lunes, 31 de marzo de 2025

El lento suicidio de Occidente


Ilustración de Barry Blitt 

“No creo que todas las culturas sean iguales… Lo que digo es que esta nación es increíblemente especial y no deberíamos verla como igual, sino como superior”. –Alex Karp, CEO de Palantir (University of Austin, 4 de marzo de 2025)

 Occidente aparece, de pronto, desprovisto de sus mejores virtudes, construidas siglo sobre siglo, ocupado ahora en reproducir sus propios defectos y en copiar los defectos ajenos, como lo son el autoritarismo y la persecución preventiva de inocentes. Virtudes como la tolerancia y la autocrítica nunca formaron parte de su debilidad, como se pretende ahora, sino todo lo contrario: por ellos fue posible algún tipo de progreso, ético y material. La mayor esperanza y el mayor peligro para Occidente están en su propio corazón. Quienes no tenemos “rabia” ni “orgullo” por ninguna raza ni por ninguna cultura sentimos nostalgia por los tiempos idos, que nunca fueron buenos, pero tampoco tan malos.
 Actualmente, algunas celebridades del pasado siglo XX, demostrando una irreversible decadencia senil, se han dedicado a divulgar la famosa ideología sobre el “choque de civilizaciones” — que ya era vulgar por sí sola— empezando sus razonamientos por las conclusiones, al mejor estilo de la teología clásica. Como lo es la afirmación, apriorística y decimonónica, de que “la cultura Occidental es superior a todas las demás”. Y que, como si fuese poco, es una obligación moral repetirlo.
 Desde esa superioridad occidental, la famosísima periodista italiana Oriana Fallaci escribió brillanteces tales como: “Si en algunos países las mujeres son tan estúpidas que aceptan el chador e incluso el velo con rejilla a la altura de los ojos, peor para ellas. (…) Y si sus maridos son tan bobos como para no beber vino ni cerveza, ídem.” Caramba, esto sí que es rigor intelectual. “¡Qué asco! — siguió escribiendo, primero en el Corriere della Sera y después en su best seller “La rabia y el orgullo”, refiriéndose a los africanos que habían orinado en una plaza de Italia: «¡Tienen la meada larga estos hijos de Alá! Raza de hipócritas. Aunque fuesen absolutamente inocentes, aunque entre ellos no haya ninguno que quiera destruir la Torre de Pisa o la Torre de Giotto, ninguno que quiera obligarme a llevar el chador, ninguno que quiera quemarme en la hoguera de una nueva Inquisición, su presencia me alarma. Me produce desazón”. Resumiendo: aunque esos negros fuesen absolutamente inocentes, su presencia le produce igual desazón. Para Fallaci, esto no es racismo, es “rabia fría, lúcida y racional”. Y, por si fuera poco, una observación genial para referirse a los inmigrantes en general: “Además, hay otra cosa que no entiendo. Si realmente son tan pobres, ¿quién les da el dinero para el viaje en los aviones o en los barcos que los traen a Italia? ¿No se los estará pagando, al menos en parte, Osama bin Laden?” Pobre Galileo, pobre Camus, pobre Simone de Beauvoir, pobre Michel Foucault.
 De paso, recordemos que, aunque esta señora escribe sin entender — lo dijo ella –, estas palabras pasaron a un libro que lleva vendidos medio millón de ejemplares, al que no le faltan razones ni lugares comunes, como el “yo soy atea, gracias a Dios”. Ni curiosidades históricas de este estilo: “¿cómo se come eso con la poligamia y con el principio de que las mujeres no deben hacerse fotografías. Porque también esto está en el Corán”, lo que significa que en el siglo VII los árabes estaban muy avanzados en óptica. Ni su repetida dosis de humor, como pueden ser estos argumentos de peso: “Y, además, admitámoslo: nuestras catedrales son más bellas que las mezquitas y las sinagogas, ¿sí o no? Son más bellas también que las iglesias protestantes”. Como dice Atilio, tiene el brillo de Brigitte Bardot. Faltaba que nos enredemos en la discusión sobre qué es más hermoso, si la torre de Pisa o el Taj-Mahal. Y de nuevo la tolerancia europea: “Te estoy diciendo que, precisamente porque está definida desde hace muchos siglos y es muy precisa, nuestra identidad cultural no puede soportar una oleada migratoria compuesta por personas que, de una u otra forma, quieren cambiar nuestro sistema de vida. Nuestros valores. Te estoy diciendo que entre nosotros no hay cabida para los muecines, para los minaretes, para los falsos abstemios, para su jodido medievo, para su jodido chador. Y si lo hubiese, no se lo daría”. Para finalmente terminar con una advertencia a su editor: “Te advierto: no me pidas nada nunca más. Y mucho menos que participe en polémicas vanas. Lo que tenía que decir lo dije. Me lo han ordenado la rabia y el orgullo”. Lo cual ya nos había quedado claro desde el comienzo y, de paso, nos niega uno de los fundamentos de la democracia y de la tolerancia, desde la Gracia antigua: la polémica y el derecho a réplica — la competencia de argumentos en lugar de los insultos. 
 Pero como yo no poseo un nombre tan famoso como el de Fallaci — ganado con justicia, no tenemos por qué dudarlo –, no puedo conformarme con insultar. Como soy nativo de un país subdesarrollado y ni siquiera soy famoso como Maradona, no tengo más remedio que recurrir a la antigua costumbre de usar argumentos.
 Veamos. Sólo la expresión “cultura occidental” es tan equívoca como puede serlo la de “cultura oriental” o la de “cultura islámica”, porque cada una de ellas está conformada por un conjunto diverso y muchas veces contradictorio de otras “culturas”. Basta con pensar que dentro de “cultura occidental” no sólo caben países tan distintos como Cuba y Estados Unidos, sino irreconciliables períodos históricos dentro de una misma región geográfica como puede serlo la pequeña Europa o la aún más pequeña Alemania, donde pisaron Goethe y Adolf Hitler, Bach y los skin heads. Por otra parte, no olvidemos que también Hitler y el Ku-Klux-Klan (en nombre de Cristo y de la raza blanca), que Stalin (en nombre de la razón y del ateísmo), que Pinochet (en nombre de la democracia y de la libertad) y que Mussolini (en su nombre propio) fueron productos típicos, recientes y representativos de la autoproclamada “cultura occidental”. ¿Qué más occidental que la democracia y los campos de concentración? ¿Qué más occidental que la declaración de los Derechos Humanos y las dictaduras en España y en América Latina, sangrientas y degeneradas hasta los límites de la imaginación? ¿Qué más occidental que el cristianismo, que curó, salvó y asesinó gracias al Santo Oficio? ¿Qué más occidental que las modernas academias militares o los más antiguos monasterios donde se enseñaba, con refinado sadismo, por iniciativa del papa Inocencio IV y basándose en el Derecho Romano, el arte de la tortura? ¿O todo eso lo trajo Marco Polo desde Medio Oriente? ¿Qué más occidental que la bomba atómica y los millones de muertos y desaparecidos bajo los regímenes fascistas, comunistas e, incluso, “democráticos”? ¿Qué más occidental que las invasiones militares y la supresión de pueblos enteros bajo los llamados “bombardeos preventivos”? 
 Todo esto es la parte oscura de Occidente y nada nos garantiza que estemos a salvo de cualquiera de ellas, sólo porque no logramos entendernos con nuestros vecinos, los cuales han estado ahí desde hace más de 1400 años, con la única diferencia que ahora el mundo se ha globalizado (lo ha globalizado Occidente) y ellos poseen la principal fuente de energía que mueve la economía del mundo — al menos por el momento — además del mismo odio y el mismo rencor de Oriana Fallaci. No olvidemos que la Inquisición española, más estatal que las otras, se originó por un sentimiento hostil contra moros y judíos y no terminó con el progreso y la salvación de España sino con la quema de miles de seres humanos. 
 Sin embargo, Occidente también representa la democracia, la libertad, los derechos humanos y la lucha por los derechos de la mujer. Por lo menos el intento de lograrlos y lo más que la humanidad ha logrado hasta ahora. ¿Y cuál ha sido desde siempre la base de esos cuatro pilares, sino la tolerancia? 
 Fallaci quiere hacernos creer que “cultura occidental” es un producto único y puro, sin participación del otro. Pero si algo caracteriza a Occidente, precisamente, ha sido todo lo contrario: somos el resultado de incontables culturas, comenzando por la cultura hebrea (por no hablar de Amenofis IV) y siguiendo por casi todas las demás: por los caldeos, por los griegos, por los chinos, por los hindúes, por los africanos del sur, por los africanos del norte y por el resto de las culturas que hoy son uniformemente calificadas de “islámicas”. Hasta hace poco, no hubiese sido necesario recordar que, cuando en Europa — en toda Europa — la Iglesia cristiana, en nombre del Amor perseguía, torturaba y quemaba vivos a quienes discrepaban con las autoridades eclesiásticas o cometían el pecado de dedicarse a algún tipo de investigación (o simplemente porque eran mujeres solas, es decir, brujas), en el mundo islámico se difundían las artes y las ciencias, no sólo las propias sino también las chinas, las hindúes, las judías y las griegas. Y esto tampoco quiere decir que volaban las mariposas y sonaban los violines por doquier: entre Bagdad y Córdoba la distancia geográfica era, por entonces, casi astronómica. 
 Pero Oriana Fallaci no sólo niega la composición diversa y contradictoria de cualquiera de las culturas en pleito, sino que de hecho se niega a reconocer la parte oriental como una cultura más. “A mí me fastidia hablar incluso de dos culturas”, escribió. Y luego se despacha con una increíble muestra de ignorancia histórica: “Ponerlas sobre el mismo plano, como si fuesen dos realidades paralelas, de igual peso y de igual medida. Porque detrás de nuestra civilización están Homero, Sócrates, Platón, Aristóteles y Fidias, entre otros muchos. Está la antigua Grecia con su Partenón y su descubrimiento de la Democracia. Está la antigua Roma con su grandeza, sus leyes y su concepción de la Ley. Con su escultura, su literatura y su arquitectura. Sus palacios y sus anfiteatros, sus acueductos, sus puentes y sus calzadas”. 
