domingo, 13 de diciembre de 2015
El último combate y la fuga más espectacular
El general de brigada Raúl Díaz Argüelles cumplió la encomienda del Comandante en Jefe Fidel Castro: salvar a la hermana República de Angola.
Lo hizo con la misma decisión conque escapó de los esbirros 17 años antes, en una espectacular fuga.
El ahora Héroe de la República de Cuba y entonces comandante, Raúl Díaz Argüelles, falleció el 11 de diciembre de 1975, hace hoy 40 años, víctima del estallido de una mina en Angola, cuando encabezaba un grupo de combatientes.
El presidente Agostinho Neto había solicitado a Fidel que le enviase instructores militares para preparar a los combatientes angolanos, a fin de responder las provocaciones sudafricanas y zairotas financiadas por el gobierno de Estados Unidos, que comenzó a enviar apoyo material al Frente Nacional de Liberación de Angola (FNLA) de Holden Roberto y la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA) de Jonas Savimbi. George Costello, jefe de operaciones de la división África de la CIA informaba a su oficial John Stockwell: “estamos estructurando un programa para apoyar a Savimbi y a Roberto...Tenemos 14 millones de dólares y hemos estado enviando algunas armas por vía aérea”.1
El grupo de oficiales portugueses que asumieron el poder en ese país en septiembre de 1975 había decidido rescindir el coloniaje y establecer las repúblicas de Guinea-Bissau, Mozambique y Angola, esta última rica en petróleo en el enclave de Cabinda. Portugal anunció que el 11 de noviembre de ese propio año de 1975 entregaría el poder a los angolanos. Se hablaba de formar un gobierno tripartito.
Holden Roberto dijo entonces que el día 10 tomaría Luanda con sus tropas y desalojaría a Neto, quien había sido designado presidente provisional, pues el Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) era el más representativo, grande y diverso, ya que su plataforma estaba basada en la lucha de clases, lo que le dio más amplitud de apoyo de diversos grupos a través de la nación.
Los comandantes Raúl Díaz Argüelles y Carlos Fernández Gondín fueron designados jefe y subjefe de la misión enviada por Fidel.
En agosto de 1975 las primeras decenas de instructores cubanos llegaron a Angola. En octubre tres buques medianos llevaron los restantes miembros de la primera misión militar de Cuba en Angola. El 4 de noviembre de 1975 el gobierno cubano envió tropas especiales. El grupo de instructores y el destacamento de tropas especiales, más el fuego certero de las piezas de artillería BM21 y otros armamentos, fueron decisivos para defender la independencia angolana.
LA LEYENDA DEL JEFE DE ACCIÓN
Raúl Díaz Argüelles era genéticamente revolucionario y rebelde, como sus padres, Raúl y Marina, que lucharon contra el Machadato. “Infundía en todos los compañeros la combatividad, la seriedad de vencer y el entusiasmo para el cumplimiento de las tareas; jefe competente de valentía a toda prueba y un verdadero compañero. Siempre se encontraba en los lugares donde era más difícil la situación, todos sentimos dolor cuando supimos que había caído”.2
“La imagen de él es una cosa que queda impregnada. No era fácil llamarle la atención, era de un carácter serio, rígido, muy fuerte, exigente, cumplidor...Tenía mucho criterio y lo discutía a la saciedad siempre que pensaba que tenía la razón. 3
Matriculó en la Universidad de La Habana, en Ingeniería, y enseguida se unió a José Antonio Echeverría y a sus hombres de acción Fructuoso Rodríguez, Juan Pedro Carbó Serviá, José Machado, Faure Chomón, Tavo Machín. Así participa en protestas y manifestaciones.
Después del asalto al Palacio Presidencial y la muerte del presidente de la FEU, vuelve a Estados Unidos, se asila allí y trae un avión con armas que aterriza nada menos que en la Autopista Novia del Mediodía; Guillermo Jiménez le busca escondite en La Habana.
