domingo, 31 de agosto de 2025

Los gigantes tecnológicos se alinean al belicismo imperialista


Meta, OpenAI y Palantir colaborarán militarmente con el Ejército norteamericano.
 Los directivos de las tecnológicas juraron ante el Ejército norteamericano 

Una parte importante de los gigantes tecnológicos que dominan la inversión en Inteligencia Artificial vienen dando un vuelco en su política de aplicar sus desarrollos a la industria armamentística y la guerra, incorporándose de lleno al desarrollo de tecnologías de avanzada para el ejército norteamericano. Una muestra de una clase capitalista directamente alineada y comprometida con la política guerrerista e imperialista de sus Estados, para asegurar sus intereses de clase.
 Los ejecutivos de Meta, OpenAI y Palantir vienen de prestar juramento para la defensa de los Estados Unidos, incorporándose al Destacamento 201, una unidad de innovación técnica del Ejército, bajo el cargo de tenientes coroneles. 
 Se trata de algunos de los gigantes tecnológicos que lideran la investigación y desarrollo de la inteligencia artificial en el mundo, un negocio que está insumiendo miles de millones de dólares en gastos pero cuyos retornos aún no cubren la mayor parte de los mismos y a la fecha no parece estar claro si estamos ante un negocio sin precedentes o ante una burbuja financiera pronta a estallar. 
 Esta incorporación opera dentro de los marcos del belicismo capitalista y la contienda del imperialismo norteamericano principalmente con China, poniendo al frente del campo de operaciones a las empresas que hoy representan el sector más dinámico y con más desarrollo de la economía. Las primeras “colaboraciones” que han difundido van desde el desarrollo de sistemas antidrones a realidad virtual para el entrenamiento militar. 
 El sector de las tecnológicas, con epicentro en Silicon Valley, ha sido reacio en las últimas décadas a su vinculación con la industria armamentística y los usos bélicos de sus innovaciones, en gran medida por tratarse de un sector con una dinámica de desarrollo articulada entre diferentes países y también por los límites impuestos por los propios trabajadores, con ideas más “progresistas” y humanitarias y contra la injerencia estatal, particularmente de las naciones imperialistas. 
 Un gran aliciente para el reclutamiento de los gigantes tecnológicos, que incluso han tenido que modificar y eliminar las cláusulas de sus empresas que prohibían el uso militar de sus desarrollos, son los fondos millonarios y los contratos que paga el Estado, en tiempos donde la IA y la computación cuántica –dos de los principales desarrollos- no alcanzan una rentabilidad apreciable e incluso van a pérdidas.
 Quien sabe mucho de esto es Elon Musk, quien multiplicó gran parte de su riqueza gracias a los negocios con la Nasa y el Estado norteamericano, con su empresa de lanzamiento de satélites SpaceX. Musk es, además, proveedor de servicios de comunicación del Ejército norteamericano con Starlink y su versión militar Shielded, con contratos millonarios que financian la empresa. Se trata de compromisos tan fuertes con el Estado que ni la pelea con Donald Trump logró deshacer los mismos. 
 Se estima que los gigantes tecnológicos (Meta, Amazon, Microsoft, Google y Tesla) llevan gastados 560 mil millones de dólares en la IA en los últimos dos años, y que solo han recogido ingresos por 35 mil millones de dólares. Una proporción que se repite en las proyecciones futuras y cuyo gasto para entrenar modelos de IA se espera que alcance el billón de dólares para finales de década según el economista británico marxista Michael Roberts. 
 La clase capitalista toma parte directa en los asuntos de su Estado y en el realineamiento de las prioridades del imperialismo norteamericano contra la competencia china, en medio de la carrera por el desarrollo y control de las próximas tecnologías y de la disputa por sectores estratégicos de la economía mundial.
 Los “gurúes” de la tecnología, capitalistas con visos de mesianismo humanista, muestran su verdadero rostro, demostrando que defienden sus intereses privados y de clase por sobre los del conjunto de la “humanidad”, dispuestos a poner la tecnología y la innovación científica para saldar las disputas interburguesas, dominar mercados, aplastar a la competencia, invadir naciones y producir un baño de sangre. 

 Marcelo Mache

CON FILO | ¿Quién es el enemigo?


sábado, 30 de agosto de 2025

Los intereses económicos detrás del despliegue militar yanqui en el Caribe


No al operativo trumpista. 
 La petrolera Exxon encabeza un consorcio petrolero en Guyana 

El despliegue por parte de Estados Unidos de tres buques de guerra, aviones, miles de infantes de marina y hasta un submarino nuclear en el sur del Caribe -bajo el pretexto de combatir el narcotráfico- es un desvergonzado operativo para afianzar los intereses del imperialismo en la región. Viene precedido del regreso de los militares yanquis al Canal de Panamá, posibilitado por el gobierno represor y entreguista de José Mulino. 
 El operativo trumpista ya encontró sus primeros socios en la región. El gobierno de la antillana Trinidad y Tobago expresó su aval explícito. Más aún: ofreció su territorio como plataforma para los militares yanquis en caso de una guerra entre Guyana y Venezuela, que reclama como propio el territorio del Esequibo. En diciembre de 2023, Caracas impulsó un referéndum y eligió autoridades para esa codiciada zona.
 En Guyana se descubrieron enormes reservas de petróleo en 2015. Un consorcio liderado por la Exxon (y que la china CNOOC integra como socio minoritario) lleva adelante tareas de exploración. También hubo valiosos descubrimientos en la vecina Surinam. Indudablemente, el operativo militar de Trump tiene en cuenta estos intereses. 
 En el caso de Venezuela, la dirigente opositora María Corina Machado salió a actuar como promotora de una invasión de su propio país, en un reportaje con Fox News. Dijo que “Trump no está jugando” con el operativo y alentó un quiebre de las fuerzas armadas. “Muy pocos militares en el alto rango militar están apoyando a Maduro y deben tomar una decisión”. Mientras tanto, tienta al gran capital internacional con una Venezuela que, bajo su mando, se convertiría en un “hub energético” con negocios por 1,7 billones de dólares. 
 Los expresidentes del Grupo Libertad y Democracia, integrado por Mauricio Macri, el colombiano Iván Duque y otros referentes de la derecha continental, saludaron la llegada de los buques y promovieron sin escrúpulos un golpe contra el gobierno de Maduro, bajo el argumento de restablecer el “orden democrático”.

 Amenazas contra Venezuela 

 El operativo de Trump está acompañado por la designación como “terroristas” de algunos carteles del narcotráfico mexicanos y bandas como la Mara Salvatrucha de El Salvador, lo que deja abierta las puertas a la invasión de esos u otros territorios en los que operen. Pero también incluyó en el listado a un supuesto Cartel de los Soles que estaría liderado por el propio Maduro.
 El gobierno venezolano denunció un operativo golpista y realizó jornadas de alistamiento popular a la Milicia Bolivariana, un cuerpo creado por el expresidente Hugo Chávez que está adscrito a las fuerzas armadas y admite civiles. Para el gobierno ha sido un éxito la convocatoria, pero no difundió números. 
 Las amenazas contra Venezuela suponen un nuevo giro de la administración Trump, cuya línea hasta aquí con respecto a Caracas ha sido sinuosa. Después de dejar caer la licencia de la petrolera Chevron en marzo y amenazar con sanciones a aquellos países que comercien con Caracas, en julio volvió a autorizar a la compañía yanqui, que tiene un enorme peso en la economía local. Según los cálculos de un referente de Ecoanalítica, el 85 por ciento de los ingresos de divisas de Venezuela corresponden al petróleo, y el 30 por ciento de ellos a Chevron. Maduro, bastante proclive a las declaraciones contra el imperio, dijo recientemente que “Chevron tiene 102 años en Venezuela, y yo quiero que tenga 100 años más, y trabajar sin problemas” (BBC, 25/7), un planteo coherente con la política de reprivatización minera y petrolera encarada por su administración. 
 El operativo en el Caribe y toda tentativa golpista tienen que ser rechazados por los trabajadores y los pueblos de América Latina, lo mismo que el reciente anuncio del gobierno francés, que, también con el pretexto del terrorismo, incrementará su presencia en el archipiélago colonial de Guadalupe, donde, igual que en Martinica, las autoridades coloniales enfrentaron protestas en su contra en los últimos años. 
 Fuera el imperialismo. Por la unidad socialista de América Latina. 

 Gustavo Montenegro

viernes, 29 de agosto de 2025

Argentina: Los audios de Spagnuolo y las coimas de la Suizo Argentina: están todos hasta las manos


La causa por las coimas empieza a salpicar para todos lados, poniendo de manifiesto un modus operandi de la corrupción libertaria, que en su vértice encuentra a los hermanos Milei. 
 Ha salido a la luz que la Droguería Suizo Argentina S. A. pasó de cerrar contratos por 3.900 millones con el Estado a más de $100.000 millones desde diciembre de 2023. 
 Mario Lugones, el ministro de Salud, acechado por las trágicas consecuencias del fentanilo contaminado que pasó bajo las narices de su cartera, registra las principales adquisiciones a la Suizo Argentina por medio de compras directas de Asparaginasa Pegilada 750 UI/ml -medicamento oncológico- por $1.034 millones, y la adjudicación de Cetuximab 500 mg por $2.800 millones. Otras compras incluyen Hormona de Crecimiento Somatotropina por $861 millones y diversos medicamentos oncológicos por $762 millones. También se ha dado a conocer una licitación en el Hospital Posadas, el único hospital dependiente de la cartera de Salud, que fue otorgada a la Suizo, luego de que las dos primeras licitaciones fueran anuladas bajo argumentos cuestionables. 
 Luis Petri, quien conduce el ministerio de Defensa, también mantiene vínculos comerciales con la empresa del clan Kovalivker, por la venta de insumos médicos para el Hospital Naval (adquisición de guantes quirúrgicos por $105 millones y medicamentos inmunosupresores y antitumorales por $469 millones). Karina Milei, en su condición de secretaria general de la Presidencia, fue quien firmó estas órdenes de compra. Todo esto se produce en medio de una crisis en IOSFA, la obra social de las fuerzas armadas, que está dejando sin cobertura médica a militares activos y retirados, lo que abona la bronca de los miembros de la “familia militar” para con Petri y el gobierno liberticida, por promesas incumplidas, entre ellas, darles la domiciliaria a los genocidas de la última dictadura militar. 
 Por otra parte, desde la Policía Federal Argentina se realizaron compras de medicamentos de alto costo por $1.680 millones, antirretrovirales para VIH por $301 millones y medicamentos oncológicos por $1.426 millones. En este caso, la implicada es la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, actual candidata a senadora por la Ciudad de Buenos Aires. 
 Otro de los señalados en los audios de Spagnuolo es el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, quien intervino de facto la Andis, con el objetivo de dar de baja la mayor cantidad de pensiones por discapacidad, sin importar que se realizaran o no las validaciones médicas de los pensionados, sino automáticamente. También fue Sturzenegger el que “impulsó el cese de personal de auditoría interna -que pasó de 16 a 5 integrantes- que debía velar por la transparencia de la gestión, además de presionar para disminuir la cantidad de pensiones por discapacidad que otorga la Andis” (LPO 25/08), teniendo como consecuencia directa el debilitamiento de los controles y, por ende, dándole vía libre al pago de sobreprecios de medicamentos a la Suizo.
 Mauricio Macri, quien guarda un sugestivo silencio, al igual que la dirigencia del PRO, sería quien ofició de puente entre el clan Kovalivker y los Milei. Antes del balotaje de 2023, Macri logró que la droguería realizara un importante aporte económico a los liberticidas, para costear los gastos de fiscalización. La vinculación de los Kovalivker con Macri viene de cuando este era jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a través del operador judicial y binguero Daniel Angelici, quien favoreció la entrada de la droguería a OBSBA, la obra social de los empleados de la ciudad. “Viendo los jugosos negocios que se podían hacer con los sobreprecios en medicamentos, Angelici abrió su propia droguería y también entró en OBSBA” (ídem). 
 Otro de los heridos por la causa de las coimas es el primer candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires de La Libertad Avanza, José Luis Espert, apuntado por haber sido quien ofició de “celestino” entre Spagnuolo y Milei. Según allegados a Espert, este bramó “me cagaron la campaña”. 
 La causa de las coimas en el Andis le ha pegado en la línea de flotación al gobierno liberticida, que ve cómo se desploman las acciones y bonos, acompañados por la suba del dólar y del riego país, como consecuencia del agotamiento de su esquema financiero. El “ruido político” que se ha generado por el ‘escandalo’, a menos de dos semanas de las elecciones en la provincia de Buenos Aires, combinadas con las elecciones nacionales de octubre, pueden significar la herida de muerte de un gobierno tambaleante. 

