La Isla supera a los países capitalistas avanzados, incluidos Gran Bretaña y Estados Unidos, que ha sometido a Cuba a un bloqueo económico punitivo de seis décadas.
El Índice de Desarrollo Sostenible (SDI), diseñado por el antropólogo y autor Dr. Jason Hickel, calcula sus resultados dividiendo el puntaje de "desarrollo humano" de una nación, obtenido al observar las estadísticas sobre la esperanza de vida, la salud y la educación, por su "exceso ecológico". la medida en que la huella de carbono per cápita excede los límites naturales de la Tierra.
Los países con un fuerte desarrollo humano y un impacto ambiental más bajo obtienen un puntaje alto, pero los países con menores expectativas de vida y tasas de alfabetización, así como aquellos que exceden los límites ecológicos, están marcados hacia abajo.
Según las cifras más recientes, desde 2015, Cuba está en la cima con un puntaje de 0.859, mientras que Venezuela es 12 y Argentina 18.
El SDI fue creado para actualizar el Índice de Desarrollo Humano (IDH), desarrollado por el economista paquistaní Mahbub ul Haq y utilizado por el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas para producir sus informes anuales desde 1990.
El IDH considera la esperanza de vida, la educación y el ingreso nacional bruto per cápita, pero ignora la degradación ambiental causada por el crecimiento económico de los que tienen mejores resultados, como Gran Bretaña y los Estados Unidos.
"Estos países son los principales contribuyentes al cambio climático y otras formas de descomposición ecológica, lo que afecta desproporcionadamente a los países más pobres del Sur global, donde el cambio climático ya está haciendo que aumenten las tasas de hambre", dijo Hickel.
“En este sentido, el IDH promueve un modelo de desarrollo que es empíricamente incompatible con la ecología y que representa una contradicción fundamental: lograr un alto desarrollo de acuerdo con el IDH significa impulsar el desarrollo en otras partes del mundo. Para un indicador de desarrollo que pretende ser universal, tal contradicción es indefendible ".
Gran Bretaña, clasificada en el puesto 14 en el IDH de 2018, cae al puesto 131 en el IDE, mientras que Estados Unidos, en el puesto 13 en el índice ul Haq, ocupa el puesto 159 de 163 países que figuran en el nuevo sistema.
Hickel agregó: "La clasificación SDI revela que todos los países aún están" en desarrollo": los países con los niveles más altos de desarrollo humano aún necesitan reducir significativamente su impacto ecológico, mientras que los países con los niveles más bajos de impacto ecológico aún necesitan mejorar significativamente su desempeño en indicadores sociales".
Cubadebate
martes, 31 de diciembre de 2019
domingo, 29 de diciembre de 2019
Falleció el Héroe de la República de Cuba Harry Villegas, el «Pombo» de la guerrilla del Che en Bolivia
El general de brigada y Héroe de la República de Cuba, Harry Villegas Tamayo, conocido como «Pombo» en la guerrilla del Che Guevara, falleció este domingo 29 de diciembre de 2019 en La Habana, a los 79 años de edad.
Su fallecimiento se debió a una disfunción múltiple de órganos. Su cadáver fue cremado por voluntad de la familia. Mañana lunes 30 de diciembre se le rendirá homenaje póstumo al destacado combiente.
Harry Villegas nació en 1940 en una familia de campesinos pobres, en Yara, una localidad situada en las estribaciones de Sierra Maestra, entre Bayamo y Manzanillo. Su hermano Téogenes era un joven dirigente local del Partido Ortodoxo, activo opositor a la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1958) y seguidor de Fidel Castro, referente de la Juventud Ortodoxa que dirigió el asalto al cuartel Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953.
En 1954, con apenas 14 años, Harry Villegas comenzó a apoyar a los activistas del Partido Ortodoxo en sus acciones de oposición y sabotaje contra la dictadura. Cuando Fidel Castro fundó el Movimiento 26 de Julio el 12 de junio de 1955, Villegas, como muchos jóvenes ortodoxos, se incorporó e integró una célula clandestina que incluía, entre otros, a Leopoldo Cintra Frías («Polo»), Teté Puebla, Manuel Lastre Pacheco, quienes luego se destacarían en la Revolución cubana.
Al comienzo de 1958, Villegas y otros jóvenes decidieron subir a la Sierra Maestra para integrarse a la guerrilla del Movimiento 26 de Julio, pero fueron rechazados por el Che Guevara, quien les dijo que con las armas de bajo calibre con las que estaban no era posible enfrentar a los soldados, invitándolos a volver a bajar al llano, para quitarle las armas a algún soldado y volver. Villegas y sus compañeros buscaron armas de mayor calibre entre las familias conocidas. En esa segunda oportunidad sí fueron aceptados por Guevara, quien en ese momento se encontraba en La Plata.
En los primeros tiempos actuó como mensajero y ayudante y fue enviado a la Escuela de Reclutas de Minas del Frío. Durante la ofensiva del gobierno contra la guerrilla de Sierra Maestra, iniciada en mayo de 1958, Villagas fue enviado a combatir en la Columna 1, dirigida por Fidel Castro, y participó en los combates del Jigüe, Las Vegas, San Lorenzo, Meriño y Las Mercedes.
Cuando se formó la Columna 8 Ciro Redondo, al comando del Che Guevara, Villegas fue asignado a la misma y se convirtió rápidamente en uno de los hombres de confianza del Che, quien integró su escolta con Juan Alberto Castellanos, Hermes Peña, Carlos Coello («Tuma») y Harry Villegas («Pombo»).
En su condición de escolta, permaneció toda la campaña militar junto a Guevara. Participó en la Batalla de Santa Clara y otros combates y luego se estableció en la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña, La Habana, a partir de enero de 1959.
En 1961, se desempeñó como administrador de la empresa estatal Sanitarios Nacionales, designado por el Che Guevara en su condición de Ministro de Industria.
En 1963, el Che Guevara envió a varios de dos hombres de confianza (Hermes Peña y Juan Alberto Castellanos) a formar parte del grupo guerrillero que se instaló en el norte de la Argentina, al mando de Jorge Masetti bajo el nombre de Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP). Villegas recibió una clara explicación sobre su ausencia del grupo por parte del Che, quien le mencionó que no lo enviaba debido a su piel negra, que lo hubiera impedido pasar desapercibido en el norte argentino.
Sin embargo, la misma razón jugó un papel importante para que el Che Guevara lo convocara en 1965 a combatir en el grupo de guerrilleros cubanos que aquel encabezaba, en la República Democrática del Congo. Allí tomó el sobrenombre de «Pombo», con el que ha sido mundialmente conocido, que en idioma swahili significa «hoja».
Entre 1966 y 1967 «Pombo» participaría del foco guerrillero que el Che Guevara instaló en Bolivia, en la zona del río Ñancahuazú, y en donde este último moriría. El grupo guerrillero tomó el nombre de Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Bolivia con secciones de apoyo en Argentina, Chile y Perú. Los enfrentamientos armados comenzaron el 23 de marzo de 1967.
Villegas fue uno de los cinco hombres3 (3 cubanos y dos bolivianos) que logró escapar del cerco militar que aniquiló al grupo guerrillero.
Luego de 1967 continuó sirviendo en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, participando como asesor militar en Angola y Nicaragua.
Nació en 1940, en Yara, provincia de Granma. A los diecisiete años ya combatía en el Ejército Rebelde en la Sierra Maestra. En la invasión al centro de la Isla integró la columna 8 Ciro Redondo y formó parte de la escolta personal del Che.
Recibió la condecoración Héroe de la República de Cuba. Fue General de Brigada de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), miembro del Partido Comunista Cubano PCC, vicepresidente y secretario ejecutivo de la Dirección Nacional de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana y estudioso del pensamiento militar de Ernesto Che Guevara.
Cubadebate
sábado, 28 de diciembre de 2019
Falleció Acela Caner, destacada profesora e investigadora cubana
La destacada investigadora cubana Acela Caner Román falleció en La Habana este 10 de diciembre a la edad de 77 años
Acela, profesora jubilada, máster en Didáctica de la Geografía, refiere Tribuna de La Habana, contribuyó a extender un puente de hermanamiento entre la ciudad de Giavenno, cuna del piamontés Doménico Pogolotti, quien fuera el fundador del primer barrio obrero de la capital y cuyo nombre se perpetúa en la memoria de sus residentes, de todas las generaciones.
En la obra de Acela resaltan sus textos: La tierra que es América; Fabio: El muchacho del Copacabana; La Tía; Batalla por la indemnización: La segunda victoria de Girón; Fidel: De Cinco Palmas a Santiago y Fidel: Días de Girón.
Durante su fructífera vida, Acela recibió reconocimientos y condecoraciones. Por su obra, Batalla por la indemnización, la segunda victoria de Girón, resultó premiada en la 39 edición del Concurso 26 de Julio de las FAR, en el género investigaciones históricas.
Acela Caner recibió el día de ayer un hermoso homenaje, «en el lugar que tanto amó» el Taller de Transformación Integral de Pogolotti que desde 1990 trabaja en la mejora de las condiciones socio-económicas de su población y en su desarrollo espiritual y cultural, desde la participación comunitaria.
Redacción Digital | internet@granma.cu
12 de diciembre de 2019 10:12:29
"En la ofensiva imperialista,Cuba y Rusia unidas como al comienzo de la Revolución": Arnaldo Tamayo
Conversamos en La Habana, en el marco de una actividad de homenaje al internacionalismo soviético, en el aniversario de la Revolución Socialista de Octubre, con Arnaldo Tamayo Méndez, quien fuera primer cosmonauta de Cuba y América Latina.
jueves, 26 de diciembre de 2019
miércoles, 25 de diciembre de 2019
La cultura en la defensa de la nación
Entrevista a Aurelio Alonso
¿Qué sentido tiene la defensa de la nación en el terreno de la cultura? ¿Qué distingue sus medios y alcance propios, en contraste con otros –ideológicos, estratégico-militares, políticos, económicos?
¿Está el país especialmente más expuesto hoy en este campo? ¿Cómo precaver que una política defensiva en la cultura no tenga efectos colaterales contraproducentes? ¿En qué medida las fortalezas de la cultura cubana permiten adelantar esa defensa más allá de nuestras fronteras?
Destacados intelectuales y creadores cubanos reflexionan en torno a estos problemas, en un contexto interno y externo de mayor complejidad.
*Aurelio Alonso: Sociólogo, diplomático y ensayista cubano. Profesor adjunto de la Universidad de La Habana y Profesor Visitante de la Universidad Central de las Villas. Subdirector de la revista Casa de las Américas desde 2005. Premio Nacional de las Ciencias Sociales y Humanísticas por la obra de toda la vida, 2013. Premio Félix Varela de Ciencias Sociales 2018.
Rafael Hernández: En el contexto de esta frase, cuál es para usted el significado de la cultura y cómo se debe interpretar la defensa de la nación? ¿Qué sentido tiene la defensa de la nación desde una perspectiva cultural?
Aurelio Alonso: Considero que el uso concepto de defensa, como el de cultura, admite con legitimidad dos connotaciones, una restringida y otra ampliada. Existe hoy un consenso en que al hablar de cultura aludimos a la universalidad de la creación humana y no solo a la espiritual, aunque en la práctica no podemos evitar referirlo a la artística y literaria (y a otras expresiones de la espiritualidad creativa). Corre ya más de un siglo de debate al respecto, como sabes. Visto desde el sentido amplio del concepto el hecho mismo de defender la nación es un hecho cultural, aunque es válido plantearnos también, desde la perspectiva estrictamente cultural, la defensa de la nación. De modo análogo, en cuanto al concepto de defensa no se puede limitar su connotación al plano militar, sino que la defensa comienza por la palabra y las ideas. Desde la paz antes que con las armas –por suerte– la nación debe ser defendida prioritariamente. Y este sentido de la defensa se extiende desde el terreno de la política hasta el de la propaganda comercial. La defensa de la nación –que no es solo una cuestión de Estado– tiene una vertiente cultural, tan relevante como cualquier otra, se haga claramente visible o no.
RH: ¿Qué distingue el espacio propio de la cultura en la defensa de la nación? ¿Cuál es su alcance respecto a otros campos –estratégico-militar, político, económico, ideológico?
A.A.: Dicho lo anterior, y en sintonía con tus precisiones, me atengo a los quehaceres propios del oficio de la escritura y de las artes, en un contexto contemporáneo, asentado en la fuerza que el desarrollo de los medios de comunicación han dado a la imagen. Hoy, para decirlo con brevedad, el desafío de autenticidad de la creación propia pasa por su capacidad de hacerse competitivo mediáticamente, frente a dispositivos orientados a alejar la nación de sus intereses legítimos, que son los que definen el bienestar accesible de sus pueblos. Y con la recolocación del desafío crece a la vez el riesgo de sucumbir que plantea al intelectual el refinamiento de los resortes hegemónicos, ya sea que lo haga por desorientación o por inmovilismo. Me cuento entre los que piensan que el concepto de cultura provee de contenido a todas las prácticas restantes a que te refieres, y es lo que nos permite utilizarlo como sustantivo cuando nos referimos a cultura económica, cultura militar, cultura política, sin limitarnos a las siete musas.
Te confieso que no sabría ponderar cuantitativamente el momento de mayor desafío. La nación cubana ha vivido durante sesenta años el desafío de esta amenaza, que ha sido bordado poco a poco, desde los tiempos en que los propios presidentes de los Estados Unidos no calculaban la influencia que alcanzaría en la política el complejo militar-financiero-industrial, hasta volverse el más refinado y cruel de los cercos en todos planos, también en sentido de las obras del espíritu, y no solo en los planos económico, tecnológico, financiero y diplomático. En esa historia, la nación también ha sufrido de sus errores de imprevisión y pecados de inmadurez y de inmovilismo dogmático, pero las rectificaciones han tributado a la edificación una resistencia que se renueva. Lo vivido hoy en Cuba es la resultante de un acumulado perverso de hostilidad imperial y en este sentido el desafío se muestra mayor. Pero también es distinto –creo que siempre va a ser distinto y no solo mayor en términos de tamaño–, y creo que ello exige de nuestra creatividad una información, un aprendizaje y un ejercicio crítico constante. Se hace clave que, como país, sepamos tomar el pulso del cuadro global en que nos desenvolvemos. No solo en el terreno de la política y de la economía, sino también en el de la cultura. En cuanto a las circunstancias globales yo creo que no quedan bien precisadas al decir que son ahora más desfavorables. Prefiero decir que son más complejas, o más complicadas, si me atengo a aquella finísima distinción conceptual que hacía Lezama Lima entre “complejo” y “complicado”. La concentración de poder de los Estados Unidos en el plano global le ha llegado a permitir un nivel de impunidad sin precedentes, y en lo bilateral, su intransigencia hacia la soberanía efectiva de un vecino tan cercano, tan pequeño, tan estratégico, tan emblemático, y tan respondón. Desde esta perspectiva, la situación se hace muy desfavorable. Pero en el plano global la aparición en el mundo de modelos alternativos que, a diferencia del soviético, los aventajan en el plano económico (tasas de crecimiento y desarrollo) y en el social (disminución de la desigualdad y mejores condiciones de vida), es un elemento esperanzador, no solo para esta isla. No menos importante es que el mundo se ha convencido de que la “causa de Cuba” no se ajusta al “tiro al blanco” diseñado en Washington, sino que se acumulan las pruebas dadas, desde seis décadas de resistencia del pueblo cubano, de la legitimidad de un proyecto nacional. La nación cubana es la que ha sido capaz de resistir. La autenticidad de la definición de esta imagen como nación ha sido reconocida de manera inequívoca en Naciones Unidas (y fuera de ella), contra las deformaciones enemigas, que perdieron credibilidad mundial. Es el lado favorable. Yo diría que las “circunstancias globales” son aún desfavorables, pero con balances distintos. Resulta arriesgado cualquier pronóstico.
R.H.: ¿Qué papel les atribuye a los artistas e intelectuales frente a estas amenazas, en el seno de la sociedad cubana? ¿En su proyección internacional? ¿Se comportan así realmente? ¿Cómo facilitarlo?
A.A.: Yo pienso que, en este orden de cosas, un reto importante para nuestros intelectuales es el de saber tomarle el pulso a esa complejidad. La exterior y la interior, que no nos son dadas por separado, sino la una a través de la otra. Y descubrir cómo la complejidad de cada día difiere de la del día anterior, cómo se alteran connotaciones, cómo son vaciados unos conceptos y potenciados otros, cuándo las libertades aluden a valores reales y cuándo apuntalan la desigualdad social, con la cual el liberalismo carga como pecado original; cómo moldea el mensaje mediático valores falsos o equívocos. Pero, a la vez, parejamente, interiorizar sin temor nuestros errores, develar las lagunas de nuestras acciones, impedir que nos paralice la complacencia formal. El hecho cultural supone una inteligencia de las situaciones que no admite reacciones mecanicistas. La banalización es traducida por la historia, en el mejor de los casos (o sea, cuando se logra superar críticamente), en manchas trascendidas por sucesivas generaciones. Cuando no, se convierten en lastres, y “las culpas de los padres las pagan los hijos”. Yo pienso que tenemos ya suficiente conocimiento de nuestros errores, y que haríamos bien en preguntarnos por qué percibimos una y otra vez su recurrencia, y nos comprometiéramos más en esa dimensión de la autocrítica que tendría que alcanzar el plano institucional y no solo reclamarla a la persona.
R.H.: Si la cultura nacional abarca rasgos diversos y cambiantes, ¿reconoce usted identidades culturales diferenciadas y en movimiento? ¿Qué importancia tiene esta distinción para representar la cultura nacional actual que debe defenderse?
A.A.: Por supuesto, diversidad y movimiento son conceptos indispensables cuando tratamos de definir nuestra identidad cultural. La diversidad denota la presencia de lo contradictorio como fuente de desarrollo (para decirlo desde la dialéctica más ortodoxa) y nos obliga a encontrar diferencias en la formación de una identidad nacional. Prefiero pensar así lo diverso para no reducirlo a identidades diferenciadas entre sí. En cuanto a la importancia de estos elementos, que creo que siempre estarían presentes en la definición de identidad, cuando se trata de la cultura cubana actual debemos tener en cuenta la sacudida radical generada por la Revolución de 1959 y sus efectos en el legado sobre el cual se formó la República. Junto a la esencial vindicación de la tradición independentista que produjo el cambio político (y de la cual los historiadores han dado cuenta), queda en pie el desafío del rescate de valores en la historia más cercana que solo desde años reciente se ha emprendido.
