domingo, 10 de enero de 2016
Doscientos veintitrés años de la Sociedad Económica de Amigos del País
La economía doméstica de la familia Martí Pérez obligó al hijo mayor, casi un niño, a emplearse en una tienda, donde llevará el libro Mayor mientras despacha víveres y atiende amable a la clientela. José Julián no deja de aprovechar cualquier ocasión y se asoma por la más amplia biblioteca pública de La Habana, creada por la Sociedad Patriótica en junio de 1793, seis meses después de que fuera fundada, el 9 de enero, la prestigiosa Institución.
14 años tiene José Julián cuando asiste fugazmente a las clases de dibujo elemental de la Academia de San Alejandro, fundada por la Sociedad Patriótica de Amigos del País en el año 1818.
Martí, tempranamente cercano a la institución, fue seleccionado en la escuela primaria que cursaba para recitar versos de la Avellaneda, en ocasión de la visita de los inspectores designados por la Sociedad Económica para supervisar la educación pública en La Habana.
Su compromiso político revolucionario con Cuba lo mantuvo lejano de todo elogio a la Sociedad Patriótica hasta el ingreso de su amigo y compañero Juan Gualberto Gómez en la Sociedad Económica de Amigos del País, cuando escribe el 11 de junio de 1892, en Patria: “Grande nuestro júbilo al leer que dos cubanos de padres europeos han llevado de la mano un cubano de padre negro a la más alta y meritoria de las sociedades de Cuba”.
Desentrañemos los albores fundamentales de la Sociedad Económica de amigos del País (SEAP) a partir de sus Memorias y sus Estatutos.
La Biblioteca que de adolescente conoció Martí, comenzó en casa del Amigo Antonio Robredo en junio de 1793 con 77 volúmenes y al mes aumentó a 1 402 libros. Tres años después del nacimiento de Martí contaba ya con 4 mil volúmenes. Fue esta biblioteca, junto a la más intima de Mendive, el acceso del Apóstol a los conocimientos más allá de la escuela.
Los primeros libros se adquirieron con los fondos obtenidos por la edición del Papel Periódico, que empezara a circular el 31 de octubre de 1794 a cargo también de la SEAP. Después se va a enriquecer la biblioteca con libros donados por Silverio Jorrini de su colección.
La SEAP fija su mirada en lo más avanzado en el exterior en materia del cultivo de la caña de azúcar, a la vez que apoya la experimentación de nuevas técnicas en la industria.
La Educación es la base de todo progreso y entre las instrucciones necesarias se coloca a la Química y la Botánica, las cuales conjuntamente con las Matemáticas, Dibujo, Física, Historia Natural y Anatomía son básicas. La Agricultura, la Industria Popular y la “hermosura” del Pueblo, así como el Concilio, son objetivos para el aprendizaje y la divulgación de sus conocimientos.
Los fundadores de la SEAP se enfocaron en la investigación y no en la rutina. Así observaron los progresos de Inglaterra vinculados a la experimentación de Bacon que servirá en Albión de inspiración a la Real Sociedad de Londres.
La prensa estaba puesta al servicio de la Agricultura, el Comercio y las Artes. Las utilidades del Papel Periódico de La Habana se destinaron para enriquecer la Biblioteca Pública de la SEAP y a la divulgación de conocimientos para la mayor ilustración de los suscriptores.
Promovió la Agricultura, la higiene y el embellecimiento de las poblaciones; estuvo a favor de Escuelas Gratuitas que asegurasen el bien de la Patria con la instrucción más amplia de sus hijos; creó un laboratorio de Química para la enseñanza de la Medicina y la Farmacia. Asimismo, la SEAP se propuso la creación de un Jardín Botánico y, si bien no logró los objetivos que deseaba, se hicieron esfuerzos por alcanzar un Jardín que subrayara la importancia económica de la Botánica en Cuba.
El Lenguaje no fue indiferente a la SEAP, pues se insistió en la eliminación de vicios prosódicos y ortográficos que se ponían en evidencia en el castellano en Cuba. Se llegó incluso a la elaboración de un diccionario.