 Lucas Giannetti 
 27/08/2025

jueves, 28 de agosto de 2025

Netanyahu ordena una sentencia de muerte contra el pueblo palestino

 


Luchemos en todo el mundo para impedirlo.

 Israel comenzó la ofensiva terrestre para ocupar la Ciudad de Gaza, la capital de la Franja, amenazando con desplazar por la fuerza -o asesinar- al millón de personas que la habita. Un genocidio sostenido por las armas y la impunidad garantizada por Estados Unidos, sus cómplices de la Unión Europea, los países árabes y lacayos de la laya de Javier Milei. 
 El gabinete de seguridad israelí anunció el viernes que tomaría el control de la Ciudad mientras Netanyahu ordenaba abrir negociaciones “inmediatas” con Hamas para liberar a los rehenes sin que esto significara obstruir la invasión. En realidad, el ejército ya había confirmado que iniciaba la segunda fase de la ofensiva “Carros de Gedeón”. La “fase preparatoria” implica la expulsión de miles de palestinos según los datos de la Oficina de las Naciones Unidas para los Asuntos Humanitarios (OCHA). Durante los últimos 8 días, el 95 % de las personas que salieron de la Ciudad lo han hecho para huir del incesante bombardeo sionista a Zeitun, uno de los barrios “históricos” de la Ciudad Vieja. Fueron convocados 60.000 reservistas. 
 La “toma de control de Gaza” es una farsa: lo que planea el gobierno es que la ciudad sea completamente destruida y los sobrevivientes enviados al gigantesco campo de concentración montado en el sur, “a una zona humanitaria sin Hamas ni terrorismo, y desde allí comenzarán a partir en grandes cantidades hacia terceros países», según se regocijó el ministro de Finanzas israelí, el colono fascista Bezalel Smotrich, en una conferencia sobre nuevos asentamientos judíos en Cisjordania El gobierno genocida dice que la ciudad es “el bastión gubernamental y militar de la organización terrorista Hamás”, como antes catalogó a Rafah y otras ciudades de la Franja. Sin embargo, una investigación conjunta de varios medios británicos, incluido The Guardian, reveló que por lo menos el 83 % de los palestinos asesinados en Gaza eran civiles, según una base de datos clasificada de la inteligencia militar israelí. 
 Netanhayu volvió a decir que la “guerra” solo terminará con la devolución de los rehenes y la expulsión y desarme de Hamas. El ministro de Defensa, Israel Katz, prometió que las "puertas del infierno" se abrirán para Hamas si no acepta las condiciones de Israel. Dijo que “la ciudad enfrentará el mismo destino que Rafah y Beit Hanún", reducidas a escombros con un número escalofriante de muertos y heridos. 
 El jueves, aviones de guerra israelíes destruyeron un campamento de desplazados en Deir al-Balah. Los misiles dejaron un enorme cráter y causaron una devastación total. También atacaron el barrio Sheikh Radwan, en el noroeste, “dejando una masacre total. Había cadáveres en charcos de sangre, algunos aún jadeando, con heridas devastadoras y restos humanos esparcidos por la calle” (Al Jazzera 21/8). 
 El mismo viernes el ejército ordenó a las autoridades médicas gazatíes y a las organizaciones humanitarias que abandonaran la Ciudad porque iban a expulsar al millón de hambrientos que la habita. El desmantelamiento de los servicios de salud y su traslado hacia el sur, tal y como pretende Israel, es clave para lanzar una ofensiva total (EP 22/8). 
 Olga Cherevko, portavoz de la OCHA, dijo que no serán “parte de ningún desplazamiento forzoso”, aseguró a EL PAÍS. “La ayuda debe estar presente allí donde la gente decida estar. Si la gente decide quedarse en el norte, nos quedaremos”. “Forzar a centenares de miles de personas hacia el sur generará un desastre todavía mayor”, afirma la OCHA. Si Israel lanza una nueva ofensiva, “muchos ni siquiera tendrán fuerza para desplazarse” aseguró el jefe de la UNRWA, Philippe Lazzarini. Lo mismo dijo Tess Ingram, portavoz de Unicef: “Estamos hablando de una posible escalada militar en una zona que acaba de ser clasificada como zona de hambruna. La gente allí está más que agotada; no tiene capacidad para desplazarse”.
 A casi dos años de la invasión, los sionistas controlan el 86 % de Gaza. El viernes, la principal autoridad mundial en crisis alimentarias, la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC) respaldada por las Naciones Unidas, declaró oficialmente una hambruna en fase 5 «catastrófica». 
 Casi un tercio de la población de Gaza -641 000 personas- ya se enfrenta al «hambre, la indigencia y la muerte», mientras que otra 1,14 millones se encuentra en la fase 4 de «emergencia». El suministro de alimentos ha colapsado: el 87 % de los camiones de ayuda de la ONU fueron interceptados en julio, las panaderías están cerradas, los precios de la harina de trigo se han disparado un 3.400 % desde febrero y las familias buscan comida entre los escombros y la basura. El Comité de Revisión de la Hambruna calificó la crisis de «totalmente provocada” y advierte que “si no se aplica un alto el fuego... las muertes evitables aumentarán exponencialmente”. 
 Netanhayu repite cada vez que está ante un micrófono que la hambruna es una mentira de los medios y las ong. “No se puede imaginar nada más cínico: personas muriendo de hambre mientras las fuerzas israelíes invaden y destruyen cualquier forma de vida que queda. Esto conducirá a un desastre humanitario total y absoluto”, le respondió Médicos Sin Fronteras. “La historia se repite”, dijo en una rueda de prensa en Tel Aviv la esposa de un rehén, Lishay Miran. “Hay un acuerdo sobre la mesa que puede salvar a los cautivos vivos y dar un entierro digno a los difuntos. Hamas lo ha aceptado, pero el primer ministro se esfuerza en decretar una sentencia de muerte para los vivos y una de desaparición para los muertos”. 
 Un comunicado de Hamas prometió resistir cualquier ofensiva sobre la Ciudad y advirtió a Israel de la expulsión de los habitantes de Gaza y su destrucción “no será un día de paseo por el campo”. 

Olga Cristóbal 
 23/08/2025

martes, 26 de agosto de 2025

Los aranceles de Trump y la Ley Magnitsky como instrumento de injerencia imperialista en Brasil


Donald Trump puso en la mira a Brasil y firmó la orden ejecutiva que implementa un arancel adicional del 40 % sobre los productos brasileños, elevando el arancel total al 50 %. Esto -junto con las sanciones directas sobre la persona y la familia del juez De Moraes, que condenó a Jair Bolsonaro- se da después de una gira del hijo de éste último por Washington, tramitando apoyo para lograr la liberación de su padre. 
 En el comunicado que informa la medida, el gobierno fascista del norte dice explícitamente que busca "abordar las políticas, prácticas y acciones recientes del gobierno brasileño que constituyen una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional, la política exterior y la economía de Estados Unidos", debido a “los ataques insidiosos de Brasil a las elecciones libres y al derecho fundamental de los estadounidenses a la libertad de expresión", en referencia a la sentencia contra el expresidente Jair Bolsonaro y las medidas tomadas contra X por el Tribunal Supremo. Es decir que manifiesta abiertamente su intención de interferir en forma directa en la política interna brasileña, algo que de todas maneras quedaba en evidencia en razón de que, como Estados Unidos tiene superávit comercial con respecto a Brasil, los aranceles carecen de su fundamento principal que es lograr un balance económico en este sentido. 
 Si Brasil impusiera aranceles recíprocos, como había amenazado Lula cuando logró que el Congreso brasileño le diera luz verde para tomar todas las medidas excepcionales que considerase pertinentes para contrarrestar los aranceles, Estados Unidos se vería afectado al ser el que más mercado de consumo tiene para perder en esa relación. Por eso -y en gran parte también por las presiones de los importadores norteamericanos afectados- en las negociaciones Estados Unidos dejó afuera al 43 % de los productos brasileños, casi 700, pertenecientes a las áreas de aviación, energía y minería, entre otros. 
 En Brasilia, de momento, están descartando aranceles a los productos norteamericanos y solo piensan en dirigir recursos del Estado brasileño para paliar las pérdidas de los capitalistas afectados por los aranceles, tales como brindarles líneas de crédito y posibles ajustes en el seguro de crédito a la exportación y los mecanismos de financiación de las exportaciones. Lula lanzó el plan “Brasil soberano” que consiste, además de estas medidas, en buscar nuevos mercados alternativos. El otro recurso es la devaluación del real que confisca los salarios y las jubilaciones de los trabajadores brasileños. Para los trabajadores norteamericanos, los aranceles también son una confiscación que compensa las pérdidas que sufrió el Tesoro con la baja de impuestos a los capitalistas. Todo este escenario forzado por Trump acentúa la transferencia de recursos completamente regresiva para los trabajadores en todo el mundo. China abrió el mercado a esos productos sancionados, pero su demanda no llega a compensar la pérdida en Estados Unidos. En Norteamérica, por su parte, buscan reemplazar a los brasileños por oferentes de otros países.
 Trump acusa al juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes de intimidar a opositores e imponer censura a empresas estadounidenses, a través del congelamiento de activos como una forma de coerción. Por eso ya había anunciado la implementación de sanciones financieras en contra de Moraes, mediante la llamada Ley Magnitsky, una legislación del 2012 que, con la excusa de actuar contra personas responsables de violar los derechos humanos, autoriza al gobierno de Estados Unidos a sancionar discrecionalmente a extranjeros sin que haya intervención judicial de ningún tipo que valide la acusación. Es un instrumento de persecución fascistizante -obra del gobierno demócrata de Barack Obama- del que se sirve Trump. Con esta decisión, Washington ordena congelar cualquier activo que de Moraes posea en Estados Unidos y también puede prohibir a las instituciones financieras estadounidenses realizar transacciones en dólares con una persona sancionada, lo que incluye hasta la utilización de tarjetas de crédito. 
 El Secretario del Tesoro, Scott Bessent, responsable de implementar y supervisar el cumplimiento de la orden, podría establecer nuevas normas y regulaciones. Pero la cifra de los sancionados puede ser aún mayor ya que se espera una lista de nombres en un plazo de 60 días, entre los que posiblemente estén los legisladores del Congreso de Brasil por rechazar amnistía a Bolsonaro. Esta semana, el máximo tribunal brasileño declaró que la legislación extranjera no tiene incidencia en el país, en respuesta a esta injerencia yanqui.
 Este escenario levantó la imagen de Lula en las encuestas y le devolvió la bandera de la soberanía al PT -en gran parte sostenido por la burguesía brasileña que se perjudica con los aranceles-. 
 Trump busca focalizar su dominio directo sobre América, en donde Brasil es clave, mientras acomoda el rompecabezas para una escalada futura de la guerra en todo el mundo. En función de esto es que autorizó la intervención militar en el continente y ya empezó cercando con submarinos nucleares a Venezuela.