 ¿Será necesario recordarle a Fallaci que entre todo eso y nosotros está el antiguo Imperio Islámico, sin el cual todo se hubiese quemado — hablo de los libros y de las personas, no del Coliseo — por la gracia de siglos de terrorismo eclesiástico, bien europeo y bien occidental? Y de la grandeza de Roma y de su “concepción de la ley” hablamos otro día, porque aquí sí que hay blanco y negro para recordar. También dejemos de lado la literatura y la arquitectura islámica, que no tienen nada que envidiarle a la Roma de Fallaci, como cualquier persona medianamente culta sabe. 
 A ver, ¿y por último?: “Y por último — escribió Fallaci— está la ciencia. Una ciencia que ha descubierto muchas enfermedades y las cura. Yo sigo viva, por ahora, gracias a nuestra ciencia, no a la de Mahoma. Una ciencia que ha cambiado la faz de este planeta con la electricidad, la radio, el teléfono, la televisión. . . Pues bien, hagamos ahora la pregunta fatal: y detrás de la otra cultura, ¿qué hay?” 
 Respuesta fatal: detrás de nuestra ciencia están los egipcios, los caldeos, los hindúes, los griegos, los chinos, los árabes, los judíos y los africanos. ¿O Fallaci cree que todo surgió por generación espontánea en los últimos cincuenta años? Habría que recordarle a esta señora que Pitágoras tomó su filosofía de Egipto y de Caldea (Irak) — incluida su famosa fórmula matemática, que no sólo usamos en arquitectura sino también en la demostración de la Teoría Especial de la Relatividad de Einstein — , igual que hizo otro sabio y matemático llamado Tales de Mileto. Ambos viajaron por Medio Oriente con la mente más abierta que Fallaci cuando lo hizo. El método hipotético-deductivo — base de la epistemología científica— se originó entre los sacerdotes egipcios (empezar con Klimovsky, por favor); el cero y la extracción de raíces cuadradas, así como innumerables descubrimientos matemáticos y astronómicos, que hoy enseñamos en los liceos, nacen en India y en Irak; el alfabeto lo inventaron los fenicios (antiguos libaneses) y probablemente la primera forma de globalización que conoció el mundo. El cero no fue un invento de los árabes, sino de los hindúes, pero fueron aquellos que lo traficaron a Occidente. Por si fuera poco, el avanzado Imperio Romano no sólo desconocía el cero — sin el cual no sería posible imaginar las matemáticas modernas y los viajes espaciales — sino que poseía un sistema de conteo y cálculo engorroso que perduró hasta fines de la Edad Media. Hasta comienzos del Renacimiento, todavía había hombres de negocios que usaban el sistema romano, negándose a cambiarlo por los números árabes, por prejuicios raciales y religiosos, lo que provocaba todo tipo de errores de cálculo y litigios sociales. Por otra parte, mejor ni mencionemos que el nacimiento de la Era Moderna se originó en el contacto de la cultura europea –después de largos siglos de represión religiosa — con la cultura islámica primero y con la griega después. ¿O alguien pensó que la racionalidad escolástica fue consecuencia de las torturas que se practicaban en las santas mazmorras? A principios del siglo XII, el inglés Adelardo de Bath emprendió un extenso viaje de estudios por el sur de Europa, Siria y Palestina. Al regresar de su viaje, Adelardo introdujo en la subdesarrollada Inglaterra un paradigma que aún hoy es sostenido por famosos científicos como Stephen Hawking: Dios había creado la Naturaleza de forma que podía ser estudiada y explicada sin Su intervención. (He aquí el otro pilar de las ciencias, negado históricamente por la Iglesia romana). Incluso, Adelardo reprochó a los pensadores de su época por haberse dejado encandilar por el prestigio de las autoridades — comenzando por el griego Aristóteles, está claro. Por ellos esgrimió la consigna “razón contra autoridad”, y se hizo llamar a sí mismo “modernus”. “Yo he aprendido de mis maestros árabes a tomar la razón como guía –escribió –, pero ustedes sólo se rigen por lo que dice la autoridad”. Un compatriota de Fallaci, Gerardo de Cremona, introdujo en Europa los escritos del astrónomo y matemático iraqu”, Al-Jwarizmi, inventor del álgebra, de los algoritmos, del cálculo arábigo y decimal; tradujo a Ptolomeo del árabe — ya que hasta la teoría astronómica de un griego oficial como éste no se encontraba en la Europa cristiana –, decenas de tratados médicos, como los de Ibn Sina y iraní al-Razi, autor del primer tratado científico sobre la viruela y el sarampión, por lo que hoy hubiese sido objeto de algún tipo de persecución. 
 Podríamos seguir enumerando ejemplos como éstos, que la periodista italiana ignora, pero de ello ya nos ocupamos en un libro y ahora no es lo que más importa.
 Lo que hoy está en juego no es sólo proteger a Occidente contra los terroristas, de aquí y de allá, sino — y quizá sobre todo — es crucial protegerlo de sí mismo. Bastaría con reproducir cualquiera de sus monstruosos inventos para perder todo lo que se ha logrado hasta ahora en materia de respeto por los derechos humanos. Empezando por el respeto a la diversidad. Y es altamente probable que ello ocurra en diez años más, si no reaccionamos a tiempo.
 La semilla está ahí y sólo hace falta echarle un poco de agua. He escuchado decenas de veces la siguiente expresión: “lo único bueno que hizo Hitler fue matar a todos esos judíos”. Ni más ni menos. Y no lo he escuchado de boca de ningún musulmán — tal vez porque vivo en un país donde prácticamente no existen — ni siquiera de algún descendiente de árabes. Lo he escuchado de neutrales criollos o de descendientes de europeos. En todas estas ocasiones me bastó razonar lo siguiente, para enmudecer a mi ocasional interlocutor: “¿Cuál es su apellido? Gutiérrez, Pauletti, Wilson, Marceau. . . Entonces, señor, usted no es alemán y mucho menos de pura raza aria. Lo que quiere decir que mucho antes que Hitler hubiese terminado con los judíos hubiese comenzado por matar a sus abuelos y a todos los que tuviesen un perfil y un color de piel parecido al suyo”. Este mismo riesgo estamos corriendo ahora: si nos dedicamos a perseguir árabes o musulmanes no sólo estaremos demostrando que no hemos aprendido nada, sino que, además, pronto terminaremos por perseguir a sus semejantes: beduinos, africanos del norte, gitanos, españoles del sur, judíos de España, judíos latinoamericanos, americanos del centro, mexicanos del sur, mormones del norte, hawaianos, chinos, hindúes, and so on. 
 No hace mucho otro italiano, Umberto Eco, resumió así una sabia advertencia: “Somos una civilización plural porque permitimos que en nuestros países se erijan mezquitas, y no podemos renunciar a ellos sólo porque en Kabul metan en la cárcel a los propagandistas cristianos (. . .) Creemos que nuestra cultura es madura porque sabe tolerar la diversidad, y son bárbaros los miembros de nuestra cultura que no la toleran”. 
 Como decían Freud y Jung, aquello que nadie desearía cometer nunca es objeto de una prohibición; y como dijo Baudrillard, se establecen derechos cuando se los han perdido. Los terroristas islámicos han obtenido lo que querían, doblemente. Occidente parece, de pronto, desprovisto de sus mejores virtudes, construidas siglo sobre siglo, ocupado ahora en reproducir sus propios defectos y en copiar los defectos ajenos, como lo son el autoritarismo y la persecución preventiva de inocentes. Tanto tiempo imponiendo su cultura en otras regiones del planeta, para dejarse ahora imponer una moral que en sus mejores momentos no fue la suya. Virtudes como la tolerancia y la autocrítica nunca formaron parte de su debilidad, como se pretende, sino todo lo contrario: por ellos fue posible algún tipo de progreso, ético y material. La democracia y la ciencia nunca se desarrollaron a partir del culto narcisita a la cultura propia sino de la oposición crítica a partir de la misma. Y en esto, hasta hace poco tiempo, estuvieron ocupados no sólo los “intelectuales malditos” sino muchos grupos de acción y resistencia social, como lo fueron los burgueses en el siglo XVIII, los sindicatos en el siglo XX, el periodismo inquisidor hasta ayer, sustituido hoy por la propaganda, en estos miserables tiempos nuestros. Incluso la pronta destrucción de la privacidad es otro síntoma de esa colonización moral. Sólo que en lugar del control religioso seremos controlados por la seguridad militar. El Gran Hermano que todo lo escucha y todo lo ve terminará por imponernos máscaras semejantes a las que vemos en Oriente, con el único objetivo de no ser reconocidos cuando caminamos por la calle o cuando hacemos el amor.
 La lucha no es — ni debe ser — entre orientales y occidentales; la lucha es entre la intolerancia y la imposición, entre la diversidad y la uniformización, entre el respeto por el otro y su desprecio o aniquilación. Escritos como “La rabia y el orgullo” de Oriana Fallaci no son una defensa a la cultura occidental sino un ataque artero, un panfleto insultante contra lo mejor de Occidente. La prueba está en que bastaría con cambiar allí la palabra Oriente por Occidente, y alguna que otra localización geográfica, para reconocer a un fanático talibán. Quienes no tenemos rabia ni orgullo por ninguna raza ni por ninguna cultura, sentimos nostalgia por los tiempos idos, que nunca fueron buenos pero tampoco tan malos. 
 Hace unos años estuve en Estados Unidos y allí vi un hermoso mural en el edificio de las Naciones Unidas de Nueva York, si mal no recuerdo, donde aparecían representados hombres y mujeres de distintas razas y religiones — creo que la composición estaba basada en una pirámide un poco arbitraria, pero esto ahora no viene al caso. Más abajo, con letras doradas, se leía un mandamiento que lo enseñó Confucio en China y lo repitieron durante milenios hombres y mujeres de todo Oriente, hasta llegar a constituirse en un principio occidental: “Do unto others as you would have them do unto you” (Trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti). En inglés suena musical, y hasta los que no saben ese idioma presienten que se refiere a cierta reciprocidad entre uno y los otros. No entiendo por qué habríamos de tachar este mandamiento de nuestras paredes, fundamento de cualquier democracia y de cualquier estado de derecho, fundamento de los mejores sueños de Occidente, sólo porque los otros lo han olvidado de repente. O la han cambiado por un antiguo principio bíblico que ya Cristo se encargó de abolir: “ojo por ojo y diente por diente”. Lo que en la actualidad se traduce en una inversión de la máxima confuciana, en algo así como: hazle a los otros todo lo que ellos te han hecho a ti — la conocida historia sin fin.

