sábado, 23 de agosto de 2025

Trump amenaza con la guerra a Venezuela


El gobierno de Donald Trump ha enviado tres importantes buques de guerra, con más de 4.500 marines, al mar Caribe, en las costas de Venezuela. Ha instalado tropas también en Guyana, en la frontera con Venezuela. Trump ha firmado -de manera confidencial- una resolución que habilita la utilización de sus fuerzas armadas para intervenir contra “peligros a la soberanía estadounidense”, encarnados por asociaciones “terroristas”. Esta figura, reservada a grupos como Al-Qaeda o el Estado Islámico, Trump la ha extendido a bandas como el MS-13 de El Salvador, El Tren de Aragua de Venezuela y el Cartel de Sinaloa. “El despliegue, dice Infobae, se enmarca en una amplia reubicación de recursos militares hacia el área de responsabilidad del Comando Sur”. El operativo contempla “el despliegue de un submarino nuclear de ataque, aviones de reconocimiento P8 Poseidón, varios destructores y un crucero guiado por misiles”. Las unidades expedicionarias de marines fueron desplegadas en el Mediterráneo, durante la semana de guerra de Israel contra Iran. “Según The Wall Street Journal, señala Infobae, se barajan opciones que incluyen el uso de fuerzas especiales y el apoyo con inteligencia, en coordinación con socios extranjeros” – se supone que del vecindario ultraderechista que rodea parcialmente a Venezuela.
 Se trata de la preparación de una guerra imperialista, no de una lucha contra la droga. Trump se reserva acciones militares contra terceros estados; Venezuela ha sido designada “narcoestado” y lo mismo apunta en dirección a México. La vocera de la Casa Blanca ha denunciado a Maduro como un gobierno ilegítimo y criminal y ha ofrecido 50 millones de dólares por la captura de Nicolás Maduro. El director de la DEA (Administración de Control de Drogas de Estados Unidos), Terry Cole, “acusó este jueves al régimen de Venezuela (….) de colaborar con las guerrillas colombianas para traficar niveles récord de drogas a Estados Unidos.” (La Nación, 22/08). 
 Los buques USS San Antonio, USS Iowa Jima y USS Fort Lauderdale, podrían llegar a las costas de Venezuela el domingo. Todas las unidades están preparadas para acciones anfibias (agua y tierra) y para defensa antiaérea. Hasta hace solo días estas unidades estaban desplegadas en la frontera sur estadounidense, cerca de las costas mexicanas, con fines de “lucha contra el narcoterrorismo”. La acción policial contra el narcotráfico ha sido convertida en una causa de guerra.
 La oposición trumpista de Venezuela, encabezada por Corina Machado, ha celebrado estos movimientos militares, en su larga campaña a favor de la invasión norteamericana de su propio país. Había ´invitado´ hace tiempo, a una intervención militar decidida sobre el país latinoamericano. Maduro ha declarado “estado de movilización total”, tanto de las Fuerzas Armadas Bolivarianas como de las “milicias populares obreras y campesinas”. Trump no ha cancelado, sin embargo, la autorización que otorgó a Chevron para operar en Venezuela, al que considera, ha dicho, “no relacionado”. Es que, en caso contrario, las petroleras de China, Rusia y otros países ocuparían ese terreno.
 La promesa de Maduro para movilizar 4 millones de milicianos contrasta con los focos de hambruna que se desarrollan en Venezuela, acompañada de una inflación implacable y la devaluación ininterrumpida del bolívar. Los salarios mensuales no cubren absolutamente ninguna necesidad básica. En las tiendas de comestibles y medicamentos solo se compra con dólar billete. Una milicia no puede operar en semejantes condiciones; además del armamento, las familias de los milicianos necesitan comer. 
 El movimiento de tropas no anuncia un asalto inmediato, opinan algunos informantes, ni podrían ejecutarlo 4 mil marines. Pero la preparación de una invasión se encuentra en la carpeta del Pentágono, incluso por medio de mercenarios venezolanos, como ocurrió en 1954 en Guatemala. La ola de atentados que se ha desatado en Colombia, ha llevado al fracaso de los “planes de paz” impulsados por Gustavo Petro, y al reinicio de la militarización política. Trump ha logrado, en Colombia, la liberación de la cárcel del jefe para militar Álvaro Uribe, ex presidente de la nación. Ecuador, Guyana y Colombia son un cerco perfecto para diversas variantes de invasión militar, al que hay que sumar al Perú de Boluarte, que acaba de amnistiar a los genocidas del gobierno de Fujimori. Todo esto, sin excluir tampoco las operaciones de desestabilización al interior de Venezuela. La cuestión fundamental es la siguiente: el estado norteamericano pretende convertir a América Latina en su “patrio trasero” en el marco de una guerra imperialista mundial, donde China ha sido señalada como “el enemigo estratégico” del imperialismo yanqui. 
 En este cuadro internacional en el propio vecindario, es una verdadera necedad sostener que los trabajadores de Argentina tienen otras prioridades ante la guerra mundial. Esas otras prioridades - la miseria social creciente - en salarios, jubilaciones, salud, vivienda, están enteramente vinculadas a la guerra, la prioridad del imperialismo. 

 Joaquín Antúnez
 23/08/2025

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