R.H.: Si la cultura cubana no está limitada al territorio de la Isla, ¿en qué medida la protección de la nación rebasa sus fronteras? ¿Qué implicaciones tiene este enfoque para el planteamiento de una estrategia de política cultural eficaz?
A.A.: Por supuesto que no es posible comprimir la cultura cubana en las fronteras geográficas de la Isla. Ni en el plano de un pasado centenario ni mucho menos en el de una realidad en la cual la emigración ha crecido y crece, produciendo en el extranjero comunidades cubanas de más de una generación. Ante esta pregunta yo insisto, ahora como necesidad, que me mantengo en el plano de lo espiritual cuando hablamos de cultura, porque la geografía impone fronteras objetivas al sistema económico social, la institucionalidad, el ejercicio político, las relaciones como Estado. Pero los vasos comunicantes en el plano que subrayamos como esencialmente cultural no deben ser obstruidos; más bien deber ser fomentados por las políticas culturales que el país debe seguir. Hacen parte de la identidad nacional: como afirmaba Cintio Vitier en Resistencia y sociedad, frente a una visión esquemática de los “balseros” de 1994, aun si son antisociales son nuestros antisociales. Tales vínculos no son de naturaleza impositiva, sino biunívocos, y solamente se logran en una interacción que sepa exaltar valores reales de uno y otro lado, una absorción constructiva recíproca, y una comunicación que se haga consistente sobre las bases del entendimiento y el respeto.
R.H.: Tomando en cuenta la historia de la Revolución, ¿qué recomendaciones haría usted para la aplicación de una estrategia cultural en defensa de la nación? ¿De qué manera precaver contra el folclorismo, el populismo, el elitismo, el provincianismo aldeano, como representaciones de una cultura nacional que se procura defender?
A.A.: La verdad es que cada pregunta tuya me resulta más difícil de responder que la anterior. Para ser del todo sincero, comenzaré por decir que tal vez no sea un ministerio la estructura ideal para diseñar y aplicar una “estratega cultural en defensa de la nación”. La diversidad de los lenguajes de la creación y de la institucionalidad que requiere su entramado social me lleva a pensar que la idea de un consejo de cultura integrado por instituciones independientes y con sistemas de promoción de talentos, educación artística, apoyo estatal a las expresiones creativas, y otras necesidades, como se concibió en 1961, es más efectivo que un ministerio. No estoy pensando en el pasado sino en el horizonte. Con el experimento cubano sucede que, lejos de consolidar las virtudes que debían serle propias, el Consejo se deformó (el CNC), generando un cuerpo con predominio de tendencias sectarias, cuya etapa madura (en sus vicios) recordamos como “quinquenio gris”. Su sustitución por un ministerio pudo neutralizar la onda represiva que había dominado gracias a las capacidades y la proyección del ministro escogido. De haber caído la nueva estructura en manos inadecuadas, las posibilidades que daba la centralización de las funciones podrían haber llegado a calificarse de “décadas grises”, o peor. Es una situación paradójica que algún día será resuelta para dar más vuelo a la cultura nacional. No obstante, con la estructura institucional que tengamos –llámese consejo o ministerio–, pienso que lo primero a tener en cuenta es que la política cultural no puede responder a un patrón impositivo sino partir del caudal creativo acumulado de las formas de expresión y de los valores con los que cuenta el país. Que el debate debe prevalecer y que el talento debe contar con posibilidades de desarrollo. Que cuando se piense en políticas de selección cultural, respondan a las exigencias que las musas inspiraron y se erradique el burocratismo, y la decisión vertical, además tomar en cuenta los otros lastres que señalas, con acierto, en tu pregunta. No es que se pueda decir que no ha existido una estrategia cultural en la Revolución; por el contrario, he sostenido y sostengo que la nuestra es, en primer plano, una Revolución cultural, pero no siempre ha sido gracias a las instituciones sino, incluso a veces, a pesar de ellas.
R.H. ¿Cómo evitar que la defensa de la nación desde la cultura se confunda con atrincheramiento y proyecte vulnerabilidad? ¿Cómo fomentar una cultura nacional que acepta el reto del intercambio, desde una conciencia cultural más cierta y segura de sí?
A.A.: El soldado que se mantenía en la trinchera se sentía protegido (en el pasado, quiero decir, pues ya la trinchera protege muy poco). El atrincheramiento en el terreno de las ideas genera una imagen de protección tan equívoca como en la logística. El experimento socialista que fracasó en Moscú dejó hábitos en todas las izquierdas, los cuales ha costado mucho superar. Un maniqueísmo de signo propio, típico de los sistemas estamentarios, que supone una posesión absoluta de la razón (y el bien) y, a la vez, la concentración de la sinrazón (y el mal) más allá de mi territorio ideológico. La sospecha de toda idea distinta, la reticencia hacia el cambio, la identificación del acierto con la probación, la sacralización de las citas como principios, la confusión de la retórica con la política. Esas reglas torcidas del pensamiento pesan como obstáculo del reto del intercambio en los términos en que te lo planteas. Sus raíces se aferran más allá de los organismos específicos de la cultura y, en mi criterio, constituyen la base del peso muerto que buscamos superar.
Rafael Hernández
¿Qué sentido tiene la defensa de la nación en el terreno de la cultura? ¿Qué distingue sus medios y alcance propios, en contraste con otros –ideológicos, estratégico-militares, políticos, económicos?
¿Está el país especialmente más expuesto hoy en este campo? ¿Cómo precaver que una política defensiva en la cultura no tenga efectos colaterales contraproducentes? ¿En qué medida las fortalezas de la cultura cubana permiten adelantar esa defensa más allá de nuestras fronteras?
Destacados intelectuales y creadores cubanos reflexionan en torno a estos problemas, en un contexto interno y externo de mayor complejidad.
*Aurelio Alonso: Sociólogo, diplomático y ensayista cubano. Profesor adjunto de la Universidad de La Habana y Profesor Visitante de la Universidad Central de las Villas. Subdirector de la revista Casa de las Américas desde 2005. Premio Nacional de las Ciencias Sociales y Humanísticas por la obra de toda la vida, 2013. Premio Félix Varela de Ciencias Sociales 2018.
Rafael Hernández: En el contexto de esta frase, cuál es para usted el significado de la cultura y cómo se debe interpretar la defensa de la nación? ¿Qué sentido tiene la defensa de la nación desde una perspectiva cultural?
Aurelio Alonso: Considero que el uso concepto de defensa, como el de cultura, admite con legitimidad dos connotaciones, una restringida y otra ampliada. Existe hoy un consenso en que al hablar de cultura aludimos a la universalidad de la creación humana y no solo a la espiritual, aunque en la práctica no podemos evitar referirlo a la artística y literaria (y a otras expresiones de la espiritualidad creativa). Corre ya más de un siglo de debate al respecto, como sabes. Visto desde el sentido amplio del concepto el hecho mismo de defender la nación es un hecho cultural, aunque es válido plantearnos también, desde la perspectiva estrictamente cultural, la defensa de la nación. De modo análogo, en cuanto al concepto de defensa no se puede limitar su connotación al plano militar, sino que la defensa comienza por la palabra y las ideas. Desde la paz antes que con las armas –por suerte– la nación debe ser defendida prioritariamente. Y este sentido de la defensa se extiende desde el terreno de la política hasta el de la propaganda comercial. La defensa de la nación –que no es solo una cuestión de Estado– tiene una vertiente cultural, tan relevante como cualquier otra, se haga claramente visible o no.
RH: ¿Qué distingue el espacio propio de la cultura en la defensa de la nación? ¿Cuál es su alcance respecto a otros campos –estratégico-militar, político, económico, ideológico?
A.A.: Dicho lo anterior, y en sintonía con tus precisiones, me atengo a los quehaceres propios del oficio de la escritura y de las artes, en un contexto contemporáneo, asentado en la fuerza que el desarrollo de los medios de comunicación han dado a la imagen. Hoy, para decirlo con brevedad, el desafío de autenticidad de la creación propia pasa por su capacidad de hacerse competitivo mediáticamente, frente a dispositivos orientados a alejar la nación de sus intereses legítimos, que son los que definen el bienestar accesible de sus pueblos. Y con la recolocación del desafío crece a la vez el riesgo de sucumbir que plantea al intelectual el refinamiento de los resortes hegemónicos, ya sea que lo haga por desorientación o por inmovilismo. Me cuento entre los que piensan que el concepto de cultura provee de contenido a todas las prácticas restantes a que te refieres, y es lo que nos permite utilizarlo como sustantivo cuando nos referimos a cultura económica, cultura militar, cultura política, sin limitarnos a las siete musas.
Te confieso que no sabría ponderar cuantitativamente el momento de mayor desafío. La nación cubana ha vivido durante sesenta años el desafío de esta amenaza, que ha sido bordado poco a poco, desde los tiempos en que los propios presidentes de los Estados Unidos no calculaban la influencia que alcanzaría en la política el complejo militar-financiero-industrial, hasta volverse el más refinado y cruel de los cercos en todos planos, también en sentido de las obras del espíritu, y no solo en los planos económico, tecnológico, financiero y diplomático. En esa historia, la nación también ha sufrido de sus errores de imprevisión y pecados de inmadurez y de inmovilismo dogmático, pero las rectificaciones han tributado a la edificación una resistencia que se renueva. Lo vivido hoy en Cuba es la resultante de un acumulado perverso de hostilidad imperial y en este sentido el desafío se muestra mayor. Pero también es distinto –creo que siempre va a ser distinto y no solo mayor en términos de tamaño–, y creo que ello exige de nuestra creatividad una información, un aprendizaje y un ejercicio crítico constante. Se hace clave que, como país, sepamos tomar el pulso del cuadro global en que nos desenvolvemos. No solo en el terreno de la política y de la economía, sino también en el de la cultura. En cuanto a las circunstancias globales yo creo que no quedan bien precisadas al decir que son ahora más desfavorables. Prefiero decir que son más complejas, o más complicadas, si me atengo a aquella finísima distinción conceptual que hacía Lezama Lima entre “complejo” y “complicado”. La concentración de poder de los Estados Unidos en el plano global le ha llegado a permitir un nivel de impunidad sin precedentes, y en lo bilateral, su intransigencia hacia la soberanía efectiva de un vecino tan cercano, tan pequeño, tan estratégico, tan emblemático, y tan respondón. Desde esta perspectiva, la situación se hace muy desfavorable. Pero en el plano global la aparición en el mundo de modelos alternativos que, a diferencia del soviético, los aventajan en el plano económico (tasas de crecimiento y desarrollo) y en el social (disminución de la desigualdad y mejores condiciones de vida), es un elemento esperanzador, no solo para esta isla. No menos importante es que el mundo se ha convencido de que la “causa de Cuba” no se ajusta al “tiro al blanco” diseñado en Washington, sino que se acumulan las pruebas dadas, desde seis décadas de resistencia del pueblo cubano, de la legitimidad de un proyecto nacional. La nación cubana es la que ha sido capaz de resistir. La autenticidad de la definición de esta imagen como nación ha sido reconocida de manera inequívoca en Naciones Unidas (y fuera de ella), contra las deformaciones enemigas, que perdieron credibilidad mundial. Es el lado favorable. Yo diría que las “circunstancias globales” son aún desfavorables, pero con balances distintos. Resulta arriesgado cualquier pronóstico.
R.H.: ¿Qué papel les atribuye a los artistas e intelectuales frente a estas amenazas, en el seno de la sociedad cubana? ¿En su proyección internacional? ¿Se comportan así realmente? ¿Cómo facilitarlo?
A.A.: Yo pienso que, en este orden de cosas, un reto importante para nuestros intelectuales es el de saber tomarle el pulso a esa complejidad. La exterior y la interior, que no nos son dadas por separado, sino la una a través de la otra. Y descubrir cómo la complejidad de cada día difiere de la del día anterior, cómo se alteran connotaciones, cómo son vaciados unos conceptos y potenciados otros, cuándo las libertades aluden a valores reales y cuándo apuntalan la desigualdad social, con la cual el liberalismo carga como pecado original; cómo moldea el mensaje mediático valores falsos o equívocos. Pero, a la vez, parejamente, interiorizar sin temor nuestros errores, develar las lagunas de nuestras acciones, impedir que nos paralice la complacencia formal. El hecho cultural supone una inteligencia de las situaciones que no admite reacciones mecanicistas. La banalización es traducida por la historia, en el mejor de los casos (o sea, cuando se logra superar críticamente), en manchas trascendidas por sucesivas generaciones. Cuando no, se convierten en lastres, y “las culpas de los padres las pagan los hijos”. Yo pienso que tenemos ya suficiente conocimiento de nuestros errores, y que haríamos bien en preguntarnos por qué percibimos una y otra vez su recurrencia, y nos comprometiéramos más en esa dimensión de la autocrítica que tendría que alcanzar el plano institucional y no solo reclamarla a la persona.
R.H.: Si la cultura nacional abarca rasgos diversos y cambiantes, ¿reconoce usted identidades culturales diferenciadas y en movimiento? ¿Qué importancia tiene esta distinción para representar la cultura nacional actual que debe defenderse?
A.A.: Por supuesto, diversidad y movimiento son conceptos indispensables cuando tratamos de definir nuestra identidad cultural. La diversidad denota la presencia de lo contradictorio como fuente de desarrollo (para decirlo desde la dialéctica más ortodoxa) y nos obliga a encontrar diferencias en la formación de una identidad nacional. Prefiero pensar así lo diverso para no reducirlo a identidades diferenciadas entre sí. En cuanto a la importancia de estos elementos, que creo que siempre estarían presentes en la definición de identidad, cuando se trata de la cultura cubana actual debemos tener en cuenta la sacudida radical generada por la Revolución de 1959 y sus efectos en el legado sobre el cual se formó la República. Junto a la esencial vindicación de la tradición independentista que produjo el cambio político (y de la cual los historiadores han dado cuenta), queda en pie el desafío del rescate de valores en la historia más cercana que solo desde años reciente se ha emprendido.
R.H.: Si la cultura cubana no está limitada al territorio de la Isla, ¿en qué medida la protección de la nación rebasa sus fronteras? ¿Qué implicaciones tiene este enfoque para el planteamiento de una estrategia de política cultural eficaz?
A.A.: Por supuesto que no es posible comprimir la cultura cubana en las fronteras geográficas de la Isla. Ni en el plano de un pasado centenario ni mucho menos en el de una realidad en la cual la emigración ha crecido y crece, produciendo en el extranjero comunidades cubanas de más de una generación. Ante esta pregunta yo insisto, ahora como necesidad, que me mantengo en el plano de lo espiritual cuando hablamos de cultura, porque la geografía impone fronteras objetivas al sistema económico social, la institucionalidad, el ejercicio político, las relaciones como Estado. Pero los vasos comunicantes en el plano que subrayamos como esencialmente cultural no deben ser obstruidos; más bien deber ser fomentados por las políticas culturales que el país debe seguir. Hacen parte de la identidad nacional: como afirmaba Cintio Vitier en Resistencia y sociedad, frente a una visión esquemática de los “balseros” de 1994, aun si son antisociales son nuestros antisociales. Tales vínculos no son de naturaleza impositiva, sino biunívocos, y solamente se logran en una interacción que sepa exaltar valores reales de uno y otro lado, una absorción constructiva recíproca, y una comunicación que se haga consistente sobre las bases del entendimiento y el respeto.
R.H.: Tomando en cuenta la historia de la Revolución, ¿qué recomendaciones haría usted para la aplicación de una estrategia cultural en defensa de la nación? ¿De qué manera precaver contra el folclorismo, el populismo, el elitismo, el provincianismo aldeano, como representaciones de una cultura nacional que se procura defender?
A.A.: La verdad es que cada pregunta tuya me resulta más difícil de responder que la anterior. Para ser del todo sincero, comenzaré por decir que tal vez no sea un ministerio la estructura ideal para diseñar y aplicar una “estratega cultural en defensa de la nación”. La diversidad de los lenguajes de la creación y de la institucionalidad que requiere su entramado social me lleva a pensar que la idea de un consejo de cultura integrado por instituciones independientes y con sistemas de promoción de talentos, educación artística, apoyo estatal a las expresiones creativas, y otras necesidades, como se concibió en 1961, es más efectivo que un ministerio. No estoy pensando en el pasado sino en el horizonte. Con el experimento cubano sucede que, lejos de consolidar las virtudes que debían serle propias, el Consejo se deformó (el CNC), generando un cuerpo con predominio de tendencias sectarias, cuya etapa madura (en sus vicios) recordamos como “quinquenio gris”. Su sustitución por un ministerio pudo neutralizar la onda represiva que había dominado gracias a las capacidades y la proyección del ministro escogido. De haber caído la nueva estructura en manos inadecuadas, las posibilidades que daba la centralización de las funciones podrían haber llegado a calificarse de “décadas grises”, o peor. Es una situación paradójica que algún día será resuelta para dar más vuelo a la cultura nacional. No obstante, con la estructura institucional que tengamos –llámese consejo o ministerio–, pienso que lo primero a tener en cuenta es que la política cultural no puede responder a un patrón impositivo sino partir del caudal creativo acumulado de las formas de expresión y de los valores con los que cuenta el país. Que el debate debe prevalecer y que el talento debe contar con posibilidades de desarrollo. Que cuando se piense en políticas de selección cultural, respondan a las exigencias que las musas inspiraron y se erradique el burocratismo, y la decisión vertical, además tomar en cuenta los otros lastres que señalas, con acierto, en tu pregunta. No es que se pueda decir que no ha existido una estrategia cultural en la Revolución; por el contrario, he sostenido y sostengo que la nuestra es, en primer plano, una Revolución cultural, pero no siempre ha sido gracias a las instituciones sino, incluso a veces, a pesar de ellas.
R.H. ¿Cómo evitar que la defensa de la nación desde la cultura se confunda con atrincheramiento y proyecte vulnerabilidad? ¿Cómo fomentar una cultura nacional que acepta el reto del intercambio, desde una conciencia cultural más cierta y segura de sí?