 Aldana González 
 25/08/2025

Memorias del médico de Fidel, el anestesista de Vietnam


lunes, 25 de agosto de 2025

La OTAN, Europa y la «paz»


La Unión Europea y la OTAN insisten en armar a Ucrania para la guerra y aplicar sanciones a Rusia

 Dos hechos, cuál de ellos más mediático, acaban de abrir un camino para que –quizá– se logre la paz y no sigan muriendo ucranianos y rusos en una guerra cuyo fin puede marcar un antes y un después, en un mundo que se debate entre el unilateralismo decadente y un multilateralismo en ascenso. Primero fue el encuentro entre los presidentes Vladímir Putin y Donald Trump. Y pocos días después, entre el mandatario estadounidense y el de Ucrania, luego con la participación del secretario general de la OTAN, Mark Rutte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y gobernantes de varios países europeos. 
 Hubo coincidencias y discrepancias en puntos neurálgicos, o sea, focos de tensión pendientes para próximos encuentros; pero también se pudieron apreciar discursos que para nada tienen que ver con la paz, ocultos entre las bambalinas de una otan que hace mucho tiempo debió dejar de existir, y de una Unión Europea (UE) que ha centrado su accionar en hablar de paz, a la vez, armar a Ucrania para la guerra y aplicar sanciones a Rusia. 
 Al margen de que podamos creer que ha llegado el momento de lograr la paz a través del diálogo ruso-ucraniano, líderes de la Unión Europea se empeñan en que siga la cruzada bélica en un territorio que la OTAN considera idóneo para sus planes de dominar al gigante eslavo. 
 En el debate actual –más mediático que real– Europa –quizá porque la dejaron fuera del primer encuentro entre Putin y Trump– está ideando un «plan de seguridad» para Kiev, en el que queda claro que esa tal «garantía» estaría vinculada con una intervención militar en suelo ucraniano. Por supuesto, la Unión Europea no incluye para nada a Rusia, como verdadero garante para la paz en esa región. 
 Recordemos lo sucedido en Yugoslavia en 1999, cuando, escondida bajo la telaraña de una supuesta limpieza étnica en Kosovo, la aviación de EE. UU. y la OTAN lanzaron un criminal bombardeo que, además de matar a miles de civiles yugoslavos, destruyó fábricas, escuelas, embajadas, guarderías infantiles y otras instalaciones. Y lo peor, Yugoslavia fue desintegrada como país y Kosovo convertida en una de las mayores bases militares estadounidense en Europa. 
 Cabe preguntarse si con Ucrania no hay planes similares, con una otan que no solo amenace, sino que instale fuerzas y medios en la larga frontera con Rusia. El escenario actual de Europa ha hecho de la rusofobia un arma, cuya expresión mayor son los cientos de sanciones contra Moscú. 
 ¿Qué se puede esperar cuando el Secretario General de la OTAN afirmó que el envío de armas estadounidenses a Ucrania continuará de manera sostenida, con un nuevo mecanismo de financiación en el que participarán los países europeos de la Alianza? 
 O lo que es más elocuente: «los socios europeos de la OTAN asumirán los costos relacionados con la transferencia del armamento, para así garantizar que el suministro militar a Kiev no se vea interrumpido y, a la vez, descargar de manera directa a Washington de una parte del gasto que hasta ahora recaía en su presupuesto de defensa», afirmó Mark Rutte. 
 Aunque Trump había soslayado el tema, el máximo jefe de la OTAN, en una entrevista con Fox News «lo echó pa´lante», cuando explicó: «El presidente Trump ha acordado con los socios europeos de la otan, a través de mí, que pagarán ellos el envío de armas estadounidenses. Esta es una buena noticia para la clase media estadounidense, y también para Kiev, porque significa que el flujo de armas letales de EE. UU. a Ucrania continuará».
 En el caso de las sanciones de la Casa Blanca y la Unión Europea, aunque esta última insista en ellas, las mismas han perjudicado más a los pueblos de esa región, que a Rusia. 
 Por ejemplo, muchas veces carecen del gas ruso, cercano y barato, para pasar las bajas temperaturas, teniendo que abonar precios hasta dos veces superiores, del que servilmente han importado del lejano territorio estadounidense. 
 El pasado viernes se hizo público un acuerdo entre ee. uu. y la Unión Europea que prevé que la UE elimine aranceles a bienes industriales de la nación norteña, y garantice un acceso preferencial a su mercado a productos estadounidenses. También contempla que Washington aplique un arancel del 15 % a la gran mayoría de las exportaciones europeas. Este acuerdo ha sido llamado por medios de prensa internacionales como «escrito de sumisión».

 Elson Concepción Pérez | internet@granma.cu 
 24 de agosto de 2025 23:08:49

sábado, 23 de agosto de 2025

Trump amenaza con la guerra a Venezuela


El gobierno de Donald Trump ha enviado tres importantes buques de guerra, con más de 4.500 marines, al mar Caribe, en las costas de Venezuela. Ha instalado tropas también en Guyana, en la frontera con Venezuela. Trump ha firmado -de manera confidencial- una resolución que habilita la utilización de sus fuerzas armadas para intervenir contra “peligros a la soberanía estadounidense”, encarnados por asociaciones “terroristas”. Esta figura, reservada a grupos como Al-Qaeda o el Estado Islámico, Trump la ha extendido a bandas como el MS-13 de El Salvador, El Tren de Aragua de Venezuela y el Cartel de Sinaloa. “El despliegue, dice Infobae, se enmarca en una amplia reubicación de recursos militares hacia el área de responsabilidad del Comando Sur”. El operativo contempla “el despliegue de un submarino nuclear de ataque, aviones de reconocimiento P8 Poseidón, varios destructores y un crucero guiado por misiles”. Las unidades expedicionarias de marines fueron desplegadas en el Mediterráneo, durante la semana de guerra de Israel contra Iran. “Según The Wall Street Journal, señala Infobae, se barajan opciones que incluyen el uso de fuerzas especiales y el apoyo con inteligencia, en coordinación con socios extranjeros” – se supone que del vecindario ultraderechista que rodea parcialmente a Venezuela.
 Se trata de la preparación de una guerra imperialista, no de una lucha contra la droga. Trump se reserva acciones militares contra terceros estados; Venezuela ha sido designada “narcoestado” y lo mismo apunta en dirección a México. La vocera de la Casa Blanca ha denunciado a Maduro como un gobierno ilegítimo y criminal y ha ofrecido 50 millones de dólares por la captura de Nicolás Maduro. El director de la DEA (Administración de Control de Drogas de Estados Unidos), Terry Cole, “acusó este jueves al régimen de Venezuela (….) de colaborar con las guerrillas colombianas para traficar niveles récord de drogas a Estados Unidos.” (La Nación, 22/08). 
 Los buques USS San Antonio, USS Iowa Jima y USS Fort Lauderdale, podrían llegar a las costas de Venezuela el domingo. Todas las unidades están preparadas para acciones anfibias (agua y tierra) y para defensa antiaérea. Hasta hace solo días estas unidades estaban desplegadas en la frontera sur estadounidense, cerca de las costas mexicanas, con fines de “lucha contra el narcoterrorismo”. La acción policial contra el narcotráfico ha sido convertida en una causa de guerra.
 La oposición trumpista de Venezuela, encabezada por Corina Machado, ha celebrado estos movimientos militares, en su larga campaña a favor de la invasión norteamericana de su propio país. Había ´invitado´ hace tiempo, a una intervención militar decidida sobre el país latinoamericano. Maduro ha declarado “estado de movilización total”, tanto de las Fuerzas Armadas Bolivarianas como de las “milicias populares obreras y campesinas”. Trump no ha cancelado, sin embargo, la autorización que otorgó a Chevron para operar en Venezuela, al que considera, ha dicho, “no relacionado”. Es que, en caso contrario, las petroleras de China, Rusia y otros países ocuparían ese terreno.
 La promesa de Maduro para movilizar 4 millones de milicianos contrasta con los focos de hambruna que se desarrollan en Venezuela, acompañada de una inflación implacable y la devaluación ininterrumpida del bolívar. Los salarios mensuales no cubren absolutamente ninguna necesidad básica. En las tiendas de comestibles y medicamentos solo se compra con dólar billete. Una milicia no puede operar en semejantes condiciones; además del armamento, las familias de los milicianos necesitan comer. 
 El movimiento de tropas no anuncia un asalto inmediato, opinan algunos informantes, ni podrían ejecutarlo 4 mil marines. Pero la preparación de una invasión se encuentra en la carpeta del Pentágono, incluso por medio de mercenarios venezolanos, como ocurrió en 1954 en Guatemala. La ola de atentados que se ha desatado en Colombia, ha llevado al fracaso de los “planes de paz” impulsados por Gustavo Petro, y al reinicio de la militarización política. Trump ha logrado, en Colombia, la liberación de la cárcel del jefe para militar Álvaro Uribe, ex presidente de la nación. Ecuador, Guyana y Colombia son un cerco perfecto para diversas variantes de invasión militar, al que hay que sumar al Perú de Boluarte, que acaba de amnistiar a los genocidas del gobierno de Fujimori. Todo esto, sin excluir tampoco las operaciones de desestabilización al interior de Venezuela. La cuestión fundamental es la siguiente: el estado norteamericano pretende convertir a América Latina en su “patrio trasero” en el marco de una guerra imperialista mundial, donde China ha sido señalada como “el enemigo estratégico” del imperialismo yanqui. 
 En este cuadro internacional en el propio vecindario, es una verdadera necedad sostener que los trabajadores de Argentina tienen otras prioridades ante la guerra mundial. Esas otras prioridades - la miseria social creciente - en salarios, jubilaciones, salud, vivienda, están enteramente vinculadas a la guerra, la prioridad del imperialismo. 

