miércoles, 26 de junio de 2024

La libertad de Julian Assange


Tras más de una década de persecución política y judicial, el creador de WikiLeaks, Julian Assange, recuperará su libertad tras un acuerdo con la justicia estadounidense. Según ese acuerdo, comparecerá ante el tribunal federal de las Islas Marianas, una comunidad estadounidense en el Pacífico, para declararse culpable del cargo de conspiración. El acuerdo prevé que se le acredite el tiempo que ya cumplió en su encierro en Londres y no enfrente una nueva pena de cárcel. Se espera que luego retorne a Australia, su país natal. 
 Assange se encontraba desde el año 2010 con pedido de captura internacional por haber difundido 250.000 archivos clasificados que fueron filtrados por la ex analista de inteligencia del Ejército Chelsea Manning entre 2010 y 2011, relativos a crímenes de guerra cometidos por tropas estadounidenses en Iraq y Guantánamo. Manning fue juzgada en los Estados Unidos mediante la Ley de Espionaje, instaurada durante la Primera Guerra Mundial, que convierte el derecho a la libertad de expresión en un crimen. 
 Las acusaciones contra Assange han involucrado a una buena cantidad de gobiernos y servicios de inteligencia, que no ahorraron esfuerzos y mentiras para intentar degradar la imagen pública del periodista australiano. Assange fue detenido por primera vez en el Reino Unido en 2010 por solicitud de autoridades suecas por supuestas acusaciones de delitos sexuales, que luego fueron retiradas. Se refugió en la embajada de Ecuador, donde permaneció siete años. En 2019 la policía británica irrumpió en la embajada y lo encarceló por evadir la fianza. Estuvo encerrado desde entonces en la cárcel de máxima seguridad de Belmarsh, en las afueras de Londres, en un calabozo de 2x3 metros cuadrados durante 23 horas al día, desde donde luchó contra su extradición a Estados Unidos. Estos cinco años de encierro han generado un deterioro de su salud física y mental. El ensañamiento del imperialismo contra su persona resume el golpe recibido por sus revelaciones.
 La justicia británica, que intentó en múltiples ocasiones extraditar a Assange a los Estados Unidos, se mostró incapaz de ofrecer garantías mínimas de un juicio justo como así tampoco de que los 17 cargos en su contra no se tradujeran en una sentencia a muerte, requisito de la ley de extradición británica. La suma de las penas que podían alcanzar a Asaange, en el mejor de los casos, sumaban 175 años.
 La principal causa de debate internacional se relacionaba con la utilización de la Ley de Espionaje contra un periodista por difundir archivos cuando estos ya habían sido filtrados. La utilización de fuentes confidenciales o anónimas, bajo condición de no revelarlas, es condición para el desarrollo de la libertad de prensa. De lo contrario, los medios no podrían difundir denuncias ni investigaciones propias sobre crímenes o hechos de corrupción que involucren a gobiernos y a sus funcionarios, por temor a represalias contra sus periodistas. Por otro lado, los grandes diarios (New York Time, Washington Post, The Guardian, entre otros) también reprodujeron los documentos clasificados que había difundido Assange. 
 La liberación de Assange es una victoria internacional, en momentos que el imperialismo escala conflictos militares en todos los continentes. La masacre del sionismo sobre el pueblo gazatí ha incluido entre sus objetivos militares a decenas de periodistas que han muerto en los bombardeos e incursiones de las fuerzas israelíes en territorio palestino. La libertad de Assange sienta un precedente mientras crecen los esfuerzos del imperialismo por encubrir sus crímenes de guerra y los de sus aliados.

 Joaquín Antúnez
 25/06/2024

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