lunes, 23 de octubre de 2023

Gaza, cuadro de situación a 15 días del inicio de la guerra


¿Podría convertirse Gaza en el “Stalingrado de Israel”? (Al Jazeera). 

 No es sólo la presencia de Biden y del primer ministro británico en Israel estos días lo que muestra que la guerra criminal de los sionistas contra Gaza esconde mucho más que lo que aparece en la superficie. El amplio despliegue de la flota norteamericana en el Mediterráneo frente a las costas de Israel y Líbano es sólo un principio de una escalada internacional. La guerra de exterminio sobre Gaza oscurece lo que está ocurriendo en el norte, en la frontera con el Líbano, en toda la “línea verde” frente a Cisjordania y dentro del país con los propios palestino-israelíes. En Umm al-Fahm, una ciudad árabe del norte de Israel, se produjeron manifestaciones donde se detuvo a 11 residentes. Una corte de Haifa “sin escuchar los reclamos de sus abogados” extendió la prisión sin importar que en su mayoría eran menores (Haaretz, 20/10). El Pentágono acaba de informar que un navío yanqui interceptó tres misiles cruceros y varios drones lanzados por los rebeldes houthi de Yemen “dirigidos potencialmente hacia Israel” (ídem).

 “Unión nacional” 

El régimen de los derechistas de Netanyahu y los colonos encontró una tabla de salvación en un sector de la oposición sionista. Este acuerdo se afirma exclusivamente en una política de bombardeos aéreos sobre Gaza que como “señaló una alta fuente militar israelí está siendo castigada a una escala como no se ha visto en décadas” (ídem). Los bombardeos y el corte de todo suministro de energía, agua potable, medicinas y avituallamiento de la Franja provocaron ya el cierre de siete hospitales y van camino a lo mismo los últimos cuatro que aún funcionan. La UNRWA, la agencia de Naciones Unidas dedicada a los refugiados palestinos denunció que 16 empleados de su staff ya han muerto por los bombardeos sionistas; duplican esa cifra los fallecidos en nosocomios y personal de salud palestinos. 
 Las acciones sionistas no se detienen ante nada: «El Patriarcado Ortodoxo de Jerusalén, la principal denominación cristiana palestina, dijo que las fuerzas israelíes habían atacado la Iglesia de San Porfirio en la ciudad de Gaza, donde cientos de cristianos y musulmanes habían buscado refugio… 18 palestinos cristianos fueron asesinados… La oficina de asuntos humanitarios de las Naciones Unidas dijo que más de 140.000 viviendas (casi un tercio de todas las casas en Gaza) han resultado dañadas y casi 13.000 están completamente destruidas» (The Guardian, 21/10). El retraso del asalto militar a la Franja revela profundas divergencias dentro de las propias FF.AA. y el establishment sionista. La política a seguir con los más de 200 rehenes retenidos por Hamas, la mayoría militares sionistas, quienes podrían morir por este “fuego amigo”; «‘se está cerrando la ventana de oportunidad para liberar a los rehenes israelíes’, advierte un alto experto del Mossad en intercambios de prisioneros» (ídem, 19/10). En cambio “Hamás liberó a los primeros rehenes” (ídem) en un gesto de buena voluntad dirigido a abrir una negociación (los liberados deliberadamente son una pareja de yanquis). 
 La segunda cuestión tiene que ver con el temor a que “a pesar de unas capacidades militares muy superiores, Israel podría encontrarse atrapado en Gaza”, según Al Jazeera. “¿Será Gaza el Stalingrado de Israel?” se pregunta Zoran Kusovac (18/10). 
 Según este corresponsal, siguiendo la experiencia del cerco de Sarajevo en 1993, la estructura de túneles subterráneos de la franja de Gaza podría ser una tumba mortal infinitamente más efectiva ante una eventual invasión sionista. 

 Hamas 

Las fábulas que se tejen sobre el carácter “criminal” de Hamas y su semejanza con el accionar del Isis (Estado islámico) son un completo fraude. 
 Según explica “el Dr. Ronit Marzan, que estudia la sociedad y la política palestinas en la Universidad de Haifa”, desde 2017 Hamas adoptó un “carácter nacionalista a expensas del Islam y declaró que si bien está comprometido con la visión de liberar a toda Palestina, en aras del consenso nacional, está dispuesto a aceptar un Estado dentro de las fronteras de 1967 con Jerusalén. de capital” (Haaretz, 19/10). Esta política “a diferencia de la carta original, fue aprobada por el Consejo Shura, el consejo más alto de Hamás” (ídem). 
 “Ese mismo año, señala Marzan, el nuevo líder de Hamas en Gaza, Yahya Sinwar, incluso acordó colocar las armas del grupo bajo la autoridad de la OLP. ‘Él habló y nosotros no escuchamos’, dice. Quería actuar de manera diferente. Después de todo, él estaba en Gaza y fue blanco de todos los ataques en todas las rondas de la guerra, mientras que los líderes exiliados (Arouri, Khaled Meshal, Ismail Haniyeh] estaban en Qatar y el Líbano, viviendo la buena vida con sus familias. En una entrevista de 2018 Sinwar dijo que “una nueva guerra no es del interés de nadie, ciertamente no del nuestro”. 
 Fue Netanyahu quien afirmó, a lo largo de los años, que Hamás debería fortalecerse, a expensas de la Autoridad Palestina. “Cualquiera que quiera frustrar el establecimiento de un Estado palestino debería apoyar el fortalecimiento de Hamás y la transferencia de fondos a Hamas”, dijo a la facción del Likud de la Knesset en marzo de 2019. “Es parte de nuestra estrategia, separar a los palestinos en Gaza de los palestinos en Judea y Samaria (Cisjordania)”. En 2021, tuvieron lugar negociaciones indirectas del gobierno de Netanyahu con Hamás sobre un acuerdo general que incluía permisos laborales y comerciales, suministro de gas y financiación catarí. 

 Norberto Malaj
 21/10/2023

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