A.A.: El soldado que se mantenía en la trinchera se sentía protegido (en el pasado, quiero decir, pues ya la trinchera protege muy poco). El atrincheramiento en el terreno de las ideas genera una imagen de protección tan equívoca como en la logística. El experimento socialista que fracasó en Moscú dejó hábitos en todas las izquierdas, los cuales ha costado mucho superar. Un maniqueísmo de signo propio, típico de los sistemas estamentarios, que supone una posesión absoluta de la razón (y el bien) y, a la vez, la concentración de la sinrazón (y el mal) más allá de mi territorio ideológico. La sospecha de toda idea distinta, la reticencia hacia el cambio, la identificación del acierto con la probación, la sacralización de las citas como principios, la confusión de la retórica con la política. Esas reglas torcidas del pensamiento pesan como obstáculo del reto del intercambio en los términos en que te lo planteas. Sus raíces se aferran más allá de los organismos específicos de la cultura y, en mi criterio, constituyen la base del peso muerto que buscamos superar.
Rafael Hernández
lunes, 23 de diciembre de 2019
Cuba tiene Primer Ministro: Manuel Marrero, extitular de Turismo
Este sábado 21 de diciembre quedó conformado en Cuba el Consejo de Ministros, de acuerdo con la nueva estructura de gobierno que propone la recién aprobada Constitución de la República. La Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), durante su cuarto período de sesiones de la IX Legislatura, aprobó nuevamente por unanimidad la propuesta del presidente cubano Miguel Díaz-Canel.
El Consejo Ministros ha quedado conformado de la siguiente forma:
Díaz-Canel propone a Manuel Marrero Cruz como primer ministro de Cuba.
Como establece una disposición transitoria de la actual constitución cubana, la designación del Primer Ministro, viceprimeros ministros, secretario y restantes miembros del Consejo de Ministros corresponde al presidente de la República, Miguel Díaz-Bermúdez.
Marrero se desempeña como ministro de turismo hace casi 17 años. Esta actividad constituye la fuente de ingreso fundamental del país. No obstante, en todos estos años, y también a causa de las presiones externas que impone el bloqueo estadounidense contra Cuba, la actividad no ha despegado todas sus potencialidades. Manuel Marrero fue el ministro que más tiempo se desempeñó en un mismo cargo público en Cuba.
Por su parte, Díaz-Canel propuso además a los seis viceprimeros Ministros:
Ramiro Valdés Menéndez, Comandante de la Revolución
Roberto Morales Ojeda
Inés María Chapman Waugh
José Luis Tapia Fonseca
Alejandro Miguel Gil Fernández, quien seguirá siendo ministro de Economía
Ricardo Cabrisas Ruiz
Dentro de la membresía, estos fueron los nuevos miembros que fueron ratificados por la ANPP:
Marta Elena Feito Cabrera, ministra de Trabajo y Seguridad Social
Juan Carlos García Grada, ministro de Turismo
Martha Sabina, ministra-presidenta del Banco Central de Cuba
Jorge Santiago Sobrino Martínez, ministro de la Industria Alimentaria
Eloy Álvarez Martínez, ministro de Industrias
Nicolás Arrente Cruz, ministro de Energía y Minas
Como Secretario del Consejo de Ministros fue propuesto:
José Amado Ricardo Guerra
Seguidamente, menciona los diez restantes miembros:
Leopoldo Cintra Frías, Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias
Julio César Gandarilla Bermejo, Ministro del Interior
José Ramón Saborido Loidi, Ministro de Educación Superior
Ena Elsa Velázquez Cobiella, Ministra de Educación
Meisi Bolaños Weis, Ministra de Finanzas y Precios
René Mesa Villafaña, Ministro de la Construcción
Rodrigo Malmierca, Ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera
Bruno Rodríguez Parrilla, Ministro de Relaciones Exteriores
Eduardo Rodríguez Dávila, Ministro de Transporte
Elba Rosa Pérez Montoya, Ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente
Oscar Manuel Silvera, Ministro de Justicia
Betsy Díaz Velázquez, Ministerio de Comercio Interior
Alpidio Alonso Grau, Ministro de Cultura
Jorge Luis Perdomo Di-Lella, Ministro de Comunicaciones
José Ángel Portal Miranda, Ministerio de Salud Pública
Alejandro Gil Fernández, Ministerio de Economía y Planificación
Gustavo Rodríguez Rollero, Ministerio de la Agricultura
Antonio Rodríguez Rodríguez, Instituto de Recursos Hidráulicos
Alfonso Noya Martínez, Instituto Cubano de Radio y Televisión
Osval Vento Montiller, Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación
Cronograma legislativo
El cronograma legislativo fue presentado por el Ministro de Justicia, Oscar Silvera Martínez, con el objetivo de implementar muchos de los derechos y obligaciones contenidos en la Constitución cubana, los cuales, al no existir tribunal constitucional en Cuba, continúan solo emitidos y sin posibilidad de ser reclamados hasta la creación de las leyes que los regulen.
En el cronograma se proponen 39 Leyes y 31 Decretos-Leyes, para un total de 70 normas jurídicas. Para su cumplimiento, fue anunciada la realización de sesiones extraordinarias en abril y octubre de 2020.
También se especifica en el documento que, por su complejidad, el Código de Familia no se presentará hasta marzo de 2021. Luego, en diciembre de ese mismo año, será presentado el proyecto final a la ANPP para su aprobación.
Serían tres los pasos respecto a esa Ley específica:
Presentar el Código de las Familias a la ANPP en el mes de marzo de 2021.
Realizar una sesión extraordinaria de la ANPP, en fecha posterior al Congreso del PCC, para aprobar la versión que resulte del análisis de los diputados.
Someterlo a consulta popular hasta diciembre de ese propio año, para su aprobación en la sesión ordinaria de la ANPP, donde se decidirá la fecha de referendo.
Una de las diputadas, Ana Teresa Igarza (Artemisa), propuso por su parte adelantar las leyes relacionadas con el ordenamiento jurídico de la empresa estatal. De otra mano, el diputado Marino Murillo, opinó que concebir ese momento para la aprobación de la Ley de Empresas no significa que no se pueda avanzar en la aplicación de medidas para flexibilizar el funcionamiento de la empresa estatal socialista como motor fundamental de la economía cubana.
Otro de las normas adelantadas en las intervenciones de los diputados fue el Decreto-Ley sobre Comunicación Social —aunque no se mencionó la Ley de Información o de Medios—, y el que se propone para perfeccionar la labor del Ministerio de Cultura
El presidente Díaz-Canel, en su discurso de clausura de las actuales sesiones ordinarias, afirmó que “debemos prepararnos para legislar, por su alta sensibilidad, sobre algunos temas como la violencia de género, el racismo, el maltrato animal y la diversidad sexual”.
Aunque aún el cronograma aprobado no es público, la diputada y presidenta del Centro Nacional de Educación Sexual, Mariela Castro, señaló la necesidad de informar a todos los ciudadanos acerca de los contenidos del cronograma legislativo, que abarca hasta el año 2022, y sobre el proceso de perfeccionamiento del Estado cubano.
Leyes aprobadas
En la sesión previa, el viernes 20 de diciembre, fueron aprobadas cuatro Leyes por la ANPP, que se suman a las vigentes desde este año (Ley Electoral, Ley de Símbolos Nacionales y Ley de Pesca):
Ley del Presupuesto para 2020
Ley de Organización y Funcionamiento de la Asamblea Nacional y del Consejo de Estado
Ley sobre los órganos locales del Poder Popular
Ley de organización de las asambleas municipales
Además, se estimó un crecimiento de la economía de un uno por ciento para 2020. Entre las prioridades destacadas por el ministro de economía, Alejandro Gil, se encuentran, sin muchas novedades respecto a las enunciadas el pasado año, las siguientes:
Incremento y diversificación de las exportaciones
Sustitución de importaciones
Eficiencia del proceso inversionista
Mantener e incrementar las medidas de ahorro
Disminuir la importación para el turismo y aumentar la participación de la industria nacional
Encadenamiento productivo con la inversión extranjera
Potenciar los proyectos de desarrollo local
Avanzar en el ordenamiento monetario del país y en el perfeccionamiento de la empresa estatal
Fomentar los vínculos con todos los actores económicos
Aprovechar las oportunidades que generan las medidas aprobadas para impulsar la economía
La sesión concluyó con la intervención del presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien afirmó que el pueblo cubano logró sobreponerse a las limitaciones que experimentó la economía este año. Ante el discreto crecimiento de la economía cubana en 2019, de solo 0,5 por ciento, el mandatario afirmó que no se trata de una excepción, puesto que la CEPAL confirmó que en la región persiste una desaceleración generalizada.
También afirmó que lo más apremiante es el ordenamiento monetario, siendo casi la única referencia al tema de la unificación monetaria y cambiaria durante estas sesiones.
“No solo nos interesa resistir, el desafío es conquistar la mayor prosperidad posible, mayores y más diversas producciones, de mayor calidad”, informó al concluir.
Progreso Semanal
El Consejo Ministros ha quedado conformado de la siguiente forma:
Díaz-Canel propone a Manuel Marrero Cruz como primer ministro de Cuba.
Como establece una disposición transitoria de la actual constitución cubana, la designación del Primer Ministro, viceprimeros ministros, secretario y restantes miembros del Consejo de Ministros corresponde al presidente de la República, Miguel Díaz-Bermúdez.
Marrero se desempeña como ministro de turismo hace casi 17 años. Esta actividad constituye la fuente de ingreso fundamental del país. No obstante, en todos estos años, y también a causa de las presiones externas que impone el bloqueo estadounidense contra Cuba, la actividad no ha despegado todas sus potencialidades. Manuel Marrero fue el ministro que más tiempo se desempeñó en un mismo cargo público en Cuba.
Por su parte, Díaz-Canel propuso además a los seis viceprimeros Ministros:
Ramiro Valdés Menéndez, Comandante de la Revolución
Roberto Morales Ojeda
Inés María Chapman Waugh
José Luis Tapia Fonseca
Alejandro Miguel Gil Fernández, quien seguirá siendo ministro de Economía
Ricardo Cabrisas Ruiz
Dentro de la membresía, estos fueron los nuevos miembros que fueron ratificados por la ANPP:
Marta Elena Feito Cabrera, ministra de Trabajo y Seguridad Social
Juan Carlos García Grada, ministro de Turismo
Martha Sabina, ministra-presidenta del Banco Central de Cuba
Jorge Santiago Sobrino Martínez, ministro de la Industria Alimentaria
Eloy Álvarez Martínez, ministro de Industrias
Nicolás Arrente Cruz, ministro de Energía y Minas
Como Secretario del Consejo de Ministros fue propuesto:
José Amado Ricardo Guerra
Seguidamente, menciona los diez restantes miembros:
Leopoldo Cintra Frías, Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias
Julio César Gandarilla Bermejo, Ministro del Interior
José Ramón Saborido Loidi, Ministro de Educación Superior
Ena Elsa Velázquez Cobiella, Ministra de Educación
Meisi Bolaños Weis, Ministra de Finanzas y Precios
René Mesa Villafaña, Ministro de la Construcción
Rodrigo Malmierca, Ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera
Bruno Rodríguez Parrilla, Ministro de Relaciones Exteriores
Eduardo Rodríguez Dávila, Ministro de Transporte
Elba Rosa Pérez Montoya, Ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente
Oscar Manuel Silvera, Ministro de Justicia
Betsy Díaz Velázquez, Ministerio de Comercio Interior
Alpidio Alonso Grau, Ministro de Cultura
Jorge Luis Perdomo Di-Lella, Ministro de Comunicaciones
José Ángel Portal Miranda, Ministerio de Salud Pública
Alejandro Gil Fernández, Ministerio de Economía y Planificación
Gustavo Rodríguez Rollero, Ministerio de la Agricultura
Antonio Rodríguez Rodríguez, Instituto de Recursos Hidráulicos
Alfonso Noya Martínez, Instituto Cubano de Radio y Televisión
Osval Vento Montiller, Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación
Cronograma legislativo
El cronograma legislativo fue presentado por el Ministro de Justicia, Oscar Silvera Martínez, con el objetivo de implementar muchos de los derechos y obligaciones contenidos en la Constitución cubana, los cuales, al no existir tribunal constitucional en Cuba, continúan solo emitidos y sin posibilidad de ser reclamados hasta la creación de las leyes que los regulen.
En el cronograma se proponen 39 Leyes y 31 Decretos-Leyes, para un total de 70 normas jurídicas. Para su cumplimiento, fue anunciada la realización de sesiones extraordinarias en abril y octubre de 2020.
También se especifica en el documento que, por su complejidad, el Código de Familia no se presentará hasta marzo de 2021. Luego, en diciembre de ese mismo año, será presentado el proyecto final a la ANPP para su aprobación.
Serían tres los pasos respecto a esa Ley específica:
Presentar el Código de las Familias a la ANPP en el mes de marzo de 2021.
Realizar una sesión extraordinaria de la ANPP, en fecha posterior al Congreso del PCC, para aprobar la versión que resulte del análisis de los diputados.
Someterlo a consulta popular hasta diciembre de ese propio año, para su aprobación en la sesión ordinaria de la ANPP, donde se decidirá la fecha de referendo.
Una de las diputadas, Ana Teresa Igarza (Artemisa), propuso por su parte adelantar las leyes relacionadas con el ordenamiento jurídico de la empresa estatal. De otra mano, el diputado Marino Murillo, opinó que concebir ese momento para la aprobación de la Ley de Empresas no significa que no se pueda avanzar en la aplicación de medidas para flexibilizar el funcionamiento de la empresa estatal socialista como motor fundamental de la economía cubana.
Otro de las normas adelantadas en las intervenciones de los diputados fue el Decreto-Ley sobre Comunicación Social —aunque no se mencionó la Ley de Información o de Medios—, y el que se propone para perfeccionar la labor del Ministerio de Cultura
El presidente Díaz-Canel, en su discurso de clausura de las actuales sesiones ordinarias, afirmó que “debemos prepararnos para legislar, por su alta sensibilidad, sobre algunos temas como la violencia de género, el racismo, el maltrato animal y la diversidad sexual”.
Aunque aún el cronograma aprobado no es público, la diputada y presidenta del Centro Nacional de Educación Sexual, Mariela Castro, señaló la necesidad de informar a todos los ciudadanos acerca de los contenidos del cronograma legislativo, que abarca hasta el año 2022, y sobre el proceso de perfeccionamiento del Estado cubano.
Leyes aprobadas
En la sesión previa, el viernes 20 de diciembre, fueron aprobadas cuatro Leyes por la ANPP, que se suman a las vigentes desde este año (Ley Electoral, Ley de Símbolos Nacionales y Ley de Pesca):
Ley del Presupuesto para 2020
Ley de Organización y Funcionamiento de la Asamblea Nacional y del Consejo de Estado
Ley sobre los órganos locales del Poder Popular
Ley de organización de las asambleas municipales
Además, se estimó un crecimiento de la economía de un uno por ciento para 2020. Entre las prioridades destacadas por el ministro de economía, Alejandro Gil, se encuentran, sin muchas novedades respecto a las enunciadas el pasado año, las siguientes:
Incremento y diversificación de las exportaciones
Sustitución de importaciones
Eficiencia del proceso inversionista
Mantener e incrementar las medidas de ahorro
Disminuir la importación para el turismo y aumentar la participación de la industria nacional
Encadenamiento productivo con la inversión extranjera
Potenciar los proyectos de desarrollo local
Avanzar en el ordenamiento monetario del país y en el perfeccionamiento de la empresa estatal
Fomentar los vínculos con todos los actores económicos
Aprovechar las oportunidades que generan las medidas aprobadas para impulsar la economía
La sesión concluyó con la intervención del presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien afirmó que el pueblo cubano logró sobreponerse a las limitaciones que experimentó la economía este año. Ante el discreto crecimiento de la economía cubana en 2019, de solo 0,5 por ciento, el mandatario afirmó que no se trata de una excepción, puesto que la CEPAL confirmó que en la región persiste una desaceleración generalizada.
También afirmó que lo más apremiante es el ordenamiento monetario, siendo casi la única referencia al tema de la unificación monetaria y cambiaria durante estas sesiones.
“No solo nos interesa resistir, el desafío es conquistar la mayor prosperidad posible, mayores y más diversas producciones, de mayor calidad”, informó al concluir.
Progreso Semanal
domingo, 22 de diciembre de 2019
Entrevista marxista con John Lennon.
Entrevista de Tariq Alí y Robin Blackburn como colaboradores de Counter Punch. Realizada en 1971, y publicada por la revista Memoria, de México, en 2006
Es mucho más interesante que las interminables preguntas y respuestas a cargo de Jann Wenner, de Rolling Stone. Tariq y Robin dejaron que Lennon hablara y lo alentaron cuando dio señales de flaquear. Lennon cuenta cómo él y George Harrison se rebelaron contra sus valedores y se pronunciaron contra la Guerra de Vietnam, discute la política clasista de modo estimulante, defiende la música country and western y el blues, sugiere que las mejores canciones de Dylan se originan en baladas revolucionarias irlandesas y escocesas y disecciona sus tres versiones de «Revolution». La entrevista, que inspiró a Lennon a escribir «Power to the People» (Todo el poder al pueblo), fue publicada en The Red Mole, un periódico de la Cuarta internacional de formato grande publicado por el Grupo Marxista Internacional, un apéndice de su sección británica. . El Mole surgió después de que desapareció su predecesor, The Black Dwarf. Como verán, eran otros tiempos. La entrevista está incluida en el libro Streetfighting Years, de Tariq Alí, recientemente publicado por Verso.
-Tariq Alí: Tu último disco y tus recientes declaraciones, especialmente las entrevistas en la revista Rolling Stone, sugieren que tus puntos de vista se radicalizan cada vez más y se vuelven más políticos. ¿En qué momento dirías que comenzó a ocurrir?