 Jorge Majfud | 12/03/2025
 (Este artículo es un resumen de un ensayo publicado en 2002)

domingo, 30 de marzo de 2025

La cultura superior: ¿La del líder o la del matón?


El 4 de marzo de 2025, en un discurso en la University of Austin, el multimillonario CEO de Palantir, Alex Karp, se despachó con un clásico del siglo XIX: “No creo que todas las culturas sean iguales… Esta nación [Estados Unidos] es increíblemente especial y no deberíamos verla como igual, sino como superior”. Como detallamos en el libro Plutocracia: Tiranosaurios del Antropoceno (2024) y en varios programas de televisión, Karp es miembro de la secta de Silicon Valley que, con el apoyo de la CIA y la corpoligarquía de Wall Street promueve el reemplazo de la ineficiente democracia liberal por una monarquía empresarial. 
 Ahora, nuestra nación, nuestra cultura ¿es superior en qué? ¿En eficiencia para invadir, esclavizar, oprimir otros pueblos? ¿Superior en fanatismo y arrogancia? ¿Superior en la histórica psicopatología de las tribus que se creen elegidas por sus propios dioses (vaya casualidad) y, lejos de ser eso una responsabilidad solidaria con “los pueblos inferiores” se convierte automáticamente en licencia para matar, robar y exterminar al resto? ¿No es la historia de la colonización anglosajona de Asia, África y América la historia del despojo de tierras, bienes y la obsesiva explotación de seres humanos (indios, africanos, mestizos, blancos pobres) que fueron vistos como instrumentos de capitalización en lugar de seres humanos? ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de “cultura superior” así, con esas afirmaciones indiscriminadas y con un oculto pero fuerte contenido místico religioso, como lo fue el Destino Manifiesto? 
 No sólo hemos respondido a esto en los diarios hace un cuarto de siglo, sino que por entonces advertimos del fascismo que iba a suicidar a ese occidente orgulloso que ahora se queja de que lo están suicidando sus enemigos, como lo dijo Elon Musk días antes. Uno de aquellos extensos ensayos, escrito en 2002 y publicado por el diario La República de Uruguay en enero de 2003 y por Monthly Review de Nueva York en 2006, llevaba por título “El lento suicidio de Occidente”. 
 Esta la ideología del egoísmo y del individuo alienado como ideales superiores, promovida desde Adam Smith en el siglo XVIII y radicalizada por escritores como Ayn Rand y presidentes, desde potencias mundiales como Donald Trump y marionetas neocoloniales como Javier Milei, se ha revelado como lo que es: puro y duro supremacismo, pura y dura patología caníbal. Tanto el racismo como el patriotismo imperialista son expresiones de egolatría tribal, disimulados en sus opuestos: el amor y la necesidad de sobrevivencia de la especie. 
 Para darle un barniz de justificación intelectual, los ideólogos de la derecha fascista del siglo XXI recurren a metáforas zoológicas como la del macho alfa. Esta imagen está basada en la manada de lobos esteparios donde un pequeño grupo de lobos sigue a un macho que los salvará del frío y del hambre. Una imagen épica que seduce a millonarios que nunca sufrieron ni el hambre ni el frío. Para el resto que no son millonarios pero que se representan como amenazados por los de abajo (ver “La paradoja de las clases sociales”), el macho alfa es la traducción ideológica de una catarsis del privilegiado histórico que ve que sus derechos especiales pierden el adjetivo especial y pasan a ser sólo derechos, sustantivo desnudo. Es decir, reaccionan furiosos ante la posible pérdida de derechos especiales de género, de clase, de raza, de ciudadanía, de cultura, de hegemonía.
 Todos derechos especiales justificados como en el siglo XIX: tenemos derecho a esclavizar a los negros y expoliar a nuestras colonias porque somos una raza superior, una cultura superior y, por ello mismo, Dios nos ama a nosotros y odia a nuestros enemigos, a quienes debemos exterminar antes de que a ellos se le ocurra la misma idea, pero sin nuestros buenos argumentos.
 Irónicamente, la idea de ser “elegidos de Dios” o de la naturaleza no impulsa a los fanáticos a cuidar de los “humanos inferiores”, como cuidan de sus mascotas, sino todo lo contrario: el destino de los inferiores y de los débiles debe ser la esclavitud, la obediencia o el exterminio. Si se defienden, son terroristas. La última versión de estos supremacismos que tanto cometen un genocidio en Palestina o en el Congo con fanático orgullo y convicción como demonizan a las mujeres que en Estados Unidos reclaman derechos iguales, más recientemente encontró su metáfora explicalotodo en la imagen del macho alfa del lobo estepario. Sin embargo, si prestamos atención a la conducta de estos animales y de otras especies, veremos una realidad mucho más compleja y contradictoria. 
 El profesor de Emory Universiy, Frans de Waal, por décadas uno de los expertos más reconocidos en el estudio de chimpancés, se encargó de demoler esta fantasía. La idea de macho alfa procede de los estudios de lobos en los años 40, pero, no sin ironía, el mismo de Waal se lamentó de que un político estadounidense (el ultraconservador y presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich) popularizó su libro Chimpanzee Politics (1982) y el concepto de macho alfa, por las razones equivocadas.
 Según de Waal, los macho alfa no son los bullies, sino los líderes conciliadores. “Los machos alfa entre los chimpancés son populares si mantienen la paz y aportan armonía al grupo”. Cuando un verdadero líder enferma (caso mencionado del chimpancé Amos), no es sacrificado, sino que el grupo se hace cargo de su cuidado.
 Según de Wall, “debemos distinguir entre dominio y liderazgo. Hay machos que pueden ser la fuerza dominante, pero esos machos terminan mal en el sentido de que los expulsan o los matan… Luego están los machos que tienen cualidades de liderazgo, que disuelven peleas, defienden al desvalido, consuelan al que sufre. Si tiene ese tipo de macho alfa, entonces el grupo se une a él y le permiten permanecer en el poder durante mucho tiempo”. Tiempo que suele ser de cuatro años, aunque hay registros de machos alfa que fueron líderes por 12 años, los cuales solían distribuir la comida y mantener una alianza política con otros líderes más jóvenes, según de Waal. Según de Waal, el macho alfa líder será juzgado según su habilidad de resolver conflictos y de establecer un orden pacífico para su sociedad. 
 En un conflicto, los líderes alfa “no toman partido por su mejor amigo; evitan o resuelven peleas y, en general, defienden a los más desvalidos. Esto los hace extremadamente populares en el grupo porque brindan seguridad a los miembros de menor rango”. 
 El macho alfa es el líder por tener el apoyo de la mayoría, pero otros machos jóvenes usarán siempre la misma estrategia para destronarlo e imponerse como dominantes: primero comenzarán con provocaciones indirectas y a distancia para testear la reacción del líder. Si no hay reacción, el joven más fuerte tratará de conquistar a otros machos jóvenes para incrementar sus provocaciones que irán ganando terreno y se volverán más violentas. Luego conquistará aliados con algunos favores. Aunque al candidato alfa bully no les importan los bebés sino el poder, intentará mostrarse cariñoso con las crías de diferentes hembras, exactamente como hacen los políticos en campaña electoral. 

 Jorge Majfud | 18/03/2025

sábado, 29 de marzo de 2025

EE.UU.: Trump ataca a la educación con métodos de excepción


En un acto en la Casa Blanca, rodeado de una escenografía de niños y jóvenes sentados en pupitres, Donald Trump firmó una orden ejecutiva por la que instruye a su secretaria de Educación, Linda McMahon, a tomar las medidas necesarias para iniciar el cierre del Departamento de Educación y devolver la autoridad educativa a los estados de la Unión. 
 En EE.UU., la política educativa (programas educativos, salarios docentes, etc.) es propia de cada estado. Sin embargo, el Departamento de Educación gestiona el otorgamiento de los fondos federales para programas de apoyo a estudiantes sin hogar, escuelas de bajos ingresos, becas de estudio para estudiantes universitarios y becas de investigación. Con “la devolución de la autoridad educativa a los estados”, las decisiones sobre el otorgamiento de los beneficios contemplados en estos programas quedan a merced de los estados y alcaldías (la mayoría gobernados por republicanos). 
 Como el Departamento de Educación fue creado por una ley del Congreso en 1979, su cierre debería hacerse mediante una ley aprobada por el Congreso. Pero la orden ejecutiva obvia su trámite parlamentario, lo que retrata a un gobierno que despliega su política con métodos propios de un régimen de excepción. Sin embargo, con o sin decreto, el cierre ya fue iniciado con los recortes implementados el Departamento de Eficiencia Gubernamental dirigido por el archimillonario Elon Musk y el despido de la mitad de sus profesionales dedicados a los programas mencionados (2.100 sobre un total de 4.400 trabajadores). 
 La letra de la orden es explícitamente ideológica (fascista): "Los programas o actividades que reciban los fondos remanentes no promoverán iniciativas de diversidad, equidad e inclusión ni la ideología de género" (El Mundo, 21/03). 
 El ataque a la educación pública se completa con un proyecto impulsado por los republicanos, para instaurar un sistema de cupones mediante el cual empresas y particulares que donen a programas educativos, recibirían el 100 por ciento de su dinero cuando declaren sus impuestos” (Washington Post, 6/03). Las empresas podrían invertir en estos programas, obteniendo deducciones de impuestos y evitando los impuestos sobre las ganancias de capital. Se estima que este plan desviaría $5-10 mil millones en fondos públicos a la educación privada (Work Socialist Web Site, 11/03). 
 Este proyecto está en línea con la orden ejecutiva del 29 de enero pasado, titulada “Ampliar la libertad y las oportunidades educativas para las familias”, y otra, llamada “Poner fin al adoctrinamiento radical en la educación primaria y secundaria”. Ambas fueron inspiradas por America First Policy Institute (AFPI), un lobby fundado en 2021, liderado por la actual secretaria de educación Mc Mahon. La AFPI quiere redefinir la educación norteamericana en torno al chovinismo y a la revisión historiográfica en relación al racismo: “Las élites y corporaciones antipatrióticas (...) han utilizado su poder y dinero para crear y normalizar la narrativa de que Estados Unidos y la fundación estadounidense son inherentemente malos, una narrativa según la cual ser patriótico es ser racista”; y concluye que su misión es “investigar y desarrollar políticas centradas en el patriotismo” (AFPI, 28/06/21). 
 Desfinanciamiento educativo, rescate al capital por vía impositiva, ataque a los derechos a la educación y chovinismo patriótico son los elementos distintivos de la política educativa trumpista. 