 Joaquín Antúnez
 23/08/2025

miércoles, 20 de agosto de 2025

Hamás aceptó un alto el fuego de 60 días propuesto por Egipto y Qatar


La población gazatí disminuyó un 10% desde el comienzo de la invasión. 

 En un breve comunicado, Hamás y las facciones palestinas aceptaron la propuesta de alto el fuego formulada Egipto y Qatar. El acuerdo, del que solo hay detalles, incluiría un alto el fuego de 60 días a cambio de la liberación de 10 rehenes israelíes y la entrada masiva de ayuda, congelar las actividades militares de Hamas y el repliegue del ejército sionista de zonas del norte y el este de la Franja. Asimismo, exigiría la excarcelación de 140 presos palestinos condenados a cadena perpetua y 60 condenados a una pena mayor a los 15 años. 
 Israel aún no respondió, pero el ministro de Defensa sionista, Israel Katz, reivindico que la razón para esta aceptación es el inició de las operaciones de Israel para conquistar la ciudad de Gaza y y la ocupación de toda la Franja. Netanyahu reclamó la entrada inmediata de todos los rehenes a cambio de nada. 
 Los fascistas Itamar Ben-Gvir y Bezelel Smotrich directamente rechazaron un acuerdo. Smotrich afirmó que Israel no puede "dar al enemigo una cuerda para salvarse". Horas antes, Donald Trump, en un posteo en su red Social Truth reclamó llevar la masacre ‘a finish’. “¡Solo veremos el retorno de los cautivos cuando Hamás sea confrontado y destruido! Cuanto antes esto tenga lugar, más opciones de éxito existirán”. 
 Del otro lado, unos 500.000 israelíes se manifestaron el domingo en Tel Aviv, exigiendo el fin de la invasión y un amplio acuerdo de intercambio de cautivos. También estallaron manifestaciones y huelgas en Jerusalén, Haifa, Beersheva y otras 300 localidades. La respuesta de Netanyahu fue que no habrá alto el fuego hasta la derrota total de Hamás. Simultáneamente, el ejército presentó un plan para ocupar totalmente Gaza que incluye la convocatoria a 130.000 reservistas en setiembre. 
 Desde hace días Israel viene ejecutando bombardeos ininterrumpidos contra los barrios del este de la ciudad de Gaza, empujando a la población hacia el litoral y el sur. Al menos 995 familias han huido de Beit Lahia en los últimos días, buscando lugares más seguros hacia el sur, donde ya se amontonan centenares de miles de personas. Los bombardeos israelíes destruyeron unos 400 edificios.

 Un exterminio largamente planeado 

La Oficina Central Palestina de Estadísticas (PCBS, según sus siglas en inglés), un grupo independiente radicado en Cisjordania, afirma que la población gazatí se redujo un 10% en comparación con la proyección demográfica para mediados de 2025. Además de los 62.000 muertos -el 2,7% de los habitantes que había antes, que eran alrededor de 2,2 millones- se calculan que por lo menos 12.000 quedan bajo los escombros y unos 100.000 abandonaron la Franja. 
 Hatem Qarariyeh, demógrafo en el PCBS, afirma que la ofensiva israelí apunta contra niños y jóvenes. Han matado a más de 18.000 menores de entre 0 y 17 años de edad, mientras más de la mitad de las 61.722 víctimas mortales confirmadas son menores de 30 años. 220 neonatos murieron antes o después del parto. “La pérdida de hombres y de mujeres en edad reproductiva llevará a un declive de la tasa de natalidad”, lamenta por teléfono desde Ramala. 
 El 29 de julio, la principal agencia de la ONU encargada de vigilar la hambruna, la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC), dijo que están en el peor escenario y que «se han alcanzado los umbrales de hambruna en cuanto al consumo de alimentos» en la mayor parte de la Franja. Por lo menos 230 personas han muerto de inanición en los últimos dos meses. 
 En tanto, un número cada vez mayor de periodistas y personal de primeros auxilios se están sumando a la huelga de hambre en medio de la hambruna que comenzó el 20 de julio. Todo lo que consiguen para comer se lo da a los niños de la calle. «No comeremos hasta que el niño más pequeño de Gaza haya sido alimentado», explican.

 Olga Cristóbal 
 20/08/2025

martes, 19 de agosto de 2025

CON FILO | El sijú, la lechuza y los millones de GAESA


Reunión entre Trump, Zelensky y líderes europeos: más incógnitas que certidumbres


La reunión dejó sin resolver las principales cuestiones 

Hay bastante coincidencia de que en la reunión entre el presidente estadounidense, Donald Trump, el presidente ucraniano, Volodomir Zelensky, y los mandatarios de la Unión Europea, las principales cuestiones quedaron sin resolver. 
 No hubo un acuerdo concreto sobre concesiones territoriales. Zelensky rechazó la idea de ceder territorios, como Crimea u otras áreas actualmente controladas por Rusia. Aun así, el tema fue discutido de forma general, pero sin resolución final —"el asunto del territorio lo dejaremos entre él [Putin] y yo"— dijo el presidente ucraniano. 
 El presidente francés, Emmanuel Macron, confirmó que no se habló de entregar territorios y que la postura europea sigue siendo “ningún acuerdo puede violar la integridad territorial de Ucrania”. El canciller alemán, Friedrich Merz (a través de portavoces) indicó que el tema ni siquiera estuvo en la agenda formal; el foco fue garantías de seguridad y asistencia militar. 
 El magnate estadounidense no propuso cesiones explícitas; evitó pronunciarse en detalle, pero insinuó que el tema dependerá de un diálogo directo Zelensky-Putin. No hay ninguna referencia explícita al tema en los anuncios oficiales sobre el resultado de la reunión. Rusia, sin embargo, mantiene la exigencia de un reconocimiento de la anexión de Crimea y el control sobre territorios ocupados en Donbás y sur de Ucrania. No hubo ninguna señal pública de cambio en esta demanda, aunque ha trascendido que Putin está dispuesto a un “intercambio territorial”. 
 Ucrania debería retirarse, según el Kremlin, de Donetsk y Lugansk. Esto implicaría que Rusia pasaría a anexar totalmente a esas provincias, más allá de lo que ya ha ocupado militarmente. Kiev sigue manteniendo bajo control la parte oriental de esos territorios.Como contrapartida, Rusia se retiraría de regiones como Járkov, Dnipropetrovsk y Sumy. Otras zonas en conflicto como Kherson y Zaporiyia, se congelarían en su estado actual, donde Moscú mantiene posiciones parciales, pero no controla las capitales regionales. En teoría, esto implicaría detener su avance en esas zonas. 

 Garantías de seguridad

 Los líderes europeos, a su turno, pusieron el énfasis en que hacía falta mayor claridad en las garantías de seguridad antes de considerar cualquier tipo de concesión territorial. 
 ¿Qué se acordó en la materia? Se evaluó ofrecer un sistema de seguridad similar a la cláusula de defensa colectiva de la Otan (artículo 5 °), aunque con liderazgo europeo y coordinación desde Estados Unidos; Ucrania no ingresaría formalmente a la Otan pero las potencias occidentales le ofrecerían al país una protección militar frente a una agresión rusa que tendría un carácter vinculante. Este compromiso iría unido a una propuesta de unos $90 mil millones en ayuda militar de parte de EE.UU. que abarca aviones, sistemas de defensa aérea y otros recursos esenciales. También se incluyó un acuerdo para que EE.UU. compre drones ucranianos una vez que se reanuden las exportaciones.
 De acuerdo a los trascendidos, Ucrania, con todos los resguardos necesarios, prestaría su conformidad a la propuesta. El presidente estadounidense, a su turno, señaló que Putin estaría dispuesto a aceptar esa fórmula, aunque no hay ninguna declaración explícita de Moscú al respecto. El Kremlin viene insistiendo públicamente que es inadmisible la presencia de tropas de la Otan en territorio ruso y plantea la suspensión de la ayuda militar. Moscú plantea una zona desmilitarizada y como mínimo un control sobre armamento avanzado.En este cuadro, donde todo está atado con alfileres, Zelensky informó que los detalles se concretarán "en papel" en los próximos 7 a 10 días. Varios mandatarios europeos han subrayado la necesidad de asegurar garantías robustas antes de cualquier tratado final. 
 En lo que respecta a los próximos pasos, se está evaluando una posible cumbre bilateral entre Zelensky y Putin y luego una trilateral que incluya también a Trump, aunque hay diferencias sobre el rol que debe jugar en las tratativas la Unión Europea. Moscú prefiere apartar a las potencias del viejo continente de las negociaciones directas. 

 Conclusión

 De lo aquí expuesto, surge un panorama más que incierto. Las condiciones que reclaman unos y otros están más allá de la línea roja que estarían dispuestas a aceptar recíprocamente ambas partes. Una malla de seguridad robusta como la que proclama Macron está muy lejos del umbral admisible para Moscú. Rusia, por su parte, no muestra una disposición a ceder territorio genuino. Sólo ofrece congelar frentes y avances tácticos parciales, mientras exige la entrega formal (o reconocimiento) de las regiones del Donbás y, por supuesto, de Crimea. Moscú estaría apostando a prolongar las negociaciones. Su negativa a un alto al fuego y su planteo de un acuerdo de paz integral tendría como propósito dilatar las tratativas y seguir avanzando en el control territorial y logar un salto en su avance militar, que, hasta ahora, venía progresando pero a cuentagotas y a paso de tortuga. Trump ha pegado un giro en este punto pues ha pasado de un ultimátum a favor de un alto al fuego a habilitar una negociación integral. Eso no garantiza ni mucho menos un desenlace positivo en las negociaciones. Está muy lejos que haya luz al final del camino. La guerra, entretanto, continúa. Vamos Pablo Heller a una prolongación y más aún, a una intensificación de la guerra. La unidad internacional de los trabajadoras, empezado por los trabajadores rusos y ucranianos, es más necesaria que nunca para poner fin a la carnicería imperialista y los gobiernos responsables de promoverla. 

