Es muy difícil que alguien visite el centro histórico de la tercera villa fundada por la colonización española en Cuba: La Santísima Trinidad, y no acceda a esa hermosa construcción religiosa, del siglo XVIII, cuya torre deviene hoy símbolo de la ciudad y su punto más elevado.
Atrás quedaron los tiempos en que allí se asentó el Convento de San Francisco de Asís para dar paso, con los años, a otros usos o propósitos; entre ellos, el de atesorar, como museo, lo más relevante acerca del enfrentamiento a bandas armadas, respaldadas y apoyadas por Estados Unidos, que esparcían terror en el Escambray y en otras zonas del país, bajo la ilusa idea de derrocar a la entonces naciente Revolución cubana.
Único de su tipo en todo el archipiélago, el Museo de la Lucha Contra Bandidos completa este primero de junio 40 calendarios, desde que fue inaugurado en 1984 por el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque y por Armando Hart Dávalos, entonces Ministro de Cultura, según explica Yara Luisa Aróstica Zulbarán, directora de la institución desde hace 20 años.
“Por supuesto que con motivo de la efeméride hemos realizado acciones -afirma con sano orgullo. Entre ellas, se encuentra la pintura e iluminación de la Torre-mirador, el mejoramiento de las redes hidráulicas y sanitarias, labores de restauración para beneficio de salas expositivas y de otras áreas… empeño que ha contado con respaldo del propio Museo, la Oficina del Historiador de la Ciudad y el Proyecto de Desarrollo Local San Francisco, entre otros, sin dejar de mencionar el trabajo que realiza personal de la Mipyme Carmona SURL, especializada en ese terreno”.
Ello crea condiciones mucho más propicias para conservar y apreciar mejor fotografías, mapas, gráficos, objetos, piezas, pertrechos y medios relacionados con la Lucha Contra Bandidos (LCB) entre 1959 y 1965.
Llaman la atención reliquias de alto valor patriótico y humano, como la hamaca utilizada por el Che, el uniforme de campaña del Comandante Camilo Cienfuegos o la cartilla del joven alfabetizador Manuel Ascunce Domenech, asesinado por integrantes de las mencionadas bandas.
Por ello, aunque Trinidad cuenta, además, con museos como el Romántico, el de Arqueología y el Municipal de Historia, éste de la Lucha Contra Bandidos continúa atrayendo la atención de miles de visitantes cubanos y de otras nacionalidades.
Por cierto, como enfatiza Yara, la vida de esa institución cultural e histórica no queda atrapada en su cálido interior, pues existen proyectos o alternativas de extensión a escuelas, a comunidades y a la ciudad, entre los que sobresalen el “Festival Mi muñeca y yo, María Antonieta Cadalzo in Memoriam”, abierto a niños, en todas las vertientes del arte y la literatura, así como la experiencia denominada Museo-docencia, en permanente nexo con centros de educación.
Si a ello se suma el Taller Nacional de Lucha Contra Bandidos, que con frecuencia bianual atrae a estudiosos e investigadores de diversas provincias, entonces es obvio que 40 años después el Museo de la Lucha Contra Bandidos mantiene la salud con que sus fundadores le dieron luz aquel primer día de junio de 1984.
Pastor Batista
junio 1, 2024
9:24 pm
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