 El ataque de Trump a las universidades 

Al anuncio del congelamiento de fondos por 400 millones de dólares a la Universidad de Columbia, "debido a su pasividad ante el persistente acoso a estudiantes judíos" -una coartada para prohibir las manifestaciones contra el genocidio sionista en Gaza- le siguió la detención ilegal de Mahmoud Khalil, dirigente estudiantil de la rebelión en la Universidad de Columbia contra la “continua inversión financiera de la universidad en corporaciones que se benefician del apartheid israelí, el genocidio y la ocupación militar de Palestina”. 
 La extorsión financiera a Columbia no sólo busca la prohibición de manifestaciones antisionistas; procura intervenir su gobierno y régimen académico. El 13 de marzo pasado, “la administración Trump envió una carta a Columbia exigiendo que la administración realice cambios en su gobierno, sus procesos de admisión y sus programas académicos ‘como condición previa para las negociaciones formales’ con la administración” (New York Times, 18/03). Una pretensión que viola groseramente el régimen universitario.
 La respuesta de las autoridades de Columbia a la extorsión fue “la contratación de 36 ‘oficiales especiales’ con el poder para sacar y arrestar a individuos; y la supervisión de los Departamentos de Estudios de Oriente Próximo, el Sur de Asia y África, así como el Centro de Estudios Palestinos, bajo un vicerrector nombrado por la universidad” (World Socialist Web Site, 25/03). 
 El método de bloqueo de fondos federales como chantaje para introducir cambios en el régimen universitario es sistemático. Como parte de la campaña de eliminación de los programas de “diversidad, equidad e inclusión”, 52 universidades en 41 estados son objeto de investigaciones del Departamento de Educación. “Los estudiantes deben ser evaluados según su mérito y logros, no prejuzgados por el color de su piel”, afirmó Linda Mc Mahon (La Nación, 14/03). Las investigaciones fueron anunciadas un mes después de que el Departamento de Educación emitiera un memorando donde amenaza a las escuelas y universidades con perder los fondos federales si adoptan dichos programas en las admisiones, becas o cualquier otro aspecto de la vida estudiantil. Perversamente, el argumento del gobierno es que esos programas violan la Ley de Derechos Civiles de 1964, al excluir a estudiantes blancos y estadounidenses de origen asiático, cuando su promulgación fue el resultado de las movilizaciones de masas contra la segregación de los afroamericanos de la vida civil. 
 Si en la segunda posguerra, la política del imperialismo logró integrar a la academia en su desarrollo tecnológico y esfuerzo militar, el trumpismo las extorsiona, desfinancia e interviene en su vida académica. Esto es percibido por sectores académicos: “Lo distintivo de lo que está sucediendo es que el concepto mismo de la universidad como institución autónoma está bajo ataque directo. (...) Si durante la Guerra Fría el gobierno financió las universidades para fortalecer a Estados Unidos, la segunda administración del Sr. Trump las trata como una amenaza a desmantelar”, dice una profesora de Yale en una columna de New York Times (18/03). 
 Las tendencias al pasaje del imperialismo democrático al fascismo se expresan dramáticamente en la vida académica de EE.UU. 

 Alejandro Barton
 28/03/2025

jueves, 27 de marzo de 2025

CON FILO | Tenemos memoria


Criminales sí, poetas no


Imagen: Un obrero descansa junto a carteles que muestran al presidente estadounidense George Bush y al terrorista de origen cubano Luis Posada Carriles, 23 de enero de 2006, La Habana. 

El 6 de abril de 2007, el cubano Luis Posada Carriles fue perdonado de todo cargo por una jueza federal de Texas. Dos años atrás, Posada Carriles había sido detenido por entrar al país de forma ilegal a través de la frontera con México, luego de que la presidenta Mireyas Moscoso de Panamá lo indultara en 2000 por mediación del presidente Bill Clinton. Un agente de la CIA asignado al caso, había reconocido en un artículo del New York Times del 13 de julio de 1998 que, desde el principio de la investigación, “Bosch y Posada eran los principales sospechosos; no había ningún otro”. Ni lo hubo nunca.
 Exactamente veinte años antes, el cubano Orlando Bosch también había sido arrestado por entrar ilegalmente a Estados Unidos. Ninguno de los dos se había arriesgado a lanzarse en una balsa desde Cuba para ampararse a la vieja y atractiva ley de Pies mojados, pies secos. Sin Embargo, el entonces secretario de comercio de Florida, Jeb Bush, intercedió y su padre, el presidente de Estados Unidos y ex director de la CIA, George H. Bush, perdonó a Orlando Bosch quien, según la CIA y el FBI, era el autor de al menos treinta actos terroristas en suelo estadounidense y en otros países, como el auto bomba que, en 1976 le costara la vida en Washington a Ronni Moffitt y al ex ministro de Salvador Allende, Orlando Letelier. Este atentado terrorista fue ordenado por Pinochet y ejecutado por Michael Townley y sus amigos cubanos de Miami y Unión City. Creo haber explicado de forma extensa y bastante clara este rompecabezas imposible en el libro 1976. El Exilio del terror. 
 Durante los años 70, los ataques terroristas por la libertad, la mayoría planeados en Florida y Nueva Jersey, continuaron con aún más virulencia desde su creación en 1959. Los mismos grupos de cubanos exiliados con base en Miami realizaron 16 atentados en Cuba (entre bombardeos y la introducción de agentes patógenos) y 279 en Estados Unidos. Solo entre 1974 y 1976, Washington reconoció 113 atentados en el país y 202 en otros 23 países. En Miami, en solo dos años, lograron explotar 200 bombas, algunas de ellas en la Oficina del Fiscal, en las oficinas del FBI y en el Departamento de Policía. Cinco exiliados cubanos fueron asesinados por sus propios camaradas. Uno de los conocidos líderes del exilio e informantes del FBI, El Mono Ricardo Morales, no se presentó el día del juicio contra uno de sus camaradas. 
 Entre otras líneas de su currículum, Posada Carriles (como más de otros mil “combatientes”) había participado de la fallida invasión de Cuba en Bahía Cochinos, en diversos atentados terroristas contra la isla hasta entrado el siglo XXI y en el acoso a Nicaragua en los ochenta desde la base aérea estadounidense de Ilopango junto con decenas de otros operadores secretos, a las órdenes del coronel Oliver North. Según el New York Times del 15 de octubre de 1986, por entonces la base salvadoreña, centro de operaciones de la CIA, contaba con “más de 60 helicópteros comunes, 12 helicópteros de combate y por lo menos cinco AC’47 y 10 aviones de combate”. 
 En los ochenta y en los noventa, los atentados con bomba no se detuvieron con el ingreso a la política de los principales empresarios que los apoyaban, como Jorge Mas Canosa. Solo en 1989 se registrarán 18 atentados con bombas. Casi todos impunes. Casi todos sus autores olvidados por la prensa, a excepción de unos pocos, como Luis Posada Carriles, Orlando Bosch y El Mono Morales. 
 Enterados de la aparición del agente Posada Carriles en 2000, los gobiernos de Cuba y de Venezuela solicitaron su extradición para ser juzgado por actos de terrorismo. La CIA sabía y el FBI informó que, entre varios actos de terrorismo, Posada Carriles era el principal sospechoso de la bomba que mató a 73 personas del vuelo 455 de Cubana de Aviación en 1976. Su amigo Orlando Bosch (ambos agentes secretos de la policía de Venezuela) había definido el acto como un “acto legítimo de guerra”. Pese a que el mismo Posada Carriles reconoció haber sido el autor de otros actos de terrorismo, como explosiones de bombas en lugares públicos, la jueza federal de El Paso, Texas, Kathleen Cardone, estableció una fianza de 250 000 dólares para su liberación y obligó al condenado a residir en una casa de Miami con su esposa. Su extradición fue desestimada bajo el argumento de que en países como Cuba o Venezuela el acusado podría ser sometido a prácticas de tortura. A pesar de que el FBI lo definió como “un terrorista peligroso”, Posada Carriles no será enviado al centro de tortura que la CIA y el gobierno de Estados Unidos mantienen en territorio extranjero, en Guantánamo, sino a Miami, donde vivirá sus últimos once años de vida en libertad, caminando por la Calle 8 y disfrutando de las interminables playas de Florida.
 Según el fiscal general de Estados Unidos, Dick Thornburgh, Bosch era “un terrorista que nunca se arrepintió”. Para el fiscal Joe Whitley, siempre fue “una amenaza a la Seguridad Nacional”. Nada de lo cual les impidió a él y a otros terroristas como Posada Carriles jubilarse y vivir protegidos en Miami. Para entonces, un centenar de asesinos y genocidas de esos países horribles del sur vivían libremente en Florida como si fuesen respetables hombres de negocios de traje y corbata. Los generales Carlos Eugenio Vides Casanova y José Guillermo García, responsables de violaciones y matanzas en la dictadura proxy de El Salvador, serán sólo tres de los casos más conocidos en Florida. Según el Center for Justice and Accountability (CJA) con sede en San Francisco, cientos de terroristas y genocidas de todo el mundo que alegan haber luchado por la libertad asesinando a todo el que pensara diferente viven en Estados Unidos, algunos con otros nombres. Algunos no tuvieron tanta suerte, como el general Inocencio Montano, responsable de las matanzas en El Salvador durante los años 80 y 90. Montano fue descubierto en Florida, llevando una vida de honorable abuelo de familia, y fue extraditado a España en 2016. Su pecado no consistirá en haber matado a miles de salvadoreños sino a ciudadanos españoles en la masacre de jesuitas de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, en 1989.
 En 2005, el cubano y especialista en inmigración radicado en Washington José Pertierra lo resumirá de forma clara: “Si Posada Carriles fuera miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas Cubanos en vez de terrorista, la cosa sería diferente. No pudiera aspirar a entrar a Estados Unidos. El Departamento de Seguridad Nacional les niega las visas a los poetas y artistas cubanos, pero le concede libre entrada al país a los terroristas. Cuba es uno de los siete países que Estados Unidos considera terroristas, y con ese pretexto el gobierno de George W. Bush les niega la entrada a los músicos, poetas, periodistas, escritores, y académicos cubanos por el simple hecho de que, como viven y trabajan en Cuba, son empleados del gobierno…”

 Jorge Majfud | 25/03/2025

miércoles, 26 de marzo de 2025

Perú: el estado de emergencia de Boluarte, una medida reaccionaria


La clase obrera necesita un planteo propio frente a la inseguridad y el crimen organizado 
 El gobierno introdujo a los militares en tareas de seguridad interior 

El gobierno de Dina Boluarte impuso desde el 18 de marzo un estado de emergencia por 30 días en Lima y la provincia de Callao, tras el asesinato del cantante de una popular banda de cumbia en la capital peruana. 
 Desde comienzos de año, se han registrado en Perú más de 450 crímenes y cerca de 2 mil denuncias de extorsión, como parte de un espiral ascendente de esta clase de delitos desde 2017. Esto ha desatado un estado de inquietud y zozobra generalizado que abarca tanto a los sectores más explotados como a comerciantes, transportistas y empresarios. El movimiento obrero es víctima directa de los sicarios. Según la CGTP Joven, 25 referentes de la Federación de Trabajadores en Construcción Civil del Perú (FTCCP) fueron ejecutados por bandas que quieren apoderarse del control de las obras de construcción.
 El estado de emergencia dictado por Boluarte es una medida reaccionaria que restringe la libertad de reunión y circulación, saca a los militares a las calles y permite el ingreso a domicilios y las detenciones sin autorización judicial por parte de las fuerzas represivas. Estas disposiciones, que coartan las libertades democráticas, no tendrán, sin embargo, ningún impacto en la reducción del delito y el desmantelamiento de las bandas criminales, como lo muestra la experiencia de aplicación del estado de emergencia en ciertos distritos limeños a lo largo de 2024. 