 Pablo Heller

🎙️ «El siglo de Fidel»


lunes, 18 de agosto de 2025

Corrupción y crisis política en el gobierno de Zelensky


En las últimas semanas dos organismos anticorrupción fueron al centro de una crisis política del gobierno ucraniano. Zelensky intentó ponerlos bajo órdenes de un procurador general nombrado directamente por él, el presidente de la república, mientras antes eran organismos “independientes” establecidos por el parlamento y con estatuto autónomo. Una medida especifica de un proceso general de torsión autoritaria y de centralización política que se está desarrollando en las filas del gobierno; proceso empujado por Zelensky y su camarilla militar. Ley marcial para controlar a la población y la disidencia política y sobre todo para congelar las nuevas elecciones nacionales; purgas hacia los generales y los funcionarios críticos de la gestión militar del cómico ucranio y su “contraofensiva” aventurera; represión e ilegalización de los sindicatos y de los partidos de izquierda acusados, con anterioridad a la invasión, de ser quintacolumnas de Rusia. Una política de conjunto que ha promovido la formación de una camarilla descontrolada alrededor de Zelensky, quien, como suele pasar en los regímenes donde hay mucha arbitrariedad, se apropia de las migajas del Estado y en ese caso específico del imperialismo: dicho en criollo, una camarilla que robaba a mansalva los fondos que Estados Unidos y la Unión Europea mandaban para sostener Ucrania en la guerra. No solo hubo acusaciones de corrupción dentro del gobierno y de los altos funcionarios, sino que 70 parlamentarios sobre 450 fueron acusados de hechos de corrupción. Investigaciones realizadas por las dos agencias que, vaya casualidad, Zelensky y sus diputados estaban a punto de silenciar poniéndolas bajo control del Ejecutivo. 
 La tentativa ha desencadenado protestas callejeras de los sectores afines al gobierno y a su política de subordinación europea, la pequeña burguesía de Kiev, así como críticas de políticos y funcionarios estatales ucranios y de la misma Unión Europea. Aunque no hayan sido protestas masivas -unos miles que no llenaban la plaza frente al Congreso-, el contexto ha favorecido un éxito de las demandas: de un lado fueron movilizaciones en un contexto de ley marcial, lo que aumenta la gravedad de ellas; del otro, la fragilidad política del gobierno y su dependencia de la Unión Europea no permiten a Zelensky tener enemigos detrás la frontera. De hecho, Úrsula Von Der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha llamado a Zelensky para intimarlo a retroceder porque “sobre el Estado de derecho no hay compromisos”, amenazando con el bloqueo de una ayuda militar de 1.700 millones de euros; la líder europea tiene una sensibilidad ética y política bastante curiosa, en cuanto nunca se le ha ocurrido cuestionar los pogromos de las bandas nazis como el Batallón Azov y su incompatibilidad con el liberalismo clásico.
 Mientras tanto, del otro lado del Atlántico, aunque ha habido una declaración contraria a la medida, los analistas sugieren que no sólo tiene el beneplácito de Trump, sino que él habría sido un gran beneficiario. Zelensky habría utilizado las agencias anticorrupción para montar un escándalo contra Bridget Brink, la cual como jefa de la embajada americana en Kiev financió legalmente las agencias en cuestión. El objetivo de Trump consistía en mostrar una malversación de fondos americanos por culpa de Brink que, luego de haber dimitido en polémica con la línea Trump en Ucrania, resulta ser candidata por el Partido Demócrata en las elecciones del Michigan, cuyo representante en la cámara es republicano, en las elecciones de medio término podría pasar de una mayoría “red” (republicana) a una mayoría “blue” (demócrata). Es uno en la secuela de casos donde Trump exporta la crisis política americana en los escenarios políticos de los países “aliados”.
 Al mismo tiempo, sin embargo, el origen de esa medida es “made in Ucrania”. Desde el comienzo de la guerra hay una suerte de “noche de los cuchillos largos”; una noche prolongada como en las zonas polares. Si en la “noche” original Hitler eliminó los elementos más insubordinados de las SA -las bandas de asalto hitlerianas-, en la “noche polar” zelenskyana el objetivo es reducir el poder político y económico de los oligarcas ucranios. Los oligarcas que se aprovecharon de las privatizaciones concentraron patrimonios enormes, con grandes empresas en varios sectores de la economía, a veces localizados en regiones específicas, y con la propiedad de medios de comunicación y de equipos de fútbol que permiten al oligarca de turno crear un fuerte consenso político alrededor de su figura. Esa dinámica ha minado cualquier posibilidad de estabilidad política en Ucrania. La cruzada contra la corrupción que exige el imperialismo europeo y americano representa una forma de obtener un mayor control político del país y una mayor posibilidad del capital imperialista de poder invertir en Ucrania, sin sufrir la competencia extraeconómica de la oligarquía autóctona, o sea que sigue lógicas ajenas a la economía capitalista “pura”, sino una lógica de poder despótico afín a las mafias locales y al arbitrio de camarillas vinculadas al Estado ucranio. Un ejemplo de esa dinámica fue un acuerdo con el FMI que, en 2015, vinculó una ayuda financiera con la creación de la NABU, una de las dos agencias anticorrupción, fuente de la crisis política ultima. Con el respaldo del imperialismo y aprovechándose de los poderes especiales fruto de la guerra, Zelensky ha intentado liberarse de los condicionamientos de la oligarquía: la misma oligarquía que lo financió y lo utilizó para manejar el Estado en el pasado. En 2022 Zelensky hizo encarcelar a unos de los principales oligarcas de Ucrania: Íhor Kolomoisky. Kolomoisky con su televisión 1+1 ha promovido la serie de TV que popularizó a Zelensky como figura nacional y además ha transmitido el mensaje donde el premier ucranio declaraba su candidatura presidencial. Sobre todo, el oligarca financió la campaña electoral, aunque luego Zelensky ha tratado de remover esas manchas y presentarse como candidato independiente que sostuvo en autonomía los costos de la campaña. Diría el poeta: “Non so se il riso o la pietà prevale” (No sé si las risas o la piedad prevalecen). Golpear a uno para educar a cien. De hecho, el oligarca más potente de Ucrania, Rinat Achmetov, ha vendido sus medios de comunicación para poder alcanzar un compromiso con la camarilla gubernamental, evitando así ser objeto de investigaciones judiciales, las cuales pueden ser fundamentadas en la ley antioligarquía de 2021. El rol desestabilizador de la oligarquía se ve en el financiamiento de las milicias nazis y en el rol de estas en la guerra. Los analistas especulan que la invasión de la región rusa de Kursk, por ejemplo, fue producto de una decisión de sectores radicalizados de los nazistas ucranios en contra de la voluntad del gobierno ucranio y del imperialismo de la OTAN; efectivamente fue una aventura sin alguna lógica a nivel militar. 

 Conclusiones 

Esa crisis llama la atención por su carácter trágico. La tragedia no consiste simplemente en una situación muy negativa, dramática, sino que la peculiaridad esencial de la tragedia resulta ser su inevitabilidad. Cuando todas las potenciales hipótesis y todas las elecciones posibles conducen a un mismo desemboque negativo: en este caso una crisis política del gobierno Zelensky. Si no hubiera tentado la maniobra hacia las agencias, Trump habría exigido favores para inculpar a la exembajadora y mal habría tomado una respuesta negativa, como efectivamente ya pasó en un caso similar del cual fue protagonista el hijo de Biden en 2019; para no hablar del problema político de recibir investigaciones por corrupción, en un periodo donde la posibilidad de nuevas elecciones es creciente por las presiones de Trump. Si hubiera intentado la maniobra, como efectivamente pasó, Zelensky habría desatado la crisis que pasó con su base social y con la Unión Europea. Otro elemento emblemático consiste en la crisis organizativa y militar del ejército ucranio y su retroceso diario frente la armada rusa, la enorme desconexión entre los trabajadores y la campaña nacionalista del gobierno; esta última se puede notar en dos fenómenos relacionados: de un lado los secuestros callejeros de jóvenes para mandarlos al frente; del otro, por ejemplo en Buzke, rondas de trabajadores armados con palos de hierro para agredir a los reclutadores gubernamentales (Corriere della Sera, 7/8). Mientras todos ponen el centro de su atención a las relaciones entre Trump y Zelensky, está escapando del análisis la mayor crisis de Ucrania: el derrumbe de su ejército. 
 Entre el derrumbe del ejército, los escándalos de corrupción, las peleas de camarillas y los enfrentamientos entre potencias imperialistas, todo indica que Ucrania se aproxima a momentos convulsivos, aunque por ahora parece que el malestar hacia la guerra imperialista no haya encontrado una alternativa organizada de la clase proletaria. Esa falta de una alternativa socialista es un episodio más de la crisis internacional del proletariado y de su dirección revolucionaria. 

 Michele Amura
 13/08/2025

El ADN metacultural de un país


Mapa de Las Trece Colonias (en rojo) en 1775. 