-John Lennon: Siempre he tenido conciencia política, sabes, y he estado contra el statu quo. Es bastante básico, cuando has aprendido desde chico, como yo, a odiar y a temer a la policía como tu enemigo natural y a despreciar al ejército como algo que se lleva a todos y los abandona muertos en alguna parte. Es simplemente un asunto básico de la clase trabajadora, sabes, aunque comienza a desteñirse cuando vas envejeciendo, tienes una familia y te traga el sistema. En mi caso, nunca he dejado de ser una persona política, aunque la religión tendía a eclipsarlo en mis días de ácido, allá por el sesenta y cinco o el sesenta y seis, y esa religión fue el resultado directo de toda esa porquería de la superestrella: la religión fue una válvula de escape para mi represión. Pensé: «Bueno, hay algo más allá de la vida, ¿no es cierto? Seguro que no puede ser esto». Pero de cierto modo siempre fui político, sabes. En los dos libros que escribí, aunque los hice en una especie de jerga joyceana, hay muchos palos a la religión y hay un drama sobre un trabajador y un capitalista. He estado satirizando al sistema desde mi infancia. Solía escribir revistas en la escuela y las distribuía. Tenía mucha conciencia de clase, solían decir que era un resentido, porque sabía lo que me había sucedido y sabía de la represión de clase que nos afectaba; -era un maldito hecho, pero en el huracán del mundo de los Beatles se quedó afuera. Cada vez me apartaba más de la realidad, durante un cierto tiempo.
-TA: ¿Cuál piensas que fue el motivo para el éxito de tu tipo de música?
-JL: Bueno, en esa época se pensaba que los trabajadores se habían impuesto, pero me doy cuenta en retrospectiva de que es el mismo trato engañoso como el que dieron a los negros. Fue sólo que permitieron que los negros fueran corredores, boxeadores o artistas. Es la alternativa que te permiten; ahora la salida es ser estrella pop, que es en realidad lo que digo en el álbum en «Working class hero». Como dije en Rolling Stone, los que tienen el poder son los mismos; el sistema de clases no cambió ni una pizca. Desde luego, hay mucha gente que anda por ahí ahora con pelo largo y algunos chicos a la moda de clase media andan en ropas hermosas. Pero nada cambió con la excepción de que todos nos vestimos un poco mejor y dejamos que los mismos hijos de puta dirijan todo.
-Robin Blackburn: Por cierto, la clase es algo que los grupos de rock usamericanos no han tocado todavía.
-JL: Porque todos son de clase media y burgueses y no quieren mostrarlo. Tienen miedo a los trabajadores, en realidad, porque los trabajadores parecen fundamentalmente de derecha en EU, aferrados a sus bienes. Pero si esos grupos de clase media se dan cuenta de lo que sucede y lo que ha hecho el sistema de clases, es cosa de ellos que repatrien a la gente y que se salgan de toda esa mierda burguesa.
-TA: ¿Cuándo comenzaste a salirte del papel que se te impuso como Beatle?
-JL: Incluso durante el apogeo de los Beatles traté de oponerme, igual que George. Fuimos unas pocas veces a EU y Epstein siempre trató de llenarnos de palabras vacías sobre Vietnam. Así llegó el momento en el que George y yo dijimos: «Escucha, cuando pregunten la próxima vez, vamos a decir que no nos gusta esa guerra y que pensamos que Fab Four». Fue la primera oportunidad en la que saqué a relucir un poco la bandera. Pero tienes que recordar que siempre me sentí reprimido. Estábamos todos tan presionados que apenas había alguna oportunidad de expresarnos, especialmente cuando trabajábamos a ese ritmo, viajando continuamente y mantenidos todo el tiempo en un capullo de mitos y sueños. Es bastante duro cuando eres César y todos dicen lo maravilloso que eres y te dan todos los bienes y las muchachas; es bastante duro escapar de eso, decir: «Bueno, no quiero ser rey, quiero ser real». Así que el segundo acto político que hice fue decir: «Los Beatles son más grandes que Jesucristo». Eso realmente hizo estallar la escena. Casi me fusilan por eso en EU. Fue un trauma inmenso para todos los chicos que nos seguían. Hasta entonces se mantuvo esa política tácita de no responder a preguntas delicadas, aunque yo siempre leía los periódicos, sabes, las secciones de política. La conciencia continua de lo que estaba sucediendo me hacía sentir avergonzado de no decir nada. Estallé porque ya no podía seguir jugando el juego; simplemente ya era demasiado. Desde luego, EU aumentó la presión, especialmente porque la guerra ocurría allí. De cierto modo, resultamos ser un caballo de Troya. Los «Fab Four» llegamos directamente a la cumbre y entonces cantamos sobre drogas y sexo y entonces me metí en más y más cosas pesadas y ahí fue cuando comenzaron a abandonarnos.
-RB: ¿No hubo siempre una doble carga en lo que hacían desde el comienzo?
-Yoko Ono: Siempre fuiste muy directo.
-JL: Sí, bueno, lo primero que hice fue proclamar nuestra idiosincrasia propia de Liverpool al mundo y decir «Está bien provenir de Liverpool y hablar así». Antes, cualquiera de Liverpool que tenía éxito, como Ted Ray, Tommy Handley, Arthur Askey, tenía que perder su acento para presentarse en la BBC. Sólo eran comediantes, pero es lo que Liverpool producía antes de nosotros. Nos negamos a seguir ese juego. Después de que salieron a la escena los Beatles, todos comenzaron a hablar con acento de Liverpool.
-TA: ¿De cierto modo, pensabas en política, incluso cuando parecías estar hablando mal de la revolución?
-JL: Ah, seguro. «Revolution». Hubo dos versiones de esa canción, pero la izquierda del underground sólo escogió la que decía «no cuenten conmigo». La versión original que apareció en el LP decía también «cuenten conmigo»; puse las dos cosas porque no estaba seguro. Hubo una tercera versión que fue sólo abstracta, música concreta, una especie de bucles y cosas así, gente gritando. Pensé que estaba pintando con sonidos un cuadro de la revolución, pero cometí un error, sabes. El error fue que era contrarrevolucionario. En la versión publicada como single, decía «cuando hables de destrucción no cuentes conmigo». No quería que me mataran. Realmente no sabía mucho de los maoístas, pero sólo sabía que parecían ser tan pocos y a pesar de ello se pintaban de verde y se paraban frente a la policía esperando que los detuvieran. Sólo pensé que era poco sutil, sabes. Pensé que los revolucionarios comunistas originales se coordinaban un poco mejor y que no andaban gritando al respecto. Es lo que sentía -realmente formulaba una pregunta-. Siendo de clase trabajadora, siempre me interesaron Rusia y China y todo lo que se relacionaba con la clase trabajadora, aunque estaba metido en el juego capitalista. En una época, estuve tan metido en la mierda religiosa que andaba por ahí llamándome comunista cristiano, pero, como dice Janov, la religión es la locura legalizada. La terapia alejó todo eso y me hizo sentir mi propio dolor.
-RB: Ese analista al que fuiste, cómo se llama…
-JL: Janov…
-RB: ¿Sus ideas parecen tener algo en común con Laing en el sentido de que no quiere reconciliar a la gente con su miseria, ajustarlos al mundo, sino más bien hacer que enfrenten sus causas?
-JL: Bueno, se basa en sentir el dolor que se ha acumulado en tu interior desde la infancia. Tuve que hacerlo para liquidar realmente todos los mitos religiosos. En la terapia, sientes realmente cada momento doloroso de tu vida; es penosísimo. Te obligan a comprender que tu dolor, del tipo que te hace despertar con miedo, con tu corazón latiendo fuerte, es realmente tuyo y no el resultado de alguien que está arriba en los cielos. Es el resultado de tus padres y de tu entorno. Al darme cuenta de esto, comencé a encontrar mi sitio. Esa terapia me obligó a decir adiós a toda esa porquería de Dios. Todos los que crecemos tenemos que aceptar demasiado dolor. Aunque lo reprimimos, sigue estando ahí. El peor dolor es el de no ser deseado, de darte cuenta de que tus padres no te necesitan del mismo modo como tú los necesitas a ellos. Cuando era niño, viví momentos en los que no quería ver la fealdad, no quería ver que no era deseado. Esa falta de amor llegó a mis ojos y a mi mente. Janov no sólo te habla de esto, sino que te hace sentirlo; una vez que te has permitido volver a sentir, haces la mayor parte del trabajo tú mismo. Cuando despiertas y tu corazón resuena como una bomba o tu espalda se siente tensa, o desarrollas algún otro trauma, tienes que dejar que tu mente vaya hacia el dolor y el dolor mismo reproducirá maquinalmente la memoria que originalmente te llevó a suprimirla en tu cuerpo. Así, el dolor se va por el canal correcto en lugar de ser reprimido nuevamente, como ocurre cuando tomas una píldora o un baño, diciendo «Bueno, ya se pasará». La mayoría de la gente canaliza su dolor hacia Dios o la masturbación, o algún sueño de tener éxito. La terapia es un viaje ácido muy lento que ocurre naturalmente en tu cuerpo. Es difícil hablar del tema, sabes, porque sientes «yo soy dolor» y suena algo arbitrario, pero el dolor para mí tiene ahora un significado diferente porque he sentido físicamente todas estas extraordinarias represiones. Fue como hablar sin guantes y sentir por primera vez tu propia piel. Es algo aburrido decirlo, pero no creo que puedas comprender esto a menos que hayas pasado por ello -aunque trato de colocar algo al respecto en el álbum-. Pero en todo caso para mí todo formó parte de la disolución del viaje de Dios o del viaje del personaje del padre, encarar la realidad en lugar de andar buscando siempre algún tipo de cielo.
-RB: ¿Ves a la familia en general como la fuente de estas represiones?
-JL: El mío es un caso extremo, ¿sabes? Mi padre y mi madre se separaron y nunca vi a mi padre hasta llegar a los 20 años, ni vi mucho más a mi madre. Pero Yoko tuvo a sus padres presentes y fue lo mismo…
-YO: Puede ser que uno sienta más dolor cuando los padres están presentes. Es como que tienes hambre, sabes, es peor tener un símbolo de una hamburguesa que ninguna hamburguesa. No te hace ningún bien, sabes. A menudo desearía que mi madre hubiese muerto para que por lo menos pudiera recibir alguna compasión de la gente. Pero ahí estaba, una madre perfectamente hermosa.
-JL: Y la familia de Yoko eran japoneses de clase media, pero es exactamente la misma represión. Aunque yo pienso que la gente de clase media tiene el mayor trauma si tienen padres amables de imagen perfecta, sonrientes y emperifollados. Son los que tienen más dificultad para decir «Adiós mamita, adiós papito».
-TA: ¿Qué relación con tu música tiene todo esto?
-JL: El arte es sólo una manera de expresar dolor. Quiero decir que el motivo por el que Yoko hace cosas tan extravagantes es porque pasó por un dolor tan extravagante.
-RB: Muchas de las canciones de los Beatles solían ser sobre la infancia…
-JL: Sí, sería sobre todo yo…
-RB: Aunque eran muy buenas, siempre faltaba un elemento…
-JL: Habrá sido la realidad, ése habrá sido el elemento faltante, porque en realidad nunca me quisieron, porque nunca me quisieron realmente. El único motivo por el que soy una estrella es por mi represión. Nada me habría impulsado a todo eso si hubiese sido «normal»…
-YO: … y feliz…
-JL: El único motivo por el que me fijé ese objetivo es porque quería decir «Ahora, mamacita-papacito, ¿me quieren ahora?»
-TA: Pero tuviste éxito más allá de los sueños más fantásticos de la mayoría de la gente…
-JL: Oh, Jesucristo, fue una opresión total. Quiero decir que tuve que pasar de una humillación tras otra de parte de las clases medias y del negocio del espectáculo, y de los alcaldes y todo eso. Eran tan condescendientes y estúpidos. Todos trataban de aprovecharse de nosotros. Fue una humillación especial para mí porque nunca pude callarme la boca y siempre tenía que estar borracho o con píldoras para contrarrestar esa presión. De verdad fue el infierno…
-YO: Lo privaba de toda experiencia real, sabes…
-JL: Fue muy miserable. Es decir, fuera de la primera euforia de tener éxito -la emoción del primer número, del primer disco, del primer viaje a EU-. Al comienzo, tuvimos una especie de objetivo como el de ser igual de grandes que Elvis. Avanzar fue algo tremendo, pero el logro fue la gran decepción. Descubrí que tenía que complacer permanentemente al tipo de gente que siempre había odiado cuando era niño. Eso comenzó a devolverme a la realidad. Comencé a comprender que todos somos oprimidos, por lo que quisiera hacer algo respecto a eso, aunque no estoy seguro de cuál es mi lugar.
-RB: Bueno, en todo caso, la política y la cultura están vinculadas, ¿no es cierto? Quiero decir, los trabajadores son reprimidos por la cultura, no por los fusiles, en la actualidad…
-JL: … están dopados…
-RB: Y la cultura que los está dopando, el artista puede hacerlo o romperlo…
-JL: Es lo que estoy tratando de hacer con mis álbumes y en estas entrevistas. Lo que estoy tratando de hacer es influir en todos los que puedo: a todos los que siguen soñando, y sólo provocar un gran signo de interrogación en sus mentes. Ya pasó el sueño ácido; es lo que trato de decirles.
-RB: Incluso en el pasado, sabes, la gente usaba canciones de los Beatles y les cambiaba las palabras. «Yellow submarine», por ejemplo, tuvo una serie de versiones. Una que cantaban los huelguistas comenzaba «We all live on bread and margarine» (Todos vivimos de pan y margarina); en la LSE (Escuela de Economía de Londres) teníamos una versión que comenzaba con «We all live in a Red LSE» (Todos vivimos en una LSE roja).
-JL: Eso me gusta, y me alegré cuando las multitudes del fútbol cantaban en los primeros días «All together now». También me gustó cuando el movimiento en EU usó «Give peace a chance» (Da una oportunidad a la paz), porque en realidad lo que quise hacer al escribirla fue eso. Esperaba que en lugar de cantar «We shall overcome» (venceremos) de 1800 o algo así, tendrían algo contemporáneo. Sentí una obligación incluso de escribir una canción que la gente cantaría en el pub o en una manifestación. Por eso, quisiera escribir ahora canciones para la revolución…
-RB: Sólo tenemos unas pocas canciones revolucionarias y fueron compuestas en el siglo XIX. ¿Encuentras algo en nuestras tradiciones musicales que podría utilizarse para canciones revolucionarias?
-JL: Cuando comencé, el propio rock and roll fue la revolución básica para la gente de mi edad y situación. Necesitábamos algo fuerte y claro para irrumpir a través de toda la falta de sentimiento y la represión que nos habían caído encima como niños. Al comienzo, nos sentíamos un poco conscientes de ser usamericanos de imitación. Pero nos lanzamos a la música y encontramos que era mitad country blanco y western y mitad rhythm and blues negro. La mayor parte de las canciones provenían de Europa y de África y ahora vuelven a nosotros. Muchas de las mejores canciones de Dylan vinieron de Escocia, Irlanda o Inglaterra. Fue una especie de intercambio cultural, aunque debo decir que para mí las canciones más interesantes fueron las negras, porque eran más simples. Como que te sacuden el culo, o tu polla, lo cual realmente fue una innovación. Y luego existían las canciones del campo que expresaban sobre todo el dolor que sufrían. No podían expresarse intelectualmente, así que tenían que decir en unas pocas palabras lo que estaba ocurriéndoles y luego estaban los blues de la ciudad y gran parte trataba de sexo y peleas. Mucho de esto fue auto expresión, pero sólo en los últimos años se han expresado por completo con Black Power, como Edwin Starr cuando hace discos sobre la guerra. Antes de eso, muchos cantantes negros todavía trabajaban bajo ese problema de Dios: a menudo era cosa de que «Dios nos salvará». Pero todo el tiempo los negros cantaron directa e inmediatamente sobre su dolor y también sobre sexo, lo que hizo que me gustara.
-RB: Dices que la música de country and western derivó del folk europeo. ¿No trata a veces de temas bastante horribles, como perder y ser derrotado?
-JL: Cuando niños, todos nos oponíamos al folk porque era tan de clase media. Era cosa de estudiantes universitarios con grandes pañuelos y medio litro de cerveza en la mano, cantando folk en lo que llamamos voces la-di-da -«Trabajé en una mina en New-cast-le» y toda esa porquería-. Hay muy pocos auténticos cantantes de folk, sabes, aunque me gustaba un poco Dominic Behan, y hay algún material bueno que se escucha en Liverpool. Pero ocasionalmente escuchas discos muy viejos en la radio o en la televisión de verdaderos trabajadores en Irlanda u otra parte que cantan esas canciones y el poder que tienen es fantástico.
Pero la mayor parte de la música folk es de gente con voces resonantes que tratan de mantener vivo algo viejo y muerto. Es todo un poco aburrido, como el ballet: un asunto para minorías, mantenido por un grupo minoritario. En la actualidad, la canción folk es el rock and roll. Aunque sucede que surgió de EU, no es realmente importante que así sea a fin de cuentas, porque escribimos nuestra propia música y eso cambió todo.
-RB: Tu álbum, Yoko, parece fusionar la música moderna de vanguardia, con rock. Me gustaría contarte una idea que se me ocurrió al escucharla. Integras sonidos de todos los días, como un tren, en un modelo musical. Esto parece exigir una medida estética de la vida de todos los días, una insistencia en que el arte no debe ser aprisionado en museos y galerías, ¿no es cierto?
-YO: Exactamente: quiero incitar a la gente a perder su opresión dándoles algo con que trabajar, un fundamento. No deberían temer la creación propia; por eso, hago las cosas muy abiertas, con cosas para que la gente las haga, como en mi libro (Grapefruit), porque hay básicamente dos tipos de personas en el mundo: las que tienen confianza porque saben que tienen la capacidad de crear y luego las personas que han sido desmoralizadas, que no tienen confianza en sí mismas, porque les han dicho que no tienen capacidad creativa, sino que deben cumplir órdenes. Las instituciones dominantes quieren tener gente que no tome responsabilidades y que no se respete.
-RB: Supongo que el control obrero se refiere a eso…
-JL: ¿No trataron de hacer algo así en Yugoslavia? Se han liberado de los rusos. Me gustaría ir allá y ver cómo funciona.
-TA: Bueno, así es; trataron de romper con el modelo estalinista, pero, en lugar de permitir un control obrero desenvuelto, agregaron una fuerte dosis de burocracia política. Tendía a asfixiar la iniciativa de los trabajadores y también regularon todo el sistema mediante un mecanismo de mercado que causó nuevas desigualdades entre una región y otra.