 Protestas populares y problemas en el gabinete 

 A pesar de la declaración del estado de emergencia, este viernes 21 se desarrollaba en Lima una convocatoria bajo el lema “No queremos morir” para reclamar a los tres poderes del Estado una respuesta frente al problema de la inseguridad. Adherían a la jornada numerosas bandas musicales, uno de los gremios de transportistas (Anitra), el Colegio de Psicólogos, el Bloque Feminista, la Asociación de Padres de Familia de Colegios Privados de Perú (Anacopri), egresados de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la Asociación de Trabajadoras Sexuales Miluska Vida y Dignidad, entre otros.
 En vísperas de la manifestación, se aprobó en el parlamento una moción de censura contra el ministro del Interior, Juan José Santiváñez, pese a que contaba con un férreo respaldo de la presidenta. Boluarte debe confirmar un nuevo ministro en las próximas 72 horas, que sería el séptimo que desfila por ese cargo desde que está en el poder. 
 La moción de censura fue impulsada por los diputados Diego Bazán (de Renovación Popular, una fuerza de ultraderecha que tiene como principal referente al alcalde de Lima, Rafael López Aliaga), Jaime Quito (de Nueva Constitución, un desprendimiento de Perú Libre, el partido de Vladimir Cerrón) y Susel Paredes (quien acaba de romper con Primero la Gente, un partido de centro). El planteo reunió 78 votos a favor, 11 en contra y 20 abstenciones. Casi todo el fujimorismo (Fuerza Popular) acompañó la iniciativa. Es decir que, bajo el impacto de la crisis por la inseguridad, algunos de los espacios que sostienen a Boluarte en el poder –la cual carece de una fuerza propia- se vieron obligados a buscar un fusible en el Ejecutivo. 
 Boluarte, quien ha declarado ante los medios que no descarta impulsar la pena de muerte por el delito de extorsión, intenta seguir los pasos del gobierno de Nayib Bukele en El Salvador y de Daniel Noboa en Ecuador, quien impuso el estado de excepción y militarizó el país. Una salida de estas características reforzaría todos los ataques que el gobierno asesino de la mandataria viene instrumentando contra el pueblo, con el apoyo de los principales bloques legislativos. 
 Frente al problema de la inseguridad, las organizaciones obreras necesitan impulsar un planteo propio que apunte al desmantelamiento del aparato represivo, siempre entrelazado con los grupos criminales. Por la nacionalización bajo control obrero de los bancos y los puertos, que son escenario del lavado de dinero y el contrabando. No al estado de emergencia. Fuera el gobierno de Boluarte y el Congreso corrupto. 

 Gustavo Montenegro

martes, 25 de marzo de 2025

Crisis política en Colombia


No quedó ni uno solo de los ministros que Petro nombró cuando asumió en el 2022, tras ganar las elecciones precedido por un proceso de rebelión popular. Hace un mes pidió que todos pusieran la renuncia a su disposición y ahora acaba de nombrar a Germán Ávila -su amigo personal- como Ministro de Hacienda. Es el cuarto que ocupa el cargo. 
 La crisis política se da por la impotencia de Petro para implementar las reformas limitadas que se propuso, debido a la falta de apoyo, no sólo por parte de la oposición, sino de la propia coalición que le hizo ganar las elecciones. 
 El Congreso de Colombia rechazó en diciembre una propuesta de aumento de impuestos, dejando al gobierno con poco margen fiscal después de registrar un déficit el año pasado del 6,8 por ciento del PIB, muy por encima de su meta del 5,6 por ciento, y menores ingresos que los proyectados (Financial Times, 19/03). 
 Diego Guevara, el ministro saliente -tras acusaciones de corrupción-, era partidario de efectuar recortes en gastos sociales a los que Petro se niega y a los que pretendía cubrir con la reforma tributaria. 
 Esta situación está generando una devaluación del peso y la agencia calificadora Fitch rebajó la perspectiva crediticia de Colombia de "estable" a "negativa", alegando preocupación por el deterioro fiscal y la incertidumbre sobre las medidas. La deuda pública equivale al 60% del PIB y a eso hay que sumarle la deuda flotante por los compromisos de pago no ejecutados que en 2024 ascendió a 61 billones, casi el doble de 2023. 
 La otra gran reforma que Petro quiere implementar es sobre el sistema de salud. Actualmente está privatizado y la cobertura a la población sin recursos se hace por medio de un sistema de subsidios. Pero además, entre la recaudación de los recursos (tarifas y subsidios) y los servicios de salud, existen unas intermediarias –que pueden ser públicas o privadas– las Entidades Promotoras de Salud (EPS), las cuales dan lugar a corrupción y generan un sobrecosto parasitario.
 El presidente pretende aumentar el control estatal y reducir el papel de las EPS. Como esto fue rechazado por el congreso, Petro pretende ejecutar las reformas directamente, pero no cuenta con el apoyo de la coalición de gobierno. 
 El mero intento de reforma produjo la reacción de las empresas de la salud que están acaparando medicamentos –generando desabastecimiento– y obstruyendo la atención médica, dilatando los turnos, generando una crisis sanitaria de magnitud. 
 Esto llevó a Petro a declarar que era un “presidente revolucionario en un gobierno que no lo es” y que se equivocó en creer que se “podía hacer una revolución desde el gobierno”. 
 Para conseguir apoyo el presidente convocó a la movilización popular protagonizada principalmente por los sindicatos. 

 Crisis general

 En enero, Petro declaró el estado de conmoción interior y emergencia económica debido a los hechos de violencia protagonizados por el ELN y desprendimientos de las FARC que se disputan el control de los recursos y las rutas del narcotráfico en la región del Catatumbo. Los enfrentamientos dejaron unos 80 muertos, más de 20 heridos y más de 11.000 personas desplazadas.
 Esto al mismo tiempo que se lleva a cabo el juicio por los falsos positivos -la masacre de más de 6.000 campesinos que los militares llevaron adelante para hacerlos pasar por guerrilleros y hacer carrera en el ejército-. Los responsables políticos como el ex presidente Uribe, y decenas de jerarcas militares implicados están quedando exentos de presentarse ante la justicia. 
 Además, el Consejo de Estado tumbó la personería jurídica del partido político de la vicepresidenta Francia Márquez, después de que ella lanzara críticas sobre corrupción de un sector del gobierno y renunciara a dirigir un ministerio. 
 Petro mismo se puso entre la espada y la pared. De un lado, la burguesía no está dispuesta a ceder ni el más mínimo privilegio. Del otro, las reformas de Petro son tan limitadas que no son capaces de despertar el fervor popular que pueda obligar a llevarlas adelante. No tiene a su favor ni una renta de hidrocarburos extraordinaria ni el boom de la soja, ni ningún otro escenario internacional favorable, como sí tuvieron otros gobiernos nacionales y populares cercanos en el tiempo, los cuales tuvieron margen para hacer reformas menores y beneficiar a amplios sectores de la burguesía al mismo tiempo. 
 Muy por el contrario, como paso previo de una guerra mundial, la guerra comercial amenaza con llevarse puestos economías y gobiernos sin distinciones ideológicas.

 Aldana González
 25/03/2025

"La Revolución cubana ha demostrado ser más fuerte de lo que muchos creían": Gabriela Fernández


lunes, 24 de marzo de 2025

BlackRock llega a un acuerdo preliminar para controlar decenas de puertos estratégicos


Trump apunta al dominio del comercio mundial como un escalón hacia lo militar 
Entre los puertos en juego están los de Panamá

 Está absolutamente clara la política de ofensiva sin pausa que impulsa el presidente de Estados Unidos con la mira en China, pero que incluye también una mayor subordinación de la Unión Europea y de otros estados de menor peso en la economía mundial. Los aranceles anunciados a Canadá y México, como a diversas mercancías como acero, cobre, etc., son apenas uno de los aspectos de esa guerra comercial sin medias tintas que pretende imponer. 
 Pero la ofensiva, con amenaza militar incluida, para el dominio de EEUU sobre el Canal de Panamá, podría derivar en un cambio sustancial a escala planetaria, y no sólo de la vía interoceánica en Centroamérica. 
 El fondo de inversión yanqui BlackRock llegó a comienzos de mes a un principio de acuerdo (en sociedad con Terminal Investment Limited –TIL-, filial de Mediterranean Shipping Company –MSC-, firma de la familia italiana Aponte) para quedarse con el 80% del paquete accionario de la división puertos y servicios (Hutchison Ports) de Hutchison Holdings Limited (CK Hutchison) con sede en Hong Kong, lo cual incluye el dominio de 43 puertos en los cinco continentes que antes dependían en su operación o pertenecían a la multinacional radicada en Hong Kong. Esta última solo conservaría los 10 puertos que tiene en China. 
 Pasarían a manos del capital especulativo de Black Rock y asociados, nada menos que 11 puertos en el oriente de Asia (Indonesia, Malasia, Corea del Sur, Tailandia, Myanmar, etc.) y Australia, trece puertos en Europa y varios en América, incluidos los puertos de Balboa y Cristóbal ubicados en cada extremo del Canal de Panamá. Esto último requiere aún el aval del gobierno panameño, según algunos medios. 
 La operación involucra la friolera de 22.700 millones de dólares y surge luego de una visita a Panamá del secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, ni bien asumió Donald Trump. 
 El gigante gestor de activos, que administra fondos por el equivalente del 40% del PBI de EEUU, se apresta a obtener, con el apoyo político y la presión militar de Trump, no solo el control sobre el tráfico portuario en el Canal de Panamá, sino de gran parte del comercio mundial.
 Lo cual incluye puertos como el de Rotterdam y Amsterdam, verdaderas puertas de entrada a Europa y otros puertos claves en Corea del Sur, Indonesia, Malasia, etc. Lugares por donde fluye gran parte del comercio mundial, y algunos de ellos ubicados estratégicamente sobre el mar del sur de China, un terreno en disputa militar y zona “caliente” del planeta, donde casi a diario se registran incidentes con barcos o aviones de los ejércitos de la zona. 
 Como la guerra comercial y la guerra militar están profundamente entrelazadas, si Black Rock y todos los inversores institucionales que lo conforman, pretenden utilizar su injerencia recientemente alcanzada en el comercio mundial para un favoritismo de EEUU, la competencia comercial mundial se va a incrementar y la tendencia a un dislocamiento es muy probable. Lo que cambiaría de manos, de una multinacional con sede en Hong Kong, a una multinacional con sede en EEUU, tiene gigantescas implicancias en todo el planeta, en un momento donde éste último país nunca pudo recuperarse de la crisis del 2008, es dirigido por un gobierno de tendencias agresivas y expansionistas, y que no dejará de utilizar a Black Rock como un elemento de presión, esencialmente contra China. 
 Pero entre las cinco grandes multinacionales que manejan las operatorias portuarias del mundo, China tiene sus propios gigantes como la estatal Cosco (naviera y operadora más de 100 puertos en todo el mundo). La misma que acaba de construir el megapuerto de Chancay en Perú, inaugurado a fines del año pasado con la visita de Xi Jinping.
 Así, de la ofensiva contra la supuesta injerencia china en el Canal de Panamá, que ahora sería injerencia de EEUU, se está saltando a una guerra por el manejo de las rutas, puertos y logística por los que se canaliza el 80% del comercio mundial. Es casi una acción de guerra con todas las letras. 
 Por todo esto, no es de extrañar que la decisión de Hutchison de desprenderse de muchos de sus puertos haya desatado un fuerte malestar en Pekín, según detalla un artículo de la agencia AP reproducido por el diario argentino La Nación (21/3). La pérdida del dominio de los mares ha sido un gran factor de desmoronamiento de imperios europeos y en Oriente. Y si una cuarta parte del comercio mundial pasa por el mar de China, epicentro de los roces militares explícitos, podemos decir que la operación de Black Rock con la banca de Trump es apenas una somera idea de las veleidades expansionistas y guerreristas del gobierno de EEUU y el prolegómeno de acciones de abierto carácter militar. 
 Guerra a la guerra debe ser un estandarte global de toda la clase obrera y la izquierda revolucionaria. 

