Ante la noticia, Global Justice Now denunció un fenómeno de “especulación pandémica”. La vacuna “de Pfizer fue inventada por BioNTech, respaldada por 100 millones de euros del Banco Europeo de Inversiones de propiedad pública y una subvención de 375 millones de euros del gobierno alemán” (ídem). Es decir, por inversión del erario público. Pfizer ni siquiera ´invirtió´ un mango.
“Tim Bierley, un activista farmacéutico del grupo, dijo: ´El desarrollo de vacunas de ARNm debería haber revolucionado la respuesta global de Covid. Pero hemos dejado que Pfizer retenga esta innovación médica esencial de gran parte del mundo, mientras estafamos los sistemas de salud pública con un margen de beneficio deslumbrante. No es nada menos que especulación pandémica para que Pfizer propicie una matanza mientras sus vacunas se han negado a tantos. Pfizer ahora es más rico que muchos países; ha ganado más que suficiente dinero con esta crisis. Es hora de suspender la propiedad intelectual y acabar con los monopolios de las vacunas´. Pfizer cobró al NHS (el sistema de salud pública) del Reino Unido un estimado de 2.800 millones de libras esterlinas por encima del costo de producción por las 189 millones de dosis de vacunas Covid-19 que el gobierno del Reino Unido compró, calculó Global Justice” (ídem).
Pfizer vendió a cuentagotas su vacuna a países africanos a un precio de 3 a 10 dólares la unidad, pero se jactó de haber ´ayudado´ al mundo subdesarrollado. Según Pfizer “producir una dosis sin fines de lucro cuesta u$s 6,75, o 4,98 libras esterlinas, pero, según se informa, le ha cobrado al NHS 18 libras esterlinas por dosis por los primeros 100 millones de unidades compradas y 22 por dosis por los siguientes 89 millones”, denuncia Global Justice Now, “lo que equivale a un deslumbrante margen de beneficio del 299 %” (ídem).
Conclusión: la “especulación pandémica” responde a las leyes del capital, las cuales no dejan de operar en medio de grandes catástrofes. Al contrario, muestran el lado más perverso de esas leyes, medran de las catástrofes y dan lugar a mayor concentración y centralización del capital.
De ahí que para “suspender la propiedad intelectual y acabar con los monopolios de las vacunas” se requiera una acción muy enérgica contra los grandes monopolios capitalistas, su expropiación y puesta bajo control obrero y la lucha por el poder de los trabajadores.
Norberto Malaj
09/02/2022
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