-JL: Parece que todas las revoluciones terminan en un culto a la personalidad, incluso los chinos parecen necesitar una figura paterna. Supongo que esto también ocurre en Cuba, con Che y Fidel. En el comunismo de estilo occidental, tendríamos que crear una imagen casi imaginaria de los propios trabajadores para que la vean como la figura paterna.
-RB: Es una idea bastante buena -la Clase Trabajadora se convierte en su propio Héroe-, mientras no se convierta en una nueva ilusión reconfortante, mientras haya un auténtico poder de los trabajadores. Si un capitalista o un burócrata manejan tu vida, necesitas compensarlo con ilusiones.
-YO: La gente tiene que tener confianza en sí misma…
-TA: Es el punto crucial. Hay que instar a la clase trabajadora a un sentimiento de confianza en sí misma. No se puede hacer sólo mediante la propaganda; los trabajadores deben actuar: apoderarse de sus propias fábricas y decir a los capitalistas que se vayan al diablo. Es lo que comenzó a suceder en mayo de 1968 en Francia… los trabajadores comenzaron a sentir su propia fuerza.
-JL: Pero el Partido Comunista no estuvo a la altura, ¿verdad?
-RB: No, no estuvo. Con 10 millones de trabajadores en huelga, podrían haber dirigido una de esas inmensas manifestaciones que ocurrieron en el centro de París a una ocupación masiva de todos los edificios e instalaciones gubernamentales, reemplazando a De Gaulle por una nueva institución de poder popular como la Comuna o los soviets originales, que podrían haber iniciado una autentica revolución, pero el Partido Comunista Francés tuvo miedo. Prefirieron manejarse por arriba en lugar de alentar a los trabajadores a tomar la iniciativa ellos mismos…
-JL: Formidable, pero hay un problema al respecto, sabes. Todas las revoluciones han ocurrido cuando un Fidel, un Marx, un Lenin o quien sea, que eran intelectuales, pudieron comunicarse con los trabajadores. Juntaron un buen grupo de gente y los trabajadores parecieron comprender que vivían en un estado reprimido. No han despertado todavía en este país, siguen creyendo que los coches y los televisores son la respuesta. Hay que sacar a esos estudiantes izquierdistas a que hablen con los trabajadores, hay que involucrar a los chicos de las escuelas con The Red Mole.
-TA: Tienes toda la razón. Hemos estado tratando de hacerlo y deberíamos hacer más. Esta nueva Ley de Relaciones Industriales que el gobierno está tratando de introducir lleva a más y más trabajadores a comprender lo que sucede.
-JL: No creo que esa ley pueda funcionar. No creo que puedan imponerla. No creo que los trabajadores cooperarán con ella. Pensé que el gobierno Wilson fue una gran desilusión, pero estos de Heath son peores. Están acosando al underground, los militantes negros ya ni siquiera pueden vivir en sus propias casas y están vendiendo más armas a los sudafricanos. Como dijera Richard Neville, puede que haya sólo una pulgada de diferencia entre Wilson y Heath, pero vivimos en esa pulgada.
-TA: No estoy seguro. Los laboristas introdujeron políticas racistas de inmigración, apoyaron la guerra de Vietnam y esperaban proponer nuevas leyes contra los sindicatos.
-RB: Podrá ser verdad que vivimos en la pulgada de diferencia entre los laboristas y los conservadores, pero mientras lo hagamos seremos impotentes e incapaces de cambiar algo. Tal vez Heath está haciéndonos un favor al obligarnos a salir de esa pulgada, sin tener la intención de hacerlo…
-JL: Sí, he pensado también en eso, esto de colocarnos en un rincón para que tengamos que descubrir cómo tratan a otra gente. Siempre leo el Morning Star (el periódico comunista) para ver si hay alguna esperanza, pero parece estar en el siglo XIX; parece que lo escriben liberales fracasados de mediana edad. Deberíamos tratar de alcanzar a los jóvenes trabajadores porque es la edad en la que se es más idealista y se tiene menos miedo. De alguna manera, los revolucionarios deben acercarse a los trabajadores, porque los trabajadores no se acercarán a ellos. Pero cuesta saber por dónde comenzar; todos estamos metidos en la represa. Pienso que mi problema es que tengo que volverme más realista. Me he apartado de la mayoría de la gente de clase trabajadora -sabes que lo que les gusta es Engelbert Humperdinck-. Ahora son los estudiantes los que nos compran y ése es el problema. Ahora The Beatles son cuatro personas separadas; no tenemos el impacto que tuvimos cuando estábamos juntos. -RB: Ahora tratas de nadar contra la corriente de la sociedad burguesa, lo que es mucho más difícil.
-JL: Sí, poseen todos los periódicos y controlan toda la distribución y la promoción. Cuando llegamos, sólo Decca, Philips y EMI podían realmente producirte un disco. Tenías que pasar por toda la burocracia para llegar al estudio de grabación. Te encontrabas en una posición tan humilde; no tenías más de 12 horas para hacer todo un álbum, que es lo que hicimos en los primeros tiempos. Incluso ahora es lo mismo; si eres un artista desconocido, tienes suerte si consigues una hora en un estudio; es una jerarquía y, si no tienes éxitos, no te graban de nuevo. Y controlan la distribución. Tratamos de cambiar eso con Apple, pero terminaron por derrotarnos. Todavía controlan todo. EMI liquidó nuestro álbum Two Virgins porque no les gustó. En el último disco, censuraron las letras de las canciones impresas en la funda del disco. Una porquería ridícula e hipócrita. Tienen que dejarme cantar, pero no se atreven a permitir que lo leas. Demencial.
-RB: Aunque ahora llegas a menos gente, tal vez el efecto puede ser más concentrado.
-JL: Sí, creo que puede ser verdad. Al principio, la gente de clase trabajadora reaccionó contra nuestra franqueza sobre el sexo. Tenían miedo a la desnudez; están representados de ese modo, al igual que otros. Tal vez pensaron «Paul es un muchacho bueno, no provoca líos». También cuando Yoko y yo nos casamos, recibimos terribles cartas racistas, sabes, advirtiéndome de que me iba a degollar. Llegaron sobre todo de gente del ejército que vive en Aldershot, oficiales. Ahora los trabajadores se muestran más amistosos hacia nosotros; tal vez las cosas están cambiando. Me parece que los estudiantes están ahora suficientemente despiertos a medias para tratar y despertar a sus hermanos trabajadores. Si no transmites tu propia conciencia, ésta vuelve a cerrarse. De ahí la necesidad básica de que los estudiantes se mezclen con los trabajadores y los convenzan de que no están hablando mamarrachadas, y desde luego es difícil saber lo que piensan realmente los trabajadores porque en todo caso la prensa capitalista siempre se limita a citar a portavoces como Vic Feather. Así que la única posibilidad es hablarles directamente, sobre todo a los trabajadores jóvenes. Tenemos que comenzar con ellos porque saben que están en contra. Por eso hablo de la escuela en el álbum. Quisiera incitar a la gente a romper el marco, a ser desobediente en la escuela, a sacarles la lengua, a insultar permanentemente a la autoridad.
-YO: En realidad, tenemos mucha suerte, porque podemos crear nuestra propia realidad, John y yo, pero sabemos que lo importante es comunicarse con otra gente.
-JL: Mientras más realidad enfrentamos, más nos damos cuenta de que la irrealidad es el programa principal del día. Mientras más reales nos volvemos, mientras más abuso recibimos, más nos radicalizamos de cierto modo, como que nos colocan en un rincón. Pero sería mejor si fuéramos más.
-YO: No debemos ser tradicionales en la manera como nos comunicamos con la gente, especialmente con los círculos dominantes. Tenemos que sorprender a la gente diciendo cosas nuevas de un modo totalmente nuevo. La comunicación de esa especie puede tener un poder fantástico mientras no hagas sólo lo que esperan.
-RB: La comunicación es vital para edificar un movimiento, pero a fin de cuentas es impotente, a menos que pueda desarrollar fuerza popular.
-YO: Me entristezco mucho cuando pienso en Vietnam, donde parece no haber otra alternativa que la violencia. Esta violencia se perpetúa durante siglos. En nuestra época, en la que la comunicación es tan rápida, debemos crear una tradición diferente, tradiciones se crean todos los días. Cinco años en la actualidad son como 100 años anteriormente. Vivimos en una sociedad que no tiene historia. No existen precedentes para este tipo de sociedad, así que podemos romper los viejos modelos.
-TA: Ninguna clase dominante en toda la historia ha renunciado voluntariamente al poder y no creo que eso cambie.
-YO: Pero la violencia no es sólo algo conceptual, sabes. Vi un programa sobre ese muchacho que había vuelto de Vietnam; había perdido toda la parte inferior de su cuerpo, de la cintura abajo. No era más que un trozo de carne y dijo: «Bueno, supongo que fue una buena experiencia».
-JL: No quería encarar la verdad, no quería pensar que todo había sido inútil…
-YO: Pero piensa en la violencia, podría ocurrirle a tus hijos…
-RB: Pero Yoko, la gente que lucha contra la opresión se ve atacada por los que tienen un interés creado en que nada cambie, los que quieren proteger su poder y su riqueza. Mira a la gente en Bogside y Falls Road en Irlanda del Norte; fueron implacablemente atacados por la policía especial porque comenzaron a manifestarse por sus derechos. Una noche en agosto de 1969, siete personas murieron y expulsaron a miles de sus hogares. ¿No tenían derecho a defenderse?
-YO: Por eso, hay que tratar de encarar esos problemas antes de que ocurra una situación semejante.
-JL: Sí, pero ¿qué haces cuando ocurre, qué haces?
-RB: La violencia popular contra sus opresores es siempre justificada. No se puede evitar.
-YO: Pero de cierto modo la nueva música mostró que las cosas pueden verse transformadas por nuevos canales de comunicación.
-JL: Sí, pero como dije, nada ha cambiado realmente.
-YO: Bueno, algo cambió y para bien. Todo lo que digo es que tal vez podamos hacer una revolución sin violencia.
-JL: Pero no puedes tomar el poder sin una lucha…
-TA: Ése es el aspecto crucial.
-JL: Porque, cuando se llega al meollo de la cuestión, no dejarán que el pueblo tenga poder alguno; concederán todos los derechos para actuar y bailar para ellos, pero no un poder real.
-YO: Es que, incluso después de la revolución, si la gente no tiene ninguna confianza en sí misma, se enfrentará a nuevos problemas.
-JL: Después de la revolución, tienes el problema de lograr que las cosas sigan adelante, de concertar todos los diferentes puntos de vista. Es muy natural que los revolucionarios tengan diferentes soluciones, que se dividan en diferentes grupos y luego se reformen; eso es la dialéctica, ¿no es cierto? Pero al mismo tiempo tienen que unirse contra el enemigo, solidificar un nuevo orden. No sé cuál es la respuesta; obviamente, Mao tiene conciencia del problema y mantiene las cosas en marcha.
-RB: El peligro es que, una vez que se ha creado un Estado revolucionario, tiende a formarse una nueva burocracia conservadora a su alrededor. Este peligro tiende a aumentar si el imperialismo aísla a la revolución y hay escasez material.
-JL: Una vez que el nuevo poder llega al mando tiene que establecer un nuevo statu quo sólo para mantener en funcionamiento las fábricas y los trenes en circulación.
-RB: Sí, pero una burocracia represiva no dirige necesariamente las fábricas o los trenes mejor de lo que lo harían los trabajadores bajo un sistema de democracia revolucionaria.
-JL: Sí, pero todos tenemos instintos burgueses en nuestro interior; todos nos cansamos y sentimos la necesidad de descansar un poco. ¿Cómo mantienes todo en funcionamiento y el fervor revolucionario después de lograr lo que te habías propuesto? Por supuesto, Mao los ha mantenido en China, pero ¿qué pasará cuando muera Mao? También utiliza un culto a la personalidad. Tal vez sea necesario; como dije, todos parecen necesitar una figura paterna. Pero he estado leyendo a Khrushchev Recuerda. Sé que es un tipo especial, pero parece pensar que fue malo que se convirtiera a un individuo en una religión; que no parece formar parte de la idea comunista básica. Pero la gente es la gente; ésa es la dificultad. Si tomáramos el poder en Gran Bretaña, tendríamos la tarea de limpiarla de burguesía y de mantener a la gente en un estado mental revolucionario.
-RB: …En Gran Bretaña, a menos que podamos crear un nuevo poder popular -y quiero decir básicamente un poder de los trabajadores- controlado por las masas y que responda ante las masas, no podríamos hacer la revolución para comenzar. Sólo un poder de los trabajadores que esté profundamente arraigado podría destruir el Estado burgués.
-YO: Por eso, las cosas serán distintas cuando la generación joven se haga cargo.
-JL: Creo que no sería tan difícil que la juventud se ponga realmente en movimiento. Tendrías que darle rienda suelta para atacar los ayuntamientos o para destruir a las autoridades escolares, como los estudiantes que rompen la represión en las universidades. Ya está sucediendo, aunque la gente tiene que unirse más. Y las mujeres también son muy importantes, no podemos tener una revolución que no involucre y libere a las mujeres. La manera cómo te enseñan la superioridad masculina es tan sutil. Me costó bastante tiempo darme cuenta de que mi masculinidad estaba limitando ciertas áreas para Yoko. Es una liberacionista al rojo vivo y me mostró rápidamente los errores que cometía, aunque a mí me parecía que me portaba normalmente. Por eso, siempre me interesa saber cómo trata a las mujeres la gente que afirma que es radical.
-RB: Siempre ha habido por lo menos tanto chauvinismo macho en la izquierda como en cualquier otra parte, aunque el ascenso de la liberación de la mujer está ayudando a eliminarlo.
-JL: Es ridículo. Cómo puedes hablar de poder para el pueblo a menos que te des cuenta de que el pueblo se compone de ambos sexos.
-YO: No puedes amar a alguien a menos que estés en una posición de igualdad. Muchas mujeres tienen que agarrarse de hombres por temor o inseguridad y eso no es amor -básicamente es el motivo por el cual las mujeres odian a los hombres-.
-JL: … y viceversa…
-YO: Así que si tienes una esclava en tu casa, ¿cómo puedes querer hacer una revolución afuera? El problema para las mujeres es que si tratamos de ser libres, nos aislamos naturalmente, porque tantas mujeres están dispuestas a ser esclavas y los hombres generalmente las prefieren. Así que siempre tienes que arriesgarte: «¿Voy a perder a mi hombre?». Es muy triste.
-JL: Desde luego. Yoko estaba bien involucrada con el tema de la liberación antes de que yo la conociera. Tuvo que luchar en un mundo masculino -el mundo del arte está dominado por completo por hombres- así que estaba saturada de celo revolucionario cuando nos encontramos. Nunca hubo discusión alguna al respecto: teníamos que tener una relación a partes iguales o no habría relación. Lo aprendí rápidamente. Hizo un artículo sobre las mujeres en Nova hace más de dos años, en el que dijo: «La mujer es el negro del mundo».
-RB: Por cierto, todos vivimos en un país imperialista que explota al Tercer Mundo e incluso nuestra cultura participa. Hubo un tiempo en el que la música de los Beatles era publicitada por la Voz de América…
-JL: Los rusos proclamaban que éramos robots capitalistas y supongo que lo éramos…
-RB: Fue bastante estúpido por su parte que no se dieran cuenta de que era algo diferente.
-YO: Seamos realistas. La música de los Beatles fue una canción de folk del siglo XX en el marco del capitalismo; no podían hacer nada diferente si querían comunicar dentro de ese marco.
-RB: Yo trabajaba en Cuba cuando apareció “Sergeant Pepper» y es cuando comenzaron por primera vez a tocar música de rock en la radio.
-JL: Bueno, esperemos que vean que rock and roll no es lo mismo que Coca-Coca. A medida que vamos más allá del sueño, debería ser más fácil; por eso, hago declaraciones más fuertes en la actualidad y trato de librarme de la imagen del quinceañero.
Quiero llegar a la gente apropiada y quiero hacer que lo que tengo que decir sea muy simple y directo.
-RB: Tu último álbum suena muy simple al comienzo, pero los textos, el ritmo y la melodía se elevan a una complejidad de la que uno se da cuenta sólo poco a poco. Como el tema «My mummy’s dead» recuerda la canción de cuna «Three blind mice» y trata de un trauma infantil.
-JL: Así es; era esa clase de sentimiento, casi como un poema haikú. Recientemente, me inicié en haikú en Japón y creo que es simplemente fantástico. Obviamente, cuando te liberas de toda un segmento de ilusiones en tu mente, te queda una gran precisión. Yoko me mostró algunos de esos haikú en originales. La diferencia entre estos últimos y Longfellow es inmensa. En lugar de un largo poema florido, el haikú diría: «Flor amarilla en bol de madera sobre mesa de madera», lo que en realidad te ofrece todo el cuadro…
-TA: ¿Cómo piensas que podemos destruir el sistema capitalista aquí en Gran Bretaña, John?
-JL: Pienso que sólo si logramos que los trabajadores sean conscientes de la posición realmente infeliz en la que se encuentran, destruyendo el sueño que los rodea. Creen que viven en un país maravilloso, con libertad de expresión. Tienen coches y televisiones y no quieren pensar en que pueda haber algo más en la vida. Están dispuestos a que los mandamases los dirijan, a ver que a sus hijos los arruinan en la escuela. Sueñan el sueño de un ser ajeno, no es el de ellos mismos. Deberían darse cuenta de que los negros y los irlandeses son acosados y reprimidos y que ellos mismos vendrán después. En cuanto comiencen a darse cuenta de todo eso, podremos comenzar realmente a hacer algo. Los trabajadores pueden comenzar a hacerse cargo. Como dijo Marx: «A cada cual según su necesidad». Pienso que funcionaría bien en este país. Pero también tendríamos que infiltrar al ejército, porque están bien entrenados para matarnos a todos. Tenemos que comenzar todo esto desde el hecho de que nosotros mismos somos los oprimidos. Pienso que es falso, frívolo, dar a otros cuando tu propia necesidad es grande. La idea no es reconfortar a la gente, no es hacer que se sienta mejor, sino que se sienta peor, que se le muestren constantemente las degradaciones y humillaciones que sufre para conseguir lo que llaman un salario vital.