Los ensayos exculpatorios de los padres fundadores de Estados Unidos por el hecho de haber tenido esclavos y proclamar la “igualdad de todos los hombres” suelen comenzar con una cita de Thomas Sowell: “Quienes critican a los redactores de la Constitución de los Estados Unidos por ‘condonar la esclavitud’ con su silencio, solo tendrían razón si la abolición fuese, de hecho, una opción disponible en aquel momento, en un país nuevo que luchaba por sobrevivir”. 
 Sowell, condecorado por George Bush, es la estrella afroamericana de los conservadores. Caso similar a Larry Elder, candidato afroamericano a gobernador de California en 2021, quien se opuso a la reparación a la comunidad negra por las condiciones de injusticia económica de partida en la fundación de este país: “Les guste o no” dijo Larry, “la esclavitud era legal”. A los amos blancos “les arrebataron sus bienes legales después de la Guerra Civil”,así quese les debe reparaciones a “a quienes perdieron su propiedad privada”. En 1963, Malcolm X observó la diferencia moral y funcional de una sociedad que dividía de facto “los negros de la casa” de “los negros del campo”: los primeros son los más firmes defensores del orden social y moral de un sistema que oprime a sus propios hermanos. 
 El argumento de Sowell y de otros, sobre el “la necesidad existencial de la esclavitud” del nuevo país se destruye con simples observaciones históricas y conceptuales. Contemporáneo de Jefferson, José Artigas, Líder de los Pueblos Libres de lo que hoy es Uruguay y parte de Argentina, apenas venció al imperio español en el capo de batalla y resistió el acoso de Buenos Aires, repartió tierras entre negros, indios y blancos pobres; adoptó un indio como hijo y lo promovió a la gobernación de Misiones.
 La Revolución de las Trece Colonias no nace de una rebelión contra los impuestos en Boston sino del deseo de los colonos de despojar a los pueblos nativos de todas sus tierras sin respetar los acuerdos firmados por Londres en 1763. Como vimos en este libro, el mismo Washington, un militar más bien torpe en el campo de batalla, se hizo de miles de hectáreas indígenas antes de convertirse en un patriota y, al igual que otros héroes patriotas, continuó con el mismo proyecto de bienes raíces después de 1776. 
 La idea de “un país luchando por la sobrevivencia” sustituye la realidad histórica: se trató de una clase dominante y minoritaria luchando no sólo por su sobrevivencia, sino para satisfacer su deseo desatado de incrementar sus riquezas, tomando tierras indígenas, masacrando “razas inferiores” y expandiendo el negocio de esclavitud. Los indios no pedían nada a nadie, sino que los dejasen en paz. Infinitamente más democráticos que los fanáticos colonos, firmaron múltiples acuerdos para terminar con sus resistencias armadas a cambio de su independencia y de mantener un comercio libre con los europeos y otros pueblos nativos, tal como habían hecho por siglos.
 Lo mismo los esclavos. ¿Debían mantenerse en esclavitud por generaciones para “salvar la existencia” de un país que no era de ellos, sino que los oprimía? Cuando en 1812 Gran Bretaña respondió con la quema de la Casa Blanca a un atentado previo de los colonos contra Canadá, la que querían como el estado catorce, los indígenas y los negros esclavos (los del campo, no los de la casa) apoyaron a los ingleses. No porque los creyeran moralmente superiores, sino, como había ocurrido en los dos siglos previos, los nativos hacían alianzas con cualquier potencia que respetase su derecho a la vida.
 Este momento fue romantizado por los patriotas en su himno nacional. Cuando el himno habla de los agresores que querían dejarlos “sin hogar y sin patria”, advierte que 
 Ningún refugio pudo salvar al mercenario y al esclavo del terror de la huida ni de la oscuridad de la tumba. ¡Oh, que así sea siempre cuando los hombres libres se mantengan entre su amado hogar y la desolación de la guerra! Entonces debemos vencer, cuando nuestra causa sea justa en la tierra de los libres y el hogar de los valientes. 
 Aquí “hombres libres” significaba “hombres blancos”. Esto es irrefutable en el lenguaje de la época, intercambiable con “la raza libre”. 
 Es decir, la mayoría tenía muchas opciones aparte de la esclavitud, la servidumbre y el coloniaje intra-nacional. No los amos blancos que, además, estaban motivados por la expansión de sus riquezas y del sistema eslavista. 
 En 1790 Washington era presidente, Adams vicepresidente y Jefferson Secretario de Estado. Ese año, se aprobó la ley que establecía la obligación de ser blanco para que un inmigrante pudiese convertirse en ciudadano. La rebelión de esclavos de 1791 en Haití sacudió la moral de los imperios y de la nueva república. Jefferson, propietario de 150 esclavos en Virginia, escribió: “tiemblo por mi país al pensar que Dios es justo; que su justicia no puede dormir eternamente; que (…) una revolución en la rueda de la fortuna, un cambio de situación, está entre los posibles eventos”. 
 Brutales y racistas como cualquier imperio, los franceses de Nueva Francia, como los españoles de Nueva España, no solían llegar a los extremos segregacionistas del imperio británico. Evangelizadores y misioneros proselitistas como cualquier cristiano, los jesuitas no llegaban al fanatismo de los pastores protestantes. Diferente a los franceses, los colonos anglosajones no respetaron ningún tratado de reciprocidad, ley de oro de la política internacional hasta nuestros días. 
 En 1784, el británico John Smyth, anotó en su libro A Tour in the United States of America: “los americanos blancos sienten un profundo desprecio por toda la raza indígena; y no hay nada más común que oírlos hablar de extirparlos totalmente de la faz de la tierra: hombres, mujeres y niños. Por el contrario, los indios no parecen sentir ningún desprecio por los europeos”. 
 Desde libros como La frontera salvaje: 200 años de fanatismo anglosajón en América latina (2021), entre otros factores, observamos una particularidad en el racismo anglosajón: el segregacionismo, el desprecio por otras etnias y el sentimiento de superioridad a lo largo de la historia alcanzaban niveles obsesivos y neuróticos. Esto no se sustenta en ningún ADN biológico sino en un ADN cultural, tal vez surgido en algún momento de la Edad Media en algún rincón particular de las costas anglosajonas durante el dominio romano. 
 Ahora, a manera de especulación, podría ser legítimo para futuros estudios científicos sobre una “psico historiografía” de los pueblos estudiar qué rol pudo tener en esta formación cultural la observación del carácter recesivo de las características blancas, como, por ejemplo, los ojos azules y el color rubio de los cabellos. Según el carácter recesivo de este fenotipo, para que los hijos nazcan con las mismas características físicas, ambos padres deben poseerla. De lo contrario primarán los cabellos oscuros y el color de ojos negros o castaños. 
 Otra nota para investigadores: ¿qué relación existe entre esta obsesión con el nacimiento de la propiedad privada de tierras y seres humanos en la Inglaterra del siglo XVI? ¿Ha sido el miedo a la no sobrevivencia de la tribu basada en su aspecto físico? 

 Jorge Majfud | 07/07/2025

domingo, 17 de agosto de 2025

El primer Partido Comunista de Cuba


Sus fundadores pretendían dar continuidad a los sueños de independencia, libertad y soberanía de los precursores de la Patria
 Los militantes del primer Partido Comunista de Cuba se entregaron a la defensa de los trabajadores, de los oprimidos y discriminados. 

El 16 de agosto de 1925, en un congreso que por su composición cuantitativa parecía más bien la reunión ordinaria de una organización partidista, un pequeño grupo de comunistas decidió organizarse para continuar la batalla iniciada en 1868, conscientes de las amenazas y las dificultades que tendrían que superar. Ese día quedó oficialmente constituido el primer Partido Comunista de Cuba. Han transcurrido cien años. 
 A lo largo de sus 36 años de existencia, el Partido, denominado más tarde Unión Revolucionaria Comunista y, con posterioridad, Partido Socialista Popular, se planteó como objetivo estratégico el logro de la independencia nacional y la construcción de una sociedad socialista.
 Entre los 18 participantes concurrían representantes del Partido Comunista Mexicano, las agrupaciones comunistas de La Habana, Manzanillo, Guanabacoa y San Antonio de los Baños; del grupo de comunistas hebreos y un delegado fraternal de la juventud hebrea. Por su estructura social, prevalecían los de procedencia obrera, seguidos por un estudiante, dos maestros, un empleado público y tres intelectuales, previamente seleccionados en sus respectivas organizaciones, las cuales, según lo reglamentado, enviaron un delegado por cada diez militantes.
 De los 13 integrantes de su primer Comité Central, siete eran líderes obreros de prestigio y autoridad. Los comunistas no pasaban de cien en el país, agrupados en nueve núcleos; entre ellos se encontraban Carlos Baliño, enlace directo entre el Partido Revolucionario de José Martí, y cofundador de ambos partidos, y Julio Antonio Mella, proveniente de las filas universitarias, destacado intelectual y hombre de acción vinculado con la lucha antimachadista, y reconocido líder de la Liga Antimperialista a nivel continental.
 Fruto de un largo y complejo camino de luchas y de acumulación de fuerzas, voluntades y aspiraciones de la vanguardia política cubana, surgió el Partido, cuyas raíces primarias se encuentran en la segunda mitad de la centuria decimonónica, alimentadas por el desarrollo de la incipiente clase obrera cubana, la presencia de las ideas marxistas y la radicalización de las luchas por la independencia de Cuba. 
 En 1923, la Agrupación Socialista de La Habana, tras romper con la Segunda Internacional y apoyar la Tercera Internacional, se había convertido en la Agrupación Comunista de La Habana, dirigida por Baliño. En ella inicia su vida revolucionaria Julio Antonio Mella. El triunfo de la Revolución de Octubre de 1917 en la Rusia zarista les trasmitió inspiración y les aportó experiencias; y las doctrinas marxistas se enriquecieron con la interpretación, la práctica y el desarrollo leninista. 
 Hacia lo interior, la situación resultaba en extremo compleja. Cuba era una república mediatizada y posesión neocolonial de Estados Unidos, tres meses antes había sido elegido presidente de la República Gerardo Machado, quien inició una de las épocas más sombrías de nuestra historia. 
 A pesar de que las condiciones no estaban creadas para aprobar un programa, el congreso tomó un grupo de acuerdos que le permitiría ejercer su trabajo con las masas; aprobó sus estatutos y estableció la obligación de trabajar en los sindicatos y en otras organizaciones, de organizar a los campesinos y luchar por los derechos de la mujer y la juventud. 
 Uno de los acuerdos más relevantes fue afiliarse a la Internacional Comunista, fundada por Lenin en 1919; así quedó vinculado con el movimiento comunista en lo político e ideológico y también, orgánicamente. 

 *** 

 Debido a su decisión de dar respuesta a la apremiante necesidad histórica de fusionar la lucha por la liberación nacional con la lucha por la liberación social, el surgimiento del Partido fue visto con preocupación por el Gobierno de Estados Unidos; la política de persecución no tardó en agudizarse, se les negó su inscripción en el registro de asociaciones; y su secretario fue detenido y expulsado del país junto a otros inmigrantes. 
 Mella es apresado y acusado de terrorista y, tras la heroica huelga de hambre protagonizada para obtener su libertad, se le obliga, bajo amenaza de muerte, a salir del territorio. En el propio año 1925 se inició la primera causa judicial contra su dirección, lo que se repitió en 1927; los militantes fueron sometidos a todo tipo de atropellos, con el fin de apartarlos de las masas. 
 La salida de esos dirigentes, más la muerte de Carlos Baliño en 1926, resultaron sensibles pérdidas. Sin embargo, no afectaron el funcionamiento del Partido, dado el liderazgo en ascenso de Rubén Martínez Villena; quien, sin pertenecer al Partido, desde su puesto en la Confederación Nacional Obrera de Cuba era considerado el principal dirigente de la clase obrera y de otros trabajadores. Ingresó a sus filas 18 meses después de la fundación del Partido; más tarde fue cooptado para el Comité Central y se convirtió en su principal dirigente, aun cuando nunca aceptó el cargo de secretario general.
 El análisis de la actividad del Partido nos conduce a la conclusión de que, como precisara Fidel, realizó una extraordinaria labor de concientización de la clase obrera y del pueblo cubano; impulsó las organizaciones sindicales, campesinas, femeninas y juveniles; trabajó incansablemente por los derechos de los obreros y los campesinos y contra los salarios de hambre, los desalojos, y la discriminación racial y de la mujer.
 Luchó también contra el dominio imperialista en el país y por la vinculación del movimiento revolucionario de Cuba al del resto del mundo; movilizó unos mil combatientes voluntarios a las brigadas internacionales en defensa de la República Española; laboró por la defensa de la Unión Soviética y aplicó en la práctica, en forma consecuente, los principios del marxismo-leninismo. Pablo de la Torriente Brau simboliza la expresión más elevada de aquellos que en tierra hispana hicieron valederos los elevados principios del internacionalismo. 
 Para el Partido, el periodo 1938-1944 fue significativo. Después de 13 años en la clandestinidad, en 1938 obtuvo, por la presión obrera y popular, su legalización. De inmediato se publica el periódico Noticias de Hoy, su órgano oficial, y la revista teórica Fundamentos, y gracias a una contribución popular salió al aire la emisora radial Mil Diez; tres importantes medios para la divulgación de las ideas marxista-leninistas.
 Significativa connotación tuvo la creación de la Confederación de Trabajadores de Cuba y la elección de Lázaro Peña como su secretario general. En ese marco se realizó la promulgación de la Constitución de 1940, en cuya elaboración el Partido desempeñó un importante papel.