Norberto E. Calducci

domingo, 23 de marzo de 2025

Marco Rubio: Guerra a Cuba, Guerra a la Vida


Islas Malvinas: el imperialismo británico refuerza su presencia militar en el Atlántico Sur en el marco de una nueva etapa de la guerra mundial


A comienzos de marzo, la asesora parlamentaria de la Cámara de los Lores, la Baronesa Arlene Foster de Aghadrumsee, visitó las Islas Malvinas acompañada por los “Amigos de los Territorios Británicos de Ultramar” (FOTBOT, por sus siglas en ingles); allí se reunió con población isleña y con los ilegales legisladores británicos de las islas con el fin de “tratar temas claves". Foster de Aghadrumsee dejó en claro cuáles son los intereses de la Corona británica en el Atlántico sur: “Los territorios de ultramar no son reliquias, son clave para la seguridad del Reino Unido” (Escenario Mundial 12/3). Aghadrumsee se hizo presente en las Islas Malvinas buscando apoyo para los pobladores desplazados del archipiélago Chagos, luego de que la República de Mauricio, ubicada en el suroeste del Océano Índico, llegara a un acuerdo por el cual el Reino Unido transfiere la soberanía del archipiélago al país africano en octubre de 2024, a cambio de mantener una base de la OTAN por 99 años, compartida por EE UU. El gobierno de Milei desempolva el acuerdo Reagan-Galtieri para Malvinas. La Baronesa expresó que “esperamos convocar a los habitantes de las Islas Falkland en solidaridad con los exiliados forzados de las islas de Chagos y en su derecho a la autodeterminación”, y en la misma línea sentenció que “es una vergüenza que al pueblo del archipiélago Chagos no se les permita el mismo ejercicio a la autodeterminación que al pueblo de las Falklands.” La “autodeterminación” de las Islas Malvinas, por un lado, representa la negación de soberanía de Argentina sobre estos territorios y por el otro, convertir al Atlántico Sur en una base de la OTAN y para la depredación pesquera y la explotación petrolera por parte de empresas angloisraelíes. 
 Luego de la visita a las islas Malvinas, Foster publicó una columna en el diario británico The Times en la que resaltó la importancia de las Islas para la seguridad del Reino Unido y aseveró que “ya no podemos permitirnos tratar estas zonas como notas a pie de página en nuestra estrategia de defensa: proporcionan la infraestructura que necesitamos para responder con rapidez a las amenazas (...) son activos vitales que proporcionan al Reino Unido una huella global inigualable. En un momento en que el mundo se enfrenta a crecientes tensiones geopolíticas, su importancia estratégica nunca ha sido más evidente.” Foster termina su columna en el diario británico, señalando la importancia estratégica de las Islas Malvinas, planteando que son “un activo clave para asegurar las rutas marítimas y los intereses antárticos”.
 En su defensa del activo estratégico, el Reino Unido, opera a varias bandas. Recientemente se conoció una publicidad oficial de la Real Fuerza Aérea del Reino Unido en la que se promociona la oportunidad de conocer las Islas Malvinas. En el material propagandístico creados por la RAF, titulado “60 Second Update”, se habla de la belleza natural de las Islas y de cómo los ciudadanos “trabajando con la RAF tienen la oportunidad de ver algunos de los paisajes naturales más vírgenes”. (Escenario Mundial 26/02) Uno de los videos de propaganda comienza con un soldado afirmando: “Desde el complejo Mount Pleasant de la RAF, en las emblemáticas Islas Falklands, hogar de un millón de pingüinos de cinco especies, las Fuerzas Británicas de las Islas del Atlántico Sur (BFSAI) han estado llevando a cabo un entrenamiento de reabastecimiento en vuelo para un destacamento de pilotos del Atlas A400M”. En el mismo material propagandístico se destaca que “los cielos vacíos” proporcionan “el campo de entrenamiento perfecto para los pilotos multimotor, que regresarán al Reino Unido para utilizar estas habilidades en operaciones en todo el mundo” (Ídem).
 El impulso británico del “turismo” en las Islas Malvinas tiene como objetivo camuflar la militarización del imperialismo británico del Atlántico Sur, pasando por encima de las Resoluciones de Naciones Unidas que no permite la realización de movimientos militares de manera unilateral. Como muestra de esto último hay que señalar el despliegue denominado “Cabo Kukri II”, de la que participó la Sección 2 del Regimiento Real de Fusileros Gurkhas en Malvinas, con el objetivo principal de entrenar a los tiradores en un ejercicio de fuego con munición de fogueo a gran escala. Las maniobras se desarrollan en Onion Range, en el centro de la Isla Soledad, cerca del Complejo Militar de Monte Agradable (Mount Pleasant). Adicionalmente, entre el 18 y el 21 de marzo, las tropas operarán en Stanley Common, con ejercicios en los montes Challenger, Wall, Harriet y Tumbledown, tanto en horarios diurnos como nocturnos. (Zona Militar 20/03) 
 Todo esto se da con el aval del gobierno cipayo de la pandilla libertaria, que episódicamente ocupa el poder, representando un salto en la entrega de la soberanía de las Malvinas que han venido realizando todos los gobiernos desde 1982 a la fecha. 
 Como ha sostenido nuestra corriente, Política Obrera, desde la guerra a la actualidad, una salida nacional a la cuestión Malvinas sólo se dará en el marco de la Unidad Socialista de América Latina, incluido Puerto Rico, y en la unión de los obreros y campesinos de nuestro continente con el proletariado internacional. 

 Lucas Giannetti 
 22/03/2025

jueves, 20 de marzo de 2025

Argentina: Abajo el programa fondomonetarista del mago de la estafa


Rechacemos en las calle este nuevo pacto colonial. 
 Abajo el acuerdo con el Fondo. 

Caputo promete que el nuevo préstamo multimillonario del FMI no va a afectar a la gente. Siendo el mismo que, en palabras de Milei, se fumó el mega crédito anterior, y que el propio mercado se está preparando para una devaluación, parece que hay motivos para desconfiar de los $Libra-boys. 
 Esta vez es diferente a las anteriores, dice el ministro, porque no hay déficit fiscal y en eso ellos son más fondomonetaristas que el Fondo. La "macro" está ordenada y solo hacen falta unos cuantos miles de millones de dólares como "respaldo" a los "cada vez menos" pesos. 
 Claro que si todo estuviera joya no habría que respaldar nada ni ir a pedirle plata al FMI. Lo que pasa es que los Estados van al Fondo no cuando tienen déficit si no cuando no pueden pagar la deuda, y como nadie quiere prestarle a un deudor en problemas está el Fondo como "prestamista de última instancia", que pone algunas condiciones a la política económica además de cobrar intereses. Los países que tienen déficit y refinancian sus deudas no tienen necesidad de ponerse bajo la supervisión de un directorio de gobiernos ajenos. 
 Como Milei y Caputo no están pudiendo juntar los dólares para garantizar el pago de los vencimientos de deuda fueron a rogar otro préstamo. ¿Cuál es la condición obvia que le van a pedir? Que dejen de fumarse los dólares, que en lugar de acumular en las reservas los gastan en mantener pisado al dólar. Al menos, poner un límite a eso fijando una "banda de flotación". 
 Como todo el asunto es juntar las divisas para cumplir con el pago de la deuda la motosierra va a seguir, es falso que "el ajuste ya se hizo". Van a venir nuevos tarifazos, más recorte a los jubilados, a la salud y la educación, despidos. Solo en febrero, el FMI se cobró en intereses el equivalente a 2,2 millones de jubilaciones mínimas. 
 El ministro dice que no, pero que tanto esos como los otros "detalles del acuerdo" (el monto del préstamo, los años que dura el programa) "son parte de la confidencialidad". El Congreso solo tiene que aprobar el endeudamiento y la gente tiene que quedarse tranquila. A diferencia del pasado, estos dólares son para "capitalizar" los pesos. 
 ¿Por qué hace falta respaldar los pesos si ya no hay emisión, como afirma Caputo? Bueno, porque los bancos tienen algunos billones de pesos invertidos en letras del Tesoro, que tienen un seguro que obliga al Banco Central a comprarlas cuando estos quieran venderlas para correr al dólar. Estamos hablando de mucha plata, porque los intereses se van capitalizando y hacen crecer esa deuda. ¿Por qué los bancos querrían desarmar sus colocaciones en la deuda en pesos? Porque el negocio consiste en que la tasa de interés le gana por mucho a la tasa de devaluación. Y si se avizora un salto del tipo de cambio, son los bancos los primeros en saltar del barco. Se estima que en un día desarmaron colocaciones por 400.000 pesos, avizorando el fin del carry trade. Por eso Caputo se irritó cuando el Bank of America pronosticó un dólar arriba de $1.400 y están quemando reservas para contener las cotizaciones financieras. 
 El viernes pasado remataron unos 475 millones de dólares, y el ritmo de intervención se mantiene. Solo en esa semana, los que blanquearon dólares el año pasado retiraron 425 millones de sus cuentas de los bancos. No parece haber muchas posibilidades para que el FMI preste tanta guita sin pedir que cierren las canillas. Ahí se suma el tema del "dólar blend" que favorece a los sojeros, y que el año pasado inyectó 15.000 millones de dólares a los circuitos financieros para mantener las cotizaciones paralelas.
 A estas sospechas de devaluación se suman otros problemas. Es que si el gobierno relaja un poco el cepo cambiario, al que está tan aferrado como Cristina en su momento, va a tener una larga fila por ventanilla reclamando dólares. En primer lugar multinacionales que buscan girar dividendos "acumulados" estos años, y que las cifras más conservadoras estiman en 6.000 millones de dólares. En realidad -así como fugaron igual sus ganancias con maniobras como los autopréstamos o la subfacturación de exportaciones- van a inflar las ganancias contables para sacar todo lo que puedan antes que salte el tipo de cambio. 
 En conclusión, los trabajadores tenemos que rechazar este nuevo acuerdo con el FMI. En los últimos 7 años en que sufrimos la inflación, las devaluaciones, los robos jubilatorios, el ajuste y la desocupación creciente, el Fondo se cobró 12.600 millones de dólares en intereses, pero le seguimos debiendo más de 40.000 millones de dólares. 
 La oposición patronal prepara su colaboración con esta entrega, porque insiste en recalcar que esta hipoteca la va a pagar el pueblo argentino. Pero que se paga, se paga. Por eso hasta la CGT fue a dar garantías. Después de todo, fueron Cristina y Kicillof los autores del cepo cambiario que prioriza el acopio de dólares con el único fin de sostener el pago de la deuda. Eso, después de haber inaugurado hasta las Letras Intransferibles para usar las reservas en pagarle al FMI. Y claro, todo eso no puede tener otro resultado que la fuga de divisas del país y la permanente devaluación del peso. 
 Los trabajadores sufrimos las consecuencias tanto del sostenimiento de esta timba financiera como de la salida devaluatoria. La única opción es enfrentar a estos estafadores y repudiar esa deuda externa usuaria y fraudulenta.