Tariq Alí y Robin Blackburn
Tariq Alí y Robin Blackburn son colaboradores de Counter Punch
Entrevista realizada en 1971, y publicada por la revista Memoria, de México, en 2006
¿Es libre la prensa que se proclama como tal?: El director que rompió el silencio
El director de uno de los medios de comunicación más importantes de España rompe el silencio sobre la esclavitud sistémica de la llamada "prensa libre"
Cuba sobrecumple plan de viviendas en 2019, pero el déficit se mantiene
La Isla presenta un déficit de alrededor de 900 mil viviendas, de las cuales planea construir desde cero más de medio millón, y rehabilitar unas 400 mil en apenas 10 años.
En 2019 se terminaron 43.700 casas en Cuba, como parte de un programa que planea resolver en 10 años el tema de la vivienda, informaron este miércoles autoridades de ese sector a la Comisión Industria, Construcciones y Energía de la Asamblea Nacional.
Esa cifra representa un “sobrecumplimento” para el año en 10.801 domicilios, pues el plan de construcción o rehabilitación contemplaba sólo 32.899, de acuerdo con Santiago Lajes, presidente de la comisión, informó este miércoles el diario Granma.
Cuba tenía al inicio de 2019 un déficit de 929.695 casas, de las cuales planea construir desde cero más de medio millón, y rehabilitar unas 400 mil.
El de la vivienda es el “principal problema social acumulado que enfrenta Cuba hoy”, por eso este Programa es uno de los priorizados por las autoridades de la Isla, aseguraron funcionarios de los ministerios de Industria y Construcción, citados por Granma.
La entrega de subsidios se cumple al 93 %, y se terminan 11.525 “células básicas habitacionales” –una tipología primaria de casa–, casi 1.000 menos de las planificadas, añadió Lajes.
Aunque se cumple el plan de rehabilitación de viviendas, no todas las acciones se dirigen a resolver los planteamientos de la población, valoró.
El funcionario criticó la lentitud para la entrega del certificado de “habitable” a casas terminadas desde 2018 y dijo que no se profundiza en el cumplimiento de las acciones del programa de rehabilitación y conservación de inmuebles a pesar de ser el programa que más quejas genera.
Por su parte, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel dijo que “necesitamos velar por la calidad, y ser enemigos de la chapucería. También tenemos que hacer conciencia de que la solución al problema de vivienda no puede recaer por entero sobre el Estado”.
El mandatario llamó al trabajo colectivo para asumir este tema. “La reparación debe ser entre todos, desde las mismas comunidades, entre los propios vecinos“, aseveró ante la comisión parlamentaria.
OnCuba
En 2019 se terminaron 43.700 casas en Cuba, como parte de un programa que planea resolver en 10 años el tema de la vivienda, informaron este miércoles autoridades de ese sector a la Comisión Industria, Construcciones y Energía de la Asamblea Nacional.
Esa cifra representa un “sobrecumplimento” para el año en 10.801 domicilios, pues el plan de construcción o rehabilitación contemplaba sólo 32.899, de acuerdo con Santiago Lajes, presidente de la comisión, informó este miércoles el diario Granma.
Cuba tenía al inicio de 2019 un déficit de 929.695 casas, de las cuales planea construir desde cero más de medio millón, y rehabilitar unas 400 mil.
El de la vivienda es el “principal problema social acumulado que enfrenta Cuba hoy”, por eso este Programa es uno de los priorizados por las autoridades de la Isla, aseguraron funcionarios de los ministerios de Industria y Construcción, citados por Granma.
La entrega de subsidios se cumple al 93 %, y se terminan 11.525 “células básicas habitacionales” –una tipología primaria de casa–, casi 1.000 menos de las planificadas, añadió Lajes.
Aunque se cumple el plan de rehabilitación de viviendas, no todas las acciones se dirigen a resolver los planteamientos de la población, valoró.
El funcionario criticó la lentitud para la entrega del certificado de “habitable” a casas terminadas desde 2018 y dijo que no se profundiza en el cumplimiento de las acciones del programa de rehabilitación y conservación de inmuebles a pesar de ser el programa que más quejas genera.
Por su parte, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel dijo que “necesitamos velar por la calidad, y ser enemigos de la chapucería. También tenemos que hacer conciencia de que la solución al problema de vivienda no puede recaer por entero sobre el Estado”.
El mandatario llamó al trabajo colectivo para asumir este tema. “La reparación debe ser entre todos, desde las mismas comunidades, entre los propios vecinos“, aseveró ante la comisión parlamentaria.
OnCuba
viernes, 20 de diciembre de 2019
Aviones, barcos, seguros: Cuba cercada
El 7 de noviembre, la Asamblea General de Naciones Unidas exigió a EEUU, por 187 votos contra 3, levantar el bloqueo a Cuba. Espacio "Contratuit", en Cubainformación TV.
martes, 17 de diciembre de 2019
En Honduras sentimos admiración y respeto por la cooperación médica cubana
Elena Flores es la presidenta de la Asociación de amistad Honduras-Cuba. Nos recuerda que la Brigada Médica Cubana ha pasado ya 29 millones de consultas médicas en su país.
Bolivia y Venezuela: pueblo desarmado, pueblo armado
El Frente Popular en la República española y la Unidad Popular en Chile apostaron por la vía electoral y vencieron en ella. Pero ambos procesos fueron aniquilados mediante golpes fascistas.
A la conquista del cuarto poder
Si nuestro Estado socialista de derecho logra un día descansar única y exclusivamente en estructuras y representantes elegidos por el pueblo, será inevitablemente a través de un perfeccionamiento del sistema electoral que lo haga más participativo y no lo subordine a ningún grupo de poder, ni económico ni político. A este punto el Partido habría terminado su período histórico de fuerza dirigente superior y el poder legislativo sería un reflejo razonablemente fiel de los consensos y disensos de la sociedad socialista, extendiendo esa cualidad al ejecutivo y al judicial.
En este ejercicio inédito de democracia participativa, la libertad de expresión efectiva no puede estar tampoco circunscrita ni a lo admitido por un sistema ideológico como en el socialismo real, ni a lo tolerado por los grandes intereses económicos como en las democracias representativas modernas. Pero si la forma de lograr lo primero es relativamente clara, lo segundo es un reto complejo que el socialismo nuevo deberá afrontar con particular cuidado, entre otras cosas porque no existe ningún precedente.
El problema radica en que la libertad de expresión es significativa solo si está acompañada de libertad de información, y esta a su vez necesita una libertad de prensa que garantice la difusión de opiniones diferentes. Es claro que una prensa dirigida en su totalidad por el Partido, o incluso por un gobierno como el que aquí discutimos, no es una buena prensa; pero tampoco lo es el modelo capitalista de prensa donde la opinión es manufacturada por los dueños de las corporaciones mediáticas en representación de los dueños del capital. De esta forma la única solución para la Tercera República es desarrollar un sistema mediático nunca antes visto que descanse en la fuerza de la participación democrática.
A diferencia de otras cuestiones importantes en las que también se precisa de estudio y consenso, como por ejemplo la forma en la que debe coexistir la planificación con el libre mercado, el tamaño máximo de las PYMES, o el grado de desigualdad que va a considerarse constitucional, el sistema mediático de la república nueva es un tema especialmente delicado para el éxito de nuestro proyecto de país. Una mala prensa es mortal para la democracia, particularmente cuando se mercantiliza y queda sujeta a la propiedad de alguien, que puede entonces impedir cualquier rectificación diseñando estados de opinión.
No pocas veces hemos visto cómo esos estados de opinión manufacturados se imponen incluso sobre el Estado de derecho en democracias representativas, donde el poder mediático desarrolla mecanismos de defensa infranqueables contra cualquier regulación que limite su influencia. En la práctica este cuarto poder no ha sido nunca controlado por la persona real sino solo por grupos con suficiente dinero para poder competir o, cuando sus intereses coinciden, por la administración de los estados. Un socialismo que adopte la narrativa de la participación deberá por tanto proponer una fórmula nueva para la articulación de los medios de comunicación masiva, en particular de la prensa escrita, la radio y la televisión. Una fórmula que permita, junto a los medios administrados por el Gobierno, la existencia de medios independientes que sean a su vez periódicamente legitimados sobre la base de mecanismos fundamentales de participación social.
Lo primero será garantizar una completa libertad de asociación, independiente de requisitos ideológicos y solo limitada por la demostrabilidad de un financiamiento legítimo. De esta forma grupos de la sociedad civil, sindicatos, organizaciones gremiales, instancias comunitarias, etc. generarán una pluralidad de espacios que ofrezcan a la persona real la posibilidad de construir sus propios medios de comunicación alternativos como forma de expresión. En este nuevo escenario el Partido sería ya un actor de la sociedad civil, con las mismas oportunidades que cualquier otra asociación para usar el terreno mediático. Las propuestas de creación o permanencia de medios de comunicación no gubernamentales o independientes podrían entonces ser hechas por estas organizaciones y asociaciones periódicamente, quedando solo por establecer un proceso de validación democrática para la regulación del alcance de los mismos.
A modo de ejemplo imaginemos una regulación según la cual el presupuesto anual invertido por el conjunto de todos los medios independientes no pueda superar el monto correspondiente a la inversión hecha por los medios oficiales del Gobierno en ese mismo año. Esto puede lograrse fácilmente estableciendo al inicio de cada año topes máximos individuales al presupuesto que puede invertir cada medio independiente. A su vez el valor exacto de cada uno de estos topes se establecería proporcionalmente al nivel relativo de identificación que la ciudadanía expresara en una “elección de medios”; un tipo original de votación general que podría realizarse al término de cada año.
Este ejemplo sucinto defiende la factibilidad de implementar en la nueva república algo que hasta hoy es solo una utopía para el pensamiento progresista: una verdadera libertad de prensa que no sea exclusiva de los privilegiados. En armonía con la narrativa de la participación, los medios de comunicación serían así plurales, imposibles de monopolizar y controlados directa o indirectamente por la participación ciudadana, según sean respectivamente independientes o gubernamentales. El mecanismo de retroalimentación democrática sería además suficientemente dinámico, al menos sobre los medios independientes, y el balance entre estos y la línea gubernamental fortalecería a su vez el equilibrio informativo del nuevo sistema democrático.
Que el Partido pase a conformar la sociedad civil es la transición natural para una organización que seguirá preservando una doctrina a la que muchos cubanos tributan y seguirán tributando. En el nuevo socialismo sin embargo, el término “partido” que había perdido ya su dimensión electoral con la Revolución, se convierte en solo una palabra, que puede ser usada para nombrar asociaciones; todas desconectadas de los mecanismos de toma de decisiones del Poder Popular. Como asociación, sin embargo, el Partido tendría total acceso a la creación de sus medios de comunicación independientes desde donde continuar el trabajo político-ideológico e influir en la dinámica social y estatal. Es de esperar que en el caso de unas elecciones de medios, el mayor porcentaje de votos y por tanto la mayor capacidad de inversión vaya inicialmente a las propuestas de prensa, radio y televisión del Partido.
Todo este cambio en la concepción del escenario mediático, que ha sido aquí ilustrado con un ejemplo concreto de reglamentación pero que tomaría su forma real detallada del consenso de los parlamentarios, es vital para la narrativa de la participación. Y aún en cierto modo parece esencial también esa idea de controlar los medios independientes por vía de elecciones, donde una vez por cada período las personas decidan en las urnas el destino de las líneas editoriales preestablecidas que se les presenten. Es cuando menos teóricamente interesante que como parte del proceso de desideologización de los mecanismos de representatividad ciudadana que el socialismo nuevo impulsaría, se haga necesario precisamente comenzar a tratar a los medios como lo que en realidad son: representantes de ideologías.
Más un derecho que una mercancía y mucho más que un servicio público, los medios de comunicación son el cuarto poder del Estado y su control debe ser democratizado como único modo de protección frente a la creación artificial de consensos y disensos. Es un inmenso poder que enseña a pensar estableciendo plataformas de razonamiento y configurando las identidades ideológicas y nacionales. No habrá libertad plena ni socialismo nuevo hasta que la responsabilidad por el necesario equilibrio en el alcance de los diversos generadores de opinión recaiga en la persona real y no en poderes económicos o élites políticas.
Egor Hockyms
La Joven Cuba
En este ejercicio inédito de democracia participativa, la libertad de expresión efectiva no puede estar tampoco circunscrita ni a lo admitido por un sistema ideológico como en el socialismo real, ni a lo tolerado por los grandes intereses económicos como en las democracias representativas modernas. Pero si la forma de lograr lo primero es relativamente clara, lo segundo es un reto complejo que el socialismo nuevo deberá afrontar con particular cuidado, entre otras cosas porque no existe ningún precedente.
El problema radica en que la libertad de expresión es significativa solo si está acompañada de libertad de información, y esta a su vez necesita una libertad de prensa que garantice la difusión de opiniones diferentes. Es claro que una prensa dirigida en su totalidad por el Partido, o incluso por un gobierno como el que aquí discutimos, no es una buena prensa; pero tampoco lo es el modelo capitalista de prensa donde la opinión es manufacturada por los dueños de las corporaciones mediáticas en representación de los dueños del capital. De esta forma la única solución para la Tercera República es desarrollar un sistema mediático nunca antes visto que descanse en la fuerza de la participación democrática.
A diferencia de otras cuestiones importantes en las que también se precisa de estudio y consenso, como por ejemplo la forma en la que debe coexistir la planificación con el libre mercado, el tamaño máximo de las PYMES, o el grado de desigualdad que va a considerarse constitucional, el sistema mediático de la república nueva es un tema especialmente delicado para el éxito de nuestro proyecto de país. Una mala prensa es mortal para la democracia, particularmente cuando se mercantiliza y queda sujeta a la propiedad de alguien, que puede entonces impedir cualquier rectificación diseñando estados de opinión.
No pocas veces hemos visto cómo esos estados de opinión manufacturados se imponen incluso sobre el Estado de derecho en democracias representativas, donde el poder mediático desarrolla mecanismos de defensa infranqueables contra cualquier regulación que limite su influencia. En la práctica este cuarto poder no ha sido nunca controlado por la persona real sino solo por grupos con suficiente dinero para poder competir o, cuando sus intereses coinciden, por la administración de los estados. Un socialismo que adopte la narrativa de la participación deberá por tanto proponer una fórmula nueva para la articulación de los medios de comunicación masiva, en particular de la prensa escrita, la radio y la televisión. Una fórmula que permita, junto a los medios administrados por el Gobierno, la existencia de medios independientes que sean a su vez periódicamente legitimados sobre la base de mecanismos fundamentales de participación social.
Lo primero será garantizar una completa libertad de asociación, independiente de requisitos ideológicos y solo limitada por la demostrabilidad de un financiamiento legítimo. De esta forma grupos de la sociedad civil, sindicatos, organizaciones gremiales, instancias comunitarias, etc. generarán una pluralidad de espacios que ofrezcan a la persona real la posibilidad de construir sus propios medios de comunicación alternativos como forma de expresión. En este nuevo escenario el Partido sería ya un actor de la sociedad civil, con las mismas oportunidades que cualquier otra asociación para usar el terreno mediático. Las propuestas de creación o permanencia de medios de comunicación no gubernamentales o independientes podrían entonces ser hechas por estas organizaciones y asociaciones periódicamente, quedando solo por establecer un proceso de validación democrática para la regulación del alcance de los mismos.
A modo de ejemplo imaginemos una regulación según la cual el presupuesto anual invertido por el conjunto de todos los medios independientes no pueda superar el monto correspondiente a la inversión hecha por los medios oficiales del Gobierno en ese mismo año. Esto puede lograrse fácilmente estableciendo al inicio de cada año topes máximos individuales al presupuesto que puede invertir cada medio independiente. A su vez el valor exacto de cada uno de estos topes se establecería proporcionalmente al nivel relativo de identificación que la ciudadanía expresara en una “elección de medios”; un tipo original de votación general que podría realizarse al término de cada año.
Este ejemplo sucinto defiende la factibilidad de implementar en la nueva república algo que hasta hoy es solo una utopía para el pensamiento progresista: una verdadera libertad de prensa que no sea exclusiva de los privilegiados. En armonía con la narrativa de la participación, los medios de comunicación serían así plurales, imposibles de monopolizar y controlados directa o indirectamente por la participación ciudadana, según sean respectivamente independientes o gubernamentales. El mecanismo de retroalimentación democrática sería además suficientemente dinámico, al menos sobre los medios independientes, y el balance entre estos y la línea gubernamental fortalecería a su vez el equilibrio informativo del nuevo sistema democrático.
Que el Partido pase a conformar la sociedad civil es la transición natural para una organización que seguirá preservando una doctrina a la que muchos cubanos tributan y seguirán tributando. En el nuevo socialismo sin embargo, el término “partido” que había perdido ya su dimensión electoral con la Revolución, se convierte en solo una palabra, que puede ser usada para nombrar asociaciones; todas desconectadas de los mecanismos de toma de decisiones del Poder Popular. Como asociación, sin embargo, el Partido tendría total acceso a la creación de sus medios de comunicación independientes desde donde continuar el trabajo político-ideológico e influir en la dinámica social y estatal. Es de esperar que en el caso de unas elecciones de medios, el mayor porcentaje de votos y por tanto la mayor capacidad de inversión vaya inicialmente a las propuestas de prensa, radio y televisión del Partido.
Todo este cambio en la concepción del escenario mediático, que ha sido aquí ilustrado con un ejemplo concreto de reglamentación pero que tomaría su forma real detallada del consenso de los parlamentarios, es vital para la narrativa de la participación. Y aún en cierto modo parece esencial también esa idea de controlar los medios independientes por vía de elecciones, donde una vez por cada período las personas decidan en las urnas el destino de las líneas editoriales preestablecidas que se les presenten. Es cuando menos teóricamente interesante que como parte del proceso de desideologización de los mecanismos de representatividad ciudadana que el socialismo nuevo impulsaría, se haga necesario precisamente comenzar a tratar a los medios como lo que en realidad son: representantes de ideologías.
Más un derecho que una mercancía y mucho más que un servicio público, los medios de comunicación son el cuarto poder del Estado y su control debe ser democratizado como único modo de protección frente a la creación artificial de consensos y disensos. Es un inmenso poder que enseña a pensar estableciendo plataformas de razonamiento y configurando las identidades ideológicas y nacionales. No habrá libertad plena ni socialismo nuevo hasta que la responsabilidad por el necesario equilibrio en el alcance de los diversos generadores de opinión recaiga en la persona real y no en poderes económicos o élites políticas.