 *** 

 El periodo de posguerra y la política de guerra fría trajo un cambio radical en la situación nacional e internacional. Comenzó una etapa turbulenta, la situación reinante se tornó sombría y dramática como consecuencia del golpe reaccionario y traidor del 10 de marzo de 1952. Las fuerzas políticas se definieron con absoluta transparencia. En los años siguientes, las organizaciones revolucionarias, dígase Movimiento 26 de Julio, Partido Socialista Popular y Directorio Revolucionario 13 de Marzo, coincidentes en objetivos estratégicos, emplearon procedimientos tácticos que las desunían en el enfrentamiento diario a la tiranía; no obstante, con el tiempo y la propia obra de la revolución en proceso, encabezada por la Generación del Centenario, con Fidel al frente, se fueron eliminando esas diferencias y juntas dieron la batalla final. Así se unieron las organizaciones revolucionarias para enfrentar los nuevos retos de la Revolución, primero reconociéndose como tales cada una, después coordinando acciones y, por último, unidas en ideales y objetivos. 
 Si Baliño y Mella poseen el mérito histórico de ser los fundadores del Partido, a Blas Roca, como señalara Raúl, le corresponde también el respeto por haber conducido al Partido desde 1934, sorteando los peores obstáculos en la consecución de los nobles objetivos de la emancipación plena de la Patria y del hombre; y porque con patriotismo y seguridad en el futuro puso en manos de Fidel la bandera del Partido después del triunfo de la Revolución, evidenciando la honestidad revolucionaria y el desinterés sin par propios de los hombres de excepcional conciencia política y estatura moral. 
 En estos cien años no poco se ha escrito sobre el primer Partido Comunista de Cuba con diferentes posiciones ideológicas y objetivos. Reconocer sus desaciertos en uno u otro momento no le resta valor a la labor realizada, porque en definitiva fue el propio Partido quien asumió con profundo espíritu crítico su obra; en el balance general de su existencia no hay comparación posible entre los equívocos y los aciertos. Su actividad se caracterizó por la fidelidad a la clase obrera, al pueblo, para alcanzar la victoria sobre el capitalismo. 
 Como explicara Fidel, un día dejaron de existir el Movimiento 26 de Julio, el Partido Socialista Popular, y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo, para constituir todos la base del Partido Comunista de hoy. Un único partido, un Partido como el Partido de la Independencia de José Martí. 

 Elvis R. Rodríguez R.* | internet@granma.cu 
 15 de agosto de 2025 20:08:51 
* Vicepresidente del Instituto de Historia de Cuba

sábado, 16 de agosto de 2025

CON FILO | Cuatros años Con Filo, Cien años con Fidel


Fuera las tropas yanquis de América Latina


Trump despliega más de 4.000 militares en la región.

 Las aguas de América Latina y el Caribe se verán invadidas por más de 4.000 infantes de marina del Ejército norteamericano. Donald Trump justificó la iniciativa en nombre de un supuesto combate contra el narcotráfico. Pero, en realidad, representa un intento del imperialismo por someter política y económicamente –por la fuerza– a los países de la región, y eventualmente avanzar sobre ellos mediante intervenciones militares o maniobras golpistas. Más en general, Estados Unidos busca reforzar su injerencia en el continente en el marco de sus disputas con China, Rusia y la Unión Europea. 
 Trump ordenó al Pentágono combatir a los carteles de droga mediante un decreto que le permite llevar adelante operaciones militares terrestres y marítimas en territorio extranjero. Desde la era de la Guerra Fría, la burguesía norteamericana y sus gobiernos emprenden supuestas guerras contra las drogas; nunca terminan con el narcotráfico, pero sí logran inmiscuirse aún más en los asuntos internos de los países, a menudo desquiciándolos socialmente. México y Colombia son casos testigo del creciente injerencismo norteamericano en América Latina y del fracaso de estas tentativas, que han llevado los niveles de violencia a una escala espeluznante.
 Washington acusa a los gobiernos de Venezuela, México y Canadá de ser responsables de la entrada de fentanilo y otras drogas al imperio del Norte. Con esa retórica, justificó la imposición de aranceles a los últimos dos países. También apuntó contra Honduras y Guatemala. Al declarar como “terroristas” a los grupos narco, el gobierno norteamericano se reserva el derecho imperial a intervenir militarmente los países con el objetivo de “combatirlos”. En este marco, lanzó una campaña contra el gobierno de Venezuela, a cuyo presidente acusa de “narcoterrorista” mientras ofrece 50 millones de dólares a quien precise información sobre su ubicación. El secretario de Estado trumpista, Marco Rubio, acusó recientemente al gobierno chavista de ser una “organización criminal”. Los yanquis podrían justificar una nueva intervención golpista apoyándose en el supuesto carácter narco del gobierno venezolano; mientras tanto, la acusación sirve como estrategia de presión sobre Caracas.
 Según altos funcionarios de Defensa, la operación ha sido preparada con antelación. Este viernes se confirmó el despliegue del buque de asalto USS Iwo Jima, de la 22. ª Unidad Expedicionaria de Marines y de otros dos barcos del grupo anfibio. En marzo, el gobierno norteamericano desplegó destructores en aguas cercanas a la frontera con México. También está en carpeta asignar al Comando Sur un submarino de propulsión nuclear, aviones de inteligencia, destructores y un crucero de misiles guiados. Un megaoperativo militar que no tiene nada que envidiarle a los que Estados Unidos ha impulsado en Medio Oriente, donde apoya la ofensiva sionista contra los palestinos en la Franja de Gaza y los pueblos de países como Yemen, Siria, Líbano e Irán; o en la zona del Mar de China Meridional, con el objetivo de ejercer presión contra el gigante asiático y Taiwán. 
 Estados Unidos está radicalizando su injerencia imperialista en América Latina. Hace poco, Rubio indicó que la OEA debe intervenir más en Haití y movilizar “una fuerza”. La intervención imperialista en Haití, con la Minustah como fuerza de ocupación, condujo al país a la descomposición social y a un mayor sometimiento económico por parte de Estados Unidos. Los aranceles contra Brasil y su intromisión en el terreno político-judicial a favor del golpista Jair Bolsonaro son otro caso de injerencismo. El gobierno panameño de José Mulino acaba de autorizar el despliegue de tropas norteamericanas en el Canal de Panamá, una política enfrentada por los trabajadores con piquetes, huelgas y movilizaciones. En Ecuador, el gobierno proyanqui de Daniel Noboa se apresta a lanzar un referéndum para permitir la instalación de bases militares extranjeras en el territorio nacional. Cabe recordar que Estados Unidos ya posee 12 bases en Puerto Rico, 9 en Colombia, 8 en Perú, 3 en Honduras y México, y 1 en Curazao y Aruba; en total, tiene 750 bases en más de 80 países. 
 Otro capítulo de esta ofensiva es la guerra contra los migrantes. Trump militarizó su frontera sur y emprendió una política de deportaciones en vuelos militares, con la anuencia de gobiernos del arco “nacional y popular”, como los de Guatemala, Honduras y México. La ausencia de una respuesta a esta inédita persecución contra los latinos, dentro y fuera de los Estados Unidos, ilustra los límites de los gobiernos nacionalistas para enfrentar al imperialismo. 
 La intervención militar del gobierno de Trump significa un intento por disciplinar a los gobiernos y respaldar los negocios de la burguesía norteamericana en la región, así como una política para contrarrestar la influencia china, rusa y europea en momentos en que recrudece la guerra comercial-bélica internacional. En Argentina, Milei funge como un títere de Trump, apoyando sus aventuras guerreristas en todo el planeta y gobernando para el FMI. La tarea de emancipar a los países de la tutela imperialista y de toda forma de opresión y explotación está reservada para la clase obrera. 
 ¡Fuera las tropas yanquis de América Latina y el Caribe! 

 Nazareno Suozzi

El Podcast de Cubadebate | El Primer Partido Comunista de Cuba


jueves, 14 de agosto de 2025

Trump ataca a los sin techo y despliega la Guardia Nacional en Washington D.C.


Trump hizo los anuncios en conferencia de prensa 

El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció este lunes 11 el despliegue, en Washington DC, de 800 efectivos de la Guardia Nacional (una fuerza de reserva militar creada como apoyo del ejército, para intervenir ante desastres naturales, disturbios y protestas) y la toma de control del Departamento de Policía Metropolitana, como parte de un plan de seguridad que incluye, entre sus objetivos, la expulsión de la población sin techo de la capital norteamericana. El magnate amenazó, además, con extender estas medidas a otras ciudades, como Los Angeles (a la que ya envió la Guardia Nacional, en junio, para sofocar las protestas contra los arrestos y deportación de migrantes), Chicago y Nueva York. Tampoco descartó el envío directo de militares. 
 Hay un antecedente: durante su primer mandato, Trump diseminó en la capital estadounidense 4.000 efectivos de la Guardia Nacional, en 2020, para enfrentar la rebelión popular que desató el crimen del afroamericano George Floyd, a manos de la policía. Esta vez, el magnate presentó estadísticas que arrojan una tasa de homicidios muy elevada (27,3 cada 100 mil habitantes, un nivel más alto que el de países como Brasil, México y Colombia, por ejemplo) para justificar su decisión, pero lo primero que tendría que explicar es por qué la militarización de la ciudad reduciría el delito, cuando se sabe que el crimen organizado opera en connivencia con el aparato de seguridad y que esas fuerzas son responsables de abusos sistemáticos, en especial contra la población más empobrecida. 
 Como los migrantes, los sin techo (unos 5.600 registrados en Washington DC, algunos de los cuales duermen en edificios públicos, en tanto que otros lo hacen a la intemperie) son un nuevo chivo expiatorio al que apela el presidente yanqui para transferirle la responsabilidad por la debacle de Estados Unidos y para desarrollar sus políticas de represión, militarización y avasallamiento de las libertades democráticas. “Las personas sin techo tienen que irse inmediatamente”, dijo Trump. La ciudad está “llena de tiendas de campaña, miseria, suciedad y delincuencia”, agregó. Este odio desembozado por los pobres es un libreto que copian en Argentina figuras como Jorge Macri, el jefe de gobierno porteño, que acaba de anunciar sanciones contra quienes se ven forzados a hurgar en la basura. Todo un síntoma de época. 
 Como parte de su política de “hacer grande a Estados Unidos de nuevo”, Trump lanza guerras, refuerza el presupuesto militar y favorece impositivamente a los grandes capitalistas, mientras ajusta el gasto social, en salud y educación. Esta política solo cierra con represión interna; de ahí estas medidas. 

