión ante la empresa de tecnología calificando el incidente como “el mayor fracaso informático de la historia”, además de publicar un mensaje en X.
Google, filial de Alphabet Inc., está en conversaciones avanzadas para adquirir la startup de ciberseguridad Wiz por aproximadamente 23.000 millones de dólares. De acuerdo con The Wall Street Journal este acuerdo, si se concreta, representaría la adquisición más grande en la historia de la compañía. Para corporaciones como Google la seguridad cibernética es una prioridad clave para la expansión en el mercado de la nube que deja planteado en lugar de un proceso armónico de desarrollo tecnológico una mayor disputa entre capitalistas por copar los mercados, acaparar los desarrollos y un uso lucrativo en detrimento del bienestar social.
Empresas como Microsoft, CrowdStrike, Cloudflare y Amazon reflejan la centralización del capital y el poder económico en el capitalismo. Estas corporaciones dominan sectores estratégicos como el software, la ciberseguridad y la infraestructura de la nube, consolidando su control sobre los medios de producción tecnológica.
Esta concentración les permite dictar las condiciones del mercado, sofocar la competencia y perpetuar una dependencia tecnológica de otras empresas. Eso, de la mano de la intervención de los Estados que las respaldan. En este contexto las interrupciones de servicios y los riesgos de ciberseguridad no solo exponen las vulnerabilidades sistémicas, sino que también subrayan cómo la centralización del poder tecnológico en manos de unas pocas élites corporativas perpetúa el imperialismo y sus contradicciones.
Fede Albnz
Federico Eiguer
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