Egor Hockyms
La Joven Cuba
lunes, 16 de diciembre de 2019
Cuba denuncia en la ONU impacto del bloqueo sobre la salud
Cuba denunció ayer el impacto del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos hace casi 60 años contra los programas de salud de la isla.
Al intervenir en la reunión de la Asamblea General bajo el tema "Salud Mundial y Política Exterior", la representante permanente alterna de Cuba ante Naciones Unidas, Ana Silvia Rodríguez, denunció la injuriosa campaña puesta en práctica por el Gobierno de Estados Unidos para denigrar la colaboración médica cubana.
"En mi país, la salud pública es un derecho de todas las personas, ratificado en el artículo 72 de la Constitución, y es una responsabilidad del Estado garantizar el acceso, la gratuidad y la calidad de los servicios de atención, así como la protección y recuperación".
Según señaló: "Washington ataca los programas bilaterales e intergubernamentales de cooperación en materia de salud, todos legítimamente establecidos entre Cuba y autoridades de decenas de países, los cuales han sido consecuentes con las pautas de Naciones Unidas referidas a la cooperación Sur-Sur.
Rodríguez explicó que la administración de Donald Trump intenta restablecer el llamado 'Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos', existente hasta el 12 de enero de 2017.
"Ese mecanismo es el sustento de una activa gestión de incitación a la deserción, pago de pasajes y servicios legales, provisión de visas estadounidenses y documentos de viaje a cooperantes en terceros países, con el propósito de sabotear los acuerdos bilaterales firmados con terceras naciones", expuso.
En su intervención, la representante cubana subrayó que, en un mundo movido por intereses egoístas, en el que el capitalismo considera la salud como una mercancía y no como un derecho, será imposible alcanzar el objetivo 3 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Cubadebate
Al intervenir en la reunión de la Asamblea General bajo el tema "Salud Mundial y Política Exterior", la representante permanente alterna de Cuba ante Naciones Unidas, Ana Silvia Rodríguez, denunció la injuriosa campaña puesta en práctica por el Gobierno de Estados Unidos para denigrar la colaboración médica cubana.
"En mi país, la salud pública es un derecho de todas las personas, ratificado en el artículo 72 de la Constitución, y es una responsabilidad del Estado garantizar el acceso, la gratuidad y la calidad de los servicios de atención, así como la protección y recuperación".
Según señaló: "Washington ataca los programas bilaterales e intergubernamentales de cooperación en materia de salud, todos legítimamente establecidos entre Cuba y autoridades de decenas de países, los cuales han sido consecuentes con las pautas de Naciones Unidas referidas a la cooperación Sur-Sur.
Rodríguez explicó que la administración de Donald Trump intenta restablecer el llamado 'Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos', existente hasta el 12 de enero de 2017.
"Ese mecanismo es el sustento de una activa gestión de incitación a la deserción, pago de pasajes y servicios legales, provisión de visas estadounidenses y documentos de viaje a cooperantes en terceros países, con el propósito de sabotear los acuerdos bilaterales firmados con terceras naciones", expuso.
En su intervención, la representante cubana subrayó que, en un mundo movido por intereses egoístas, en el que el capitalismo considera la salud como una mercancía y no como un derecho, será imposible alcanzar el objetivo 3 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Cubadebate
sábado, 14 de diciembre de 2019
CUJAE, la Universidad cubana que derrotó a Harvard y Masachussetts
Desde la Universidad Tecnológica de La Habana, la Cujae. Por sus pasillos nos deslizamos hoy para conocer más su historia, estudiantes y profesores que la prestigian. Desde allí te damos entonces la bienvenida a #LaPupilaTV
miércoles, 11 de diciembre de 2019
Las sanciones perjudican a una tercera parte de la población del mundo
La guerra de Estados Unidos contra personas indefensas
La forma más insidiosa y omnipresente de guerra moderna emprendida por la acción coordinada de Wall Street y el Pentágono pasa muy desapercibida y sin que se le haga frente. Este ataque calculado está haciendo retroceder décadas a los progresos logrados en los ámbitos de la atención sanitaria, los sistemas de saneamiento, la vivienda, las infraestructuras esenciales y el desarrollo industrial en todo el mundo. Se ataca a casi cada país en desarrollo que intente ofrecer a su población algún tipo de programas sociales.
El imperialismo estadounidense y sus socios menores han convertido el estrangulamiento económico en un arma devastadora. Las sanciones en manos de las potencias militar y económicamente dominantes provocan actualmente más muertes que las bombas o las armas. Este arma frena el crecimiento de millones de personas jóvenes y provoca emigraciones desesperadas que desplazan a decenas de millones de personas.
"Un crimen contra la humanidad"
Las sanciones y los bloqueos económicos contra Venezuela, Cuba, Irán, Rusia y China son bien conocidos. Sin embargo, los efectos devastadores de las sanciones estadounidenses en la Palestina ocupada o en países ya empobrecidos, como Mali, Zimbabue, República Centroafricana, Guinea-Bissau, Kirgizstan, Fiji, Nicaragua y Laos, ni siquiera son detectados por los grupos de defensa de los derechos humanos.
La mayoría de las sanciones se ocultan intencionadamente y no generan una sola línea en las noticias. Algunas sanciones se aprueban rápidamente tras un repentino artículo de prensa acerca de una supuesta atrocidad. La población civil que las van a sufrir no tiene nada que ver con ninguno de los crímenes que los medios de comunicación corporativos utilizan como excusa. Lo que nunca se menciona son las concesiones económicas o políticas que buscan el gobierno o las corporaciones estadounidenses.
No se pueden plantear las sanciones como una alternativa a la guerra. De hecho, son la forma de guerra más brutal, que ataca deliberadamente a las personas civiles más indefensas (las jóvenes, las ancianas, las enfermas e incapacitadas). En un periodo de la historia de la humanidad en el que el hambre y la enfermedad tienen solución científica, privar a cientos de millones de personas de cubrir sus necesidades básicas es un crimen contra la humanidad.
La legislación y los convenios internacionales, como los Convenios de Ginebra y de Nuremberg, la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, prohíben expresamente atacar a personas civiles indefensas, especialmente en época de guerra.
Las sanciones provocan condenas
La sociedad industrial moderna está construida sobre una frágil red de tecnología esencial. Si los sistemas de bombeo y las vías del alcantarillado, los ascensores y los generadores no funcionan por falta de piezas de repuesto sencillas, ciudades enteras pueden verse desbordadas por ciénagas. Si se niega a las y los agricultores las semillas, los fertilizantes, el equipamiento y los medios de almacenamiento, y si se niegan deliberadamente la comida, los medicamentos y el equipamiento esencial, todo el país corre peligro.
El embajador venezolano ante las Naciones Unidas, Samuel Moncada, intervino en la XVIII Cubre del Movimiento de Países No Alineados celebrado en Baku, Azerbayán, el 26 de octubre. Se dirigió a los 120 países ahí representados y denunció la imposición de medidas arbitrarias, denominadas "sanciones" por Estados Unidos, como una forma de "terrorismo económico que afecta a una tercera parte de la humanidad con más de 8.000 medidas en 39 países". Afirmó que este terrorismo constituye una "amenaza para todo el sistema de relaciones internacionales y es la mayor violación de derechos humanos del mundo" (tinyurl.com/uwlm99r).
El Grupo de los 77 y China, un organismo internacional con sede en la ONU y que representa a 134 países en desarrollo, hizo un llamamiento a "la comunidad internacional para que condene y rechace la imposición del uso de estas medidas como medio de coacción política y económica contra los países en desarrollo". El Grupo explicó que "la criminal e inhumana política de atacar a poblaciones indefensas, que viola claramente la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional, se ha convertido ahora en la nueva arma de estos poderosos Estados debido a que se enfrentan a una fuerte oposición de la mayoría de su propia población a las interminables guerras de ocupación en las que ya están envueltos".
El poder de los bancos
No se comprende bien el mecanismo y la capacidad de un país o de un voto para destruir un país situado en el otro extremo del mundo.
El capital internacional utiliza el sistema dólar. Todas las transacciones internacionales pasan por bancos estadounidenses. Estos bancos pueden bloquear transferencias de dinero de transacciones menores y confiscar miles de millones de dólares pertenecientes a gobiernos e individuos que son objeto de sanciones. También pueden exigir que todos los demás bancos acepten las repentinas restricciones impuestas por Washington o puedan ser sometidos a sanciones ellos mismos. Es similar al hecho de que la Marina de Estados Unidos pueda afirmar tener autoridad para interceptar barcos e interrumpir el comercio en cualquier lugar, o de que el ejército estadounidense pueda atacar a personas con drones e invadir países sin siquiera una declaración de guerra.
En ocasiones un medio de comunicación corporativo, un grupo de "derechos humanos" financiado por Estados Unidos o una institución financiera acusa, a menudo sin fundamento alguno, de violaciones de los derechos humanos o de represión política, tráfico de drogas, financiación del terrorismo, blanqueo de dinero, infracciones de ciberseguridad, corrupción o falta de conformidad con una institución financiera internacional. Estas acusaciones se convierten en la puerta de entrada de una petición de sanciones como castigo.
Las sanciones se pueden imponer por medio de una resolución del Congreso de Estados Unidos o de una declaración presidencial, o pueden ser autorizadas por una agencia del gobierno estadounidense, como los departamentos del Tesoro, Comercio, Estado o Defensa. Estados Unidos podría presionar para conseguir el apoyo de la Unión Europea, del Consejo de Seguridad de la ONU o de una de las muchas organizaciones regionales de seguridad establecidas en Estados Unidos, como la Organización de Estados Americanos.
Un organismo corporativo estadounidense que quiera un acuerdo comercial más favorable puede influir en muchas agencias o políticos para que le beneficien. Agencias secretas del Estado, contratistas militares, organizaciones no gubernamentales financiadas por el National Endowment for Democracy [Fondo Nacional para la Democracia] y muchas fundaciones financiadas por corporaciones maniobran para crear problemas económicos y presionar a países ricos en recursos.
Incluso aquellas sanciones que parecen suaves y limitadas pueden tener un impacto devastador. Altos cargos estadounidenses afirmarán que algunas sanciones son solo sanciones militares, necesarias para bloquear la venta de armas. Pero bajo la categoría de un posible "doble uso" en la prohibición se incluye la clorina (que se necesita para purificar el agua), pesticidas, fertilizantes, equipamiento médico, simples baterías y todo tipo de piezas de repuesto.
Otro subterfugio son las sanciones que supuestamente sólo se aplican a altos cargos del gobierno o a agencias específicas. Pero, de hecho, mientras se realizan interminables indagaciones se pueden bloquear todas y cada una de las transacciones que llevan a cabo. Empleados de banco anónimos pueden congelar todas las transacciones en curso e inspeccionar todas las cuentas de un país. Cualquier forma de sanción, incluso contra individuos, aumenta el costo y el nivel de riesgo de los créditos y préstamos.
En la Lista de Personas Especialmente Designadas y Bloqueadas, una lista de aquellas personas que han sido sancionadas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, constan más de 6.300 nombres. La OFAC describe de la siguiente manera su papel: "La OFAC administra varios programas de sanciones. Las sanciones pueden ser totales o selectivas, y se utiliza el bloqueo de activos y las restricciones comerciales para cumplir los objetivos de política exterior y seguridad nacional".
También existe una lista del Grupo de Acción Financiera Internacional y una lista del Reglamento Internacional del Tráfico de Armas.
El arma de las sanciones se ha vuelto tan importante que actualmente existe todo una legislación para guiar a las corporaciones y bancos estadounidenses a la hora de moverse entre ventas, créditos y préstamos. Es intencionadamente opaca, turbia y abierta a interpretaciones, sobornos y subterfugios. Parece que no existe una sola página web en la que conste una lista de todos los países e individuos sometidos a las sanciones estadounidenses.
Una vez que un país ha sido sancionado, entonces debe "negociar"con diferentes agencias estadounidenses que exigen medidas de austeridad, elecciones que cuenten con la aprobación occidental, recortes de los programas sociales y otras concesiones económicas y políticas para lograr que se levanten las sanciones.
Las sanciones son una parte fundamental de las operaciones de cambio de régimen de Estados Unidos, planeadas de la manera más cínica posible para conseguir el mayor coste humano. Hipócritamente se atribuyen al gobierno del país sancionado la repentina hiperinflación, los problemas económicos y la inesperada escasez. Se califica a los funcionarios de ineptos o corruptos.
Las agencias [estadounidenses] supervisan cuidadosamente la crisis interna que ellas crean con el fin de determinar el momento óptimo para imponer un cambio de régimen o crear una revolución de colores. El Departamento de Estado y las agencias encubiertas estadounidenses financian a muchas ONG y organizaciones sociales que fomentan la disidencia. Estas tácticas se han utilizado en Venezuela, Nicaragua, Irán, Siria, Libia, Zimbabue, Sudán y muchos otros países.
Un arma del imperialismo en decadencia
Han pasado los días de las promesas tipo Plan Marshall de reconstrucción, comercio, préstamos y desarrollo de infraestructuras. En este período de decadencia capitalista ni siquiera se ofrecen. El arma de las sanciones ahora es un instrumento tan omnipresente que apenas pasa una semana sin que haya nuevas sanciones, incluso contra aliados.
En octubre Estados Unidos amenazó con imponer duras sanciones a Turquía, que durante 70 años ha sido miembro de la alianza militar de la OTAN comandada por Estados Unidos.
El 27 de noviembre Trump anunció de pronto, por medio de un decreto presidencial, sanciones más severas contra Nicaragua, a la que calificó de "amenaza para la seguridad nacional". También calificó a México de amenaza "terrorista" y no descartó una intervención militar. Ambos países tienen gobiernos elegidos democráticamente.
Otras sanciones pasan por el Congreso de Estados Unidos sin votación nominal, sólo una ovación y un voto unánime, como las sanciones a Hong Kong en apoyo de las protestas financiadas por Estados Unidos.
Por qué no se puede sancionar a Wall Street
¿Hay alguna posibilidad de poder sancionar a Estados Unidos por las interminables guerras que ha emprendido según las mismas disposiciones con las que ha afirmado el derecho a causar estragos en otros países?
En noviembre de 2017 la Fiscal Jefe de la Corte Penal Internacional (CPI), Fatou Bensouda, solicitó a la Corte Penal Internacional, cuya sede está en La Haya, abrir una investigación formal sobre los crímenes de guerra cometidos por los talibanes, la red Haqqani, las fuerzas afganas, el ejército de Estados Unidos y la CIA. La mera idea de que Estados Unidos fuera acusado de crímenes de guerra llevó al entonces asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, a amenazar a los jueces y otros altos cargos de la CPI con detenciones y sanciones si contemplaban siquiera cualquier cargo contra las fuerzas estadounidenses en Afganistán. "Si la Corte nos persigue a nosotros, a Israel o a otros aliados de Estados Unidos, no nos quedaremos con los brazos cruzados", declaró Bolton. Señaló que Estados Unidos "está dispuesto a imponer sanciones financieras y cargos penales a los altos cargos de la Corte si proceden contra cualquier miembro del personal de Estados Unidos. […] Prohibiremos a sus jueces y fiscales entrar en Estados Unidos. Sancionaremos sus fondos en el sistema financiero estadounidense y los procesaremos en el sistema penal de Estados Unidos. [...] Lo mismo haremos con cualquier compañía o Estado que contribuya a una investigación de la CPI contra personas estadounidenses" (The Guardian, 10 de septiembre de 2018).
Bolton también citó las recientes gestiones de dirigentes palestinos para lograr que CPI procese a altos cargos israelíes por violaciones de los derechos humano. Los jueces de la CPI recibieron el mensaje. Dictaminaron que a pesar de que existe "una base razonable" para considerar los crímenes de guerra cometidos en Afganistán, había pocas probabilidades de poder enjuiciarlos. Una investigación "no serviría a los intereses de la justicia".
El Secretario de Estado Mike Pompeo revocó el visado estadounidense de la Fiscal Jefe Bensouda por proponer una investigación imparcial.
Las sanciones son un arma del mundo capitalista que utilizan los países más poderosos contra aquellos más que son más débiles y están en vías de desarrollo. Hace cien años, en 1919, el presidente [estadounidense] Woodrow Wilson defendió las sanciones como un arma silenciosa aunque letal que ejerce una presión que ninguna nación del mundo moderno puede soportar.
Las sanciones demuestran que las leyes capitalistas protegen el derecho de ocho multimillonarios a poseer más que la población de la mitad del mundo.
Washington exige sanciones a la ONU
Estados Unidos, que posee el mayor arsenal nuclear del mundo y 800 bases militares, afirma (a pesar de haber emprendido guerras en Irak, Afganistán, Siria y Libia) que la República Popular de Corea del Norte y la República Islámica de Irán son las mayores amenaza para la paz mundial.
Estados Unidos logró que el Consejo de Seguridad de la ONU impusiera nuevas sanciones y muy duras a Irán y a la República Popular de Corea del Norte amenazando, la víspera de unos "juegos de guerra", con aumentar las hostilidades hasta llegar a un ataque militar abierto. Esta amenaza bastó para conseguir que otros miembros del Consejo de Seguridad entraran en vereda y votaran a favor de las sanciones o se abstuvieran.
Estas tácticas de mano dura han tenido éxito una y otra vez. Durante la Guerra de Corea, cuando el ejército de Estados Unidos bombardeaba duramente este país, el embajador de Estados Unidos ante la ONU Warren Austin mostró una ametralladora ante el Consejo de Seguridad para exigir a este organismo más autoridad en la guerra.
En la década de 1990 el gobierno estadounidense utilizó las sanciones impuestas a Irak como un espantoso experimento social para calcular cuánto se podía reducir la ingesta de calorías, destruir la producción de cultivos y destrozar los sistemas de purificación de agua. El impacto de estas sanciones se divulgó ampliamente como amenaza a otros países. Cuando se le preguntó a la Secretaria de Estado de Bill Clinton, Madeleine Albright, acerca del medio millón de niñas y niños iraquíes que habían muerto a consecuencia de las sanciones que Estados Unidos había impuesto a Iraq, respondió: "Creemos que el precio vale la pena".
