lunes, 28 de febrero de 2022

La OTAN, el ariete militar del imperialismo


El avance de la alianza atlántica como preludio de la guerra en Ucrania. 

 Desde el comienzo de las tensiones que derivaron en el conflicto militar entre Rusia y Ucrania, Putin colocó el foco de sus preocupaciones en la expansión de la Otan hacia el este, mientras que desde los gobiernos de ‘Occidente’ señalaban que cualquier país es libre de elegir sus alianzas militares. Sin embargo, la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y su engrosamiento tienen un contenido político definido. 

 Síntesis histórica 

La versión más difundida acerca de la naturaleza de la OTAN es que la alianza tiene un carácter defensivo. Ahora bien, desde sus comienzos, se organizó como una red militar para resguardar los intereses del imperialismo y del capital. La alianza surge en 1949 con el objetivo declarado de servir de presión contra la Unión Soviética y más en general para sostener a la burguesía europea, en un contexto en el que la devastación de la segunda guerra mundial generó las condiciones para que surgieran procesos revolucionarios en el continente. 
 El discurso hegemónico atribuye el origen de la Guerra Fría al expansionismo soviético, pero las acciones de la URSS fueron más bien respuestas a las acciones y presiones de Occidente, como por ejemplo el otorgamiento de los beneficios del Plan Marshall solo a los países que se alinearan con Estados Unidos, la formación unilateral de Alemania Occidental (por parte de las potencias aliadas) o la propia formación de la OTAN. La intervención imperialista masiva en la Guerra de Corea (1950 – 1955) para evitar una Corea unificada socialista termina de conformar el panorama del periodo. De hecho, la contraparte soviética de la OTAN, el Pacto de Varsovia, se fundó en 1955. 
 En sus más de 70 años de existencia la alianza atlántica no activó en ninguna ocasión su aspecto defensivo, ya que ningún miembro fue atacado por otro país, habida cuenta, en definitiva, que en la OTAN se encuentran las principales potencias (económicas y militares) del globo. Las acciones militares de la alianza fueron, de hecho, agresiones contra países oprimidos para asegurar intereses imperialistas: Bosnia, Yugoslavia (1995, 1999) y Afganistán (2001).

 La expansión 

El contenido de la OTAN termina de quedar definido una vez caída la URSS, ya que la alianza, lejos de extinguirse, se amplía hacia los países que conformaban el espacio soviético. Así, en 1999 se incorporan países del llamado Grupo de Visegrado (Hungría, Polonia y República Checa), en 2004 fue el turno de los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania), de Bulgaria, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia. Finalmente, Albania y Croacia se incorporaron en 2009 y Montenegro y Macedonia del Norte en 2017 y 2020 respectivamente. En todos ellos, pero en particular en los que bordean a Rusia, se han instalado cuantiosos recursos militares. Una eventual incorporación de Ucrania y Georgia completaría el cerco contra Moscú.
 Estados Unidos, bajo el gobierno de Trump, se retiró en 2019 del tratado que limitaba el emplazamiento de misiles de alcance intermedio y los desplegó en Polonia. Si a esto se le suma el reforzamiento del militarismo estadounidense en el Pacífico, en alianza con Australia y el Reino Unido, se termina de conformar un cuadro de presión militar y política contra Rusia y también contra China. 
 Es que de conjunto el objetivo del imperialismo es llevar adelante una colonización económica total de los espacios geográficos en los que tuvo lugar la expropiación del capital de la mano de procesos revolucionarios. Que la tarea de una restauración capitalista completa está aun en proceso se verifica en la propia Ucrania, donde recientemente se dispusieron medidas a favor de la ‘desoligarquización’ del país (es decir contra los burócratas que heredaron las empresas estatales) o para terminar con los límites de extensión de la propiedad en el agro. Putin y la clique dirigente rusa se oponen a esta orientación en nombre de controlar el proceso de acumulación capitalista en sus propios términos.

 Abajo la guerra, fuera la Otan y Rusia de Ucrania 

El elemento que explica el actual choque militar es, por lo tanto, una política de ofensiva imperialista. Sin embargo, la respuesta de la camarilla de Putin, la invasión de Ucrania, es por completo reaccionaria, y tendrá como víctima al pueblo trabajador a ambos lados de la frontera. Por la unidad de los trabajadores, para poner fin a la guerra y para expulsar al imperialismo de la región.

 Leandro Morgan

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