Regresa a Cuba en la expedición del Scapade, organizada por el Directorio, con Faure Chomón, que desembarca en Nuevitas y es destinado a La Habana con Machín, Jiménez, Pepe Fernández Cossío, Tony Castell y Carlos Figueredo. En la capital sustituye a Eduardo García Lavandero como jefe de acción, cuando este es asesinado, y se convierte en una leyenda con el atentado a Santiago Rey, ministro de Gobernación, y el insólito ataque a la 15ta. estación de policía, en Miramar, incrustada en la historia por la placa en el parque de 60 y 9na. que lleva los nombres de él y Tavo.
LA MÁS ESPECTACULAR FUGA
El 10 de julio de 1958 protagoniza la más espectacular de sus hazañas. Llega perseguido a su escondite en el edificio de B y 21, ignorando que allí acaban de asesinar a José “Tato” Rodríguez Vedo y Pedro Martínez Brito. La puerta está entornada, pero conspirador avezado, comprende que está entrampado y corre en dirección contraria hacia una ventana que da a una calle contigua. Resbala y cae, por lo que una ráfaga no lo alcanza; salta y se arroja al vacío desde un tercer piso: lo salva su fuerte constitución física y un pollero sobre el que cae y le aminora el impacto. Solo sufre fractura de un tobillo.
Dirige su mirada hacia la altura y logra ver al esbirro que le disparó una ráfaga y no le dio por su resbalón. Tirador experto, con un solo disparo lo pone fuera de combate y se le abre la posibilidad de escapar rápidamente, pues ningún otro agente se atrevió a asomarse a la ventana. Raúl protagonizó lo que ha dado en llamarse la fuga más espectacular.
“Quemado” en la urbe, se le destina a la Sierra del Escambray donde Che Guevara le impone las insignias de comandante y participa en el combate de Santa Clara con el Directorio, a cuya dirección perteneció. Después del triunfo fue Jefe del DTI, pasa la escuela de oficiales de las FAR y sucesivamente es jefe de información, artillería, de operaciones y de Estado Mayor en varios ejércitos y tropas coheteriles de las FAR. Como jefe de la Décima Dirección de las FAR, atiende la colaboración militar con otros países.
Para África es Domingo da Silva, nombre de guerra con el que se desempeña también en Angola, que fue una épica histórica para un país pequeño como Cuba, con lo que se logró detener la avanzada militar del ejército sudafricano.
El 26 de marzo de 1976, empujados por las tropas cubanas, los sudafricanos se retiraron de Angola y regresaron a sus bases. En Quifangondo una fuerza numéricamente inferior de guerrilleros del MPLA respaldados por artilleros cubanos, puso en fuga a los atacantes. En Cabinda fue semejante, el 8 de noviembre las tropas de Mobutu lanzaron un ataque contra las Fuerzas Armadas Populares para la Liberación de Angola y 232 cubanos, la cual fracasó; el 12 de noviembre, pasaron a la ofensiva y en pocas horas, zairenses, mercenarios y soldados del Frente para la liberación del enclave de Cabinda se retiraron totalmente desorganizados por la frontera de Zaire.
Los sudafricanos abandonaron sus últimas posiciones en el sur de Angola el 27 de marzo del año siguiente. Con esta situación tan favorable, el gobierno de Agostinho Neto y Cuba acordaron disminuir el personal militar cubano y dejar solo a los instructores. Sin embargo, diversos acontecimientos acaecidos cuando ya se estaba cumpliendo el plan de retirada obligó a detenerlo.
La ola desatada por la victoria cubana en Angola se esparció sobre Sudáfrica. La victoria cubana repercutió más allá de Namibia y Angola. En palabras de Nelson Mandela, la victoria cubana “destruyó el mito de la invencibilidad del opresor blanco...y sirvió de inspiración al pueblo combatiente de Sudáfrica”.
Y en todo ello estuvo la memoria de Díaz Argüelles. No en balde el General de Ejército Raúl Castro finalizó los actos públicos de su primera visita como Presidente de Cuba a Angola en el 2009, con un homenaje en el cementerio del Alto de las Cruces de Luanda depositando una corona de flores en la tumba donde estuvieron los restos del combatiente hasta ser trasladados a Cuba.
Gabriel Molina Franchossi | internet@granma.cu
(1) John Stockwell. En busca de enemigos. Una historia de la CIA. P. 9
(2) Comandante de la Revolución Guillermo García
(3) Coronel Gonzálo del Valle. Angola. Editora Capitán San Luis.
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