 Iván Hirsch

miércoles, 19 de marzo de 2025

Trump ordena un ataque de amplio alcance contra los hutíes en Yemen y relanza la guerra imperialista en Medio Oriente


Se ha quebrado cualquier escenario de tregua en Medio Oriente. 

 Las fuerzas armadas estadounidenses han comenzado una serie de ataques aéreos sobre posiciones civiles y militares de los hutíes en Yemen. Los bombardeos, según el gobierno yemení, han dejado un saldo de 53 muertos hasta el momento y cientos de heridos. Los ataques se dieron el domingo por la noche en Saná -capital del país- y en la provincia norteña de Saada, replicándose el lunes por la mañana, según recogen medios internacionales de un informe de la televisión estatal yemení Al Masirah, en la ciudad portuaria de Hodeida, en el mar Rojo, y la gobernación de Al Jawf, al norte de la capital, Saná. Esto sucede tras una serie de mensajes realizados por Donald Trump, presidente estadounidense, mediante su red social Truth Social, asegurando que “el infierno caerá” sobre los hutíes, como represalia por sus ataques a diversos buques mercantes y militares en el Mar Rojo, en represalia a la ofensiva de Israel sobre la Franja de Gaza tras la incursión del 7 de octubre de 2023.
 Los bombardeos contra la población yemení vienen llevándose adelante desde, por lo menos, enero de 2024 cuando las fuerzas británicas y estadounidenses, bajo la gestión Biden, pusieron en marcha un operativo que hasta el momento ha atacado más de 260 veces. En el pasado, los bombardeos fueron encabezados por Arabia Saudí en el marco de la guerra civil que comenzó en 2014 cuando los hutíes tomaron el control de Saná y desplazaron al gobierno de Al Hadi.
 El propio Trump ha tildado las operaciones dirigidas por Biden como una respuesta cobarde. Por su parte, Marc Rubio, el secretario de Estado, ha declarado en la televisión estadounidense que llevarán adelante los bombardeos hasta que los huties no puedan bloquear el cruce por el Mar Rojo, el Canal de Suez o el pasaje de Aden: “no vamos a permitir que estas personas controlen qué barcos pueden pasar y cuáles no (...)”, fueron las declaraciones de Rubio. 
 Los primeros bombardeos -ha declarado Michael Waltz, el asesor de Seguridad Nacional de Trump- “en realidad apuntaron a múltiples líderes hutíes y los eliminaron”, aunque no presentó ninguna prueba. Los medios internacionales ha ubicado como principales víctimas a la población civil, el gobierno yemení no ha dado a conocer bajas sustanciales ni la pérdida de ningún dirigente de primera línea. Tras los ataques de la armada estadounidense, los hutíes aseguran haber realizado una “operación” contra el portaaviones estadounidense Harry S Truman en el Mar Rojo con “18 misiles balísticos y de crucero y un dron" (La Nación, 16/03). 
 Los hutíes han asegurado que responderán a la escalada de Trump con un ataque a toda embarcación estadounidense que sea vista en el Mar Rojo y el Mar Arábigo. Una manifestación, con centro en Saná y réplicas en múltiples zonas del país, aseguran que ha reunido a un millón de personas que han expresado su solidaridad con el pueblo gazatí y agrupado bajo la consigna "Seguimos firmes con Gaza y enfrentamos la escalada estadounidense con escalada". Diversos representantes de los hutíes han asegurado que endurecerán el bloqueo marítimo a Israel. 
 Trump ha respondido, mediante Truth Social, "cada disparo de los hutíes será considerado, de ahora en adelante, como un disparo de las armas y el liderazgo de IRÁN, e IRÁN será responsable y sufrirá las consecuencias" (DW, 17/03). Los hutíes y el gobierno iraní son viejos aliados, aunque cotidianamente el gobierno de Irán intenta despegarse de las decisiones que toman los hutíes en relación a los ataques a embarcaciones en el Mar Rojo. Diversas fuentes periodísticas ubican la presión sobre Irán en el intento de obligar a una nueva negociación sobre el programa nuclear que se encuentra desarrollando el régimen de los Ayatolas y cuyas negociaciones se encuentran quebradas desde la primera gestión de Trump, tras el retiro estadounidense del mismo. 
 La escalada norteamericana en Oriente Próximo demuestra que el “plan de paz” de Trump no es más que un peldaño de una guerra superior en extensión territorial y en sus alcances políticos de fondo. El “infierno” ha sido la advertencia permanente de Trump para los regímenes de Oriente desde su victoria electoral sobre Kamala Harris. El objetivo declarado es la imposición de un cambio de régimen político en todo Próximo y Medio Oriente, así como un reordenamiento del comercio internacional en favor de los intereses estadounidenses. De la misma manera que ha eliminado a China del Canal de Panamá, ahora pretende unificar el comercio del Mar Rojo y el Canal de Suez bajo la hegemonía norteamericana. Rubio al señalar que “estos tipos” (los hutíes) no pueden decidir sobre el comercio, reclama el monopolio estadounidense sobre las rutas del comercio.
 Los bombardeos sobre Yemen son la confesión del cese definitivo de toda tregua en Gaza y el Medio Oriente. Es la expresión de una nueva etapa, más encarnizada, en el desarrollo de la guerra imperialista internacional. Los trabajadores debemos tomar parte de este debate trascendental, mediante huelgas y movilizaciones contra los gobiernos de la guerra y la barbarie.

 Joaquín Antúnez 
 18/03/2025

martes, 18 de marzo de 2025

CON FILO | Patria


Con el apoyo de Trump, el sionismo relanza los crímenes a gran escala en la Franja de Gaza


Más de 400 muertos 
 Israel rompió el alto al fuego establecido en enero 

Con el aval del gobierno estadounidense, que fue consultado previamente, Israel rompió el alto al fuego con la resistencia palestina por medio de una nueva ola de bombardeos sobre la Franja de Gaza que dejaron más de 400 muertos, dos tercios de los cuales son menores de edad y mujeres, según reportó el diario español El País (17/3). A la par, Tel Aviv bombardeó en las últimas 48 horas Líbano y Siria, dejando decenas de muertos. 
 El reinicio de las operaciones criminales viene precedido por la reimposición de un bloqueo total al ingreso de alimentos, medicinas y combustibles en Gaza, a partir del 2 de marzo. 
 El acuerdo de cese al fuego alcanzado a fines de enero establecía tres etapas diferentes. La primera de ellas, que culminó en marzo, consistía en el intercambio de una treintena de rehenes israelíes por cerca de 2.000 presos políticos palestinos, y el repliegue del ejército israelí hacia una zona ubicada en la frontera del enclave. 
 Cuando tenía que comenzar la segunda ronda, que debía avanzar en la liberación del resto de los rehenes (alrededor de 60) a cambio de una retirada completa de Israel de la Franja de Gaza, el gobierno de Benjamin Netanyahu empezó a poner palos en la rueda, exigiendo arbitrariamente un cambio de las condiciones firmadas, con la intención de no retirarse del terreno, y reimpuso el bloqueo total a Gaza como un mecanismo extorsivo para que Hamas aceptara esas nuevas condiciones. 
 El gobierno de Donald Trump también se dedicó a bastardear el acuerdo de enero, que él mismo había saludado en aquel momento -pocos días antes de su llegada a la Casa Blanca. El magnate amenazó con desatar el infierno sobre Gaza si no se cumplían sus caprichos para la zona y planteó, además, el desplazamiento de los dos millones de gazatíes a otros países de la región para montar en su lugar un mega-emprendimiento turístico. También las burguesías árabes salieron a medrar con la catástrofe que sufre el pueblo gazatí. Egipto presentó un plan de reconstrucción (tercera fase), apoyado por varios países de la región, que condiciona el desembolso de fondos a la formación de un gobierno afín y a que Hamas se mantenga fuera de la administración. 
 El reinicio de las agresiones, que deja en suspenso el intercambio de rehenes por prisioneros políticos, vuelve a mostrar que el verdadero objetivo de Israel en esta contienda pasa por el desmantelamiento de la resistencia palestina, la anexión de Cisjordania (donde se multiplican las redadas criminales y los asentamientos) y la recolonización del enclave costero, como pregonan abiertamente algunas facciones de la coalición de gobierno. El Foro de Familiares de rehenes llevaba semanas rogando a Netanyahu que se cumpliera con la segunda fase de negociaciones, con la esperanza de recuperar a sus seres queridos. Ahora, ha reaccionado en durísimos términos contra el primer ministro, acusándolo por la “ruptura intencionada” de las negociaciones (Times of Israel, 18/3), y convocó a manifestarse frente a su residencia. 
 Las provocaciones del sionismo y el imperialismo amenazan con sumir a todo Medio Oriente en una escalada criminal. En las vísperas de los ataques israelíes contra Gaza, Estados Unidos lanzó una serie de bombardeos contra Yemen que dejaron más de 50 muertos. Los hutíes han dicho, sin embargo, que proseguirán el bloqueo naval en el Mar Rojo, y dispararon un misil hacia Israel (que resultó interceptado) como represalia por los nuevos ataques contra Gaza. 
 El lunes 17, Trump acusó a Irán de apañar a los hutíes y amenazó con una agresión directa contra Teherán. “De ahora en adelante, cada disparo realizado por los hutíes será considerado como un disparo de las armas y el liderazgo de IRÁN (sic). E IRÁN será considerado responsable y sufrirá las consecuencias”, señaló en su cuenta de Truth Social. 
 El relanzamiento de las operaciones a gran escala por parte del sionismo (nunca frenó del todo sus operaciones en la zona) deja planteado retomar la movilización internacional en apoyo al pueblo palestino y contra la persecución a quienes se solidarizan con él, como es el caso de Mahmoud Khalil y otros referentes estudiantiles que el gobierno de Trump detuvo con la perspectiva de deportarlos. 
 No al genocidio en Gaza. Fuera las tropas israelíes del enclave costero, de Líbano y Siria. No a los ataques yanquis contra Yemen y las amenazas contra Irán. Fuera el imperialismo de Medio Oriente. Viva la lucha del pueblo palestino. Por una Palestina única, laica y socialista como parte de una federación socialista de pueblos de Medio Oriente. 