Hace 40 años que Estados Unidos impuso sanciones a Irán, desde que empezó la Revolución iraní. El bloqueo y las sanciones a Cuba se mantienen desde hace ya 60 años.
La campaña "Las sanciones matan"
Romper el silencio mediático y sacar a la luz este crimen supone un enorme esfuerzo político. Tenemos que poner un rostro humano al sufrimiento.
No se puede dejar que los países atacados luchen ellos solos de forma aislada, tiene que haber una solidaridad total con ellos. Hay que sacar a la luz la inmensa cantidad de países sometidos al hambre debido a sanciones impuestas por Estados Unidos. Y un paso para desafiar la injusticia de las relaciones de propiedad capitalista es atacar el papel criminal de los bancos.
Con un llamamiento a unas Jornadas Internacionales de Acción contra las Sanciones y la Guerra Económica del 13 al 15 de marzo de 2020, cuyas consignas son: "¡Las sanciones matan! ¡Las sanciones son la guerra! ¡Acabemos ya con las sanciones!", se ha iniciado una campaña para unir a la opinión mundial contra las sanciones por ser un crimen de guerra. Estas manifestaciones internacionales coordinadas son un primer paso fundamental. La investigación y el testimonio, las resoluciones de sindicatos, grupos de estudiantes, trabajadores de la cultura y organizaciones comunitarias, las campañas en las redes sociales y llevar suministros médicos y ayuda internacional a los países sancionados todo ello puede desempeñar un papel importante. Todo tipo de campaña política para sacar a la luz el crimen internacional de las sanciones es una contribución fundamental.
Sara Flounders
Workers World
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Para más información y dar apoyo, véase SanctionsKill.org.
Sara Flounders es una escritora y activista política estadounidense comprometida desde la década de 1960 en la lucha contra la guerra. Es codirectora del International Action Center (IAC) y miembro del Secretariado del Marxist-Leninist Workers World Party (WWP)
La forma más insidiosa y omnipresente de guerra moderna emprendida por la acción coordinada de Wall Street y el Pentágono pasa muy desapercibida y sin que se le haga frente. Este ataque calculado está haciendo retroceder décadas a los progresos logrados en los ámbitos de la atención sanitaria, los sistemas de saneamiento, la vivienda, las infraestructuras esenciales y el desarrollo industrial en todo el mundo. Se ataca a casi cada país en desarrollo que intente ofrecer a su población algún tipo de programas sociales.
El imperialismo estadounidense y sus socios menores han convertido el estrangulamiento económico en un arma devastadora. Las sanciones en manos de las potencias militar y económicamente dominantes provocan actualmente más muertes que las bombas o las armas. Este arma frena el crecimiento de millones de personas jóvenes y provoca emigraciones desesperadas que desplazan a decenas de millones de personas.
"Un crimen contra la humanidad"
Las sanciones y los bloqueos económicos contra Venezuela, Cuba, Irán, Rusia y China son bien conocidos. Sin embargo, los efectos devastadores de las sanciones estadounidenses en la Palestina ocupada o en países ya empobrecidos, como Mali, Zimbabue, República Centroafricana, Guinea-Bissau, Kirgizstan, Fiji, Nicaragua y Laos, ni siquiera son detectados por los grupos de defensa de los derechos humanos.
La mayoría de las sanciones se ocultan intencionadamente y no generan una sola línea en las noticias. Algunas sanciones se aprueban rápidamente tras un repentino artículo de prensa acerca de una supuesta atrocidad. La población civil que las van a sufrir no tiene nada que ver con ninguno de los crímenes que los medios de comunicación corporativos utilizan como excusa. Lo que nunca se menciona son las concesiones económicas o políticas que buscan el gobierno o las corporaciones estadounidenses.
No se pueden plantear las sanciones como una alternativa a la guerra. De hecho, son la forma de guerra más brutal, que ataca deliberadamente a las personas civiles más indefensas (las jóvenes, las ancianas, las enfermas e incapacitadas). En un periodo de la historia de la humanidad en el que el hambre y la enfermedad tienen solución científica, privar a cientos de millones de personas de cubrir sus necesidades básicas es un crimen contra la humanidad.
La legislación y los convenios internacionales, como los Convenios de Ginebra y de Nuremberg, la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, prohíben expresamente atacar a personas civiles indefensas, especialmente en época de guerra.
Las sanciones provocan condenas
La sociedad industrial moderna está construida sobre una frágil red de tecnología esencial. Si los sistemas de bombeo y las vías del alcantarillado, los ascensores y los generadores no funcionan por falta de piezas de repuesto sencillas, ciudades enteras pueden verse desbordadas por ciénagas. Si se niega a las y los agricultores las semillas, los fertilizantes, el equipamiento y los medios de almacenamiento, y si se niegan deliberadamente la comida, los medicamentos y el equipamiento esencial, todo el país corre peligro.
El embajador venezolano ante las Naciones Unidas, Samuel Moncada, intervino en la XVIII Cubre del Movimiento de Países No Alineados celebrado en Baku, Azerbayán, el 26 de octubre. Se dirigió a los 120 países ahí representados y denunció la imposición de medidas arbitrarias, denominadas "sanciones" por Estados Unidos, como una forma de "terrorismo económico que afecta a una tercera parte de la humanidad con más de 8.000 medidas en 39 países". Afirmó que este terrorismo constituye una "amenaza para todo el sistema de relaciones internacionales y es la mayor violación de derechos humanos del mundo" (tinyurl.com/uwlm99r).
El Grupo de los 77 y China, un organismo internacional con sede en la ONU y que representa a 134 países en desarrollo, hizo un llamamiento a "la comunidad internacional para que condene y rechace la imposición del uso de estas medidas como medio de coacción política y económica contra los países en desarrollo". El Grupo explicó que "la criminal e inhumana política de atacar a poblaciones indefensas, que viola claramente la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional, se ha convertido ahora en la nueva arma de estos poderosos Estados debido a que se enfrentan a una fuerte oposición de la mayoría de su propia población a las interminables guerras de ocupación en las que ya están envueltos".
El poder de los bancos
No se comprende bien el mecanismo y la capacidad de un país o de un voto para destruir un país situado en el otro extremo del mundo.
El capital internacional utiliza el sistema dólar. Todas las transacciones internacionales pasan por bancos estadounidenses. Estos bancos pueden bloquear transferencias de dinero de transacciones menores y confiscar miles de millones de dólares pertenecientes a gobiernos e individuos que son objeto de sanciones. También pueden exigir que todos los demás bancos acepten las repentinas restricciones impuestas por Washington o puedan ser sometidos a sanciones ellos mismos. Es similar al hecho de que la Marina de Estados Unidos pueda afirmar tener autoridad para interceptar barcos e interrumpir el comercio en cualquier lugar, o de que el ejército estadounidense pueda atacar a personas con drones e invadir países sin siquiera una declaración de guerra.
En ocasiones un medio de comunicación corporativo, un grupo de "derechos humanos" financiado por Estados Unidos o una institución financiera acusa, a menudo sin fundamento alguno, de violaciones de los derechos humanos o de represión política, tráfico de drogas, financiación del terrorismo, blanqueo de dinero, infracciones de ciberseguridad, corrupción o falta de conformidad con una institución financiera internacional. Estas acusaciones se convierten en la puerta de entrada de una petición de sanciones como castigo.
Las sanciones se pueden imponer por medio de una resolución del Congreso de Estados Unidos o de una declaración presidencial, o pueden ser autorizadas por una agencia del gobierno estadounidense, como los departamentos del Tesoro, Comercio, Estado o Defensa. Estados Unidos podría presionar para conseguir el apoyo de la Unión Europea, del Consejo de Seguridad de la ONU o de una de las muchas organizaciones regionales de seguridad establecidas en Estados Unidos, como la Organización de Estados Americanos.
Un organismo corporativo estadounidense que quiera un acuerdo comercial más favorable puede influir en muchas agencias o políticos para que le beneficien. Agencias secretas del Estado, contratistas militares, organizaciones no gubernamentales financiadas por el National Endowment for Democracy [Fondo Nacional para la Democracia] y muchas fundaciones financiadas por corporaciones maniobran para crear problemas económicos y presionar a países ricos en recursos.
Incluso aquellas sanciones que parecen suaves y limitadas pueden tener un impacto devastador. Altos cargos estadounidenses afirmarán que algunas sanciones son solo sanciones militares, necesarias para bloquear la venta de armas. Pero bajo la categoría de un posible "doble uso" en la prohibición se incluye la clorina (que se necesita para purificar el agua), pesticidas, fertilizantes, equipamiento médico, simples baterías y todo tipo de piezas de repuesto.
Otro subterfugio son las sanciones que supuestamente sólo se aplican a altos cargos del gobierno o a agencias específicas. Pero, de hecho, mientras se realizan interminables indagaciones se pueden bloquear todas y cada una de las transacciones que llevan a cabo. Empleados de banco anónimos pueden congelar todas las transacciones en curso e inspeccionar todas las cuentas de un país. Cualquier forma de sanción, incluso contra individuos, aumenta el costo y el nivel de riesgo de los créditos y préstamos.
En la Lista de Personas Especialmente Designadas y Bloqueadas, una lista de aquellas personas que han sido sancionadas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, constan más de 6.300 nombres. La OFAC describe de la siguiente manera su papel: "La OFAC administra varios programas de sanciones. Las sanciones pueden ser totales o selectivas, y se utiliza el bloqueo de activos y las restricciones comerciales para cumplir los objetivos de política exterior y seguridad nacional".
También existe una lista del Grupo de Acción Financiera Internacional y una lista del Reglamento Internacional del Tráfico de Armas.
El arma de las sanciones se ha vuelto tan importante que actualmente existe todo una legislación para guiar a las corporaciones y bancos estadounidenses a la hora de moverse entre ventas, créditos y préstamos. Es intencionadamente opaca, turbia y abierta a interpretaciones, sobornos y subterfugios. Parece que no existe una sola página web en la que conste una lista de todos los países e individuos sometidos a las sanciones estadounidenses.
Una vez que un país ha sido sancionado, entonces debe "negociar"con diferentes agencias estadounidenses que exigen medidas de austeridad, elecciones que cuenten con la aprobación occidental, recortes de los programas sociales y otras concesiones económicas y políticas para lograr que se levanten las sanciones.
Las sanciones son una parte fundamental de las operaciones de cambio de régimen de Estados Unidos, planeadas de la manera más cínica posible para conseguir el mayor coste humano. Hipócritamente se atribuyen al gobierno del país sancionado la repentina hiperinflación, los problemas económicos y la inesperada escasez. Se califica a los funcionarios de ineptos o corruptos.
Las agencias [estadounidenses] supervisan cuidadosamente la crisis interna que ellas crean con el fin de determinar el momento óptimo para imponer un cambio de régimen o crear una revolución de colores. El Departamento de Estado y las agencias encubiertas estadounidenses financian a muchas ONG y organizaciones sociales que fomentan la disidencia. Estas tácticas se han utilizado en Venezuela, Nicaragua, Irán, Siria, Libia, Zimbabue, Sudán y muchos otros países.
Un arma del imperialismo en decadencia
Han pasado los días de las promesas tipo Plan Marshall de reconstrucción, comercio, préstamos y desarrollo de infraestructuras. En este período de decadencia capitalista ni siquiera se ofrecen. El arma de las sanciones ahora es un instrumento tan omnipresente que apenas pasa una semana sin que haya nuevas sanciones, incluso contra aliados.
En octubre Estados Unidos amenazó con imponer duras sanciones a Turquía, que durante 70 años ha sido miembro de la alianza militar de la OTAN comandada por Estados Unidos.
El 27 de noviembre Trump anunció de pronto, por medio de un decreto presidencial, sanciones más severas contra Nicaragua, a la que calificó de "amenaza para la seguridad nacional". También calificó a México de amenaza "terrorista" y no descartó una intervención militar. Ambos países tienen gobiernos elegidos democráticamente.
Otras sanciones pasan por el Congreso de Estados Unidos sin votación nominal, sólo una ovación y un voto unánime, como las sanciones a Hong Kong en apoyo de las protestas financiadas por Estados Unidos.
Por qué no se puede sancionar a Wall Street
¿Hay alguna posibilidad de poder sancionar a Estados Unidos por las interminables guerras que ha emprendido según las mismas disposiciones con las que ha afirmado el derecho a causar estragos en otros países?
En noviembre de 2017 la Fiscal Jefe de la Corte Penal Internacional (CPI), Fatou Bensouda, solicitó a la Corte Penal Internacional, cuya sede está en La Haya, abrir una investigación formal sobre los crímenes de guerra cometidos por los talibanes, la red Haqqani, las fuerzas afganas, el ejército de Estados Unidos y la CIA. La mera idea de que Estados Unidos fuera acusado de crímenes de guerra llevó al entonces asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, a amenazar a los jueces y otros altos cargos de la CPI con detenciones y sanciones si contemplaban siquiera cualquier cargo contra las fuerzas estadounidenses en Afganistán. "Si la Corte nos persigue a nosotros, a Israel o a otros aliados de Estados Unidos, no nos quedaremos con los brazos cruzados", declaró Bolton. Señaló que Estados Unidos "está dispuesto a imponer sanciones financieras y cargos penales a los altos cargos de la Corte si proceden contra cualquier miembro del personal de Estados Unidos. […] Prohibiremos a sus jueces y fiscales entrar en Estados Unidos. Sancionaremos sus fondos en el sistema financiero estadounidense y los procesaremos en el sistema penal de Estados Unidos. [...] Lo mismo haremos con cualquier compañía o Estado que contribuya a una investigación de la CPI contra personas estadounidenses" (The Guardian, 10 de septiembre de 2018).
Bolton también citó las recientes gestiones de dirigentes palestinos para lograr que CPI procese a altos cargos israelíes por violaciones de los derechos humano. Los jueces de la CPI recibieron el mensaje. Dictaminaron que a pesar de que existe "una base razonable" para considerar los crímenes de guerra cometidos en Afganistán, había pocas probabilidades de poder enjuiciarlos. Una investigación "no serviría a los intereses de la justicia".
El Secretario de Estado Mike Pompeo revocó el visado estadounidense de la Fiscal Jefe Bensouda por proponer una investigación imparcial.
Las sanciones son un arma del mundo capitalista que utilizan los países más poderosos contra aquellos más que son más débiles y están en vías de desarrollo. Hace cien años, en 1919, el presidente [estadounidense] Woodrow Wilson defendió las sanciones como un arma silenciosa aunque letal que ejerce una presión que ninguna nación del mundo moderno puede soportar.
Las sanciones demuestran que las leyes capitalistas protegen el derecho de ocho multimillonarios a poseer más que la población de la mitad del mundo.
Washington exige sanciones a la ONU
Estados Unidos, que posee el mayor arsenal nuclear del mundo y 800 bases militares, afirma (a pesar de haber emprendido guerras en Irak, Afganistán, Siria y Libia) que la República Popular de Corea del Norte y la República Islámica de Irán son las mayores amenaza para la paz mundial.
Estados Unidos logró que el Consejo de Seguridad de la ONU impusiera nuevas sanciones y muy duras a Irán y a la República Popular de Corea del Norte amenazando, la víspera de unos "juegos de guerra", con aumentar las hostilidades hasta llegar a un ataque militar abierto. Esta amenaza bastó para conseguir que otros miembros del Consejo de Seguridad entraran en vereda y votaran a favor de las sanciones o se abstuvieran.
Estas tácticas de mano dura han tenido éxito una y otra vez. Durante la Guerra de Corea, cuando el ejército de Estados Unidos bombardeaba duramente este país, el embajador de Estados Unidos ante la ONU Warren Austin mostró una ametralladora ante el Consejo de Seguridad para exigir a este organismo más autoridad en la guerra.
En la década de 1990 el gobierno estadounidense utilizó las sanciones impuestas a Irak como un espantoso experimento social para calcular cuánto se podía reducir la ingesta de calorías, destruir la producción de cultivos y destrozar los sistemas de purificación de agua. El impacto de estas sanciones se divulgó ampliamente como amenaza a otros países. Cuando se le preguntó a la Secretaria de Estado de Bill Clinton, Madeleine Albright, acerca del medio millón de niñas y niños iraquíes que habían muerto a consecuencia de las sanciones que Estados Unidos había impuesto a Iraq, respondió: "Creemos que el precio vale la pena".
Hace 40 años que Estados Unidos impuso sanciones a Irán, desde que empezó la Revolución iraní. El bloqueo y las sanciones a Cuba se mantienen desde hace ya 60 años.
La campaña "Las sanciones matan"
Romper el silencio mediático y sacar a la luz este crimen supone un enorme esfuerzo político. Tenemos que poner un rostro humano al sufrimiento.
No se puede dejar que los países atacados luchen ellos solos de forma aislada, tiene que haber una solidaridad total con ellos. Hay que sacar a la luz la inmensa cantidad de países sometidos al hambre debido a sanciones impuestas por Estados Unidos. Y un paso para desafiar la injusticia de las relaciones de propiedad capitalista es atacar el papel criminal de los bancos.
Con un llamamiento a unas Jornadas Internacionales de Acción contra las Sanciones y la Guerra Económica del 13 al 15 de marzo de 2020, cuyas consignas son: "¡Las sanciones matan! ¡Las sanciones son la guerra! ¡Acabemos ya con las sanciones!", se ha iniciado una campaña para unir a la opinión mundial contra las sanciones por ser un crimen de guerra. Estas manifestaciones internacionales coordinadas son un primer paso fundamental. La investigación y el testimonio, las resoluciones de sindicatos, grupos de estudiantes, trabajadores de la cultura y organizaciones comunitarias, las campañas en las redes sociales y llevar suministros médicos y ayuda internacional a los países sancionados todo ello puede desempeñar un papel importante. Todo tipo de campaña política para sacar a la luz el crimen internacional de las sanciones es una contribución fundamental.
Sara Flounders
Workers World
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Para más información y dar apoyo, véase SanctionsKill.org.
Sara Flounders es una escritora y activista política estadounidense comprometida desde la década de 1960 en la lucha contra la guerra. Es codirectora del International Action Center (IAC) y miembro del Secretariado del Marxist-Leninist Workers World Party (WWP)
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