 Los demócratas

 En lugar de rechazar sin atenuantes la aporofobia y el militarismo de Trump, la administración demócrata se lanzó a un debate inconducente sobre las cifras delictivas, cayendo en las redes discursivas del magnate. Muriel Bowser, la alcaldesa, aseguró que los delitos violentos cayeron con respecto a 2023 y son los más bajos en mucho tiempo. Es un pésimo argumento, porque, incluso si fuera cierto, no invalida que las tasas de homicidios son, en términos absolutos, muy elevadas, y que la inseguridad continúa siendo un problema, que es el caballito de batalla del que se vale Trump para legitimar su copamiento de la ciudad. 
 Pero no se le puede pedir nada a la administración demócrata, que se limita a un torneo retórico sobre la eficiencia en el combate del delito. “Hemos trabajado rápidamente para promulgar leyes para sacar a los delincuentes violentos de nuestras calles”, dijo Bowser. Cuando la rebelión de 2020 puso en cuestionamiento el aparato represivo del Estado, los demócratas salieron a sostenerlo. 
 En junio de este año, Trump desplegó a 5.000 agentes de la Guardia Nacional en Los Angeles, con el propósito de quebrar las protestas que estallaron ante las redadas infames contra los migrantes, que incluyen la captura en lugares de trabajo y la separación de familias. Ese despliegue inconsulto fue objetado por el gobernador de California, el demócrata Gavin Newson, porque era una injerencia descarada que devaluaba su autoridad, pero los funcionarios demócratas se adaptaron a la intervención. La alcaldesa de Los Angeles, Karen Bass, dictó un estado de emergencia y el toque de queda nocturno, terminando por hacer causa común con el gobierno federal contra los manifestantes.
 En estas condiciones, solo la movilización, organización e intervención independiente de los trabajadores, los migrantes y la juventud puede derrotar las políticas xenófobas, militaristas y fascistizantes de Trump.

 Gustavo Montenegro

miércoles, 13 de agosto de 2025

La guerra mundial es la agenda de la semana


Miércoles, doble reunión de la UE y la Otan, viernes Trump y Putin.

 La guerra entre la Otan y Rusia en Ucrania acaba de dar un nuevo giro. Luego de que Donald Trump calificara como positivos los resultados de la reunión de la semana pasada de su enviado especial, Steve Witkoff, con Vladimir Putin, se conoció la decisión de ambos mandatarios de realizar una reunión en Alaska, el próximo viernes 15 de agosto, para tratar acerca de un “cese del fuego” en Ucrania. No obstante el anuncio, Rusia intensificó los bombardeos a las principales infraestructuras de Ucrania y a la población civil – en especial en Zaporizhzia. Witkoff anticipó que la reunión, sin la presencia del presidente Volodimyr Zelensky, abordaría “canjes territoriales”, en referencia a las zonas ocupadas por Rusia y anexadas a través de diversos referendos. El anuncio provocó una fuerte sacudida política en los principales estados de la Unión Europea y en el Reino Unido. Martín Wolf, un editorialista del Financial Times, destacó que el evento en Alaska tenía en común con el pacto de Munich de 1938, en el que Gran Bretaña y Francia cedieron parte de Checoslovaquia a Hitler, la ausencia de los jefes de Gobierno de los estados concernientes. 
 La reacción adversa de la Unión Europea no se hizo esperar. Hasta el momento del anuncio, Trump había movilizado submarinos nucleares para advertir a Rusia contra su oposición a acordar un cese del fuego en Ucrania. El despliegue dos submarinos nucleares adicionales provocó la ruptura, por parte de Putin, del acuerdo de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio, de 1987, ya desconocido con anterioridad por Estados Unidos. En lo que algunos observadores señalaron como “un viraje mayúsculo”, Trump “desplegó, además, los bombardeos de gravitación B61-12 en varios países de Europa – el Reino Unido, Bélgica, Alemania, Países Bajos y Turquía”. A medidados de julio, el jefe del comando norteamericano en Europa, Christopjer Donaue, llamó, en una conferencia militar en Alemania, a apoderarse de Kalinigrado, un enclave de Rusia, fuertemente fortificado con armamento nuclear, que se encuentra rodeado por estados de la Otan, especialmente Polonia y Lituania. Luego de una ‘descortés’ entrevista con Zelensky en la Casa Blanca, en la que lo desconoció como mandatario de su país, Trump reavivó sus relaciones con Zelensky, ante el impasse alcanzado con Putin. De un modo general, Trump, sin embargo, no cerró las posibilidades de reanudar las relaciones con Putin, con las que había iniciado su segundo mandato. 
 La reunión de Alaska, sin embargo, tiene lugar en un marco político y geopolítico nuevo. Luego de los golpes asestados a Hizbollah; el derrocamiento del sirio Bashar al Assad y la ocupación de nuevos territorios por parte del ejército sionista, el imperialismo norteamericano arrebató la iniciativa en la región a Rusia, que se profundizó enseguida con el bombardeo a las instalaciones de Irán y el desmantelamiento de su defensa aérea. En estos días, Trump se anotó otro avance importante en el Cáucaso sur, frontera con Rusia e Irán, al quedarse con el corredor de Zanguezur (ahora ruta Trump), que atraviesa Armenia, y pone el control del transporte económico y militar bajo la tutela de Estados Unidos (que va a arrendar el corredor a una firma privada norteamericana), Turquía y Azerbaiyán. En cuanto a la guerra comercial, ha impuesto, en principio, sus condiciones económicas, a la mayoría de los estados europeos. Ha abierto incluso un frente de sanciones económicas contra India, para aislar al comercio de combustibles con Rusia.
 Trump le bajó el precio a la reunión en Alaska, a la que calificó como “un tanteo”; lo mismo ocurre con Putin, a quien se le adjudica una disposición a concesiones que nadie, en el gobierno ruso, ha admitido. Los gobiernos imperialistas europeos han advertido que Ucrania representa una importancia estratégica para la UE. Han convocado a una reunión virtual ‘sui generis’ para el miércoles 13, porque se desarrollará en dos instancias: la primera deberá definir la posición de la UE, en la segunda tendrá lugar la discusión con Trump. La UE reclama, a cambio de concesiones territoriales ‘de facto’ a Rusia, pero no ‘de jure’, el ingreso de Ucrania a la UE y a la Otan, conjunta o alternativamente, como también la instalación de tropas de la UE, al oeste de Kiev, como escudo defensivo de Ucrania. Con independencia de este planteo, mantiene el propósito de fortalecer militarmente a Ucrania, incluso con misiles de largo alcance, como el germano Taurus, que Rusia ya advirtió que sería causal de guerra con Alemania. 
 La disputa interimperialista entre EEUU, de un lado, y la UE, del otro, ha llegado al rojo vivo. Latente durante un largo período, irrumpió con fuerza a partir del ultimátum lanzado por Trump, en su primer mandato, para cerrar los gasoductos que unían a Rusia y Alemania, para distribuirse por redes troncales al resto del continente. La privación del gas de Rusia sometió a Alemania y a la UE a la dependencia del Gas Licuado de Estados Unidos. La guerra de la Otan contra Rusia apenas logra disimular el enfrentamiento agudo entre los imperialismos norteamericanos y europeos. La ‘pérdida’ de Ucrania, luego de los convenios arancelarios semicoloniales que la UE ha firmado con Trump, marcaría la declinación final de la UE. La descomposición de la Otan se ha inscripto definitivamente en la agenda histórica. 
 Para iniciar acuerdos con Putin, Trump podría levantar las sanciones económicas y devolver, aunque en cuotas, las reservas internacionales de Rusia, que fueran confiscadas (350 mil millones de dólares) por Estados Unidos, luego de la invasión de Ucrania, por parte de Putin. A cambio, exigirá un acceso irrestricto a los minerales y tierras raras, que se encuentran mayormente, en territorio ocupado por Rusia. La guerra en Ucrania, sin embargo, no es por territorios – es por la dominación política del estado en que se encuentran esos territorios. Putin ha querido convertir a Ucrania en un estado-tapón frente a la Otan. Pero un arreglo sobre la llamada “seguridad europea”, como se denomina en la jerga geopolítica a un reparto de zonas de influencias entre las grandes potencias, no solamente llevaría un tiempo considerable como para detener la guerra en un plazo previsible – además, sería históricamente inviable. El imperialismo ‘occidental’ presiona por un cese del fuego, solamente para ‘ganar tiempo’; porque advierte que la situación política del régimen ucraniano es insostenible – obligado a ceder terreno en el frente de batalla y ante un descontento social que crece sin pausa. El interrogante es si Rusia atraviesa una situación similar, si no inmediata al menos a corto plazo. Avanza en el frente de guerra a paso de tortuga y con un fuerte costo económico. Enmarcado en la tendencia a la guerra entre Estados Unidos y China, es probable que Pekín, que apoya a Moscú con el envío de material de guerra estratégico, aliente un cese del fuego con ciertas garantías, para ganar espacio en el mercado internacional, en su plan de la Ruta de la Seda y, en definitiva, en su capacidad para sostener una guerra. El envío de insumos y materiales estratégicos ‘duales’ (de uso civil y militar) es un sostén fundamental del esfuerzo de guerra de Rusia. En definitiva, el cese del fuego sería un respiro para reorganizar una guerra que tiene carácter mundial.
 La gran crisis en esta guerra imperialista es que no figura en la agenda de las masas. No se liga el genocidio en Gaza y los planes de anexión del estado sionista con esta guerra mundial en su conjunto. En algunos círculos de la izquierda liberal o democratizante, las fases de crisis y de impasse en la guerra serían testimonios de su inviabilidad. Es la posición clásica del pacifismo, aunque esa izquierda no lo reconozca como tal. Pero si, por ejemplo, alguien se preguntara por qué la crisis financiera de Argentina aún no entró en un colapso, la respuesta es que el gobierno liberticida es considerado un activo de guerra para el imperialismo norteamericano y Trump – y, en consecuencia, por el FMI y los fondos internacionales. Si se confirman los sondeos de que en Bolivia habrá una segunda vuelta entre la derecha y la ultraderecha, las conspiraciones de los Bolsonaro y los Uribe ganarán fuerza en Brasil, Chile y Colombia, reconvirtiendo a América Latina en el patio trasero de la guerra imperialista estadounidense. Es esta la cuestión que debe debatir el activismo militante de la clase obrera y la juventud. 

 Jorge Altamira
 13/08/2025