 Gustavo Montenegro

lunes, 17 de marzo de 2025

La nueva hoja de ruta de Trump agrava la guerra mundial


Los primeros pasos del Bonaparte del imperialismo. 

 La irrupción de Donald Trump en la guerra de Ucrania es un hecho poco común. El mandamás de Estados Unidos pasó por encima de todos los estados en guerra, como la OTAN, la UE y el gobierno de Ucrania, para arbitrar la guerra, con métodos personales. Fue reconocido como tal por Vladimir Putin, a pesar de que Rusia libra una guerra contra una coalición entera de Estados, incluso más allá de la OTAN. Quedó consagrado, de este modo, como un Bonaparte imperialista internacional, al menos en estado de tentativa. Ha convertido a una guerra del G7 contra quien consideran el autócrata de un Estado multinacional, en una guerra de dirección personal, no militar, pero geopolítica, contra sus propios aliados. En Estados Unidos, Trump gobierna por medio de decretos y en constante desautorización a jueces y congresistas. La propuesta de un cese del fuego por treinta días a Putin, por parte de Trump y Vance, el vicepresidente fascista, tiene un carácter completamente unilateral. 
 De este modo, el mundo asiste a una suerte de golpe de Estado descargado contra todos los protagonistas de la guerra: el gobierno de Zelensky, la Unión Europea y la misma OTAN. Es una tentativa de confinar a Rusia a los márgenes de la guerra, a la que asigna la administración de las regiones ocupadas. La exigencia, aceptada por Zelensky y no rechazada por Rusia, para que Ucrania ceda a Estados Unidos la explotación de minerales especiales del país, convertiría a Ucrania en una semicolonia exclusiva del imperialismo norteamericano, y en el árbitro del conflicto que lo tiene como protagonista principal. Oportunamente, deberá desarrollar en Ucrania las condiciones políticas de esta dominación, o sea, por medio de golpes de Estado. En estas condiciones, el reconocimiento, por parte de Trump, de la jurisdicción de Rusia sobre los territorios que ella ha ocupado militarmente es muy significativo por lo irrelevante. Putin ha anexado esos territorios a la Federación Rusa, incluso adoptando referendos constitucionales, o sea que ha procedido a una secesión de Ucrania. Trump, sin embargo, no intenta revertir por el momento esa situación. Como consecuencia, la guerra, lejos de detenerse, se convertirá en más devastadora, dado el desplazamiento relativo de las batallas terrestres por la guerra aérea electrónica, para dirimir el reparto del país y del conjunto de la economía mundial, como lo muestra la guerra arancelaria y geopolítica internacional. 
 La negociación de una tregua temporal de las hostilidades en Ucrania sin su participación representa, para una mayoría de la Unión Europea, una exclusión del nuevo reparto del mundo que está impulsando la administración norteamericana; una minoría, encabezada por Polonia, pretende asociarse al reparto norteamericano. La UE ha visto arrebatada su propia tentativa de anexión económica y política de Ucrania. Al final de cuentas, la guerra fue desatada por la intención de incorporar a Ucrania a la Unión Europea y, en concomitancia, a la OTAN. Por otro lado, la UE es un blanco de preferencia en la guerra comercial desatada por Trump, que les ha impuesto aranceles prohibitivos a las importaciones, ha anunciado impuestos al ingreso de capital extranjero y exige desmantelar el sistema impositivo europeo en aquello que perjudica a las grandes empresas tecnológicas norteamericanas. La demanda a la UE para que duplique los presupuestos de defensa apunta a ampliar el mercado de la industria de armamentos de EE. UU., de la cual depende en forma abrumadora. 
 La lucha contra la UE por un nuevo reparto económico y geopolítico del mundo se manifiesta en la intención de Trump de apropiarse de Groenlandia, que se encuentra bajo la soberanía de Dinamarca y la Unión Europea, incluso por medio de las armas. Recientemente, Trump hizo realidad su avance sobre el canal de Panamá cuando ordenó al fondo BlackRock comprar los dos puertos extremos del canal en manos de la empresa Hutchinson, con sede en Hong Kong, China. Hutchinson terminó vendiendo los puertos en su poder en varias partes del mundo y ha suscitado una crisis política en China. Trump, además, estaría detrás de las negociaciones para comprar del gasoducto ruso Nord Stream II, en el Báltico -que él mismo hizo cerrar en 2020- para monopolizar ahora la venta de gas ruso a Europa. El éxito de una operación de este alcance dejaría en evidencia un pacto Trump-Putin para despedazar a la Unión Europea. En Medio Oriente, Putin no ha movido un dedo para detener la masacre en Gaza, ni lo hace ahora cuando Trump y Netanyahu buscan territorios en África para proceder a la limpieza étnica en Palestina. En Siria, Putin ha dejado sin red de seguridad a Bashar Al Assad, su cliente político. 
 Robert Kagan, un “neocon” partidario de una guerra ‘a finish’ contra Rusia, ha acusado a Trump de entregar Ucrania a Putin, como lo hicieron Gran Bretaña y Francia con Hitler en el acuerdo de Munich de 1938. Es lo que también sostienen varios gobiernos de la UE. Es al revés: es Putin quien se ha encaminado, aunque tentativamente por ese camino, al reconocer la batuta exclusiva de Trump, cuando su frente enemigo es más amplio. La denuncia del marido de Victoria Nuland, exsubsecretaria de Estado norteamericana, quien orquestó el golpe de Estado en Ucrania en 2014, muestra la hondura de la división que se ha desarrollado en el bloque imperialista de la OTAN. La semana pasada, el G7, que reúne a las principales potencias de la OTAN, rechazó sin medias tintas e incluso con el voto del secretario de Estado Marco Rubio, lo que llamó “los reclamos previos” de Rusia. “Las demandas previas de Moscú” (previas a la entrada en escena de Trump), según denuncian, “acabarían con Ucrania como un estado con capacidad de funcionar (…) y limitaría severamente la presencia de la OTAN al este de Alemania”. El condicional que se usa en esta frase pone a Alemania en negociación. En definitiva, la nueva hoja de ruta geopolítica trazada por Trump implica una continuación más encarnizada de la guerra. 
 Los tambores de la guerra han sido funcionales al impulso de economías de guerra en todas las potencias imperialistas, a costa de enormes ‘ajustes’ contra las masas y los derechos democráticos. El presupuesto de Defensa será duplicado en la mayor parte de los países de la UE. El frente de guerra del imperialismo se encuentra sin duda en todo el mundo, pero principalmente en sus propios países.

 Jorge Altamira
 17/03/2025

domingo, 16 de marzo de 2025

Argentina: Paro activo y plan de lucha ya, no dentro de un mes


Fuera Bullrich, todos con los jubilados.

 El miércoles 12 de marzo fue un día trascendente. Se profundizó la crisis de un gobierno que mientras hunde al país pretende mostrar un superávit fiscal (a costa de los jubilados especialmente), que se vanagloria de que controla la inflación con índices mentirosos y de que habría logrado “limpiar las calles” de luchas y manifestaciones. 
 La represión desatada para impedir que lleguen las columnas de las hinchadas y las importantes columnas sindicales, con Morvillo ocupada contra el cierre, con el Sutna, la Uom de Quilmes, el Astillero (que resistió valientemente en Yrigoyen), los bancarios, la Fraternidad, Ademys, AGD-UBA, Suteba Multicolor, ATE, sectores de la Unión Ferroviaria, La Fraternidad, del Frente de Lucha Piquetero, entre otras, fue directamente proporcional al terror del gobierno de que se ponga en pie el inicio de una lucha de conjunto de los trabajadores y del pueblo contra su política de ajuste y liquidación de conquistas obreras (entre otras, el derecho a la jubilación).

 El acto de los jubilados se hizo igual 

Los gases, golpes, hidrantes y las motos que comenzaron la represión con el bastonazo a Beatriz Bianco, de 87 años, a las 16:20 de la tarde no impidieron que el acto de los jubilados se hiciera. 
 Los y las oradoras de las organizaciones de jubilados de los miércoles ahogados por los gases intervinieron exigiendo el cese de la represión, el retiro de las fuerzas represivas y el conjunto de los reclamos, agradeciendo a las organizaciones sindicales, juveniles, los partidos, las organizaciones piqueteras y muy especialmente a las hinchadas.
 El acto se hizo a pesar de la represión, mientras iban llegando las columnas se concentraban masivamente en la zona del Congreso 

 El significado de la jornada

 La lucha sistemática de las y los jubilados por el aumento de los haberes, por la devolución de los medicamentos al 100%, por la prórroga de la moratoria previsional, que viene siendo ferozmente reprimida por las fuerzas federales mandadas por Bullrich y Macri logró canalizar el descontento contra el gobierno por los despidos, los cierres de organismos, los recortes presupuestarios de salud, educación, obra pública (Bahía Blanca), por el endeudamiento y por la estafa de $Libra, entre otros puntos y cuestiones. Es la punta de una irrupción popular. Es un salto cualitativo, un crecimiento de las tendencias de lucha contra el gobierno expresadas en las movilizaciones por el presupuesto educativo, en el 1F y en el 8M, superando con estas acciones la parálisis colaboracionista de la CGT y de la CTA, que miran pasivamente las medidas antiobreras, antijubilatorias, antiderechos de mujeres y diversidades y la entrega del país a manos del capital internacional. 
 Reaccionaron las hinchadas, reaccionó la población marchando a Plaza de Mayo y a otras plazas del país al grito, muy escuchado, de "Fuera Milei" y "Que se vayan todos".

 ¿Y la CGT y la CTA? Emitieron comunicados, dicen “construir un paro” dentro de un mes 

Otra vez la CGT habla de un posible y tardío paro, y la CTA resuelve un “abrazo” aún con la situación gravísima del fotoperiodista Pablo Grillo, con el armado de mentiras por parte de Bullrich, Francos y demás voceros justificando la represión, la persecución, las detenciones y augurando nuevas medidas represivas de un gobierno que lejos de garantizar una situación de mejora para los trabajadores, sigue su camino de recortes, tarifazos y ajuste, que quiere imponer quitando todo derecho a la protesta y todo derecho de opinión atacando a los trabajadores de prensa y a los partidos políticos opositores e independientes.

 Impulsemos asambleas y plenarios, reagrupemos a todos los sectores combativos

 El miércoles 19 será otra gran cita de continuidad de la lucha. Ademys prepara paro ese día. Será convocante. Pero entramos en una etapa nueva. Se abre ahora la necesidad de convocar a los sectores combativos a desarrollar la enorme reserva de lucha que han mostrado los trabajadores y el pueblo todo en Congreso y en todo el país, donde también se realizan estas concentraciones. 
 Es imprescindible el paro activo nacional y el plan de lucha por la destitución inmediata de Bullrich, por los jubilados, por los trabajadores.

 Nora Biaggio