La Agricultura fue conceptuada como “el primer ramo de nuestras riquezas”, todo lo que la atañe debía ser ampliamente divulgado.
Precisamente la SEAP se constituye para promover la Agricultura y Comercio, la Crianza del Ganado e Industria Popular y oportunamente la Educación e Instrucción de la juventud. En el primer artículo de los Estatutos se fija el núcleo semántico principal de la idea que de la Sociedad se quiere obtener: La SEAP se concibe como una organización que descansa en el activismo de sus miembros, así como en la responsabilidad solidaria de estos para alcanzar sus fines.
Con la publicación anual de las Memorias, luego de una amplia discusión a finales de cada año, se propone algo más que el registro de las tareas, de manera que ello sirva de examen y estímulo para la legalización de sus objetivos.
La Industria, la Agricultura, la Ganadería y el Comercio se ven representados en el sello, que siendo el mismo de La Habana, tres castillos sobre una llave, venían orlados por los símbolos que rigen las ramas de la economía antes mencionadas.
Desde su fundación, la institución impulsó la edificación de la Beneficencia, que serviría de asilo a los mendigos y escuela para la educación y protección de los huérfanos de ambos sexos. Al tiempo, estableció, con la aprobación del Capitán General Luis de las Casas, la creación de un hospicio de niñas desamparadas.
Cuba, colonizada por España en el siglo XVI, en este siglo sufre un proceso constante de despoblación de sus habitantes originarios que participan de la conquista de América del Norte, así como de Centro y Sur América. En los barcos de Cortés y Hernán de Soto viajan hasta diez taínos por cada español.
En el XVII, Cuba sobrevive a un siglo de bloqueo económico producto de la piratería de ingleses, holandeses y franceses en el Caribe. En el siglo XVIII, la isla ha visto la división y absorción de Santo Domingo por Francia, la emancipación de las Trece Colonias, la Revolución Francesa, la Toma de La Habana por los ingleses y la pérdida de La Florida.
La fundación de la SEAP registra en sus Memorias, tal como subrayamos, que en la Sociedad Económica de Amigos del País, la clase económica dirigente de Cuba se va a dar a la tarea de ubicarse en un mundo que cambia, y para enfrentarlo hay que aprovechar las condiciones óptimas para la producción –la agricultura, la ganadería y la industria “popular”; promover el crecimiento de la población de origen europeo para mantener una mayoría blanca ante el aumento de la población negra por la importación de mano de obra esclava africana.
En el siglo XIX con Felipe Poey y Luz y Bachiller, veremos la defensa en la SEAP del protector de los negros esclavos, el escocés David Turbull. Si bien en ese siglo difícilmente discurrió el patriotismo separatista, José Antonio Saco fue uno de los precursores de un pensamiento social e histórico cubano y ya circulabauna de las mejores revistas de habla española, la Bimestre Cubana, que animó la SEAP hasta que la dominación colonial la hizo incompatible a sus intereses de dominación en Cuba.
Por último, las Memorias registran un conjunto de problemas que son de interés de la población, junto a las formas más inteligentes de resolverlos, y en ellas palpita una constante y sistemática apelación al desarrollo de la educación como forma de mejorar los destinos del país.
“Pro Patria” siempre ha sido el lema de la prestigiosa bicentenaria Sociedad Económica de Amigos del País, desde que en 1792 cuatro vecinos, Luis Peñalver, el Conde Casa Montalvo, Francisco Basave y Juan Manuel O´Farril, apoyados por el Gobernador y Capitán General de la Habana Luis de las Casas, elaboraron los estatutos para que el Rey de España, Carlos IV, aprobara fundar la “Real Sociedad Patriótica de La Habana”, cuya primera sesión oficial se realizara el 9 de enero de 1793.
José Luis Cuza Téllez de Girón
Contralmirante®. Miembro de la Junta de Gobierno de la SEAP.
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